Capítulo 32. Ya merito…

Ya merito se acaba este fic XD.

Conforme fueron pasando los días se me fue quitando el sueño. Se me ocurrió buscar en Internet las consecuencias negativas de un transplante y lo que vi no me gustó nadita... ¿Por qué nadie me dijo antes que ese procedimiento podía tener consecuencias tan funestas?

Mientras daba vueltas en mi cama trataba de encontrar el valor. Quería ayudar a Lily, no quería que ella muriera, ¿pero y si algo salía mal y de todos modos ella moría? Bueno, eso ya lo sabía desde un principio. ¿Pero y si algo salía mal y yo moría? Bueno, hasta donde sabía, nadie se había muerto de eso... ¿Y si todo empeoraba y moríamos los dos? Bueno, entonces Jazmín y mi padre quedarán solos... No podía hacerle eso a mi familia...

Deja de pensar en tantas estupideces, Daisuke.- me dije a mí mismo.- Todo va a salir bien...

Pero... ¿Y si no?

No me di cuenta cuándo me quedé dormido, pero volví a tener el Sueño. En él, las cosas empeoraban y la casa llena de gente doliente era reemplazada por un sitio oscuro y lleno de sombras. Jazmín de plano se negaba a mirarme y Genzo sostenía la mano de un esqueleto... Chiara lloraba y le extendía la mano a una sombra que tenía el mismo cabello largo de mi madre...

Desperté en la madrugada, después de haber dormido lo que muy seguramente serían algo así como dos horas. Estaba bañado en sudor y mi cuerpo me decía lo que yo tanto me estaba negando a admitir...

Me iba a arrepentir...

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

¿Algo importante que haya pasado durante esa semana? Pues resulta que Carol y Eiki salieron al cine y al parecer, aunque la salida no estuvo mal, Carol no estaba satisfecha, ya que por alguna razón vino a verme.

No sé que hacer, Dai.- me confesó mi amiga.- Ya no sé por donde moverme.

¿Con Eiki?.- pregunté.

Eso mismo. O sea, ¿le gusto o no?.- protestó la chica.- ¿Quién lo entiende? Primero está con que no le gusta que no le preste atención y luego me sale que le gusto mucho... Como amiga...

El problema, querida Caroline, es que Eiki es hombre, y es mitad Wakabayashi y mitad Wakashimazu, cosa que de plano no le beneficia en nada.- suspiré.- En primera, por ser hombre, no le gusta que una chica que antes lo admiraba mucho deje de prestarle atención. Y por ser mitad Wakabayashi va a negar a reconocer que le gustas como algo más que como amiga y por ser mitad Wakashimazu va a andar haciendo toda esta clase de cosas raras como invitarte al cine y salirte con eso.

¿Y qué se supone que debo hacer?.- suspiró Carol.

Ponerle un ultimátum.- respondí.- O le haces ver que no te va a tener cuando él quiera o te resignas a que no te haga el caso que te mereces.

Supongo que eso haré.- sonrió Carol.- Gracias, Dai. Deberías de escribir una columna para mujeres desesperadas.

No, gracias, paso.- gruñí.

Carol se marchó al poco rato. Suspiré. Una menos por la cual preocuparse... Pero faltaban otras cuantas... Para empezar, mi hermana. Después de lo ocurrido con Franz, Hayate estaba algo molesto por el hecho de que ella se hubiera lanzado a hacer todo lo que hizo por ayudarme a mí.

Es mi hermano, ¿se te olvida?.- le había dicho Jazmín.- Se supone que debo ayudarlo.

¿Pero eso tiene que incluir el que le coquetees a tu ex novio?.- reclamó Hayate.

Nada fue en serio, y ni siquiera tuve que besarlo.- replicó Jazmín.

¿O sea que lo hubieras besado si hubiera habido la necesidad?.- Hayate estaba muy enojado.

¿Por qué te pones así?.- Jazmín estaba exasperada.- Sabes que te quiero.

Pero Franz es tu ex...

¿Y eso qué? Ya no lo es, y tú eres mi novio ahora.- protestó Jazmín.- ¿Por qué no confías en mí?

Porque eres muy linda, porque muchos muchachos están tras de ti, y porque estuviste cerca de tu ex.- respondió Hayate.- Y porque pronto regresaré a España...

¿Y eso significa que quieres terminar conmigo?.- gruñó mi hermana.

No quiero hacerlo.- negó Hayate.- Pero es que estaremos tan lejos y...

¿Y qué? Tus padres estuvieron viviendo separados muchos años, él en Brazily ella en Japón, y su amor perduró, y los míos resistieron la distancia también, uno en Alemania y la otra en México, y al final se casaron. Y si ellos pudieron, por qué no vamos a poder nosotros?

Hayate no dijo nada, pero después de mirar a los ojos a su novia, sonrió.

Tienes razón, Jaz.- dijo él.- Es solo que me costó tanto tenerte y tengo tanto miedo de perderte...

No me vas a perder.- contradijo Jazmín, risueña, echándole los brazos al cuello a Hayate.- Solo confía en mí...

Ambos se besaron. Hayate estaba próximo a marchar a España, pero ahora ya no tenía temor...

Bueno, cero y van dos... Falta... Oh, no...

Pues Katie y Gabo seguían en su conflicto amoroso. ¿Cuántas veces no he escrito esto hasta ahora? Y es que ahora que Gabriel se había decidido a declarársele a Katie, ésta lo golpeaba, lo pellizcaba, lo empujaba, lo pateaba o lo pisoteaba y el pobre Gabriel se quedaba con ganas de decirle lo que sentía...

¿Y ahora qué hago, "Doctora Corazón"?.- me preguntó Gabriel, enojado.- Tú me aconsejaste que le dijera que me gusta.

¡Aleluya!.- exclamé.- Hasta que lo reconoces. Y no me llames "Doctora Corazón".

¡Tú me aconsejaste que le dijera a Katie que me gusta!.- repitió Gabriel.

Eso ya lo dijiste.- gruñí.- Pues entonces trátala mal.

¿Qué?.- Gabriel creyó no haber escuchado bien.

Que la trates mal.- repetí.- Al parecer, le gusta que te pelees con ella.

¿Quién entiende a las niñas?.- bufó mi amigo.

Nadie. Pero no es necesario que las entiendas, solo que las quieras.- repliqué.

¿Así como tú quieres a mi hermana?.- gruñó Gabo.

No des lata.- protesté, poniéndome rojo.- Otra vez la mula al trigo...

Bueno, al parecer Gabriel no iba a hacerse rápido a la idea de lo sucedido entre Liz y yo... Y eso que nada más nos habíamos dado un beso... En fin, sea como fuere, Gabriel decidió que no tenía nada que perder y puso a prueba mi consejo... La próxima vez que vio a Katie, se acercó a ella, decidido y en vez de hablarle, la empujó. Katie cayó al pasto, sorprendida.

¿Qué rayos te pasa?.- Katie se levantó furiosa.

Eres una tonta.- dijo Gabriel.

Katie, enojada, tumbó a Gabriel al suelo. El muchacho se levantó e hizo caer a la chica. Ambos rodaron por el pasto, entre jugueteos un tanto bruscos, llámense patadas, pellizcos y tirones de pelo. Al poco rato, los dos dejaron de atacarse y comenzaron a reírse.

No quería que me dijeras que no te gusto.- murmuró Katie.- No iba a tolerarlo.

Pero si iba a decirte que me gustas.- protestó Gabriel.

Eso hubiera sido peor.- confesó Katie, entre risas.

Eso no tiene sentido.- gruñó Gabriel.

Es que si me decías que yo te gustaba, entonces iba a tener que portarme bien contigo y eso no habría sido divertido.- rió Katie.

De veras que las niñas son raras.- suspiró Gabriel.

Ambos se sentaron, y entonces Gabriel se acercó a Katie y le dio un beso.

Bueno, ¿ahora sí me dejaras decírtelo de frente?.- preguntó Gabriel.- Me gustas, Katie.

Eso ya lo sabía.- Katie guiñó pícaramente un ojo.

Como era de esperarse, la escuela completa no podía creerse el que Gabriel Misaki y Katherine Levin se gustaran, después de tantas trampas que se pusieron los dos. Claro, yo si podría creerlo porque bien dicen que del odio al amor no hay más que un paso...

Cero y van tres. Faltaban tan solo Jun y Lisy. Ella se veía muy entusiasmada, pero Jun dudaba en seguir.

¿Y si se entera de que en algún momento anduve tras de tu hermana?.- me cuestionó Jun.- Sé que Jaz y Lisy no se llevan bien y no me gustaría crear más problemas...

Bueno, entre mi hermana y tú no hay nada ahorita.- contesté.- Lisy no tendría por qué molestarse siempre y cuando a ti no te guste Jazmín en estos momentos... ¿No te gusta o sí?

No.- negó Jun.- Ya te lo dije, creo que es muy linda y durante algún tiempo quise intentarlo con ella, pero ahora veo que solo me interesa como amiga. La que me gusta es Lisy...

¿Y entonces por qué lo dudas tanto?.- protesté.

Porque temo que ella crea lo que no es.- respondió Jun.

Es muy simple, habla sinceramente con ella y no tiene por qué haber problemas.- me reí.- Las mujeres aman la honestidad. ¿Y no se supone que el que debe darme consejos eres tú?

Pues sí, pero Lisy es tu prima y la conoces mejor.- replicó Jun.

Bueno, como sea... Estoy pensando en dedicarme a dar consejos de amor... ¡Qué buena broma! Solo tengo 12 años y mi propia vida amorosa es un desastre...

Mejor no hablemos de Liz. Sinceramente, yo no me resignaba a decirle adiós, pero no tenía muchas alternativas...

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Llegó el día de la final del torneo que jugaba nuestro equipo. El sitio estaba a reventar, todos nuestros conocidos y familiares estaban ahí. La única que faltaba, por supuesto, era mi mamá... Ella estaba en el hospital, esperando, en compañía de mis abuelos...

Vamos por el campeonato, Dai.- me dijo Gabriel, palmeándome la espalda.

Así es, camarada.- sonreí.

El partido comenzó. ¿Quieren que se los narre tal cual pasó? Pues se van a quedar con las ganas, jeje. Naaaa, confórmense con saber que en el primer tiempo me anotaron dos goles con un tiro estupendo que hizo el mediocampista rival. Nunca había visto nada semejante...

Se parece al Fire Shoot de Karl Heinz Schneider.- me comentó Gabriel.- ¿De dónde lo habrá aprendido?

Yo que sé. Y eso no me interesa.- protesté.- Solo quiero saber cómo detenerlo.

¿Por qué no le preguntas a tu padre?.- aconsejó Gabriel.- No es mala idea, ¿o sí?

Supongo que no lo es... Antes de que terminara el primer tiempo ya íbamos perdiendo con una diferencia de dos goles, y si el último tiro no entró fue porque el balón golpeó en el palo. Volteé e ver a mi padre, con la duda aun de si debía preguntarle o no, pero él me captó el mensaje de inmediato... Cuando me acerqué a la banca, papá ya estaba esperando ahí.

Daisuke.- me dijo Genzo.- El tiro de ese jugador es el tan conocido Fire Shoot de Schneider.

Ya me lo suponía.- suspiré.- ¿Y cómo lo detengo?

No será nada sencillo, te lo advierto.- respondió Genzo.

Mi padre me dio algunos consejos al respecto, los cuales yo escuché con mucha atención.

Sin embargo.- concluyó Genzo.- Al final, nada es mejor para detener un disparo que el instinto de un portero. Confía en ti mismo, hijo. Así como yo confío en ti.

Gracias... .- murmuré, conmovido.- Papá...

El segundo tiempo empezó con más ataques por parte del equipo rival. La sorpresa fue cuando yo pude desviar con muchas dificultades el Fire Shoot del oponente con los consejos que me dio papá. Gabriel no perdió la oportunidad y antes de que el equipo rival supiera lo que había pasado, anotó el primer gol. La tribuna estaba volviéndose loca, yo nada más veía a mi club de fans saltar y gritar. Si jugábamos bien, aun podíamos ganar...

En algún momento, el mediocampista se acercó, pero no se dispuso a tirar como lo había hecho en ocasiones anteriores, sino con la otra pierna...

¿Qué significa eso?.- me sorprendí.

¡Dai, ten cuidado!.- me gritó Gabo.

"Sigue tu instinto, Dai", recordé las palabras de mi padre, así que solo seguí mi corazonada y me lancé al lado contrario... Justo hacia el sitio en donde el mediocampista tiró, así que pude atrapar el balón... Nuestros seguidores se pusieron a saltar como locos.

¡Bien hecho, Dai!.- gritó Gabriel, emocionado.

¡Vamos por el empate, Gabo!.- grité, lanzándole el balón.

Y dicho y hecho, Gabriel se lanzó al ataque y nos consiguió el empate. El partido se fue a tiempos extra, en donde en el último minuto uno de mis compañeros de equipo, Raúl, consiguió anotar el gol de la victoria después de un excelente pase de Gabriel.

¡Sí! ¡Lo habíamos logrado! ¡Nos habíamos hecho campeones! Después de la ceremonia de premiación, el equipo nos alzó a Gabriel y a mí en hombros. ¡Que diferencia de este festejo al comportamiento de semanas antes, cuando nos tacharon a todos de tramposos! Cuando nos bajaron, Taro y Susuke Misaki corrieron a felicitar a Gabriel, mientras que Liz se acercó a m í.

Eres increíble, Dai.- murmuró ella, abrazándome y dándome un beso en la mejilla.

Gra-gracias.- musité.

Suerte que Gabriel estaba muy ocupado como para notarlo... Jazmín y Genzo se acercaron a mí en cuando Liz me soltó y se fue a felicitar a su hermano.

Espero que con esto te sientas orgulloso de mí, papá.- le dije.- Y que me consideres tu hijo.

Siempre he estado orgulloso de ti, Daisuke.- replicó Genzo.- Y siempre, siempre, has sido un orgulloso Wakabayashi.

Yo no podía dejar de sonreír. Todo habría resultado perfecto si tan solo hubiese estado mamá...

Lily, en esos momentos, recibía los últimos resultados de sus estudios. El doctor Lacoste estaba optimista, a pesar de todo.

Lily, estás limpia.- sonrió Jean.- Ya acabamos con toda la médula ósea enferma. Estás lista para recibir el transplante dentro de las próximas 48 horas.

Entonces, ya falta poco.- Lily cerró los ojos, agradecida.- Muy poco...

Cuando nosotros llegamos a casa, Genzo recibió la noticia de que Lily estaba ya lista para el transplante. Se dispuso el que al día siguiente yo me presentara en el hospital para poder donar mi médula...

El corazón se me fue a los pies y el alma se me escapó del cuerpo... El momento había llegado... Y yo tenía miedo...

Notas:

Ya, el próximo capítulo será el final.