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Epílogo
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Kagome POV
Solo nos hemos tomado un fin de semana para nuestra luna de miel con Sesshoumaru, porque después de la muerte de papá no puedo abandonar mucho el puesto, de lo contrario la alza sería una locura.
He citado a Abi y a Magatsuhi a la mansión Myoga, en donde ya me he instalado con Sesshoumaru, ella sobre todo, se queda boquiabierta al verlo.
—Les presento a mi alfa, a mi esposo: Jako Myoga.
Maru, como de cariño le llamo, ha querido adoptar el nombre con el cual ha vivido casi toda su vida, dejando así atrás a sus padres biológicos y ese rencor que fue creciendo sin saberlo, pero que el destino nos obligó a echarlo a un lado.
—He destinado que Magatsuhi se haga cargo de todo el distrito blanco, espero que estés a la altura de ello y no como tu predecesor —sentencio.
—Por supuesto milady Myoga —me hace una pequeña reverencia mientras está sentado.
Estamos en el viejo estudio de mi padre, una biblioteca de dos pisos, con un enorme sillón completamente incómodo y un escritorio que data del tiempo del abuelo de mi abuelo, reliquias que solo pueden ser restauradas nunca sustituidas.
Realmente nunca me gustaron, pero deberé de aceptar un tipo de transición, sin embargo estamos sentados en los sillones que están acomodados en este salón, los dos jefes están acomodados en sillones individuales, mientras que Jako está en una esquina junto con Sango, a quien hemos aceptado como la jefa del cuerpo de seguridad de Sesshoumaru, Mok como siempre monitoreando todo por medio de las cámaras modernas que ya han sido instaladas en mi ausencia, Gin y Kyokotsu están afuera custodiando la puerta, Kikyo está detrás de nosotros dos que estamos sentados en el sillón más grande de tela gris importada de Italia.
—¿Tienes algo que objetar Abi? —veo esa mirada fiera en ella, pero solo mueve la cabeza negando eliminando ese gesto de rebeldía.
—Ninguno milady Myoga.
En la mesa de centro hay una botella de whisky Yamazaki, reserva especial, una que papá ocupaba solo para eventos especiales. Le hago un movimiento de cabeza a Jakotsu y se acerca para servir el líquido en 1 vaso alto que está en medio de otros 5 pequeños que están en semicírculo.
—Kikyo será ascendida a la mesa y ésta quedará solo con nosotros 5, una mesa redonda en donde la lealtad será nuestro objetivo —la pelinegra, vestida con su traje de sacerdotisa y su cabello recogido con mechones que se sobresalen en sus costados, se acerca tomando el vaso más alto y todos nos paramos—. Maru, mi esposo, será el encargado de la seguridad.
Abi agarra un pequeño cuchillo que está sobre una servilleta de tela blanca en la mesa, cerca de la botella. Ella es la primera que corta la palma de su mano y deposita unas gotas de sangre en el vaso, luego la sigue Magatsuhi, luego Kikyo, para terminar con Sesshoumaru y conmigo.
Le doy un trago, luego lo hace él y le pasamos el vaso a los otros tres que nos imitan.
Jakotsu se vuelve a acercar depositando un chorro de whisky en cada uno de los 5 vasos y luego los agarramos para alzarlos y chocarlos.
—Por el clan Myoga —brindamos al unísono.
Al terminar los 3 se hincan frente a nosotros haciéndonos una reverencia y llevándose la mano a su pecho.
—Puedo oler la traición a kilómetros de distancia y saben cuál será la pena.
—Sí, milady —asienten los 3 al unísono y con fuerte voz.
—El día de mañana haremos una reunión con todo el clan, ninguno de sus subordinados debe de quedar fuera —los tres asienten otra vez cuando se levantan—. Maru designará el lugar de la reunión y se los haremos saber dos horas antes de la reunión. Esta presentación fue una cortesía porque ustedes serán mis ojos y mis manos, así como una vez lo fueron de Menoumaru Myoga y su antecesor.
Los tres nos hacen una reverencia y luego se retiran, todos lo hacen incluyendo Sango y Jakotsu, dejándonos solos y cuando lo hacen casi me desplomo en el sillón.
—¿Todavía te sientes mal?
—¡Eres un maldito Maru! —le reclamo una vez se sienta a la par mía y empieza a acomodarme en sus piernas, de tal manera que ahora es el cuerpo de él que me sirve de sillón.
—¿Por qué? —su voz se vuelve suave al momento en que agarra mi cuello y me lo empieza a lamer.
—Alfa, bestia y despiadado —murmuro entre dientes volviéndome a excitar—. Por un momento creí que mis piernas cederían y caería como casquillo en cualquier momento.
—No puedes culparme princesa —cuela sus manos dentro de mi blusa beige manga larga llegando hasta mi pezón y retorciéndolo.
¡Cielo santo! El infierno se congelará antes de que este alfa pierda su libido y ¿qué decir de mí? Mi pobre hilo que está debajo de mi minifalda negra ya está empapado y el muy maldito ya ha encontrado la cremallera escondida que está a un costado quitándome mi pobre prenda.
—Era mi luna de miel.
Continúa con sus besos furtivos y ahora me tira al sillón bocarriba colándose en mi camisa y desabrochándome el sostén para comerme mis senos.
—¡Ah...!
Un largo, lento y tortuoso gemido sale de mi boca la cual cierro casi al instante, cuando mi cuerpo se tensa al momento en que agarra mi pezón.
Mi outfit de esta mañana fue escogido precisamente para tapar los múltiples moretones y chupetones que adornan mi cuerpo como si fuesen un tatuaje, porque su boca me ha comido por completo dejando su marca por toda mi piel.
Me quita la blusa y me arranca el hilo tirándolo a un lado, no sin antes oler y saborear obscenamente la prenda lo cual me enciende a niveles inimaginables.
Me levanto aun con mis botas que me llegan arriba de las rodillas y él también lo hace agarrándome de las nalgas para llevarme hasta el enorme escritorio y acostarme boca arriba. Abro mis piernas y él se cuela para comer mi sexo.
¡Rayos!
Arqueo mi espalda al sentir el contacto de su lengua con mi orificio el cual delinea saboreando mis jugos. Yergue su cuerpo al momento en que se acerca y pasa su dedo en el mismo lugar en donde ha estado su lengua segundos atrás, y ¡por dios! Me arqueo gimiendo.
Sus feromonas ya han inundado la habitación como una espesa nube que casi la puedo ver en color dorado, no igual que sus ojos, porque los lleva azules igual que los míos, solo para poder aparentar ante los demás.
—¡Ah... ag...!
Mi concentración se va al carajo cuando mete un dedo en mi vagina y se acerca a mi cuerpo chupando mi estómago para luego levantar su cabeza.
—Si te desconcentras... te llevarás un castigo... —me chupa un pezón mientras mete con más fuerza su dedo— y sabes... —ahora es el otro pezón el que se aturdido por su boca— que puedo... —me agarra el clítoris sacando su dedo de mi vagina— ser implacable... —y finalmente se baja el cierre de su pantalón y saca su enorme falo metiéndomelo de un solo golpe.
—¡Por dios! —grito extasiada, aunque también adolorida, pero al instante vuelve a salir.
Me hace sentarme sobre el escritorio, que hace un crujido extraño, solo espero que esta reliquia pueda resistirnos.
—¿Sabes que me excita cuando eres tan decidida y dominante?
Me agarra de las nalgas y con una fuerza extraordinaria, porque lo hace en el aire, se va introduciendo en mi interior, yo intento aferrarme de su cuello.
—Cielos... Sesshou...maru...
La penetración la hace lenta, y voy disfrutando cada roce de sus venas con mi interior.
Me agarra con más fuerzas dándome estocadas certeras y febriles, y luego me lleva de vuelta al sillón en donde me pone en cuatro y empieza a embestirme con fuerza.
Una, dos... y pierdo la cabeza, sus gruñidos están envueltos con mis gemidos, la habitación es un solo de algarabía de quejidos envueltos en éxtasis. Dios... estoy a punto de explotar.
Me da una nalgada que resuena en la habitación y yo pido por más.
Sale de mi interior y me acuesta boca arriba y se mete con fuerza otra vez y yo me enrollo en sus caderas, sus labios atrapan los míos, me come mi lengua sin dejar de embestirme, traga mi saliva y yo la suya, somos uno solo, lo aruño dejando mis marcas en su espalda y él finalmente se deja ir en mi interior y con ese chorro que golpea mi útero yo también alcanzo mi éxtasis entre más gruñidos de placer.
Nuestros miradas se encuentran y nos sonreímos aceptando una vez más nuestra pertenencia.
—Te amo...
—Yo también te amo...
Volvemos a reforzar nuestro amor tanto verbal como físicamente, porque a este macho alfa no le basta con irse en mi interior una tan sola vez, sino que son al menos 4. Solo espero que Sui le enseñase bien el oficio a Akitoki, porque de ahora en adelante además de suerte, necesitaré de sus drogas para no quedar preñada cada año.
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Piso por primera vez el lugar que Kikyo ha designado como nuestra nueva sede. Uno de los edificios que Abi controla, el cual ha sido verificado previamente por Sango y por Mok.
Una mesa ovalada para 12 en una habitación amplia, en donde las personas de mayor confianza de Abi, de Kikyo y de Magatsuhi están distribuidas por sectores.
Jakotsu está detrás de mí y a mi lado lo está Sesshoumaru. El viejo Hozenki, la mano derecha que fue del abuelo y que también estuvo como consejero de papá, está a un costado de la mesa indicando que él y yo estamos unidos en matrimonio y marcados.
—La señora Kagome es ahora la nueva sucesora de la familia Myoga —proclama apartándose a un lado y haciéndome una reverencia llevando su mano al pecho.
—¿Este no es el detective que pateaba nuestro cuello? —reclama un tipo que estaba en las filas de Moryomaru, así que ante esa acusación camino llegando a la mesa para poner mis manos sobre ella.
—Y Naraku el jodido traidor que puso su pie sobre el mío. La lealtad de Jako Myoga está jurada hacia mí, a nuestra familia, por eso la decisión de que él también porte nuestro apellido.
Magatsuhi sale de su grupo adelantándose y colocando su arma en la mesa frente a mí.
—La lealtad no se mide del bando en el que estés, Moryomaru estaba de nuestro lado y la codicia, la lujuria y el polvo lo corrompieron, un traidor es comida de ratas, si Jako Myoga te ha jurado lealtad entonces yo se la juraré a él —asegura con firmeza—, sin embargo, si él te traiciona, te juro que yo seré el primero que lo cazaré y le colocaré una bala entre ceja y ceja.
—De acuerdo —acepta Sesshoumaru.
Vuelvo a ver a Abi, quien saca su arma también para ponerla en la mesa.
—Entonces, de mi parte tendrás mi lealtad para vigilarle la espalda porque, aunque para nosotros no es un traidor, sí lo será para la policía y querrán su cabeza.
—Si Maru me traiciona a mí o a la familia, yo misma seré quien le ponga fin —Sesshoumaru me vuelve a ver, toma el dorso de mi mano y me lo besa inclinándose ante mí.
Todos aceptan la propuesta inclinando su cabeza hacia nosotros y llevando su mano al pecho en señal de respeto, excepto por un incauto en las filas de Abi que sale fúrico negándose ante nosotros apuntándonos con su arma.
Saco rápidamente mi Glock, la cual ya tenía lista y a la distancia le disparo pegándole un tiro en la cien.
—Si están en mi contra, están en contra de la familia y simplemente serán comida de ballena.
—Entendido Ama —gritan todos al mismo tiempo como antes lo hacían con papá.
Kikyo es ahora la encargada de la limpieza y le hace un movimiento a los chicos para que se encarguen del cuerpo. No puedo pretender que seré un ángel, porque si me convierto en uno solo seré comida de los demás y no estoy dispuesta a que la familia Myoga pierda la posición que hemos ganado con el tiempo.
Estamos empezando a controlar las drogas y la venta de armas, aunque en algunas partes es ilegal, la mantendremos regulada también. Si existen sobredosis, el maldito que la venda, recibirá un castigo de nuestra parte, porque 48 horas en la cárcel no es nada para lo que se merece.
Sé que la sociedad no podrá vivir en una utopía, pero desde nuestro bajo mundo junto a Sesshoumaru, intentaremos que nada se salga de control.
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¿Y qué decir más que no haya dicho?
Se llegó el final y con ello una parte de mi corazón también queda en este fic que fue tan especial porque fue difícil, por todo en general, la temática de policías, de alfas y omegas, que Kagome no era la simple niña buena, lo de los guardaespaldas, manejar lo de los padres de Kagome, en fin... lo importante es que llegamos al final y con este epílogo sí me despido.
Así que gracias a: Austral87, CristinaOsorio048, lucip0411, ValeriaAGuirre556, p1lar1ka_131, AbbyTaisho, sol14salcedo, Faby Sama y a HorteFlowers que sé que allí vas avanzando de a poco. También gracias a Julieth porque yo sigo diciendo que me encantó el fanart que me hizo hace tantos años y que hasta ahora puedo aprovecharlo.
Y a todos los demás que siguen leyendo y que aun no han terminado el fic, pero sé que me dejarán sus comentarios después, no duden que yo los leeré con mucho gusto.
Solo espero poder regresar con unos capítulos extras, no prometo muy rápido, pero de que lo hago, lo haré.
Saludos!
Kame.-
24/nov/22
