Podrick disparó con el arma de juguete una vez más a los platos metálicos que pasaban cada vez a más velocidad, dándole a uno tras otro sabiendo que era absurdo de él emocionarse tanto por ganar en el juego arreglado de carnaval, ser de noche y la mala iluminación del puesto ayudándole al vendedor aunque no lo suficiente. Para cuando sonriente miró al encargado notó que llamó la atención de alguien más, encontrándose con un rostro familiar.
"Oye te conozco, ¿no?"
Y la verdad a Pod le tomó unos segundos reconocer al hombre, quien como él no le recordaba el nombre, ni de dónde se conocían. Así que empezaron de adelante hacia atrás, ¿mismo colegio? No. ¿Amigos en común? No. ¿Lugares en común? Bingo y gracias a los acentos, dando que venían de bien atrás de Casterly Rock, para ser exactos. Ambos volviéndose a presentar mientras borrosamente recordaban al otro. Jon diciéndole que tenía buena puntería y de ahí pasó a hacer una demostración propia, donde notó Jon era más rápido y certero que él.
"Servicio militar Más Allá del Muro."
"Ah. Servicio militar en Las Tierras del Oeste."
Y de allí prosiguieron a hablar por unos minutos de aquella experiencia y hasta casi y competitivamente, Pod se encontraba despidiéndose cuando vio a los dos hermanos de Jon llegar. Uno de los varones menores, y la pelirroja mayor, a ninguno les recordaba el nombre, y la hermana tan solo se había tornado más impactantemente hermosa con el tiempo, hasta el punto que era de no creerlo. Pod sintiéndose sonrojar y reaccionar, evitando querer recorrerla con la mirada o quedársele mirando ante la atención que ella le devolvió, tal como Jon, mirándolo como reconociéndolo, pero no sabiendo de dónde.
Fue Jon quien se los recordó, presentando al primo de Sansa como Robin Arryn, y a Sansa.
Ella rápidamente descartándolo al serle recordado de donde se conocían, pero siendo lo suficientemente educada para brindarle una sonrisa y preguntarle qué lo traía tan arriba del Tridente y qué estaba haciendo de su vida.
Y después de responder fue Jon quien se prestó para unos momentos más de conversación cordial con él mientras caminaban hacia la próxima atracción. Pod tratando de no mirar tanto hacia Sansa quien caminaba por delante de ellos junto con Robin sin prestarles atención.
Y Pod se sorprendió cuando le dijo a Jon en qué universidad estaba estudiando pues en ese momento tuvo a Sansa dando un giro de ciento ochenta grados, no solo en actitud sino físicamente también pues se giró tan repentinamente que incluso casi se dio de frente con ella. Jon carcajeándose al verlo irse hacia atrás mientras ella sonriente a más no poder y emocionada le dejaba saber que ¡también estaría asistiendo a la misma universidad el próximo año!
"Parece que encontraste a tu primer conocido en el lugar." Proveyó Jon con burla.
Y de ahí en adelante Sansa sí pasó a prestarle atención, preguntándole de nuevo qué era lo que estaba estudiando y sobre su experiencia académica y no tan académica, Pod dejándose llevar, lamentándose al no poder hablarle o darle recomendaciones en cuanto al área de estudios en que ella estaría, pero de ahí pasando a hablar de los lugares en la ciudad que ella le comentaba quería conocer.
Y no pasó mucho para cuando el primo decidió decir que estaba aburrido y quería marcharse pues ya se habían montado en todas las atracciones.
Pod sentía que no había pasado mucho desde que se encontró con Jon, pero se encontró intercambiando teléfonos con ella, ella proponiéndole encontrarse para hacer algo cuando se instalara en Desembarco del Rey. Pod aceptando entusiasmado mientras se despedían. No le tomó demasiado tiempo el aterrizar nuevamente. Y minutos después se estaba bajando de una montaña rusa para cuando le entró una llamada, al mirar vio el nombre de Sansa Stark en su teléfono. De inmediato le contestó.
"Hola Podrick. Te llamaba para preguntarte si nos podríamos encontrar mañana. Me agradaría hablar contigo más sobre la universidad y Desembarco del Rey."
Y por alguna razón –la hermosura de ella, no había que engañarse– se emocionó, aceptándole la invitación de inmediato, pero tendría que ser temprano, porque él estaría dejando la ciudad al mediodía.
-0-
Se encontraron en un restaurante a elección de Pod, justo al lado de la playa. Él temblando ante la neblina espesa que bajaba a velocidad asombrosa de la ladera de una montaña. Ella mirándolo burletera, pues él vestía varias capas de camisas, sacos y chaquetas, incluso un gorro, mientras ella traía un solo saco delgado y con mangas subidas.
"Supongo que no has visitado el Norte…"
Pod sacudió la cabeza, "Quería hacerlo, pero el tiempo no me alcanzaba, pero ahora sabiéndolo mejor, creo que debería estar agradecido. Si me estoy congelando aquí no me quiero ni imaginar cómo es allá."
"Yo de hecho creo que está haciendo calor." Sansa dijo burlándose.
"Oh. No te creo." Pod pasó a burlarse maldadosamente, "Te vas a derretir en Desembarco del Rey entonces."
"Lo sé," se quejó, "Aunque ya he estado allí aunque solo de pasada. Todo es cuestión de acostumbrarse, supongo."
Y ella se sorprendió por la cantidad de desayuno que les sirvieron, porque no era saludable, porque estaba delicioso. Por la vista que se despejó al la neblina por fin marcharse.
Podrick tan solo estudiándola, entre atraído e incómodo.
Hechizado por uno que otro rayo de sol que entraba por la ventana y la forma que golpeaba o se reflejaba en su cabello rojizo, por su piel blanca y sin maquillaje, sus ojos cristalinos. Embobado por su belleza y porque, al parecer, cambió desde la última vez que la vio, pues dudaba que la Sansa de aquel tiempo se hubiera sentado a la misma mesa con él. Ya no parecía la creídita de antes.
O talvez la situación era la que era; ella seguía siendo una snob, pero le dirigía la palabra porque tenía interés en lo que él representaba en el Sur.
Vio que llamó su atención cuando mencionó la beca, y que de repente tuvo sentido como él se pudo permitir la universidad más cara del continente. Aunque ella no hizo alusiones a ello, más a su tremendo esfuerzo.
Y aunque eran completamente desconocidos la sintió siendo amistosamente genuina, riéndose de sus experiencias, y entretenida con la conversación. Incluso proponiéndole que si pasaba la tarde en la ciudad se encargaría de acompañarlo al lugar de parapente que él tanto se arrepentía de no haber alcanzado a visitar. Y por su parte para cuando salieron a dar un paseo por los alrededores la invitó a mostrarle Desembarco del Rey sin ningún interés escondido. Sansa aceptando, aunque recordándole que ya había estado antes en la ciudad.
"Apuesto a que te falta mucho sitio por conocer."
"Imagino que sí." Sansa se carcajeó.
Y para cuando regresaron al restaurante la vio mirando su moto.
"¿No es incómodo haber recorrido todo el Reino de la Montaña y Valle en ella?"
"No." Pod le contestó simplemente. Y podía que a Jon le hubiese agradado su hazaña, pero vio a ella no la impresionaba, como debía de esperarse. "Me agradó."
Sansa le asintió, "¿Y partes de inmediato para Desembarco del Rey?"
Pod asintió, "Sí, entro a una pasantía en una semana y media y ya voy con el tiempo más que contado."
"Que pena. Pero bueno, cuídate. Sé cuidadoso, y nos vemos dentro de un año."
Pod le asintió, de repente hablando sin pensar, "¿Te acerco a la casa de tu tía?" preguntó, y la vio balbuceando, mirando hacia una camioneta donde obviamente un chofer la esperaba. Y de repente, "Sí, supongo que nunca has montado en una."
"Lo he hecho, Jon tiene como cuatro motos diferentes…es sólo que me da temor, acá la gente maneja como locos."
Pod se sonrió, "Pues yo no." De hecho, era bastante cuidadoso, pero sí tenía razón de que había notado que aquí había mucha gente que no seguía las normas de tránsito.
"No, está bien. Además, no te quiero hacer llegar tarde para tu nuevo trabajo."
Pod le asintió, no insistiendo, estirándole la mano y ella sacudiéndosela, ambos notando que aquello fue extraño.
.
.
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Tan pronto como se encontró en la mansión Lannister en un día brillante y caluroso Podrick supo que este era el momento.
Era el inicio.
El final.
"Mi primer recuerdo tuyo ahora es mi último recuerdo tuyo."
De repente este recuerdo que antes no le había proporcionado nada haciéndosele especial.
Pero de especial no había tenido nada, no fue amor a primera vista. Ni calentura a primera vista. Ni el comienzo de algo maravilloso.
Toda la relación de ellos fue porque trabajaron en esta. De indiferencia pasaron a conocidos, luego a compañerismo, amistad, la química surgió, la atracción creció, pero no tanto como los sentimientos que alimentaban día a día, a veces sin quererlo, otras veces porque se aferraban al otro y a esa relación.
Y éste era el momento más cruel, porque era hora de dejar atrás la relación más perfecta que había tenido.
Se había pasado ese verano llevando a los Stark jóvenes de un lado al otro cuando lo necesitaban, y por supuesto que siempre lo necesitaban pues eran jóvenes y tenían ansias de conocer los lugares más turísticos de las Tierras del Oeste. Tyrion se lo había vendido como trabajo de guardaespalda, algo monótono y ver si de repente por ahí continuaban sus aspiraciones. Lo que no fue ni lo uno ni lo otro. Pod se divirtió bastante ese verano. Los propios guardaespaldas del Norte y del Sur no haciendo más que vigilar mientras él trabajaba más como de guía y chófer.
Y vio que el campo de la seguridad al que había aspirado antes con sueños de héroe con pistolas en manos no era más que un oficio aburrido. Y talvez esa había sido la forma de Tyrion, sin palabras, de demostrarle que podía aspirar a un poco más.
En todo caso se recordaba pensando que probablemente los Stark era la familia más fácil de servir de todo Westeros.
De Sansa no recordaba mucho, una niña rica y engreída, petulante y desagradable cuando estaba con Joffrey. Aunque nunca había sido desagradable con él sí la había visto siéndolo con sus hermanos y padres.
En éste recuerdo no se podía permitir quedarse en el anonimato como en realidad ocurrió cuando los presentaron.
Con pánico sintió desesperación nuevamente, no sabiendo qué hacer para detener toda esta situación, lo poco que ya había hecho había sido en vano.
Aunque seguiría tratando.
¿Pero le quedaban ganas de hacerlo?
La verdad era que se sentía terriblemente cansado, física y emocionalmente.
La verdad era que ya no tenía optimismo de continuar peleando con la marea. Ya todo estaba dicho.
Mientras era presentado ante los más jóvenes de los Stark se llevó una sorpresa al notarlos todos niños, incluida ella.Sus rasgos finos y delicados como siempre, pero con las facciones llenas pertenecientes a su edad, y había sido siempre hermosa, eso lo sabía.
Pero ni siquiera cuando se llegó a imaginar a los niños que podrían tener en un futuro, una niña tan linda como ella no se materializó en su mente.
¿Porque no recordaba a Sansa llamándole la atención en ese tiempo cuando él había sido un adolescente hormonal?
Y fue solo eso, una presentación simple, para los hermanos coger cada uno en direcciones diferentes. En ese momento Pod siguió a Sansa, notándola alta incluso para la edad que había tenido, y la tomó de la muñeca deteniéndola. Ella girándose hacia él y él soltándola de inmediato al de cerca notarla incluso más niña.
"Cielos, eras una niña." Y ella tan solo se quedó mirándolo como confundida para después sus ojos alumbrarse recordándolo. Una sonrisa enorme adornándole la cara. Y ella había sido adorable, en su mente Pod no sabía si reírse o ponerse a llorar. "…Ya entiendo cómo te sentiste con mi apariencia en la sala de clases." Su rostro casi infantil le despertaba una ternura adorable que lo confundía pues era algo que una fotografía de su niñez no transmitía. "Supongo que este es el final, ¿no?" preguntó, y se alejó incomodo al verla que lo fue a tomar del rostro.
Este sería el último momento que tendría con ella.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde va el dicho, ¿no?
Y angustiado cerró los ojos ante aquellas palabras, de un movimiento cerrando el espacio entre ellos y abrazándola. Esta Sansa era una manifestación de su subconsciente, no la Sansa real, y aun así no importaba. Podía sentir su calor, su respiración, como también se aferraba a él.
En su despecho pudo haber aceptado la realidad, luchar por vivir con sus recuerdos, luchar por no revivir momentos una y otra vez hasta que finalmente dejara de doler, de pensar en ella.
Pero no, había sido un idiota vengativo.
Recordar era mejor que olvidar.
El solo olvidarla voluntariamente era…una falta de respeto para lo que ellos habían sido, para lo que ella había sido y para lo que le había significado. Porque no se engañaba, el conocerla la había dejado empuje. Le había dado mayores aspiraciones, personales, profesionales.
Aunque no enteramente su vida si se había amoldado alrededor de ella, lo que la psicóloga les sacaba en cara habían hecho mal y por unos momentos Pod se preguntó como eso cambiaría en su vida más adelante. Como la ausencia de él también le cambiaría la vida a la Sansa real.
Pero sintiéndose sollozar se alejó para mirarla a los ojos, "Gracias a los dioses." Se dijo, cuando quien le devolvió la mirada fue la misma Sansa adulta y no la adolescente, y con eso la besó.
Un beso que solo fue leña para su arrepentimiento y culpa, para el temor que lo consumía…
La besó tomándola del rostro, ella a él de los costados y concentrado en el aroma de su cabello, la presión de su cuerpo, su amor, tenía que grabarse algo de ella, algo mínimo.
Como si ya no la tuviera grabada en su ser.
"No te puedo olvidar, esto fue un error horrible. Lo siento. Lo siento. Siento olvidarte. El saber que te hice pasar por todo esto. Porque sé que también te arrepentiste. Te conozco como la palma de mi mano mi amor. Sé cuan lastimada debiste de estar…Sé que me amabas cuando me estabas borrando. Sé cuánto significaba para ti. Siento haberme dejado llevar al pagarte con la misma moneda. Soy un idiota."
"Pod–"
"–Nunca pensé en lo que pasaría después de ti, solo que no querría vivir con que me hubieras olvidado. No quiero olvidarte." Se carcajeó amargamente, "Debí haber escuchado a tu mamá."
"Pod cálmate."
"¡No! Tu tienes a tus hermanos a tu mamá. Yo no tengo a nadie, sin ti estoy solo. ¿Cómo voy a hacer para vivir sin tí? Mierda. No quiero vivir sin ti." Y sentía incluso más dolor al verla tan calmada. Sansa estaba calmada, llorando calmada, pero no perdiendo la cabeza como él.
"Cuando te despiertes Pod, búscame, sí perdí la cabeza por ti una vez volverá a pasar."
Pod sacudió la cabeza, "Quienes somos hoy es diferente a quienes fuimos comenzando la universidad."
"Pero yo estoy loca por ti y tú por mí. Las cosas se darán de nuevo. Es el destino, recuérdalo."
Pod volvió a llorar, "¡Yo no creo en el destino!" Para su sorpresa la vio sonriéndose y tocándole la mejilla, y cuando la vio rompiendo la mirada para mirar detrás de él la sintió tomándolo más bruscamente y haciéndolo mirarla a la fuerza. Y Pod comprendió sin atreverse a romper la mirada de nuevo, la oscuridad se acercaba, llorando cuan niño pequeño se concentró en sus ojos. Azul. Del cielo. Del mar. Eso lo recordaría. Su color favorito.
Azul.
"Te he querido más durante el recorrido de estas memorias, que lo recuerdo haberlo hecho allá afuera." Y sí, lo que dijo fue absurdo porque la vio sonriéndose burletera, "Sabes lo que quiero decir."
Sansa le asintió, "Te conozco tanto como tú me conoces a mí. Sin siquiera hablarlo nos poníamos de acuerdo, sabíamos lo que el otro estaba pensando. Los recuerdos se borrarán, pero las emociones continuarán allí. No te des por vencido. Búscame Pod, por favor."
Pod asintió, tanto escuchando como lo que decía, como tratando de huir hacia otra memoria.
Pero ya era demasiado tarde.
"La afinidad que teníamos, que aún tenemos, recuérdalo."
"Lo siento, Sansa." Trató de controlarse, así como lo hacía ella que no perdía la compostura por completo, "Te amaré por siempre…así no lo recuerde. Lo prometo."
"Nooooo." Sansa sollozó, "No digas esas cosas," volvió a mirar hacia la oscuridad que se cerraba sobre ellos, "…Perdóname."
Y nada más fue creerse mantener la compostura para verla perdiendo la de ella, lo cual fue incluso peor. "Sí, sí, claro. Sansa no pienses en eso. Esto no fue tu culpa…" …aunque la era, una voz hizo eco en su cabeza y la espantó. "Sé que pasaste por todo esto como yo…que sufriste." Y ella le asintió. Pod se apuró a hablar, al notar la intensidad de los colores en el rostro de ella apagándose, "Me diste la mejor etapa de mi vida, no hay nada que perdonar." Pujó, "No pude odiarte ni cuando quise hacerlo…y ya empiezo a sonar a letra de canción." Y vio que con su comentario la hizo sonreír como sospechaba haría.
Después de unos segundos Pod volvió a hablar, "Siempre lo supiste, ¿cierto? Que lo nuestro era especial…perfecto. Que estábamos hechos el uno para el otro."
Sansa le sacudió la cabeza, "Basta con las letras de canciones."
"Lo siento. Pero siempre lo supiste, ¿no?"
"Por eso te digo que me busques. Yo lo estaré haciendo también."
"¿Pero buscarte en dónde? Creo que no regresarás a Desembarco del Rey inmediatamente y yo…asumo regresaré a Marahai. No es como si fuéramos vecinos y el encontrarnos casualmente sea posible. Estamos en mundos opuestos."
"Sólo búscame, Pod."
Y su mirada, su mirada, era la de cariño y esperanza de cuando tenían problemas y ella lo quería convencer de que todo estaría bien, que no se preocupara por bobadas. Y ahora ya sabía que sí eran bobadas. Le asintió no queriendo decepcionarla, su corazón rompiéndose más al saber que le mentía; él no recordaría nada al despertar, así como ella no lo había hecho tampoco.
…Y aún así…
En aquellos primeros instantes en el restaurante él le había llamado la atención a ella, ¿cierto? Con su facha y todo.
Sansa había estado afectada por no recordarlo, o eso se lo habían dejado saber Catelyn y Arya.
De repente Sansa se inclinó y lo abrazó firmemente, ambos sollozando por meros segundos. Y cuando se separaron quedaron pegados de sus cuerpos, solo centrándose en los ojos del otro. Y no se iba a despedir, "Te quiero tanto."
"Yo también. No tienes ni idea." Nada de esto habría sucedido donde él no la quisiera.
Sansa se sonrió, "La tengo."
Pod asintió. "Te amo." La garganta cerrándose cuando notó la neblina desvaneciendo a Sansa. Esto era todo. Más ni ella le respondió, ni aflojó la presión con que lo abrazaba…al menos al principio.
Cuando sus ojos se desvanecieron por completo Pod se dobló en dos apoyando las manos en sus rodillas, tratando de controlarse, de respirar profundo y calmarse, pero fue en vano. Continuó llorando en vano, aunque ya no sentía enojo ni angustia alguna.
Sólo el sentimiento de pérdida.
Y Pod lloró como no recordaba haberlo hecho antes, pues nunca había perdido a nadie, nunca había querido a nadie de esta manera, nunca había tenido a nadie…estaba solo.
Y ya que más daba todo.
Esta vez lloró sin interrumpirse, sin tratar de tomar fuerzas de donde no las tenía. Sólo se dejó ir, primero sentándose y después ya acostándose en el piso…el tiempo haciéndose todo y nada hasta que volvió a escuchar voces a la lejanía.
"Entonces, ¿Intercambiamos números?"
"…Oh…déjame invitarte a comer entonces..."
"Yo soy más que aquel error cometido."
"Deberíamos de hacer algo más a menudo, o volveremos a ser extraños."
"Búscame."
"No puedo creer que me tuve que prestar para esto para que me besaras."
"Muy en el fondo creo que esto entre nosotros es algo que ambos queremos y necesitamos…No sé cómo ponerlo sin sonar tonta y estar terriblemente embobada por ti."
"Estaba tan confundida, enojada y deprimida en esos días que vi esa como una salida…"
"Yo también me acostumbré a ti."
"Búscame."
"Oooooh, podríamos fugarnos a Dorne o a Essos uno de estos fines de semana, tener una boda express y no dejárselo saber a nadie hasta después de mis treinta. Pensé en eso cuando fuimos a Dorne con Margaery."
"…¿Eso es todo lo que significo para ti que es tan fácil terminar conmigo así nada más?…"
"Oh, sí, sí. Niños ahora no, en un futuro, pero por ahora no."
"Búscame."
"¿Acaso sería tan malo vivir conmigo?"
"Si vamos a terminar definitivamente, es mejor hacerlo en este momento…No cuando las cosas sigan progresando entre nosotros."
"Búscame."
"Quiero decir, no mantengo pensando en casarme contigo y tener hijos. Más bien en que te amo y me puedo ver en un futuro contigo. Esto que tenemos es…no es perfecto, pero es especial, somos felices. Yo soy feliz…y creo que podemos seguir siéndolo en un futuro."
"Búscame."
"…Entonces, ¿Ahora soy tu prometida o tu esposa?"
"¡No puedo creer que me engañaras!"
Y después de aquello nada llegó, solo silencio ensordecedor. Pod miró a su alrededor, solo oscuridad.
Sansa, Sansa, Sansa, Sansa…Buscarla… Sansa, Sansa, Sansa, Sansa.
¿Y porque no se acaba todo de una puta vez?
¿…Pero que debía de acabarse?
¿Dónde estaba?
.
.
.
"¿Ya acabaron?"
Catelyn continuó viendo como desconectaban a Podrick de los aparatos y asintió cabizbaja, su mano sobre el álbum. Escuchó a ¿Bronn? Pujando en molestia, y esto tampoco era lo que ella había querido. Huir de los problemas nunca servía de nada, y justamente eso era lo que Sansa había hecho, y consiguientemente Podrick también, a una menor medida. Sólo esperaba que nada de esto viniera a tener consecuencias después.
"Nunca he amado a nadie como para pensar querer borrar a esa persona de mi cabeza." Comentó pensativo. La mujer no contestó nada y la miró por el reflejo del vidrio para después girarse hacia ella, "¿No se siente culpable al destruir una parte de la vida de ambos?"
Catelyn exhaló pujando, las lágrimas que la dejaron la traicionaron al querer negarse ante el hombre, "No tiene ni idea." Se limpió la cara, ya podía llorar todo el camino al Norte en privado, "Esa parte de la vida de ambos ya no existe."
"Gracias a usted." la verdad era que solo quería hundir el puñal en el pecho por todo lo que sabía esta mujer había tenido su parte a jugar en todo esto. En las desventuras de Pod. "El buenazo de Pod antes era muy bueno para su hija." La garganta de la mujer pasó saliva con dificultad y vio sus fosas nasales abriéndose y cerrándose. "Pero bueno, no nos martiricemos con eso, ya se recuperarán." Bronn se giró cuando la puerta se abrió. "Peces en el río es lo que sobran."
"Para informarles que el procedimiento está terminado y el paciente está en un sueño inducido que le durará un par de horas. Mi asistente le proveerá una receta y podrá ser llevado a su casa."
Bronn se le acercó al médico y le dio dos palmadas en la espalda, "¿Hay algún problema que tome un vuelo inmediatamente hacia Essos? Mi jefe no lo quiere en Desembarco del Rey."
"No, ningún problema…" contestó.
Bronn asintió, "¿Qué pasa si alguien le menciona a Pod sobre su noviecita?" preguntó, y vio a Catelyn Tully pasándolos de lado, dejándolos solos.
"Nada realmente." Owen contestó, "Pero dadas todas las circunstancias sería confuso. La reacción sería más en cuanto al estado emocional de ambos y cómo reaccionarían a la noticia, que esto tener un impacto en la parte del cerebro a la cual se le borraron las memorias. No van a recordar nada."
Bronn continuó asintiendo, por el espejo viendo a Catelyn Tully caminar hacia la camilla de Pod. "¿Qué sucede si se vuelven a encontrar?"
"Eso no es tan insólito. Y ya todo dependerá de ellos. Ya hemos aprendido que en la mayoría de ocasiones aunque no hay recuerdos…las cosas se vuelven a dar, las relaciones a repetir…Aunque no contaría con ello, como usted dice el joven viajará a Essos, y creo que Sansa permanecerá en el Norte por un tiempo, según lo que me dijo su madre…"
En ese momento vio a dicha madre tomar el brazo de Pod, apretárselo para luego marcharse en un apuro. Sosteniendo el álbum bajo su brazo. Bronn sintió al doctor dándole dos palmadas en el hombro y lo miró.
"Bendecidos sean los olvidadizos pues superan, incluso, sus propios errores. Nietzche."
"¿Qué?"
"Eh…Su amigo estará bien. No se preocupe."
.
.
.
Catelyn no le había contestado nada Arya, aunque hacía ya horas que había visto su mensaje de que sabía Sansa había estado embarazada. Y esa conversación no era algo que deseaba tener con Arya.
No solo porque no sabía como Arya estaba tomando el asunto, sino porque Arya era Arya y sus reacciones temperamentales eran algo a temer. Para colmo de males Arya estaba esperándola aquí en Desembarco del Rey en el apartamento familiar y certeramente Catelyn no tenía la voluntad, la paciencia, la mente ni el corazón para lidiar con ella en esos momentos.
Así que decidió saltarse dicho apartamento por el momento. Yendo a un hotel por un par de horas mientras se centraba en si misma, en averiguar qué había dispuesto Tyrion hacer con Pod a continuación. Y se convencía de que no había hecho nada malo; Sansa actuó por cuenta propia y con Pod…cumplió con la voluntad de él.
A lo mejor todo esto sí era para el bien de todos los involucrados. Eso era a lo único que podía esperanzarse.
Horas después nada más fue cruzar la puerta del apartamento para encontrarse a Arya en la sala, esperándola, de inmediato notando el álbum debajo de su brazo y probablemente sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar que su hija desvió la mirada incómoda y pareció sentirse culpable.
