Cabellos negros.
Bellatrix suspiro y a continuación bostezo.
Tenia tanto sueño, ya eran casi las 3 de la madrugada y ella continuaba despierta.
Pero es que como se iba a dormir si Andrómeda aun no llegaba a casa?
Su hermana iba por muy mal camino y sus padres no querían darse cuenta, pero quizás como siempre le repetía su hermana de rizada cabellera; no era su problema.
Resignada se puso el pijama y se sentó frente al tocado para cepillarse un rato el cabello…
Andrómeda no tardará en llegar. Se consoló a si misma Bellatrix mientras no paraba de echar miradas por la ventana.
Se miro al espejo. Su rostro perfecto, de facciones hermosas mas no delicadas como las de Narcisa estaba enmarcado por su espesa cabellera negra…profundamente negra, como la de…
Alguien toco la puerta, Bellatrix, tan ensimismada como estaba se sobresalto y pego un brinco…quizá era Andrómeda que se había tomado la molestia de avisarle que ya había llegado.
Abrió la puerta y sintió el impulso de volverla a cerrar pero no lo hizo y mejor se quedo contemplando el rostro perfecto que tenia a tan solo un palmo de su cara.
-¿Qué diablos haces aquí?-pregunto Bellatrix molesta
No recibió respuesta y tampoco pudo hablar ella, porque de pronto sus labios se vieron aprisionados en un apasionada beso.
Bellatrix se separo solo un instante para admirar de nuevo aquellas facciones tan irresistibles. Pero no pudo seguir admirando mucho rato, porque unas manos se enredaron en su cabello negro y ella enredo las suyas en el cabello negro de él…idéntico al suyo.
Sin interrumpir el beso, Sirius cerró el cuarto de su prima de un portazo…
Y que diablos le importaba a que hora llegaba Andrómeda?
