Capítulo 1: Aparición.
Todo era de lo más normal en el Going Merry, era una tarde como cualquier otra, Luffy estaba haciendo el tonto con Usopp y el renito Chopper, Robin leía uno de sus interesantes libros tumbada en el sol mientras Sanji hacía uno de sus intentos desesperados para ligarse a la morena, Nami en el momento estaba en paradero desconocido, probablemente dibujando un mapa de un sitio u otro, y Zoro, para variar, dormía en la cubierta del barco.
Acababan de marcharse de un bonito pueblo llamado "Kairo" donde habían pasado dos días para descansar. Aquel pueblo era la capital de comarca, en él había un palacio la mar de lujoso donde vivían en él dos chicas, el rey y la reina.
En un principio, todo tenía que seguir con total normalidad en el barco. Pero la palabra lo dice, en un "principio". Los piratas no sabían que dentro de poco aparecerían dos personas totalmente inesperadas.
Nami¡Kyaaaaaaaa!
La voz de Nami salió de su camarote, todos se levantaron sobresaltados y fueron corriendo hacia la habitación de esa.
Sanji¿Qué te pasa Nami? –El cocinero tenía una voz bastante preocupante al entrar en la habitación.
Nami¡Se movió¡En MI armario algo se movió!
Zoro: Vaya¿solo eso? –el espadachín ya estaba con dos de sus espadas ya sacadas preparado para entrar en "acción", ante ese gran "peligro" que tenia la pelirroja parecía estar decebido- mira que eres pava…
El armario hecho un ruido bastante curioso. Era como un crack y liego un plaf.
Nami: Oye Luffy -hacia voz de asustada, cosa rara en ella- Hazme el favor de abrir el armario por favor.
Luffy¡Siiii! –parecía hasta entusiasmado-.
El sombrero de paja se acercó rápidamente hacia el armario de la pelirroja, puso la mano en la manilla y lo abrió.
Nadie se esperaba encontrar dentro lo que había. Dos chicas. Sí, dos chicas, eras mas o menos de la misma altura, y de vista parecían la misma persona. Eran casi exactas en los rasgos de la cara, iban vestidas con unos jerséis de tirantes con bastante escote, una mini falda y unas botas de talones.
Una de las maneras de reconocer quien era quien entre aquellas dos chicas era que una iba vestida de blanco y la otra de negro.
Los piratas se quedaron callados¿Quién iba a imaginar que dentro del armario abría dos chicas!
Nami¿Quién sois?
Las chicas se miraron y empezaron a reír, parecía que algo les había hecho mucha gracia pero entre la tripulación no reía nadie, al contrario, estaban con cara seria, menos el cocinero Sanji, que estaba babeando con corazones en sus ojos por las chicas.
...: Nos llamamos Sunyi…
...: y Aya…
Sunyi: somos gemelas como podéis ver…
Aya¿podemos quedarnos en el barco?
Todo quedó en silencio… las caras de esas dos chicas… ¿las habían visto antes?
Nami: antes de nada presentaos como dios manda.
Sunyi y Aya se miraron con mirada segura, como si ya tuvieran un plan hecho.
Aya¡Hay madre es que hay que explicarlo todo! –Decía eso con una seguridad sobrenatural en la voz-.
Sunyi: Aya no seas borde… -en cambio esa era algo mas insegura-.
Aya: Aver, acabáis de salir de el pueblo de Kairo, eso significa que nosotros hemos venido de allí¿no¡Es lógico!
Sunyi: Somos las hijas de el rey y la reina.
Otra vez silencio. Aquella última explicación se aclaró todo. Aquellas chicas eran realmente raras. Una, la de blanco, era mas segura de si misma de lo que parecía de aspecto, aunque y se veía segura su mirada. En cambio la de negro no parecía hablar de la misma manera que la otra, hablaba de una manera algo insegura pero tenía toda la pinta de ser una bellísima persona.
Sanji: Si os quedáis no hacéis nada malo, en serio –aquella voz era realmente pervertida- ¡venid con nosotros!
Zoro: Anda tu cállate pervertido –el espadachín le dio un cachete a el rubio pero ni aquello consiguió que dejase de babear- Mejor vamos al comedor allí hablaremos mejor.
Así hicieron. Se dirigieron hacia la cocina-comedor. Una vez allí fue Nami la que habló.
Nami: Aver, como si ahora fuera la primera vez que nos vemos, presentaos como toca.
Aya: Aver, señorita navegante, como ya he dicho me llamo Aya y tengo 16 años.
Sunyi: Pues yo me llamo Sunyi, yo y Aya somos gemelas.
Robin: Al menos eso esta mejor¿de donde sois?
Sunyi: somos del pueblo que acabáis de desembarcar, Kairo.
Robin¿Y que hacéis aquí?
Callaron. Se volvieron a mirar, esa vez con más inseguridad y con mirada que parecía hasta triste.
Sunyi: Somos de la familia Real, las hijas de el rey y la reina, pero hemos decidido marcharnos del palacio… Ya no aguantabamos esa vida...
Chopper: -hacía una mirada muy sorprendida- ¿no queríais vivir a palacio?
Usopp¡Pues a mi me encantaría! –dijo entusiasmado-.
Des de luego parecían tristes. Como si la vida que Chopper y Usopp creían que era la de palacio no fuera tan genial como ellos esperaban.
Sunyi: Nuestros padres ni nos hablaban… -decía eso como si en un momento u otro fuera a llorar- ni se acordaban de nosotros…
Aya: A nuestros viejos les subió la fama a la cabeza, –aunque quería disimularlo su voz temblaba- des de que eran niños, es decir que todo el mundo los conoció como "los futuros reyes"… Lo único que les interesa es el dinero, la fama y la fortuna… Nos tuvieron a nosotras como quien tiene una guitarra.
Sunyi: Hemos pasado la gran parte de nuestra vida rodeadas de mayordomos y viviendo entre almohadas, los sirvientes nos cuidaban de sobremanera y no nos dejaban nunca salir de palacio… Creo que en toda nuestra vida solo hemos visto a nuestros padres en persona unos 4 o 5 veces…
Aya: hace apenas 2 meses que hemos salido por primera vez al pueblo… Estamos hartas de vivir con tantos lujos, con todo lo que queremos, joyas, ropa… pero ni un amigo, solo nos tenemos a nosotras… es insoportable… -tenía un toque de amargura en estas dos ultimas palabras-.
Sunyi: Así que…
Aya: Hemos decidido largarnos de esa prisión, pues eso¿podemos quedarnos con vosotros?
Todos quedaron aturdidos, como si tanta información de golpe no fuera buena para sus cerebros. Luffy quedo mirando atentamente a las chicas, para ser tan crío, en aquel momento parecía mucho mas maduro que Robin.
Luffy: bueno… pues si es así…
continuará...