UN DESTINO DIFERENTE

Capítulo I

"¿Qué es el destino?"

Yoh caminaba sin rumbo fijo. Tal vez al Norte tal vez al Sur no lo sabía con certeza pero en este minuto sólo quería caminar no importa a donde, lo único que realmente lo agobiaba era esa terrible presión en el pecho que lo mantenía sin poder pensar con claridad. Todo por lo que había luchado, se había perdido. Su mirada sólo reflejaba la inmensa tristeza que llenaba su cabeza y su corazón en ese instante. Tanto tiempo de andar por nada: tantos enfrentamientos y rivales extraordinarios que ahora no parecían tener mayor significado para él y lo peor era la confusión que le oprimía con fuerza el corazón. ¿Cómo Anna le pudo hacer eso luego de todo lo que habían vivido juntos? Prácticamente lo botó como si fuera cualquier desecho inservible. Bueno, ahora ella sería la esposa del Shaman King, justo cómo lo había planeado toda su vida y no iba a dejar su gran destino por un acabado como él. Además ¿en qué estaba pensando? Ella nunca la había prometido amor incondicional; es más, nunca siquiera le había dicho "te amo". No tenía por qué preocuparse tanto. Pero...

¿Por qué no te moviste ese último segundo?...Yoh-tu-perdiste...perdiste - esas palabras resonaban una y otra vez en su mente

¿Sólo fué por un descuido?...Sólo uno... - pensaba el desdichado joven.

¿Qué había pasado? Él se fué a entrenar muy duro durante un año entero para pasar la última prueba, el torneo. Y luego de que perdiera en las finales, la chica lo miró fríamente (como de costumbre) y le dijo que no se relacionaría con un perdedor, luego sin más se fue ¡No lo comprendía!

Desde entonces, y con la fiel compañía de Amidamaru, se había ido a vagar por el mundo. Constantemente recordaba a sus amigos que lo consolaron en esos momentos de derrota, sobre todo de Len que lo había ayudado más que nadie en ese entonces y antes también...Pero nada podía sacarle de la mente a la muchacha que lo dejó con ese sabor amargo en el cuerpo.

Siguió luego caminando, ahora por un espeso bosque, quizás el más espeso que había visto, tratando de recordar o asimilar como, por qué y en que momento se había llegado a encariñar tanto con esa niña mandona y malvada que lo trataba con la punta del zapato y lo sometía a tantos y angustiantes entrenamientos...y quizás eso era, ese sentimiento especial, ese frío y secreto candor que ella le insinuaba, era lo que había logrado encantarlo poco a poco. Pasó varios meses de aquí para allá, sin rumbo, practicando y tratando de mantenerse ocupado para poder olvidar su pasado.

Un día llegó a un bello valle, un precioso lugar lleno de flores, árboles y un río calmo, allí se sentó a meditar. Ahora y después de largo tiempo por fin podía volver a pensar un poco más tranquilo. Amidamaru se alegró de volver a ver a su amo un poco más sereno otra vez: no había sido capaz de hablarle de Anna en esos meses y tampoco lo haría por respeto a Yoh, pero se preguntaba qué pasaría por la mente del chico a esas alturas. Pensaba en aquello cuando de pronto sintió la presencia de un espíritu extraño por ahí cerca y alertó a su amo. Yoh se levantó y comenzó a buscar por el lugar. Escuchó un estruendo y fué a ver: era un duelo de shamanes. Un anciano peleaba contra una chica, los dos iban muy parejos e Yoh se quedó a observar escondido entre unos árboles. Mientras veía la pelea, una sutil y dulce sensación lo invadió: era como un sentimiento muy agradable de disfrutar. De pronto los recuerdos de esa final fatal volvieron a su mente solo por un momento.


"Estaban en medio de la pelea su contrincante se veía cansado, su rostro dorado quizás era el resultado de entrenar largas jornadas bajo el implacable sol del verano que no parecía querer retirarse hasta que ese gran evento concluyera; y su cuerpo resistía con esfuerzo a pesar del notable estado físico del cual gozaba. Al igual que Yoh, mostraba los rasgos debilitación por el agotamiento que le había causado batallar por largo rato y con un oponente tan difícil de derrotar. Era divertido encontrar más oposición, después de todo, ese torneo había sido relativamente fácil para el heredero del clan Asakura luego de todo lo ocurrido con Hao hace un par de años pero ya era tiempo de terminar y se preparó para el último golpe que reuniría todo el poder que le quedaba, lentamente invocó a Amidamaru en su espada y todo su espíritu lo acompañaba. Una fuerza inimaginable comenzó a emerger de Yoh y su rival se quedó inmóvil un momento, sólo fué una pequeña intimidación antes de lo que vendría, no entendía por qué no podía moverse más lo comprendió en unos pocos segundos: era el terror, por fin lo conocía. Se pudo recuperar cuando supo lo que ocurría y se dijo a si mismo que no perdería sin pelear en la última batalla, aun que fuera por respeto a todo su esfuerzo enfrentaría ese monstruoso ataque con todo lo que le quedaba de fuerzas y se alistó. Yoh se vió ya en la cima... Por un segundo percibió un dulce aroma a flores silvestres... ¿qué sería eso?"


El anciano de cabello largo y bigote gris, vestía una capucha café y era acompañado por un luchador, que a Yoh le recordó un poco a Lee Bruce Long, el espíritu de la hermana de Len Tao. Sus ojos demostraban la experiencia de los años y su rostro estaba marcado por más de alguna batalla y si seguía siendo atacado de esa forma por la chica de cabellera reluciente tendría otra más que añadir.

Por su lado la muchacha que se armaba de un báculo muy bello para invocar el poder de su espíritu, explotaba en juventud, valentía y astucia: sus facciones y ropas finas demostraban que ella era algo más que una simple shaman en el mundo. Se alistaron y ambos se dieron un tiempo para prepararse antes del ataque final. Extrañamente Yoh no percibió la presencia del espíritu de la joven, eso tenía lo más intrigado y no quería perderse nada. El anciano estaba muy inquieto y le exigió a la chica mostrar su espíritu acompañante... De pronto apareció muy lentamente una figura delgada y que mostraba una apacible mirada: era una especie de hechicera que vestía una capa larga y muy clara, su rostro era tan nostálgico que manaba y hacía sentir la calma. En un momento se deslizó en frente de su ama y se preparó nuevamente para el fin de la batalla: el ambiente cambió y en ese momento Yoh podría haber jurado que la temperatura del lugar bajó un poco. Ahora la apacible doncella de convirtió de pronto en una dura y calculadora guerrera que lucharía con toda su alma para ganar esa batalla y todas las que vinieran.

La pelea iba muy equilibrada e Yoh se entretuvo por un momento viéndola. La muchacha estaba decidida a ganar y le ordenó a su espíritu dar su último y mas fuerte golpe. Pero el anciano, sabiendo que ella tenía ganada la batalla,se enfureció ylanzó una bomba que cubrió todo el lugar con humo; la joven se desconcentró un minuto y en el momento en que el viejo la iba a tomar por sorpresa, Yoh dudó si debía salir o ver en qué concluiá la situación.

Antes deque su contrincantese acercara más,la chica detuvo el ataque con un hábil movimiento. Tanto el anciano como el propio Yoh quedaron sorprendidos por su rapidez. Entonces elhombre se ropas percudidasretrocedió un poco, ella se levantó y lo atacó pero esta vez para derrotarlo...

Todo terminó...

El joven shaman de cabellos castaños observaba todo y sí que quedó impresionado por tal demostración de habilidad y gracia. El anciano en cambio se veía furioso, repetía que esto no se quedaría así, que esa mocosa no podía haberlo derrotado y le lanzó a la chica un gas azulino en la cara. Ella cayó al suelo desconcertada y el viejo se disponía a terminarla cuando escuchó la orden de ataque a Amidamaru. El anciano fue detenido por un rapido Yoh que le decía que se fuera, la pelea había terminado y el conocía el resultado.

El viejo se mordió el labio.

¡Regresaré y te arrepentirás de esto, niña¡Y tú también chiquillo entrometido! - dijo amenazante antes de desaparecer.

Yoh se acercó a la muchacha que sólo estaba desmayada por el químico, pero tenía múltiples heridas debido al enfrentamiento. Él la iba a levantar pero su espíritu guardián se lanzó contra el joven antes de poder tocarla. Amidamaru la calmó diciéndole que Yoh no le haría daño, era amigo y sólo quería ayudarla por que había presenciado el enfrentamiento. La doncella sintió que podía confiar en él, además le había salvado la vida a su protegida, así es que dejó que el chico curara las heridas de la joven.

Me llamo Yoh Asakura, él es Amidamaru...estamos de paso por esta zona - le dijo amablemente, cómo de costumbre.

Mi nombre es Yukari

– su voz apenas se escuchaba y era como un suave susurro que estremecía todo el cuerpo -

Soy elespíritu acompañante de la Srta. Mayah

- le respondió la doncella. Luego se disculpó por la forma en que había atacado pero no podía dejar que nada le pasara a la joven, ya que ella era una damisela muy importante para su pueblo.

Pasaron un rato hablando, mientras que Yoh terminó de curar a Mayah y preparó un poco de comida. De pronto la joven se despertó y al verse en un lugar desconocido se levantó asustada. Al ver al joven shaman a su lado, lo miró y de un salto lo apuntó con su báculo exigiendo una explicación, en ese momento Yukari la calmó contandole todo lo ocurrido y de cómo él le había salvado del anciano feróz. Cuando estuvo más tranquila le agradeció a Yoh por su ayuda.

Te debo una... ahora debo acompañarte hasta que te devuelva el favor - le dijo la chica.

Yoh le dijo que no era necesario pero ella insistió en que en su pueblo era muy importante esa clase de favores, y que no se podían pasar por alto. El chico de los audífonos reiteró que estaba viajando sólo y que para él no había nada que pagar... pero...

Entonces es mi deber aniquilarte..- lo apuntó con su báculo nuevamente y una brisa temible comenzó a sentirse en el aire -

... ya es un deshonor muy grande casi haber sido derrotada por un tramposo. Y tú me salvaste de eso, un gesto de esa naturaleza no lo puede saber nadie o mi misión estaría acabada y sería reducida a la más baja de las guerreras de mi pueblo- parecía muy convencida de atacarlo.

Yoh se sintió por primera vez intimidado por una presencia espiritual. La joven se veía muy decidida y pensó que no le vendría mal un poco de compañía después de tanto andar solo. Además, él no quería conseguirse otro enemigo a estas alturas, así es que no tuvo más remedio que aceptar. Pero tan pronto él accedió la chica no pudo contenerse y explotó en risa.

¡Ja-ja-ja, ja no puedo creerlo... caíste, ja-ja-ja!

- Yoh quedó asombradísimo y confundido, no se había dado cuenta del engaño. Mayah fué capaz de ocultar todas sus reacciones y emociones, a tal punto que el hábil shaman no percibió la acción.

¿Qué? Pero……tú… y… ¿Te van a castigar?

- preguntó asombrado aún.

No te preocupes, no me pasará nada grave ni me quitarán mi rango, además no puedo ir contigo si no quieres - dijo con cierto desánimo

¡Pero señorita...¡sería una deshonra gravísima regresar con una deuda pendiente!- exclamó Yukari preocupada.

Lo que pasa es que en mi pueblo esta clase de favores son demasiado importantes como para dejarse pasar por alto– dijo mientras se sentaba nuevamente

Es uno de esos pactos de por vida o hasta que la deuda sea pagada. Pero no te alarmes, no suelo andar por ahí matando gente por que me salvan la vida, jajá. Es sólo que no pasa muy a menudo y las personas se sugestionan un poco con esas cosas.

OH, ya veo…- dijo Yoh

Pero señorita, usted menos que ninguno debe quedarse con favores pendientes.

Yukari... él no está interesado y si dice que no le debo nada no me castigarán ya que me acaba de liberar de la responsabilidad, no te preocupes tanto- rió con gracia.

Vaya!- se escuchó de pronto -ustedes sí que toman en serio este tipo de pactos ¿verdad?... bueno por el motivo que sea, no quiero que tú seas castigada por mi culpa, así es que... - se acercó a la muchacha y le tomo suavemente por el hombro - ...ahora soy yo quien te pide que por favor me acompañes en mi viaje...

Mayah se sorprendió bastante y le sonrió levemente antes de agradecerle por comprender su situación. Luego se recostó nuevamente ya que no estaba del todo curada de sus lesiones y debía descansar. Entre tanto los demás se prepararon para comer, mientras servían Mayah agradeció nuevamente a Yoh y le preguntó por qué había cambiado de parecer de un rato para otro, el chico le explicó, con su sonrisa característica, que lo que menos quería ahora era que alguien sufriera por su culpa. La joven no comprendió bien qué quería decir, pero no se refirió más al tema.

Durante la comida Yukari hablaba con Amidamaru sobre su origen, Mayah comía precipitadamente mientras decía que hace mucho tiempo no probaba una comida tan exquisita y felicitaba a Yoh por ser tan buen cocinero. Yukari le explico al joven que ella no era muy buena en relación al tema alimenticio ya que casi siempre quemaba todo, así es que simplemente evitaba lo que fuera cocinable. Mayah enrojeció y dijo que en su aldea los entrenaban desde muy pequeños para ser shamanes pero no les daban clases de cocina, a menos que te especializaras desde joven en el arte culinario. Yoh la observaba atento y aún no lograba entender cómo hacía un rato había hecho desaparecer por completo su aura dulce y lo había engañado de tal manera. Estaba asombrado de que en un día esa chica que al parecer era muy frágil lo hubiera sorprendido doblemente con una pequeña muestra de sus poderes. Definitivamente iba a aprender mucho de esa noble jovencita durante el tiempo que pasaran juntos.

Y ahora...¿ hacia donde te diriges Yoh?

A donde mi destino me lleve...