Disclaimer: Todos los personajes y lugares de la serie de Libros "Harry Potter" pertenecen a J. K. Rowling, lo demás es mío.

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Capítulo 12: El hechizo de los fundadores

Cuatro semanas de extenuante entrenamiento habían pasado desde la llegada de Malfoy a la mansión Li. Todo había transcurrido con normalidad, el trío dorado no había visto a Draco en todo este tiempo, pero sabían perfectamente como estaba por los 'reportes' de su amiga japonesa; por ejemplo, ese día les contó que habían empezado a usar armas en el entrenamiento físico, con lo cual los problemas del rubio para vencerla habían aumentado; para deleite de Harry y Ron, Keiko lo había vencido con una simple vara. Por su parte, Hermione estaba sorprendida por el progreso que había tenido el Slytherin en este mes, era lógico que dominara todos los hechizos orientales básicos en poco tiempo y que fuese diestro con la varita, al igual que ellos, pero ahora manejaba muy bien la magia con pergaminos, inclusive había creado sus propios conjuros para lo cual aprendió a escribir símbolos chinos. Acaso había subestimado al 'Hurón' todos estos años, siempre había pensado que era un petulante, que sacaba buenas calificaciones porque obligaba a otros a hacer sus trabajos. La verdad es que si no se hubiese tratado de Malfoy, quien la había insultado durante tanto tiempo, la castaña habría pedido a Agatha que el rubio entrenara con ellos; después de todo Hermione necesitaba un compañero, Harry solía practicar con Ron y ella debía pedirle ayuda a la duelista china.

Durante las tardes Hermione se refugiaba en la biblioteca, deseaba crear un hechizo especial para el encuentro que algún día tendría Harry con aquel-que-no-debe-ser-nombrado. Hace un par de semanas que ya no necesitaba la ayuda de Keiko o Lien para comprender los textos orientales, así que trabajaba sola. Algunas veces se quedaba hasta la madrugada leyendo conjuros, pociones y estrategias usadas en diferentes batallas. Pero esta noche sería diferente, empezaba su turno de vigilar a Agatha, aún no descubrían lo que había en el cuarto que tan celosamente ocultaba la china. Salio de la biblioteca cautelosamente y se puso la capa de invisibilidad que Harry le había dado esa tarde para su misión. Debía llegar al corredor antes que Agatha y estar preparada para entrar antes de que la puerta se cerrara, corrió por la mansión oculta por la capa y se paró en el lugar que el trío había acordado era el mejor. Luego de unos diez minutos llegó Agatha, sacó el dije del dragón y cuando la esmeralda que sostenía empezó a brillar la puerta oculta se abrió, Hermione respiró profundamente y entró al misterioso cuarto sin que la duelista lo notara.

Una vez dentro de la habitación, Agatha se sentó en una mecedora, tomó una foto de la cómoda que estaba junto a ella y la abrazó llorando en silencio. El cuarto era muy amplio, tenía varios muebles: una repisa llena de trofeos y medallas, una cómoda con varias fotos, un armario con un espejo en la puerta, una hermosa cuna y la silla donde estaba sentada la mujer; la pared del fondo y el techo dejaban ver parte del jardín exterior, pero Agatha con un movimiento de varita desapareció el hechizo. Hermione se acercó a ver las fotos de la repisa, en una se encontró con el sonriente rostro de una hermosa niñita de dos años acompañada por su madre, a la que de inmediato reconoció como Morrigan, en otra estaba Kun abrazando a la misma pequeña pero un poco mayor; la castaña se quedo impactada con la alegría y la ternura que reflejaban esos ojos marrones que ella siempre había visto tan serios, excepto ahora que estaban llenos de lágrimas. La joven deseaba ver esa foto que afectaba tanto a la china, así que se acercó sigilosamente a la silla pero en su intento se atravesó una muñeca de porcelana; el ruido que se produjo cuando la castaña lo pisó hizo que Agatha reaccionara, clavó sus ojos justo en el lugar donde Hermione estaba y la Gryffindor recordó lo que le había dicho a Harry esa tarde "Agatha sabe que tenemos la capa, no creo que podamos engañarla", cuanto deseaba por esta única vez estar equivocada.

"Accio capa" dijo Agatha recuperando su mirada seria mientras apuntaba en dirección a Hermione, la capa de invisibilidad voló inmediatamente a la mano de la mujer. "Buenas noches Señorita Granger" añadió al ver a la castaña.

"Buenas noches" respondió nerviosamente Hermione mientras miraba la muñeca destrozada a sus pies y su rostro se sonrojaba.

"Reparo" dijo la china arreglando el rostro de la pequeña bruja de porcelana, "era de mi madre" añadió tomándola del piso, "me la regaló cuando cumplí los tres años".

"Es muy hermosa" respondió Hermione mientras pensaba que podría inventar para justificar su presencia en este cuarto, pero sus ojos se fijaron en la foto que había quedado en la silla, se veía a dos jóvenes enfrentándose en un corredor de Hogwarts, uno de quince años con el emblema de Slytherin y otro de diecisiete años con el escudo de Gryffindor, ambos tenían cabello negro y eran muy atractivos; se trataba sin lugar a dudas de los hermanos Black. Luego vio la cuna adornada con juguetes antiguos.

"Gracias" dijo seriamente la mujer, sacando a la castaña de su 'trance',"creo que debemos salir" añadió sacando nuevamente el dragón y haciendo aparecer la puerta. Las dos salieron del cuarto pero la mente de Hermione seguía dentro, analizando lo que había visto. "Bueno señorita Granger, porque me ha seguido…"

"No la estaba siguiendo" intentó mentir Hermione.

"No me agradan las mentiras" dijo mirando fijamente los ojos color miel de la Gryffindor, "veo que le intrigaba mucho el cuarto por las defensas que le he puesto"

"Si, poco después de que llegamos la vi entrar por la puerta que desaparece y desde entonces he querido saber que esconde" respondió Hermione resignada.

"La curiosidad no es precisamente una virtud, pero tampoco es un pecado" dijo Agatha, "espero que ya no le intrigue esta habitación, ahí están mis más grandes logros y mis más preciados recuerdos"

"Los he visto" intervino Hermione.

"Lo se señorita Granger y por eso le pido su discreción" dijo la china, "no suelo mostrar lo que siento, las lágrimas son un lujo que no me puedo dar si deseo proteger a mi familia y por ellos son capaz de hacer cualquier cosa" añadió con tono serio.

"La comprendo perfectamente" respondió la castaña deseando nunca haber violado la intimidad de su anfitriona.

"Supongo que puedo confiar en usted" dijo mirando a la joven, "hasta mañana señorita Granger" añadió mientras le regresaba la capa.

"Hasta mañana señorita Li" respondió Hermione antes de irse a su cuarto.

El corazón de la castaña latía a prisa, se había asustado mucho al ser descubierta por Agatha, pero la reacción de la mujer no fue lo que Hermione se había imaginado. Estaba conciente de que había invadido su privacidad, sentía que había robado una parte importante de su vida, sin embargo Agatha no la atacó y dijo que confiaría en ella. Al llegar al cuarto se encontró con Harry y Ron, los jóvenes estaban deseosos por saber lo que ocultaba el cuarto misterioso.

"Como te fue Hermione?" preguntó Ron acercándose a la castaña.

"Muy bien, pude entrar en el cuarto" respondió Hermione mientras recordaba lo sucedido.

"Cuéntanos todo" dijo Harry.

"En ese cuarto Agatha guarda sus recuerdos y sus más grandes logros" dijo Hermione.

"Tanta protección y misterio solo para eso?" intervino Ron.

"Si. Tiene trofeos, medallas, fotos, juguetes…" respondió algo seria la joven puesto que las palabras de Agatha flotaban en su mente 'supongo que puedo confiar en usted'.

"¿Qué tipo de fotos?" preguntó Harry.

"De sus padres, de Lien, de Regulus, en fin de la gente que ella ha amado" respondió algo incomoda.

"Supongo que para ella ese cuarto es su escape de la realidad, como lo fue para mí el espejo de Oesed" dijo Harry sonriéndole a su amiga.

"Puede ser, ella también ha sufrido mucho" dijo Ron.

"De todas maneras aún no confío en Agatha Li" dijo el moreno dirigiéndose a la puerta, "hasta mañana Herm" añadió antes de salir.

"Si ya es tarde Herm, nos vemos mañana" se despidió Ron dándole un beso en la mejilla a la castaña.

Al día siguiente Agatha empezó a enseñarles el conjuro del río de fuego. Era algo que Harry había esperado desde el duelo con la mujer china, era un hechizo muy poderoso que podía llegar a ser mortal, justo lo que él necesitaba una forma de acabar con la vida de su enemigo sin tener que usar las maldiciones prohibidas, el enfrentamiento con Bellatrix le había enseñado que no era bueno para ese tipo de magia. Hasta ahora habían logrado realizar todos los hechizos orientales que Agatha les había explicado, por ejemplo, Hermione conjuraba sin dificultades el 'Guan-yin', Ron controlaba animales con pergaminos y Harry dominaba el hechizo derivado del 'Huo Jiang!', lo cual le daba grandes esperanzas.

"Por favor seleccionen una cada uno" dijo Agatha señalando tres magníficas espadas chinas que se encontraban en la mesa, "aprenderemos el hechizo en la forma tradicional, luego podrán hacerlo con la varita" añadió al ver la cara de asombro que tenían los tres Gryffindors.

"Por eso la forma en que tomó la varita era tan extraña" dijo Harry mientras cogía la espada con el penacho rojo.

"Era lógico, el conjuro es muy antiguo de la época en que no se usaban varitas en oriente" mencionó Hermione tomando la espada del penacho azul.

"Entonces no deberíamos usar pergaminos?" intervino Ron con la espada del penacho amarillo en la mano.

"Señor Weasley, en la antigua China no solo se usaban los pergaminos para hacer magia" respondió Agatha mirando de tal forma a Ron que el joven pensó que de haber estado en Hogwarts su comentario le habría costado por lo menos 50 puntos a Gryffindor.

"Es cierto, empleaban espadas similares a estas, abanicos y muchas otras armas", intervino Hermione para disminuir la tensión y Ron se lo agradeció con una pequeña sonrisa.

"Bueno, colóquense sobre el tapete" dijo Agatha seriamente, "pongan la espada en posición de defensa" añadió mientras les mostraba la forma correcta con su espada, luego se acercó a cada uno de ellos para corregir su postura. "Señor Weasley, imagine que alguien lo esta atacando y usted debe detener el golpe de la espada" le dijo a Ron mientras movía sus manos hasta ubicarlas en la posición adecuada, "mucho mejor". Agatha regreso a su sitio en el tapete y empezó a explicar el conjuro, "visualicen en su mente…" de repente la esmeralda de su dije empezó a brillar y la mujer dijo de inmediato "tomen sus varitas y no se muevan de aquí, estén preparados para defenderse en caso de ser necesario" acto seguido salió corriendo al jardín principal.

Fuera de la mansión se encontraba uno de los sirvientes con los ojos perdidos y una varita en la mano, al verlo Agatha supo que era víctima de la maldición Imperius. Antes de que el joven se acercara a la mansión, la mujer empezó un rezo y acto seguido lanzó un hechizo antes de ser alcanzada por el 'Crucio' del sirviente, el cual fue impactado de lleno y cayó desmayado; por su parte Agatha soportó el intenso dolor de la maldición sin gritar por ahora había cosas más importantes de las cuales encargarse, nuevamente cantó un conjuro. Lien llegó al poco rato para ayudarla, tomaron al joven y lo llevaron a un cuarto de la casa menor.

"Por suerte alcancé a desactivar la barrera" dijo Agatha mientras acostaba al joven.

"Ahora debemos saber quien lo hizo" añadió Lien mientras sacaba un pergamino que puso en la frente del sirviente y recitaba un hechizo, de inmediato empezó a fluir humo gris y se formó un rostro oriental muy conocido por las hermanas.

"El último de los Chang" dijo Agatha levantándose.

"Si" dijo con tristeza Lien, luego sacó otro pergamino que colocó en el mismo lugar que el anterior y recitó un conjuro distinto, el humo se transformó rápidamente en un paisaje.

"Debo poner fin a esto" dijo la china al reconocer el río, "Lien por favor cura a Shen, el pobre no tiene la culpa de nada" camino rápidamente hacia la puerta pero se detuvo al recordar al trío dorado, "pide a Keiko que vaya al salón de practicas y les diga a nuestros invitados que he tenido que ausentarme" añadió antes de salir del cuarto.

"Realmente me arrepiento de haberte salvado Hien" dijo Lien antes de lanzar el 'Guan-yin' sobre el joven, quien poco a poco empezó a despertar.

"Señorita que ha ocurrido" dijo asustado Shen.

"Tranquilo, fuiste hechizado y Agatha tuvo que desmayarte" le dijo Lien mientras le dedicaba una tierna sonrisa, "ahora descansa, saldré un momento pero luego regreso a cuidarte" le dijo mientras tapaba con una sábana al muchacho.

Lien entró en la sala de entrenamiento donde estaban Draco y Keiko visiblemente preocupados por lo ocurrido, en media clase la joven china había salido sin dar explicaciones, luego de unos minutos regresó con un sirviente en brazos en compañía de Agatha, acaso la casa había sido atacada. Pero la china no esclareció el asunto, simplemente llamó a Keiko y le pidió ir donde el trío dorado para que no se preocuparan luego regresó con Shen sin decir otra palabra. La japonesa obedeció de inmediato dejando a Draco solo, desorientado y visiblemente molesto, detestaba ser ignorado de esa manera. El rubio se puso a practicar sus movimientos con la espada mientras esperaba que alguien le explicara que estaba ocurriendo.

Agatha sabía que Chang Hien debía estar oculto en una de las cuevas cercanas al río que había visto en el humo. Con ayuda de Shiru llegó rápidamente al lugar, empezó a volar sobre las cuevas, sacó un pergamino y escribió unos cuantos símbolos chinos, después lo lanzó al aire y aparecieron cientos de pergaminos, cada uno de ellos se colocó sobre una cueva. Poco a poco se tornaban completamente negros y caían, pero uno permaneció en el aire señalando el lugar donde se encontraba el chino que había intentado atacar la mansión. La duelista guió al dragón hasta esa cueva y saltó haciendo gala de su destreza física, no podía perder tiempo.

"Esperaba que vinieras Agatha" dijo Hien con una espada en la mano.

"Por eso atacaste la mansión" respondió Agatha sin inmutarse.

"Estas lista para morir maldita?" dijo sonriendo con malicia mientras de las sombras aparecían dos mortífagos.

"Siempre lo he estado" dijo inexpresiva la china que tenía en una mano la varita y en otra una daga.

"Te mataré con el hechizo que me enseñaste" dijo Hien con odio en los ojos, acto seguido lanzó el conjuro al mismo tiempo que Agatha empleaba la varita con el contra-hechizo y arrojaba la daga a uno de los encapuchados.

"Moriré defendiéndome" dijo Agatha mientras veía caer muerto al mortífago gracias al veneno de su cuchillo, sabiendo que no podría detener al otro y evitar el hechizo de Hien, debía tomar una decisión deseaba morir a manos de un desconocido o del mejor de sus discípulos.

"Atácala" ordenó al mortífago.

En ese instante Agatha decidió que Hien tendría el privilegió de intentar asesinarla. Detuvo el contra-hechizo y lanzó un conjuro sobre el encapuchado, el mortífago no se esperaba esto y salió volando de la cueva para ser atacado por Shiru. Hien aprovechó la oportunidad para lanzar su conjuro favorito, de su espada salió vapor verde que rodeó a Agatha ahogándola poco a poco, él deseaba ver morir a la china con mucho sufrimiento y ese fue su error. La mujer hizo una demostración de valor y coraje que no esperaba Hien, a pesar del sufrimiento y de estar al borde de la muerte tomó fuertemente su varita con la mano derecha y su dije con la izquierda, puso los ojos en blancos y empleó un conjuro celta más antiguo que la muralla china. El último de los Chang cayó de rodillas, pero aún sostenía su espada, esta lucha la ganaría quien pudiese soportar más dolor. Al cabo de un eterno minuto se desmayó Hien, liberando a Agatha de su agonía; la maestra había logrado vencer a su pupilo. Luego de conjurar ataduras para las manos y los pies del chino lo sacó de la cueva, Shiru la esperaba impaciente junto al cadáver del mortífago que la había atacado.

"Amigo mío, debemos regresar a la mansión" dijo Agatha visiblemente débil al dragón, "mi padre debe encargarse de este traidor" añadió señalando a Hien.

Shiru se encargó de llevar a Agatha a la mansión, el dragón la conocía desde su nacimiento y sabía perfectamente lo que le ocurría en ese momento, nuevamente había estado al borde de la muerte. Al llegar al jardín principal de la casa, Agatha bajó a Hien y llamó a uno de los sirvientes para que la ayudaran a llevarlo ante la presencia del jefe del clan. Su padre la recibió de inmediato puesto que Lien le había contado lo ocurrido luego de verificar que Shen se había recuperado por completo y que ya no estaba bajo el poder de la maldición. La situación era muy dura para la joven, Hien había sido su prometido y el discípulo más querido de su hermana antes que el jefe del clan Chang tomara la decisión de apoyar a aquel-que-no-debe-ser-nombrado iniciando la 'Batalla de los mil nombres', desde ese instante tuvieron que enfrentarse. Con tan solo dieciséis años, Lien había visto morir a varios de los más leales miembros de su clan, inclusive Agatha había estado al borde de la muerte al finalizar el enfrentamiento, todo por culpa de los Chang; a pesar de todo eso no podía permitir que algo le pasara a Hien, la joven tenía el don de la curación así que cuando lo vio sumamente débil cerca del río lo había salvado. Tenía la intención de entregarlo al recién formado concilio de clanes para que lo juzgaran como a otros que sobrevivieron a la batalla, pero en un descuido el joven había escapado y desde entonces lo buscaban, ahora lo tenía nuevamente frente a ella.

"Padre, he logrado capturarlo" dijo Agatha con seriedad, "se lo entrego" añadió indicando al sirviente que pusiese al hombre en el mueble junto al jefe del Clan.

"Lo llevare de inmediato al concilio" respondió Hien, "Lien, por favor acompáñame, necesitaremos tu declaración"

Kun sacó una hermosa copa decorada con leones orientales, le indicó a su hija que tomara la mano del prisionero y de inmediato los tres desparecieron. Agatha salió de la oficina de su padre y se dirigió al salón de entrenamiento donde había dejado al trío dorado, a pesar de estar muy débil debía continuar las clases con ellos, aún les faltaba mucho por aprender y el tiempo transcurría aprisa.

En el salón estaban los tres jóvenes en compañía de Keiko esperando noticias de Agatha, ellos se imaginaban que la mansión había sufrido un ataque, especialmente cuando su amiga les relato lo que habían visto en la casa menor. En cuanto Agatha entró en la habitación todos se pusieron de pie, Hermione notó que la duelista estaba más pálida de lo normal y su semblante denotaba cansancio, 'seguramente ha tenido una pelea muy dura y ha venido para disculparse por no poder terminar la clase de este día' pensó la castaña.

"Disculpen la interrupción, tuvimos un ataque menor pero ya ha sido controlado" dijo Agatha, "Keiko, te puedes quedar aquí por hoy pero por favor sal del tapete" añadió provocando que Hermione se asombrara, acaso se atrevería a darles la clase en esas condiciones?

"Esta bien Agatha" respondiendo sonriendo la japonesa, mientras se dirigía a una de las sillas.

"Señores y señorita tomen nuevamente las espadas, párense en sus lugares y pónganse en la posición que les enseñe antes del incidente" dijo Agatha. Los tres jóvenes siguieron sus órdenes al pie de la letra. "Muy bien, veo que todos recuerdan a la perfección la correcta posición de la espada"

"Somos sus mejores discípulos" dijo Ron sonriente, pero sus palabras hicieron que el rostro de Agatha palideciera aún más puesto que había recordado a Hien, la mujer tuvo que reunir las pocas fuerzas que le quedaban para no llorar, no podía permitir que los muchachos notaran su turbación.

"Ahora viene la parte complicada. Visualicen un río de recuerdos saliendo de su mente hasta llegar a su mano derecha y río de sentimientos saliendo de su corazón hasta llegar a su mano izquierda, ambos se entrelazaran en la espada y saldrán como fuego mágico de ella" dijo Agatha, "pero deben ser recuerdos y sentimientos de amor"

"De amor?" dijo incrédulo Harry

"Si señor Potter, así como el Expecto Patronum! requiere de un recuerdo feliz, este conjuro requiere de amor" respondió Agatha, "por eso es un río de fuego que consume a la persona. El hechizo fue creado por un emperador chino para vengar el asesinato de su esposa. A pesar de que la mayoría cree que es el reflejo de sus ansias de revancha, realmente es una expresión de amor; cuando se piensa en venganza y se siente resentimiento el conjuro no es tan poderoso" añadió tomando su espada, "es algo que aprendí en la 'batalla de los mil nombres'"

"Pero el conjuro que creo en para esa batalla no usa sentimientos ni recuerdos" intervino Ron.

"Por eso no es mortal" respondió Agatha, "durante la batalla me enfrenté a uno de mis discípulos el cual uso el río de fuego en mi contra, así que respondí con el mismo hechizo" la china tuvo que hacer una pausa para evitar que los recuerdos la traicionaran y perdiera su máscara de seriedad, "a pesar de la batalla y todo lo que estaba ocurriendo en ese momento, en mi mente y en mi corazón solo habían amor; mi río venció fácilmente al suyo, en ese instante comprendí el conjuro del emperador"

"Pero usted que sabe de amor si permitió que su prometido fuera al encuentro de su muerte, al igual que su padrino" dijo Harry duramente sorprendiendo a sus amigos.

"Permitir?... no lo notaron, verdad?" dijo Agatha controlando una lágrima que luchaba por brotar, "Régulus me ató mágicamente a la cama, tan solo pude salir del cuarto cuando el murió" añadió mirando al vacío para que no notaran que sus ojos poco a poco se habían humedecido.

"Y Dumbledore?" preguntó Harry aun lleno de rabia, desde que supo la relación de Agatha con su antiguo director, la había culpado por no advertirle que el medallón ya había sido destruido.

"Albus fue muy importante en mi vida…" empezó a decir la mujer.

"Porque no le advirtió sobre los horcruxes" la interrumpió Harry.

"Cuando supe que Lord Voldemort había regresado le conté de la existencia de los horcruxes, por eso los estaba buscando" dijo Agatha, "pero Albus era algo especial, no me permitió contarle todo, ni siquiera cuando le dije que para alcanzar la taza necesitaría de usted señor Potter" añadió mientras una lágrima la traicionaba, Hermione y Ron estaban atónitos con la discusión que presenciaban, deseaban detenerla pero no sabían que hacer.

"Necesitar de mi, usted sabía sobre las serpientes" dijo Harry como descubriendo algo obvio.

"Yo presencie impotente la muerte de Régulus, gracias al don heredado de mi madre lo pude ver en mis pesadillas esa noche" respondió mientras le daba la espalda al moreno, "por eso sabía que tan solo alguien que hablara parsel podría llegar hasta la taza"

"Pero al hermano de Sirius lo mataron…"

"Los mortífagos luego de salir del árbol, estaba muy débil para poder defenderse" dijo Agatha, "yo lo vi todo y por eso sabía que no podía destruir la taza, eso le correspondía a usted, así como tan solo yo puedo destruir el último horcruxe"

"Usted sabe donde está?" preguntó Harry.

"Si, pero como ya le he dicho esa es mi misión, no la suya" respondió Agatha más blanca que un papel, tantos recuerdos la habían afectado, "será mejor que continuemos la clase mañana" añadió reuniendo fuerzas para salir de ahí.

"Esp…" intentó decir Harry pero Hermione lo detuvo.

"Harry, ella está sufriendo mucho no notaste que al entrar ya estaba muy mal, a pesar de eso estaba dispuesta a enseñarnos y tu la atacaste muy duramente" le dijo la castaña.

"Lo sé, pero tenía atravesadas tantas cosas que no entendía" dijo el moreno.

"SI, pero no por eso tenias derecho a tratarla así" dijo Ron, recordando todo lo que habían escuchado, él simplemente preferiría morir antes que ver sufrir a Hermione.

"A pesar de todo lo que has escuchado y visto aún querías seguir preguntándole sobre este asunto" dijo Hermione mirando a los ojos de su amigo.

"Ella sabe donde esta el último" dijo Harry.

"Pero también nos dijo que solo ella lo puede destruir, debemos confiar" dijo Hermione.

"No puedo confiar en ella. Nada bueno puede venir de Slytherin" respondió Harry recordando la traición de Snape y los maltratos de Malfoy.

"Es una lástima oír eso" intervino por primera vez Keiko desde su silla, los tres Gryffindors se habían olvidado que su amiga estaba ahí.

"A que te refieres Keiko" preguntó Hermione.

"Encontré un conjuro muy interesante llamado 'el hechizo de los fundadores', se necesitan cuatro magos que representen la valentía de Gryffindor, la lealtad de Hufflepuf, la inteligencia de Ravenclaw y la astucia de Slytherin" dijo la japonesa.

"Que hace el hechizo?" preguntó Harry intrigado por la intervención de la pequeña.

"Evita que se puedan emplear las maldiciones imperdonables en la zona marcada por los cuatro magos" respondió complacida por el interés del Gryffindor.

"Donde lo encontraste?" preguntó Hermione temiendo escuchar la respuesta.

"En el diario de Gardenia" dijo Keiko con una sonrisa pícara.

Harry y Ron miraron a Hermione, obviamente la castaña sabía de lo que hablaba la japonesa y no le había gustado para nada su respuesta. Este había sido un día muy difícil para todos, un ataque a la casa, un enfrentamiento entre Harry y Agatha y ahora se avecinaba una discusión entre Keiko y Hermione.

"Se suponía que lo devolverías" dijo la castaña

"Tu decidiste eso, yo no" respondió Keiko, "siempre había querido conocer los secretos de Gardenia y no iba a perder la oportunidad"

"Keiko, invadiste su privacidad, eso es terrible…" pero Hermione detuvo ahí su sermón al recordar que ella había hecho lo mismo con su anfitriona.

"No te molestes Herm-chan" dijo la joven japonesa con una carita que podría convencer a cualquiera.

"Esta bien, pero mañana mismo tendrás que contarnos bien como es eso del hechizo de los fundadores" dijo Hermione abrazándola.

Harry y Ron respiraron aliviados de que la tormenta no se desatara, ahora debían practicar otros hechizos y pensar en todo lo que había ocurrido.

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Espero que les guste la historia, es el primer fic que escribo.