La Mayor Fiesta De Todas
-Buenas tardes, Mary Jane. Tan puntual como siempre.
-Buenas tardes, doctor Frenz. Siendo franca, casi olvido que hoy era nuestra sesión semanal, y tenía miedo de presentarme. Sé que me lo ha dicho varias veces, pero todavía no estoy convencida de que estas sesiones sean privadas.
-Nadie te culparía, pero como ya te he dicho, son y siempre serán privadas. El señor Stark así lo ha querido. Bueno, toma asiento y retomemos donde nos quedamos la última vez. Estábamos hablando sobre el duro golpe emocional que fue la muerte de tu madre. O el que tu padre no quisiese ayudarte a ti o a Gayle.
-Con todo el debido respeto doctor, prefiero no hablar de él. Quisiera hacer de cuenta como que no existe, aunque sea por una hora.
-Por supuesto. Entonces continuemos con lo que pasó después de eso. Decías que Gayle y tú habían dejado de hablar.
-Más bien yo dejé de hablar con ella. Todavía no había superado la muerte de mamá, y temía que si mi hermana mayor y yo permanecíamos juntas terminaría corriendo el mismo destino que ella y que mi madre.
-Destino. Interesante palabra. Por favor, elabora.
-Bueno, usted ya sabe que mi madre quería ir a New York para probar suerte en el mundo de la actuación. Pero cuando se casó con él en la universidad...renunció a su sueño con tal de tenernos y criarnos a ambas. Y eso sólo la dejó con un matrimonio roto, con un hombre abusivo que sólo nos veía a las tres como carga y que nos terminó abandonando. Y cuando vi que a Gayle le había ocurrido lo mismo con su marido yo...supuse que era parte de una maldición que nos había caído encima.
-Profundicemos. ¿Cómo te hizo sentir todo eso?
-Odiaba la idea de anteponer la felicidad de un hombre o de una familia a la mía. No quería fallar donde ellas habían fallado. Y creo que fue parte del motivo por el cual siempre que nos mudábamos de hogar y de escuela me enfoqué en lo que quería hacer. En actuar.
-Un razonamiento muy negativo, pero lógico.
-Siempre traté de que nadie se enterase de cómo me sentía por dentro intentando parecer independiente, tenaz. Optimista. La vida para mí era una fiesta, y deseaba que estuviese llena de alegría. Desprovista de pena, de dolor.
-¿Y cómo describirías tu relación con Flash Thompson durante la escuela secundaria?
-Amor de cachorro. Nunca prosperó a pesar de los avances que él quiso hacer. Y tras que se alistase al ejército, supe que no duraría. Estaba segura de que pasaría el resto de mi vida actuando y modelando. Que el amor verdadero de los cuentos de hadas no tenía cabida en el mundo real.
-Hasta que conociste a tu esposo.
-La primera vez que supe de Peter fue cuando tía Anna me presentó a May Parker. Ambas querían desesperadamente que conociese a su nieto. Ya le había visto caminando a distancia por la acera un par de veces, pero él nunca se había detenido a fijarse en mí. Se sentía como si ambos viviésemos en diferentes universos.
-¿Pensaste hablarle en alguna de esas ocasiones?
-Posiblemente. Mi memoria de aquellos días es un tanto borrosa por momentos. Pero él parecía tan tímido, tan callado, tan estudioso...tan "no-mi-tipo". Además sabía que tía Anna y la señora Parker me habían descrito como alguien con una gran personalidad. Y...bueno, usted comprenderá que para los chicos eso sólo puede significar una cosa.
-Lo comprendo.
-Sabía que tenía una amistad cercana con Gwen. Podía darme cuenta cada vez que los veía a a ambos caminando juntos a la escuela que había química entre ellos, una de la que ni ellos mismos parecían haberse percatado que tenían. Por eso después de conocerles en su fiesta de graduación traté de ayudar a Gwen a hacer esfuerzos para lograr que Peter se interesase en ella. Pero nunca pasó de ser una amistad. Y Peter nunca se ha abierto lo suficiente como para sentirse cómodo hablando de eso conmigo. Supongo que los dos tenían cosas más importantes de qué preocuparse. Es gracioso, ¿verdad? Muchas personas piensan que terminarán casadas con su primer amor, con aquella persona con la que más compatibles son. Pero muchas veces la vida toma senderos peculiares.
-¿Cómo fue que descubriste su secreto?
-Fue mucho antes de que nuestras tías nos presentasen. La noche que el esposo de May fue abatido, venía de mis clases de teatro. Y mientras todos los vecinos se concentraban en la policía rodeando la escena del crimen, llegué a avistar a Spider-Man saliendo de la residencia Parker. No fue muy difícil unir los puntos a partir de ahí para deducir qué hacía un superhéroe en un barrio de Queens en propiedad ajena a esas horas de la noche.
-Y sentiste que por eso debías alejarte de él, ¿no es cierto?
-Así es. No podía soportar saber que Peter era Spider-Man. Me atrían los chicos con problemas, pero los suyos eran demasiado grandes para mí. Temía que si me involucraba románticamente con él repetiría la misma situación de mi madre y de Gayle, que la fiesta llegaría a su fin. Y parte de mí deseaba que él lo dejara. Que dejara de sacrificarse por gente que no conocía, a la que no le debía absolutamente nada.
-Tengo entendido que el incidente de Central Park los volvió más unidos.
-La internación de Harry en el manicomio de Ravencroft me hizo darme cuenta de que debía dejar de aislarme. Peter estaba solo, con su tía enojada con él por haberle mentido por tantos años, y su mejor amiga culpándole por no haber salvado a su padre. Necesitaba a alguien con quien hablar, alguien dispuesto a escucharle. Tenía a varios amigos superhéroes allí afuera, pero a nadie con quien tuviese la misma relación que conmigo.
-Y así comenzaron a salir.
-En efecto. Pero mis problemas con su doble vida pusieron pronto fin a la relación. Supongo que en retrospectiva usé el regreso de Flash a mi vida como una excusa para negarme a admitir que Peter no era el problema, sino yo. Y Flash también lo sabía.
-¿Cómo fue tu reacción cuando él ya no estuvo? ¿Cuando se fue al espacio?
-Espanto, seguido de horror. Pensé que jamás regresaría con vida. Y cuando lo hizo, sentí un atisbo de esperanza. La posibilidad de poder reparar el daño que le había hecho. Pero ahora estaba con alguien más. Y cuando ese monstruo me secuestró para golpear a Peter donde más le dolía...sentí que sólo servía para causarle sufrimiento.
-Pero eventualmente volvieron a estar unidos.
-No fue sencillo. Cuando Felicia rompió con él me vi a mí misma volviendo a dejarle. Hasta que hice a un lado mis miedos y acepté que no podía cambiar quien era. Él se la pasaba todos los días rescatando personas, deteniendo criminales desinteresadamente sin pedir nada, sin esperar nada. Era un héroe, y yo no había sabido verlo. Decidimos probar de nuevo, y bueno, aquí estamos años después.
-¿Aún temes por su bienestar? ¿Que un día no vuelva a casa?
-Con cada parte de mi alma. Pero nunca dejaré que eso pase. Sé que nunca jamás pasará. Y todo el tiempo que hemos pasado juntos y con la pequeña Mayday me ha permitido entender algo maravilloso, doctor.
-¿Y qué sería ese algo maravilloso, Mary Jane?
-Que el matrimonio y la familia son la mayor fiesta de todas.
