Capítulo 4: Favor
-de verdad muchas gracias por venir-una sonrisa amarga se dibujó en su rostro.
-por supuesto que íbamos a venir, no tienes nada que agradecer-contestó el pelirrojo. Él y Harry acababan de llegar al funeral de la familia de Hermione.
-¿cómo te sientes?-preguntó Harry con cautela.
-ahora estoy mucho mejor, gracias-sus ojos brillaban y sentía como las lagrimas amenazaban con salir.
Harry notó esto y posó las manos en sus hombros, atrayéndola hacia sí con lentitud, para luego abrazarla. Quería protegerla, quería que supiera que estaría a su lado siempre para apoyarla en lo que fuese y, aunque su conciente se negara rotundamente a admitirlo, quería que supiera lo mucho que la amaba. Hermione correspondió el abrazo y luego de un momento se separaron.
-gracias- repitió algo cohibida por la acción de su amigo.
-de nada-inconscientemente buscó a Ron, por un momento pudo ver la sorpresa y la confusión dibujada en los ojos de pelirrojo, un escalofríos recorrió su espalda-para que estamos las amigos-le sonrió, mientras se separaban.
-¿entramos?-los tres se encaminaron a la iglesia, junto con el resto de la gente.
Ni Harry ni Ron eran católicos y la misa les pareció una ceremonia condenadamente aburrida, y al sacerdote no se le entendía un una sola palabra de lo que decía. Luego Hermione dijo una palabras a modo de despedida que conmovieron a todos.
Una vez terminada la misa, se dirigieron al cementerio, a Harry le pareció un lugar precioso, pasto verde se extendía hacia todas direcciones y en el suelo se veían millones de lapidas, algunas con flores, otras olvidadas. Era un hermoso día de otoño y corría una agradable brisa fría, los árboles manchados de colores tierra y el sol brillando en lo alto, sin ni una nube a la vista, daba al cementerio un aire de majestuosidad "lo más cerca que se puede estar del cielo"pensó Harry algo melancólico al acordarse de Sirius.
Poco a poco la gente se fue retirando, hasta que por fin Hermione se quedó sola. Se instaló junto a la lápida.
-hola-dijo en un susurro, posando una de sus manos en la piedra-les traje esto-indicó el clavel que tenía en su mano- se que son tus favoritas, mamá...me acuerdo que papá siempre te llevaba cuando te enojabas por alguna tontería-sonrió y colocó el clavel al centro de la lápida- siento la falta de originalidad, fue lo único que se me ocurrió...de verdad lo siento-su voz se quebró-Alis, mi niña preciosa te prometo que otro día te traeré un chocolate para que compartamos-hizo una pausa para tomas aire-no saben como me puse cuando supe lo ocurrido, quería morirme...de echo, lo intenté, pero un chico llegó justo a tiempo para detenerme y ¿a que no adivinan quien era?...Draco Malfoy, el chico que siempre me molesta...¡pueden creerlo!-calló un momento, prometiéndose que apenas llegara al colegio le daría las gracias-...ni se imaginan cuanto los necesito...con ustedes murió un parte de mi... pero nos veremos pronto... -sus ojos brillaban-cuando es destino lo estime conveniente, mientras tanto esperaré y viviré de la mejor manera posible, lo prometo...hasta que ese día llegue y podamos estar juntos... los amo...siempre
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Los días pasaron y Hermione por fin volvió al Hogwards. Se veía muy bien y, al parecer, ya había superado el dolor.
Lo primero que hizo fue ponerse al día con todas las asignaturas, había perdido demasiadas clases. En eso estuvo los primeros tres días después de clases. Lo que no le había dejado tiempo para hablar con Malfoy, ni si quiera lo había visto.
Su primer encuentro después de lo ocurrido fue un jueves por la mañana, y fue bastante extraño.
-pero miren quien viene...cara rajada con el pobretón-los presentes rieron con ganas. Malfoy fijó su mirada en Hermione, quien esperó con calma la oleada de insulto; "oh!..y no olvidemos la ganadora del premio al más patético!...la sangresucia, huérfana y alcohólica... que pide ayuda a sus enemigos ya que, al parecer, no tienes amigos jajajajaja" . Esperó ...y esperó...y esperó...¡no le dijo nada, simplemente dio la vuelta y se alejó caminando con una elegancia tan suya. A la chica le tomó un segundo darse cuenta que Malfoy se había ido. Sus amigos, que también se percataron de la actitud del Slytherin, se miraron confundidos. Y es que no era posible que Draco Malfoy, pedante, orgullos y sin un poco de compasión, hubiera dejado escapar una oportunidad tan exquisita de humillar a uno de sus peores enemigos. La única explicación posible era que no quería que se sintiera mal o.O!. Su necesidad de hablar con él aumentó.
-¡Malfoy!-lo llamó ese mismo día en la tarde, al encontrárselo en uno de los pasillos del tercer piso.
-¿qué es lo que quieres?-preguntó con desprecio.
-necesito hablar contigo-se acercó a él.
-es lo que estás haciendo-contestó burlón.
-quieres dejar de lado tus ironías...es importante!-logró que el chico se pusiera algo más serio, pero sin dejar su postura de aburrimiento.
-empieza...
-bueno...yo-le era extraño hablar con Malfoy sin que hubieran insultos entremedio, de repente se dio cuenta de que no sabía exactamente qué quería decirle.
-tu ¿qué?...
-no estás haciendo las cosas más fáciles ¿sabes?-espetó molesta, más con ella misma por verse como una tonta que con él por haberla interrumpido-...sólo quería darte las gracias por no decir nada de lo ocurrido en la fiesta-dijo por fin.
-pues no te creas que te va a salir gratis-contestó venenoso, sonriendo con malicia.
"¡claro, soy un completa estúpida...¿cómo pude esperar que Malfoy me hiciera un favor sin que pidiera nada a cambio!"pensó avergonzada por su ingenuidad-¿qué es lo que quieres?- preguntó agria.
-mmm...aún no lo decido, pero ya se me ocurrirá no te preocupes...¿algo más?
-si, eres un ser repulsivo
-oh...entonces que le dejas a los de tu especie...-dijo, luego siguió su camino.
"maldito, ¡maldito, ¡¡¡MALDITO!...¡¡¡TE ODIO!"gritaba para sus adentros, enfurecida. Mientras miraba con impotencia, como el rubio se perdía en una esquina.
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"Jajajaja...soy brillante, a veces me asombro a mi mismo"se decía Malfoy, quien caminaba hacia el despacho del profesor Snape "realmente hice quedar a Grangger como una tonta...¡mira que a venir a darme las gracias!"una sonrisa asomó en su rostro "ahora está en deuda conmigo...ni que fuera a pedirle un favor a un sangresucia, ¡ja!...puede morir esperando a que le pida algo". Por fin llegó al despacho, tocó la puerta.
-pase-dijo la voz de Snape.
Malfoy entró y se sentó en la silla que había delante del escritorio sin pedir permiso.
-¿me quería ver, profesor?-preguntó sin quitar su sonríanla de suficiencia. Esto pareció molestar al profesor.
-¿se puede saber que le parece tan gracioso?- dijo con voz melosa-se le quietará esa sonrisa al saber de lo que quiero hablarle-el chico se puso serio-...la profesora McGonagall ha venido a hablar conmigo acerca de su rendimiento en clases...y francamente he quedado sorprendido-Malfoy lo miró ceñudo, sabía que se refería al echo de que no lograra transformar el estúpido sapo en canario-sus calificaciones han bajado significativamente...quiero saber si ocurre algo malo.
-no señor-contestó, y era verdad. Simplemente le estaba costando más de lo normal seguir el ritmo de transformaciones.
-bueno, fue su padre el que me pidió que me ocupara de esta situación- un escalofríos recorrió la espalda del chico al pensar en lo que su padre era capaz de hacer si no subía sus notas-...y si no es nada grave...entonces quiero que haga algo para contrarrestar esto, y cuanto antes-dijo arqueando una ceja-¿a quedado...claro?
-s-si señor
-puede retirarse
Y salió.
"¡genial!...seguro que mi viejo me mata...¿ahora qué voy a hacer?"se preguntó angustiado al recordar que su padre estaba enterado del asunto "podría conseguir que alguien me ayude...mmm no...mala idea...yo soy el más inteligente de mi casa y de las otras casas seguro que nadie me ayuda...¡estoy perdido!"sentenció con la cabeza gacha. "Un momento!...la sangre sucia me debe un favor y esa si que es una rata de biblioteca...lo debe saber todo...pero, es humillante que un Malfoy tenga que recurrir a ese tipo de gete...pero si me debe un favor, no le puede decir a nadie...será un secreto...ya esta, decidido...mañana mismo hablo con ella..."a así, más animado, volvió a la sala común de Slytherin.
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Y a sí lo hizo, durante toda la tarde del día siguiente sólo se dedicó a buscar a Hermione.
"Maldición!...¿cómo puede ser que la sangresucia no esté por ningún lado?" en eso pensaba Draco, mientras caminaba presuroso por los terrenos de Hogwards, cuando chocó con "algo" que lo hizo caer al suelo-¡pero que demonios!...¡fíjate por donde caminas tú estúpido imbe..., ¡¿Grangger!-exclamó con sorpresa al ver a la chica tirada en el suelo.
Casi como un acto reflejo, sus ojos se fijaron en el diminuto pedazo de tela blanca que se asoma entre sus piernas "blancas"pensó divertido"toda una inocente ñoña...".
Al parecer la chica se percató de esto porque enseguida cambió su posición, colocando sus manos sobre su falda, justo entre sus piernas.
-¡bueno, si me viste venir podrías haberte echo a un lado o avisarme!-contraatacó molesta, con un leve tono rosa en sus mejillas.
Malfoy se levantó con elegancia y se dio unos toquecitos en su camisa con sus manos para limpiarla de algún rastro de suciedad que halla podido quedar en ella. Luego miró a Hermione, quien también se levantaba. Ahí fue cuando se acordó de que quería hablar con ella"¡las cague!...ahora si que me va a costar arreglarla".
-bueno, ¿y qué más de eso ahora?...es verdad, yo tampoco me fijaba por donde iba-dijo encogiéndose de hombros, como restándole importancia al asunto.
-¿pero qué te pasa a ti?-preguntó aún más molesta-fuiste tú el que empezó con el rosario de insultos...
-ah...bueno, es la costumbre-sonrió de lado. Hermione levantó una ceja, desconfiada-¡oh, vamos Grangger...no te pongas a la defensiva...
-¿qué es lo que quieres?-preguntó, cruzándose de brazos, su expresión le daba a entender a Malfoy que no importaba cuanto se esforzara, a ella no podría engañarla.
-esta bien-dijo rendido y algo molesto-ayer me dijiste que me debías un favor-explicó volviendo a su tono normal de voz.
-en realidad tu me chantajeaste...-corrigió.
-a...bueno, es lo mismo...al cosa es vengo a cobrártelo-sonrió malicioso.
-¿qué es lo que quieres?-preguntó nuevamente, fría.
-ayúdame en transformaciones-dijo en el mismo tono-haz que apruebe el ramo y nadie sabrá de tu borrachera...ni de tu intento de suicidio, ni de nada de lo que halla pasado esa noche...
Hermione le dedicó un mirada asesina-bien, es un trato
