Capítulo 9

- Sirius, despierta – Le dijo James ya vestido a un joven que se encontraba boca abajo en una de las camas – ¡Sirius!

- Mh...

- Despierta

- Mmmhh

- ¡SIRIUS, DESPIERTA! - Sirius dio un respingo en su cama para quedar viendo a James asustado.

- ¿Qué pasó?

- Estaba que te dejaba ahí tirado. Son más de las siete Sirius y yo deseo desayunar... – dijo James un poco molesto.

- ¿No será que quieres ver a Lily, James? – le preguntó Remus divertido apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados, esperando a sus amigos.

- Bien, bien, chicos. Espérenme sólo diez minutos – dijo Sirius levantándose de la cama como un cohete hacia el baño.

Pasaron unos quince minutos y Sirius salió ya con el uniforme del colegio, un poco desordenado pero con una brillante sonrisa.

- Bien, vamos.

Los chicos salieron del dormitorio, encontrándose con varias de sus seguidoras y amigos, hasta que llegaron al Gran Comedor donde las chicas ya se encontraban.

- Sólo quedan 10 minutos para desayunar – les dijo Lily al pasar a su lado en la mesa seguida de sus amigas, perdiéndose por la puerta del comedor. James se quedó embobado mirándola salir.

- James, vamos mejor, que llegaremos tarde a Pociones – le dijo Remus, tomándolo del brazo para que despertara de su sueño.

- No hay nada mejor que Pociones por un Lunes en la mañana – dijo Sirius sarcásticamente – Y con Slytherin, aprovecharé de dormir...

- Claro que no, Sirius, debemos aprovechar por ser primer día en el colegio para hacerle una broma a Snivellus – dijo James con una maléfica sonrisa.

- Claro, amigo, claro – dijo Sirius sonriéndole de la misma manera – por un momento se me olvidó nuestro querido Snivellus.

Los chicos llegaron al salón y segundos más tarde la campana sonó dando comienzo a la clase. El profesor Slughorn llegó, dejando su portafolio sobre la mesa y se quedó mirando a los alumnos.

- Señorita Evans – le dijo a la pelirroja, caminando por el salón – Dígame el nombre de la poción que se puede beber sin tocarla.

- Ospiris Bennitum – (n/a: jeje) El profesor le sonrió más animado.

- Muy bien, muy bien, diez puntos más para Gryffindor – se escucharon murmullos por parte de los alumnos hasta que el profesor se dirigió a Remus – Y dígame usted, señor Lupin, cómo se llama la poción que, si uno la toma, le hace decir toda la verdad.

- Veritaserum – respondió el joven, seguro. El profesor le sonrió y se dirigió hacia el pizarrón.

- En efecto, la poción que hace a uno decir toda la verdad se llama Veritaserum,diez puntos más para Gryffindor, pero pues obvio que ustedes ya sabían éstas cosas, pero hoy prepararemos tal poción y el que termine primero escogerá a algún compañero para que éste tome la poción – dijo el profesor divertido – Sí, si, eso haremos – comenzó a escribir las instrucciones para luego ir a sentarse a su puesto y ojear algunos libros.

- Lily, ¿Podrías ayudarme? – le dijo Nhy, sentada al lado de la pelirroja. Tenía su caldero chorreado de una sustancia amarilla y su túnica con algunas manchas. Lily se rió, asintiéndole.

- Debes ponerle cinco ramas de PERRIHUE, Nhy, no de LONBIHUE.

- Perrihue, Lonbihue, ¿Cuál es la diferencia?

- Una puede quemar toda una casa en sólo cinco minutos. Sólo se usan en pociones muy complicadas – le dijo sabiamente, ayudándole a ordenar sus cosas.

- Sí, sí, vaya, tiene toda la razón, Señorita Evans – Le dijo de pronto el profesor a sus espaldas – Por lo que veo es una magnífica alumna, sí, sí, desearía que viniera después de clases a mi despacho, por favor.

- Eh... pues, claro – dijo la pelirroja asombrada. El profesor le sonrió simpático y se fue observando los demás alumnos.

- ¿Es que estoy soñando o es que el profesor Slughorn te ha invitado a su despacho? – le preguntó Nhy en el mismo estado que la pelirroja.

- No estás soñando.

- ¿Quién no está soñando? – Preguntó Remus divertido quien estaba sentado detrás de las chicas y quien había escuchado todo.

- Pues, Lily va a ir hoy a – Nhy no pudo continuar ya que Lily le había tapado la boca, mirándola nerviosa.

- Voy a salir con un chico – Remus la miró sonriendo, sabiendo que estaba mintiendo, pero se encogió de hombros y siguió trabajando.

- ¿Es que estoy soñando o es que oí que Lily saldrá con un chico? – dijo James en susurros a Remus molesto.

- Sip, no estás soñando – le dijo divertido.

- ¿Y quién es ése chico? – preguntó curioso.

- No lo sé, parece que es Rufus Lound – Mintió Remus divertido. James abrió los ojos como platos y no pudo evitar ponerse celoso.

- Bien, no es mi problema, que salga con él – dijo enfadado volviendo a su caldero para seguir con la poción.

Los alumnos siguieron elaborando sus pociones y para el término de quince minutos, ya la mayoría había finalizado. El profesor les dio cinco minutos para ordenar todo el desorden que algunos habían causado para luego continuar con las actividades.

- Sirius, ya es hora – le dijo James en susurros al moreno quien estaba recostado en su asiento.

- Claro, claro, yo tengo la poción – dijo sacando un pequeñó frasco de color azul de su túnica y enseñándoselo a James sonriente – Distrae tú al profesor – James le asintió con la cabeza y levantó su mano para llamar al profesor.

- ¿Sí, Señor Potter?

- Disculpe, Profesor, pero no puedo entender por qué mi poción todavía está de color amarillo... Y es que soy tan bueno en pociones, gracias a mi gran profesor, que mi caldero debe ser el problema ya que como ve aquí...

James siguió hablándole al profesor para que no pillara a Sirius echándole el líquido del pequeño frasco en el caldero de Snape disimuladamente. Volvió a su puesto al lado de James y le dio un codazo.

- No, no, creo que yo estoy mal profesor, de todas formas gracias por su ayuda... – El profesor, confundido sin haber entendido ninguna palabra, se retiro del banco del joven para volver a su puesto - ¿Pudiste echarla dentro del caldero? – le preguntó a Sirius quien le asintió con una gran sonrisa.

- Ahora sólo nos falta esperar unos dos minutos y ¡wualá! Habrá un nuevo Snivellus.

- ¡Genial!

- Bien, bien, chicos. Todos lo han hecho muy bien, aunque hayan tenido algunos problemas – dijo el profesor mirando en especial a un joven de Slytherin quien tenía toda su cara y su túnica manchada con un líquido café – Pero ahora comenzaremos con la actividad. Y por supuesto, el primer alumno en terminar, con una gran poción con unas características nunca antes vista, fue Lilian Evans – Lily sonrió contenta y pasó adelante junto al profesor – Un aplauso, por favor. Bueno, bueno, Señorita Evans, puede elegir a alguien del alumnado para que tome la poción.

- Pues, elijo a Nhyla Rae – Nhy sonrió nerviosa y salió adelante junto a su amiga.

Lily le entregó la poción y se la tomó de un trago. Al poco rato comenzó a sentirse nerviosa.

- Bien, Nhy, ¿Te gusta pociones? – le preguntó Lily.

- Pues, no, la verdad que encuentro que es todo muy aburrido y además el profesor nunca me presta atención pero como quiero ser Sanadora pues, estaré obligada a estar en clases de Pociones – dijo luego tapándose la boca, sintiéndose aliviada.

- Y ¿Acaso tienes...

- ¿Quién te gusta? – se escuchó una voz por la estancia interrumpiendo a la de Lily.

- Pues, la persona que me gusta es... – Un grito agudo opacó a la voz de Nhy. Todos los alumnos plantaron su mirada en el rincón donde dos Slytherins estaban sentados, rodeados de un aire verde; una mujer y un chico, el cual tenía piel y patas de gallina.

- ¡¡¡AAAAAAH! – gritaba la joven alejándose del chico. Mientras que tres jóvenes de Gryffindor se reían a más no poder.

- ¡SILENCIO! – gritaba el profesor, caminando entre los jóvenes, perdiéndose de vista por su baja estatura. Llegó donde el joven estaba casi inconsciente y le tomó del brazo - ¿Señor Snape? ¡Señor Snape! ¿Me escucha? ¡Señor Snape, debemos ir a enfermería! – El profesor se lo llevó en hombros ayudado por otro joven de Slytherin.

- Qué terrible – dijo Nhy – Aunque muy chistoso.

- ¿Cómo puedes pensar eso? Qué humillación – dijo Lily mirando la puerta del salón donde el profesor junto a los dos chicos desaparecían de vista.

- Es obvio quiénes lo hicieron – dijo Nhy mirando hacia donde los merodeadores estaban.

- ¡Claro! ¡Cómo no me lo imaginé! – dijo molesta la pelirroja. Se acercó a los chicos quienes se reían sin parar. Remus notó su presencia y se calló inmediatamente pero Sirius y James seguían riéndose - ¡Qué lindo! ¿No?

- ¿Yo? – dijo Sirius.

- No, lo que acaba de suceder. Es que no puedo creer que sigan con las bromas, y yo que pensé que éste año cambiarían – les dijo molesta, mirando en especial a James quien no sabía cómo esconderse.

- Vamos, Lily, sólo fue una bromita de bienvenida – le dijo – No es la gran cosa.

- Ah, claro. No es la GRAN cosa tener piel de gallina y que todos te vean y que tal vez afecte a tu organismo la poción – le contestó más furiosa - ¿Es que acaso no piensas? ¿Es que acaso no te has puesto a pensar en ponerte en el lugar del otro y saber que eso molesta? Que no es una broma si no ¡Una crueldad!

- Tranquila, pelirroja – le dijo Sirius extrañado – Somos los merodeadores y nunca dejamos de hacer bromas, y todas han sido chistosas.

- Les apuesto a que no pueden dejar de hacer bromas por un tiempo. Son tan cobardes que se escondes tras las bromas y la buena reputación – les dijo la pelirroja tratando de que se indignaran, cosa que funcionó en Sirius y en James.

- ¡Claro que no! – dijeron los dos chicos al mismo tiempo.

- ¿Enserio? Pues los reto

- Lily... – le dijo Nhy divertida. Lily le alzó la mano indicándole a que guardara silencio.

- ¿Es que no se atreven?

- Disculpa, pelirroja, pero sí nos atrevemos, ¿No, James?

- Claro... ¿Y qué ganamos?

- Si es que pueden sobrevivir sin hacer bromas, pues ganarán lo que uds quieran.

- Pues queremos que camines por toda la sala común en ropa interior – dijo Sirius divertido. James le pegó un codazo aunque de todas formas estaba fascinado con esa idea. Lily le miró con el entrecejo fruncido, negando con la cabeza

- No te extralimites, Black.

– Bien, bien, entonces... tendrás que besar a... Remus – dijo el chico.

Lily abrió los ojos como platos, Nhy soltó un pequeño gemido y no pudo no ponerse roja, Remus... pues Remus quedó un tanto inmóvil y James no pudo evitar sentirse celoso.

- Bien, bien, entonces le tendrás que dar un beso a James... en los labios – Lily le miró con cara de molesta para luego sonreírle y darle la mano.

- Hecho, pero si ustedes pierden tendrán que... disculparse con Snape – Remus abrió los ojos como plato, por él se disculpaba en ese mismo momento pero James y Sirius no podían echar a perder su reputación de esa forma.

- Hecho, por un mes – Le dijo Sirius dándole la mano y cerrando el caso. Pero estaba nervioso. Sirius Black no podía dejar de hacer bromas, pero por parte de James, él podría con tal de darle ése preciado beso a Lilian Evans.

oOoOo

- Brenda, no vas a creer lo que Lily acaba de hacer – Le dijo Nhy a su amiga en los pasillos del colegio.

- ¿Qué? ¿Qué?

- Ha hecho una apuesta con Black y Potter. Y Remus pero en realidad él no cuenta.

- ¿Lily haciendo una apuesta? ¡Vaya! ¿Sobre qué?

- Los Merodeadores deben dejar de hacer bromas por un mes, si es que lo logran; Lily tendrá que besar a Potter, pero si no lo logran; tendrán que disculparse con Snape – dijo Nhy animada. Brenda abrió los ojos como plato.

- Van a caer demasiado bajo, Lily. ¡Vaya, Sí que eres la mejor, amiga!

- Sí, pues, al principio lo tomé como broma pero ahora... estoy nerviosa si es que lo logran – dijo Lily pensando en que tendría que besar a James, y es que esa idea le gustaba pero no podía dejar de pensar en cómo reaccionarían sus amigas.

- Pues no lo creo. Sirius Black no puede dejar de hacer bromas. Es como su aire, lo necesita para poder vivir – exclamó Brenda.

- Espero que no lo logren – le dijo la pelirroja.

- No lo lograrán – dijo Nhy divertida – claro que no.

Se fueron caminando hacia la sala Común de Gryffindor mientras que detrás de un pilar, cerca de donde las chicas estaban, se encontraba un joven sonriendo maléficamente.

- ¿Con que Sirius Black no puede vivir sin hacer bromas, eh? Pues ya lo verán.

oOoOo

- Hola, chicas

- ¿Qué tal, Dan? – le preguntó Lily sonriente.

- Pues, tengo ya un trabajo para la próxima semana

- ¿Enserio? ¿Y de qué clase?

- De Transformaciones – respondió Brenda cansada en lugar de Dan – La profesora McGonagall está loca.

- No puede ser tan terrible – les dijo Nhy divertida – ¡Es Transformaciones!

- Sí, pero el trabajo consiste en buscar información sobre el primer mago que pudo convertir un jarrón en un auto y es que es muy difícil ya que luego tenemos que explicar sus puntos y las indicaciones y ¡aggg! – Exclamó la chica exhausta.

- Vaya, qué mal.

- ¡Ni me lo digas!

- Y lo que me faltaba, tengo una cita el sábado por la tarde la cual no puedo cancelar – dijo Dan.

- ¿Con quién? – preguntó Lily.

- Con Alisson, Alisson Jhon.

- ¿De Ravenclaw? Ésa chica es tan boba – dijo Brenda – El año pasado le pedí que me prestara una pluma y me dio una gallina para conseguir una, ¡Y yo que sólo le pedía una pluma para escribir!

- Pero fue el año pasado, ahora está muy mona – dijo Dan contento – es sólo que no tendré tiempo para hacer el trabajo si además soy el Capitán del equipo de Quidditch.

- ¿Que eres qué? – exclamó Brenda a punto gritar - ¡Eso es fantástico, Dan! – Le abrazó animada. Estaba fascinada con que Dan fuera el capitán del equipo de Huffelpuff, y es que todos los años anteriores no ganaban por los capitanes pero de seguro éste año ganaban aun que sea algún partido.

- Me avisaron hoy en la mañana y me dijeron que ya tenía que ir viendo las jugadas y eligiendo a los jugadores que faltan.

- Dan, eso genial, aunque no creo que nos ganen este año – les dijo Lily airadamente.

- Sí, seguro. Claro que les ganaremos.

- Oigan, y ¿Quién es el capitán del equipo de Gryffindor? – Preguntó Dan interesado.

- Pues... la verdad es que no lo sabemos – dijo Nhy – Pero creo que será Joey Moon, el chico es un as en la escoba – dijo fascinada – En ningún partido jugó mal.

- De seguro será él – dijo Lily.

- Bueno chicas debo irme – les dijo Dan dedicándoles una sonrisa.

- Sí, yo igual, quedé en verme con Marya – dijo Brenda siguiendo al chico y despidiéndose de sus amigas – Adiós...

- ¿Qué tal si vamos a los jardines? – Le preguntó Nhy a Lily – El día no puede estar más hermoso

- Sí, pero hace un frío terrible – dijo la pelirroja, que junto a Nhy se dirigieron a los terrenos del castillo.

- ¡Mira, Nhy, tu ídolo! – exclamó Lily divertida, indicando a un chico sentado cerca del lago, rodeado de algunos libros. Nhy abrió los ojos como platos, sonriente.

- Vamos a hablar con él – dijo tomando del brazo a la pelirroja.

- No lo creo, Nhy, debe de estar estudiando.

- ¿En el primer día de clases?

Lily soltó un suspiro dejando a su amiga que la guiara hasta el chico. Éste levantó su mirada y les sonrió a las dos chicas.

- Hola

- Hola, Joey. Hey, queríamos preguntarte algo – le dijo Nhy curiosa - ¿Eres el capitán del equipo de Gryffindor? – Joey le miró extrañada y un brillo le inundó los ojos.

- No, no, yo no – dijo con un tono de voz decepcionado.

- Oh, lo lamento. ¿Y tú querías serlo? – le preguntó la chica sentándose a su lado.

- Bueno, pues sí, pero no es la gran cosa. Igual seguiré dentro del equipo – dijo con una sonrisa. Lily estaba sorprendida. Joey era uno de los más buenos jugadores del colegio y si no era el capitán, ¿Quién podría serlo?

- ¿Y quién es, entonces? – preguntó la pelirroja.

- ¿Disculpa? – espetó el joven.

- El capitán del equipo, pues claro – dijo divertida.

- James... James Potter – Lily abrió los ojos como plato y Nhy soltó una carcajada.

- ¿Potter? No puede ser – dijo poniéndose seria de pronto.

- ¿Por qué no? – Preguntó el chico extrañado – Es un gran jugador, y muy responsable – Lily bufó mientras que Nhy negaba con la cabeza.

- No tan buen jugador como tú, Joey.

- Y ni siquiera es responsable – le dijo Lily.

- En Quidditch sí lo es. No lo conoces bien, Lily – dijo el chico volviendo a pegar la vista en el libro en sus manos. Lily le miró escéptica, tratando de pensar en por qué todo el mundo le decía eso... y es que en realidad que no conocía muy bien a James.

- Bueno, bueno, tal vez no sea tan irresponsable... pero que él sea el capitán del equipo yo ya lo encuentro demasiado – dijo sentándose al lado de los chicos.

- Pues, yo encuentro que lo hará bien – dijo Joey – es un gran chico.

- Tanto que lo defienden – dijo Lily molesta - ¿Es que acaso no se dan cuenta de que no es tan bueno del todo?

- Hey, Lily, ¿Qué ocurre? Si hoy estabas de lo más bien con él...

- Nada, nada, es que recuerdo de cómo es Potter y, no sé, siento odiarlo.

- Pero si hace poco eran grandes amigos – dijo Nhy burlonamente. Joey abrió los ojos como platos, mirando a la pelirroja, interesado.

- ¿De veras? ¡Vaya! Lily Evans amiga de James Potter, no puedo creerlo – dijo divertido.

- Hey, hey, si quieres dilo más fuerte, ¿Eh?

- Es que es... imposible – Dijo el chico. Lily comenzó a molestarse, y es que ¿Acaso no podía ser amiga de James?.

- ¡Claro que es posible! – dijo la pelirroja – él es un buen amigo y muy simpático, y ¿Qué si somos amigos? ¡SOMOS AMIGOS! – exclamó frustrada, cruzándose de brazos, dejando a los dos jóvenes con las bocas y ojos bien abiertos.

- Está bien, clama... – le dijo Nhy – Tranquila, ya entendimos.

- Pero, pero, pero es que es tan... ¡No puedo creer que piensen eso! Somos amigos con James, pero sólo eso, y punto.

- ¿Sólo eso? – Dijo James a sus espaldas – en el vagón, ayer, no pensabas lo mismo – se notaba un poco de molestia en su voz. Lily se sonrojó intensamente y agachó su cabeza.

- Cállate... – le espetó, comenzando a caminar hacia el castillo. James miró hacia donde la pelirroja se iba, soltando un leve suspiro.

- Deberías ir y hablar con ella, Potter – le dijo Nhy preocupada.

- Sí, James, necesitan hablar – le dijo Remus quien estaba acompañado también de Sirius y Petter. James les asintió a sus amigos y se dirigió hacia el lugar donde la pelirroja corría.

- ¿Qué ocurrió en el vagón ayer? – preguntó Sirius fuera de serie. Nhy le miró enojada y Remus y Joey trataron de no reír.

- ¿De qué hablaban? – le preguntó Remus a los chicos sentándose a sus lados.

- De que James es el capitán del equipo y de cuan buen chico, y amigo, es – dijo Joey sonriéndole.

- Pues, sí, es un buen chico... a veces.

- Si, bueno, creo que Lily se ha enojado con él – dijo Nhy preocupada

- Déjalos, necesitan hablar.

- No me digas qué hacer, Remus – le contestó molesta.

- Sólo te decía – le dijo el chico asustado. Nhy cambió su semblante por uno tierno.

- Discúlpame, creo que la molestia de Lily es contagiosa – los chicos se rieron, y siguieron conversando mientras que una chica se encontraba triste, abrazada a sus piernas, en un salón vacío de clases. Un joven entró, lentamente, sentándose a su lado.

- Discúlpame, Lily, es que yo...

- No te preocupes, James, he estado un poco molesta últimamente – le interrumpió la pelirroja sin despegar su vista de sus rodillas.

- Quisiera saber... qué es a lo que te referías ayer en el tren – le dijo James después de unos momentos de silencio.

- Pues, lo que te dije, James... creo... creo que te he conocido más últimamente. En verano cambió toda mi opinión sobre ti y es que pienso que hemos mejorado mucho nuestra relación... por lo tanto... pienso que... tal vez podríamos ser algo más... que amigos – dijo ruborizándose.

- ¿Es eso lo que quieres? – le preguntó James quien estaba casi saltando de alegría.

- Pues, la verdad es que no lo sé... necesitaría tiempo para pensar y... ver si es posible... mientras quisiera que sólo seamos amigos, James – le dijo avergonzada. James colocó su mano sobre el hombro de la chica, suavemente.

- Claro, Lily, yo esperaré todo lo que quieras.

- Bien, es un gran alivio saber eso – le dijo sonriente – Creo que deberíamos volver a...

- ¿Clase? Sí, sí, vamos – James se levantó fácilmente y le tendió su mano ala chica, ayudándola a levantarse - ¿Te conté que soy capitán del equipo de Quidditch?

- Pues no, pero Joey me ha contado – le dijo Lily divertida.

- Oh, mala suerte, quería decírtelo yo mismo. Pero ¿Cómo crees que seré?

- Ahora, James, pienso que serás el mejor capitán del mundo – le dijo, mostrando la sonrisa más bella de todo el mundo.

oOoOo

- Hey, Brenda, necesito hablar contigo, si es que se puede – le dijo Rufus a la chica quien iba caminando por los pasillos acompañada de sus amigas.

- Claro, Nos vemos chicas, adiós – le dijo Brenda a sus amigas quienes siguieron su camino -¿De qué se trata?– le preguntó interesada al chico. El joven le tomó de brazo llevándosela a una pared para poder hablar más cómodamente.

- Es que quería preguntarte si estaría bien pedirle a salir a Lily.

- ¿A Lily? Ni lo sueñes, está con James-soy el egocéntrico más egocéntrico de todo el mundo-Potter – le dijo burlonamente.

- No puede ser, yo vi a Potter coquetearle a una chica de quinto y haciendo planes para salir – le dijo Rufus un tanto molesto.

- ¿A sí? Ese imbécil – masculló más para si misma – Pues entonces invita a Lily a salir, pero si le haces daño te juro que...

- No te preocupes – le dijo levantando sus dos manos en señal de paz – No le haré nada.

- Bien, más te vale – le dijo Brenda - ¿Eso era? Que debo irme, nos veremos en clase, ¿Sí? – el chico le asintió, contento, pensando en cómo invitaría a Lily a salir.

- Rufus, por fin te encuentro – dijo Dan respirando entrecortadamente - ¿Dónde estabas?

- Por ahí.

- Bueno pues, quería decirte que debes ayudarme a buscar un cazador y dos golpeadores para el equipo, ¿Eh? – le dijo divertido, colocando su brazo sobre los hombros de su amigo.

oOoOo

- ¡Claro! Oye, debo contarte algo – le dijo Rufus con una gran sonrisa – Invitaré a salir a Lily, Lily Evans.

- Sí se quién es, Rufus, pero ¿Estas seguro? ¿No le temes a Potter?

- ¡Claro que no! – le dijo molesto – No me interesa que a él le guste Lly, a mí igual y además... quiero verlo sufrir cuando sepa que yo estaré besando a Lily Evans en vez de él – dijo maliciosamente.

- Eres malo, muy malo – dijo Dan divertido, caminando junto a su amigo hacia la Sala Común.

- ¿Y qué hay de ti? ¿Te sigue gustando Brenda? – Dan le indicó que guardara silencio. Entraron a la sala y se dirigieron a la habitación de los chicos para poder hablar con más privacidad y, por suerte, estaba vacía.

- ¿Y? – le insistió su amigo.

- Sí, me gusta demasiado, y es que es tan perfecta y hermosa y... no puedo creer que sea novia de mi hermanastro – le dijo molesto – De alguna manera él siempre termina con lo mejor, con TODO.

- Hey, por lo menos eres amigo de ella... Algún día será sólo tuya – le reconfortó Rufus, tratando de animarlo – Ahora, no trates de perder su confianza.

- Claro que no, si no moriría, lo juro – dijo con aire soñador.

- Estás bien enamorado – le dijo divertido su amigo.

- Sí... ¿Y tú de Lily Evans? No puedo creerlo – dijo Dan adentrándose en el baño.

- Ni yo – susurró el chico – Ni yo...

oOoOo

- Hola Lily – dijo un chico sonriente.

- Hola, Teddy, ¿Cómo estás?

- Bien, ¿Y tú? Estás más bella que nunca

- ¡Ay, qué tierno! – le dijo la pelirroja en un tono agudo, agarrándole las mejillas al chico, de cariño – Brenda, tú hermano es tan mono – le dijo su amiga después de que el joven se hubiera alejado.

Estaban en el Gran Comedor almorzando, después de una larga mañana de clases. Brenda le miró con los ojos abiertos, sin poder creer lo que oía.

- Sí, claro, será que parece mono. Gracias a él que no tengo mesada por un mes – dijo enojada. Lily y Nhy soltaron carcajadas que hicieron molestar más a Brenda – Es enserio, y es que voy a morir sin poder comer esos caramelos que tanto me gustan y venden en Hogsmead. Tendré que encontrar a algún chico que me los compre – dijo maléficamente – Sí, sí, gran plan.

- ¡Brenda! No puedes utilizar a alguien de esa forma sólo por caramelos – le dijo Nhy divertida.

- Claro que sí, y es todo gracias a mi querido hermanito – dijo mirando hacia el lugar de la mesa de Ravenclaw donde su hermano se reía junto a sus amigos – Lo odio.

- Vamos, no puedes odiarlo. ¡Es tu hermano! – exclamó Lily preocupada.

- Por eso lo odio – dijo exasperada la chica. De pronto, un ruido inundó el salón, alarmando a los más pequeños.

De las ventanas más altas del castillo entraron en fila varias lechuzas con paquetes y cartas e sus picos. Una de pelaje color café, casi pelirrojo, se posó en el brazo de Lily; ésta le recibió la carta y le dio unos pedazos de pan, bien recibidos por el ave que luego partió su vuelo de vuelta a la torre del castillo, donde se quedaba mientras Lily estaba en el castillo. Una de pelaje negro y ojos brillantes le entregó un paquete y una carta a Brenda; ésta le dio unos trozos de manzana y el ave volvió a su lugar. Y una lechuza gris, que no le pertenecía a Nhy, le entregó tres cartas y emprendió su vuelo hacia la torre del castillo sin recibir ni esperar por una recompensa.

Muchas otras aves les entregaron los paquetes o cartas a sus destinatarios, y volvieron a la torre del castillo.

- Son de mis padres, y de mi hermana – dijo Nhy animada, abriendo la carta y comenzando a leer.

- Es de Derek – dijo Brenda contenta – Si que me ha alegrado el día – dijo leyendo la carta, antes de abrir el paquete. Lily no les dijo nada, su carta provenía sólo de parte de su madre y eso le atormentaba. N quería leer nada en lo que dijera alguna mala noticia. Guardó la carta en su bolsillo y continuó almorzando.

- ¿No vas a abrirla, Lily? – le pregunto Nhy extrañada.

- No, todavía no... – le dijo desanimada, tratando de sonreír - ¿Y? ¿Qué decía? – le preguntó. Nhy adoptó un semblante animado, y le sonrió enormemente.

- Me han dicho que está todo bien con mi madre. Hoy salió al parque que está cerca de nuestra casa y lo ha tomado todo bien. Mi padre dice que mi hermana ha conocido a un chico y que casi ni ha ido a casa – dijo divertida.

- ¡Chicas! ¡No puedo creerlo! – Exclamó Brenda entusiasmada - ¡Derek me ha enviado dulces! Me conoce tan bien – dijo con tono enamorado.

- "Me conoce tan bien" – le imitó Sirius apareciendo por su espalda, con ojos soñadores y las manos tomadas, acompañado de los demás Merodeadores.

- ¿Qué quieres, Black? ¿Algo para tu mal aliento? – le preguntó Brenda con un falso tono amable.

- No, gracias cariño, pero y ¿Para el tuyo? Se siente hasta mas de mil metros – dijo moviendo su mano en frente de su nariz como apartando el mal olor. Brenda le miró asesinamente, con muchas ganas de saltar sobre él y darle un buen golpe.

- Vete, Black – le espetó Nhy – No veo espejos por aquí que te llamen la atención.

- Uy, está bien, está bien... – dijo Sirius divertido, perdiéndose, luego, junto a sus amigos, tras la enorme puerta del Gran Comedor.

- ¿Acaso nunca va a morirse? Me molesta con tal de solo verlo – dijo Brenda enojada. Miró luego su paquete lleno de golosinas y no pudo evitar sonreír. Nhy intentó meter la mano para sacar un paquete pero Brenda le pegó, molesta.

- Comparte los tuyos

- ¡Egoísta! – exclamó Nhy. Lily no podía evitar reírse.

- Dejen de pelear, chicas, que debemos volver a clases – le dijo Lily.

- Bien, bien, te daré sólo uno- Le dijo Brenda a Nhy, le pasó un dulce y se fueron juntas hacia las habitaciones para luego ir a su próxima clase doble de transformaciones; Gryffindor junto con Hufelpuff.

- Bien, alumnos, Hoy veremos sobre las transformaciones de una mesa a un pájaro. No será muy difícil – dijo la profesora McGonagall, anotando las instrucciones en la pizarra – Ah, sí, por favor que la Srta. Evans y el Sr. Lound se acerquen por favor.

Lily miró a sus amigas extrañada y se acercó a la profesora al igual que Rufus.

- ¿Sí profesora? –Preguntó la chica extrañada.

- Srta. Evans, quisiera pedirle el favor de que le diera clases extras al Sr. Lound, ya que el año pasado bajó las notas en ésta clase y no queremos que ocurra lo mismo, ¿No, Sr. Lound? – dijo mirando severamente al joven quien tenía la cabeza gacha.

- Claro, ningún problema, profesora – le dijo Lily animada.

- Bien, empezarán hoy a las siete de la tarde, pueden usar éste salón. Serán todos los lunes, martes y jueves, ¿Sí?

- Ningún problema.

- Bien, pueden retirarse a sus asientos – la profesora se dirigió a su escritorio mientras que Lily miraba a Rufus extrañada.

- Me hubieras dicho que no estabas bien en Transformaciones – le dijo preocupada.

- No te preocupes, es sólo que no estoy muy cómodo transformando cosas a... otras cosas – dijo apenado- Pero ahora tendré a la mejor profesora.

- Claro – dijo Lily - como si eso fuera cierto.

- Claro que lo es, he visto cómo te empeñas con la varita y, debo decirte, que eres toda una experta – le dijo sonriente, camino hacia sus asientos. Lily quedó atónita pero muy encantada. Ése chico no le caía nada mal.

- ¿Y Qué pasó? – le preguntó Brenda curiosa -- ¿Te ha retado? ¿Qué?

- Nada, sólo que tendré que darle clases extra a Rufus – dijo como si no fuera la gran cosa.

- Ah, ya – dijo Brenda perdiendo el interés.

- ¿Y cuándo comienzan? – le preguntó Nhy.

- Hoy a las siete de la tarde... espero que aprenda rápido porque no tengo demasiada paciencia.

- Tranquila, eres una buena profesora – le dijo Nhy divertida.

- Hey, Nhy – le susurró alguien a la chica por su espalda. Nhy se dio la vuelta para encontrarse con Remus y no pudo evitar sonrojarse. El chico le sonrió divertido - ¿puedes ayudarme? No entiendo esto... – dijo indicándole algo del libro. Nhy le asintió, sonriente, y se dirigió al lado de Remus.

Mientras, James estaba sentado detrás de Dan y Rufus, junto a Sirius, pendiente de la conversación.

- ¿tendrás clases extras con Evans? – le preguntó Dan en un susurro a su amigo.

- Sí, ¿No es maravilloso? Ahora le podré invitar a salir más fácilmente – dijo Rufus animado. James casi suelta su varita al escuchar lo que el chico había dicho – Espero poder besarla algún día.

- ¿Qué? – exclamó James enojado. Los chicos miraron hacia atrás, extrañados por la conducta de James. Éste, tratando de que no le pillaran, dijo falsamente:

- ¿Qué... qué has hecho, Sirius?

- ¿Ah? – dijo éste sin saber qué ocurría.

- ¡Lo estás haciendo mal! – dijo James tratando de que Dan y Rufus no descubrieran que les estaba espiando. Los dos chicos, ahora sin interés, se dieron la vuelta para seguir con su conversación, mientras que Sirius miraba a James perplejo.

- Pero ¿Qué te ocurre? – le preguntó.

- Es sólo que... después te cuento, ¿Vale? – le dijo sin ánimos de hablar. Sirius decidió no hablarle para no enojarlo más de lo que estaba y siguió con su experimento.

Mientras, James no podía dejar de pensar en las palabras de Rufus. No podía creer que le gustara, y es que ¿Acaso no le tenía miedo como la mayoría de los chicos en Howgarts, sabiendo de lo que le podía hacer si salía con Lily Evans? Remus tenía razón en la mañana, Lily si saldría con un chico. Debía hacer algo para que eso no pasara pero ¿Qué? Estaba demasiado celoso como para pensar en algo que decirle a la pelirroja. Con sólo pensar en Rufus y Lily besándose, le hervía la sangre.

- ¿Sr. Potter? ¡Sr. Potter, despierte!

- ¿Ah, sí? ¿Qué ocurre? – preguntó desorientado.

- ¿Es que acaso no sabe que está en clases, Sr.? Vuelva a pensar más en su trabajo a que en otras cosas sin importancia – le dijo la profesora molesta, siguiendo su camino.

- Amigo, ¿Estás bien? – le preguntó Sirius extrañado. James le asintió sin ánimo para luego coger su varita y enfocarse en su experimento. Pero no podía dejar de pensar en las palabras de Rufus "espero poder besarla algún día", eso no podía ser verdad, no podía. Lily Evans era única y solamente de James Potter, y no dejará que nada ni nadie se interpusiera entre ellos.