Bueno, aquí el capítulo Nº 10! Espero que les guste y por favor, ¡DEJEN REVIEWS! Dando sus opiniones, si es que esta bueno o qué debería cambiar, etc...
Éste cap es más corto que los demás pero espero que les guste de todas formas.
Muchas gracias a mi firmadora fiel xD
Marta Evans ! Espero que éste cap sea de tu agrado ;)
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Capítulo 10
- Marya, necesito tu ayuda – le susurró Brenda al oído de su amiga – Necesito que para nuestra próxima clase distraigas al profesor con la idea que se te ocurra antes de que pase lista, ¿Sí? – le rogó a la chica quien le miraba curiosamente con una sonrisa.
- ¿Qué irás a hacer, Bren? Ya sabes que el profesor Neil es un gruñón.
- Pero contigo no, te ama, Marya – la chica hizo un gesto de vómito - Así que ¡Por favor!
- Está bien, está bien, pero no te demores, ¿Eh? El profesor no nos puede descubrir – le dijo con tono amenazador. Brenda le asintió contenta - ¿Y qué vas a hacer?
- Sólo enviaré una carta, nada grande.
- ¿Para Derek? Estás bien enamorada, ¿No? – le dijo Marya divertida. De pronto las campanas sonaron dando inicio a la próxima clase – Ya, ve, corre... Yo estaré cubriéndote la espalda – le dijo con una sonrisa.
- ¡Te amo, Marya! – dijo Brenda divertida antes de echarse a correr lo más rápido posible en busca de su lechuza.
oOoOo
- Hola, Remus, ¿Puedo sentarme?
- ¿Qué? ¡Ah, sí, por supuesto! – le dijo el joven a la chica que ante sus ojos estaba. Era Elizabeth Myus, la chica de Ravenclaw que se habían encontrado en el café, hace pocas semanas. Ahora se encontraban en la biblioteca, Remus estaba terminando un informe pero sus ideas y pensamientos no le dejaban concentrarse.
- ¿Cómo has estado? – le preguntó amablemente.
- Bien, bien, ha sido un buen día – le dijo sin quitar la sonrisa de su cara – Oye, Remus, y, ¿Qué ha pasado con lo de Nhy?
- Pues, la verdad es que no lo sé realmente. Ha sido todo muy extraño últimamente que no sé si le gusto o si todavía siente algo por... el chico del que te hablé – dijo adoptando una voz llena de recelo y angustia.
- Si quieres yo puedo ayudarte, Remus – le dijo tomándole la mano, en forma de ayuda – Puedo intentar buscar información. Tú sabes, información secreta – le dijo guiándole el ojo. Remus se rió divertido.
- Gracias, Lizzie, muchas gracias por todo – Se quedaron sonriéndose, con las manos tomadas. Se sentían bien a gusto entre ellos y Remus no podía negar que Elizabeth era una gran chica. Se sentía bien en esos momentos, feliz de poder contar con alguna amiga, pero no sabía que las cosas podrían empeorar.
- ¿Remus? Remus, quería hablar con...
- ¡Nhy! – dijo el chico soltándose de las manos de Elizabeth, levantándose de su asiento para quedar viendo a Nhy fijamente. Los ojos de la chica habían perdido su brillo y de pronto, le sonrió. Remus se sintió extrañado, confuso, exasperado por la perfecta sonrisa de la chica.
- Sólo venía a buscarte para... que me ayudaras con un trabajo, pero si estás ocupado puedo esperar – le dijo sin perder la sonrisa. Remus le asintió, sin poder reaccionarle y hablarle – Bueno, pues, estaré en la Sala Común... – dijo sin problemas, devolviéndose por el camino que había tomado.
Y Remus seguía inmóvil, bajo la extrañada mirada de Elizabeth. Pero nada le importaba, ahora debía saber qué hacer para que Nhy se diera cuenta de que no tenía nada que ver con Elizabeth. No quería que sus oportunidades se acabaran sólo porque los encontró tomados de las manos.
- ¿Estás bien? – le preguntó la chica. Remus negó suavemente, sin apartar la mirada de las grandes puertas de la Biblioteca
oOoOo
- ¡ES UNA IDIOTA! ¡UNA INEPTA! ¡ES... ES... IMBÉCIL! – gritó enojada Nhy, al entrar en su habitación donde Lily se encontraba.
- ¿Qué te ocurre? – le preguntó la pelirroja preocupada, pensando que ya le había dado un ataque.
- ¡ESTOY EMPUTECIDA, LILY!
- ¡Deja de gritar! – le exclamó su amiga, tomándola del brazo y sentándose, las dos, sobre la cama de la pelirroja – Ahora, cuéntame, ¿Qué sucedió?
- Estaban en busca de Remus para hablarle, saber qué estaba pasando entre nosotros, ¡Hasta se me cruzó la idea de declararme, Lily! Pero no, debía estar equivocada, ¡Cómo siempre! – Lily la miraba con la cara de mayor extrañeza posible - ¡ESTABA JUNTO A ESA IDIOTA DE MYUS! Estaban tomados de la mano, sonriéndose, mirándose como dos enamorados, ¡Y yo ahí, como tonta, parada viendo toda la escena!
- Pero, Nhy, ¿No sabes si tal vez son sólo amigos?
- Dos amigos no se miran ni se toman de la mano de esa forma, Lily – Exclamó la chica, molesta.
- Creo que deberías hablar con Remus, Nhy.
- No, no y no. Como lo prometimos en vacaciones; ya no puedo hacer nada y no haré nada para saber si le gusto. Trataré de olvidarme de él y seguir con mi vida. Nada de que "Remus acá" o "Remus allá" ¡No! – le dijo Nhy exasperada, levantándose de la cama y moviendo sus brazos, indignada - ¡Qué humillación más grande!
- Amiga, tranquila, creo que deberías relajarte y luego hablar con Remus de todo, de seguro que sólo estás delirando.
- ¿Estás diciendo que estoy mintiendo? ¡Los vi con mis propios ojos, Lily!
- Está bien, está bien, como tú digas – dijo la pelirroja con sorna, poniendo sus ojos en blanco – Yo hablaría con Remus, Nhy, no pierdas la oportunidad.
- No quiero verlo, no quiero saber de él ni nada. Ni de ésa... ésa... ¡Idiota!
- ¡Pero si veremos a Remus todos los días! – Exclamó la pelirroja como loca – Deberás hablar con él en algún momento.
- ¡Ah! ¿Por qué me tiene que estar pasando esto a mí, por Merlín? – exclamó Nhy alzando sus manos al cielo, con la mirada fija en él.
- Tranquila, Nhy, relájate. Ya verás cómo todo va a mejorar y como todo habrá sido un malentendido – le dijo sabiamente la pelirroja, tomándola del brazo y recostándola en la cama – Ahora quiero que duermas y te tranquilices, ¿Si? – Nhy le asintió, con su rostro tapado por sus manos.
Lily decidió bajar a la Sala Común, tal vez se encontraría a Remus y trataría de preguntarle algunas cosas.
Al bajar, se encontró con Remus y James, hablando animadamente. Se acercó a los dos jóvenes, y tenía la idea de preguntarle las cosas a Remus.
- Hola, chicos – les dijo Lily sonriente. James le sonrió de vuelta, pensando en cuán hermosa era su sonrisa.
- Remus, necesito hablar contigo – le dijo la chica, dejando a James con el entrecejo fruncido.
- ¿Sí, Lily? – le dijo al ya estar bien alejados.
- Quería saber qué tienes tú con Elizabeth Myus... Sabes que puedes contar conmigo – le dijo amablemente. Remus le sonrió extrañado.
- Sólo somos amigos – dijo con la mayor simpleza del mundo.
- Lo sabía – exclamó la pelirroja animada. Remus le miró extrañado, preguntándose a qué se debía su entusiasmo.
- ¿Nhy te dijo algo? – le preguntó curioso.
- Pues, no, no, eeh... Bueno, sí, sí – dijo la chica abatida.
- ¿Te ha dicho algo de mí? – le preguntó esperanzado.
- Qué no me ha dicho – dijo con sorna la chica para luego taparse la boca y darse cuenta del error que había causado.
- ¿Qué? ¿Nhy habla de mí? – dijo con un brillo especial en los ojos.
- Espera, espera, yo no he dicho eso – trató de corregir la pelirroja – pero, espera un momento, ¿Por qué de pronto tanta curiosidad? No me digas que sientes algo por Nhy – le dijo la chica, que por dentro se moría de felicidad. Remus se ruborizó levemente y no pudo esconder el color rojizo en sus mejillas.
- Pues, sí... lo admito, siento algo por Nhy – dijo con complicaciones. La pelirroja sonrió a más no poder y le abrazó fuerte. Mientras que James, del otro lado de la habitación, les miraba celosamente.
- ¡Eso es magnífico! – le dijo la pelirroja por fin.
- ¿Lo es? No lo creo ya que no creo que Nhy sienta lo mismo por mí – dijo agachando la cabeza. Lily estuvo a punto de hablar pero se delató a sí misma al sonreír a más no poder - ¿Es que siente algo por mí? – le preguntó el joven entusiasmado. Lily no tuvo otro remedio que decir la verdad y le asintió, feliz de la vida. Remus, sin poder controlarse, la abrazó, fuerte, y comenzó a dar vueltas con ella, mientras que la chica reía.
- Pero no le digas ninguna palabra de que YO te lo dije, Remus, que si no me mata – dijo la pelirroja preocupada, luego de tocas tierra. Remus le asintió.
- Me declararé hoy, en la noche. ¡No puedo creerlo!
- ¡Pues creedlo, Remus! Espero que la trates bien, tienes toda mi confianza y aceptación – dijo sabiamente, con la cabeza en alto. Remus, con la adrenalina por todo su cuerpo, abrazó otra vez a la chica, cuando de pronto James ya no aguantaba más los celos y se les acercó pero alguien más también los había visto.
- Así que para eso me dijiste que descansara, ¿No? Para que tú pudieras venir y estar con... ¡Con éste! – exclamó Nhy desde las escaleras, llamando la atención de casi todos en la Sala Común.
Lily y Remus se separaron en seguida al escuchar la voz de la chica. Lily negó con la cabeza rotundamente pero Nhy estaba demasiado exasperada como para creerle.
- Y tú – dijo apuntando a Remus acusadoramente – Tú que minutos antes estabas de lo mejor con Elizabeth, te vienes a meter aquí, con Lily, mi EXMEJOR AMIGA – dijo con voz rotunda.
- Nada que ver, Nhy – le dijo Lily pero fue callada por la mano de la chica.
- No hables, Lily, no se necesitan palabras para entender que ustedes se quieren y que desean estar juntos – dijo dándose la vuelta y comenzando a caminar.
- ¡Nhy, estás loca! ¡A la única persona que quiero y con la que deseo estar eres tú! – le gritó Remus, antes de que Nhy cruzara por el cuadro de la Dama Gorda.
Nhy se quedó atónita. Lentamente se dio la vuelta para quedar viendo a Remus, bien lejos.
- ¿Qué dijiste? – preguntó para comprobar que había oído bien y no mal como pensaba.
- Te quiero, Nhy, me gustas mucho y eres la única persona con la que deseo estar, con NADIE más – le dijo Remus sonriente. Nhy, quien sonrió casi llorando de la alegría, se abalanzó sobre Remus para poder abrazarlo.
Todos en la Sala Común los miraba fijamente, más las locas fanáticas de Remus quien no podían estar más celosas.
- Tú también me gustas, Remus. Me había dado cuenta hace no mucho de que me volviste a gustar – dijo ruborizándose - Pero ahora me he dado cuenta de que NUNCA me dejaste de gustar, Remus.
- Nhy, tú siempre me has gustado. Desde el primer momento en que te vi en aquél tren escarlata. Desde el primer momento en que escuché tu voz y no sabía de dónde habías llegado. Has cambiado mi vida por completo, Nhy, y deseo ser el único hombre que cambie la tuya, para mejor, claro – dijo sonriéndole.
Nhy creyó que se moriría al escuchar tales palabras pero lo único que podía hacer era besarlo. Y ante la mirada de muchos; miradas celosas y de ternura, se besaron. Juntaron sus labios, logrando demostrarse el cariño que ser tenían hace tanto guardado. Y es que Nhy supo, desde ése instante, que Remus era quién quería de verdad.
- ¡Bien, bien, Métanse en sus propios asuntos! – Gritaba la pelirroja a la gente que miraba la escena embobados – Se ven muy bien juntos, ¿No? – le dijo a James quien no dejaba de pensar en que cuándo llegaría ése momento en que besaría a Lily.
- Sí, veo que nuestro plan salió perfectamente – dijo casi sin pensar antes de hablar.
- ¿Qué plan? – preguntó la pelirroja curiosa.
- Eh... pues, uno para... uhm, para...
- ¿Para engañar a Nhy para que estuviera con Remus? – preguntó con indignación, un tanto fingida. James agachó su cabeza en señal de disculpa y asintió levemente – Pues, no creo que eso haya sido lo que funcionó – dijo sonriente, sorprendiendo a James.
- ¿A no? – la pelirroja negó con la cabeza, sin perder la sonrisa - ¿Estás diciendo que soy malo haciendo planes? – preguntó el chico divertido. La pelirroja ahora afirmó sonriente, aguantando la risa – Ah, entonces... ¡Ya verás! – dijo James cogiéndola de la cintura y haciéndole cosquillas.
Lily no aguantaba las ganas de reírse, intentando escapar de los brazos de James. Hasta que se pudo soltar y corrió hacia el retrato de La Dama Gorda, salió apresurada y comenzó a correr, perseguida por James, hacia los terrenos del castillo.
- ¡Te alcanzaré! – le gritaba James encontrándose cada vez más cerca de ella.
Cuando de pronto Lily tropezó con una roca, cayendo bajo la, casi invisible, sombra del árbol, sin poder dejar de reír. James llegó a su rescate, ofreciéndole la mano para que se pudiera levantar pero Lily tiró de él haciendo que éste también cayera al suelo.
Lo único que se escuchaba eran sus risas y el viento soplando sobre el lago. El cielo estaba despejado y de un azul hermoso, alumbrado con la tenue luz del sol, produciendo diversas sombras sobre los terrenos.
- James
- ¿Sí?
- ¿Qué sientes? Digo, es raro encontrarnos ahora de ésta forma cuando hace pocos meses nos llevábamos tan mal – le dijo, moviéndose para quedarle mirando.
- Pues, si, no puedo negar que es raro... pero es lo único que me mantiene feliz – dijo mirándola, sonriente.
- No puedo creer que seamos amigos, James – dijo divertida la pelirroja, produciendo una sombra en los ojos del chico.
- Sí, no puedo creerlo...
- ¿Estás bien? – Le preguntó al joven quien se notaba ahora desanimado – Necesitas reírte más, Potter – le dijo divertida, comenzando a hacerle cosquillas. James comenzó a reírse. La cogió de la cintura y giraron por el suelo hasta quedar en un abrazo, él arriba y ella abajo, mirándose fijamente. James pensaba en lo único por lo que muchas noches se desvelaba. Quería besarla y no podía aguantar más las ganas.
- James, no... – le pidió la chica, respirando entrecortadamente, sabiendo las intenciones del chico. Sentía algo en su estómago que no había sentido antes, y era algo hermoso. Pensaba si realmente se estaba enamorando de James pero se negaba a tal conclusión.
- ¿Por qué no, Lily? – le preguntó James, cansado – No entiendo si cada vez veo más señales de que algo ocurre entre nosotros, y no puedes negarlo.
- No, James... no... – le decía la pelirroja, cerrando sus ojos para quitarse las ideas locas de la cabeza. Los abrió encontrándose con la tierna mirada del joven, cosa que la derritió por completo – No quiero arruinar nuestra amistad, James...
- Pero si no la arruinaremos... Te quiero, Lily, daría toda mi vida por estar contigo siendo algo más que amigos... Pero eso nunca sucederá, por lo que veo – dijo desanimado, separándose de la chica y sentándose a su lado.
- James, es sólo que es un cambio muy brusco para mí...
- Está bien, Lily, esperaré hasta que sea el momento adecuado, pero no olvides que... – le miró a los ojos, sinceramente. Lily no podía creer lo que le estaba sucediendo al estar en frente de él, y es que ¿En verdad se estaba enamorando? – Que te quiero, Lily, y no te preocupes... Todo saldrá bien. Seguiremos siendo amigos y viviremos como siempre... - Pero James sabía que ya nada sería lo mismo.
- Gracias, James, gracias... – le dijo la chica, suspirando.
- Mejor entremos que ya se está haciendo tarde para clases – James se levantó y ayudó a Lily a levantarse. Luego, se fueron juntos hacia la Sala Común. En pocos minutos tendrían clases de Historia de la Magia y debían llegar a tiempo.
Al entrar a la Sala Común, no se encontraron ni con Nhy ni con Remus. Se sonrieron pensando en lo que estarían haciendo ése par de tórtolos.
oOoOo
Y afirmativamente, estaban los dos juntos, abrazados, haciéndose caricias y besándose.
Se encontraban en la torre de astronomía donde el castillo era un hermoso paisaje. Remus tenía su brazo por los hombros de Nhy, tomándola en un abrazo mientras que Nhy tenía su cabeza a poyada en el hombro de Remus.
- Qué extraño todo esto – dijo la chica sonriente.
- Sí, pero es maravilloso a tu lado – le dijo el chico sinceramente. Nhy levantó su cabeza para besarlo, cuando una voz, ronca y estruendosa, los alejó de sus sueños de caricias y besos, atrayéndolos a la realidad.
- ¡Vaya, vaya, vaya! pero si son Remus Lupin y Nhyla Rae... juntos.
- ¿Qué quieres, Malfoy? – le dijo Remus, incorporándose para quedar mirándolo fijamente.
- Remus, ten cuidado – le dijo Nhy preocupada.
- Uh, la niñita tiene miedo... de perder a su príncipe azul – dijo maléficamente.
- Déjala tranquila, Malfoy, y haznos el favor de perderte – le dijo Remus, casi escupiendo sobre él, sacando su varita a mano.
- Eso quisieras, Lupin, pero ya verás... – Malfoy sacó su varita y gritó con todas sus fuerzas "Expeliarmus", que no sólo le logró quitar la varita a Remus si no que lo lanzó unos cuantos pasos más lejos, a punto de caer de la torre.
Nhy corrió hacia él y trató de ayudarlo a levantarse, con dificultad. Buscó su varita pero no la tenía. "Genial justo cuando es necesaria" se dijo preocupada, mirando hacia Malfoy quien no dejaba de reír.
- ¿Tienes miedo, preciosa? Estás bastante linda, Rae, bastante bella – le dijo acercándose a la chica.
- ¡No la toques, Malfoy! Ni se te ocurra – dijo Remus entre gemidos de dolor. Logró levantarse y colocarse ante Nhy para protegerla – ándate antes de que llegue un profesor, si no quieres quedar mal en esto.
- Claro que no Remus, pero ¿Vas a dejar que me vaya con tu varita? – le dijo, riéndose de él. Remus le miró desafiante, tratando de contener su odio.
- Accio Varita – dijo con voz ronca, y su varita que se encontraba en la mano de Malfoy, voló hacia la mano de Remus quien ahora se encontraba preparado para protegerse, a él y a Nhy.
- Veo que eres inteligente, Lupin, pero no por mucho tiempo. Ten cuidado, mocoso, no sea que vaya a encontrarse por alguno de los pasillos... solo
- No me das miedo, Malfoy – dijo fuerte y claro, sintiendo la mano de Nhy sobre la suya.
- Tal vez tú no... Pero veo que tu noviecita si lo tiene – dijo riéndose, y luego dándose la vuelta para irse de ahí, triunfante. Remus sintió a Nhy apretarle la mano.
- No te preocupes, Nhy, no dejaré que te haga ningún daño – le dijo tiernamente, mirándola fijo.
- Tengo miedo, Remus, ¿Y si logra hacerme algo? – le dijo casi en un hilo de voz.
- No, no, no, Nhy, me tienes a mí. Nada malo te pasará... – dijo antes de soltar un gemido de dolor.
- Debemos ir a la enfermería, Remus, no puedes estar así en éste estado – le dijo preocupada. Remus le asintió, y juntos se fueron donde la enfermería. Había una jovencita nueva, llamada Madame Pompfrey, quien les atendió por la ausencia de la enfermera del colegio.
Remus tuvo que quedarse hasta el otro día por la mañana, acompañado de Nhy, siempre cuando podía. Nhy se había sentido maravilloso junto a Remus y ahora que sabían toda la verdad, no podía estar más feliz... pero el tormentoso recuerdo de las palabras de Malfoy le oscurecía todo su sueño de felicidad y amor. Tenía bastante miedo de que algo le sucediera pero más si es que algo le sucedía a Remus. Se veía tan frágil y es que le quería tanto, tanto, que no dejaría que nada le sucediera. Sin él... ella estaba perdida.
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¿Les gustó?
¿Cómo estuvo? Espero que les haya gustado!
¡MUCHAS GRACIAS! DEJEN REVIEEEEEWWS
Saludos desde Viña del Mar :D!
Maitee.
