Capítulo 11
- Hola – dijo la chica respirando entrecortadamente – Ya... he... vuelto...
- ¡Te perdiste de la clase! ¿Qué estuviste haciendo? – le preguntó su amiga extrañada.
- Nada, Marya, es sólo que me encontré con McGonagall, y no vas a poder creer lo que me dijo
- ¿Qué?
- Quiere que sea la persona que se encargue de arreglar todo acerca del baile de Navidad.
- De seguro que no te vio bien y te confundió con otra persona – dijo Marya divertida. Brenda le miró enojada, mientras que su amiga se reía.
- Ya, ya, no es gracioso – dijo cruzándose de brazos. Marya dejó de reírse y le sonrió nerviosa. Brenda podía ser buena organizando actividades y diseñando pero era tan descuidada que ya todos los profesores le dejaban de lado al hacer una actividad así – Lo que me preocupa es que deberé encargarme de todos los adornos y la cena ¡Y la música! Y además mi Derek no está aquí – dijo haciéndole pucheros a su amiga. Ésta le sonrió divertida, colocando su mando en el hombro de la chica.
- No te preocupes. Además, no creo que McGonagall te deje hacerlo tú sola, así que elige a alguien para que te ayude.
- ¡Claro! Eso tengo que hacer... ah, eehhh... ¿Marya? – Le preguntó Brenda, mirando a su amiga fijamente - ¿Quisieras ayudarme?
- Bueno – dijo Marya contenta – Siempre había querido diseñar el lugar de un baile
- ¿Y por qué no me dijiste antes?
- Me daba vergüenza, amiga. Bueno, bueno, ahora debemos preguntarles a otras personas que sean responsables y con las que nos llevemos bien para pedirles que nos ayuden.
- Pueden ser Nhy y Lily – dijo Brenda emocionada – Les preguntaré hoy, ¿Sí?
- Ya, ¡Perfecto! Será el mejor baile de toda la historia en Howgarts
- ¿Qué ocurre con la Historia de Howgarts? – preguntó una voz masculina a sus espaldas.
- Naaaaada... – contestaron las dos divertidas.
- Bueno, creo que me iré a la Sala Común – dijo Marya sonriéndoles – Adiós, Brenda. Adiós, Dan – los dos jóvenes se despidieron y luego Marya se fue.
- ¿Oye, Dan? ¿Has sabido noticias de Derek? – Preguntó Brenda emocionada – le mandé una carta hoy pero no me ha contestado.
- No, no – dijo el chico – No he sabido absolutamente nada – Se notaba nervioso - Bren, ¿Cuál es la comida favorita de Lily?
- Ehm... vaya, me pillaste. Creo que es la pasta – dijo la chica extrañada - ¿Por qué lo preguntas?
- No, no, por nada. ¡Ah! y también su color preferido... y su grupo de música preferido, y su programa de televisión, si prefiere noche o día, si es que...
- Pero ¡¿Por qué me estás preguntando! – exclamó Brenda histérica. Dan le miró sonriente, le encantaba cuando Brenda se enojaba o estaba a punto de enojarse o si estaba nerviosa, como ahora.
- Para Rufus, ¿Sí? Pero no le digas a Lily que si no todo se va por la borda, ¿Eh? – le dijo en susurros. Brenda le sonrió pícaramente, y Dan tuvo las enormes ganas de besarla.
- Descuida, Don Juan, no le diré nada de nada.
OoOoO
- ¡LILY! ¡LILY! ¡A que no adivinas qué! – le gritó Brenda a su amiga quien estaba caminando de vuelta a su sala común.
- ¿Qué?
- ¡RUFUS ESTÁ ENAMORADO DE TI! Él me había dicho que quería invitarte a salir pero no pensé que era porque estaba enamorado de ti. No le presté tanta atención pero ¡Ahora sé que es verdad ya que Dan me lo dijo! – gritaba Brenda moviendo sus brazos de un lado a otro mientras que Lily estaba pálida.
- ¿Lo dices enserio? – Brenda le asintió - ¡No puedo creerlo! Es que... esto no puede estar pasando.
- ¿Por qué? No me digas que no te gusta
- ¡Pues, claro que no! – Exclamó la pelirroja eufórica – ¿Rufus Lound? ¡Es sólo un amigo!
- Oh, vamos Lily, demás que te gusta, ¿Eh? – le dijo su amiga con una sonrisa pícara.
- ¡No, no y no!
- ¿Por qué no? Como si te gustara otra persona – dijo Brenda irónicamente, pero la mirada de Lily le llevó a pensar que eso pasaba - ¡¿Te gusta otra persona! – Exclamó Brenda atónita – ¡Y no me lo habías contado! ¿Quién? – le preguntó molesta. Lily se sonrojó intensamente y se llevó a Brenda a un lugar más lejano.
- Tenía miedo de contártelo porque sé que no te agrada para nada – Le dijo la chica, mientras que Brenda le miraba atónita. Para cuando supo de quién estaba hablando su amiga, pudo enojarse aún más.
- ¡¿TE GUSTA POTTER! – gritó la joven. Lily le tapó su boca tratando de que la gente que circulaba por ahí no les escuchara.
- ¿Quieres callarte? – Le indicó la pelirroja, avergonzada.
- Pero te gusta Potter – le dijo Brenda con una mueca de disgusto – Potter... ¡James Potter!
- ¡No! – Dijo no tan segura – Pues ¿Y qué? ¡Si me gustara, no podrías hacer nada! – Le exclamó Lily ya harta del comportamiento de su amiga cada vez que ese tema surgía.
- Pero Lily, ¡Cómo es que te puede gustar Potter! Y es que antes no te gustaba ni nada.
- No te he dicho que me gusta – dijo Lily avergonzada – sólo dije que si es que me gustaba que no podías hacer nada.
- Oh, vamos, no te engañes, amiga, sé que te gusta y tú también lo sabes – Le espetó Brenda, apuntándole con el dedo índice – Y sé que no puedo hacer nada al respecto pero si puedo cambiar algunas cosas – Le dijo antes de salir caminando, por el camino contrario a su amiga, hacia su Sala común.
- ¡Brenda! ¡BRENDA! ¡¿A qué te refieres! – Le gritó Lily tratando de llamar su atención pero Brenda seguía caminando. La pelirroja bufó molesta, y sin perder el color rojizo en sus mejillas, siguió su camino.
oOoOo
- Rufus – Dijo Dan al encontrarse a su amigo por los pasillos del colegio – He hablado con Bren y la única información que pude obtener fue que Lily ama la pasta – Sonriente, el amigo le golpeó el hombro de cariño.
- ¡Genial! La pasta es mi – hizo un conteo con sus dedos – octava comida preferida – terminó diciendo contento. Dan no pudo evitar reír - ¿Vamos juntos a la Sala Común?
- No puedo, iré a buscar a Slughorn, necesito unos cuantos datos. Nos vemos después.
- Está bien, y no olvides de obtener más información – le pidió el chico.
- Ah, sí, claro. Oye, ¿Me harías un favor? – Rufus le asintió - Al llegar a nuestro dormitorio, ¿Podrías guardar unas cartas que tengo sobre la cama? No quiero que NADIE las vea – Le dijo recalcando la palabra nadie.
- Deberías dejar de robarlas, Dan, después va a ver un lío cuando Bren o Derek pregunten por las cartas.
- No te preocupes por eso, sólo hazlo – Le dijo el joven para luego salir corriendo por el camino contrario que Rufus en busca del profesor.
No podía dejar de pensar en las cartas. El chico había estado escondiendo las cartas que Derek le había mandado a Brenda, sin que ella supiera nada. No quería que esa relación siguiera por más tiempo. Brenda debía ser suya. Mientras, Rufus se dio la vuelta y comenzó a caminar, negando con la cabeza sobre el comportamiento de su amigo.
oOoOo
- James, amigo, necesito que me des unos cuantos datos sobre – buscó con la mirada por todos los terrenos, cuando terminó apuntando hacia un lugar donde una bella muchacha reía junto a sus amigas - esa chica.
- ¿Remna Millows? ¡Qué va, Sirius, tanta experiencia que tienes con las mujeres y no puedes acercarte y hablar con ella! – le exclamó James volviendo a jugar con su pequeña replica de una snitch. Sirius le miró un tanto enojado, y se sentó a su lado.
- Pero es una de las únicas chicas que no me presta atención – replicó Sirius molesto – Hasta Lily me presta más atención que ella aunque sea para golpearme o discutir.
- ¿Y por qué me pides ayuda a mí? – Preguntó James extrañado – Puedes salir con una de sus amigas y saber más, ¿Pero que yo pregunte algo de ella? Estás loco...
- Vamos, amigo, ¿Si?
- No, Sirius
- Vamos, vamos, ¡Por favor!
- No
- ¡¡Por favor!
- No
- ¡James! ¡Vamos!
- ¡¡¡Está bien! – Le exclamó el joven ya enojado.
- ¡GRACIAS! Amigo, eres el mejor – Sirius casi saltó sobre James y le abrazó.
- Ya, ya, quítate – le exclamó James divertido – Oye ¿Has visto a Remus?
- Pensándolo bien, no lo he visto – dijo Sirius extrañado.
- Vamos a buscarlo – Le indicó James levantándose del suelo y ayudando a Sirius. Juntos, se fueron en busca de su amigo. Buscaron por todos los pasillos, le preguntaron a cuanto alumno se atravesara por sus caminos pero no tuvieron rastro de su amigo.
- Hola linda – le coqueteó Sirius a una chica, que se notaba de cuarto año, que caminaba por el pasillo con sus amigas – ¿Me podrías decir algo sobre Remus?
- Oh, pues – la chica se sonrojó levemente – Sí,sí, pero no puedo, digo, no lo sé, y yo que soy la presidenta de su club y..y...y – la chica comenzó a sollozar y se refugió en el pecho del joven mientras que éste miraba a James extrañado.
- ¿No sabes nada entonces? – Si bien, la chica le contestó pero entre tanta lágrima y sollozos ni Sirius ni James le entendieron algo – Pues, muchas gracias de todas formas – Sirius trató de desprender a la chica la cual se negaba. James le ayudó cuando de pronto Brenda apareció por el pasillo junto a Marya y las gemelas Marlenson. Brenda se notaba molesta y se acercó a Sirius.
- ¿Acosando a menores, Black? – Le dijo la chica con el fin de molestarlo - ¿No crees que es muy temprano?
- Buena ésa, Brenaman – dijo el chico con desprecio.
- Oh, vamos Black, suéltala antes de que se traume.
- Pero ese es el problema. No se quiere soltar – le dijo casi en susurros.
- Hey, Katia ¿Quieres soltarlo, por favor? – Le indicó Brenda a punto de perder la paciencia. La chica se soltó de los brazos del chico y le miró enojada, para luego irse con sus amigas.
- ¿La conocías? – le preguntó Sirius atontado.
- Sí, es una estúpida chica que anda molestando siempre a mi hermano – dijo Brenda de mala gana – Bueno, nos tenemos que ir.
- Espera – le indicó James - ¿Sabes algo de Remus? Hace horas que no lo vemos.
- ¿No se enteraron? – Les preguntó la chica en un tono más blando. James y Sirius negaron con la cabeza, tratando de no ponerse más nerviosos.
- Ha estado en la enfermería desde ayer en la noche – Dijo Marya observándolos con compasión.
- Escuché que alguien le atacó – Añadió Angie, una de las gemelas Marlenson – No se ha encontrado muy bien.
- ¡¿QUÉ! – exclamaron los chicos al mismo momento. El corazón de James comenzó a latir rápidamente y junto a Sirius comenzaron a correr en dirección a la enfermería.
- ¡Aw, qué tiernos! – Exclamó Marya – Se preocupan tanto.
- No son tiernos – le espetó Brenda mientras que observaba las siluetas de los chicos desaparecer al final del largo pasillo – Bueno, tal vez sólo un poco – susurró, más para sí misma. Apretujó sus libros en su pecho, suspiró profundamente y se fue junto a sus amigas.
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Disculpen por demorarme pero bueno. Estuvo más corto que los anteriores.
No he tenido muchas ganas de seguirlo, espero que dejen más reviews
ya que así me dan ganas de seguirlo ;(
muchos saludos, espero poder seguirlo pronto :)
Shauu
