Capítulo 15

- Toma esto, luego DESCANSA... – Le dijo, la enfermera a Remus, mirando especialmente a Nhy quien se ruborizaba - Y estarás curado para mañana.

- Muchas gracias, enfermera – Dijo el chico todavía con su voz chillona, pero sin tener el tamaño de su cabeza tan diminuto.

- Me da gusto que hayas vuelto... unos segundos después de salir la primera vez – Dijo divertida, mientras se retiraba hacia su despacho.

- Remus, lo siento tanto, tanto, tanto, tanto – Repetía Nhy tratando de que Remus no se enojara con ella.

- No te preocupes, Nhy, no pasa nada... sólo fueron unos cambios...

- Discúlpame... – Dijo la chica apenada. Remus le sonrió, obteniendo una sonrisa de parte de Nhy. Se tomó la poción y los dos se quedaron en silencio.

- Nhy, debo hablarte... de algo bastante importante – Le especificó el chico, mirándola seriamente. Nhy no pudo contener una risita al ver a Remus totalmente serio hablando con esa voz tan chillona.

- Bien – Dijo poniéndose seria - ¿Sobre qué?

- Sobre nosotros – Nhy, al notar la seriedad de Remus, le miró nerviosa. ¿Algo sobre ellos dos? ¿Y si quería terminar con ella? No, no podría, ¿O sí? – Sabes que hace poco hemos estado juntos... – Nhy asintió en silencio – Y sabes que te quiero mucho, ¿No?

- Sí, Remus, pero ¿Qué es lo que ocurre? – Le insistió la joven.

- Déjame terminar... – Le cortó Remus – Creo... que estamos listos... no, no, creo que... bueno, si es que tú lo deseas... de ser algo... ehm, algo más...

- ¿Algo más qué?

- Ser algo más form... – Pero Remus no pudo terminar ya que un grave sonido le interrumpió. Los dos chicos observaron la puerta de la Enfermería y pudieron ver a James, con el labio partido y un golpe en el cuello, cargando a alguien en sus brazos y detrás, pudieron ver a Rufus con una mirada cohibida y unos cuántos golpes en el rostro.

- ¡Enfermera, rápido! – Exclamó James llevando al cuerpo desmayado a una cama en la sala. Nhy distinguió el pelirrojo cabello del cuerpo.

- ¡Es Lily! – Exclamó asustada - ¿Qué le hiciste? – Le regañó al chico de gafas enojada, acercándose a la cama donde la joven pelirroja yacía.

- Yo... yo... – Balbuceaba el chico sin sentido. Rufus le miró enojado.

- ¡Él la golpeó! Estaba demasiado enojado porque Lily había decidido estar conmigo – Dijo el chico con arrogancia, pero Nhy sabía que eso no era verdad.

- ¿Qué ocurre aquí? – Preguntó la enfermera extrañada, caminando hacia la camilla donde Lily se encontraba. Tenía un feo golpe en su sien derecha - ¿Pero qué le ocurrió? – Preguntó alarmada, examinándola.

- Potter la golpeó – Dijo Rufus con desprecio.

- ¿Potter? ¡Bien, quiero que todos salgan ahora mismo! – Exclamó enojada, pero nadie se movía de su lugar - ¡¡AHORA!

- Remus, te vendré a ver más tarde – Le dijo Nhy a su chico mientras salía por la puerta de la enfermería seguida de James y Rufus.

Remus observó cómo la enfermera examinaba a Lily de cerca, limpiándole la herida y mejorando su posición en la camilla. Luego, observó cómo desaparecía por la puerta de su despacho.

Observó a Lily. No debía ser verdad de que James la hubiera golpeado. James nunca le haría ningún daño a Lily. Estaba seguro de que todo había sido culpa de Rufus. Tendría que averiguarlo.

oOoOo

Le dolía demasiado la cabeza. Sentía un agudo dolor en su sien derecha que no le dejaba pensar con claridad. Movió sus brazos, sintiendo unas suaves sábanas. Estaba en una cama, pero ¿Dónde? Trató de abrir los ojos, pudiendo ver la estancia, algo borrosa. Todavía no podía distinguir el lugar en el que se encontraba.

Comenzó a ver todo más nítido, ya no veía borroso, pero la cabeza le volvió a doler. Pudo ver unas ocho camas más a su alrededor, y en una, frente a ella, había alguien durmiendo.

Se acercó calladamente, observó su rostro. ¿Quién era? Se veía pálido y débil, pero parecía un ángel durmiendo. "Qué apuesto" Se dijo, sin esperar que el joven comenzara a despertarse.

- ¿Quién es? – Preguntó todavía dormido. Abrió los ojos violentamente - ¿Lily? – "¿Pero quién es Lily?" pensó la chica mirando al joven extrañado. Retrocedió unos pasos atrás asustada porque estuviera llamándola de esa forma.

- ¿Quién es Lily? ¿Y quién eres tú? – Preguntó asustada. El joven le miró asombrado, negando con la cabeza.

- No puede ser... – Murmuró - ¿Lily? – Preguntó temeroso.

- ¡¿Quién diablos es Lily! – Exclamó la joven más alarmada que nunca. Sintió como el dolor en su sien volvía, como si algo le golpeara violentamente dentro de su cabeza.

- Tú... tú eres Lily.

- ¡¿Qué! – Exclamó asustada mientras que el chico le veía visiblemente pasmado.

Lily se volvió a acostar en su cama, nerviosa, sin mirar al chico. Éste le quedó observando. No podía creer... si es que no se equivocaba... Lily había perdido la memoria.

- ¿No recuerdas nada? – Le preguntó, tratando de ver qué ocurría.

- Eh... no, nada... sólo recuerdo unos gritos en mi cabeza – Colocó sus manos en ella, cerrando sus ojos fuertemente, sintiendo un dolor punzante de nuevo en su cabeza – Y me duele... mucho...

- ¿No recuerdas quién eres, cómo te llamas, por qué estás aquí? – Le preguntaba el joven, mientras que ella miraba a su alrededor visiblemente asustada.

- Nada... – Le miró confundida y con un dejo de tristeza en sus ojos. El chico le miró desconcertado.

- ¿No recuerdas ni siquiera qué edad tienes, ni de dónde vienes?

- ¡No, no, no, NO! – Gritó la joven apretando su cabeza entre sus manos. No sabía nada, ¡Qué estaba pasando!

De pronto, una señora de corta estatura y blancos delantales, salió de una puerta cerca de su camilla, con su rostro visiblemente extrañado. Se acercó a Lily con paso duro y colocó su mano en su frente.

- Jovencita, ¿Está bien? ¿Cómo se siente? – Preguntó verificando su temperatura – ¡Por Dios, tiene fiebre! Recuéstese y le daré unos remedios.

- Pero yo debo salir, debo irme... ¡Tengo que saber por qué estoy aquí! ¡Qué está pasando! – Exclamaba asustada mientras que la enfermera se desaparecía por la puerta en que antes había entrado.

Lily miró al chico que estaba delante suyo, quien a su vez le miraba con compasión. No sabía qué hacer pero debía hacer algo.

Se levantó violentamente, sintiendo otra vez ese agudo dolor en su cabeza, cayendo al suelo tras sentir sus piernas temblar fugazmente. Trató de levantarse, pero sin conseguir buenos resultados, cayendo otra vez al suelo. Comenzó a ver todo borroso otra vez, escuchó un grito, unos pasos frenéticos que se acercaban a ella. Sintió un dolor más agudo, sintió calor, mucho calor, unos brazos que le agarraban antes de caer, otra vez más, al frío suelo y de pronto ya no veía nada.

Se había desmayado.

oOoOo

- ¡No puedo creerlo, Potter! ¿Cómo pudiste? – Exclamaba Brenda, golpeando a James en el pecho, furiosa, con un tanto de tristeza por Lily. Nhy le había contado todo lo que había pasado en la enfermería y el enojo hacia James Potter había aumentado considerablemente. A James no le importaba ya que estaba de igual forma que la joven.

- Tranquila, Bren, debemos saber qué ocurrió en realidad – Le decía Nhy a su amiga, tratando de calmarla, pero Brenda no dejaba de golpear a James.

- ¡Pero si es un inútil, un cerdo estúpido gilipollas! – Exclamaba furiosa. Sirius se le interpuso y la tomó fuerte de las muñecas.

- Deberías calmarte, Brenaman, o te calmo yo – Brenda le miró furiosa, y violentamente, hizo que le soltara.

Se encontraban a unos cuántos pasillos de la enfermería, y muchos alumnos que pasaban por esos lugares miraban a la morena extrañados.

Brenda comenzó a caminar de un lado a otro, pensando en cómo ayudar a su amiga. Sirius se encontraba apoyado en una pared, mirando a Brenda intensamente. Nhy se encontraba nerviosa, mirando hacia todos lados, mientras que James... James se estaba muriendo... Al haber peleado con Rufus, todo se salió de control. No era su intención golpear a Lily, nunca le haría daño, era su tesoro más grande. Pero Lily sólo los quería separar y al haberse metido, lamentablemente, obtuvo un golpe que iba destinado a Rufus. Así que todo lo que había ocurrido era su culpa, Lily estaba mal por su culpa, no se lo perdonaría nunca. Se deslizó por la fría pared por la que estaba apoyado y colocó sus manos en su rostro.

- Vamos, amigo, todo saldrá bien – Le intentó animar Sirius, pero James ni se inmutó al comentario de su amigo – Sabes... Ahora que lo pienso ¿Qué ocurrió con Peter? De todas formas, parece que extrañamente, sus padres lo habían venido a buscar o le habían dicho que se fuera a su casa. Volverá ésta semana al colegio, y nosotros que no sabíamos nada de él – Rió Sirius divertido – Había estado de vacaciones en Los Ángeles, con su familia – James seguía sin decir nada – Me mandó una carta. Está diferente ¿Sabes?

- Sirius, la verdad que no me interesa – Respondió James con la voz grave y dura. Sirius bufó.

- ¡James, no debes de estar así! Lily estará bien, además, nada de esto ha sido tu culpa – Le dijo el chico con una leve sonrisa. James se rió, abatido. Sirius sabía tanto de él, hasta lo que sentía o pensaba...

- Es sólo que... no puedo evitar sentirme fatal

- ¡Pues deberías, sinvergüenza! – Exclamó Brenda furiosa quien había estado escuchando la conversación entre los chicos - ¡Mira lo que le has hecho a Lily!

- ¡Clámate, Brenaman! – Exigió el moreno – James no tiene la culpa.

- ¡Pero si él le ha pegado! ¡Es obvio que tiene la culpa! – Exclamaba la chica furiosa, acercándose a Sirius cada vez más.

- ¡Pero fue un accidente! ¡A-CCI-DEN-TE!

- ¡Pues, NO ME IN-TE-RE-SA! – Le respondía la joven enojada. Se dio la vuelta de brazos cruzados, comenzando a caminar de un lado para otro de nuevo.

- Eres una hipócrita – Murmuró el joven, apoyándose otra vez en la pared. Brenda hizo caso omiso al comentario de Sirius, pensando sólo en su amiga.

- Creo que deberíamos ir a descansar, ¿No creen? – Sugirió Nhy nerviosa. Brenda le miró directamente a los ojos.

- ¿Estás loca? En cualquier momento pueden necesitarnos para ver a Lily, tal vez le ocurra algo – Decía Brenda, molesta.

- Creo que Rae tiene razón – Comentó Sirius – Lo mejor será comer una rica cena e ir a descansar. Vamos, James.

El chico de gafas se levantó abatido, como un zombi. Tenía la mirada perdida, culpándose de todo. Sirius le ayudó, y se dirigieron al Gran Comedor. James sabía, de todas formas, que no podría comer tranquilo.

Nhy se acercó a Brenda y la cogió del brazo. Luego de unas cuantas peleas, Brenda le hizo caso a su amiga y le siguió, detrás de los otros dos chicos, hacia el Comedor.

Al llegar, Brenda se separó de Nhy, y ésta siguió a los otros dos chicos a la mesa de su casa, sólo que se sentó lejos, sola.

Brenda se acercó a su mesa y pudo notar que Rufus le hablaba a Dan muy furioso, mientras que el chico le asentía en silencio. Se acercó a ellos y se sentó al lado de Dan, mientras que le daba un beso en la mejilla.

- Hola, Bren – Le saludó Rufus. Dan le sonrió maravillado.

- ¿Te ocurre algo? – Le preguntó Dan notando su semblante medio pálido. Brenda agachó la cabeza.

- Es por Lily...

- Sí, Rufus me contó todo. Potter es un verdadero idiota, ¿No? – Brenda levantó el rostro y le sonrió.

- Claro. ¿Y tú cómo estás?

- Pues, bien... extrañándote a cada momento – Dan le sonrió coqueto, mientras que Brenda le golpeaba suavemente el hombro.

- ¡Auch! Eso dolió – Bromeó Dan, divertido, haciendo reír a Brenda. Ésta cambió, de pronto, su semblante divertido a uno pálido, perdido, con la mirada fija en un punto del comedor inexistente.

Había recordado a Derek, cuando le hacía reír. Había recordado las hermosas semanas que pasó a su lado, todo ese cariño y ¿Ahora? No podía creer que estuviera con Dan... lo extrañaba tanto.

- Lily va a estar bien, Bren – Le respondió Dan, ingenuo. Brenda rió calladamente.

- Lo sé, Dan... – Dijo con un toque de diversión, coqueta, sabiendo que su chico no sabía en quien pensaba realmente.

- Bueno, ¿A qué has venido? ¿A cenar o a charlar? – preguntó el chico divertido.

- Las dos – Le contestó Brenda besándole en los labios dulcemente. Dan le correspondió, sonriente.

- Pues, que sean las dos entonces – Dijo el joven volviéndole a besar.

- Ehem – Carraspeó un Rufus incómodo sentado al lado de la pareja - Creo que iré a... me iré – Dijo incómodo, notando que los chicos no le prestaban atención.

Se levantó un tanto adolorido, todavía por la "pelea" con James. Un calor le recorrió todo el cuerpo al acordarse de Potter, y no pudo evitar acordarse de Lily. Sonrió arrogante, pensando en ir a visitarla.

Al llegar a la enfermería, entró sigilosamente, sin hacer ningún ruido. Notó un cuerpo recostado sobre una de las camillas de la habitación. Era la única persona en aquél lugar.

Se acercó al cuerpo extendido, con el rostro pálido, y de párpados cerrados. Sentía su respiración, pausada, calmada. Su pecho subiendo y bajando. Se sentó en una esquina de la camilla, mirando el largo cabello pelirrojo que caía sobre la almohada. Le acarició el rostro suavemente.

- Lily...

El cuerpo, antes inmóvil, comenzó a moverse, de un lado a otro, tratando de despertar. Al notar cómo la chica abría los ojos lentamente, sintió como su corazón se helaba. Podía ya ver a la pelirroja gritándole a los cuatro vientos que se largara, y aunque no quería vivir nada de eso, se quedó ahí, sentado en la camilla, sin poder moverse.

Al notar que la pelirroja no decía nada, se sorprendió bastante. La joven le miraba con una cara de "¿Quién coño eres tú?".

- Lily – Repitió el joven, con una voz grave. La joven le miró nerviosa - ¿Estás bien?

- ¿Quién es Lily? – Preguntó la chica, enderezándose en la cama, mirando al chico fijamente.

- Ehm... pues, tú.

- ¿Yo? – Preguntó extrañada, olvidándose de que estaba frente a un completo extraño, que no era un extraño en realidad – Qué bonito nombre tengo – Comentó la chica con una loca mirada.

Rufus, al notar el comportamiento de la chica, pudo deducir que algo le ocurría, y algo malo. Tenía amnesia... ¡TENÍA AMNESIA! Lily en esos momentos no se acordaba de quién era, dónde vivía, qué edad tenía, etc. ¡Lily no recordaba nada! Éste era su momento, podría conseguir tener a Lily en sus brazos para siempre.

- ¿No sabes quién eres? – Le preguntó expectante. La joven iba a hablarle cuando sintió un agudo dolor en su cabeza.

- No... – Dijo, luego de acariciarse el lugar donde sintió el dolor.

- ¿Sabías... que tú... eres mi novia? – Le preguntó Rufus con la voz incierta. La chica le negó con la cabeza, ingenua – Mira, llevamos como novios... unos 5 meses... tú me amas profundamente y yo a ti. Lo que te ocurrió fue que estábamos... ¡Besándonos, sí! y de pronto... ehm... James Potter, un chico el cual tu odias y yo también – Dijo fríamente – Te golpeó con una bola, enorme, en la cabeza. Caíste inconsciente y te traje a la enfermería.

- ¿Qué edad tengo?

- 16 años... cumplirás los 17 en unos 3 meses más.

- ¿Y dónde estamos?

- Estamos en un colegio de Magia. Y déjame decirte que eres la mejor de todo el colegio – Le dijo el chico sonriente. Lily le sonrió de vuelta. Aunque no se acordara de él se le veía muy tierno, y guapo. Además, se suponía que eran novios. Pero ¿Qué estaba pasando?

- ¿Y desde cuándo he estado en la enfermería? – Preguntó preocupada.

- Desde... eh... ¡Hace dos días! – Lily le miró con los ojos bien abiertos, asombrada – Pero no te preocupes – Rufus le acarició la mejilla – Ahora estás mejor y pronto saldrás de aquí... y todo volverá a la normalidad. Seguiremos siendo novios por siempre, ¿No es así?

Lily miró al chico. Tenía unos hermosos ojos cafés que le miraban fijamente. Sentía que lo conocía de toda la vida, y que en verdad debía estar con él. Vio cómo el chico le sonreía dulcemente, y no pudo evitar sonreírle de vuelta.

- Sí... claro – Se ruborizó unos momentos, para luego hacerlo más al notar cómo el joven se le iba acercando. De pronto, ya tenía los labios del joven sobre los suyos. Hasta había olvidado como dar un beso...

Pero un ruido a sus espaldas los interrumpió. Era la enfermera quien entraba con algunos medicamentos en sus manos.

- Jovencita, ¿Ya se encuentra mejor? – Le preguntó cariñosamente, mientras se acercaba donde los chicos.

- Sí... sí, eso creo...

- Te habías desmayado otra vez, y el Señor Lupin me notificó que tal vez tendría amne... – Pero la enfermera fue "delicadamente" interrumpida por la voz de Rufus.

- ¡Pero enfermera! ¿No escuchó esos terribles ruidos en su despacho? Creo que algunos jóvenes andas fisgoneando por estos lugares, yo cuidaré de Lily muy bien, no se preocupe... – La enfermera y la joven pelirroja lo miraron extrañadas.

- ¿Señor Lound, puede decirme qué le ha pasado?

- Enfermera, escuché unos terribles ruidos en su despacho

- Pues, ¿Me haría el favor de ir a revisar, entonces? – Le preguntó la enfermera molesta, mirando al chico intensamente. Lily miró a Rufus expectante.

- Ehm, claro... – Rufus caminó lentamente hacia la puerta del despacho, mirando a la enfermera y a la chica nervioso – Pues, no hay nada – Exclamó entrando la cabeza al despacho de la enfermera.

- Bien, lo que decía, Señorita Evans era que...

- ¡Pero qué serpiente más grande tiene en su cama, Enfermera! – Interrumpió Rufus, mintiendo - ¡Qué terrible!

- ¡Señor Lound, no hay ninguna serpiente ni jóvenes fisgoneando en mi despacho! Ahora, déjese de estupideces – Inquirió la enfermera, enojada – Lily, querida, parece que tienes amnesia.

- ¿Qué es eso? – Preguntó la chica sin entender. Parecía una niña pequeña, sin saber nada del mundo entero.

- Has olvidado todas las cosas que sabías, has perdido gran parte de tu vida. No sabes ni quién eres, ni de donde vienes, ni qué te gusta hacer... ¡Nada! Hasta podría decirse que has olvidado grandes recuerdos de tu vida entera – Le dijo la enfermera, apenada. Lily abrió los ojos angustiada. No podía creerlo, así que eso era lo que le ocurría.

- ¡Enfermera, vea esto!

- ¡Señor Lound, deténgase! Ahora venga a ayudarme con la señorita Evans, y tráigame un vaso con agua – Rufus salió del despacho de la enfermera, abatido. Ya le habían contado todo a Lily... Pero, tal vez... podría dar resultado su plan... si no tendría que recurrir al plan B, el cual no tenía.

Fue a buscar un jarrón con agua que había en el escritorio de la enfermera y llenó un vaso, se lo entregó a Lily y se sentó a su lado en la camilla.

- Tómate esto querida, estarás mejor – Le dijo la enfermera, cariñosamente, mientras que la pelirroja se tomaba los remedios que la señora le había entregado – Ahora, Señor Lound, la dejo bajo su cuidado que debo ir a notificar unas cosas donde el Director – Dijo mirando al joven intensamente.

- No se preocupe, enfermera, estará de lo mejor.

La señora se perdió tras las grandes puertas de la enfermería, dejando a los dos jóvenes solos.

- Lily... ¿Estás bien?

- ¿En realidad padezco de Amnesia? – Preguntó la chica angustiada.

- Pues... eh, sí... – Dijo el joven rascándose la cabeza – Algo terrible, pero sabes lo más importante... – Lily le miró interrogante – Sabes tu nombre, tu edad, donde estas y... sabes que somos novios, que me amas profundamente.

- Pero... yo no te amo, no siento eso... Tal vez te amé pero no ahora

- Lily, no, tú sí me amas... lo sé. Necesitarás tiempo para recordar... los maravillosos momentos que pasamos juntos como novios, antes de tu... accidente... necesitamos pasar tiempo juntos, nada más – Le decía sonriente. La chica le miraba dudosa.

- Creo que tienes razón...

- Bien, te explicaré lo siguiente. Tus amigos son Dan, Brenda y, claro, yo. Tú aborreces profundamente a los Merodeadores, un grupo de la escuela compuesto por James Potter, Sirius Black, Remus Lupin y Meter Pettigrew. También a una chica llamada Nhyla Rae quién es compañera de cuarto tuya pero no se llevar bien. No le creas nada a nadie de lo que te digan, nosotros somos novios, y punto – Lily asentía después de cada dato que el chico le daba. Tal vez, después de todo, no sería tan difícil.

- Entiendo...

- Ahora, te dejaré descansar, ¿Sí?

- Gracias, Rufus... gracias – El joven le besó la frente, acariciándole la mejilla, y con una sonrisa, salió de la enfermería.

Lily pensó en todo lo que le ocurría, lo que el chico le había dicho. Intentó recordar algo de su vida pero la verdad era que no se acordaba de nada, ni de quiénes eran sus padres ni si tenía hermanos ni... pero algo sentía. Se sentía vacía, algo en el corazón le faltaba pero no sabía qué era.

Poco a poco, los medicamentos comenzaron a surtir efecto y, en pocos minutos, la joven pelirroja ya se encontraba durmiendo plácidamente sobre la camilla.

oOoOo

- ¡James! No vas a creer lo que te voy a decir – Le comentó Remus a su amigo, quien estaba sentado en el sillón de la Sala Común, frente a la chimenea, junto a Sirius.

- ¿Qué? ¿Algo con Lily? ¿Cómo está? – Preguntó frenéticamente el chico, visiblemente preocupado.

- Padece de Amnesia, James, no recuerda nada de su vida, nada de nada... – James abrió los ojos, notablemente asombrado por lo que su amigo le contaba. Lily no recordaba nada, entonces... no se acordaba de él.

- Tengo que ir a verla – Dijo James. Fue su única reacción a lo que le habían dicho, pero Remus lo detuvo.

- Se desmayó. Creo que la debes dejar descansar, ¿No crees? – Remus le cortaba el paso a James, impidiéndole llegar a la salida. James le miraba molesto. Debía verla...

- Pero, Remus, DEBO verla – Exclamó. Sirius se levantó del sillón y se acercó a sus amigos.

- Creo que Remus tiene razón – Dijo seriamente. Hasta James se asombró por lo serio que se encontraba su amigo, el que comúnmente se encontraba hablando boberías y contando chistes a todos.

- Está bien – Dijo James abatido – Pero mañana por la mañana iré a visitarla, y no podrán detenerme.

- Hasta mañana entonces, pero ahora deja que descanse... – Le dijo Remus, apartándose de él – Cambiando de tema, ¿Han visto a Nhy?

- Salió a los jardines hace poco... – Dijo James sin importancia. Pero Remus se asustó por su seguridad. Salió corriendo preocupado hacia fuera a los jardines del castillo – Claro, él puede ir tras su chica, mientras que yo no puedo.

- Vamos, hermano, piensa en Lily un momento, debe descansar.

- ¿Crees que no pienso en ella? Imagina cómo estará cuando despierte y sepa todo lo que ha pasado...

- Y sepa que tú la golpeaste – Le dijo el moreno, con un tono divertido. James le golpeó el hombro, molesto – Bien, bien, disculpa...

- Eres un idiota – Murmuró james, sentándose frente a la chimenea, pensando en esa chica de cabello pelirrojo, comenzando a preocuparse cada vez más.

oOoOo

- Remus... – Susurró Nhy al ver llegar al chico, corriendo hacia ella. Lo abrazó fuertemente, atemorizada de perderlo.

- Nhy, ¿Estás bien? – Le preguntó acariciándole el cabello, mientras que sentía su alterada respiración en su pecho.

- ¿Cómo está Lily? – Preguntó a la vez la chica, separándose de él. Remus le miró preocupado.

- Se ha despertado, pero al darse cuenta de dónde estaba se desmayó – Nhy le miró interrogante, sin saber por qué habría actuado así su amiga – Tiene amnesia, Nhy, no sabe quién es ni de dónde viene... nada.

- No...

- Ahora está descansando y será mejor dejarla así – Nhy no podía reaccionar, estaba demasiado asombrada por la situación – Oye, oye, ¿Estás bien? – Remus la tomó del mentón haciendo que Nhy subiera su rostro, para mirarle cariñosamente. Nhy no pudo evitar soltar unas cuántas lágrimas – Todo estará bien, Nhy, no te preocupes...

- Remus, ¿Hasta cuándo estará de esa forma? Los dos sabemos que la Amnesia dura mucho tiempo, incluso a veces la gente no se mejora.

- Pero Lily lo hará, hay que creer en ello... Lily es fuerte, ¿No?

- Pero ella ya no será Lily Evans, ahora será una persona totalmente distinta...

- Nhy, tranquilízate – Le dijo acariciándole la mejilla. La chica se abrazó otra vez al joven, llorando en su hombro – Mañana iremos a visitarla, y verás que estará bien. No hay de qué preocuparse – Le decía cariñosamente, mientras seguía acariciándole el cabello. Nhy no dejaba de pensar en Lily. Todo sería mucho más distinto.

Espero que les haya gustado

Reviews :)

M. Potter