- un gusto tenerlos de visita-la voz de ella era dulce.

Parpadeo varias veces intentando hablar.

Ella realmente es hermosa.

- un gusto señorita higurashi - en el momento en que se dirijo a ella la observó sonreír.

- el gusto es mío joven Taisho- un brillo algo peculiar cubrió sus bonitos ojos avellana.

- un gusto, niña - su madre saludo cordialmente mientras se acercaba a besar la mejilla de la muchacha- tú debes ser la menor de las hermanas, ¿cierto?.

- claro un gusto soy kikyo-la bonita sonrisa de su lindo rostro jamás desapareció.

Kikyo...

- ya veo y tu hermana mayor- su madre comento y pudo ver como los ojos tan brillantes de antes cambiaban a una mirada fría.

- lo siento, pero mi hermanita no está en este momento con nosotros espero disculpen su ausencia, pero se encuentra estudiando en Francia- el tono seco en el que pronuncio la palabra hermanita le sorprendió.

- o que pena deseaba tanto conocerla-su madre sonrió - he escuchado decir que realmente es una hermosura, deseaba conocer a la mujer de la que todo Tokio habla.

La sonrisa torcida que cubrió el bonito rostro de la chica solamente iso que su aptitud resultará extraña.

- bueno si gustan la mesa está lista podemos tener una agradable comida y después si quieren les mostraré la casa-la sonrisa de antes volvió al rostro de la chica.

Realmente una de esas niñas falsas..


Mis manos no dejaban de temblar, apenas y podía mantenerme de pie.

¿Qué hago?

Tenia que pensar, tenía que hacer algo...

¡¡¡No quiero casarme!!!...

Bajó los escalones mientras escuchaba ruido en la cocina.

Observó con detenimiento la puerta, sería tan fácil salir.

Salir de aquí y correr, esconderme lejos, obtener mi libertad...

Doy un paso tembloroso mientras escucho un grito lleno de emoción...

Ella está aquí...

- ¡¡Kagome!! - ella grita en tono demandante al igual que él, yo solo corro a la cocina.

No puedo escapar, nunca podré escapar...

- si señorita - entro a la cocina intentando dejar de temblar.

Los ojos avellana que me observan me ven con altanería y superioridad.

Por qué decidiste ser igual que él...

- te quiero fuera de la casa - su voz fría me ase temblar volteándola a ver- no quiero verte hasta mañana así que lárgate por ahí.

Siento un nudo en mi estómago y no sé si es de alegría o miedo.

- Y... Y... la cena - escucho como él se ríe.

Mis ojos se posan en la mirada indiferente y fría de él.

- ya no necesito que este presente así que largo - asiento mientras corro dirección arriba a mi cuarto.

Tomó mi bolsa y salgo de la casa, son apenas las 8 de la mañana según el reloj en mi muñeca, comenzó a correr deseando que sea verdad.

No se a donde ir, pero no me preocupo...

Realmente me salvé de casarme, realmente es verdad...

Paseo un rato por el parque y me detengo en una pequeña cafetería, desayuno algunos panqueques con una taza de café con leche.

Son apenas las 10 de la mañana y decido pasear por el centro comercial me mezcló entre las personas aún por mi ropa.

Llevo un largo vertido rosa claro hasta el tobillo mientras tengo un pequeño suéter blanco que cubre mis brazos y una bolsa color blanco que cuelga atravezde mi pecho.

Doy varias vueltas observando a la gente a mi alrededor...

3:50...

El tiempo se me ha pasado volando, siento mis piernas duelen de tanto caminar, descanso un rato sentándomeen una banca en el parque.

¿En qué momento llegué aquí?

No lo sé, pero al parecer estoy bastante lejos de casa como para no encontrarme con ninguno de los vecinos.

Decido caminar un rato más, observó a los niños jugando en el parque y sonrió...

Mi vista enfoca a una muchacha y siento un cosquilleo en mi estómago...

Ella lleva consigo un violín, sus cabellos están atados y viste de manera simple.

De inmediato me pongo de pie y camino siguiéndole.

Ella tiene un violín.

Sigo caminando viendo como ella da vuelta en una esquina y lo veo ante mis ojos...

Lo sabía...

- un conservatorio...

El cosquilleo vuelve a mi estómago y siento mis manos temblar por anticipación.

Volteo a los lados mientras no veo a nadie conocido.

Lárgate por ahí...

Sus palabras se repiten en mi mente y tengo ganas de gritar de alegría.

Los latidos de mi corazón aumentan y siento como el cosquilleo sigue en mi estómago, antes de darme cuenta ya estoy cruzando las bonitas puertas de cristal que dan entrada a uno de mis mayores sueños...

Un amplio pasillo de colores crema, una mujer está sentada detrás de un bonito mostrador, al parecer capta mi presencia y me sonríe.

- buenas tardes señorita puedo ayudarla con algo- la amable sonrisa en el rostro de la mujer me hace sentir un poco nerviosa.

- Puedo... Puedo ver las instalaciones- me siento tonta ante mi timidez.

Es algo que no puedo controlar..

- claro si le gusta el lugar y esta interesada en aprender con gusto puedo darle una forma de registro.


- mami cuando sea grande puedo estudiar en un conservatorio - la sonrisa en su rostro crecío ante las palabras.

- que mala eres princesa, creí que hacía un buen trabajo creo que no soy tan buena maestra.

La pequeña niña sonrió viendo a la mujer a su lado.

- ¡¡eres la mejor maestra mami!! ...


Cuando los recuerdos golpean en mi memoria siento un dolor en mi pecho...

Recuerdos...

Recuerdos de una triste realidad, recuerdos de un aniversario de muerte.

- Señorita - la mujer detrás del mostrador me observa fijamente y niego lentamente con la cabeza.

- solamente deseo ver un rato - ella siente y comienzo a caminar por el conservatorio.

La realidad me golpea...

Por más que lo desee no podré volver a crear música...

Mi vista baja a mis manos, las cicatrizes solo confirman mi realidad...

Nunca podré volver a tocar para ti...


- Los Taisho, dices que la increíble familia Taisho quieres unir nuestras familias- la sonrisa en el rostro de mi padre no me miente.

- sí que estúpidos, solamente van a ser otros idiotas bajo mi mando-el brillo de la avaricia brilla tanto en sus ojos.

- vas a casar a la estúpida con Inuyasha Taisho- la ira crece en mi interior.

Yo soy mucho mejor que esa estúpida.

- si solamente será para poder manipularlos a mi antojo- sus ojos me observan y resoplo indignada.

- pero papi yo soy mucho mejor que esa estúpida- la ira florece en mi voz nuevamente- ¿por qué no me casas a mí con Inuyasha Taisho?, él es el único que esta a la altura de tu hermosa y adorada hija.

La sonrisa de disgusto en su rostro me hace saber su repuesta futura.

- además, quien mejor que yo para manipular a ese imbécil y tenerlo en la palma de mi mano.

Él me observa y cuando suspirar sé que yo ya gane.

- lo que tú quieras mi niña, solo di si algo te molesta y le cortarélas manos al idiota.

Grito completamente emocionada mientras me abrazo a su cuello.

Sonrió pensando en mi futuro...

Un futuro donde Inuyasha Taisho será solamente mío...