La chica intentó abrir los ojos pero de inmediato los cerró, todo su cuerpo le dolía, aunque no tenía ni idea de donde se encontraba, hizo un intentó de ponerse de piie pero alguien se lo impidió, — Sophie ve por Zoe, dile que ha despertado — dijo una voz, ella escuchó un par de pasos seguido de una puerta abrirse. — Tranquila, estás bien es solo que aun estás agotada no es bueno que te pongas de pie.

Thalia pudo abrir los ojos observando por primera vez el lugar donde se encontraba, — ¿Quién eres? — preguntó, había reconocido el uniforme de cazadora aunque no recordaba haber visto a la chica la vez que estuvieron en su campamento.

— Soy Chloe cazadora de Artemisa, en un momento vendrá Zoe, ella te va a explicar todo — respondió la cazadora esbozando una sonrisa.

Thalia solo asintió, no le agradaban mucho las cazadoras pero en esos momentos no se sentía con muchas fuerzas para oponerse, solo esperaba que no se encontrará en el campamento de las cazadoras, no le había agradado para nada la primera vez que estuvo en aquel sitio. Pero ese pensamiento trajo a su mente el recuerdo de sus amigos, ¿Annabeth, Grover y Luke estarán bien? se preguntó, solo esperaba que sus amigos se encontrarán a salvo.

Después de varios minutos la Teniente de la Caza entró en la habitación, — Chloe me puedes dejar a solas con Thalia — dijo Zoe, la cazadora solo asintió antes de abandonar la habitación. — ¿Cómo te sientes? ¿Te encuentras bien?

En esta ocasión dejó muy sorprendida a Thalia, la única vez que había visto a la cazadora no se había portado tan amable con ella. — Me duele la cabeza y no entiendo que es lo que ha pasado — murmuró Thalia, quien con ayuda de la teniente logró sentarse, — ¿Dónde estamos?

La Teniente de la Caza suspiro pesadamente mientras dejaba su arco sobre la mesa, — Te encuentras en el campamento Mestizo — explicó Zoe, — ¿Qué es lo último que recuerdas?

La hija de Zeus cerró los ojos en un intento de recordar lo que había pasado, — Recuerdo al chico que nos salvó, pero antes un Cíclope nos atacó y lastimó a Annabeth, me quede para detenerlo y Grover pudiera llevar a Luke y Annie al campamento.

Pero la chica se quedó callada, mientras sus manos se dirigían hacia su estómago, — El Cíclope me atacó, yo morí — dijo ella con lágrimas en los ojos.

— Todo eso pasó de verdad — explicó Zoe con un poco de nerviosismo.

— Cuando te sacrificaste, Hécate lanzó un hechizo para que nadie olvidará lo que habías hecho, con ese hechizo un árbol nació — dijo Zoe, pero Thalia se mantenía en silencio. — Hace una semana alguien atacó el árbol y enviaron una misión al Mar de los Monstruos para encontrar el Vellocino de Oro, este logró restaurar la barrera mágica y te revivió.

— ¿Esto es una broma? — exclamó Thalia molesta, pero Zoe se mantuvo tranquila.

— Te juro por el Río Estigia que todo lo que te he dicho es verdad — dijo Zoe viendo fijamente a la hija de Zeus. — Sé que esto es muy difícil de procesar, pero te pido que no salgas de aquí, todo esto no es obra de la casualidad y me temo que puedes estar en peligro. Aquí estarás siendo protegida siempre por cazadoras, te prometo que te vamos a cuidar.

La hija de Zeus se quedó por un momento en silencio, todavía sin entender todo aquello, y aunque no le agradaba la idea de estar encerrada en ese sitio pero en esos momentos prefería descansar. — Está bien — murmuró Thalia antes de volverse a acostar.

Salto de Línea

— Ustedes estarán a salvo aquí, les pido que por favor no intenten abandonar la cabaña, si necesitan algo se lo pueden pedir a las cazadoras — dijo Quirón observando a los dos hijos de Hades, ambos chicos se observaron por un momento antes de asentir, aunque no les gustaba para nada aquello, por más bonitas palabras que dijera el centauro aquello era sin dudas una prisión.

— Necesitamos encontrar un lugar para hablar — murmuró Nico, observando a su alrededor, aunque las cazadoras se encontraban solo en la entrada a la casa, no quería que nadie escuchará.

— Ven, vamos a buscar una habitación — dijo su hermana, guiando al chico hasta el cobertizo, el lugar más lejano de la entrada, supuso que en aquel lugar tendrían más privacidad.

La chica se asomó por la ventana, podía observar como los campistas corrían de un lado a otro, — ¿Estás seguro que debemos irnos del campamento? — preguntó la chica, sin dejar de observar a los campistas, por lo que habían logrado escuchar, la situación pronto se iba a complicar.

— Creo que sí, solo con ellas podríamos obtener respuestas, me temo que esto es por la profecía que nos contó mi madre — respondió Nico, aunque no estaba muy animado, no sabía cuántos riesgos se podrían enfrentar al salir.

— ¿Y si esto no es por la gran profecía? — añadió Bianca, no tenía ganas de salir de aquel sitio.

— No creo que sea coincidencia que nos sacarán del hotel, solo por que si, debe haber algo más — dijo Nico, ambos hermanos se quedaron en silencio al ver entrar una chica en la habitación, aunque lo extraño es que ella no traía la vestimenta de cazadora.

— ¿Quién eres tú? — preguntó Nico molesto por la interrupción, ganándose una mirada de enojo de su hermana.

— Tranquilo Nico, no tienes que ser tan paranoico — exclamó la chica, — Disculpa a mi hermano, soy Bianca y el mal educado es mi hermano Nico.

— Soy Thalia Grace — respondió la chica con nerviosismo.

— Bueno, ¿Y qué haces aquí? — preguntó Nico con brusquedad, Bianca le dio un golpe en el hombro mientras se acercaba a Thalia.

— Disculpa a mi hermano, pero está un poco paranoico, al parecer en este lugar solo pueden entrar cazadoras y por tu forma de vestir tu no eres una de ellas — explicó Bianca, mientras afuera podían escuchar algunos gritos de los campistas.

— No, no soy una cazadora — respondió Thalia, observando a los hermanos, se preguntaba quienes eran aquellos para estar en aquel lugar resguardados por las cazadoras.

— Bueno, ¿Entonces por qué estás aquí? — preguntó Bianca, anticipándose a que su hermano dijera algo.

— Las cazadoras no me dejan abandonar la casa — respondió Thalia con nerviosismo, ambos hermanos se voltearon a ver, tenían la curiosidad acerca de aquella chica, que como ellos estaba prisionera en aquel lugar.

— ¿Saben qué es lo qué está pasando? — pregunto Thalia, pero los hermanos no pudieron responder ya que un humo negro empezó a emerger. Los tres chicos de inmediato agarraron objetos para defenderse por si alguien los atacaba.

Un esqueleto apareció en el otro extremo de la habitación, los chicos retrocedieron un par de pasos tratando de alejarse del esqueleto.

De los Dioses más antiguos, un mestizo llegará a los veinte años en contra de todo lo predicho.

En las profundidades del pozo, el tiempo eterno y el destino, despertarán de su largo sueño.

Los antiguos enemigos se volverán a encontrar, tendrán que dejar sus diferencias para rescatar a los prisioneros.

El héroe tendrá que enfrentarse al tiempo y el destino, una sola decisión acabará con sus días.

El Olimpo preservará o asolará

El trío se quedó en silencio, aún estaban bastante sorprendidos por lo que había pasado, — ¿Esa fue la Gran Profecía? — preguntó Nico viendo a su hermana, recordaba que su madre se la había dicho antes de que los llevarán al hotel.

— Tú eres una semidiosa, ¿no es así? ¿Quién es tu padre? — preguntó Bianca, ignorando la pregunta de su hermano.

— ¿Pero eso qué importa Bianca? — preguntó Nico impaciente.

— Estuvimos aquí algún tiempo, y justo cuando llega ella pasa esto — explicó Bianca, — Y creo que también explica lo que está pasando en el campamento.

— Soy hija de Zeus.

Los dos chicos se quedaron en silencio, pensando que tal vez lo que dijo Thalia había sido una broma. — Te lo dije, no es una casualidad Bianca, ya ha empezado — dijo Nico. — Tenemos que ir a verlas, es la única forma de saber cómo podemos sobrevivir.

— ¿A dónde irán? — preguntó Thalia, ganándose una mirada furiosa de Nico.

— Mi hermano quiere ir a ver a las Moiras, cree que ellas nos pueden decir más cosas de la profecía — explicó Bianca ignorando la mirada molesta de Nico, — No me veas así, ella también tiene el derecho de saber Nico.

Nico se quedó en silencio aún viendo molesto a su hermana antes de asentir, — Está bien, pero debemos darnos prisa.

— ¿Y en dónde las encontramos? — preguntó Thalia.

— Están en el reino de mi padre, en el inframundo — respondió Bianca esbozando una sonrisa nerviosa, no le gustaba para nada la idea de ir al Inframundo por más que fuera el reino que gobernaba Hades.

— Eso genial — dijo Thalia, ganándose una mirada molesta de Nico

El chico se asomó por la puerta esperando no encontrar a nadie, para fortuna el lugar se encontraba vacío, a excepción de dos cazadoras que custodiaban la entrada a la cabaña. Thalia le hizo una señal a los chicos para que se quedarán en silencio antes de caminar en dirección a las cazadoras. — ¿Te encuentras bien? — preguntó la cazadora más joven, Thalia guardó silencio hasta colocarse lo suficientemente cerca para electrocutar a las cazadoras hasta que cayeron al suelo inconscientes.

— ¿Ellas estarán bien? — pidió Bianca preocupada por el bienestar de las cazadoras, pero Thalia se mantuvo en silencio mientras le quitaba sus arcos y flechas a las cazadoras para posteriormente tomar sus cuchillos, solo llevaba su escudo y si querían sobrevivir ante esa misión necesitaban ir armados.

— ¿Qué haces? — preguntó Nico al ver lo que la chica estaba haciendo.

— También iré, además no querrán ir sin armas, no sabemos a cuantos monstruos nos enfrentaremos — respondió Thalia viendo fijamente a Nico esperando la negativa del chico, pero Bianca se interpuso evitando la pelea.

— Es mejor darnos prisa — dijo Bianca tomando el arco, para después salir del lugar. Por fortuna los campistas estaban tan enfocados en sus tareas que no le prestaron atención a los tres chicos.

— ¿Para donde Nico? — preguntó Bianca,esperando que nadie los detuviera.

— Síganme — dijo el chico mientras toma una espada del suelo, en el camino se encontraron a varios campistas, para su suerte no vieron a ninguna cazadora.

— Tu también lo sientes, ¿no es así? — preguntó Nico observando a su hermana, la cual se había mantenido en silencio, — Sé que está por aquí pero no logro ubicarla.

Thalia guardó silencio, mientras observaba a los dos hijos de Hades caminar por la zona, se preguntó por un momento si ellos solo estaban bromeando con ella.

— Está aquí — exclamó Bianca retirando un par de ramas que cubrían la entrada de una cueva, — ¿Estás seguro qué es la única forma?

Nico se mantuvo en silencio, no le agradaba para nada la idea de entrar en el laberinto, pero hasta esos momentos era la única forma de salir del campamento. — Me temo que si, no creo que las cazadoras nos dejen ir — explicó Nico con nerviosismo.

Thalia sacó antes de entrar en aquella cueva, seguida de los hijos de Hades. — ¿Qué es este lugar? — preguntó sin dejar de observar a su alrededor esperando algún ataque.

— Es el laberinto de Dédalo — respondió Bianca, igual con su arco preparada para un ataque, mientras Nico se mantenía atrás de las chicas. Thalia guardó silencio pensando en lo que se habían metido.

— ¿No es ahí donde está el Minotauro? — preguntó la chica temiendo que el monstruo apareciera de pronto, recordando el encuentro que había tenido con aquella criatura.

Pero ambos hijos de Hades se mantuvieron en silencio, intentando ubicarse en aquel laberinto, — ¿Cuántos años tienen? — preguntó Thalia, el estar en silencio solo hacía que estuviera más nerviosa.

— Eso que importa — murmuró molesto Nico.

— Creo que si importa, si de verdad lo que está pasando es por la gran profecía, yo tengo 13 — añadió Thalia.

Bianca se detuvo de pronto, la hija de Zeus tenía un buen punto, — Mi hermano tiene 12, yo igual tengo 13 — respondió Bianca, ninguno de ellos daba la edad para asumir la profecía, ¿Acaso había más hijos de los Tres Grandes?

— Parece que me he ahorrado el viaje al campamento.

Los tres chicos se dieron la vuelta tratando de ver quién había hablado, frente a ellos se encontraba el Titán Atlas sonriendo maliciosamente, — Y también está aquí la hija de Zeus — dijo observando fijamente a Thalia.

La chica de inmediato arrojó un par de flechas pero estas fueron eliminadas fácilmente por el Titán, — Vamos niños, no tienen por que hacer las cosas tan difíciles — exclamó Atlas sin dejar de sonreír. El trío retrocedió un par de pasos para mantenerse alejado del Titán.

El Titán trato de sujetar a Thalia pero esta electrocuto su cuerpo lanzando a Atlas contra la pared. Bianca y Nico de inmediato se colocaron a un costado de Thalia levantando sus armas listas para atacar en cualquier momento al Titán, él cual aún no se ponía de pie. — ¿No me digas qué esa es toda tu fuerza, niña? Eres débil, incluso para ser una hija de Zeus, ahora entiendo por que tu propio padre te quería muerta. — dijo el Titán sin dejar de sonreír, Thalia apretó los puños furiosa, no le iba a permitir que ese estúpido Titán se burlara de ella. Nico intentó detener a la hija de Zeus, era mejor alejarse de ahí, que quedarse a pelear contra Atlas, pero el chico no contó que el enojo de Thalia provocó que su cuerpo arrojará una descarga eléctrica lanzando al hijo de Hades al piso. Thalia golpeó furiosa al Titán pero para su mala fortuna no le hizo ningún daño.

— Cuidado — gritó Bianca antes de abalanzarse sobre la hija de Zeus logrando salvarla del ataque mortal que lanzó el Titán. Thalia de inmediato respondió arrojando un rayo contra Atlas, alejándo a este unos metros.

— ¿Qué le pasó? — preguntó Thalia sin entender por qué el hijo de Hades estaba en el suelo inconsciente.

— Él intentó detenerte — fue lo único que dijo antes de intentar despertar a su hermano, Thalia golpeó su pulsera, convocando su escudo. Tan pronto como el Titán se puso de pie corrió en dirección a Thalia, a ella sólo le dio tiempo de poner su escudo frente a ella intentando así aminorar la fuerza del golpe.

— Maldición — murmuró la hija de Zeus adolorida, Atlas sonrió arrogante dando un par de pasos para acercarse, para fortuna de los chicos el techo del pasillo se derrumbó dejando al Titán enterrado entre varios escombros.

— ¿Alguno de ustedes hizo eso? — cuestionó Thalia sin poder ocultar su asombro pero al darse la vuelta se encontró con ambos hijos de Hades viéndola con molestia.

— Eres una idiota — murmuró Nico con dificultad, aún no se recuperaba muy bien de la descarga eléctrica.

— Es mejor darnos prisa, no se cuanto tiempo eso lo vaya a detener — dijo Bianca interrumpiendo otro comentario de su hermano, en esos momentos lo menos que necesitaban era una pelea entre ellos. Nico solo asintió antes de colocarse al frente intentando guiar a las chicas. Los chicos caminaron alrededor de unos 20 metros, antes de que el suelo se moviera, con temor vieron como las paredes se iban acercando a ellos.

— Corran — grito Thalia intentando unir todas sus fuerzas para poder llegar hasta el final del pasillo. Los tres chicos lograron llegar a salvo antes de que el pasillo donde habían estado hace unos minutos había desaparecido.

— ¿Qué Hades ha pasado? — preguntó Thalia intentando recuperar el aliento, pero los hijos de Hades se veían igual de sorprendidos que ella.

— Hay que estar alertas, me temo que eso seguirá pasando — dijo Nico.

— Bueno creo que eso nos ayudará a alejarnos de Atlas — dijo Bianca retomando el trayecto, Thalia echó un último vistazo al pasillo antes de seguir a los hijos de Hades, no le gustaba para nada aquel lugar, esperaba que pronto lograrán salir de aquel horrendo sitio.

— En realidad si saben por dónde vamos, ¿verdad? — preguntó Thalia bastante nerviosa pues ya llevaban varios minutos caminando sin rumbo pero Bianca se detuvo de pronto pegándose a la pared, haciendo un gesto para que los dos chicos hicieran lo mismo. Thalia sintió como el piso cimbraba con cada paso que daba aquella criatura de la que se estaban escondiendo.

— Hay que retroceder — murmuró Bianca, intentando alejarse pero el ligero ruido que hizo provocó que el monstruo lanzará un rugido furioso. Thalia se acercó a la esquina del pasillo sacando el pequeño espejo que llevaba en la bolsa de su pantalón. Ahí se percató que el Minotauro se encontraba a unos escasos 15 metros de donde estaban, el monstruo volteaba en todas direcciones intentando encontrar al causante del ruido. Para su fortuna el laberinto volvió a moverse, distrayendo al Minotauro.

— Debemos correr — dijo Thalia, los dos hijos de Hades se quedaron en silencio dudando por un momento. Thalia echó un vistazo al Minotauro antes de correr al pasillo que tenían a su derecha, seguido de Nico, pero Bianca no logró hacerlo ya que el Minotauro volteo su mirada en dirección a donde estaba la chica.

Nico intentó regresar con su hermana pero fue detenido por la hija de Zeus, haciendo un gesto para que el chico se quedará callado. El Minotauro empezó a moverse en dirección a donde estaba Bianca, — A la cuenta de tres debemos correr, intenta encontrar una salida, ¿Vale? — murmuró Thalia, esperó unos segundos antes de salir de su escondite aprovechando que el Minotauro aún no se percataba de su presencia, ella arrojó un rayo golpeando el pecho de la criatura provocando que esta se estrellará contra la pared.

— Vamos Bianca corre — gritó la hija de Zeus, Nico por su parte ya se había adelantado intentando encontrar la salida. Thalia por su parte arrojó un par de rayos manteniendo aún inmóvil a la criatura hasta que Bianca llegó a donde estaba ella.

Thalia podía escuchar las pisadas y los rugidos furiosos que lanzaba el Minotauro, incluso en un par de ocasiones tuvo que echar un vistazo a su espalda temiendo que aquella criatura los hubiera alcanzado para su fortuna de la chica lograron alejarse del Minotauro y lo mejor es que lograba ver luz, esa tenía que ser la salida de aquel lugar, con energía renovada los chicos lograron salir del laberinto alejándose unos metros antes de echarse al suelo para recuperar el aliento.

Los tres chicos se encontraban bastante nerviosos, ninguno de ellos pensó que correrían tanto peligro, tal vez debieron pensar mejor en el plan antes de salir del campamento.

— Este sitio me suena familiar — dijo Bianca al ver un enorme palacio en la montaña, Thalia se adelantó unos pasos con su arco preparada por si ocurría algo después de caminar un par de metros lograron ver el árbol que contenía varias manzanas doradas lo que hizo que los tres se detuvieran tan pronto como se dieron cuenta del lugar en donde se encontraban.

— Deberíamos regresar al laberinto — murmuró Nico, y aunque a Thalia no le agradaba la idea de regresar al laberinto, pero prefería eso que encontrarse al dragón que protegía aquel sitio. Aunque los chicos no corrieron con tanta suerte, ya que un rugido a su izquierda les hizo que se percatarán del enorme dragón que los observaba fijamente. Aunque lo más atemorizante era que las cien cabezas del dragón se fijaron en los chicos.

Thalia les hizo señas a sus compañeros para que vean la pared que estaba a unos 50 metros de ellos los cuales aún seguían muy indecisos por lo que quería hacer. — A las tres — murmuró ella antes de salir corriendo junto con los dos hijos de Hades mientras el dragón arrojó una llamarada de fuego en su dirección, pero ellos lograron llegar hasta la pared antes de ser incinerados.

— ¿Y ahora cómo vamos a escapar de Ladón? — cuestionó Bianca agitada mientras Ladon seguía lanzando más ráfagas de fuego para eliminar a los intrusos.

— Está barrera no va a durar para siempre, tenemos que pensar en un plan o vamos a morir quemados — dijo Thalia mientras intentaba asomarse para ver como era la situación pero el fuego no lo dejó ni siquiera poder alejarse un poco de la pared.

— Tengo una idea — dijo Nico cerrando los ojos, intentando concentrarse pero era algo difícil de hacer, dado los rugidos furiosos que lanzaba el dragón. Una decena de esqueletos aparecieron a la espalda de la criatura logrando distraerlo pero antes de que ellos pudieran moverse, el dragón había eliminado a los esqueletos para volver su atención a donde estaban ellos.

— Creo que funcionó — murmuró Thalia con nerviosismo, ella arrojó un par de rayos esperando que estos lograrán afectar a la criatura pero solo enfureció más al dragón.

— ¿Tu plan es hacerlo enojar más? — cuestionó Nico al ver la furia de Ladon, éste arrojó una llamarada de fuego pero la chica se refugió en su escondite logrando salvarse.

— Hay que intentar atacar los tres al mismo tiempo, tal vez así logremos herirlo y nos de el tiempo para regresar al laberinto — grito Bianca, ante los rugidos furiosos que lanzaba el dragó solo asintió, esperaba que la unión de sus poderes fuera suficiente para distraer a la criatura.

Nico le hizo un gesto con la cabeza antes de golpear el piso provocando una gran fisura provocando que el dragón perdiera el equilibrio, Thalia levantó sus manos al cielo haciendo que varios rayos cayeron sobre el aturdido dragón mientras Nico y Bianca utilizaban sus poderes para convocar un ejército de muertos. Ladon rugió con furia lanzando a los tres chicos al piso este trato de aplastar a la hija de Zeus pero alguien la sujetó por el brazo haciendo que escapara del ataque pero tan pronto se alejaron del dragón ella fue arrojada al piso junto con Bianca, la cual parecía demasiado agotada, Nico trató de acercarse a su hermana pero Ladon lo golpeó con su cola lanzando a este por los aires.

— Maldición — murmuró Thalia al ver que tanto Nico como Bianca estaban inconscientes, ahora solo quedaba ella para derrotar a Ladon y así poder escapar de la furia del dragón. Este arrojó una llamarada de fuego en su dirección pero ella logró convocar su escudo a tiempo para protegerse, Thalia trató de concentrarse para lanzar un rayo al dragón y así lograr que este dejará de arrojar fuego por un momento, ella quería ver en que situación se encontraban sus compañeros pero sabía que cuando se acercara los pondría en demasiado peligro, tenía que idear algún plan para alejar al furioso Dragón de los hijos de Hades antes de que terminen muriendo por su culpa.

La chica logró arrojar un rayo en una de las bocas del dragón ganando algunos segundos, — Vamos Thalia tu puedes, debes de hacerlo es la única manera para salvarlos — dijo ella tratando de animarse pero aun no estaba muy convencida de que lo podía hacer bien, pero era mejor intentarlo antes de morir quemada.

Con nerviosismo la chica cerró los ojos sintiendo como se elevaba por los aires haciendo que su nerviosismo se incrementará en demasía. — ¡Por Hades! — dijo con temor cuando abrió los ojos y se dio cuenta que había logrado elevarse unos ochenta metros, nunca se imaginó que se iba a encontrar en aquella situación, Ladon tan pronto se recuperó intentó morder a la chica, ella instintivamente llevó sus manos hacia el frente para protegerse lo que causó que lanzará una pequeña ráfaga de aire la cual la alejó de la boca del dragón. Aunque lejos de tranquilizar a la chica, solo hizo que se pusiera más nerviosa, temía que en cualquier momento caería al piso.

Ladón echó un vistazo a los hijos de Hades, analizando si estos fueran una amenaza para después elevarse por los aires intentando acercarse a la hija de Zeus, quien observaba con temor como la enorme criatura se acercaba a ella. Cuando estuvo lo suficientemente cerca el dragón arrojó una llamarada de fuego, Thalia logró sacar su escudo para protegerse del fuego pero no pudo evitar que la fuerza de la llamarada la lanzará hasta donde se encontraba el castillo.

— Por Hades, creo que esas fueron tres costillas — murmuró Thalia mientras trataba de ponerse de pie a pesar de las heridas que tenía, Ladón volvió al ataque arrojando una nueva llamarada lo que provocó que la hija de Zeus corriera de inmediato por el castillo para intentar protegerse, lo cual después de varios minutos corriendo logró esconderse por unos instantes del furioso Dragón que sobrevolaba furiosamente el cielo esperando encontrar a la hija de Zeus.

— ¿Qué será eso? — murmuró ella cuando vio una enorme bola de piedra que parecía similar al planeta, pero antes de que pudiera acercarse más una parte del techo se vino abajo revelando al furioso Dragón. — ¿No me puedes dejar descansar unos minutos? — exclamó mientras arrojaba varios rayos tratando de eliminar al dragón, pero este rugió con furia provocando que cayera al suelo.

— Creo que ser pino me volvió afectó demasiado la cabeza — murmuró Thalia con frustración antes de correr con todas sus energías hacia la ventana más cercana a donde se encontraba, ella de inmediato lanzó un grito de miedo cuando vio como caía hacia el piso sin detenerse en ningún momento, pero logró concentrarse para detener su caída y permanecer a unos veinte metros sobre el piso, — Te vas a arrepentir por haberme obligado a que hiciera esto — dijo con enfado antes de salir disparada en dirección a Ladón, el cual lanzó una llamarada de fuego pero ella logró esquivarla para después utilizar su lanza para realizarle un corte en una de sus cabezas, el dragón rugió con molestia mientras seguía intentando quemar a Thalia pero esta había logrado meterse entre las 100 cabezas causándole varios cortes sobre todas estas mientras pasaba. Este logró golpearla en el pecho lanzando a la chica por los aires haciendo que dejará de atacar.

Thalia colocó sus manos al frente para detenerse y poder recuperar el equilibrio antes de arrojarse directamente hacia el dragón, él cual respondió arrojando otra llamarada de fuego pero está utilizó su escudo para protegerse mientras seguía avanzando. Pero Ladón arremetió lanzando más fuego provocando que ella fuera retrocediendo hasta el punto que tuvo que utilizar sus poderes para poder esquivar la llamarada, Ladón trató de golpear a esta con su cola pero ella logró evitar el golpe.

— Espero que esto sirva — murmuró Thalia con nerviosismo antes de arrojarse en caída libre hacia el piso, evocando una fuerte tormenta eléctrica, Ladón trató de escapar pero fue golpeado por varios rayos que no dejaban escapar al adolorido dragón, lo que provocó que este cayera al suelo. Thalia se quedó en silencio mientras observaba el cuerpo de Ladón, esperando a que en cualquier momento se levantará de nuevo, pero para su suerte ella había logrado vencer al dragón; este aun seguía vivo pero había logrado dejarlo sin energía para seguir con la batalla.

Salto de Línea

Octavio se quedó en silencio observando la puesta del sol, había algo en aquel viaje que no le gustaba para nada, no entendía por que desplegar a toda la Legión en aquella misión, Nueva Roma en esos días estaba completamente desprotegida y ellos ya estaban bastante lejos, si algún ataque se suscitaba ellos no podrían llegar a tiempo, pero aún cuando Jason no fuera su persona favorita, sabía que el hijo de Júpiter nunca haría nada que pusiera en peligro a Nueva Roma, pero el chico desde que iniciaron el viaje se había negado a decirles cual era misión, incluso intuía que ni el mismo Jason sabía acerca de esa misión.

— Octavio — el chico delgado de inmediato se dio la vuelta, aquella voz provenía del interior de su tienda, pero nadie había entrado o al menos él se habría dado cuenta. El chico entró lentamente en su tienda encontrando a un agotado Dios del Sol sentado en su cama.

— ¿Señor Febo? — pregunto sin poder aún creer que el Olímpico estuviera ahí.

— Necesito que me prestes atención — exclamó Febo, el Olímpico se veía demasiado agotado, algo que era verdaderamente extraño. — El lugar a donde se dirigen es un campamento para semidioses griegos, Timor y Fuga han logrado manipular a Jason para que este provoque la destrucción de ambos campamentos.

Octavio continuó en silencio sorprendido de la revelación, — Tienes que enviar a Hazel a San Francisco, ella tiene que ayudar al hijo de Poseidón para liberar a Diana de su prisión y así poder detener la guerra entre griegos y romanos, ella es la única que podrá hacerlo.

— ¿Pero por qué tiene que ir ella? — preguntó Octavio preocupado de lo que le podía pasar a la chica, incluso no sabía cómo la podría convencer de realizar aquella tarea.

— Él va a necesitar la ayuda de un hijo de Plutón, pero tú debes quedarte para evitar una masacre, intenta frustrar los planes de Jason, al menos hasta que llegue Diana, muchas vidas dependen de ti Octavio — dijo Febo presionando con más fuerza su cabeza intentando controlar los fuertes dolores, — Ella encontrará en central Park un símbolo como este, debe de recorrer el laberinto de Dédalo para poder llegar a tiempo.

Dicho eso, Febo desapareció dejando con más dudas al joven.

Salto de Línea

El chico permanecía en silencio observando el bosque que tenía frente a él, pensando en la charla que había tenido con Febo, desde ese momento deseó con todas sus fuerzas que aquello se tratará de alguna broma, pero todo cambió cuando aquellos semidioses griegos irrumpieron en el campamento. "¿Acaso estaba bien empezar una batalla contra los griegos?" pensaba el chico con frustración. Aún y cuando no era tan popular en Nueva Roma, tenía algunos amigos, incluso hasta las personas que le caían mal, no se merecían morir en aquella batalla sin sentido, aquellos chicos por más que fueran griegos no les habían hecho nada, aquel griego tenía razón, era absurdo continuar con su rivalidad por algo que a ellos nunca les tocó.

— Me ha dicho Frank que me estabas buscando — preguntó Hazel, observando con cierta desconfianza al augur. — ¿Otra vez vas a usar tus osos de peluche?

Octavio intentó esbozar una sonrisa, antes de hacerle una señal a la chica para que entrará a su tienda, echó un vistazo a su alrededor se quería asegurar que nadie los escuchará, después de algunos minutos en silencio pensando en como pedirle aquello a la hija de Plutón. — Quiero pedir tu ayuda — murmuró el joven, provocando una risa molesta de la chica.

— Ya te lo he dicho mil veces, nunca traicionaría a Jason — respondió Hazel, para después intentar salir de la tienda.

— Alguien está manipulando a Jason — dijo Octavio, evitando que Hazel se fuera, — Sabes que desde que salimos de Nueva Roma, él se ha comportado diferente, está siendo manipulado para seguir con esta estúpida guerra contra los griegos.

Eso pareció enfurecer a la chica la cual caminó hasta donde se encontraba el Argur, — Puede que tengas razón, pero aún así Jason es mucho mejor líder que tu, nunca vas a contar con mi apoyo para que seas Pretor — añadió la chica con molestia, sin dejar de observar al chico.

— No me interesa ser Pretor, he visto en mis sueños la muertes que esta estúpida guerra va a provocar, no solo con los griegos si no también en nuestro bando — exclamó el chico con un tono frustrado. — Tu mejor que nadie sabe, que Jason nunca haría nada que pusiera en peligro a la Legión.

Hazel se quedó en silencio, ya lo había hablado con Frank acerca de la actitud extraña que tenía su amigo, — Se que no somos amigos, se que me he portado como un idiota, pero quiero evitar una masacre — dijo Octavio esperando que la chica aceptará a ayudarlo.

— ¿Qué quieres que haga? — preguntó Hazel.

— Tienes que ir a San Francisco, Diana ha sido secuestrada por Atlas, ella es la única que puede detener la batalla — dijo Octavio esperando que la chica aceptará aquella misión.

— ¿Y cuanto tiempo crees que me hare para regresar a San Francisco? — preguntó la chica molesta, — Cuando haya logrado, todo esto habrá terminado.

— Hay un laberinto subterráneo, ese te va a servir para llegar más rápido, un hijo de Poseidón también va en camino allá, entre los dos podrán liberar a Diana — dijo Octavio.

— ¿Acaso te has escuchado? esto suena a una locura — dijo Hazel, — No se que planeas, pero es mejor que desistas de tu idea o se lo contaré a Jason.

— Por favor espera un momento Hazel — dijo otra voz, la chica se dio la vuelta encontrando al Dios Febo, el Olímpico se encontraba sentado en la cama de Octavio.

— Lo que te ha dicho Octavio ha sido cierto — murmuró Febo, Octavio lo observó fijamente, ahora el Olímpico se veía más agotado que la última vez que lo había visitado.

— ¿Se encuentra bien? — preguntó Octavio.

— Si, es solo que el tener a los campamentos tan cerca no logro controlar mi forma — explicó Febo, — Necesito tu ayuda para detener todo esto Hazel, sin Diana no vamos a poder detener a Timor y Fuga.

— Si logró rescatar a Diana, ¿vamos a poder evitar la muerte de los semidioses? — preguntó Hazel, no quería que ninguno de sus amigos resultará herido.

— Si, con tu ayuda el hijo de Poseidón podrá vencer a Atlas, mientras Octavio se encargará de ganar tiempo, para retrasar lo más posible la batalla — dijo Febo.

— Lo haré — dijo Hazel, Febo solo sonrió antes de desaparecer del lugar, — ¿Cómo encuentro el laberinto?

Octavio caminó hasta su cama de donde sacó el símbolo que le había entregado Febo, — En Central Park encontrarás un edificio con esta marca, en el sótano se encontrará la entrada — explicó Octavio. — Te pido por favor que no se lo cuentes a Frank, tenemos que evitar que Jason se enteré del plan, debes salir de inmediato.

Hazel solo asintió, ni siquiera se le había ocurrido la idea de contarle a Frank, no sabía ni como se lo podía explicar, — Solo date prisa por favor, intentare sabotear todas las armas y retrasar lo más que pueda el ataque — dijo el chico.

— Sabes que Jason se pondrá furioso, cuando te descubra — dijo Hazel, logrando que el chico esbozará una sonrisa.

— Si, pero si logró evitar que haya muertos, habrá valido la pena — respondió el chico, Hazel se quedó un momento en silencio, ahora entendía el porqué el cambio de actitud de Octavio, y no pudo evitar sentir un poco de miedo, Jason se comportaba diferente y no sabía hasta dónde podía llegar el hijo de Júpiter cuando descubriera el plan del augur.

— Suerte — dijo Hazel antes de abandonar la tienda del augur.

— ¿Qué quería ese idiota? — preguntó Frank, caminando a donde se encontraba Hazel.

— Ya sabes, lo de siempre, cree que Jason se está comportando extraño — respondió la chica, pero en esta ocasión Frank no sonrió, observó a su alrededor antes de hablar.

— Creo que tiene razón — respondió Frank, — He intentado hablar con Jason pero por más que lo hago no logró que cambie de opinión.

Hazel se le quedó viendo, quería contarle al chico lo que pasaba con su amigo, pero no tenía que arriesgarse si quería evitar muertes era mejor no decirle nada, — Cuídate mucho por favor, y prometeme algo, ¿si? — dijo Hazel, Frank solo asintió extrañado por el comportamiento de la chica. — Si Jason descubre a Octavio, trata de cuidar al augur por favor, solo Jason te hace caso a ti.

— ¿Por qué lo dices? ¿Octavio va hacer algo contra Jason? — preguntó Frank, sabía que el augur desde siempre había buscado ser el Pretor de la legión romana.

— No, pero me temo que Jason se ha vuelto menos tolerante y no quiero que haga algo que después se pueda arrepentir — añadió Hazel.

— Está bien — respondió Frank aunque aun estaba bastante confundido, Hazel abrazó por última vez al chico, antes de empezar a alejarse.

— Iré a mi tienda, te veo en la cena, ¿vale?

La chica de inmediato se alejó, se odiaba por mentirle pero Octavio tenía razón necesitaba darse prisa, Jason no tardaría mucho en actuar, solo esperaba que logrará hacer su misión a tiempo.