…: FALSE FRIENDS :…
-By Aura90
-Summary:
D/G. Ha pasado mucho tiempo, pero los caminos se entrecruzan cuando el pasado comienza a estar distorsionado por los recientes acontecimientos. Sus vidas han dado un vuelco inesperado para caer en unas jaulas de las que no podrán salir sin ayuda. La pregunta es¿Lo conseguirán?
· CAPITULO V ·
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El local de Madame Pudipié estaba a rebosar. Aun así, Ginny solo tuvo que esperar un par de minutos hasta que la dueña del lugar la atendió y le dio un enorme vaso humeante a cambio de un par de sickles. Salió de allí un poco menos malhumorada por la corta espera, con el café en una mano y el sobre con los pergaminos que tenía que entregar en la otra, y fue hacia la oficina de correos evitando los charcos que se habían formado por la lluvia de la tarde.
Cuando entró en el oscuro lugar la invadió una sensación extraña. Miró instintivamente hacia la zona donde reposaban las lechuzas, pero allí solo estaban los ruidosos animales durmiendo o picoteándose entre ellos. Sin embargo, juraría que alguien se había desaparecido en el mismo instante en que había entrado ella. No le dio importancia. Avanzó hacia el mostrador, donde un hombre de unos sesenta años repasaba una larga lista.
-Disculpe- le dijo al encargado, mientras dejaba el vaso de café a un lado sin muchos miramientos- Vengo a traer unos papeles del Ministerio.
El hombre la miró como si se tratara de un fantasma, cosa que molestó a la pelirroja. Luego bajó la mirada para observar los pergaminos que cargaba y señaló una lechuza que dormitaba en la penumbra. Ginny se acercó a ella y para atarle los pergaminos a una pata, una tarea bastante difícil, ya que el animal no parecía muy dispuesto a querer trabajar y no dejaba de zafarse de aquella desconocida que quería hacerle cruzar el país en plena tarde y con la niebla acechando. Tras diez minutos de intensa lucha la joven consiguió su propósito y volvió de nuevo al mostrador para dejar unas moneadas antes de coger el café y marcharse de allí lo más rápido posible.
Poco después aparecía en las chimeneas del vestíbulo del Ministerio, con los brazos estirados para evitar mancharse de café durante el viaje. La idea de lanzárselo a su jefa a la cara en cuanto entrara en el despacho le pareció tentadora, pero imposible de llevar a cabo sin que la siguiera un despido: el suyo. Se permitió al menos el lujo de soñar con ello mientras caminaba de vuelta a su lugar de trabajo.
Le sorprendió oír voces al llegar. Dejó salir a su curiosidad y pegó la cabeza a la puerta para intentar distinguir el tema de la conversación después del vano intento de mirar por el cristal –tan solo se veían dos figuras borrosas-, pero hablaban demasiado bajo y tan solo pudo captar un par de palabras carentes de sentido. Sin embargo, reconoció a los interlocutores de inmediato. Primero a su jefa, Pansy Parkinson, con aquella voz aguda de siempre; y tras unos minutos de deliberación la segunda persona que, si no estaba equivocada, era ni más ni menos que Draco Malfoy. Dejó escapar un chillido de sorpresa, pero se tapó la boca con la mano inmediatamente en cuanto se dio cuenta. Por fortuna, ni Malfoy ni Parkinson se dieron cuenta.
-Esto tengo que contárselo a Hermione…-murmuró para sí, e intentó de nuevo echar un vistazo a través del cristal. Los dos borrones estaban ahora muy juntos.
De pronto alguien la empujó hacia la puerta. Volvió la cabeza para ver de quién se trataba, pero perdió el equilibrio y se precipitó hacia delante. Apoyó las manos sobre el cristal de la puerta, que se abrió por el impacto. La pelirroja consiguió evitar la caída y levantó la vista para ubicarse. Su mirada se cruzó con la de Malfoy, que en ese preciso instante desaparecía entre el fuego de la chimenea. Luego se giró hacia su jefa que, a juzgar por su expresión, no parecía muy contenta por la inesperada entrada.
-¿Qué haces, Weasley?-le espetó, retomando la compostura.
-Lo siento- dijo Ginny, no muy arrepentida- Me han empujado cuando iba a llamar. ¿He interrumpido algo?
Le parecía una pregunta estúpida. Era evidente que lo había hecho, y precisamente por eso estaba particularmente contenta. Sentía una pequeña Ginny saltando de alegría dentro de ella. Pansy la miró con rabia contenida, pero no por mucho tiempo. El reloj marcó las seis de la tarde, y antes de que la antigua Sly pudiera articular una palabra Ginny ya había salido de allí.
Malfoy aterrizó en su casa sudando. Le parecía que se encontraba todavía en el despacho de Pansy, con las llamas que crepitaban en la chimenea acariciando su piel, y veía los ojos verdes de Ginny Weasley clavados en los suyos. No había duda de que le había visto, pero ¿se lo diría a alguien? No podía hacer más que rogar que la joven Weasley mantuviera la boca cerrada. Si no, podría tener graves problemas, sobre todo con su padre.
Tan enfrascado estaba en sus pensamientos que no vio a la lechuza que esperaba junto a la ventana hasta que esta, molesta al sentirse ignorada, ululó fuertemente, lo que hizo que Draco pegara un salto del susto. Se llevó la mano al pecho y sintió los latidos acelerados de su corazón, pero el animal volvió a la carga y no tuvo más remedio que acercarse. Era una lechuza grisácea, con dos grandes manchas blancas alrededor de los ojos que le daban un aspecto más sabio. En una pata llevaba atado un sobre de mediano tamaño. Draco intentó quitárselo. Sin embargo, la lechuza seguía enfadada y no reprimió sus ganas de darle un ligero picotazo en el dedo cuando hubo acabado, tras lo cual alzó el vuelo y se fue del inmueble.
El joven miró el sobre. No figuraba ninguna dirección. Ni tan siquiera la suya. Aquello debía de significar que la persona que lo había enviado no tenía ni idea de donde vivía. Le llamó la atención lo que ponía en el reverso. Con letras grandes de color dorado habían escrito "Reunión Hogwarts: antiguos alumnos". Su primera intención fue tirar el sobre al fuego, pero sentía curiosidad por saber qué era todo aquello, y en lugar de eso lo abrió. Dentro había una carta y una chapa de color verde con el dibujo de una serpiente y el nombre de su antigua casa en el colegio, Slytherin. Desdobló el pergamino y leyó:
Querido/a ex-alumno/a:
Has sido invitado a la I Reunión de Antiguos Alumnos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería que tendrá lugar en el Gran Comedor del castillo la noche del día 31 de octubre a las 20.00 pm. Esta reunión tiene como motivo principal reunir a aquellos que consiguieron su graduación en los cursos del 97/98. Por favor, confirma tu asistencia antes del día 27.
Atte.
Hermione Granger
Sin duda lo normal habría sido que aquella carta pereciera chamuscada por las llamas. No obstante, Draco decidió guardarla por el momento. Quizá en aquella reunión podía encontrar algo de provecho…
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-¿Estás segura de que era él, Ginny?- volvió a preguntar Hermione mientras negaba con la cabeza al ver la tela que le mostraba su amiga.
Era miércoles por la tarde, dos días después del lunes en que la pelirroja había visto a Malfoy en el despacho donde trabajaba, y Ginny y Hermione estaban de nuevo en casa de la primera organizando los preparativos de todo lo referente a la reunión de antiguos alumnos, lo que incluía elegir telas cursis y recortar estrellitas doradas de papel para decorar el gran Comedor de Hogwarts, donde se llevaría a cabo el evento.
-¡Ya es la quinta vez que me lo preguntas!- exclamó la pelirroja, exasperada y descargando toda su ira contra una nueva tela rojiza que pronto tuvo los bordes deshilachados. Aquella tela pagó por todos los comentarios que Ginny había tenido que soportar los dos últimos días de su jefa- ¡Sí¡Era él! Lo vi antes de que los polvos flu hicieran efecto.
-Ohhh…
Hermione parecía bastante calmada ante la noticia, o quizá es que no escuchaba nada de lo que su amiga le decía. No dejaba de escribir una enorme lista de cosas que iban a hacer falta, al tiempo que decidía si el paño que sostenía Ginny era o no el adecuado. Parecía vivir en un mundo aparte.
-¿Me estas escuchando?- la joven Weasley soltó el trozo de tela y fue a sentarse de morros en el sofá, cruzando brazos y piernas como si estuviera enfadada, y mirando fijamente a la castaña, que pegó un brinco al darse cuenta de que había sido descubierta.
-Ay…lo siento, Gin. Es que…tenemos que preparar tanto en tan poco tiempo… ¡No me imaginaba que la reunión se celebraría el día de Halloween¡Solo tenemos una semana y media para prepararla! Ay, ay…-Hermione dejó la lista sobre la mesita y se llevó las manos a la cabeza, sin dejar de murmurar.
-¿Y que va a pasar con los alumnos?- preguntó Ginny, que ya había dejado de fingir.
-Tendrán su fiesta en una sala del castillo. Eso me dijo McGonagall. La modificarán con magia para que parezca el Gran Comedor- Hermione resopló- Con lo fácil que habría sido hacerla en otro sitio, o un día que no molestáramos…Pero dijeron que sería mejor hacerla en el castillo. Para rememorar viejos tiempos…
La castaña dejó de hablar y volvió a su tarea de hacer la lista de cosas necesarias. Era evidente que había pasado todo el día –y quizá también toda la noche, a juzgar por las ojeras que le marcaban el rostro- buscando ideas para la reunión. Que Ginny supiera, no contaba con más ayuda que la suya para la organización. A veces se esforzaba demasiado…
-¿Por qué no descansas un poco y mientras voy mirando el menú para elegir la comida?- le sugirió.
Hermione protestó, pero aún así no tuvo más remedio que obedecer y se tumbó de lado en el sofá, apoyando la cabeza sobre un cojín, para dormir un rato. Cuando estuvo profundamente dormida, Ginny se levantó con cuidado, cogió unos cuantos pergaminos y empezó a escribir tres largas cartas, todas ellas casi idénticas. Una vez hubo terminado, sacó a Pig de su jaula (lanzándole una mirada amenazadora para que no abriera el pico) y procedió a explicarle minuciosamente lo que debía hacer. Pig estiró una pata, donde quedaron atados los sobres, y estiró las alas. Parecía un ser deforme con tanto bulto, y cuando probó a alzar el vuelo casi podrían haber confundido el aire con una montaña rusa. Por fín consiguió una forma de mantenerse a flote, e inmediatamente salió volando por la ventana.
Ginny volvió al sofá y repasó la larga lista que había hecho Hermione. Encontró desde el nombre de uno de los grupos de música más famosos del mundo mágico, "The wolves"- de los que las leyendas populares decían que se llamaban así porque uno de sus integrantes había conseguido escapar de un hombre lobo-, hasta pequeñas notas donde se recordaba a si misma que tenía que comprar cosas tan tontas como globitos de papel o confeti muggle. Mientras la pelirroja leía no pudo evitar pensar que a veces su amiga era un poco obsesiva.
En su "búsqueda entre los papeles" encontró algo que le empañó los ojos. Era una foto de su penúltimo año en Hogwarts. En ella salían todos los que habían estado en el Departamento de Misterios cuando iba a cuarto: Neville, apresando en sus manos a su sapo Trevor mientras sonreía con timidez; Hermione, con su insignia de prefecta reluciendo en su túnica; Ron, espantando a Pig a manotazos; Luna, con los ojos en blanco, como si hubiera alguna criatura extraña sobre sus cabezas; ella, Ginny, más llena de pecas de lo que recordaba; y Harry, intentando ocultar una profunda tristeza tras una sonrisa. Todavía recordaba aquel día como si hubiera sido el anterior…
---Flash Back---
-¿A dónde vamos?-preguntó Ginny mientras seguía a Harry Potter por los pasillos de Hogwarts.
-Tengo que decirte algo- dijo él, y bajó la mirada.
Por aquel gesto la pelirroja adivinó que no iba a ser nada bueno. Siguieron corriendo hasta llegar a una salita vacía en uno de los pisos superiores. Entraron, y el chico cerró la puerta.
-Ginny…verás- sus ojos observaban el lugar, pero no a la pelirroja que tenía enfrente- Tenemos que…terminar. Después de todo lo que ha ocurrido…no puedo…-hizo una pausa y la miró- No puedo tener una relación con alguien.
-Ya…- Ginny fingió aceptar su explicación. No podía comprender lo que él sentía en ese momento, pero sabía que la lucha contra Voldemort le había dejado profundas secuelas.
-Voy a irme por un tiempo de Londres- siguió él- Estudiaré la carrera de auror en otro país, y entonces volveré- acarició la mejilla de la chica- Sabes lo que ocurrió, y que quedarme aquí no hace más que traerme malos recuerdos. Pero cuando los supere, cuando por fin lo acepte, volveré para estar a tu lado- a sus palabras les siguió un corto beso mojado por las lágrimas del adiós.
-¡Harry¡Ginny!- la voz de Ron les llegó desde el final del pasillo. Era evidente que había visto el mapa del merodeador que Harry había dejado sobre la cama- ¿Estáis ahí¡Tenemos que bajar a hacernos la foto!
Harry avanzó hacia la puerta.
-Vamos…-su mirada volvió al suelo.
---Fin de Flash Back---
Un río de lágrimas cayó por la mejilla de Ginny ante aquel recuerdo. Enterró la cabeza en el cojín más cercano y se tumbó, tal y como había hecho Hermione minutos antes. Así se quedó que su llanto cesó y el sueño llegó como su sustituto impasible.
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Comentarios de la autora (Aury): lectura voluntaria (puede contener orateces).
Y otro capítulo que se acaba.
Bueno, se suponía que este capítulo era la mitad del 5 y la otra mitad del 6, pero creo que así, más larguitos, quedan mejor¿verdad? Ese final…la verdad es que no sabía bien como meter a Harry en toda esta historia. Al final lo he puesto de rompecorazones u.u Espero que el chico consiga arreglarlo…
A otra cosa: Ya que Ginny no puede vengarse de Pansy, la idea es que lo hagáis los/las lectores/as. Así que, para quien quiera, aquí esta Saca a Pansy, bien amordazada, de algún lado Pero, por favor, dejádmela viva, que la necesito para próximos capítulos xD (a no ser que alguien me encuentre una doble suya O.o). Prometo devolvérosla al final del fic o
Después de otro capítulo acabado, me despido hasta el próximo. ¡No os olvidéis de dejar algún review!
Aura
