Hola! Bueno, aquí les traigo un nuevo capitulo de este fic.

Asesinato en la Rue Liz es 1000 mío, sólo los personajes no me pertenecen.

"And if you go, I wanna go with you. And if you die, I wanna die with you. Take your hand and walk away."

. ¿Qué fue todo lo que pasó con esos dos? –preguntó Sango mientras se sentaba en su escritorio, y frente a ella Miroku que la miraba igualmente extrañado.

. No lo sé, aunque fue mi culpa... Si yo no hubiera interrumpido el momento, quizá no habría ocurrido nada... o habría ocurrido algo –pronunció algo deprimido Miroku.

. No te preocupes. Lo que importa es que algo pasa entre estos dos y nosotros como buenos amigos de Inuyasha debemos tratar de ayudarlos. Pobre Inuyasha, no confía mucho en las mujeres, después de todo, el saber que a tu madre la mataron por ser infiel, no te deja una buena disposición a ellas. –y le dirigió una sonrisa a Miroku, al que un frío sudor le recorrió la espalda.

. Jejeje, por supuesto que yo nunca sería capaz de serte infiel... Promesas son promesas y yo te lo prometí –le dijo con una sonrisa sincera. Aún no olvidaba del todo cuando en su noviazgo (sí ellos ya están casados!) tuvo la brillante idea de salir una noche con una prima lejana que en realidad era muy linda, y siempre se le había insinuado un poco. Al llegar al restaurante ella trató de ir un poco más lejos de lo que nunca había conseguido, llegando a darle un beso. Pero la mala suerte de ella quiso que ese mismo día Sango e Inuyasha, que fue el padrino de la boda, fueran al mismo lugar y los vieran todo el tiempo. Cuando ella estuvo a punto de besarlo, a pesar de su propio asombro, de repente desapareció de su vista y un muy duro golpe de puño quedó marcado en su rostro. Al empezar a reaccionar vio que su prima tenía toda la cabeza mojada con bebida y trataba de rasguñar a Sango, quien con fuerza extra ordinaria de un solo empujón la tiro al piso y pasando por sobre ella, llegó donde él estaba en el piso, y acercándose a su rostro lo miró con odio y le dijo : "Así que por esto hoy no me quisiste acompañar donde mis padres. Pues creo que ya no necesito esto." Le dijo con rabia tirándole por la cabeza el anillo de compromiso y tomándose del brazo que Inuyasha le ofrecía, salieron dignamente del sitio. Luego de eso estuvo por casi una semana con el moretón del golpe que le regaló Inuyasha y como un mes sin poder ni siquiera acercarse a cinco metros de Sango, por que de inmediato aparecía Inuyasha o ella lo miraba y tomaba algún objeto contundente que le habría tirado por la cabeza si hubiese tratado de acercarse a ella. Y luego de unos meses recién pudo acercarse a Sango de improviso y logró pedirle disculpas y decirle que la quería, aunque a penas lo hizo, un pesado libro de firmas le llegó en la cabeza. Eso sirvió para que ella se enterara de que de verdad la quería y luego de un tiempo reanudaron su noviazgo, casándose un par de meses después de todo. Desde ese momento le prometió que por nada del mundo sería capaz de engañarla o de hacer algo y no decírselo antes, como salir con alguna prima.

. Sí, recuerdo cuando me lo prometiste... y estoy segura que no te conviene romper la promesa, ni por mí, ni por Inuyasha. –le dijo con una sonrisa.

. Ahora... respecto a Kagome... es realmente extraño. Aún no me puedo quitar de la mente el que la hayan querido matar con tanta sangre fría. Después de todo, si sólo iba a ser una violación, no habría habido necesidad de luego tratar de rematarla con un disparo. No puede considerarse que se dedicara a la prostitución, por que es virgen a pesar de la edad aproximada, y como no aparece en ningún registro tal vez no sea una mujer de muy buenos ambientes... Y si... –la preocupación marcó su rostro, pero no alcanzó a completar la frase.

. Y si ella tuviera que ver algo con alguna de las mafias que están surgiendo en los suburbios de la ciudad –terminó de completar Sango con un poco de temor. –no puedo quitarme de la cabeza la imagen de la forma en que manejaba esa cortaplumas con tanta facilidad.

. Creo que lo mejor será decirle a Inuyasha el riesgo que significa tener a esa mujer aquí. Si lo que querían era eliminarla, lo más seguro es que en el momento en que se enteren de que sigue viva traten de matarla de una buena vez. –dijo Miroku algo preocupado.

. Es una lastima que justo cuando una mujer le interesa por primera vez a Inuyasha tenga precisamente problemas de este tipo.

. No nos apresuremos en conclusiones, tal vez sean sólo suposiciones. –dijo dándole ánimos a Sango.

. Lo que no son suposiciones es la extraña vibra que hay entre esos dos, así que yo creo que deberíamos tratar de ver que es lo que siente cada uno y unirlos. –dijo parándose y sentándose en las piernas de Miroku.

. Es cierto, Inuyasha ya hizo bastante con unirnos a nosotros, se merece que ahora nosotros lo ayudemos... ¿qué haría yo sin ti? –le dijo suavemente, mientras la besaba con cuidado. – de seguro... nada. –susurró delicadamente.

Sentía tanto dolor por lo de recién, no entendía como le afectaba tanto el que él la hubiera casi rechazado, y aún más, pudiera tratarla de una forma tan fría e indiferente. Pero por otro lado, su propia reacción la asustó un poco. No recordaba como era antes de perder la memoria, pero sentía de cierto modo que el ser tan fría se le hacía fácil, aunque no lo sintiera. Era como si hubiera estado acostumbrada a actuar con frialdad.

Con cuidado llevó su mano hasta el pecho, tocando suavemente el medallón de Lirio que Inuyasha le había colocado. De todos modos no podía odiar a Inuyasha, si no hubiera sido por él, lo más seguro es que estuviera muerta en estos momentos. Lentamente colocó el medallón ante sus ojos, mirándolo de forma extraña.

. ¿Qué significa todo esto? –susurró con pesar. El recuerdo de unas manos algo viejas, de una persona mayor, que le entregaba una pequeña caja, y que al abrirla venía dentro el medallón, golpeó su mente nuevamente. "para ti Kagome, te la mereces". –Realmente me llamo Kagome. –dijo con asombro. Un suave dolor de cabeza comenzó a afectarla. Pero quería recordar más cosas. Aunque no sabía por donde comenzar. En eso se acordó de la sensación de que conocía otros ojos dorados, pero que no eran alegres como los de Inuyasha. -¿Quién era esa persona de mirada tan inquietante? Claramente no era de alguien muy agradable, de sólo tratar de recordarlo me dan algunos escalofríos. –pero ya en ese momento el dolor de cabeza la superó y lentamente se quedo dormida.

¿Por qué tenía que ser tan estúpido? ¿Cómo se le ocurría tratar tan mal a Kagome? Mal que mal, fue él quien se acercó a colocarle el medallón. Además que el frío sonido de su voz lo afectó profundamente. No esperaba que fuera a reaccionar de esa forma, tan... tan similar a la de su primo. Aunque debía reconocer que también le recordó a él mismo cuando era un niño pequeño, los hijos de los amigos de su papá, Inu no Taisho, no lo trataban muy bien, ni tampoco a la niña pequeña que una vez fue a su casa por el día. Pero ella fue muy agradable con él, y eso le dio fuerzas para enfrentarse con todos esos niños presumidos que invadían su casa. Luego en la noche su padre le dijo que había visto lo que había hecho con los demás niños, y lo felicitó. "Está muy bien que te hagas respetar, nunca debes dejar que alguien trate de sobreponerse a ti. Me alegro que al fin te hayas armado de valor y te hicieras respetar como el Inuyasha Taisho que eres... Mi heredero, mi sucesor". La voz orgullosa de su padre aún la podía sentir vibrando en el fondo del corazón. El dolor de su muerte tan reciente aún lo hacía sentir mal. Hace dos meses que ya no lo acompañaba, y su ausencia lo hacía sentir solo. Ahora su casa lucía tan abandonada, a pesar de que Myoga la mantenía en perfecto estado, aún no tenía el valor suficiente para enfrentar todos los recuerdos dolorosos de haber visto a su padre morir lentamente en su habitación. Tan sólo Myoga lo acompañó al entierro, su propio papá se lo había pedido, no quería que su hijo fuera a correr ningún peligro. Ahora era el heredero de todo lo que alguna vez le perteneció, y debía cuidarse mucho.

;.;.;.;.;.;. Flash back;.;.;.;.;.;.;.

. Hijo, lamento tanto que ahora debas hacerte cargo de todo esto. –susurró pesadamente Inu no Taisho, apretando débilmente su mano.

. Papá, por favor no digas eso. Yo me haré cargo de todo. Te aseguro que te vas a sentir orgulloso de cómo manejo la empresa. No te preocupes de nada... tu me has enseñado todo lo que sabes y estoy seguro que lo podré hacer tan bien como tú. –le dijo con fuerza Inuyasha, afirmando más su pálida mano.

. Señor Taisho, de verdad yo creo que no debe preocuparse de nada... pues de todos modos yo siempre protegeré a su hijo, a costa de mi propia vida –le dijo con algo de tristeza Myoga, al ver a su patrón de toda la vida en ese estado.

. Myoga, por favor tú... ¿de verdad me lo prometes? –dijo algo emocionado Inu no Taisho.

. Sí señor Taisho. –le dijo acercándose a la cama y colocando una rodilla en el suelo le tocó una mano.

. Entonces creo que no te dejo tan solo hijo mío. –le dijo con una sonrisa a Inuyasha. –te acompaña gente que de verdad se va a preocupar de ti. Solo lamento el no haber visto a mis nietos –dijo mirando hacia la ventana. Afuera había una gruesa niebla que empezaba a cubrir la ciudad. Y un grueso sonrojo cubrió el rostro de Inuyasha.

. No digas eso papá, de todos modos vas a verlos desde el lugar en el que estés. –le dijo con los ojos algo vidriosos.

. Sí, supongo que tal vez los pueda ver igual. Hijo, por favor no llores por mí... no lo merezco. –le dijo al ver el acongojado rostro de Inuyasha. –Por último te quiero decir que cuando me entierres lo hagas sólo tú y Myoga. No quiero que mi muerte se sepa hasta que tú asumas por completo la responsabilidad de todo lo que es tuyo, y tú personalmente te harás cargo de hacerlo público. De este modo, te podré proteger un poco más a pesar de estar muerto. –cuando terminó de decirle todo esto, sus ojos se cerraron lentamente y su mano se liberó del agarre de Inuyasha.

. Papá... papá! –Gruesas lágrimas corrieron por el rostro de Inuyasha, que abrazaba compulsivamente el cuerpo ya frío de Inu no Taisho. Con determinación se secó las lágrimas y mirando de forma determinada a Myoga le dijo: - ya es tiempo de comenzar con esto.

;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;. fin flash back;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;. ;;.

"Quizás Myoga se merezca que lo pase a ver" pensó Inuyasha, colocándose de pie del casino donde se había ido a comer un sándwich. Con una mirada algo dolida, observó el pasillo que llevaba a la habitación de Kagome.

. No crees que, tal vez, se merece una disculpa o al menos un intento por arreglar las cosas. –le dijeron de pronto por la espalda.

. Hey ¿qué quieres? ¿Matarme de un susto o qué? –dijo algo enojado Inuyasha.

. No, si quisiera eso lo habría hecho hace mucho. –dijo con una sonrisa Miroku. –pero no te arranques, dime ¿no crees que podrías tratar de arreglar las cosas? –dijo sujetándolo del brazo, al ver que se daba la vuelta para marcharse.

. ¿De qué estás hablando?... ¿por qué piensas que debo disculparme? –dijo a la defensiva Inuyasha.

. No, solo te lo decía, fuiste algo duro con ella, sólo le estabas colocando el medallón, no es nada malo para que la hayas tratado así. –dijo dándose la vuelta y dejándolo solo en el pasillo. Una sonrisa iluminó su rostro, imaginando la cara que debía de tener Inuyasha ahora.

"Sólo le estabas colocando el medallón, no es nada malo para que la hayas tratado así." Se repetía la frase en su mente.

. Argg, demonios, maldito Miroku. –un sonrojo cubrió su rostro. Si lo que quería era sólo ponerle el medallón, ¿por qué le dio tanta rabia que alguien entrara a interrumpir? No se podía engañar, no era sólo eso, la hubiera besado si nadie entraba a la habitación. El sonrojo aumentó su color y los nervios lo empezaron a roer. "Ella no lo sabía, tal vez Miroku tenga razón y se merece una disculpa por como la traté".

Cuando la idea ya tuvo forma en su mente caminó decidido a la habitación de Kagome.

. Que molesto este dolor de cabeza –susurró Kagome cuando comenzó a despertar. –y que aburrimiento, no puedo hacer nada hasta dos días más. – cerró los ojos y se quedó pensando en las manos de la persona que le había entregado el medallón. Eran de una mujer mayor, pues se veían arrugadas, pero cuidadas, la voz también era de esa mujer, pero era dulce... Al menos en ese momento era dulce y parecía emocionada. Pero luego recordó como Inuyasha le había entregado el medallón y se había ofrecido a colocárselo. Y lo cerca que había estado de besarla. Una pregunta asaltó su mente, Sango le había dicho que era virgen, pero... ¿me habrán dado alguna vez un beso?... ¿Y si él me besará y fuera mi primer beso? Recordó esa sonrisa, y la forma de su boca, y no pudo evitar que un suspiro se escapara de sus labios de imaginar que él le fuera a dar un beso.

. ¿Le pasará algo? – la voz preocupada de Inuyasha llegó claro a sus oídos.

"¿En qué momento llegó Inuyasha a mi habitación?" Se preguntó Kagome. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de su presencia. "Parece que cree que estoy durmiendo" pensó intranquila.

. No, parece que no le pasa nada... pero está algo sonrojada... ¿Tendrá fiebre? –y lentamente colocó su mano sobre la frente de Kagome, de la misma forma en que se la había puesto cuando ella estaba apunto de despertar. – lamento tanto la forma en la que te trate –le dijo Inuyasha a Kagome, pensando que no lo escuchaba. –de verdad no lo quise hacer, pero fue involuntario. Estoy poco acostumbrado a compartir con mujeres, a pesar de que tenga solo veintidós años. –dijo y se sonrojo levemente. – espero que no vaya a seguir enojada cuando despierte.

Todas las dudas de Kagome se despejaron. Era obvio que no la trató mal por que si, fueron los nervios... "Los nervios... él también estaba nervioso" pensó Kagome, tratándose de imaginar el rostro de Inuyasha.

Absorto contempló el delicado rostro de Kagome. Ya se encontraba en buen estado, no mostraba mas que un par de rasguños y nada más. Sus hermosos ojos color chocolates, que tanto lo habían impactado cuando la vio por primera vez estaban escondidos tras las tupidas pestañas. Su nariz ya no mostraba casi ninguna evidencia del golpe que había recibido.

Con temor se atrevió a tomar la delicada mano de Kagome, pero en ese preciso momento una sensación de electricidad le recorrió el brazo. " ¿Hasta qué punto me pone nervioso esta mujer?" pensó Inuyasha.

Pero la rabia de recordar cómo la había encontrado volvía a su cuerpo. No descansaría hasta que Kagome pudiera recordar todo y matar al maldito que le hizo todo eso a ella.

Cuidadosamente dejó su mano sobre la cama, tratando de no despertarla. Lentamente se empezó a acercar al rostro de Kagome. "Sólo será un beso en la frente y de despedida"se repetía mentalmente Inuyasha. Pero sus esfuerzos se frenaron al ver como los labios de Kagome se entreabrían liberando suavemente un suspiro.

. Demonios. –masculló Inuyasha. Dando un vistazo a la puerta, se terminó de acercar a Kagome y le dio un leve beso. Una suave sonrisa adornó el rostro de Kagome que se giró en la cama, al momento que Inuyasha se separaba de ella. Con miedo Inuyasha empezó a ver si acaso la había despertado. Dándose la vuelta a la cama se acercó para verla mejor. Estaba bastante cerca de ella. Si tuviera paciencia incluso habría podido contar cuantos rasguños tenía en total.

. Mejor me voy... no sea cosa que despierte y se enoje –susurró Inuyasha, alejándose de ella. En el fondo sabía que no era por eso... era sólo por que el sabor de sus labios lo habían fascinado, y no sabría cuanto podría controlarse en ocasiones futuras.

. ¿Qué fue todo eso? –dijo sonrojada Kagome al ver que Inuyasha ya había salido de su pieza. – me... me besó. –dijo emocionada. – bueno... la ocasión no fue la mejor... pero lo hizo... y podría decirse que es mi primer beso... ya que no recuerdo ningún otro. –dijo aún sonrojada. – además que se disculpó... aunque en realidad se supone que yo no lo sé. ¡Qué complicado es todo esto! Pero fue tan dulce... y no tiene mucha experiencia con mujeres... al parecer igual que yo con los hombres. – unos golpes en la puerta la distrajeron de sus pensamientos. –a... adelante. –dijo con voz temblorosa.

. Hola Kagome ¿cómo te sientes? –era Sango que venía a verla de nuevo. –estás algo sonrojada... ¿tienes fiebre?

. Oh no, acabo de despertar... y tengo un poco de calor –dijo con una sonrisa radiante.

. Pues cuando venía para acá, vi a Inuyasha saliendo... y él también venía algo sonrojado... ¿quizás el aire acondicionado está muy alto? –dijo mientras se acercaba al control. – o sí claro, está un poco alto, pero no importa lo dejaré así, por las noches da mucho frío aquí. –dijo con una sonrisa. Parecía que había avanzado un poco el plan "Unión de KI" pensó con alegría Sango.

. ¿Estuvo Inuyasha aquí? –preguntó Kagome tratando de sonar cómo si no lo supiera. –no me di cuenta, no me despertó.

. Es muy considerado, quizá no te quiso despertar.

. Sí... puede ser –dijo algo celosa Kagome. Sango se dio cuenta.

. Dime... ¿has recordado algo? –preguntó, acercando una silla para sentarse junto a ella.

. Pues sí. –dijo ahora recordando lo de la caja. –recordé cuando una mujer mayor me entregó el medallón en una caja. Y me llamó Kagome... me dijo "para ti Kagome, te la mereces".

. ¿Y qué sensaciones te provocó eso?

. Pues me hizo sentir que eso era algo muy solemne, era algo muy importante para mí. –dijo con una sonrisa.

. ¿Y respecto a la voz?

. Pues era muy dulce, y también estaba emocionada. Era algo muy importante para las dos.

. Entonces eso es un gran avance. Sabemos a ciencia cierta que te llamas Kagome. Mi marido se pondrá muy feliz –dijo cómo a la pasada, para ver la reacción de Kagome.

. ¿Estás casada? –dijo con asombro Kagome. ¿Y si estuviera casada con Inuyasha? La pregunta voló por su mente, pero desapareció con la misma velocidad, al escuchar la respuesta de Sango.

. O sí, estoy casada desde hace unos cuantos meses con el doctor Miroku, e Inuyasha fue el padrino de la boda. –dijo con una sonrisa al ver el alivio en la cara de Kagome.

. O que bonito. Hacen una linda pareja –le dijo. Entonces Sango e Inuyasha no eran más que buenos amigos. Y una alegría la recorrió por completo.

. Bueno me voy, que estés bien –le dijo mientras salía de la pieza.

. ¿Y cómo te fue con esas disculpas? –le preguntó Miroku, al ver a Inuyasha llegar al casino.

. Pues... estaba durmiendo, así que no le pude decir nada. –dijo sentándose frente a su amigo.

. O... Es una lastima, ¿Y por qué no la despertaste?

. Pues... se veía muy relajada durmiendo. –dijo con un aire levemente soñador. – Además que tu sabes que me cuesta pedir... pedir... bueno, tu entiendes. –dijo un poco complicado.

. Oh, claro disculpas... eso lo tengo claro –dijo riéndose Miroku.

. ¿De qué se ríen? –preguntó Sango que venía recién llegando.

. De nada, ¿De donde vienes? –preguntó Miroku, como si no quisiera la cosa.

. Pues fui a ver cómo estaba Kagome. – le dijo guiñándole un ojo. –y me dijo que había recordado unas cosas.

. ¿Qué? –preguntó exaltado Inuyasha.

. Pues eso.- dijo Sango sentándose con una café en las manos. –pues me dijo que había recordado a una señora que le dio el medallón de lirio y que la llamaba Kagome, así que estabas en lo correcto y ella se llama Kagome.

. Sí, eso lo sabía. –dijo Inuyasha sin aires de grandeza. Miroku y Sango lo miraron extrañados. – no me miren así, lo sabía por simple intuición.

. Está bien, no te alteres. Yo me voy a ir a ver a Minna. Le quiero informar de esto y de los avances en KI. – dijo Sango mirando con una sonrisa a Miroku.

. Bueno cariño, después me cuentas todo. –dijo Miroku disimulando su curiosidad.

. Miroku... ¿qué es eso de KI? –preguntó Inuyasha una vez que Sango se fue.

. Oh... pues es un plan... – pero luego se corrigió – quiero decir que es una técnica para revisar el estado en que evoluciona la memoria de Kagome... –cuando vio que se la había creído agregó lo que tenía pensado desde que Kagome planteó la idea de irse del hospital. –sabes... estaba pensando que no sé que voy a hacer cuando Kagome tenga que salir del hospital. Le dije que en cuatro días se podría ir, pero el problema es que si nadie la busca, va a quedarse en la calle, exponiéndose a muchos peligros. Lamento haberle dicho tan poco tiempo, pero es que luego de eso ya no la puedo tener más tiempo aquí dentro.

. ¿Y si publicas en la policía que está perdida? Tal vez de ese modo aparezca alguien que la conozca y pueda cuidarla.

. ¿Cómo no se me ocurrió? –dijo Miroku sarcástico. –no has pensado en algo... ¿Por qué si solo la querían violar, le iban a disparar para matarla? Hoy... pensaba con Sango que tal vez pueda pertenecer a alguna de esas mafias pequeñas que están empezando a surgir... y la deben haber tratado de eliminar.

. No crees que exageras... –dijo Inuyasha, tratando de auto convencerse. No quería pensar que ella podía estar relacionada con alguna de esas "pandillas" que habían empezado a surgir. –quizá sólo fue que ella vió la cara de la persona y trató de matarla para que no lo denunciara.

. Inuyasha... – pero al ver la cara de su amigo cambió de parecer... quizá su amigo no quería aceptar los hechos, y si así era, no habría nada que pudiera hacer, hasta que él mismo lo confirmara. –está bien. Pero de todos modos no vas a publicar la foto de ella. Si tengo razón será mejor así.

. Está bien. Bueno, yo me voy... quiero pasar a mi casa y ver a Myoga. – dijo parándose y despidiéndose de Miroku. – espero que la cuides.

. Como tú digas... como tú digas.

. Hakudoushi... quiero que vayas a la Rue Liz y me digas si ves algo fuera de lo común. Luego pasaras donde la vieja Urasue y le preguntaras si ha visto algo extraño en los últimos días. ¿Entendido? –dijo Naraku sentado en su escritorio, sus ojos rojos fulguraron en la oscura sala, en sus piernas estaba sentada Kikio, que miraba de forma extraña a Hakudoushi.

. Es necesario que vaya... en este momento tenía otros planes. –dijo mirando enojado a Naraku.

. Mira lo insolente que se ha puesto este niño ahora –dijo venenosa Kikio.

. ¿Y que sería lo que tendrías que hacer? –dijo con burla Naraku. Al ver que el rostro del albino se sonrojaba casi imperceptible para cualquier persona, unos celos irrefrenables nacieron dentro de él. – no me digas que es para buscar a esa niñata de Kagome – dijo con burla.

. No es de tu incumbencia. Si lo único que quieres es eso, entonces me voy. –dijo enojado Hakudoushi yendo hacia la puerta.

. Ve con cuidado, no sea que te vuelvas viejo tratando de encontrarla... o te lleves una desagradable sorpresa –agregó luego de escuchar el portazo.

. ¿Para qué enviaste a Hakudoushi a buscarla? No ves que si la encuentra va a saber que nosotros tuvimos algo que ver. –dijo Kikio incómoda de la situación. Hace algún tiempo que se había fijado en lo atractivo que se había vuelto este "niñito" pero no había caso con Kagome dando vueltas por aquí, ahora que al fin había "desaparecido" podía hacer que él se fijara en ella sin problemas.

. Necesito saber si está muerta o no. Si Hakudoushi va y no encuentra nada, ni Urasue le dice algo, entonces quiere decir que quizá la encontraron, y se quedaron en silencio. Si la vieja sabe algo, entonces lo más seguro fue que la hayan encontrado muerta y por eso hay más información, ya sabes que toda esa zona es la que han mandado que dominemos... no va a sospechar tanto. De todos modos sirve para saber si hay que buscarla en alguna morgue o hospital y poder enterrarla... así todo pasará al olvido rápidamente. – luego se quedó en silencio concentrado en la nada, dejando un pesado silencio en la pieza.

. Dime... ¿Hay otra cosa que te ronda... no es verdad?

. Pues... sí. Creo que no cumpliste bien con lo que te pedí. – la ira empezó a llenar a Kikio. – sé que me debí haber quedado hasta ver que estuviera bien muerta.

. ¿Y qué te hace creer que no la iba a poder matar sola? –dijo enojada Kikio.

. Pues... disparaste una sola vez, y estoy seguro que no fue ni a la cabeza ni al corazón o los pulmones.. por que dudo que sepas donde está el corazón –agregó riéndose de Kikio. Un grueso sonrojo le cubrió la cara.

. Pues... eso no importa. Estoy segura de que la maté –dijo, mientras se ponía de pie.

. Y yo estoy seguro de que no. – al ver la mirada de odio de Kikio agregó con una sonrisa diabólica. – digamos que... estamos "unidos" y puedo sentir que está viva. – susurró, dándole la espalda y mirando por el gran ventanal que había en la oficina.

;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;.;. continuará.;.;;;.;.;.;.;;.;.

Oh, lamento tanto la demora... pero he estado algo estresada con todo esto de los paros escolares y demases. (sí, aquí en Chile, los estudiantes hicimos una revolución gigante para conseguir una mejor educación, y me alegro que finalmente lo hayamos conseguido.)

Por el capitulo anterior no me llegaron muchos rws, pero espero que eso mejore con este. Sinceramente salió bastante largo, pero quede conforme con todo. Ahora depende de ustedes si se dan cuenta de una leva pista cucial para que entienda algo, y luego no se sorprendan.

Bueno, ahora les respondo a las pocas personas que me dejaron rws.

Ina-San: bueno, si le rompió un poco el corazón... pero ahora en este capitulo mejoro un poco la situación. Besos! Y trata de dejar los rws mas largos.

Jimena-Chan: jejeje que bien que te parezca tierno eso de los cambios de emociones... se puede decir que con esto Kagome "recupera" sus emociones por que antes de eso las tenía escondidas. Espero que siga leyendo y te siga gustando. Gracias por el rw. Besos!

Clarice: hola amiga! Que bueno que hayas tenido tiempo para leer este humilde fic. Bueno, si al fin despertó... pero sólo para llenarse de problemas. Respecto a lo de su relación... pues bastante rara, por que he querido que sientan que se conocen desde antes... y eso de la mal interpretación... no tiene nada que ver con el golpe, es sólo lo que en este capitulo se explica... además que no sabemos que experiencias pudo haber tenido antes y que la hacen un poco más sensible... supongo que lo de Naraku y Kikio dejo una marca en el inconsciente. Muchos besos y creo que tal vez mañana sábado me conecte en la tarde, y puedas hablarme de tu problemas. Muchos muchos besos tu amiga Piri-chan.

Bueno, muchos besos a todos los que se dan la paciencia de leer y... me preguntaba... hay algún hombre que lea este fic? Si lo hay por favor déjeme un rw... jejeje para saberlo.

Bueno besos!

Atte. Piri-chan.anti-kikio