Hola de nuevo! Antes de nada, quiero darles miles de millones de gracias a atzweasley, DanielBlack y ZelMalfoy por sus maravillosas reviews... como ya os he dicho, sois mi motivación para continuar escribiendo y nunca os lo agradeceré lo suficiente. En fin, aquí va el cuarto capítulo de este delirio... espero que os guste (si no es así, no os corteis y escribidme una review poniendome a caldo... ya se que soy una petarda, pero nunca viene mal que me lo recuerden)


4: La vecina del Quinto

"Lord Henry se acercó y examinó el cuadro. Era indudablemente una espléndida obra de arte, y también un magnífico retrato"

Oscar Wilde "El retrato de Dorian Gray"

Quien quiera que viviese en el piso de arriba había tendido la ropa.

Siempre que se aburría, Draco trataba de matar el tiempo inventando teorías surrealistas sobre el habitante del ático, y, después de un par de años, había logrado averiguar algunas cosas. Por su colada, había deducido que se trataba de una mujer, y además bastante menuda, a juzgar por el tamaño de los calcetines, que, de vez en cuando, se escapaban de la cuerda y aparecían tirados sobre su balcón. Además, tenía el curioso hábito de ducharse a las tres de la mañana, sin importarle el hecho de debajo pudiese vivir gente con intención de dormir (en este caso, el propio Draco). Y jamás salía de casa, lo que planteaba numerosos enigmas, entre ellos, de donde sacaba la comida si no iba a la compra; o si tenía trabajo, o amigos, o familia. Aquellas cuestiones tenían un millón de respuestas posibles, y pensar en ellas era un modo tan bueno como cualquier otro para huir del tedio, sobre todo cuando uno tenía que pasar la tarde del sábado solo en casa. Y todo porque, de pronto, a Ginny le había entrado la urgente necesidad de hablar largo y tendido con Hermione. "Mujeres…" pensó Draco, haciendo su decimoséptima visita al frigorífico. Llevaba un par de horas barajando una nueva hipótesis bastante creativa: la mujer del quinto era una anciana milenaria que había sobrevivido desde la época de los faraones gracias a los frutos de su experimentación con cadáveres. Ignoraba que las viejas brujas egipcias sintiesen predilección por la ropa colorista al más puro estilo "hippy" que en ese momento colgaba del tendedero unos metros por encima de la terraza de su cocina, pero no encontró ninguna razón clara que hiciese incompatibles los términos de la ecuación.

Draco abrió la nevera y contempló evaluativamente su contenido. Aún estaba lo suficientemente llena como para sobrevivir durante un par de semanas… pero no le quedaba ni un solo huevo. "¡Mierda!" pensó "Tenía tantas ganas de preparar una tortilla de ajos tiernos, espárragos trigueros y queso…" El rubio no solía hacer gana de sus dotes innatas para la cocina, porque aún se consideraba poco masculina la idea de un chico tras los fogones, como no fuese con un estúpido gorro blanco de chef; pero lo cierto es que, a la hora de la verdad, las chicas solían considerar esas inclinaciones como una ventaja. De hecho, gran parte de la inquebrantable devoción que su suegra sentía por él se la debía a una célebre tarta de fresas que preparaba siguiendo una antigua receta familiar. Pero, claro está, de nada servía ser un artista de las sartenes si carecía de los ingredientes necesarios… y sin huevos no se puede hacer una tortilla. Y le apetecía tanto…

- Está bien- dijo en alto, pese a que se encontraba totalmente solo- Subiré ahí y le pediré un par de huevos a la momia. No creo que alguien que se alimenta de cerebros humanos tenga huevos en su casa, pero siempre he querido conocer a un muerto viviente de los de verdad.

En honor a la verdad, la expedición en busca de huevos respondía más a un modo de acabar con el hastío (que comenzaba resultar insoportable) que a una necesidad real, ya que, si solo se tratase de huevos, la solución más lógica estaba a un par de manzanas de distancia, en forma de 7-Eleven(1). Pero Draco ni siquiera pensó en ello de pasada mientras subía de dos en dos las escaleras que conducían al ático. Llegó al rellano al borde de la asfixia, y aún estaba tratando de recuperar el aliento cuando llamó a la puerta.

Tardaron un par de minutos en responder. Una voz juvenil gritó "¡Ya voooy!", restando credibilidad a la teoría de la momia. Unos segundos después, alguien abrió la puerta con tanto entusiasmo que, de haberse hallado más cerca, Draco podría haber resultado gravemente herido. Al otro lado apareció una chica que apenas llegaba al metro sesenta, de cabello rubio ceniza recogido en un compacto bucle sujeto con un pincel. Tanto la ropa como la cara de la vecina estaban tan salpicados de pintura que las dudas acerca de su profesión quedaban disipadas instantáneamente. Había algo de familiar en aquellos ojos azules y en su expresión de niña soñadora, pero Draco no lograba descubrir de qué se trataba.

- ¿Malfoy¿Draco Malfoy, en mi casa?- preguntó con voz cantarina- ¿A que debo semejante honor?

Fue como si alguien abriese repentinamente una ventana, iluminando su memoria y disipando la confusión.

- ¡Eres Lunática Lovegood!- exclamó, dándose una palmada en la frente.

- ¡Eso parece!- respondió ella, ácidamente- Y ahora que ya sabemos quien soy yo¿te importa decirme que demonios haces aquí?

- Venía a pedirte un par de huevos. Vivo abajo ¿sabes, y quería preparar una tortilla.

Luna se limitó a invitarle a pasar con gesto ceremonial. Draco entró en el piso, y fue recibido por "Lonely Day", una canción de un grupo muggle llamado System of a Down, revelando que la rubia poseía unos gustos musicales bastante insólitos en una chica. Claro, que no se trataba de una chica cualquiera, sino de Lunática Lovegood, una de las criaturas más excéntricas que habían pisado Hogwarts. La personalidad de la chica impregnaba hasta el último rincón de su casa, donde, dicho sea de paso, reinaba el caos más absoluto. Los papeles con esbozos de dibujos rodaban por el suelo como los matojos de espinos en las películas del Oeste, y había tubos de óleo (muchos de ellos abiertos) tirados por doquier, incluso en la encimera de la cocina y dentro de la nevera. Las obras a medio terminar se apoyaban por todas partes, contra las paredes. Draco les echó un vistazo: decir que eran surrealistas sería una infravaloración. Había dos o tres obras decididamente abstractas en el recibidor: se trataba de composiciones de colores cálidos, que emanaban una gozosa sensación de paz.

- Esos son muy antiguos- explicó Luna, apareciendo tras él con un cartón de huevos en la mano- Ahora pinto otro tipo de cosas ¿quieres ver la obra en la que estoy trabajando ahora?

La chica señaló con la cabeza hacia un caballete, junto a la ventana. Sobre él descansaba un lienzo que esperaba los últimos retoques. Desde luego, la imagen parecía concebida por una mente enferma: unos insectos gigantes devoraban la cosecha de un maizal, en el que crecían seres humanos en miniatura en lugar de mazorcas, bajo un cielo plomizo surcado por cuervos. Draco jamás había contemplado una imagen más inquietante.

- Es muy… expresivo- musitó, tratando de disimular el desasosiego que le producía la pintura.

- Lo sé- afirmó ella, henchida de orgullo. Obviamente, había interpretado el comentario de su invitado como un cumplido.

- Ya, sí. ¿Vives sola?- preguntó Draco, tratando de cambiar de tema pero con la mirada aún fija en el óleo, que ejercía sobre él una extraña fascinación.

- Pues sí- contestó ella- Bueno, tuve un gato, pero me daba miedo que se intoxicase con las pinturas y lo regalé. Ahora tengo un helecho, aunque como me olvido de regarlo casi todos los días está bastante mustio. ¿Y tú, por qué no estás con Ginny?.

Draco logró finalmente apartar la vista del cuadro y se volvió hacia Luna, que sonreía con suficiencia.

- ¿Y tú como sabes lo mío con Ginny?

- La he visto salir del portal un par de veces- replicó con cierta impaciencia, como si se viese obligada a hacerle comprender algo que en realidad era muy evidente.

- Ah, pues eso tiene lógica. En fin, hoy ha salido con Hermione. Ya sabes, tarde de chicas- respondió el rubio.

- ¿Un sábado por la tarde¿Es un poco raro, no?- inquirió Luna, levantando la ceja con gesto interrogante.

- Mira, el problema es que hace unos días nos encontramos con Hermione y Harry en un café y fueun momentoverdaderamente extraño. Bueno, ya que estamos te lo voy a contar todo- decidió, acomodándose en un sofá, entre una pila de libros viejos y una zapatilla de deporte. La verdad, preferiría quedarse allí y contarle su vida a Luna antes que regresar a su apartamento, donde le esperaba una larga velada consigo mismo- El otro día fuimos a un café a ver a Longbottom, que se ha metido a cantautor…

- Si, yo también le he oído cantar- intervino la chica- No está tan mal, aunque a veces se pasa de empalagoso.

- En fin, que fuimos a ese café con Ron, y, cuando llegamos allí (tardísimo, por cierto), resulta que también estaban Harry y Hermione. Cuando nos vieron, se les quedó una cara… vamos, como si acabase de llegar un pelotón de fusilamiento. Cuando acabó el concierto, nosotros nos fuimos a felicitar a Longbottom y ellos se esfumaron, pero, así y todo, el ambiente se cortaba con un cuchillo. Fue una noche de lo más extraño.

- ¿Y qué esperabas? Si no he entendido mal, Harry dejó a Ginny (o viceversa), y Hermione a Ron (o al revés), y ahora Harry y Hermione están juntos… vamos, que la situación no podía ser más violenta- reflexionó Luna- Sobre todo para ti, que estabas ahí, en medio, sin que la cosa fuese contigo.

- Mmmm… pues no lo había mirado de esa manera- murmuró el rubio- Aunque como novio de Gin, algo sí tenía que ver ¿no?.

Luna se encogió de hombros. En la expresión de su rostro se leía que, en realidad, pensaba que si Draco no quería ver la verdad por sí mismo, no merecía la pena esforzarse en explicársela.

- Oye, disfruto mucho de tu compañía, pero me temo que si no guardas esos huevos en la nevera lo antes posible, mañana tendrás una diarrea de campeonato- dijo la chica, rascando pensativamente una mancha de pintura escarlata en sus pantalones- Pero, cuando no tengas nada mejor que hacer, puedes visitarme.

Draco asintió con la cabeza.

- Cuenta con ello. Y gracias por los huevos.


Hermione y Ginny llevaban toda la tarde hablando de trivialidades, pese a que ambas sabían que no habían quedado para eso. Ninguna se atrevía a sacar el tema. Ginny era consciente de que su fama de chica decidida la obligaba, en cierto modo, a tomar la iniciativa ¿de que serviría explicar que ella solo eralanzada a la hora de meter la pata, equivocarse o hacer el ridículo?. De cualquier modo, la responsabilidad de guiar la conversación hacia el tema que les interesaba recaía sobre ella. Así que se armó de valor y, levantando la vista de su plato de tortitas con nata, dijo en tono casual:

- El otro día, en el Windmill… fue realmente raro ¿no te parece?

Hermione abandonó su actitud ausente, como si le hubiesen dado una bofetada que le obligase a mirar a la vida cara a cara.

- En otras circunstancias te hubiera dicho "no sé a que te refieres" y hubiera cambiado de tema…pero creo que con eso acabaría de un plumazo con mi fama de inteligente- contestó con un suspiro- Lo admito: fue raro. Aún me resulta chocante encontrarme con tu hermano, aunque espero que la cosa mejore, sobre todo después de la boda. Sin embargo, me temo que no fui la única que se comportó de una manera extraña. Tú estabas tan tensa como la cuerda de un arco. Eso es aún más raro, porque tú has visto a Harry como mil veces después de que lo vuestro terminara, y deberías estar acostumbrada.

- Primero: estás cambiando de tema. Y segundo: no se puede comparar mi… incomodidad con el numerito de Ron, cantando vuestra canción sobre un escenario mientras tú babeabas…..

- Y Harry te miraba a ti – concluyó Hermione- ¿Crees que no me di cuenta? En realidad todo es por Ron. Tenerle de vuelta es como regresar a los viejos tiempos. Es como si se hubiese traído en la maleta todos aquellos… sentimientos, y todos esos asuntos sin resolver. Pero todo irá bien después de Noviembre, las aguas simplemente volverán a su cauce, porque yo soy mucho más feliz con Harry que con Ron, y a ti te pasa lo mismo con Draco ¿no?

- Si, claro- respondió la pelirroja de un modo casi inconsciente.

- Ahora todo es extraño. Tan solo es una etapa más, una crisis. Las crisis son buenas, son una oportunidad para crecer y hacerse fuerte. Después de esto, mi relación con Harry será más profunda y tú… quien sabe, tal vez te vayas a vivir con Draco de una buena vez.

Ginny no contestó. Hermione sabía de sobra que Draco le había sugerido muchas, muchísimas veces, que se mudase a su apartamento; y que ella había contestado muchas, muchísimas veces que no. Era demasiado compromiso, demasiado pronto, demasiado definitivo. Sin embargo, Ginny sabía que su negativa poco o nada tenía que ver con aquellos pretextos. En realidad, no quería vivir con Draco ni hoy, ni mañana, ni dentro de un mes, de un año o de diez. No se veía a sí misma cuidando a media docena de pequeños Malfoy, ni envejeciendo con él, ni llorando su muerte. A menudo, ni siquiera se sentía con fuerzas suficientes como para convencerse a sí misma de que quería continuar un solo día más. Por eso optó por salirse por la tangente.

- ¿Y que tal los preparativos de la boda? Estarás muy ilusionada.

Hermione se limitó a sonreír. Aunque ninguna de las dos lo sabía, en ese momento experimentaban exactamente la misma sensación de hallarse en un callejón sin salida, arrastradas por la inercia hacia lugares que en realidad no querían visitar, implicándose más y más, y sintiéndose asfixiadas, agobiadas y comprometidas en relaciones en las que no creían. Ninguna de las dos deseaba avanzar en el camino que habían emprendido, pero, si eran demasiado cobardes como para confesárselo a su mejor amiga… ¿de donde iban a sacar el valor para cambiar?


(1)- Un 7- Eleven es una de esas tiendas que permanecen abiertas las veinticuatro horas y que, dicho sea de paso, se creen con derecho a cobrar auténticas exageraciones por los productos que venden.

Lo siento mucho, pero creo q soy incapaz de escribir un fic sin Luna... para algo es mi personaje favorito ¿no? Sin embargo, es bastante rebelde, y, en cuanto se cuela en la historia, lo vuelve todo del revés, y cada escena en la que aparece se tiñe de surrealismo... Bueno, yo no hago nada para evitarlo, porque, en el fondo, me encanta... pero es que el capítulo seis... bueno, y el siete. Y el ocho... si es que esta chica tiene personalidad propia...En cuanto a "Lonely Day", es la canción que inspiró el cuadro de Luna.

Espero vuestras reviews! (Cuesta taaaan poco hacerme feliz...)