NOTAS: Últimos capítulos…

Y aquí les traigo el capítulo treinta y cuatro cargado con drama y un toque de lágrimas :´D

Finalmente, antes de comenzar a leer, debo decir un pequeño aviso. En caso de que llegaran a leer esta o alguna otra de mis historias en otro lado, es muy seguramente un plagio. Yo siempre uso el seudónimo "RozenDark" y únicamente público en Amor Yaoi, Wattpad, y AO3. También otorgue el permiso para una traducción al chino y solamente se encuentra en la plataforma/app "LOFTER"…

Esto lo digo, debido a los recientes fallos de Wattpad y que esta misma plataforma tiene una página espejo donde lucran con las historias. Por lo que cualquier cosa, les estaré agradecida si me lo hacen saber. De cualquier manera, en caso de algún otro cambio, les daré el aviso correspondiente :3

En fin, los personajes de One Piece son propiedad de Eiichiro Oda. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son hechas por su servidora.

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

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Luffy veía con una enorme sonrisa a ese nuevo y futuro recluta. Zoro a su lado, simplemente bostezaba, mientras Nami veía confundida a la tripulación de piratas que habían llegado a la isla del narizón mentiroso…

"¿Qué no se suponía que estabas viajando con tu abuelo el marine?"

Luffy asintió con diversión ante la pregunta de Usopp. "Lo perdí y terminé en esta isla", respondió como si fuera algo habitual. "Por alguna razón, siempre que lo pierdo, termino peleando contra marines corruptos o piratas infames".

Usopp asintió sin creer la respuesta. "¿Y ustedes dos? ¿Cómo terminaron con ella?"

Nami simplemente negó con frustración. "Ambos idiotas llegaron a la isla donde le estaba robando a un pirata torpe y cuando menos lo espere, termine en el barco del abuelo de esta tonta" respondió con lágrimas llenas de drama. "Lo peor es que ese tonto viejo me confisco mi tesoro y por esa razón no he podido perderlos".

"Eso es porque eres mi navegante, Nami", mencionó Luffy de brazos cruzados.

Nami la miró con enojo, mientras la señalaba acusadoramente. "¡Te he dicho que no seré parte de una tripulación pirata!"

"Yo la conocí hace años y acepté estar en su tripulación. La volví a ver hace poco cuando ella me ayudo con un estúpido marine y por alguna razón, su desquiciado abuelo me metió a su barco y comenzó a disque entrenarme…" Zoro explicó de brazos cruzados y el ceño fruncido. De ninguna manera aceptaría que ese entrenamiento de muerte, lo estaba ayudando en una que otra cosa de la que no tenía idea para usar sus espadas…

Usopp asintió nervioso. "Eso suena algo loco, pero al mismo tiempo genial…" murmuró mientras veía al grupo pirata al que se enfrentarían. "Y yo que solo sé mentir… Ahora, por mis mentiras, la gente de esta isla no me cree…"

Luffy comenzó a recordar un cuento que había escuchado hace mucho. "Como el cuento de Pedro y el lobo… Ya sabes, donde un pastor llamado Pedro siempre gritaba 'Ahí viene el lobo' y al final, cuando dijo la verdad, nadie le creyó y al final, no le quedó de otra que comerce al lobo y sus ovejas…"

Nami negó con una mano en su rostro. "Al final el lobo se come las ovejas y Pedro aprende a no decir mentiras".

Luffy la miró sorprendida. "¿En serio? Juro que recordaba que Pedro se comía al lobo y las ovejas".

"Chicas, creo que ya entendí, las mentiras son malas, pero creo que no es el momento oportuno para estar hablando de eso…" Usopp señaló temeroso a los piratas que poco a poco se acercaban.

"No me molesta pelear un poco con todos estos imbéciles" Zoro preparó sus katanas, para la pelea contra una numerosa tripulación.

"Mientras pueda quedarme con sus tesoros, puedo ayudar", mencionó Nami con una mirada anhelante por ver esos tesoros.

"Usopp, te ayudaremos a confrontar esta situación, después de todo, seremos nakamas y zarparemos en dos años", dijo Luffy con una mirada llena de orgullo.

Usopp asintió con lágrimas. "No sabía que me querían como su capitán" murmuró.

Luffy lo golpeó en la cabeza con una mirada enojada. "¡Yo soy el capitán! Tú serás el francotirador", respondió.

"Lo entiendo, lo entiendo", murmuró adolorido, mientras preparaba su resortera. "Bueno, entonces será mejor afrontar esta confrontación lo más pronto posible, antes de que la aldea se entere de lo que está ocurriendo…"

Y mientras los tres jóvenes peleaban contra la tripulación del capitán Kuro, Garp veía escondido la confrontación de ese día. Ciertamente, cansado de que su nieta cada que se le perdía, regresaba con un miembro más para su futura tripulación…

"¿La estaré llevando a que esté a salvo o solamente la ayudó a conseguir una tripulación y buena experiencia en los mares?"

Y Garp seguiría con esas dudas en mente, durante lo que quedaba de viaje…

Pero ahora, lo mejor sería aparecer cuando hubieran terminado esa pelea y arreglado la situación actual como se debía…

"La Inocencia Viste De Confrontación"

"Entonces tú también me olvidaste…"

Tanto Sabo como Ace tenían alarmas encendidas en sus cabezas. Ambos hubieran esperado un golpe y un rostro lleno de lágrimas por parte de Luffy, pero no la indiferencia que justo ahora les daba.

La Luffy que ambos conocieron, nunca los trataría de esa manera, pero nuevamente se daban cuenta de la cruel realidad…

Esa era la Luffy que ellos habían creado…

"Lu… Prometo que hablaremos como se debe, pero lo ideal es llevarte al Moby Dick para que estés a salvo".

Ace trato de convencerla, incluso se había acercado para tomarla en brazos de nueva cuenta, pero Luffy en lugar de permitírselo, se alejó mientras le dirigía una mirada llena de dolor.

"¡No me digas que hacer!" Espetó con los puños fuertemente apretados. "Ustedes y yo ya no tenemos nada de qué hablar. Lo que, es más, ya no hay lazos de hermandad que nos unan, porque yo los rompí la última vez que me vieron en el barco".

Ace extendió su brazo, hacia Luffy, más no tuvo las intenciones de acercarse por completo. En su lugar, veía completamente arrepentido y preocupado a la chica del sombrero de paja.

Miró a Sabo y solo pudo ver confusión en sus expresiones. Nada raro, si no le había contado a su hermano como es que había recuperado la memoria como se debe…

"¿De qué está hablando Luffy?" Cuestionó Sabo con preocupación.

Ace simplemente se quedó callado por unos segundos, para tratar de pensar en la respuesta que daría.

Sabía bien de qué hablaba Luffy, pero ahora con todo lo que estaba sucediendo, y recordando todo lo que había dicho y hecho, Ace no sabía que respondería ante las exigencias de Luffy y las preocupaciones de Sabo…

"Fue después de que dijera todas esas tonterías por las que me arrepiento. Luffy no había llegado a comer, así que tuve que ir a verla, pero en su lugar estaba, la foto que nos tomamos juntos, su taza de sake rota y los dos muñecos que le mandamos a hacer… Sabo, ella piensa que ya no somos su familia…"

Sabo se alarmó al oír aquello. "¿Es eso cierto, Lu…?"

Luffy asintió en silencio, mientras desviaba su mirada. Ella después de todo, sabía que no tenía caso hablar con alguno de los dos, después de todo, ambos la habían olvidado por completo…

"Ustedes tres, este no es momento de una charla…"

Los tres vieron llegar a Jimbe, junto a un numeroso grupo de marines. Así que sin decir algo más, Sabo y Ace se prepararon para salir corriendo con Luffy, aunque ella no los quisiera cerca.

Pero nuevamente ella terminó por alejarse y al juzgar por su mirada retadora, no les permitiría que la tocarán sin pelear a cambio…

"Por favor Luffy… Puedes gritarnos, golpearnos si así lo prefieres, pero por favor, hazlo cuando estemos en el barco", Sabo empujo a un lado a Ace, para poder tomar con cuidado los hombros de su hermana.

Obtuvo lo que Ace no había logrado, la atención de Luffy y francamente, se sintió preocupado, pero al mismo tiempo, aliviado por recibir la atención de su hermana.

"¿Servirá de algo hablar?" Preguntó ella en murmullo. "Ustedes me olvidaron… Y también se olvidaron de Dadan, Makino y toda la gente que nos quería y conocía…" rápidamente se alejó de Sabo, solo para limpiar furiosamente las lágrimas que no paraban de salir. "Y mientras ambos tenían gente que los entrenaba o pasaba tiempo con ustedes, yo me quedé entrenando arduamente… Y aunque había gente que me hacía compañía, no era lo mismo si siempre pensaba en mis dos hermanos, pero parecía que tan poca cosa era para ellos, que simplemente me olvidaron y rompieron su promesa… ¡Ustedes me dejaron sola!"

Ace y Sabo sintieron como si les hubieran atravesado con saña el corazón con una daga filosa y puntiaguda. Pero si lo pensaban bien, Luffy parecía estar sintiéndose de esa manera, desde que ambos salieron de su vida…

Ambos se sintieron como si fueran basura, puesto que Luffy había sufrido tantos años y soportado todo con una sonrisa. Se suponía que ella no sabía mentir, pero aparentemente podía hacerlo cuando se trataba de no lastimar a otros…

"¡Ya basta ustedes tres!"

Ace y Sabo sintieron sorpresa al ver que Jimbe había llegado y había alzado a Luffy aun si ella no lo hubiera deseado. Aunque sintieron un poco de celos debido a que ella no hizo un amago por liberarse del agarre del Gyojin, casi como si se sintiera segura con él.

"Ustedes dos se encargarán de que el camino no sea tan problemático, mientras yo llevo a Luffy-san con Oyaji", dio la orden a ambos hermanos, sin dejar de correr. "Luffy-san, sé que probablemente no quieras contar lo ocurrido con Ace-kun o tu aparente hermandad con Sabo-kun, pero como ellos dijeron, lo mejor será que hablen cuando estés a salvo. Al menos, por el bien de tu bebé".

Luffy asintió con una temblorosa sonrisa. "Gracias Jimbe".

Jimbe se sintió extrañamente en paz con la chica, aunque de alguna manera, sentía que algo pasaba y no precisamente en Marineford. Era casi como si fuera un llamado, pero no tenía idea de lo que era, solo que debía mantener a la chica a salvo y con vida…

Al menos, Ace y Sabo habían hecho caso a su petición, y cada uno cubría un lado, mientras se encargaban de eliminar a cualquier estorbo que se interpusiera en su camino. Y si seguían ese ritmo, probablemente logren llegar al Moby Dick si seguían así…

~..~

Thatch tenía tantas ganas de ir y ayudar personalmente en la protección de Lucy. Quería hacerlo, pero simplemente no podía, porque estaba ayudando a sus hermanos en la pelea.

Había logrado mantener bajo su control esos poderes tan aterradores, junto con la sensación oscura que estos le daban. Y cuando logró librarse de tantos marines a su alrededor, había decidido ir a ayudar a Marco con su problema reciente.

Sin embargo, justo a lo lejos, pudo ver a ese maldito traidor sonriendo ante la vista de lo que había ocasionado…

Así que Thatch en cuanto vio que habían llegado a auxiliar a Marco, decidió confiar en su tripulación e ir personalmente a eliminar al desgraciado de Teach con sus propias manos.

"¡Oh!, Comandante Thatch, parece ser que lograste sobrevivir a ese ataque".

El comentario lleno de desdén, poco o nada le importó a Thatch. Su mirada fría y llena de odio, nunca abandonó a Teach y sus hombres, ni por un solo segundo.

"Por un momento creí que serías tan cobarde y dejarías de lado tu alianza con la Marina. Puedo ver que me he equivocado al juzgarte mal, aunque no puedes culparme por pensar que eres un cobarde y un traidor", espetó Thatch con frialdad. "Es una lástima que no lograrás salir con vida de este sitio".

Teach soltó una carcajada llena de burla y junto a él, sus hombres se rieron de las palabras de un furioso Thatch.

"¡¿Qué les parece tan gracioso?!"

Teach simplemente siguió riendo, mientras sacaba una manzana intacta de entre su ropa. "Comandante Thatch, es bueno ver que ha estado disfrutando del poder de mi fruta, pero creo que va siendo hora de recuperar lo que es mío…"

Fue el turno de reír para Thatch. "¿Y cómo se supone que lo harás?"

"No soy un idiota comandante Thatch. Por años no solo investigué la Yami Yami No Mi, también las numerosas teorías sobre lo que podría pasar si una persona usuaria muere y hay una fruta cerca de ese sitio…" Teach sonrió con mala, mientras señalaba la manzana. "¡Esta simple manzana se convertirá en la Yami Yami No Mi en cuanto te mate!"

Thatch escucho suficiente palabrería innecesaria y con eso le bastó para sentir aún más furia y odio hacia ese hombre. Así que sin que Teach o sus hombres se lo esperarán siquiera, hizo aparecer un vórtice oscuro justo en sus cabezas, sólo para soltar todo lo que ya había absorbido durante su pelea…

"Considera esto Teach, una revancha por la vez que me apuñalaste y heriste a Lucy-chan" con el rostro completamente serio y un brillo sanguinario en su mirada, desenfundo su espada, solamente para cortar la mano con la que Teach había estado sosteniendo aquella manzana.

El efecto fue inmediato y Teach comenzó a gritar, mientras trataba inútilmente parar el sangrado con su mano ilesa. Vio con odio y dolor al comandante de la cuarta división y en verdad temió al ver aquella mirada.

Esa sin duda alguna no era la mirada animada y la sonrisa amistosa con la que Thatch siempre veía a los suyos. Tampoco era la mirada que usaba contra los enemigos a los que se enfrentaba…

Esa mirada sin duda alguna, era la de un depredador que ya tenía una presa en la mira y para su mala fortuna, él era esa presa…

"¡¿Cómo te atreves a dañar a nuestro jefe?!"

Burgess fue el primero en reaccionar y en cuanto se puso de pie, corrió hacia el comandante de la cuarta división, dispuesto a matarlo de una vez por todas. Lo que nadie se esperaba, fue que lo atraparon en un agujero negro, justo antes de que llegara a tocar a Thatch.

Solo bastaron unos buenos tres minutos, para que Thatch decidiera liberarlo de su agonía y soltara el cuerpo helado y sin vida de Burgess…

"¿Qué está pasando?" Murmuró una pregunta el nervioso doctor Q.

Teach vio con temor a Thatch y tembló al verlo dar un paso hacia ellos…

"¿Cómo hiciste eso?" Exigió saber con voz temblorosa.

Thatch simplemente lo miró como si fuera basura. "Tuve varios meses para poder usar mis nuevos poderes como me plazca. Aunque ayuda el hecho de que tuvieras un diario y un libro sobre la fruta, sus poderes y sus efectos. Debo decir, que en un principio estaba renuente a usarla, pero ahora que veo tu maldito rostro y veo el infierno por el que sometiste a Lucy-chan, debo decir que es un honor matarte con estos poderes que tanto deseabas…"

Y una vez más, Thatch hizo un agujero negro que lanzó directamente hacia Teach. Sin embargo, el ataque solamente sirvió para absorber al doctor Q, su caballo Stronger y a Laffitte, para sorpresa y horror de Teach…

Esta vez Thatch se tomó su tiempo e incluso el atrevimiento de dar una puñalada a la cabeza de Burgess.

"Por si en verdad no ha muerto esta cucaracha", respondió a la muda pregunta de Teach.

Teach quiso decir algo más, pero no pudo hacerlo, pues Thatch decidió que ya había pasado suficiente tiempo para dejar caer los cuerpos sin vida de los otros tres. Y para pánico de Barbanegra, sus dos hombres de tripulación no solamente estaban fríos y demasiado pálidos, también tenían expresiones llenas de horror en sus muertos rostros…

Repentinamente empezó a negar, mientras retrocedía al ver al comandante de la cuarta división acercarse lentamente.

Nadie lo culpará de aprovechar y huir en lo que Thatch apuñalaba las cabezas de Laffitte, doctor Q y su caballo, después de todo, él mejor que nadie sabía el alcance que ese poder tenía…

Sin embargo, no le tomó mucho esfuerzo a Thatch alcanzarlo y está vez, cortar su otro brazo…

"Este no eres tú, comandante Thatch…" murmuró con esfuerzo al sentir que perdía demasiada sangre. "Es la fruta del diablo… Ese es uno de sus efectos…"

Thatch simplemente sonrió con maldad, mientras apuñalaba la pierna derecha de Teach. Disfruto los gritos de dolor del hombre que había causado aquella maldita guerra…

"¡Tú maldad no es por esta fruta!" Respondió furioso. "Este soy yo… Este es el yo que está furioso por lo que tu tripulación y tú le hicieron a una niña tan dulce e inocente como Lucy-chan… Este es el yo que está furioso por los recuerdos que le robaste a Ace… Este es el yo que no perdona la traición hacia Oyaji y mis hermanos… Este es el yo que tu mismo creaste… Marshall D. Teach, este es el yo, que te odia con cada célula de mi cuerpo…"

Y sin decir más, la cabeza de Marshall D. Teach cayó rodando hacia a un lado con una expresión llena de horror hacia la persona que le había quitado la vida. Y Thatch no sintió nada más que satisfacción al ver lo que había logrado…

"¿Quién sigue ahora?" Cuestionó mientras veía al grupo de marines que apuntaban nerviosamente sus armas hacia él.

Era obvio que habían visto lo que había hecho. Así como también era bastante obvio que justo ahora, los marines le temían a Thatch y lo veían como si fuera una especie de demonio.

Sin embargo, a Thatch le importaba un bledo lo que la Marina opinaba de él, si sabía que su familia simplemente agradecería por eliminar al traidor y tener algo de justicia para Lucy.

~..~

Van Augur había tenido la tarea de mantener un bajo perfil, mientras se encargaba de eliminar desde lejos a Portgas D. Ace o de perdido a la hija del líder revolucionario. Obviamente no podría mantenerse escondido por siempre, si tenían un enorme gigante acaparando la atención de todos en Marineford de un momento a otro.

También estaba el hecho de que su capitán había querido que su misión fuera un éxito y para ello, necesitaría algo de protección de los molestos aliados de Barbablanca, junto con su misma tripulación.

Por supuesto, no es como si sus nuevos compañeros no disfrutarán de asesinar a sangre fría a esas personas. Incluso había disfrutado con ellos, eliminando a los propios marines que solamente estorbaban en su camino y su misión.

Pero hubo un momento exacto en el que había tenido la oportunidad de eliminar a la chica, y no pudo hacerlo. Claro, no es como si hubiera sentido empatía o arrepentimiento, más bien, una sensación de que algo no andaba del todo bien, y cuando uso su vista de perfecto asesino y francotirador para ver el sitio donde su capitán y el resto de sus compañeros habían estado, admite que sintió temor por la vista que se encontró.

"Al parecer, nuestro capitán y el resto de nuestra tripulación acaban de ser asesinados de una manera sumamente terrible", mencionó Van Augur con cierto nerviosismo.

Juraba que el comandante de la cuarta división de Barbablanca lo había mirado…

¿Eso era imposible…? ¿Verdad…?

Catarina Devon resopló con decepción. "Al parecer nuestro capitán era un simple hablador", escupió con desdén y sin sentir pena alguna de saber que su capitán había muerto.

Shiryu dio una profunda calada a su puro. "Al menos nos sacó de Impel Down" dijo secamente. "Creo que lo mejor para nosotros es retirarnos, antes de que la Marina corra el rumor de que su Shichibukai ha sido eliminado y quiera quitarnos nuestra libertad".

"Y yo que por un momento creí que cumpliría con sus palabras y solamente fueron eso…" agregó con aburrimiento Avalo Pizarro.

"¿Cuánto tiempo nos quedará para escapar?" Preguntó Vasco Shot, mientras daba un sorbo a su licor.

Sanjuan Wolf miró con interés al ex carcelero de Impel Down, esperando como los demás a que tuvieran tiempo suficiente para escapar de esa molesta guerra en la que ya no podrían divertirse como querían, debido a la debilidad e incompetencia de su difunto capitán, cuando una voz les respondió y no de la manera que hubieran deseado…

"Ya no tienen nada de tiempo a su favor".

Cada uno de los sobrevivientes de aquella tripulación, sintió preocupación al ver al almirante Akainu frente a ellos. Siendo conocimiento mundial que el hombre era amante de la justicia, lamebotas de la Marina y el gobierno mundial, pero, sobre todo, un despiadado con los piratas que no estuvieran del lado de su amada y perfecta justicia…

"Según nos han avisado, su capitán ha muerto y, por ende, su protección hacia ustedes".

"Esto es malo…" Murmuró el francotirador del grupo. "No pensé que la noticia se propagará tan rápido.

"Ciertamente, me ocuparé más tarde de ese molesto comandante, pero ahora, tengo prioridades y estas son eliminar a prisioneros que escaparon del nivel seis de Impel Down y a la hija de Dragon el revolucionario".

Y sin decir algo más, Akainu lanzó un ataque con intenciones de matar a todo aquel que tocará.

Y aquellos sobrevivientes al ver el ataque de lava de aquel almirante y sentir esas intenciones asesinas, supieron que no vivirían ni siquiera para poder intentar huir…

Aunque, de alguna manera, sentían que el almirante Akainu no se quedaría contento y tranquilo solamente con eliminarlos. Y de eso se dio cuenta aquel herido francotirador, al notar que el almirante veía de vez en cuando la dirección donde se encontraba la hija del líder de los revolucionarios…

~..~

Marco no sería el comandante de la primera división, si no supiera defenderse en casos como el que tenía entre sus manos. Por supuesto, ya había intentado liberarse o incluso obtener la llave para quitar esa molesta esposa de piedra marina de la pierna, pero a Aokiji le pareció divertido lanzarla lejos y entre la multitud de marines que no dejaban de llegar.

Afortunadamente, Izo llegó a su posición, junto a Haruta y Namur para auxiliarlo y pudo sentir tranquilidad en cuanto vio a Jimbe, Ace y Sabo correr con Lucy hacia el Moby Dick.

"Es bueno verlos por aquí", mencionó con cansancio.

"Vimos que tenías problemas y decidimos pasar y ayudar", mencionó Haruta como si nada.

"Aunque también trajimos a alguien que podría ayudar con tu problema".

Marco no había entendido a lo que Izo se refería, hasta que claro, vio a Buggy llegar junto a un extraño hombre con el peinado en forma del número tres.

"¿Cuánto tiempo, Fénix?"

"Lo mismo digo, payaso", respondió Marco con cansancio.

Buggy frunció el ceño, mientras lo señalaba acusadoramente. "¡Eres un maldito grosero, maldita cabeza de piña!" Gritó ofendido. "Y yo que traje a este tipo para ayudarte".

Marco simplemente lo ignoró, en cuanto vio las habilidades del temeroso hombre. Y cuando menos lo esperaba, la esposa que lo mantenía vulnerable y debilitado, se había ido.

"Gracias por eso".

Y sin mediar más palabras, nuevamente se unió a la batalla para de una vez por todas, quitar a Aokiji del camino lo más pronto posible…

Claro que no era el único que peleaba, puesto que Izo, Haruta y Namur ayudaban con los marines, junto a Buggy…

"¿Cómo me metí en este problema?" Señor Tres se preguntó, mientras poco a poco se alejaba de la batalla.

Aokiji era uno de los tres poderes de la Marina y de ninguna manera se metería en problemas con uno de esos poderes, en su lugar, decidió dar apoyo lejano y en un sitio seguro…

¿Pero qué lugar era seguro en un sitio que era el epicentro de una terrible guerra…?

~..~

Barbablanca tenía tantas ganas de intervenir en la batalla. Quería bajar y ayudar a sus hijos caídos en batalla, pero sabía que debía permanecer impasible en el barco, esperando a que Lucy subiera y fuera atendida por sus preocupadas hijas.

"Solo debemos esperar un poco más, Oyaji" Tato dijo, mientras veía con un poco de alivio como Jimbe había logrado calmar a Lucy y mantener controlados a esos dos torpes hermanos.

Como el padre que era, sintió alivio también, incluso asintió con calma ante las palabras de su hija y las miradas de las demás. Sin embargo, al ver que Squard estaba situado en el Moby Dick con una mirada que, sin duda alguna, le dio preocupación.

"¿Sucede algo malo?" Preguntó preocupado.

Barbablanca se extrañó por completo por el silencio de Squard y las enfermeras pudieron sentir cierta hostilidad venir de su repentino invitado.

"Hijas mías, manténgase atrás".

Barbablanca también sintió esa extraña hostilidad. Y era demasiado extraño el comportamiento de Squard, considerando que el hombre era uno de sus aliados más leales a él y su tripulación…

Con una mirada llena de seriedad encaró al hombre, sin las intenciones de atacar o defenderse. Después de todo, confiaba en Squard como confiaba en cada uno de sus muchos hijos.

Y cuando vio a Squard acercarse con intenciones hostiles, el grito de Lucy, fue el que hizo detener al mismo Squard…

"¡Ya detente, idiota!"

Con el grito de la chica, que estaba cada vez más cerca del barco, y su dedo señalando acusadoramente a Squard, todos comenzaron a mirarlos con sorpresa y enojo. Pero la sorpresa no quedó solo en ese punto, puesto que de la nada, Stefan llegó y mordió con saña la mano de Squard que había estado sosteniendo una espada que él no había visto.

"¿Ibas a atacar a Oyaji?" Cuestionó Whisky, quien tenía un bisturí en la garganta de Squard.

Squard vio nerviosamente como las enfermeras lo veían como un enemigo, mientras la aterradora jefa de enfermeras se aseguraba de hacer sangrar un poco su garganta. Tampoco tenía caso tratar de escapar, considerando que el enorme perro de la tripulación lo veía con aura asesina, sin dejar de gruñir…

"¿Por qué te atreviste a querer traicionarnos?" Exigió saber, Whisky.

Squard miró con desdén a Barbablanca. "¡Porque este hombre solo nos ha estado engañando!" Gritó furioso. "Tú querías que Ace fuera el rey de los piratas, sabiendo cuánto odio a Gol D. Roger, te atreviste a mentirnos y querer hacer a su hijo el nuevo rey de los piratas".

"¿Y quién te dijo esa sarta de idioteces?" Cuestionó Tato con furia.

"¿Tiene importancia acaso?"

"¡La tiene si eres lo suficientemente idiota para creerlas!" Espetó Iris, mientras golpeaba esa cabeza dura. "Es una fortuna que Lucy-chan nos advirtiera de tus intenciones o le hubieras hecho daño a Oyaji".

Repentinamente el gran perro dejó de gruñir, mientras veía a la chica a lo lejos. Aun así, no hizo por saltar e ir por ella y menos cuando había un iluso traidor en el barco…

"Hijo mío… ¿Quién te dijo eso?"

Squard repentinamente comenzó a llorar. "El almirante Akainu…" respondió. "No quise creerlo, pero mencionó tantas cosas de las que no podía simplemente ignorar… Lo lamento Oyaji…"

Barbablanca negó con el ceño fruncido. "Squard, hay algo que debes entender… No debes odiar al hijo por los pecados del padre… Solo mira esta guerra, fue iniciada porque la Marina odia a Lucy, por los pecados de su padre, no por lo que ella ha hecho…"

Squard asintió en silencio y sin dejar de llorar. Miró a lo lejos a la chica del sombrero de paja, solo para darse cuenta de que ella simplemente lo miraba, mientras seguramente le lanzaba insultos y maldiciones por lo que estuvo a punto de hacer. No tenía idea de cómo es que supo lo que haría, pero agradecía su advertencia…

Pero de un momento a otro, lo que fueron miradas agradecidas, se volvieron miradas aterradas con lo que había sucedido en tan solo un momento…

Las enfermeras gritaron horrorizadas, mientras que Barbablanca tomaba la decisión de bajar del barco y eliminar de una vez por todas a Akainu…

Solo esperaba que Lucy y su bebé estuvieran bien o jamás se lo perdonaría…

Ninguno lo haría…

~..~

La táctica de Jimbe había resultado bastante bien. Incluso ese extraño revolucionario de gran cabeza se había unido para ayudar a Ace y Sabo a proteger a Lucy. Pero de un momento a otro, la chica causó sorpresa y conmoción cuando comenzó a gritar y señalar donde el Moby Dick se encontraba.

Ciertamente, lo desconcentró un poco, y apenas tuvo tiempo de eludir varios proyectiles dirigidos a la chica en sus brazos. Pero eso no pareció calmar a Lucy, de hecho, ella veía enojada a un hombre en particular.

"¡Ya detente, idiota!"

Ese grito causó que se detuvieran momentáneamente, mientras miraban la escena en el gran barco. Aparentemente no eran los únicos, considerando que, de un momento a otro, comenzaron a gritarle a Squard insultos y maldiciones, por haberse atrevido a tratar de matar a Barbablanca.

"¿Cómo supiste que Squard atacaría a Oyaji?" Cuestionó Jimbe con asombro.

"Algo me lo dijo…" respondió Luffy como si nada. "Es un tonto", espetó con enojo, mientras veía a ese hombre.

"No te molestes en preguntar Jimbe. Ella tiene buenos instintos y nunca se equivocan", agregó Ace con preocupación. "Al menos la advertencia de Luffy llegó a tiempo, para que Stefan y Whisky actuarán antes de una tragedia…"

Jimbe no dijo algo más, pues parecía que no tendría caso. Así que de inmediato retomaron su carrera, para así llegar al barco. Y cuando estuvieron a punto de llegar, lo inimaginable llegó…

Jimbe repentinamente sintió un calor abrasador y doloroso en el hombro, pero para horror de su poca conciencia, pudo ver un puño de lava atravesarlo, no solamente a él, también el pecho de la chica a la que debía proteger.

Para Ace y Sabo era como si todo estuviera yendo en cámara lenta, mientras corrían a salvar a Luffy, pero solo podían ver completamente impotentes, como ese terrible puño de lava la atravesaba.

Luffy apenas y había podido lanzar un grito, cuando sintió el doloroso ataque. El dolor fue lo suficientemente fuerte, como para dejarla inconsciente casi de inmediato. Solo esperaba que su bebé pudiera salir con vida, pero eso si ella lograba vivir para ayudar…

Y entre la poca conciencia nublada, las voces de Ace y Sabo resonaban preocupadas y por alguna razón, desesperadas…

Pero también podía ver un brilloso camino y escuchar esas voces que durante bastante tiempo, le habían estado advirtiendo tragedias como la de ahora…

"¿Quiénes son…?"

El sombrero de paja salió volando y el relicario y la flor que había estado cargando cerca, se estaban quemando…

Y por alguna razón, ella sentía que poco a poco su vida se quemaba como una hoja de papel con gritos desesperados a lo lejos…

Continuará…

~°ɞ°~~°ɞ°~

NOTAS: Y eso ha sido todo por este capítulo. Si les gustó, les agradecería que me lo hicieran saber con sus lindos comentarios :3

Solo diré lo que tod s piensan… ¡Maldito Akainu!

Por cierto, ¿les gustó la idea de Thatch vengativo y todo oscuro?, la verdad, me encantó la idea, desde que leí una historia en AO3 donde Thatch se come la yami yami no mi y acompaña a Ace a cuidar de Luffy (ella es una sirena) en su vida pirata :3

Próximo capítulo: "La Inocencia Viste De Dolor", donde Ace y Sabo tienen que encontrar ayuda para no perder a Luffy en medio de la guerra…

Por cierto, el próximo jueves primero de Diciembre, es el estreno de mi historia navideña SaboLu, así que para las personas que quieran leer algo de esta pareja, son bienvenidas a leer "Un Curioso Cascanueces"…

En fin, nos leemos pronto…

Chau chau (^3-)/