Capítulo 32:
"La Princesa y el Plebeyo" (Ay, pero que cursi)
Pero el señor Hilton no estaba en África, más bien había llegado al colegio y había pedido ver al joven Weasley "Georgie". Y el chico al verlo, no dejo de verlo como una versión light de Lucius Malfoy. El señor era un poco más alto que él, vestía muy elegante e imponía mucho temor con su mirada gris.
- Señor... me dijeron que quería verme...
- Sí – lo recorrió de pies a cabeza y por un momento, George se sintió intimidado - ¿Sabe usted joven Weasley que tengo una preciosa hija... muy borracha en casa?
- ¿Perdón?
- Mi adorable princesa, se encuentra ebria en nuestra casa, hablando incoherencias y llorando por un tal "Georgie"...
- Señor, le aseguro que yo... que yo jamás le he faltado el respeto a Mia...
- Yo no estoy hablando de respeto jovencito... mi hija, desde que cumplió los catorce y se ha enamorado y desenamorado... jamás había bebido por un muchacho... (yo creo que está exagerando, demasiado, que oso, en serio)
Y George reconoció que jamás había visto a Mia empinar el codo, tal vez tomar una cerveza de mantequilla y eso era todo.
- Yo lo siento...
- ¡Pues no lo sienta Joven, que esto es muy serio!
- ¿A que se refiere? – se sobresaltó George, ni que fuera para tanto que una niña sufriera por amor, y se echara sus alicures pa aliviar la tensión, pues bueno, a veces el alcohol mata a las neuronas del enamoramiento.
- Me refiero a que le exijo que arregle este asunto y hable directamente con mi princesa... no la puedo tener borracha en la casa, acabándose mis botellas de whisky.
- Pe... pero ella no quiso hablar conmigo... se fue...
- Si se niega me temo que tendré que hablar con su madre.
- ¿QUÉ? (¿esta loco, hablar con Molly?)
- No creo que sus padres estén contentos de que un joven mayor de edad, juegue con una niña de casi 17 (¿Mia, una niña? No mam...chen)
- ¡Pero yo no he jugado con ella!
- Usted le rompió el corazón ¿por qué? ¡A la hija de Marcus Hilton nadie le rompe el corazón sin dar una explicación! ¿Acaso mi bella princesa le parece poco?
- ¡No! – gimió George - ¿como cree? Mia es muy bonita...
- ¿Pero entonces? ¿Solo jugaste con ella?
- ¡Jamás señor! (Bueno y a Marcus que le importa... ah, sí... es su hijita)
- ¿Y que diablos estas esperando? – casi gritó - ¡Te exijo que vayas en este instante con mi hija y termines con todo esto! Jane dice que es solo un enamoramiento pasajero, pero para mi es más serio...
Y pues a J.Lo se le había escapado Mia de nuevo, y se había vuelto a empinar otras dos botellas de whisky (que rapidez para embriagarse... ya ni yo lo hago así) y ya andaba hablando aguado y guacareando por algunas esquinas (oigan chicas, jamás hagan esto cuando les rompan el corazón)
- ¡Mia, no lo puedo creer, ya se te había bajado! ¿Qué va a decir tu padre?
- ¿Mi papi? Chaaale... – comenzó a reír – Mi papi no dice nada Jane... ay, que onda, se siente rica la borrachera... y pensar que jamás lo hago en las fiestas de azotea.
- Pues a los elfos que limpian tus porquerías no creo que les de mucho gusto...
- ¡Ay Jane! – de la risa al llanto - ¿por qué George no me quiere?
- Porque eres una pobre boba niña nice – gruñó J.Lo
- ¡Pero yo lo quiero! – comenzó a moquear.
- Ya Mia, no seas caprichosa...
- ¡Dile a George que venga, quiero hablar con él!
- No porque andas muy borracha...
- ¡Dile que venga!
- Auch – se quejó J.Lo - ¡Y pensar que anoche me perdí de estar con Harry otra vez! Y tan rico que hace cuchi cuchi... bueno, cierro los ojos y recuerdo algo de lo que pasó – y se sonrojó de solo acordarse del cuchi cuchi y abrió los ojos muy brillantes - ¡Ay Potter que excitante eres... bueno una fantasía más y ya! – cerro nuevamente sus ojitos.
- ¡Jane! – la interrumpió Mia en sus fantasías.
- ¿Qué madre quieres? – respondió fastidiada.
- ¡Bebe conmigo! – le arrimo una botella.
- ¡No Mia!
- ¡Anda amiga... chupa! (o sea, bebe)
- ¡Ay Mia, es que es muy temprano!
- ¡Anda mala amiga, chúpate conmigo una botellita... a la salud de tu vida sexual porque la mía no se estrena todavía!
- ¡Mia Hilton! ¡Te puede oír tu padre!
- ¡Bebe desgraciada! – se enfureció Mia y a la fuerza le pusó la botella en la boca obligándola a beber. (ajá)
- ¡UUUUUG chica! – protestó J.Lo cuando pudo pasar el whisky sin vomitarlo - ¡Prefiero un juguito alcoholizado!
- ¡Pues a prepararlo! – dijo Mia sonriente y al minuto, llegaba trastabillando con una jarra de jugo.
- ¡Oh no!
- ¡Anda zorra, bebe!
- ¡Mia, no seas tan corriente para hablar y para insultarme! ¿Qué es eso de chupa, desgraciada y zorra?
- ¡Este día me siento muy rebelde, quiero gritar, decir palabras que no he dicho nunca y cosas que no he hecho nunca! ¿qué me dices perra? – y soltó la risotada - ¡Te dije perra JA, JA, JA!
- ¡La perra eres tú Mia! – protestó Jane mientras tomaba el jugo que Mia le pasaba... así que al poco rato, no era una borracha, eran dos.
- ¡Amigota... hagamos un pacto!
- ¿Un pacto?...pus cual mendiga!
- Amiga... amiga del alma - garrapateaba Mia - juremos... hip... que siempre seremos amigas... pero nunca socias...
- ¿Socias? ji, ji... jamás, porque yo no comparto ni compartiré.
- ¡Hagamos un pacto de sangre!
- La manga que... esos pactos los hago cada 28 días y ni por eso...
- ¡Jane Loret!
- Un pacto pero con otra cosita... hip...
- Ya sé, ya sé - y media happy, fue otra vez a la cava (la cual ya se estaba acabando) y sacó otra botella pero de Vodka.
- Y ahí venía de regreso con la botella, una vela roja y una rosa roja.
- ¿Y a hora que? - reía J.Lo
- ¡Primero, llenemos las copas!... anda bebete ese jugo por que te andas deshidratando... jajajaja
- ¡Sa lud! ¿Y luego?
- Ahora sí, lleno tu copa, enciende la vela roja... y hay que desojar la rosa...
- ¡Estás muy borracha Mia!
- ¡Silencio! - tomó un pétalo de rosa -¡Yo Mia Nashandra Hilton... prometo que siempre seré amiga de la zorra esta… digo... de Jane Loret Umbridge... por que la conozco desde los cinco años! - y se comió un pétalo y tomo un trago de Vodka (lo que hace el alcohol)
- ¡Yo J.Lo Umbrigde... prometo ser amiga para siempre de la
mocosa esta, Mia, porque necesita a alguien con criterio para guiarla
por el cámino del bien... JAJAJA... SI YA NO TIENES REMEDIO!
- y se comió otro pétalo y un trago de Vodka...
y
así siguieron pactando, se comían un pétalo y se
tomaban el vodka, una úlcera péptica está en su
futuro.
- Pero al poco rato, mientras ellas bebían, reían y se divertían en la sala, un elfo fue a decirles algo importante.
- Amita, en la puerta hay dos jóvenes que quieren verlas...
- ¿Dos jóvenes? – garrapateo Mia
- ¡Yo voy! – dijo J.Lo entre alegre y medio caminando.
Cuando llego a la puerta, los vio, eran Harry y George, J.Lo pegó un grito eufórico y se prenso a Harry, trepándose encima y besuqueándolo, dejando el sabor a naranja alcoholizada y vodka en sus labios mientras que Harry hacia lo posible por sostenerla y no caerse con su preciada carga.
- ¿Y Mia? – pregunto George medio apenado.
- ¡En la sala, bien jalada! – le sonrió.
- ¡Mira quien lo dice! – exclamó George mientras pasaba. Solo que en la sala, Mia estaba roncando de nuevo.
- ¡Gatito! – le murmuraba J.Lo a Harry mientras lo abrazaba - ¡Que bueno que viniste! George me pidió que lo acompañara...
- ¿Se van a quedar?
- No lo creo – respondía mientras ella lo arrinconaba – creo que regresamos hoy.
- ¡Ay no gatito, quédate y ronronéame un tantito! ¡Todavía te debo dos nombres más!
-¿Por qué bebiste Loret?
- Pus porque Mia me obligó...
- ¡No me digas!
- ¡Ven a mi habitación Potter! – lo jalo la chica de la túnica - ¡Y vamos a ponerle James al niño!
- ¡No me parece correcto! – gemía Harry mientras ella lo jaloneaba.
- No te hagas del rogar, yo se que quieres hacer un poquito de box...
- ¿Box?
- ¡Box Spring... o sea, el deporte de colchón niño! Y mejor coopera, porque quieras o no quieras me voy a comer tus huesitos...
Mientras tanto, George procuraba que Mia despertara - ¡Mia, Mia! ¡Oh niña, estás bien tronada!
- MMMM... Georgie...
- ¿Mia? ¡Soy yo, George!
- ¡Mi amor! – sonrió la borracha... digo, la chica - ¡Viniste!
- Mia, así no podemos hablar, te llevo a tu habitación para esperar a que se te baje un poquito...
- ¡No estoy ebria! – trato de incorporarse - ¡Solo tome una copita! – levantó un vaso de jugo vacío.
- ¿Una copita? – preguntó viendo las dos botellas vacías tiradas en el piso y la jarra de jugo vacía también.
- Sip...
¡Vamos niña! – la levanto en brazos cual muñeca de trapo y se la llevó a su recamara, tenía suerte de encontrar la puerta en donde con letras doradas decía "Mia".
El chico la recostó en la cama, en donde la chica continuo durmiendo mientras que él se sentaba en un sillón, examinando la habitación con la mirada y por su mente pasaban un montón de cosas, esa niña estaba acostumbrada a cosas que alguien como él jamás podría darle...
Pero la que le estaba dando ricos besotes a Potter era J.Lo, quien estaba prácticamente sentada sobre el chico, apapachándolo, arrugándole la túnica, tirando sus lentes y alborotándole el cabello.
- ¿Hacemos cuchi cuchi Harry? (pues esta no andaba tan ebria por lo visto)
- ¿No es muy temprano? – respondía muy agitado.
- Un mañanero no estaría mal ¡no te hagas del rogar! Anda gatito, MMMM ¿no quieres jugar un ratito?...
- Pues ya que... – dijo sin más remedio... (me encanta que mi rey santo se convenza con facilidad...¡Facilote!)
Lo que ellos no se imaginaban era que Marcus Hilton se encontraba en esos momentos en el Ministerio de Magia, hablando con Arthur Weasley...
Me pregunto para que ¿no estará exagerando el señor Hilton? ¿Por qué el interés? Y como seguramente se lo dirá a Molly... la que se armará.
Pero mientras tanto, en el colegio, en la sala de juegos, había una proyección mágica para los chicos de quinto, y todos estaban sentados en sillas, sillones o las mesas, en una de las mesas.
Anthony se encontraba con Padma, pero a su lado y casi pegado, estaba Sakura, y descaradamente, le pasaba un dedo debajo de la mesa, por la pierna del chico, de pronto ya eran dos dedos, tres dedos, cuatro, cinco y si tuviera veinte dedos en una mano todos se los pondría encima...
Cuando Anthony sintió un no sé que, fue cuando la mano de Sakura acariciaba demasiado provocativamente su pierna y como que se andaba desviando del camino y cuando muy colorado le lanzo una mirada, ella con ojos de ensoñación le veía.
- ¡Sakura! – dijo entre dientes - ¡Quita esa mano! – temblaba.
- Nop...
- ¡Por favor! – murmuró, hasta sudando - ¡no te atrevas a subirla más!
- ¿Por qué no? – y la subió, Anthony estaba muy colorado.
- ¡Por favor niña! – chilló - ¿A poco te gustaría que yo hiciera lo mismo? – y se sintió estúpido, porque la miradita que ella le echaba prácticamente le decía todo.
Pero Sakura ya no se aguantó, pues ni que estuviera a dieta, lo jaló hacia ella y lo besó a la fuerza.
Padma primero los vio boquiabierta, así como algunos presentes en la proyección, después sonrió nerviosamente al ver como el chico no se podía safar, y prefirió poner su atención en la proyección, así como los demás, procurando no escuchar los besos tronados que ella le estaba dando a Anthony (es que le andaba succionando las anginas, es un nuevo método quirúrgico pa que lo sepan), y el chico, el pobrecito Anthony, quien de último, mejor bajó la guardia.
Y los que seguían también en pleno faje eran Hermy y Draco, los cuales ya habían cambiado de lugar (que muchachos tan inteligentes) y aunque se seguían insultando entre beso y manoseo, no se separaban sus bocas y sus lenguas, ya hasta sus labios estaban desgastados e hinchados de tanto besuqueo.
- ¡Eres un sucio Malfoy! – decía la chica entre beso y beso - ¡Deja de aplastar mis bubis!
- Maldita sangre sucia – murmuraba bajo sus labios - ¡que buena estas!
- ¡Ay, eres un degenerado como tu familia! – y acariciaba su trasero.
- ¡Para ser muggle eres increíble! – le mordisqueaba el cuello y se seguía con el hombro, medio arrancándole la túnica.
- ¡Que manilarga eres Malfoy, no tienes modales! – decía mientras cerraba los ojitos y el se perdía entre el cuello y el hombro.
- De pronto se abrió la puerta y los mismo niños de tercero que los habían visto anteriormente entraron y vieron la escena sensual.
- ¡Oh, otra ves estos fajándose! – chilló uno.
- ¿No se pueden ir a una celda, a su habitación? – protestó otro.
- ¡Ya no podemos entrar a ningún salón sin verlos haciendo cochinadas!
- ¡Sálganse de aquí! – protestó Malfoy tapando a Hermy, quien ya tenía todo el frente medio descubierto.
- ¡Sucios!
- ¡Váyanse a un motel!
- ¡Largo! – gritó Malfoy y los niños salieron riendo y a toda prisa - ¡Fermaportus! – hechizo la puerta para que nadie entrara.
- ¡Ahora si, síguele huroncito! – dijo Hermy jalándolo hacia ella - ¡A mi ninguno me deja así, a medias!
- ¡Sigo sangre sucia! – y volvía a perderse, ahí donde ya saben... los cabellos rubios de Malfoy se parecían ya a los de Harry por lo alborotado y con un brillo pasional en sus ojos, Hermy también tenia sus cabellos alborotadísimos.
(Bonitos insultos cariñosos...)
- ¡Debería amarrarte de nuevo y untarte chocolate!
- Malfoy alzo la mirada y sonrió maliciosamente – ¿quieres ir a esa habitación Granger? tu también tienes pensamientos sucios... Quiero ir... y mis pensamientos son menos puercos que los tuyos...
- ¡Poca cosa! – le hizo Hermy una seña divertida como diciendo ¡lo tienes chiquito!
- ¡Salvaje! – gruño Malfoy.
- Maldito sangre limpia...
- ¡Muggle resbalosa!
- ¡Engendro del demonio!
- ¡Sabelotodo empalagosa!
Y después de un segundo de silencio, y respirando agitadamente, siguieron besuqueándose y manoseándose hasta el cansancio... y por supuesto que sí, sí fueron a ese cuarto, a embarrarse de chocolate y crema batida... ¡cuanta degeneración hay en sus mentes (¿o es en la mía?... ¡tengo que ir a confesarme porque estoy camino al averno y no quiero condenarme!).
Mia abría los ojos, media mareada, lo bonito que tenia se había perdido entre la maraña de pelo castaño, los ojos enrojecidos y sentía la boca amarga.
- ¡Jane, pásame agua con hielo, me duele horriblemente la cabeza! ¡me siento mal! – chilló - ¡creo que me voy a morir... todo me da vueltas!
- Pues eso se merece por andar bebiendo señorita Hilton...
- ¿Qué? – gruño Mia y al voltear vio a George, sentado en el sillón que la miraba un poco apesadumbrado - ¿George?
- Sí... yo...
- ¡George! ¿Qué haces aquí? ¡Mira como estoy, hecha un desastre, con el pelo espantoso, sin maquillaje y pálida! – gritó la chica.
- Tranquila Mia – se acercó a ella, quien ya se escondía bajo las sábanas – solo quiero hablar contigo sobre lo que paso... – y le bajó las sábanas, pero la verdad era que si era un desastre, la cruda distorsiona la belleza
- No me mires – chi lló – deja que me ponga algo...
- Mia – le quitó el pelo de la cara y miro directamente esos ojos azules tan claros.
- ¿Me quieres George... aun que sea un poquito?
- Sí Mia – sonrió dulcemente – si te quiero... eres una niña linda ¿quién podría no quererte?
- ¡George! – lo abrazó – no te vayas hoy... quédate conmigo esta noche...
- Mia, que te quede claro que yo no voy a hacer nada que te perjudique – dijo el chico muy serio (¡Por fin, por fin un hombre sensato que dice no al s xo salvaje, atrevido y pecaminoso, non santo!)
- ¿Por qué no? – gimió y comenzó a llorar - ¿Por qué no quieres hacerlo conmigo? ¡Entonces no me quieres!
- Mia sí te quiero, pero no por eso te... te... por que tú si eres todavía ¿ver dad?
- ¿Ser que?
- Pues... tú nunca has tenido que ver con... otros chicos...
- ¡AAAAAHHHH ENTONCES...No quieres hacerlo conmigo por que soy virgen todavía y crees que no tengo experiencia y no puedo hacerte feliz y no...! – comenzó a gritar.
- ¡Cálmate Mia! – la abrazó más fuerte, y después la beso tiernamente por largo rato – escúchame bien... te quiero... y por supuesto que quiero tener algo más íntimo contigo pero... no es así nada más...
- ¿Y como los otros...?
- Bueno Mia, cada quien tiene su criterio...
- ¡Pero yo quiero hacerlo contigo! (Necia, ya dijo que no)
George sonrió – Escucha niña, lo haremos cuando seas más racional, no tengas unas copas encima y tengas la mente clara...
- La inteligencia emocional muy poco se me da – sonrió la chica – pero mi virginidad y yo te estaremos esperando... quiero entregarte a la niña y que devuelvas a la mujer... tu mujer... (UUUUHHHH ¿perdón? Yo me quedo corta...)
- ¡Ay Mia! – suspiró el chico entre divertido y sonrojado... pero hablando de gente irracional, sin criterio y más "hot" que el agua hirviendo... o sea, Potter y Jane, el cual acaba de sacarle el segundo nombre a la chica.
Ya saben que Potter ahora es "El Negociador" y le va re bien.
- ¡Ay Dios, ahora sí... ya no puedo más! – se quejaba el chico arrastrándose al sillón, para respirar mejor y medio tapándose con una sábana.
- ¡Ven aquí Potter! – palmeó J.Lo la cama, envuelta en las sábanas.
- ¡Dame un respiró, si no soy una máquina! – protestó mientras jalaba todo el aire que podía - ¡Bien, bien, las que me faltaban... Candace y Camille!
- Pooootter – le llamó cantadito la lujuriosa esa, mala mujer, corruptora de menores – te falta saber quien es la jefaaaaaa...
- Al ratito voy – respondió – solo dame cinco minutos...
