Mi locura, es por culpa de Tu Reflejo

YuGiOh – Joey x Seto x ?

By Kaede Sakuragi

Capitulo 03

Por un momento la habitación se volvió incomoda. El CEO había cerrado sus ojos, dejando que su cuerpo se recostara sobre aquel suelo frió. Sintió apenas la respiración agitada de su secuestrador. Pensar en Joey, les provocaba a ambos, dolor, sufrimiento y malos recuerdos. Había calmado sus lagrimas, cuando se dispuso hablar. Pero el sonido del teléfono móvil, le gano de ante mano.

... – el rubio no dijo nada, solo dejo que el interlocutor hablara – De acuerdo... espérame en cinco minutos – colgó, para luego mirar al ojiazul, fríamente, como si las lagrimas nunca hubieran estado en sus mejillas – Tiene suerte... Señor Kaiba... hoy no lo matare... – se acerco lentamente, sacando de su bolsillo una navaja – Pero... si vuelve a buscarme... lo haré con gusto... – El CEO no demostró nada, ni sorpresa, ni miedo. Sus ojos azules, estaban clavados en aquellos color miel. El rubio, hizo una mueca de desagrado, mientras desasía las correas con aquella arma blanca – Tiene dos minutos para cruzar esa puerta, y salir de este edificio... – le hablo fríamente – No regrese, ni mire hacia atrás... valla directamente a la avenida y tome un taxi hasta la estación... Por su seguridad, hágame caso... – se levanto, para luego darle la espalda.

Kaiba, se incorporo lentamente. Lo miro por un momento, para luego decidir salir de allí. Pero antes de poder tomar la perilla de la puerta principal. Dijo despacio.

Mencionó si realmente era feliz conmigo? – era una pregunta estúpida, sin sentido y fuera de lugar. Pero Seto Kaiba, quería escuchar de alguien que supiera de su relación, y saber cual era la reacción de su cachorro ante ella. Era algo que le debía a su pobre alma, algo que por cobardía o miedo, nunca pudo formular directamente.

... – el muchacho no se movió, ni intento contestarle – Tiene menos de un minuto... Señor Kaiba... aprovéchelo... – el ojiazul, reacciono de la peor forma. Con disgusto y molestia. Se dio la vuelta, para luego sujetar al otro muchacho por los hombros, haciéndolo girar abruptamente. A cambio de eso, recibió un golpe en el estomago, haciéndolo trastrabillar por un momento. Pero el CEO no era fácil de vencer, sujeto uno de sus brazos, para luego con todo su cuerpo, apretarlo contra la pared – Maldito perro ... No juegues conmigo ... No eres nadie para venir amenazarme ... Y querer asustarme con tu discursito de que lo lamentaré ... y el aprecio a mi vida y mi hermano ... y todas esas estupideces ... – Katsuya, intento librarse, pero era inútil, nunca pensó que aquel muchacho castaño, fuera mas fuerte que el.

Suélteme ... Maldito ...! – le propino una patada en el tobillo, logrando así, una distancia prudente entre ellos, para poder volver a golpearlo.

El CEO callo al piso. Al levantarse nuevamente, la ventana estallo en miles de pedazos. El rubio empujo al ojiazul, contra la pared contraria, para luego intentar cubrirlo con su cuerpo. Los estaban disparando desde uno de los edificios vecinos.

Maldición! – grito el rubio. Tomo el brazo de Kaiba, y lo levanto bruscamente – A la cocina ... Rápido! – los disparos no cesaban, parecían hechos por alguna ametralladora o algo parecido.

Ambos muchachos salieron por la puerta trasera, bajando rápidamente por las escaleras de emergencias. Parecían a salvo, pero los disparos volvieron a atacarlos, pero esta vez dándoles a las barandas de metal, haciendo que cada uno de ellos, chispearan peligrosamente.

Katsuya, al llegar al segundo piso, se paro rápidamente de la baranda y salto al otro lado de la gran pared que separaba al edificio de un patio trasero de una casa. Callo como si fuera un gato, perfectamente, sin sufrir algún golpe en la caída. Kaiba lo imito, pero trastabillo y callo abruptamente al aterrizar en el suelo.

Vamos! – el rubio lo tomo nuevamente el brazo, para jalarlo por una calle desierta.

Al doblar al final de esta, unos autos rojos estaban parados obstruyendo el camino. Varios hombres se dieron cuenta de su presencia, y sin miramientos empezaron a dispararles.

Katsuya retrocedió rápidamente, empujando al CEO contra la pared. Estaban rodeados, sin escapatoria.


Había amanecido con un mal presentimiento. Sabia que dejarlo solo, seria muy mala idea. Bufo mirando por quinta vez su reloj, estaba atrasado. Se recostó sobre el asiento de su auto, cerrando sus ojos, tratando de recordar cuando fue la ultima vez que descanso bien.

Hacia mas de dos semanas y media que su compañero andaba como un fantasma. Sin ganas de comer, dormir. Aun recordaba que lo había golpeado, para que lograra quedarse quieto por unos momento. Aunque al otro día casi lo mata en el entrenamiento.

Ahora que lo pensaba, si su amo se enteraba donde estaban ahora, de seguro el castigo seria el peor que todos. No debían desobedecer ordenes.

Miro nuevamente el reloj, ya habían pasado 15 minutos, acaso algo le había sucedido?.

Se bajo del auto, encendió un cigarrillo y empezó a caminar en dirección de aquel edificio alquilado. Algunas jóvenes, que caminaban por ahí, le decían piropos atrevidos, el cual les respondía con una gran sonrisa seductora. Vestía de marrón oscuro, chaqueta de cuero, camisa y pantalones del mismo material. La camisa era de color moka claro. Haciendo juego con el color de cabello. Gafas negras cubrían sus ojos verdes.

Llego hasta una cuadra antes, pero un sonido particular, lo hizo poner en guardia. Camino despacio. Pudo divisar los autos rojos que estaban al final de la calle trasera. Una emboscada.

De sus ropas saco un arma 9 mm, con mira láser. Antes de disparar debía encontrar a su amigo, y rescatarlo. Una sonrisa curvo sus labios, iba a disfrutar torturándolo, recordándole esa ocasión.

Estaba apuntando al que parecía el jefe. Su dedo estaba ya gatillando, cuando el ruido de unas motos lo distrajeron.

UUUUUIIIIIIIIJAAAAAAAAAAAAAA! – apareció de la nada, una Harley, manejada por alguien vestido todo de negro

LA LI OOOOOOOOOOOOOOOOOH! – apareció una suzuki 900, manejada por alguien vestido para una carrera de motos.

Todos en el lugar se sorprendieron, pero no dudaron en empezar a dispararles. Ambas motos doblaron la esquina y se ubicaron frente a los dos muchachos que estaban escondidos. El de la Harley, saco dos armas, y empezó a disparar, mientras el otro les gritaba.

Suban! – pero al ver que ninguno se movía, y era apuntado por el rubio se saco el casco que cubría su rostro – Maldición ... Tu clon de Jo-chan, te tranquilizas ... y tu Seto – señalándolo con el dedo - ... mueve tu trasero si no lo quieres lleno de agujeros ...

Sube ...! – esta vez fue el turno del ojiazul de sujetarlo por el brazo y obligarlo a subir a la moto, quien arranco inmediatamente. Seto monto la otra moto, para luego irse detrás del rubio.

En ese momento, todo fue un caos, los hombres empezaron a correr a los autos para poder seguirlos, pero cuando intentaron arrancarlos, ambos motores empezaron a salir humo. Les habían perforado tanto el tanque como el radiador.

El muchacho que estaba escondido, miro detenidamente la escena, para luego irse cautelosamente. Cuando estuvo alejado suficientemente, empezó a correr hasta el auto, tomó el móvil, y marco el redial. Maldito su suerte. Estaba apagado.

Kat ... espero que estés bien ... si no ... estaremos muertos ...

Arranco el auto, para dirigirse hacia la ruta, debía buscar información de aquellos sujetos urgente. Que lastima que ese distrito era neutral, no tenia ningún informante en el lugar.