Mi locura, es por culpa de Tu Reflejo
YuGiOh – Joey x Seto x ?
By Kaede Sakuragi
Capitulo 07
Un sueño lo estaba atormentando. Un recuerdo ya olvidado.
Flash Back
Las risas eran muy fuertes, contagiando a los que estaban allí, en el parque. Como pequeñas gacelas corrían y saltaban por los distintos juegos, por los caminos de ladrillo rojo, o entre los árboles. Varios niños jugaban juntos, mientras el sol estaba radiante en aquella tarde de verano.
Una madre no podía dejar de sonreír, sus pequeños eran la luz entre todos los que se encontraban allí. Sin dejar de mirarlos, sus ojos empezaron a derramar lagrimas. Se llevo su mano a su pecho, y sin poder evitarlo, empezó a sollozar. Ambos niños se le acercaron, mirándola interrogante, hasta asustados.
- Mami ... porque lloras? – el mayor de los gemelos, tomo sus manos entre las suyas más pequeñas.
- No pasa nada ... Mi hermoso Joey-chan ... – acaricio sus cabellos, tratando de sonreír un poco mas, pero fallando rotundamente.
- Mami ... que sucede? – su otro hijo, se había sentado junto a ella, abrazándola
- Katsuya ... – dijo despacio, abrazándolo fuertemente, llorando aun más fuerte – Perdóname ... – susurro – Perdóname ...
- Mami ...! – dijo el asustado, su madre lo estaba asustando.
- No puedo esperar mas tiempo ... – la vos de un hombre detrás de ellos, los sorprendió a los tres.
- Por favor ... solo un poco mas ... – abrazo al menor de los gemelos, mientras trataba de ocultar al mayor detrás de ella.
- El plazo se expiro ... hace unos días ... – le arrebato al pequeño niño de los brazos – Diga que el Señor Matsaburo ... se ha compadecido de su patética vida ... – ignorando los reclamos, se alejo de allí. Con su preciada carga. El pequeño niño aun gritaba, tratando de liberarse de aquellos brazos.
- Mami ... Mami ... MAMIIIII! - el grito se hizo ensordecedor.
Fin Flash Back – Fin del SueñoDespertó bañado en sudor, su pecho se agitaba abruptamente, trato de impedir que las lagrimas salieran de sus ojos.
Apretó sus puños en aquella frazada la cual cubría su cuerpo, maldito a su madre, a su padre. Hacia ya un tiempo que no tenia esa pesadilla. Se encogió en aquella cama, tratando de mitigar el dolor de estar en ese lugar.
La puerta de papel de arroz fue golpeada suavemente, sacándolo de aquel trance tan doloroso.
- El señor quiere verlo ... – la delicada vos de una de las sirvientas se escucho. No respondió, tampoco la muchacha espero que lo hiciera.
Miro el pequeño reloj que tenia allí, eran pasada la media noche. Suspiro despacio, de seguro le tendría un castigo por su "paseo del día". Se arreglo sus ropas negras, su cabello, y se miro al espejo. Tan distinto a lo que fue una vez, hace ya muchos años.
Camino por los pasillos internos de la Casa Grande. Poseía un estilo japonés antiguo, con sus puertas corredizas, salones de té, y un dojho personal, para el entrenamiento diario de los hombres que vivían allí.
Llego hasta el ala norte, donde se arrodillo frente a una gran puerta, y se inclino en forma de respeto.
- A su servicio ... Amo – su voz era suave y gruesa, irradiaba respeto.
- Pasa, Katsuya ... – corrió la puerta, entrando a la habitación, cerrándola detrás de él - ... Me han informado que estuviste involucrado en un tiroteo en la zona neutral ... – su vos no preguntaba, lo afirmaba. Aquel hombre no lo había mirado en ningún momento, estaba frente a una pequeña mesa, mientras con una pluma fina, escribía kanjis chinos en un pergamino.
- Si ... Amo ... – el rubio no había cambiado su expresión o tono de voz. Eso es lo que admiraba el Señor Matsaburo, su coraje ante cualquier castigo.
- Seto Kaiba ... – dijo despacio, girándose, para observar sus ojos. Sonrió de costado - ... Era aquel muchacho con quien te habías encontrado – volvió a prestarle atención a lo que hacia en aquella mesita – Un muchacho muy perseverante ... altanero y ególatra ... Pero aun así, muy directo y sin miedo a las consecuencias de sus actos. Un defecto estúpido, que podría matarlo ... – aquel hombre decía tan calmadamente las palabras – Katsuya ... – dijo mientras doblaba aquella carta y la depositaba en un sobre marrón, para luego sellarla con unas gotas de cera azul, para luego estamparle un sello de plata. Dejando allí, impresa la figura de un tigre - ... Quiero que te alejes de ese muchacho, y cualquier persona cercana a ella – lo miro a los ojos – Una cosa es que te permitiera ir al funeral de tu hermano, y otra es que ahora, andes con sus amigos - Se levanto de su lugar, acercándose a otra de las puertas, la cual se abrió y dejo ver a un muchacho mas joven que él. Entregándole el sobre y volviendo a cerrar la puerta.
El señor Matsaburo, se acerco al gran futon que había allí, acomodándose sobre unos almohadones, mirándolo detenidamente.
- Desnuda tu torso ... – dijo despacio. El rubio obedeció sin siquiera mirarlo, sabia lo que le esperaba por tal falta – ... Ponte en posición ... - A continuación, hizo sonar una campanilla, la cual le dio el paso a dos hombres en entrar allí.
Sin decir nada, uno de ellos se coloco frente al rubio, tomando sus manos, como evitando que las despegara del suelo, el otro sujeto, de entre las ropas saco un látigo, con varias cerdas de pelo de caballo. Esperando una señal, la cual aprobó aquel sujeto que sonreía desde su lecho, empezó a agitarlo contra la espalda blanca de Katsuya.
No gimió, ni grito, al aumento de los los golpes. Ese era su castigo, ese era por su falta.
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Salió de la sala de seguridad, su rostro estaba pálido, y aun así, estaba corriendo por los pasillos de aquella enorme casa. Llego hasta la planta baja, buscándolos por la gran sala, por el comedor, hasta por el jardín, pero no había rastro de ellos. Corrió hasta la cocina, encontrándose con uno de las muchachas del servicio.
- Dónde esta mi hermana? – dijo agitadamente, mientras apretaba entre sus manos un papel con dibujos.
- La señorita Arala esta en el salón de entrenamiento ... Dijo algo de mostrarla un movimiento al señoriíto Kaiba ...
No dejo siquiera que terminara de hablar, cuando salió de allí corriendo. Atravesó prácticamente toda la casa de una punta a la otra, por los pasillos apenas iluminados por los candelabros antiguos, llegando hasta una gran puerta, la cual empujo sin miramientos.
- Sabia que conocía ese dibujo ... – dijo desesperado, mientras trataba de capturar un poco de aire para sus pulmones
- De que estas hablando Ash ... – la vos de la mujer era algo disgustada
- Hermana ... – le entrego un papel, con unos dibujos y unos nombres, luego se giro al ojiazul, y empezó a explicar – El dibujo, aquel que vimos entre las ropas del chico clon ... pues ... no creerás a quien pertenece ...
- ... – el CEO miro detenidamente la hoja, y solo vio kanjis que no conocía, miro interrogante al morocho.
- Seto ... es el símbolo del Famoso Clan Tigre de China ... Son Yakuzas ... – los ojos azules se abrieron por la sorpresa.
- Esto es malo ... – la mujer que estaba con ellos, murmuro despacio. Para luego mirarlos – Si el hermano de tu koibito esta con esta familia ... Por favor Seto, prométeme que no lo volverás a ver ...
- Explícate...! – su vos fue dura y seria.
- Si tus sospechas están en lo cierto ... y a Joey lo mataron por equivocación ... quiere decir que todo esta relacionado con esa familia ... – lo miro seriamente, dando entender que hablaba muy en serio - ... En otras palabras ... si quieres seguir viviendo ... o proteger a tu hermano ... harás todo lo que yo te diga ... Entendiste ... Seto Kaiba! ...
El silencio se hizo incomodo en aquel lugar, lo cual la morocha supo que entendía el CEO sus palabras, se podía observar como sus nudillos se volvían blancos de tanto apretar sus manos.
Arala, la hermana mayor de los gemelos, se dispuso a salir de allí, dejando al ojiazul molesto por la impotencia.
- Me atas de manos para que yo no pueda hacer nada ante el hermano de Joey ... – murmuro despacio, sabia que ella lo escucharía. Lo cual se confirmo cuando se dio vuelta y le sonrió.
- Te he dicho, Seto Kaiba ... – con una sonrisa mayor, salió de allí, pero no antes de terminar de la frase - ... Pero ... acaso se lo prohibí al Dragón?
Aquella habitación como por arte de magia se veía más iluminada, ambos muchachos se vieron a los ojos, y sonrieron.
- Debemos buscar a Shirou, de seguro ya habrá llegado ...
Salieron de allí, con una idea y un medio plan.
Alguien había atentado contra Katsuya, y debían averiguarlo. Habían matado por error a Joey, y eso no lo perdonarían.
No mas tarde, tres figuras salían de aquella gran mansión. Dos vestidos de negro de pies a cabeza y otro, con su traje Armani azul. Iban a dar un paseo nocturno.
