IX

Simplemente desaparecer de repente, simplemente despertar para que de pronto se encontrara en una cruzada de la que ni remotamente pensó en formar parte. Ayer era un día normal, uno de esos que son tan cotidianos que se puede jurar que nunca se acordaran de ellos, pero algo pasa, algo pasa que ese día se convierte en algo inolvidable aunque que más se preferiría que olvidarlo para siempre, enterrarlo en lo más profundo de la mente.

El cielo estaba oscuro, negro en su totalidad, nada de luz podía penetrarlo, era un lugar al borde de la agonía sin nada más que arena manchada de sangre, llena de huesos y metal con un olor enrarecido. Cerca de ahí estaban las ruinas de aquello que alguna vez represento la cúspide de la civilización y del avance de un planeta que ahora estaba moribundo, las ruinas de varios edificios de múltiples pisos, de compleja arquitectura ahora casi deshecha por los embates del tiempo y de un ambiente en el que al parecer nada podía permanecer de pie por mucho tiempo.

A unos metros de ahí, una estatua alada sin cabeza, sosteniendo algo sin forma y a sus pies un arrollo al borde de desaparecer, con su débil fuerza golpeteaba en su camino como la sangre de un moribundo pasando por las venas, aun tratando de dar vida.

Y de una luz entre tanta oscuridad emergieron siete sujetos, algunos similares otros no tanto pero todos iban por la misma empresa.

La luz era demasiado intensa, los ojos de todos aquellos guerreros se cegaron por unos momentos y tardarían en recuperarse por varios minutos, menos los ojos de uno de los jóvenes príncipes, menos los ojos del príncipe Goten, cuya vista se adapto a la oscuridad rápidamente, y de la misma manera miro todo a su alrededor mientras los demás aun seguían cegados por el resplandor. Al contemplar tan triste paisaje Goten no pudo más que pensar en que el planeta era de lo peor, estaba demasiado muerto, demasiado negro, no le agradaba en nada; pero ¿qué mas se le podía pedir a este joven cuyo único planeta conocido era Kakarotto? Ahí en el planeta donde el aire es puro y la vida esta presente en cada uno de sus rincones, ahí donde el pasto es mas verde que en ningún otro lado y donde los lagos son los espejos del cielo. Goten quiso decir lo que pensaba de ese planeta en voz alta, decir que estaba podrido, no lo hizo, por primera vez algo en la cabeza de este impulsivo príncipe que se dejaba llevar por el momento y por las circunstancias casi sin razonar le dijo que lo mejor era no ser impulsivo, que lo mejor seria esperar y así lo hizo.

Poco a poco todos recobraban la vista para mirar lo mismo que momentos atrás Goten vio, el deplorable paisaje, los huesos tirados en la arena en el medio de lo que parecía ser la nada.

La gran mayoría no pudieron mas que sentir lastima, todos menos uno de ellos, el rey de Vegeta acostumbrado desde su niñez a este tipo de cosas, en sus tiempos de guerrero y de conquistador llegaba a planetas como este o dejaba a los planetas como este.

¿Qué lugar seria este?

-Este lugar es Beagle

-¿qué dijo señor Ten Shin Han?

-príncipe Gohan, yo recuerdo a este planeta he estado aquí antes con mi rey Chaoz cuando la nave real se averió y tuvimos que bajar hasta aquí, un niño nos ayudo a irnos

-Este lugar parece deshabitado- dijo Gokú seriamente- ¿hace cuanto que tu y el rey vinieron aquí?

-Hace como unos 5 años; pero créame señor si hay habitantes pero estan escondidos

-¿y por que se esconden?- pregunto Goten

-Porque aquí príncipe solo la guerra existe, aquí solo existe la ley del más fuerte no hay ninguna otra.

-¿guerra entre quienes?

-no sabría responderle príncipe Trunks, no tengo una idea clara, aquel niño no quiso decir nada sobre sus enemigos cada vez que se le hacia una pregunta se ponía nervioso y comenzaba a agitarse

-Así que aquí hay guerra pero quien sabe entre quienes- dijo Cell- estamos comenzando bien

-Todavía seguimos aquí todos por lo que veo- interrumpió Vegeta, ansioso porque todo fuera más de prisa, de todos ellos probablemente era este orgulloso rey el que más interesado estaba en encontrar las esferas, para él esto no era una aventura como lo era para Gokú y sus hijos, ni tampoco era un deber como para Cell y Ten Shin Han, para el rey Vegeta el encontrar esas esferas era una esperanza de encontrar a su pequeña, cada esfera era un paso más hacia ella y cada minuto perdido, para el era eterno.- como dijo la mujer, será mejor dividirnos ahora para no seguir perdiendo nuestro tiempo, no es momento para estar desperdiciándolo

-¿y quien va con quien?- pregunto Goten pero nadie le respondió y así pasaron unos minutos hasta que alguien pensó en algo y pregunto

-¿qué regiones debemos abarcar?-

-Según el radar- dijo Trunks mientras lo sostenía entre sus manos- hay 3 esferas en Tanathos, 2 en la región  (mu), 2 en la región  (delta) ¿qué piensas Gohan?

-Debemos dividirnos en 2 equipos y cada uno debe buscar dos esferas...veamos es mejor que nos dividamos de este modo: mi padre, el rey Vegeta y Ten Shin Han deben tomar la región  y el príncipe Trunks, mi hermano, Cell y yo tomaremos latodo aquello estaba bien pensado por aquel hombre tímido que rara vez decía lo se le venia a la mente por el miedo a la desaprobación y en ocasiones por el miedo a la burla, mas esta vez por alguna razón supero esos miedos por demás injustificados, esta vez haría que su voz fuera escuchada; pero dos de los presentes no estaban de acuerdo con un simple principito de un planeta como Kakarotto tomara el control, sin embargo solo fue uno de ellos el que lo dijo en voz alta, el otro prefirió callar

-Oye tu...Conan- dijo Cell

-Si te diriges a mi, mi nombre es Gohan

-No me interesa, solo quiero saber quien demonios te puso al mando

-Nadie, pero es cierto que nadie aportaba ninguna idea, así que yo tenia que empezar a decir algo y de paso algo inteligente, usted no estaba aportando nada, pero si no le gusta que yo diga que es lo que se debe hacer, le aconsejo pedirle a Raleight que desea volver a su planeta señor Cell

-Muchacho insolente- vocifero el bioandroide ¿qué le pasaba a este muchacho? Un idiota sin duda, que sabia él del orgullo de un guerrero ¿cuántas veces había peleado por su honor? Por su cara pareciera que ninguna, si es que le gustaba pelear.

Cell no podía volver a Ingolstad sin haber completado la misión para la que fue mandado, seria una vergüenza, una señal de cobardía de su gente y de todo el planeta, no, volver sin siquiera haber empezado no era una opción, como la máxima creación del doctor Gero no podía permitir que ese acto fue visto por la población de su planeta y mucho menos por su creador. Cell no volvió a mencionar ni una palabra más eran demasiadas humillaciones para un solo día.

De esa manera partirían en la búsqueda de siete esferas, una búsqueda contra el tiempo y contra la maldad, tratar de devolverlas a un estado original en el cual estan libres de ambición. Tras las palabras de Gohan, se acordó seguir lo que el joven príncipe había ideado, de esa manera seria mejor, el príncipe lo había pensado bien, en la región estaba Beagle, el planeta en el que según Ten Shin Han había una guerra sin cuartel y que al parecer tampoco se le vislumbraba un fin, que mejor que dejar ahí al considerado el mejor guerrero y al considerado el mejor general y estratega. En la región las cosas eran diferentes, aunque no por ello menos difíciles. Aquella región era considerada la región de los planetas extremos, así como podían encontrarse con el planeta más caliente que existiese de la misma manera podrían encontrarse con el planeta más frió del universo, que mejor que 3 jóvenes y un bioandroide para aguantar tales condiciones tan extremas. Sin duda la idea del príncipe Gohan era excelente, Trunks enseño a Gokú a manejar el radar como se lo había pedido anteriormente de cualquier manera, Vegeta no estaba muy interesado en llevarlo consigo, que lo hiciera mejor el rey campesino ya que tan ansioso estaba.

Fue Trunks quien menciono las coordenadas, de la región delta a la que debían de ir, al terminar sus palabras una luz los envolvió y desaparecieron. Gohan, Goten, Cell y Trunks, dejando a los otros en Beagle para que comenzaran su Vaya que este lugar esta muy descuidado- dijo el rey Gokú mientras caminaban por el lugar, miraba a todos lados tratando de familiarizarse con el lugar, no estaba muy acostumbrado a ese tipo de parajes a pesar de que había visitado multitud de planetas, si alguno debía llevarse el premio al mas devastado este era, saco el radar para cerciorarse de que iban por buen camino y así era, todos estaban demasiado como un relámpago emergió de él para desaparecer poco tiempo después.

Vegeta estaba serio y Ten Shin Han parecía estar triste, aunque a Gokú no le extraño la expresión de ninguno de los dos, desde que los había conocido las tenían.

Gokú sintió una sensación diferente, se le había metido arena en las botas, no podía detenerse para sacarla, el tiempo era demasiado valioso, solo pensó que lo mejor seria continuar por este planeta que le daba lastima la misma que sintiera alguna vez cuando tenía 12 años, cuando después de regresar de pescar se encontró un bosque en llamas, que despedía un singular olor, el olor de cadáveres que se achicharraban entre las llamas, eran los cadáveres de todo un pueblo que se negó a pagar los altos impuestos del caprichoso Red, el castigo de este osado pueblo fue la muerte en manos de la patrulla roja, desde ese momento Gokú decidió que acabaría con ellos para siempre y lo hizo.

-Alguien nos mira- dijo el rey Gokú sintiendo una mirada encima, no solo una sino varias, no les quitaban los ojos de encima, sus otros dos compañeros se detuvieron en seco esperando algún movimiento.