Hola a todos, aquí estoy otra vez. Sé que he tardado un poco, pero es que hay que estudiar, Aunque hoy he decidido tomarme el día libre antes de volver a la carga.
Aquí tenéis una nueva entrega de mi fic, espero que sea de vuestro agrado.
Terminología:
Ane: Hemana mayor (propia)
Danna: amante y benefactor de una Geisha
Futon: Cama japonesa (Aunque yo diría saco de dormir)
Geisha/Geiko: Son consideras Artistas y Artesanas, dominan el arte en múltiples campos.
Geta: Sandalias japonesas
Gion: En este lugar se concentraban un gran número de okiyas. Digamos que es algo así como el barrio de las Geishas
Kimono: Traje típico japonés.
Maiko: Un geisha del aprendiz
Mizuage: Ceremonia en la cual una Maiko deja de ser virgen. El Mizuague es necesario para convertirse en una Geiko. (El tema del mizuage no es como Arthur lo relata en su libro, o como lo tratan en la película. Tiene que ver más con el Danna que con la venta)
Obi: Se trata de esa 'faja' que ata el Kimono.
Okiya: Casa de Geishas.
Okāchan: Mamá
Okasan: Madanes que se encargaban de Okiya
Oneesan: Hermana mayor y Geisha que instruye y se encarga de una Maiko
Otōto: hermano pequeño
Otōchan: Papá
Sake: Bebida alcoholica de arroz fermentado.
Shamisen: instrumento japonés de cuerda
Tabi : Calcetines
Yakuta: son los Kimonos de estar por casa, están hechos de algodón mientras los Kimonos son de seda.
Dos semanas había transcurrido desde que Usagi entregó los Ekubos, y estos ya tenían su efecto. La puja por el mizuage de la rubia comenzó tan solo dos días después. Para la sorpresa de Luna su sobrino no había sido quién comenzó la puja, de hecho ni si quiera había mostrado ningún interés en hacerlo, algo de lo que la joven era completamente ajena. La persona que comenzó no fue otro que Seiya Kou, seguido muy detrás por Keamon Kuroi (que quiere decir negro), cierto es que más varones se metieron en esa puja, pero la competición básicamente era entre los dos varones citados.
Como era habitual, Usagi hoy atendía una fiesta en una de las casas de té, juntó a su hermana mayor Naoko y su amiga Naru. Su vida era una vida con la que había aprendido a vivir, las pretensiones y sueños que ella tenía cuando era pequeña se habían esfumado. Había aceptado que su vida era esta, y que sí su condena era estar tras una mascara blanca, lo llevaría de la mejor manera con la que se puede llevar una mascara, con dignidad.
La fiesta era en honor de Toshi-san, el Danna de Naoko, era su cumpleaños y sus amigos decidieron darle una fiesta en su honor. Entre esos amigos estaba el señor Chiba, el cual acudió sin su hijo, algo que no paso desapercibido por ninguna de las tres mujeres.
"Chiba-san es un placer volver a verle" comentó Usagi entre risas, pues el varón había contado una anécdota la mar de divertida.
"Muchas gracias Hoshi-san, también es un placer para mi, y creo que también para es resto, estar en compañía de tres mujeres como vosotras" replicó el varón.
"Ya entiendo porque su mujer acabo enamorándose de usted. Estoy segura que la cubrió de halagos.."
"Lo sigo haciendo Hoshi-san, lo sigo haciendo. Mi esposa es una mujer maravillosa, no sé que haría sin ella. Además gracias a ella tengo las cosas más importantes en mi vida, ella es una y otra son mis hijos"
"Venga Chiba deja de molestar a la chica. Si tanto quieres a tú mujer ve con ella y deja a los demás disfrutar" dijo Toshi, al cual Naoko le servia más Sake.
"Por cierto Chiba-san¿donde está su hijo? el suele acompañarle a todas las fiestas a la que usted acude." Preguntón Naru.
"Mi hijo ha vuelto a Estados Unidos para continuar con sus estudios y para casarse con su prometida" dijo el varón mirando a su cuñada, la cual observaba la reacción de Usagi.
"Oh" contestó Naru. Esa no era la respuesta que se esperaba, de hecho ninguna de las tres féminas se la esperaba.
"Espero Chiba-san que le haga saber a su hijo, que le deseamos lo mejor…. En su matrimonio" comentó Usagi, la cual estaba luchando por contener las lágrimas y mantener la serenidad.
El cabeceo en señal de afirmación. El no quería que las cosas fueran de esta manera, él sabía que la muchacha que estaba sentada a su lado sentía algo por su hijo, y que ahora su corazón debía estar roto en pedazos. Durante el corto periodo que la conocía, la joven se había convertido en su segunda 'hija' y ahora le mataba tener que darle la noticia del la partida de su hijo, y más aun cuando la mujer escogida por su hijo para pasar el resto de su vida, no era de su agrado.
Cuando llegó a casa la rubia no pudo aguantar más y rompió a llorar desconsoladamente. Naru y Luna no sabían que hacer, porque no había nada que estuviera en su mano para que a la joven se le pasara el dolor. Solo el tiempo le ayudaría a sanar la herida que el joven Chiba había dejado en su corazón.
"Luna, no había pujado en mi mizuage ¿verdad?"
"No Usagi, no lo había hecho. Y quiero que sepas que no sabía nada, de otro modo nunca te hubiera animado a…."
"Lo sé"
"Será mejor que vayas a dormir, mañana te sentirás mejor" comentó la Geisha, a su maiko.
Pero dormir no hizo que la muchacha se sintiera mejor, de hecho a la mañana siguiente se encontraba mucho peor. El amor es un sentimiento antagónico, tan bonito y excitante cuando somos correspondidos y tan triste y agonizante cuando no lo somos. Durante la semana que precedió a la noticia del matrimonio de Mamoru, Usagi se había convertido en un zombi. No, comía, apenas dormía, lo único que hacía era llorar y llorar consumiéndose más en su pena y en su angustia. Ni si quiera había atendido su trabajo en las casas de té, Naoko la había disculpado diciendo que estaba enferma, algo relativamente cierto pues estaba enferma de mal de amores.
Durante toda esta semana, tanto el señor Chiba, como la Señora Chiba se habían preocupado por el estado de la joven maiko. Ninguno de los dos estaba feliz con la situación, sabían que su hijo había dado esperanzas a la muchacha y por miedo a enfrentarla se marchó sin decir nada, dejando a su padre la tarea de romper el corazón a la pobre.
Tras la semana de luto, por la perdida de su amor, Usagi volvió a su trabajo. Mucho más delgada y mucho menos alegre, aunque muchos parecieron no darse cuenta. Uno de ellos era Keamon, el cual estaba completamente obsesionado con la joven maiko, la cual quería conseguir a toda costa, y para ello pujaba grandes sumas de dinero. Aunque el no contaba que había otro hombre que estaba dispuesto a luchar hasta el final por la joven.
Ese hombre era Seiya, el cual iba a la cabeza, y no perdía ninguna ocasión en pasar tiempo en la compañía de la muchacha.
Con motivo de su 27 cumpleaños el varón celebró una fiesta por todo lo alto, y como invitadas de lujo se encontraban las mejores Geishas y maikos de todo Japón y entre ellas claro está, Usagi y compañía también estaban presentes.
De hecho se encontraba hablando con uno de los invitados, cuando Naoko se acerco y le susurró al oído.
"Usagui-chan, Seiya-san desea ir al baño ¿Puedes acompañarle?"
"Claro que sí Oneesan (hermana mayor)" Y tras hacer una reverencia de respeto, algo que los orientales todavía no han perdido. Se marcho en busca de Seiya, para acompañarlo al baño. No estaba muy lejos de donde ella se hallaba, así que lo encontró enseguida.
"Seiya-san"
"Aquí está mi meiko favorita, acompáñame. Porque no querrás que me caiga y me mate"
"Claro que no Seiya-san. Dejeme ayudarle"
Con un poco de habilidad y paciencia, Usagi consiguió que él varón alcanzara su destino, aunque la cantidad de alcohol que tenía en sangre dificultaba mucho la tarea de la joven meiko.
Seiya había estado toda la noche bebiendo y bebiendo, como si en su estomago tuviera una esponja que absorbiera el contenido de las copas. Y aunque estaba acostumbrado a beber debido a las continuas fiestas de Geishas que frecuentaba, hoy había sobrepasado la barrera. Porque la celebración era doble, primero su cumpleaños algo que siempre es motivo de celebración, y segundo que el iba a ser el encargado de desflorar a Hoshio
"Hoshi, supongo que ya sabrás que será conmigo con el que tendrás tú mizuage"
"Seiya-san, no hay nada decidido todavía. No es bueno cantar victoria antes de tiempo, el sino se puede torcer…."
"¿Acaso insinúas algo?"
"No pretendo insinuar nada Seiya-san, simplemente digo que no es bueno celebrar las cosas antes de tiempo, porque puede que luego no ocurra"
"Sí va ocurrir ¿me oyes?" Dijo Seiya mientras acorralaba a Usagi en una pared.
"Seiya-san cálmese por favor" intento relajarlo la rubia
"Tu mizuage va a ser mío. De hecho….. creo que lo tendré ahora"
"Seiya-san por favor cálmese, me está asustando"
"No tienes nada de lo que estar asustada" decía el varón mientras acariciaba la piernas de Usagi por encima del Kimono "Tú solo tienes que relajarte y disfrutar, del resto me encargo yo…" Seiya intento besarla, pero ella retiro la cara.
"Seiya-san por favor no haga esto. Sí es cierto que va a ser quien gane mi mizuage espere hasta entonces…" suplico la meiko, con la lagrimas ya en sus ojos.
"No quiero esperar. Como tú misma has dicho puede que pase algo y no sea yo quien disfrute de ese placer" Seiya condujo sus manos a su espalda para deshacer el obi de su kimono. Aunque con la cantidad de alcohol que el pelinegro había ingerido le resulto una tarea ardua complicada.
"Seiya-san vuelva en si, no puede hacer esto"
"Cállate" y le propino una buena cachetada en su cara "esto te enseñará quien manda aquí. Las geishas solo hablan cuando se les ordena, y yo no te lo he permitido"
Usagi ya no podía aguantar más y rompió a llorar, mientras que Seiya procedía a realizar su violación.
"¿Hoshi-san?" preguntó una voz femenina. Pero ni Seiya ni Usagi lo escucharon.
"Seiya-san ¿que cree que está haciendo?" pidió Naoko la cual había llegado donde se encontraba su discípula y amiga junto a uno de sus clientes.
"Luna" susurro Usagi al ver a su hermana mayor.
"Déjala en paz, ella no merece que le hagas eso, ninguna mujer lo merece."
"¿No merece el que¿Perder su mizuage? Si después de todo iba a ser conmigo con quien va a tener su mizuage." Replico el pelinegro el cual tenía problemas para mantenerse en pie.
"Eso ya lo veremos. Hoshi, ven conmigo" Usagi fue con Naoko, la cual la abrazó y se dispusieron a marcharse.
"Seré yo quien tenga su mizuage, no hay nadie que pueda ganarme" y tras eso Seiya se calló al suelo.
"Le diré a otra Geisha que venga a recogerlo" dijo Naoko "Ahora nos vamos de aquí. Siento mucho todo esto Usagi-chan, de veras que lo siento"
Usagi simplemente asintió con la cabeza ya que no podía hablar.
"Usagi-chan" exclamo Naru al ver a su amiga "¿Qué es lo que ha pasado Oneesan?"
"Seiya a intentado tomarse el privilegio de otorgarse para el mizuage de nuestra Usagi. Vayámonos de aquí, no tenemos nada que hacer aquí, y tampoco es bueno para Usagi."
"Está bien"
Tras la salida de la casa de Seiya, Luna tomó la decisión de que Usagi pasara unos días en casa de su hermana. Y es que tras los hechos ocurridos con Seiya esta tarde, pasarían unos días hasta que volviera a estar bien. Y ni ella ni Naru podrían ocuparse debidamente de su hermana, y ahora ella necesitaba todo el cariño que le pudieran dar.
Seiya y la familia Chiba vivían muy cerca, por lo cual tras andar durante unos minutos llegaron a la casa.
"Luna¿que es lo que acorrido?" pidió Setsuna al ver el aspecto de Usagi, la cual tenia todo el maquillaje corrido por culpa de las lagrimas.
"Seiya-baka ha intentado violar a Usagi" contesto Naru la cual estaba muy enfadada.
"Válgame Dios, pobre niña. Usagi ven conmigo vamos a limpiarte la cara" Setsuna la cogió del brazo y la guió a una habitación, pero Usagi no se enteró de ellos ya que andaba de manera autómata. Naru preguntó a Luna si podía acompañarlas, y tras escuchar que no había ningun problema que las acompañara, se fue con su amiga.
"¿Luna-san que es lo que haces aquí? Pidió el señor Chiba. "¿De visita?"
"Podemos hablar gikéè (Cuñado)" pidió Luna .
"Claro que sí, sígueme a mi estudió"
"Usagi no tienes que preocuparte, todos estamos aquí para ayudarte" dijo Naru, mientras apretaba la mano de su amiga.
"Gracia" mormuro Usagi muy, muy bajito que casi era inaudible.
"No tienes que dar las gracias, Usagi. Todos aquí te queremos, y es lo mínimo que podemos hacer después de lo que te ha pasado" comentó Setsuna
"Ese Baka, cerdo…"maldijo la joven Meiko que la ayudaba.
"Naru-san, esas palabras son demasiado feas para que salgan de la boca de una mujer como tú." Le regaño la pelinegra "Aunque no voy a negar que estoy de acuerdo contigo."
Naru cogió el paño que había dentro de la palangana con agua que Setsuna dejo sobre el suelo, y comenzó a limpiar el maquillaje de su amiga.
"Usagi-chan, siento no haber podido hacer nada para evitar esto….."
"Naru, no es culpa tuya" dijo la rubia intentando consolar a su amiga.
"¿Qué es lo que paso…?"
"Luna me pidió que lo acompañara al servició. He hice lo que me pidió, aunque fue muy difícil porque estaba completamente ebrio. Cuando llegamos empezó a hablar sobre mi mizuage y que el iba a ser quien ganaría. Yo le dije que no se podían celebrar las cosas antes de tiempo, y…"
"Y entonces decidió tomar lo que el cree que le corresponde" acabo Setsuna, que traía algo de ropa para que Usagi se cambiara.
"Sí, eso. Intento besarme y desabrocharme el Kimono aunque no pudo hacerlo"
"Está bien ya todo paso, ahora es mejor que te cambies de ropa y descanses. Aquí tienes ponte esto"
"Gracias"
"¿De que quieres hablar, Luna-san?"
"Me gustaría que Usagi, pasara unos días con vosotros"
"Claro, ningún problema. ¿Pero no tiene trabajo?"
"Sí que tiene, pero no creo que después de hoy pueda a volver al trabajo mañana"
"¿Qué es lo que ocurrido?"
"Seiya-San a intentado obtener su mizuage por la fuerza"
"Ese bastardo, arrogante. Como si la pobre chica no tuviera ya bastantes penas"
"Por favor cuidad de ella" rogó la mujer
"No te preocupes lo haremos. Esa niña es como una hija para mi"
"Lo sé, tiene algo especial que hace que todo el mundo la quiera. Lastima que Mamoru no piense lo mismo"
"Creó que él también lo piensa, pero su sentido del deber es muy fuerte. Y su deber ahora es para con su prometida"
"Aquí esta el té okàchan" dijó Rai mientras le deba la bandeja a su madre.
"Gracias hija, tomate una taza de té Usagi, seguro que te deja como nueva"
"Muchas gracias Chiba-san" contesto la joven mientras cogía la taza.
"No me llames Chiba-san, creo que hay confianza llámame Setsuna"
"Está bien Setsuna-san"
"¿Se puede?" pidió el señor Chiba
"Sí otochan, pasa." Contesto Rai mientras abría la puerta
"Muchas gracias hija. ¿Usagi como estás?"
"Bien" mormuro la joven
"Me alegro. Veras Luna y yo hemos estado hablando y hemos llegado a la conclusión que vas a pasar unos días aquí con nosotros"
"No deseó ser un estorbo, además tengo trabajo que atender…"
"Usagi, has pasado últimamente por mucho, necesitas descansar. Sé que eres fuerte, pero no quiero que te vengas a bajo. Por favor quédate unos días y cuando te encuentres con fuerzas vuelve a casa" Dijo Luna mientras se sentó de rodillas al lado de Usagi y la cogía las dos manos.
"Está bien, me quedaré"
"Luego no te vas a querer ir, de eso me encargo yo" bromeó Rai "Siempre he querido tener una hermana"
"Rai, Usagi se queda para descansar no para agotarse más de lo que está" bromeó el señor Chiba. Aunque la verdad que la rubia si que estaba algo agotada y es que desde que se enteró de la boda de Mamoru el conflicto de emociones, el trabajo había hecho mella en su salud, la cual estaba un poco debilitada, incluso había llegado a desvanecerse en un par de ocasiones.
"Nosotras tenemos que marcharnos, se hace tarde y tenemos que volver a Kyoto. Cuidar mucho de Usagi"
"No te preocupes imōto (hermana menor), creó que sabré cuidar de ella, después de todo he criado a dos hijos"
"Cierto, Usagi, nos vemos pronto cuídate" dijo Luna mientras abrazó a la rubia.
"Volveré pronto"
"Eso, vuelve pronto que te echaré mucho de menos" dijo Naru mientras también abrazaba a su amiga.
"Naru no tan fuerte que no puedo respirar"
"Perdón"
Y con eso las dos mujeres marcharon rumbo a Kyoto, sin la meiko más prometedora, pero con una solución de lo más satisfactoria para uno de sus problemas.
Y hasta aquí el nuevo capitulo, espero que os haya gustado. Espero vuestras opiniones.
