Terminología:

Ane: Hemana mayor (propia)

Danna: amante y benefactor de una Geisha

Futon: Cama japonesa (Aunque yo diría saco de dormir)

Geisha/Geiko: Son consideras Artistas y Artesanas, dominan el arte en múltiples campos.

Geta: Sandalias japonesas

Gion: En este lugar se concentraban un gran número de okiyas. Digamos que es algo así como el barrio de las Geishas

Kimono: Traje típico japonés.

Maiko: Un geisha del aprendiz

Mizuage: Ceremonia en la cual una Maiko deja de ser virgen. El Mizuague es necesario para convertirse en una Geiko. (El tema del mizuage no es como Arthur lo relata en su libro, o como lo tratan en la película. Tiene que ver más con el Danna que con la venta)

Obi: Se trata de esa 'faja' que ata el Kimono.

Okiya: Casa de Geishas.

Okāchan: Mamá

Okasan: Madanes que se encargaban de Okiya

Oneesan: Hermana mayor y Geisha que instruye y se encarga de una Maiko

Otōto: hermano pequeño

Otōchan: Papá

Sake: Bebida alcoholica de arroz fermentado.

Shamisen: instrumento japonés de cuerda

Tabi : Calcetines

Yakuta: son los Kimonos de estar por casa, están hechos de algodón mientras los Kimonos son de seda.


Hoy es día 30 de junio, el cumpleaños de Usagi. Y para este día Mamoru le había preparado una sorpresa, aunque para ello era necesario, que la joven Geiko se levantara.

"Ohayô Gozaimasu (Buenos días) es hora de despertarse bella durmiente"

"Ummmm solo un poco más"

"Es hora de levantarse. Además tengo una sorpresa para ti, así que en píe" dijo Mamoru mientras le quitaba las sabanas.

"Ehhhhhh, no hace falta que te pongas así. Esa no es forma de tratar a una mujer"

"Bueno, sino fueras tan dormilona no tendría que hacer eso"

"Si me hubieras dejado dormir por la noche no estaría tan cansada"

"Cierto. Como ya estás despierta vístete, tenemos que irnos"

"¿Ha donde vamos?"

"Es una sorpresa de cumpleaños"

"Te has acordado." Dijo excitada la joven "Un momento yo no te he dicho cuando es mi cumpleaños"

"Tú no, pero mi padre sí. Ahora vístete" el muchacho se disponía a abandonar la habitación para que la rubia se vistiera, pero al llegar a la puerta se paro y dio la vuelta.

"Por cierto, no te pongas ni la peluca ni el maquillaje"

"¿Por?"

"Hoy es el día de Usagi Tsukino, no de Hoshi. Te espero abajo"

Cuando Mamoru se marcho, Usagi salió de la cama y se puso el Kimono que él chico le había regalado. Y es que desde su rencuentro, Mamoru había hecho todo lo que estaba en su mano para compensar el dolor que la muchacha sufrió a su partida.

El Kimono era de seda Verde de brote (Ya sabéis ese verde más clarito y vivo, que tienen las plantas cuando nacen) con pequeñas flores bordadas en una de sus mangas y en los bajos, su reverso era amarillo. Un kimono sencillo pero muy hermoso que un día perteneció a la Geiko Naomi, que no es otra que Setsuna la madre de Mamoru, aunque esto Usagi no lo sabe.

Tras vestirse y peinarse, Usagi bajo a reunirse con el varón, él cual estaba esperando al final de la escalera.

"Veo que llevas puesto el Kimono que te regale"

"Dado que hoy es mi día especial, merece que lleve puesto algo especial.Además no puedo desaprovechar la ocasión para estrenarlo."

"Estrenar, estrenar…" Dijo Mamoru, mientras ambos salían de la casa

"¿Me vas a decir de donde lo has sacado?"

"No"

"¿Y donde vamos?"

"Te he dicho que es una sorpresa. No querrás destrozar tu regalo de cumpleaños"

"Joooooo" protestó la joven, y su acompañante no pudo evitar sonreír.

"Era de mi madre"

"¿Qué?" Preguntó Usagi porque no se había enterado

"He dicho que el Kimono era de mi madre, de cuando era Geisha"

"¿Queeee?" pidió sorprendida la chica "¿Ella lo sabe¿No se ha enfadado¿No seria mejor que se lo quedara Rai?"

"Sooo, no tantas preguntas a la vez ¿Quieres?. Primero mi madre lo sabe y le parece bien que te lo haya regalado y en cuanto a Rai…. Creo que ya tiene suficiente con su parte de los Kimonos"

"¿Su parte?"

"Cuando mi madre dejo de ser Geiko, como ella dice, le dejo 3 kimonos a tia Luna y el resto se los llevo consigo. Cuando mi hermana y yo nacimos repartió los kimonos en dos. Ha Rai se los dieron cuando cumplió los 16 y a mi cuando cumplí los 21"

"Vaya. ¿No es un regalo un poco extraño para alguien que odia a las Geishas?"

"No odio a las Geishas, mi madre fue una de ellas no te olvides. Simplemente no me parecen interesantes, no me fascinan"

"A ti lo que te fascinan son las mujeres occidentales"

"No puedo negar que me atraen, pero no me fascinan. Porque la única persona que ha conseguido fascinarme has sido tú"

"Eso es porque soy medio occidental"

"Eso es porque eres única y especial. Vamos a subir al tren no vaya a ser que nos quedemos aquí y te quedes sin sorpresa"


Una vez montaron en el tren Usagi se quedo dormida y no pudo ver el lugar donde se dirigían. Tuvo ser Mamoru el que la despertó.

"Usagi, despierta ya hemos llegado"

"Ummm ¿Ya?"

"Sí ya. Venga salgamos de aquí"

Ambos jóvenes salieron del tren. Fuera de la estación había un carro que los llevaría al lugar especial que Mamoru había encontrado.

"Mamoru¿ahora me vas a decir donde vamos?"

"La curiosidad mató al gato"

"Eso mismo dice Luna-san"

"¿La hechas de menos?"

"Sí, ya hace un mes que no la veo. Se que estuve dos semanas sin verla cuando estuve viviendo es tu casa, pero no es igual"

"¿En mi casa?" preguntó extrañado el joven que no sabia nada de lo que ocurrió con Seiya.

"Sí, estuve dos semanas de vacaciones, estaba completamente agotada y tu tía me mando con tus padres" Que era la verdad, pero a medias.

"Ah, trabajas demasiado"

"No, no creo que sea demasiado. Demasiado es cuando no puedes soportarlo, pero yo si puedo"

"¿Por eso te pusiste mala?"

Usagi intento hablar pero no sabia que decir, pero al final…

"Sí cierta persona no se hubiera marchado sin avisar. Y no hubiera dejado de comer y de dormir, seguro que sí lo hubiera soportado"

Mamoru iba a replicar, pero el cochero le aviso que habían llegado. Mamoru fue el primero en bajar y luego ayudo a Usagi, que estaba más pendiente de no manchar el Kimono que del lugar en donde estaba.

"Bueno ya estamos aquí"

"¿Se puede saber en donde estamos?"

"Tú fíjate bien¿No reconoces nada?"

Usagi hizo lo que Mamoru le pidió, en un principio todo le pareció muy extraño pero poco a poco comenzó a recordar.

"No puede ser…."

En ese momento una señora mayor salía de por la puerta.

"¿Usagi?" preguntó la mujer

"No"

"¿Usagi estás bien?"

"¿Qué hacemos aquí? me quiero ir, no quiero estar aquí"

"Usagi…" comenzó a hablar Mamoru.

"NO, ME QUIERO IR"

"Usagi hija"dijo la mujer

"No, yo no soy tu hija, yo no tengo padres. Ellos me vendieron cuando era una niñas"

"Nosotros solo queríamos lo mejor para ti"

"¿Lo mejor? Vosotros no sabéis lo que es lo mejor"

Tras decir esto Usagi salió corriendo como pudo. Dejando a una señora Tsukino consternada y a un joven Chiba culpable. Tras disculparse con la mujer, fue en busca de la rubia.

La encontró bajo un árbol, llorando mientras cogía sus piernas formando una bola.

"Usagi…"

"¿Por que me has traído aquí? Se supone que iba a ser mi día especial"

"Y lo es. Mi regalo para ti era el devolverte a tus padres. Cuando decidí romper mi compromiso con Sue, lo hice porque eres tú la única mujer que me importas. De todas nuestras reuniones concluí, que aunque guardas resentimiento hacia tus padres, tú todavía los amas. El secreto para comprender la esencia de la vida consiste en aceptarla comes es…"

"Con toda su verdadera concreción. De Kuki Shuuzoo" terminó Usagi

"Dales una oportunidad. Tú no fuiste la única que sufriste, ellos también lo hicieron. Y todo para que tú tuvieras algo mejor de lo que ellos te podían ofrecer"

"Pero yo no quería más. Yo los quería a ellos, a mi familia"

"¿Sabes? Yo creo que si fue lo mejor" Usagi le miro con cara de no entender nada "Si no te hubieran vendido a la Okiya, no hubieras conocido a Naru, a tía Luna, a mi padre y el más importante, a mí"

En ese momento Usagi que estaba mirando el suelo, levantó la cabeza y miro al varón a los ojos, esos ojos azules que tanto la hipnotizaban y la sonrisa volvió a su cara, al ver la sinceridad de sus palabras en sus ojos.

"¿Podemos volver?"

"¿A mi casa?" preguntó en pelinegro

"No, a la de mi familia"

"Está hecho"


Usagi y Mamoru volvieron. La señora Tsukino estaba dentro de la casa llorando, así es como ambos jóvenes la encontraron. Usagi enternecida por la imagen, fue a consolar a su madre.

"Mamá no llores. Siento lo de antes"

"Tenías razón no merecemos ser tus padres" dijo la señora Tsukino

"Pero eso lo dije porque estaba enfadada. Vosotros hicisteis lo que pensasteis que era mejor para mí. Y acertasteis, ahora soy una Geisha famosa en Gion, y tengo unas amigas geniales, ya no soy el patito feo, soy el cisne."

"¿En serio eres una geisha famosa?"

"En serio mamá."

"En verdad te ves hermosa. Mi chibiusa…"

"Ya no soy chibiusa más mamá, he crecido" bromeo la joven.

"Ya lo veo, eres toda una mujer. ¿Y quien es el joven que te acompaña?"

"Ohayo gozaimasu, Señora Tsukino soy Chiba Mamoru, el Danna de Usagi"

"Bueno, si eres el Danna puede haber esperanzas de que te cases con mi hija, porque no veo anillo en tu mano"

"Mamá" exclamo indignada

"Voy hacer la comida, menuda sorpresa se van a llevar tu padre y tu hermano cuando te vean" dijo Ikuko mientras iba a la cocina.

"Tu madre es simpática" mormuro Mamoru

"Lo sé. Oye ¿y que es eso de que eres mi Danna?"

"Quiere decir eso, que soy tu Danna. A partir de ahora eres mía y solo mía"

"¿Sabes que me tienes que mantener? Pagar los kimonos, las pinturas…"

"Lo sé, y está todo solucionado. ¿O es que no quieres que sea tu Danna?"

" Claro que quiero, solo que….."

"¿Qué, que?"

"¿Es lo que tú deseas?"

"¿Estoy aquí, no? Sino deseara estar contigo lo primero que hubiera hecho al llegar de América, es pasar la semana contigo."


Algunas horas más tarde, Usagi, Ikuno y Mamoru se encontraban el la sala de estar hablando de sus cosas. Durante el tiempo que habían estado juntos se contaron anécdotas y hechos graciosos que les había pasado. Usagi habló de Naru, de su conflicto con Beryl, de cómo conoció al padre de Mamoru, y como su tía acabo encargándose de convertirla en una gran Geisha. La señora Tsukino no podía creer cuanto había cambiado su pequeña. La que un día fue una niña algo loca y atolondrada, hoy era una mujer llena de elegancia e inteligencia. Los tres charlaban armoniosamente cuando los dos varones de la familia Tsukino llegaron a la casa.

"Ikuko querida la comida huele deliciosa" dijo Kenji que no se dio cuenta de que tenían visita.

"Kenji querido tenemos visita" dijo la mujer

"¿Visita?"

"¿Ane?"(Hermana)

"Hola Otouto (hermanito), has crecido mucho desde hace 8 años"

"Dios mío Usagi¿Qué haces aquí? Yo pensé que estaría en Gion de Maiko"

"Y vive en Gion, pero no es maiko sino Geisha, y el joven que está a su lado es su Danna. El la a traído aquí como regalo de cumpleaños" dijo Ikuko.

"¿En serio? Muchas gracias por traer a mi Ane a casa, soy Tsukino Shingo pero puede llamarme Shingo"

"Mucho gusto Shingo yo soy Chiba Mamoru, pero Mamoru"

"¿Un momento tú eres el Danna de Usagi.? Eres demasiado joven"

"Es cierto señor Tsukino, pero la hermana mayor de su hija ha visto con buenos ojos que sea su Danna" explico el muchacho

"Papá por favor" pidió la muchacha, algo a lo que el señor Tsukino no se pudo resistir.


Cuando llegaron a la casa de la familia Chiba (Que no es donde viven habitualmente) era ya muy tarde, la velada con los Tsukino se había extendido más de la cuenta. Aunque ninguno de los dos jóvenes lo lamentaba. Usagi había vuelto a reencontrarse con su familia y reconciliarse con su pasado. Y en cuanto a Mamoru, estaba feliz de ver a la mujer que ocupaba sus pensamientos y sus sueños, radiante de felicidad. Y aunque en un principio la situación entre el y el señor Tsukino fue un poco tensa, más tarde la cosa se transformo en una relación cordial. De hecho Kenji Tsukino no podría estar más contento de que Mamoru fuera el danna de su hija, mejor un joven, apuesto y cordial que no un viejo verde (¿No?) Mamoru se sorprendió de saber que los padres de Usagi una vez mantuvieron el mismo estatus social que ostentaba. Pero que debido a unas malas operaciones, la empresa de la familia Tsukino fue a pique dejándoles en bancarrota.

"Es muy tarde y mañana tenemos que madrugar para que vuelvas a Gion"

"¿Tengo que volver?"

"Jajaja, me temo que sí. Tienes una agenda que debes de cumplir"

"Muchas gracias"

"A ti por existir. Y ahora vamos a dormir, no me apetece tener que llamarte tres horas mañana"


Esa noche Usagi no podía nada más que pensar en los acontecimientos que habían ocurridos durante esa semana larga que paso con Mamoru.

"Mamoru yo…." La chica comenzó a hablar pero el se lo impidió.

"Acompáñame, por favor" Usagi hizo lo que el le pidió. "En ese tocador tienes un barreño con agua, para que te quites todo el maquillaje de tu cara. En el armario tienes Yakutas para que estés más cómoda."

"Mamoru…"

"Por favor quiero ver a la diosa rubia que vi en el jardín de mi casa" suplico el pelinegro. Y ella no pudo negarse.

Tras despenderse de todo el maquillaje, la peluca y el kimono, Usagi fue en busca de Mamoru, el cual estaba en la cocina preparando algo de comer.

"¿Que haces?" pidió tímidamente la muchacha.

"Ya estás aquí. Estoy haciendo la comida" contestó él.

"Pensé que de eso se encargaban los sirvientes"

"Sí. Pero es que les he mandado que se fueran"

"¿Por qué?" pidió sorprendida la chica.

"Quisiera que todo esto te resultara cómodo. Y no creo que con sirvientes correteando por la casa lo fuera"

"Gracias"

"No hay por que darlas. Toma come, se que no es nada del otro mundo, pero es comestible y llena el estomago."

"No sabia que supieras cocinar"

"Y no lo hago, solo me defiendo. Es algo que aprendes hacer cuando te quedas sin criadas. ¿Y tu sabes cocinar?"

"La verdad es que no muy bien. Cuando era pequeña mi madre intento enseñarme, pero yo prefería leer y divertirme. Y cuando llegué a Gion, Naru casi siempre me cambiaba la cocina"

"¿Naru?"

"Aikosan"

"Ah, ya. Soy buenas amigas ¿no?"

"Mucho. Mamorusan ¿Qué ha pasado con tu prometida?"

"Ya no tengo prometida. Me di cuenta que ninguno de los dos nos queríamos y decidí acabar con la farsa"

"Eso es muy valiente Mamorusan"

"Por favor no me llames eso, solo llámame Mamoru"


Durante la primera noche Mamoru no intento nada de nada, ni siquiera durante la segunda. No fue hasta la tercera cuando el Mizuage de Usagi comenzó. Pero no iba ha ocurrir sobre un tatami en el suelo, sino en una cama occidental. Este iba a ser un mizuage especial, no el mizuage desagradable que un día le contó su madre.

Tras llevar a Usagi al dormitorio. Una vez allí procedió a desnudar a la joven, pero despacio y sin ningún tipo de prisas. Las prisas nunca son buenas consejeras. Cuando ya estaba desnuda, le acarició el rostro y miro sus ojos durante unos instantes. Después la cogió en brazos, algo que por cierto sorprendió a la joven, y la llevo a la cama. Al lado de la almohada había tres huevos como manda la tradición. Usagi esperaba que Mamoru cogiera los huevos en el momento que ella estuviera tendida sobre la cama. Pero no lo hizo, lo que hizo fue recorrer cada pulgada del cuerpo de la muchacha con sus manos. Mamoru era un hombre oriental criado en occidente, sus forma de hablas, de comportarse y de actuar era exactamente igual oriental mezclado con las maneras occidentales. Y el mizuage de Usagi seria así, si las Geishas tradicionales levantaran la cabeza…… (Lo mismo digo con mi fic, si algún japonés leyera esto……)

Usagi comenzó a sentir nuevas sensaciones en su cuerpo, el choque poco a poco se transformaba en excitación. Ella sabia que esto no formaba parte del mizuage, pero quien iba a ser ella para oponerse cuando le gustaba.

Poco después, Mamoru sustituyo sus manos por sus labios, con ellos beso sus hombros, sus pechos, su vientre, sus muslos. Usagi estaba perdiéndose en mundo de sensaciones que ella no tenia ni idea de que existía.

Tras acabar de besar a Usagi, Mamoru fue a la parte de la tradición. Cogió los huevos los rompió y se comió las tres yemas. Mientras que las claras las unto sobre los muslos y la entrada de Usagi, utilizándolas como lubricante natural. Aunque debido a las caricias anteriores ya estaba lo suficientemente preparada. Tras un suave masaje y caricias por los muslos de la rubia, introdujo uno de sus dedos dentro de ella, tras unos momentos introdujo otro más. Algo que molesto ligeramente a la joven.

Al día siguiente volvió a repetir la operación, salvo que esta vez en vez de dos de sus dedos fueron tres. Y esto provoco que el himen comenzara a romperse, aunque todavía le quedaba un poquito.

Este procedimiento se repitió dos días más. Hasta que el quinto día sustituyo sus dedos por su miembro.

Ese día tras tumbar a Usagi en la cama, no comenzó a prodigarle besos y caricias, no, sino que comenzó a quitarse la ropa. Usagi se sonrojo al verlo, nunca en sus 17 años casi 18 había visto a un hombre desnudo. Cuando ya no tenia nada de ropa se tumbo encima y beso y acarició su cuerpo, pero esta vez incluyo su cara, su cuello, esas partes que había evitado tocar por ser demasiado íntimas.

Usagi una vez más volvía a perderse, no podía creer que estuviera aquí disfrutando de su mizuage cuando hacía tan solo unos días estaba muerta de miedo. Quizás el miedo se debía a las historias horrendas que compañeras suyas le habían contado, eso era lo convencional. Pero ella nunca había sido convencional, era japonesa rubia y de ojos azules, siempre le había interesado saber más, algo que solo le correspondía a los hombres, el hombre con el que tenia su mizuage tan solo tenia cinco años más que ella y además era sobrino de su Hermana mayor. Nada de eso era normal¿por que su mizuage iba a serlo?

Darien se introdujo levemente dentro del cuerpo de Usagi, lo que conllevo una mueca de dolor en el rostro de la joven.

Tras dos días más de preparación, y uno más el mizuage llegó a su fin.

Mamoru mando preparar a su sirvienta la comida preferida de Usagi, mientras que ella y el disfrutaban de un paseo. La habitación había sido perfumada con olor a rosas, el olor preferido de Usagi. Tras volver del paseo y desfrutar de la cena, ambos leyeron un libro de cuentos que perteneció a Mamoru cuando era pequeño. Cuando llegó la hora de ir a dormir, llegó el momento del mizuage de Usagi.

Al entrar a la habitación el perfume a rosas les recibió. Mamoru comenzó a acariciar su cara, su cabello, toda ella era perfecta para él. Y el quería que esto fuera perfecto para ella. Cuando su madre le hablo de su mizuage el le prometió que nunca seria así de cruel con una mujer. Y cumplió su promesa tanto con Sue, la cual no quería soltarlo, como ahora con Usagi. Poco a poco comenzó a desnudar a la rubia. Y muy a su sorpresa ella hacia igual con el. No podía evitar esbozar una sonrisa.

Tras caer la ultima prenda de la muchacha al suelo, el pelinegro ataco a su cuello mientras que sus manos acariciaban la espalda de la joven. Usagi se debilitaba por momentos, algo que él varón tuvo que sentir, porque la tomo entre sus brazos y la llevo a la cama. Una vez allí los besos y las caricias recorrían el cuerpo de la muchacha que correspondía de igual forma. Ambos se perdieron en la pasión, y se fundieron en uno. Usagi no puedo contener el gesto de dolor, aunque más que dolor se trataba de molestia. Cuando su pasión fue colmada, Mamoru se tumbo al lado de ella apago la luz y dijo.

"Usagi, este ha sido tú mizuage" y tras besarla, apagó la luz y ambos cayeron en un profundo y dulce sueño, olvidándose de los tres huevos que se encontraban a un lado de la almohada.



Haber hay unas cuantas cosas que quiero decir, primero que se dice MAIKO y no MEIKO como he escrito en los otros dos capítulos, pero es la falta de costumbre, y que Meiko me suena más por Marmalade voy. Hasta ahí el punto uno, punto dos. Si os habéis dado cuenta Luna y Setsuna tienen nombre muy similares Naoko y Naomi, y es porque las mujeres que viven en la misma okiya suelen tener raíces comunes en sus nombres que sirvan como marca para expresar unión y familia. Con Usagi no lo hice porque como ella misma dice, nada en ella es común. Punto tres el mizuage, la manera que lo e tratado yo es medio verdad y medio falso. El mizuage es la perdida de la virginidad de una Maiko y tras eso se convierte en Geisha. En la actualidad este concepto está suprimido del mundo de las Geishas (Que haberlas hay las como las meigas. Aunque cada día menos) desde que Japón prohibió la prostitución en 1958. Pero hasta ese entonces esta practica, y permitirme la palabra atroz, se practicaba de manera natural y sin ningún tipo de problema.

El varón que era escogido para realizar el mizuage era un hombre de confianza y adinerado que contaba con el beneplácito de la Okásan, ese hombre recibía el nombre de Hanamachi, el cual tras el mizuage no mantenía ninguna relación con la joven. Si la maiko era popular el número de varones que optaba por su mizuage era mayor, al igual que el dinero que se barajaba. No nos olvidemos que las Geishas viven de y para su trabajo, los kimonos, las pinturas, las clases, todas esas cosas son muy caras y tienen que vivir aunque la pobre Maiko no veía el dinero porque pasaba a formar parte del fondo común de la okiya y se descontaba de su deuda. Ella anunciaba su mizuage repartiendo los dulces de arroz llamados Ekubos. Tras un tiempo de estudio y reflexión okásan elegía al afortunado, y tras consultar la numerología concretaban el día más propició, y es que las Geishas debían de ser muy supersticiosas porque consultaban para cualquier acontecimiento la numerología (Aunque tengo que reconocer que yo también). A partir de ese día comenzaba el mizuage que duraba 7 días., en los cuales las mujeres de la okiya preparaban la habitación, dejando tres huevos cerca de la almohada. Después salían de la habitación, pero se quedaban al lado y de vez en cuando hacían algún ruidito para hacer saber a la joven que estaban allí y se relajara un poco. El Hanamachi se comía las yemas ya que aporta vigorosidad y energía y como he escrito en el capitulo, utilizaba las claras como lubricante natural porque allí iban a lo que iba, meter y sacar (disculpar la expresión pero es que es así) tras esparcir la clara por muslos y la zona en cuestión introducían los dedos para que la zona se fuera preparando poco a poco. Tras eso el hombre decía Querida esto es el mizuage> y apagaba la luz. El séptimo día el Hanamachi arto ya de yemas (porque echar cuentas 3 yemas por día y son 7 hacen un total de 21 yemas de huevo crudas y a palo seco) y con una energía que ni un dios griego (jajaja) cambia sus dedos por su pene. Creo que ahora entenderéis por que digo atroz, aunque se podría decir otras cosas pero bueno. Yo pienso que lo de los huevos es porque los hanamachis solían ser hombres mayores, porque los jóvenes son muy burros e impulsivos, y el soldadito no les regia bien y había que darle una ayudita y como las píldoras azules no existían…(Que mala soy) Luego el tío se iba y se te he visto no me acuerdo, porque no te voy a volver a ver. Y a la Maiko se le procedía hacer el cambio de cuello y de peinad, y hasta aquí el mizuage.

Y punto ultimo los agradecimientos a todas las personas que me leen y en especial a Pilar, lo siento Pli pero es que no me sale llamarte por tu alias, a Sailor alluminem Siren, a Sailor-dulce, a la diosa de la inteligencia Atenea, a Daianapotter, a Meryinustar, AoshMi SeshLin, a Ginny Potter w, a Lorena y por ultimo pero no menos importante, sino que fue el ultimo Review que recibí a Alory. Muchas gracias a todos vosotros por vuestros comentarios de apoyo y espero que hayáis disfrutado de este capitulo. Y si tenéis alguna duda ya sabéis como consultármela, darle al review e intentare responderla.