XIV

A la mañana siguiente, el príncipe despertó recordando que la noche anterior había vivido al lado de la mujer de su vida momentos únicos, solamente con tenerla abrazada frente a un paisaje perpetuo. Pronto regreso a la realidad, ese era el día en el que debía acabar con los Whitkys y rescatar de sus manos la esfera.

El plan era simple, atacar a los Whitkys hacia un lago congelado a una hora exacta en el momento en el que la estrella Istar brillara en su máximo esplendor para así atraer su mirada al lago y de esa forma embelezarlos con su propio reflejo. Estaba bien planeado, era indudable su éxito y todos los implicados tenían un buen presentimiento, sin embargo el hombre que estaba detrás de todo el plan sentía que el tiempo avanzaba demasiado rápido, que obtendría la esfera en cualquier momento y emprendería el viaje hacia otro planeta para encontrar la segunda esfera y tomarle la delantera al dragón maligno, entonces... ¿por que rayos se sentía tan mal? ¿Qué le estaba pasando? Tenía la mente nublada por la confusión y un nudo en la garganta como cuando era niño y se aguantaba las ganas de llorar, aunque ahora aunque lo hubiera querido, las lágrimas no fluían, solo sentía ese nudo ahí, estorbando.

Se vistió lentamente, se calzo los tenis negros con líneas rojas que su madre tanto odiaba y se paro frente a la puerta, sabia que al atravesarla estaría mas cerca de irse de Snowball.

Por primera vez al príncipe le temblaba la mano y tan solo, tan solo para girar una perilla y abrir la puerta. Bajo el brazo y se quedo de pie ¿por qué ella no había venido a verlo? Era solo una puerta, Goten la abrió y se encamino a la sala común. Busco sentir el ki de la reina; pero no lo hizo ¿qué ya no significaba nada? ¿Qué había pasado con el "no te vayas Goten"? Tal vez fue solo el momento, efecto de la combinación del romanticismo de la noche y un bello paisaje.

El príncipe Trunks se encontraba en la sala común sentado, esperando a Gohan y a Goten, cuando de repente sintió un ki disminuido, era familiar, le era conocido por su ímpetu y esa fuerza que siempre le caracterizaba. Trunks miro venir a Goten, con laminada triste y cabizbajo, se sentó frente a su amigo y busco a la reina con la mirada discretamente, pero a Trunks no pudo engañarlo, con solo verle la expresión y su frió semblante dedujo que algo le pasaba.

-Te pasa algo ¿verdad Goten?

-No- contesto el otro desganado

-No me engañas amigo, se que algo te pasa

-¿cómo sabes?- pregunto más por seguir hablando que por curiosidad

-Se te ve en el rostro...es la reina ¿no es así?

-¿es tan obvio?- Trunks sonrió ante la pregunta de Goten, no solo era obvio, era demasiado claro, se notaba en los ojos de ambos y en el lenguaje corporal que tenía un cierto coqueteo implícito, evidente para todos y que pasaba desapercibido tanto para Goten como para la reina, quienes de alguna manera u otra trataban de ocultarlo para que así también lo ocultaran de ellos mismos.

-¿y mi hermano y el insecto asquerosito?

-Ja ja ja...Cell salio hace un tiempo y Gohan fue a hablar con Octavio. Saldremos en cualquier momento Istar esta sobre el lago

-Istar- repitió Goten, Istar representaba que pronto obtendría la victoria y se iría de Snowball

Si tanto te gusta la reina ¿por qué no se lo dices?- Goten no tuvo tiempo de responder, Octavio y Gohan llegaron de repente, de cualquier manera Goten no estaba muy seguro de que responder y de la misma manara no estaba muy seguro de cómo o en que momento preguntar por la reina, Trunks reparó en el nerviosismo de su amigo y librándolo de su predicamento le pregunto a Octavio por la reina, este le respondió que se sentía un poco cansada y que les rogaba perdonaran su ausencia.

El príncipe Goten se había tranquilizado, al menos sabía que estaba bien, diciendo una mentira pero estaba bien.

Tras 20 minutos de organizar el plan llegaron a los bosques de cold Light, lugar donde habitaban los Whitkys se aproximaron al lago, Istar brillaba a todo su esplendor pronto estaria brillando sobre el congelado lago. Cada hombre de Snowball estaba en aquel bosque, Cell había llegado también, se ejecutaría la primera parte del plan extermino W, alguien debía llamarle la atención a los Whitkys. Se trajo la carnada, un animal pequeño que ya había sido sacrificado, Cell lo tomo de su peluda cola blanca y se fue a parar en el medio del congelado lago, Istar estaba justo arriba de él, ahora el tiempo se volvía valioso. Cell procedió a alzar al animal y con una de sus puntiagudas uñas abrió el abdomen del extinto ser, dejando caer las viseras y lo que mas interesaba, la sangre, el vital liquido del cual los Whitkys bebían como si fuera agua. Ya estaba hecho, vísceras y sangre derramadas, esparciendo su olor en el ambiente alejándose con el fuerte viento, cada vez llegando más y más lejos, hasta llegar al desarrollado olfato de un Whitky y luego de otro y de otro y así a toda la manada que dormía en una cueva cerca de ahí, se levantaron hambrientos, sedientos de sangre apoyados en las 2 patas delanteras, levantándose poco tiempo después emitiendo terroríficos aullidos que llegaron hasta los oídos de sus cazadores como respuesta al olor lanzado.

Los cazadores se alistaron, algunos con actitud valerosa, otros temerosos, pero listos para acabar de una vez por todas con esos seres que amenazaban con su existencia. Istar se movía cada vez mas rápido de la misma manera que los simios de hocico azul que corrían exasperados a alimentarse y beber de esa sangre, se movían rápido alentados por un hambre de varios días.

Al fin frente a frente, los habitantes del gélido Snowball acompañados de aquellos guerreros decididos a obtener la esfera del dragón para continuar con su búsqueda, para acabar con las alimañas y estas adquiriendo un brillo peculiar en sus ojos, sin sospechar trampa alguna, solo miraban las viseras y sangre aun encerradas en sus contenedores, miraban atentamente a los guerreros y a los pobladores, tenían suficiente comida para largo tiempo, solo era cuestión de moverse rápido y de manera correcta, atacar en el momento exacto, comenzar a robar la energía.