XXIII
A considerable distancia, en el desierto, se encontraba Vegeta, miraba con odio a Gokú, el que había despreciado su fuerza y sus técnicas. Mientras tanto el rey de Kakarotto hablaba con la gente de Beagle, explicándose todas las cosas que les habían contado los nanodroids, muchos de los beaglelianos no lo comprendían, era natural, la mayoría de ellos apenas sabía un poco de historia y conocían a N. 17 desde siempre. Mas atrás, donde ocurriera la pelea, Ten Shin Han tomaba entre sus brazos un cuerpo con el tórax perforado y la mitad de la cara totalmente quemada y la otra mitad, se hallaba llena de cicatrices, lo alzó y le llevó hasta un joven apenas unos años más grande que él muchacho muerto, era el cadáver de Rookie que era llevado hasta su hermano, quien al verlo en esas condiciones lo estrecho contra su pecho y comenzó a llorar, sus piernas no pudieron sostener el dolor tan grande que lo embargaba, cayo de rodillas al suelo, ahogando su llanto sobre el cadáver de su hermano menor, tanto Ten como Gokú se conmovieron ante la desgarradora escena más no así Vegeta a quien no parecía afectarle en lo absoluto, desde lejos, también veía el dolor de aquel hermano pero no le intereso en lo más mínimo el sufrimiento del muchacho, Gokú lo miraba de reojo esperando ver algún signo de arrepentimiento; pero era todo lo contrario, el rey gozaba ante tal escena, estaba complacido, su cara lo demostraba, esa sonrisa ligera que se dibujo entre sus labios.
A pesar de sus evidentes heridas, nadie se acercaba a él para curarle, aunque no sabían los hechos que fue Vegeta en realidad mató deliberadamente a aquellos muchachos y que al parecer no se arrepentía, no se le acercaban porque despedía una extraña sensación de miedo, como si su vida estuviera peligrando.
Para esos momentos llegó Picoro
-Gokú- le llamó, este se sorprendió, apareció de la nada
-Picoro ¿Cómo llegaste hasta aquí?
-Me mando el señor Fader…toma- y le dio una bolsa raída
-¿Qué hay aquí?
-6 semillas del ermitaño…2 para cada uno, dale una a Vegeta esta mal herido- mientras hablaba, el nameku, súbitamente, volteó hacia la ciudad 1101- ya veo- dijo con seriedad- el séptimo ha muerto
-¿Cuál séptimo?
-Los nanodroids con los que hablaste
-Ah…se llamaban el séptimo
-No…ellos eran el séptimo- y no dijo más, se volteó y comenzó a caminar lentamente hasta que su figura se hizo borrosa y luego desapareció.
Gokú dudo por unos instantes en llevarle la semilla del ermitaño al rey Vegeta, ese hombre cruel y asesino, pero lo hizo
-¿Qué es esto Kakarotto?
-Una semilla del ermitaño, cómela, te hará bien, curara todas tus heridas
-… ¿Cuál es la trampa? ¿Me quieres envenenar?
-No es ninguna trampa y no te pienso envenenar- contestó Gokú con disgusto- pruébala, yo mismo la he comido muchas veces después de las batallas y mira sigo vivo
-Más te vale que esto no sea una trampa
-No lo es
-Mas te vale- y a pesar de sus dudas, a pesar de su incredulidad, el rey de VegetaSei se curó en ese instante por completo, el mismo estaba impresionado se levanto examinado sus manos, buscando la sangre que aun salía de su frente…no había nada, de no ser por su traje roto se juraría que el no había tenido previamente una batalla.
-¿-Lo ves?- le dijo Gokú sonriente-¿No te sientes mejor?
-Es verdad- respondió Vegeta- esta semilla es increíble
-Todavía me queda otra para ti, me dieron 2 para cada uno
-¿Te dieron?
-Si, Picoro vino hace un rato
-No le vi…pero no importa, ¿ya nos vamos? Quiero que esto se acabe pronto, tengo que encontrar a mi hija…dime ¿Qué marca el radar?¿Hacia donde debemos de dirigirnos?- Gokú tenía el radar en la mano mientras le formulaban la pregunta- región mu 25º latitud, 59º longitud, creo que es en Berseck pero no me es familiar…¿Tú…
-¡Demonios!- Exclamo Vegeta casi sin pensar…esas coordenadas, claro que las conocía
-¿Qué pasa? ¿Sabes de donde son estas coordenadas?
-Espero me equivoque…rápido, llama al estorbo de los 3 ojos y larguémonos de aquí
-No lo llames así
-Cállate Kakarotto, tú no eres nadie para decirme como debo de hablar- Gokú no quería más contratiempos, fue por Ten y se despidió de los habitantes de Beagle deseándoles buena suerte en la nueva reconstrucción de su planeta, ellos rodeaban a los 3 alienígenas, esperando a ver que se marcharan, Gokú mirando el radar pronunció en alto las coordenadas y una luz blanca cubrió a los 3 visitantes, luego sobre la arena ya no había nada.
………………………………………………………….
-Adiós Goten, cuídate, que yo te estaré esperando, orando por ti, deseando que regreses pronto
-En cuanto esto acabe estaré a tu lado y ya nada podrá separarnos, te lo prometo
-No prometas en vano Goten
-No si no es en vano. Lo digo en serio, tengo que volver para casarme contigo- el príncipe continuaba abrazándola, solos los dos en la sala común, deseando que ese momento durara por toda la eternidad; pero era una ilusión, el tiempo continua sin detenerse y ni siquiera lo hará por el amor. Él al final reunió las fuerzas suficientes para separarse de ella y ella reunió las fuerzas suficientes para no correr hasta él y abrazarlo de nuevo. Lo vio irse hasta un pasillo contiguo, ahí aguardaban su hermano, Cell y Trunks, quien ya se estaba convirtiendo en su mejor amigo y que ahora sostenía el radar, el que le recordaba que debía de seguir, tenía una importante misión que cumplir. No miro hacia atrás de lo contrario, tal vez hubiera cedido a la tentación de correr hacia ella, besarla, tenerla entre sus brazos, quedarse con ella
-Vámonos, Goten- le llamó Trunks, extrañado miró el moretón de Goten en su labio inferior, lo asoció a la extraña timidez que había embargado a Gohan repentinamente cada vez que miraba a su hermano menor. El príncipe de Vegeta pronuncio las coordenadas, los envolvió una luz blanca y desaparecieron.
