XXIX
-¿Quién lo tentara?- preguntó Gokú
-aquel contra él que tienes esta carrera contra el tiempo- Gokú callo por unos instantes, reflexionaba profundamente quien era aquel que decía este apóstol
-Ryu- dictaminó por fin- ¿Cómo?
-No lo se
-Pero ¿Cómo sabes que lo tentara?
-Ryu solo piensa en él y por supuesto en su beneficio. La alianza que hizo con los rebeldes es para su propia conveniencia, todos sabemos que ambos se traicionaran, pero la diferencia, que es vital, es quien es más rápido. Muchos estamos seguros de que Vegeta es el arma definitiva de Ryu para volver a su antigua forma, poniéndolo de su lado se hará con todo y nadie será capaz de detener a ninguno; pero…no se como lo hará
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-Mi nombre es Oob, mi padre es Majin Boo y me ha enviado por ustedes.
-¿Quién es Majin Boo?- preguntó Goten
-Pues es el tercero…bueno, será mejor que él les explique personalmente, síganme- dijo amablemente- mi padre les espera desde hace un tiempo
Caminaron al lado de su guía por un camino de piedra, como todos los caminos de aquel planeta. Los 4 esperaban ser llevados al palacio que era resguardado por 27 columnas que se distinguía desde lejos, cual seria su sorpresa al llegar a una casa pintada de blanco, con ventanas de madera con una pequeña laguna a la entrada.
-¿aquí es?- preguntó Goten incrédulo
-Si- contesto su tímido guía
-ah…pues esta…normal- Gohan pensaba como su hermano era capaz de decir esas atrocidades en un planeta extraño
-Ya cállate, por favor, hermanito- le dijo al oído
-Pero Gohan, si yo no dije…
-No me hagas enojar
-¡Quisiera ver que más puedes hacerme!
-Goten…es suficiente- replicó Gohan
-Ya pues…me callare
-Mi padre- interrumpió Oob- Debe estar en los jardines comiendo chocolates…si- afirmó viendo su reloj de cadena- ya es la hora
-Para serte honesto- dijo Goten a Oob- pensé que llegaríamos hasta el palacio
-¡Goten!
-No se preocupe- tranquilizó el local a Gohan- No podemos ir al palacio, mi padre no es el rey de este planeta…ni siquiera de la ciudad, él es el tercero, por eso lo respetan en todas partes, fuera de ello no tiene ningún poder
-¿Y que es eso del tercero?- Preguntó Trunks intrigado
-Lo siento…mi padre me dijo que no les hablara de ello, que él lo haría en persona y si no era así, lo haría yo
-No se olviden de la esfera que supuestamente vinimos a buscar – les recordó Cell
-¿Como olvidarlo?- señaló Trunks seriamente
Entraron a la casa, era común sin nada excepcional, muebles, retratos, un gran espejo en la pared, un comedor demasiado grande, casi del tamaño de la habitación donde se hallaba, pasaron desde la cocina hacia los jardines, el terreno era aun más grande que la casa. En una banca de madera vieron una figura rosada, rechoncha, de pantalones blancos, chaleco negro y guantes amarillos entre los cuales sostenía muchos chocolates mientras que al mismo tiempo los devoraba
-Padre- le llamó Oob y la figura volteo
-Mira como come- dijo Goten en voz baja para desagrado de su hermano mayor
-Ya basta, Goten- le reprendió, Majin Boo se levantó de la banca y espero a que su hijo hablara
-Son ellos padre, los encontré donde tú me dijiste
-Bien Oob- Tenía la voz como la de un niño. A Cell le daban ganas de burlarse tan abiertamente como lo solía hacer Goten, no lo hizo porque sentía un Ki impresionante en el sujeto, impresionante para ser un obeso cualquiera - Buscan la esfera, ya les debe de haber dicho el árbol que mi hermano es quien la tiene y esta muy lejos de aquí
-Si- respondió Trunks- lo verifique en el radar
-Algo a su favor es que…mi hermano no esta del todo despierto, por lo que hay oportunidad de quitarle esa esfera, si pelean los 4 estoy seguro que lo lograran
-¿A que se refiere con que no esta del todo despierto?
-¿Cell?
-Si- respondió
-Pues vera…mi hermano es terrible, es capaz de destruir un universo local con tan solo un dedo y si se lo propone, acabar con la vida del universo magistral. Yo tenía guardada la esfera esperando este momento, hasta hace un tiempo mi hermano era como un niño dócil, un día llegamos de un paseo mi hijo y yo, pero Boo, mi hermano, no estaba, dejo la casa de cabeza supongo que buscaba la esfera, huyo con ella y hace un tiempo que no lo veo. Cuando digo que no esta del todo despierto, me refiero que aun no sabe de los grandes poderes que guarda, el es malvado como ninguno, si ya los hubiera descubierto no estaríamos aquí hablando, por eso, hay una oportunidad de quitarle la esfera.
-y vencerlo- completo Trunks
-No, joven príncipe, ustedes no son capaces de vencer a mi hermano, solo de quitarle la esfera
-Creo que nos subestimas- dijo Cell mientras se frotaba la nariz con el dedo índice
-No lo hago, es simplemente la verdad- contesto Majin Boo y al mismo tiempo saco de su pantalón un reloj de oro similar al de su hijo- aun hay tiempo…Oob, lleva a nuestros invitados al centro de la ciudad
-Ah, nos van a dar un paseo- dijo Goten entusiasmado mientras se apoyaba en el hombro de Trunks- al menos
-Hoy estas muy alebrestado, pues vamos ya- le dijo Trunks sonriente
-Tú no, Trunks, tengo que hablar contigo
-¿Conmigo? ¿Por qué señor Majin Boo?
-Te lo explicare después, cuando hablemos a solas…Oob, ve con ellos
-Si padre
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Ella era la única diversión que encontré en la tierra, por dos semanas parecíamos animales en celo, me sentía plenamente satisfecho, ¿Por qué no decirlo? Me había encontrado con una mujer con la que era sexualmente compatible, aunque pronto se acabaría, mi capricho ya estaba consumando. De cualquier manera ¿para que más servia una mujer? Una esposa solo representa un adorno y el darme descendencia y una amante solo para el sexo, podrían ser muy inteligentes, poderosas y excelentes guerreras, pero para mi no significaban nada más que un pasatiempo, y es lo que Bulma era en esos momentos, por eso no me importo el hecho de que tuviera novio o prometido o lo que fuera esa sabandija, lo mas importante era pasármelo bien, así que interesaba si era humana. En muy poco tiempo me empezaron a interesar otras facetas de esta mujer, como cuando me llevaba la contraria, como me gustaba ese juego suyo, seductor, esas peleas que repentinamente terminaban en la cama, me gustaban aquellas en las que ella me llamaba por mi nombre, Vegeta, no por mi titulo, eso me enfurecía "soy el príncipe Vegeta y así debes de dirigirte a mi,", y ella de nuevo me decía Vegeta, con más fuerza, con más énfasis. Se que ella sabia de lo que soy capaz cuando la gente insolente me molesta, pero parecía no importarle, parecía no temerme, tenía la osadía de enfrentarse a mi, vaya, que mujer. A veces le decía que era una vulgar y que cuando la encontré en la firma del tratado de mi planeta con la tierra me había seguido, ella se enfadaba me reprendía diciéndome que cuando lo hacíamos yo no le reprochaba lo que llamaba vulgaridades luego me preguntaba si acaso no tenía sentido común, cualquier hombre perspicaz e inteligente sabría apreciar su belleza, "¿Seguirte…a ti? ¿Quién te has creído?". Valiente y segura de si misma, todo ella comenzaba a agradarme. Esta mujer en particular me gusto, hasta lo que ella pensaba, esa seguridad que tenía al hablar conmigo, me encantaba su manera de caminar, su sensualidad, el que a veces quisiera dominarme.
Se acabaría pronto esta aventura y era mejor así, su raza es distinta a la mía y las razas no deben de mezclarse.
Faltaban 3 días para marcharme a mi planeta, era de madrugada, comenzamos cuando empezaba a oscurecer y terminamos cerca de las 2 de la mañana, yo no podía dormir, ni ella tampoco y por primera vez comenzamos a platicar seriamente, aunque empezó como algo intransigente
-¿Por qué no puedes dormir Vegeta?
-No lo se, se me fue el sueño… ¿Tú porque no duermes?
-Estaba pensando
-Ah
-Vegeta… ¿No quieres saber en que o en quien pienso?
-No- le conteste lo más seriamente posible, ella se sentó en la cama dándome la espalda, pero eso no me impedía sentir la tristeza que albergaba, su voz melancólica la delataba
-Pensaba en mi prometido- y esa sola oración me llenó de rabia, como si estuviera celoso; pero esa sensación era imposible
-¿Te entro el remordimiento?
-¿El remordimiento?...si, quizás
-Estas conmigo ahora, no tienes porque pensar en ese insecto
-No se porque pienso en Yamcha, me siento mal por no sentirme mal por lo que estoy haciendo- Me senté en la cama y la mire, tenías unas ganas colosales de acariciarla
-¿y por qué haces esto?
-¿De que hablas?
-De estar conmigo y engañar a ese sujeto
-Porque me atrajiste, me gustaste, quería saber que se sentiría tener sexo contigo, así nada más…siento que la relación que tengo con Yam, como si todo se basara en la costumbre, un compromiso guiado por el hábito, ya no le amo como antes, de hecho creo que ya no lo amo, no me despierta la misma pasión que antes…no como lo haces tú, no puedo comparar lo que siento contigo con lo que siento por él
-¡Claro que no! Yo soy un Príncipe y ese una sabandija- se volteo repentinamente y se dejo caer en mi pecho
-¿Tú que has sentido? Dime, Vegeta
-…nos estamos divirtiendo
-¿Una aventura?
-Así es
-¿Sabes?...Eres demasiado orgulloso y eso es un signo de inseguridad
-¿Qué?- la tome del brazo y me recline sobre ella- esa no es la manera de dirigirse a un príncipe- y empezamos de nuevo, suavemente en algunos momentos, salvajemente en otros. Pero esta ocasión fue diferente, al terminar la mire a los ojos y ella también lo hacía y en algún momento nos besamos en la boca, de nuevo sentía su lengua juguetear con la mía, sus suaves y calidos labios, esta vez solo la besaba, porque en esos momentos solo pensaba en eso, recorría su cuerpo con mi mano dándole gusto a mis deseos
-¿Sabes que hicimos?
-Solo fue sexo
-No Vegeta, hicimos el amor- aquello me extraño, era algo muy serio
-¿Por qué lo dices?
-Me has besado como nunca lo has hecho, desde la primera vez que te conocí, me he entregado a ti completamente, sin importarme nada, siento algo más que deseo ahora ¿Atrévete a decirme que no sientes nada?
-No- conteste
-Mentiroso
Faltaba tan solo unas cuantas horas para marcharme y desde aquel día no la había visto, lo había evitado, no quería relacionarme más de lo debido con esta terrícola ¿Me había gustado demasiado? ¿Me había encaprichado demasiado? Era solo un juego y me lo repetía cada cierto tiempo, cuando el juicio me traicionaba y deseaba seguir con ella, "No significa nada, nada en lo absoluto" pero si lo significaba, en ella sentía un gran alivio, algo estable, una sensación que jamás había conocido, no era amor, pero era algo parecido…no, no era amor
Era la tarde, el cielo estaba bañado en un color naranja eléctrico y las nubes de bordes dorados ocultaban el ocaso, deseaba tanto volver a mi planeta y dejar todo atrás. Estaba en mi habitación, reflexionando sobre varias cosas y así sin más la recordé repentinamente, ya no la quería, sentía algo más fuerte que el simple hecho del querer, más que el deseo; pero de algo estoy seguro es que no era amor, al menos no lo era en esos momentos
-Le buscan, majestad
-¿Quién?
-Una mujer, dice que usted ya sabe quien es- era ella y era obvio, no había otra mujer en la tierra a quien conociera, me moleste ¡Que mujer! ¿Por qué demonios no entendía que ya se había terminado?
-¿Ha que has venido?
-Quiero hablar contigo- la veía más hermosa que nunca, me sentí invadido por un ímpetu de abrazarla de besarla
-¿De que?- y se callo por unos momentos, le di la espalda, lo hice para no verla, para olvidarme de esos deseos que me llegaban a la mente tan repentinamente y la inundaban por completo, que me obnubilaban el pensamiento sensato, porque un príncipe no puede rebajarse a ese tipo de banalidades, mucho menos un príncipe de Vegeta
-Es que…
-¿Es que qué?... Escúchame si no piensas decirme a lo que has venido me iré, tengo otras ocupaciones que atender…con mi padre
-¡Debo de estar loca por esto!...pero…te lo diré de todas maneras… yo ya no siento un simple deseo hacia ti, de hecho, es como si ahora tuviera la necesidad de estar junto a ti, de solo abrazarte, de tenerte a mi lado- sus palabras me mortificaron ¿Por qué no se olvidaba de mi? ¿Por qué venía a decirme esto? Me era imposible comprender todo lo que pasaba, porque era bastante rápido lo que se suscitaba y además de que yo no lo aceptaba, aquello no podía ni tenía porque pasarme. Fue como si mis pensamientos se reflejaran en su voz, y eso era, más que cualquier otra cosa, era lo más irritante
-Somos de razas distintas
-Yo no dije que quería casarme contigo
-No tengo tiempo para esas tonterías, mujer
-¿Es eso? ¿O es que tienes miedo?- la mire de nuevo, por que me había ofendido con sus estupideces
-Estas loca, mujer, lo que tu quieres no debe de ser
-Yo se que tu lo deseas tanto como yo, lo se desde esa noche en que me hiciste el amor, Vegeta, se que sientes lo mismo ¿Por qué no lo aceptas?
