XXXIV
Bulma estaba embarazada, esperaba a Bra, para ese tiempo, Trunks comenzaba a acercarse a la adolescencia y no le era fácil, su condición lo hacia inseguro y hasta confuso, era por eso que se hacia difícil tratarlo y por lo mismo había días o semanas en las que no le dirigía la palabra. También, por ese tiempo, comenzó a crecer un rumor de una profeta, otros decían que era una santa y unos más la llamaban apóstol, se decía que su aprendiz era capaz de sanar cualquier tipo de herida y no solo eso, arrebatara alguien de las manos de la muerte.
Para ese entonces, había muerto mi jefe militar, Aziz, y tras su muerte no había nadie en quien confiara, todo lo hacia por mi mismo y sin ayuda de nadie.
-¿y ella quien es?
-No lo se, majestad, nadie sabe mucho de ella, excepto de ese rumor
-¿Qué rumor?
-Qué es la primogénita de su padre, solo eso sabemos de ella y de esa vez que bajo de Montes de Urantia junto a su aprendiz, un nameku
-¿y que hizo esa vez?
-El nameku dijo que buscaba hablar con el rey, que toda palabra que decía venía de la mente de la apóstol…la llamó de esa manera
-¿apóstol? ¿De quien rayos es apóstol?
-Lo siento majestad, no lo se
-si quiere hablar conmigo, tendrá que venir al palacio, no estoy para cumplir los caprichos de una loca- y aquel soldado regreso unos días después, estaba desesperado, tartamudeando me dijo la contestación de la apóstol, ella dijo que si quería verla, debía ir a Montes de Urantía
-¡Esa mujer esta loca! No pienso ir hasta ahí ¿No fue ella que quería hablarme? ¡Ella debe de venir hasta aquí!- pasaron los meses y nunca llego.
Mi hijo llegaba un día de entrenar cerca de Montes de Urantía
-Papá… ¿me estas escuchando?
-Tengo muchas cosas que hacer ¿Es importante?
-dudo que algo mío sea importante para ti, hace tiempo que ni me diriges la palabra
-Si a eso viniste, puedes irte
-No vine a hablarte de mí, he venido porque encontré un nameku
-¿un nameku?
-Wow…
-¿Qué demonios te pasa?
-Que es la primera vez que me ves en meses
-¿no me ibas a mencionar a un nameku?
-Me encontré al nameku cerca de Montes de Urantia y me dijo que una tal Endor quiere hablar contigo
-¿otra vez?...esa estúpida, no pienso poner un pie en Montes de Urantia
-¿Quién es ella?
-¡No te interesa!...vete ya
-Pues si no quieres verme, puedes mandarme de nuevo a Montes de Urantia y te ahorras la pena de verme, o si lo prefiere, su majestad, me puedo ir más lejos aun, como a la tierra
-¡Lárgate ya!- recuerdo la mirada que me dirigió, era de odio, el más fuerte y profundo odio que había visto en él, y me sentí orgulloso, al fin se comportaba como un príncipe de Vegeta y no como un tonto terrícola. El gusto no me duraría mucho, al hacerse mayor era más un terrícola que un descendiente mío, no podía hacer nada más que aceptarlo.
Endor jamás llegaría a mi palacio y yo me exasperaba cada día más, así que un día fui hasta montes de Urantia a hablar con ella y no solo a eso, quería golpearle la cara, matarle, o tan solo enseñarle con quien se había metido- si así lo quiere, iré, pero se arrepentirá
Montes de Urantia, era el único lugar de mi reino que no había visitado jamás. No escale mucho, cuando vi una mujer sentada en el suelo, traía un suéter gris, raído, con su mano izquierda se tocaba la oreja derecha, su mirada estaba en un punto fijo en una roca, una mirada vacía, su cabello era negro y su piel estaba quemada por el sol, era similar a mi padre, aunque su mente parecía no estar ahí, parecía estar en otro lado, me pareció que ella no sabia que yo estaba ahí
-eh, tú ¿Eres la tal Endor?- pero ella no me miro, para ella no estaba nadie ahí-¡oye que te pasa! ¡Contéstame! ¿Qué no respetas al rey? Imbécil
-Es que ella no puede contestarle, no es muy social, no habla con extraños y además no pronuncia más de 7 palabras seguidas- al voltear vi a un nameku joven y no muy alto
-El nameku… ¿Cómo demonios llegaste a mi planeta?
-Kami sama, el primero, me trajo hasta aquí, dijo que debía completar mi entrenamiento con Endor
-¿esta es Endor?
-Si, majestad
-¿Es autista o que demonios?
-Si, lo es
-Así que la famosa profeta que mis súbditos tanto admiran es una retardada
-Le ruego, majestad, no siga con esto por favor, ella es muy peligrosa si se molesta puede llegar a matar
-que tontería, a simple vista puedo ver que no ha entrenado jamás
-Ella no usa la fuerza física, usa el poder de su mente, en realidad, la única manera por la que se le puede hablar es llegar hasta ella por su mente- ella seguía encerrada en su mundo, tocando su oreja
-¿Qué quiere? ¿Por qué se aparece por mi reino a alborotar las cosas?
-No se que es lo que ella quiere
-Aziz- nos interrumpió
-¿Qué dijo?
-Mi señora, por favor ¿No recuerda? Aziz murió- y tras esas palabras me dirigió una mirada gélida- por favor, déjelo descansar- y se quedo observándola atentamente
-Dice- dijo finalmente el nameku- que le llamo para hablar de su hija
-¿Qué hija?...acaso…- Bulma estaba embarazada; pero no sabíamos el sexo del bebé, ningún médico pudo determinarlo ¿pero como esa podía saber si yo tendría una hija? Vi como apareció una herida en su muñeca, una herida que se abría más y más dejando ver los músculos y hasta sus huesos y luego se podía ver a través de ella
-Dice que la niña la tendrá que cuidar al máximo
-A mi nadie me dice que hacer
-¡Señora Endor!- ella se había levantado, era casi de mi tamaño, en su rostro había una visible expresión de furia; pero no me atemorizo, muy por el contrario me causaba gracia, me recordaba a mi padre
-La niña…lle…va un…un…- hablaba despacio y con mucha dificultad, cerrando los ojos de cuando en cuando esforzándose por hablar-dragón, dragón…ma…lo……ira por ella
-No tengo porque hacerle caso a una loca- me di la media vuelta y estaba dispuesto a irme, cuando sentí un terrible dolor en mi costado, como si algo hubiera estallado, era tan fuerte que deseaba estar muerto
-¿Por qué lo hizo?- Ella me miro enfurecida- con eso, él no volverá a la vida, señora Endor- y sentí una ráfaga de aire tan caliente como nunca en la vida lo había sentido, vi como sus ropas se agitaban y otra herida que se abría en la otra muñeca, cayó sentada y de nuevo llevo su mano a su oreja
-Majestad le aconsejo vaya por ayuda, no se como; pero le hizo daño, es muy grave yo no puedo curarlo
-Vendré a matarte, ¡perra!- No recuerdo como llegue al palacio, en la entrada me desplome sin que pudiera hacer nada para detenerlo. Uno de mis médicos me dijo que mi bazo se había roto, me estaba desangrando por eso y tenían que hacer una cirugía para detener la hemorragia de lo contrario moriría. Estaban a punto de prepararme para cirugía cuando escuche el llanto de un bebé, era mi hija
-¿es mi hija?
-Si quiere voy a averiguar
-¡Claro que quiero, insecto! ¡Apresurate!
-Señor…es una niña, nació hace unos 30 minutos y tanto su esposa como ella están bien
-Quiero verla y no le menciones nada a mi esposa
-Pero, majestad…su operación
-¿Te atreves a contradecirme?
-No, señor…discúlpeme, enseguida iré por ella- y en menos de un minuto ya estaba en mis brazos, era aun más pequeña que Trunks a su edad, era verdaderamente hermosa, igual a su madre, podía verlo a pesar de que ella era tan pequeña. Acaricie la palma de su mano y ella con sus pequeños dedos prenso con fuerza los míos y en ese momento el dolor desapareció, como si jamás hubiese existido, me levante de la camilla, me sentía curado y mi hija lo había hecho, no entiendo como no entiendo porque, solo la abrase aun más
-Señor, su operación-
-Cállate- no podía dejar de mirarla, le acerque mis dedos de nuevo a su mano y los sostuvo, escondía su cara en mi pecho, como si huyera de la luz
-Tu también odias este lugar- me apretó aun más mis dedos, supe que la loca de Endor tenía razón, a mi hija debía protegerla, cuidarla, fue cuando mire sus ojos azules que lo sentí como una obligación, jamás permitiría que nada le pasara, primero moriría antes de dejar que algo le sucediera. Estaba encantando con mi heredera, era realmente bella, pequeña, indefensa
-Yo voy a cuidarte, Bra- el médico lo miro extrañado
-Señor, como supo su nombre
-Lo trae en este brazalete, idiota- y le enseñe el brazalete que traía mi pequeña- si que eres un estúpido
-Lo siento señor, yo…
-Su majestad- interrumpió una doctora- su esposa quiere ver a la bebé ¿Desea usted llevársela?
-No ¿Alguien ha mencionado que estoy aquí?
-En lo absoluto
-Llévala- le entregue a Bra, sin dejar de verla- no menciones que estuve aquí, no quiero que se entere, iré a verla en 20 minutos
-¿Se encuentra bien rey Vegeta?- pregunto la doctora
-Si, ya me siento bien, me iré ahora mismo, vuelvo en veinte minutos díganselo a mi esposa, que estoy en camino
-Majestad, su operación, esta sangrando gra…
-¡Déjame en paz, insecto! ¡Ya estoy bien!
-Déjale ya, es el rey, si siente mejor es porque lo esta, vamos acompáñame a llevar a la princesa con su madre- y mientras caminaban escuche que la doctora le dijo al otro médico- lo extraño fue que supiera que era una niña- para mi lo extraño era que Endor supiera que era una niña
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-Señor Ryu
-Dime Nappa
-Vine por aquí por Freezer
-¿Qué tiene él?
-Piensa matarlo después de obtener las esferas
-Me lo imaginaba
-Pero, ¿es que no piensa hacer nada?
-¿Qué es lo que quisieras que yo haga?
-Matarlo antes
-No me manchare las manos con su sangre
-¿y Radditz?
-Ese tenía que aprender a respetarme de alguna manera u otra, aunque su respeto durada unos segundos
-Entonces ¿Qué pasara con Freezer?
-Lo mataran por mí, y si no es así, pues yo matare a Freezer
-Debería hacerlo ahora
-No, es mejor que crea que aun pienso en la manera de traicionarlo, cuando descubra lo que pasa será demasiado tarde, estará muriendo para entonces
-¿Quién va matarlo, Vegeta?
-No, él no se le acercara, alguien más, el rey de Kakarotto
-Es un pobre diablo, no podrá contra Freezer
-No, es un extraordinario guerrero, es el súper saiyajin, el primero en mil años en el norte de Bersek, así que hay que tenerle mucho cuidado
-Talvez pierda, pero yo confió en que todo su poder resurgirá
-¿Cómo lo sabe?
-No lo se, pero es lo más probable, ahora regresa a donde debes de estar, tu lugar no es aquí hablando conmigo, Freezer sospechara que tu también lo traicionaras
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Vegeta despertó, estaba aturdido y con un severo dolor de cabeza, no sabía exactamente donde estaba o que hacia ahí, hasta que poco a poco todo fue regresando, también a su mente regresaron todos esos extraños sueños…sueños no, recuerdos, esos que había olvidado por elección propia.
Aun desorientado en tiempo y espacio, salio del auto y se apoyo en su techo. Se sentía vulnerable, esperaría un poco hasta recuperarse, algún tiempo después se concentro para detectar el ki de Kakarotto; aquel estaba arriba, dentro del edificio que tenía enfrente. De nuevo, se apoyo en el techo del Cadillac, miro hacia ambos lados, aun se sentía aturdido ¿Cuánto tiempo había estado durmiendo? "Duerme" fue lo último que escucho y esa palabra fue del terrícola…perro insolente, iba a matarlo, se burló de él; pero para eso, primero debía recuperarse ¿Qué había pasado en todo ese tiempo? ¿Tendrían ya la esfera? ¿Y Bra? Había olvidado ese ultimo recuerdo, su hija, recién nacida lo había salvado de una muerte segura, en el momento en el que la cargo había sanado por completo y desde ese momento juro protegerla con su vida y ahora movería el universo entero para encontrar a su pequeña princesa si tenía que hacerlo.
Se sentía mejor, había sentido la presencia del terrícola también. Llegaría y lo mataría porque nadie se burla del gran rey Vegeta. Entro al edificio y subió las escaleras a paso tranquilo.
Llego hasta donde sentía el ki de Gokú, se detuvo frente a la puerta y escucho el murmullo de 3 voces, eran ellos: Kakarotto, el terrícola y el otro estorbo, creían que seguía durmiendo era mejor esperar a ver que dirían.
-¿Y esos estigmas?- pregunto Ten Shin Han mirando las heridas en ambas muñecas del terrícola
-No es nada- contesto aquel- absolutamente nada
-Claro que es algo, ¿Quién sabe que ocultas?- dijo Gokú
-Yo no tengo nada que ocultar, déjenme en paz, tomen su esfera, Vegeta despertara pronto, váyanse a recorrer otros 2 meses hacia Tanathos
-Oye, espera- le interrumpió sorprendido, Ten Shin Han- ¿Cómo que 2 meses?
-Si, 2 meses
-¿2 meses de tu tiempo? ¿Eso a que equivale?
-Ya le dije Ten, 2 meses del tiempo estándar el que se maneja en el espacio, 2 meses
-No puede ser- contesto sorprendió
-pongamos de ejemplo la tierra, salieron un noviembre del 790, llegaron al centro de Edencia en Marzo del 791, a finales de mayo del 791 llegaron hasta Beagle y estuvieron un par de días, me avisaron que llegarían en diciembre del 790, y llegaron aquí a finales de agosto, ya llevan casi 9 meses del tiempo estándar viajando, cuando terminen habrá pasado un año entero.
-No puedo creerlo- dijo Gokú- es demasiado tiempo ¿Cómo pudimos sobrevivir sin comer?
-Si me pongo a explicar los mecanismos para mantenerlos con vida por tanto tiempo me llevaría mucho del mío, solo confórmense de saber que están bien protegidos mientras viajan, es un universo muy grande y la velocidad a la que van es inconcebible- miro sus estigmas y su rostro enojado se torno inexpresivo, era obvio que la parición de esas marcas le causaron una gran impresión, en realidad para el representaban su gran desgracia.
Vegeta abrió la puerta y todos le miraron , camino hasta llegar a Rayerknight quien se hallaba sentado en una silla del comedor, el le miro con una sonrisa cínica, Vegeta le lanzo un puñetazo en el estomago, sintió una fuerza que lo arrojo violentamente al piso y una patada tras otra en la espalda, de ultimo sintió una patada en la cara sintiendo como si le deshicieran el cerebro, no se dio cuenta del momento en el que vomitó, esperaba el otro golpe seguramente el final, pero no llegaba, alzo la mirada y vio a Gokú interponiéndose entre él y Vegeta, deteniendo los puños que estaban a punto de acabarle
-¿Qué haces Kakarotto? ¡Quítate!
-¡Vas a matarlo!
-¿De verdad? ¡Eso es precisamente lo que quiero, imbécil!- Rayerknight se sentó el piso y miro sus estigmas, les salían un poco de agua- te matare, terrícola imbécil, ¿Quién te ha creído? No eres más que una sabandija, no eres nada, no eres nadie, solo un simple humano ¡Nada!
-Es suficiente, ya déjalo, no te hizo daño alguno- le grito Gokú al rey de Vegeta, desesperado por controlarlo, aquel estaba hecho un loco, de no ser por Gokú, hubiera matado al terrícola sin piedad alguna
-Tanathos les espera- dijo Ray en un susurro
-¿Estas bien?- le pregunto Ten Shin Han, Rayerknight asintió con la cabeza
-suéltame Kakarotto- no soportaba que un campesino lo estuviera deteniendo
-Si les haces algo te atacare, Vegeta, no permitiré que lo mates, no te ha hecho nada
-ja, ja, ja, ¿perderías la vida por un tonto terrícola?
-Yo no perdería la vida
-¿Qué insinúas Kakarotto? ¿Qué eres más fuerte que yo?
-No lo insinuó, lo soy- Vegeta enfureció, con fuerza se soltó de las manos de Gokú que apresaban sus brazos
-No eres más que un campesino, no te pongas a mi nivel
-Jamás lo haría- le contesto Gokú con seriedad
-Ya basta, majestades- les interrumpió Ten Shin Han- Ciertamente este no es el momento, ya habrá tiempo después de su viaje para resolver sus diferencias- ninguno de ellos dijo nada, Rayerknight pronuncio unas palabras que no pudieron entender debido al tono tan bajo con el que hablaba. La luz blanca apareció de nuevo y tras envolverlos los desapareció.
Rayerknight se dejo caer al suelo, estaba muriendo, el hombre había quedado totalmente pálido y frió, faltaba muy poco para su final, después de todo, Vegeta había logrado su objetivo.
-Michael…despierta… ¡Michael!- Broly había llegado un segundo después de que ellos se habían marchado, toco el abdomen de Rayerknight- Creador, va a morir pronto- separo su mano unos centímetros y una luz amarilla y calida emano de ella, devolviéndole al apóstol la vida poco a poco, Rayerknight separo la mano de Broly de su cuerpo, se sentó y lo miro consternado
-¿Por qué lo hiciste?
-Porque ibas a morir
-Lo se, talvez era mi hora, me hubieras dejado ir
-No, de ninguna manera, tu tienes que vivir, es probable que necesitemos de ustedes 12, además estas destinado a vivir miles de años y apenas estas comenzando
-¿el destino? Eso es solo una leyenda…
