Disclaimer: Hoy no se me ocurre nada original, así que... lo de siempre: Nada es mío, nada me pertenece. Guay, eh?

Y aquí vengo con la primera idea que he tenido en mi vida sobre estos dos. Pensé que nunca escribiría nada de ellos... hay que ver lo que hace una noche de lluvia sentada en mi cama.

La sonrisa de Azkaban.

Apretando más sus labios, apoyó su cabeza en la fría pared de piedra. Odiaba cuando su compañera de celda soltaba esa risa tan cínica, tan despectivamente burlona. Lo había hecho siempre. Aún de niños cuando los Black se reunían y los primos subían a su cuarto a jugar, Bellatrix se reía de él, de su inocencia por prestarle los juguetes como si no supiera que ella iba a romperlos después, por el mero placer de verle llorar.

Quince años después seguía haciéndolo, seguía dejando escapar esa risa de superioridad de sus agrietados labios, a quienes estar desnutridos y sedientos no parecía importarles a la hora de proferir las más hirientes palabras a su primo. Ver sufrir a Sirius era un afrodisíaco para Bellatrix; el más exquisito de los manjares en un lugar tan hambriento como Azkaban.

Sirius cerró los ojos, y sonrió de medio lado.

-Algún día saldré de aquí, Bellatrix...

Y su prima volvió a reír.


A Joanne y a Conuli, que fueron quienes me pidieron una viñeta SiriBella, y a mi format, a quien echaré de menos!