Capitulo 3: Reacciones

El sol se encontraba ya en el punto más alto del cielo, iluminando con su potente luz cada uno de los rincones de la prefactura de Kanagawa. Se trataba de una luz cálida que a muchas personas les hacía sentir bien durante esos días de frío invierno que estaban sufriendo en todo el país. La nieve parecía querer engullir todo el territorio con gruesas capas sobre los tejados de las casas y en general, todo aquello que se pusiese en su camino.

Pero esta misma luz solar, que se filtraba a través de unas finas cortinas anaranjadas, fue la que hizo que un cierto chico de cabellos rubíes se despertase maldiciendo esta luz que caía directamente sobre su rostro.

Se encontraba cansado y se sentía como si tuviese un martillo golpeándolo constantemente dentro de su cabeza.

Estaba totalmente desconcertado y al abrir sus ojos perezosamente y miró atentamente a todo a su alrededor, pudo darse cuenta de que se encontraba en su habitación. Las cortinas, las estanterías, el armario, el escritorio, la mesita de luz, la cama… todo le indicaba que se encontraba en su habitación.

-"Definitivamente yo no aguanto el alcohol…" – pensó cerrando nuevamente sus ojos y recordando esa misma noche, momento en que tuvo lugar la primera parte de su despedida de soltero…

Sus antiguos amigos, el local, la bailarina de inmensos pechos encima de él bailando, Yohei y los demás coqueteando con camareras, él bebiendo agua, un chico de ojos azules, él bebiendo cerveza…

-"Un momento…" – pensó abriendo de nuevo sus oscuros ojos. –"Un chico de ojos azules…" – pensó desconcertado. Tan sólo recordaba claramente ese chico mientras que hablaban sobre aguas y zumos… después era todo mucho más confuso… y pensar le traía más dolor de cabeza que definitivamente, le iba a estallar.

-"Ni siquiera recuerdo cómo llegué a casa…" – pensó para después moverse un poco para buscar más comodidad en la cama. Su lecho era muy grande, siempre le gustó dormir sin preocuparse de caer de la cama algún día, y no sabía porqué pero estaba colocado muy a la punta. Además, estaba empezando a sentir frío…

Pero a partir de que intentó moverse para irse más al centro de la cama, sintió que algo no iba precisamente bien. Mejor dicho, no iba nada bien…

Abrió rápidamente sus ojos y lo que encontró a su lado lo asustó.

-¿¡Qué?- exclamó el pelirrojo incorporándose un poco de la cama, totalmente sorprendido ante la presencia de un cuerpo extraño ocupando también su cama.

Aún más… ese cuerpo extraño lo estaba sujetando firmemente por su cintura… cosa que le proporcionaba un cierto calor en su cuerpo.

Pero enseguida supo el porqué de ese frío que lo estaba acechando… Estaba completamente desnudo… Y, para su desgracia, el pelinegro también.

Sintió que el suelo se rompía en mil pedazos para después ser engullido sin piedad.

Aquello no podía estar ocurriendo…debía ser una gran pesadilla… Él no podía tener a ese chico de cabello azabache y mirada enigmática en su cama… Ahí debía haber algún tipo de error… Seguro que pronto despertaría de su pesadilla y se reiría por haber soñado semejante cosa…

Pero no despertaba.

Intentó apartar esos brazos posesivos de encima suyo para intentar levantarse del lecho y pensar las cosas más detenidamente desde una cierta distancia. Pero el chico no parecía querer moverse de su agarre y Hanamichi no tuvo más remedio que moverse bruscamente para soltarse.

Pero no contó con que ese mismo movimiento terminaría despertando al chico, que abrió pesadamente sus azuladas canicas, sin fijar la mirada en ningún lugar. Simplemente tomándose sus segundos para abrir sus sesgados ojos.

El pelirrojo se congeló. Lo único que le faltaba era que ese chico se despertase…

El pelinegro, cuando se despertó completamente, miró fijamente a Hanamichi, sin ninguna expresión en la cara. Después alzo su mirada hacia el techo y a partir de ahí observó toda la habitación sin reconocer nada de lo que veía. Y volvió a fijar su mirar en el pelirrojo, quien estaba en completo silencio viendo la cara de ese chico mientras observaba todo a su alrededor. Aun estaba esperando a que todo fuese un sueño…

Y se hizo un silencio incómodo. Muy incómodo.

-Mmm… me duele mucho la cabeza…- susurró el moreno para sí alzando una de sus níveas manos a su cabeza, mientras Hanamichi lo seguía observando sin decir ni una sólo palabra. Después, intentó incorporarse para sentarse en la cama. -¡¡Arghhh! – gritó al mover sólo un milímetro su cuerpo. Entonces clavó sus ojos en el pelirrojo. -¿Qué haces tú aquí? – preguntó pareciendo que se acababa de dar cuenta de la presencia de Sakuragi.

Hanamichi parpadeó sus ojos algunas veces antes de contestar.

-¡Eso debería preguntarte yo! ¡¿Qué haces tú aquí! – exclamó Sakuragi a la vez que él sí que se sentaba en la cama.

El moreno sólo quedó en silencio sin dejar de observar al pelirrojo.

-No lo se… pero me duele la cabeza…- dijo tranquilamente.

-¡¡A mi también me duele! – gritó cansado de la tranquilidad de ese chico. Si realmente había ocurrido lo que se imaginaba… podía comenzar a hacer su testamento para después tirarse balcón abajo.

-¿Entonces puedes dejar de gritar? – contestó molesto el ojiazul y Hanamichi suspiró derrotado. –Me duele todo el cuerpo…- susurró para después acomodarse un poco más en la cama y cerrar los ojos. Al parecer quería seguir durmiendo.

Sakuragi se levantó del lecho, cosa que hizo abrir los ojos de nuevo al moreno, y el pelirrojo sintió una penetrante mirada en su trasero, pero sólo se limitó a ir hacia el armario y colocarse un bóxer limpio.

-¡¡Eres un imbécil! – gritó de nuevo el pelirrojo a la vez que se quedaba de pié mirando al ojiazul. -¡¡Un verdadero imbécil! ¿No ves acaso qué ocurre aquí? – preguntó desquiciado Sakuragi ante la situación que estaba viviendo.

- Veo que me duele la cabeza… ¿Dejarías de gritar algún día? No se tú…pero yo me encuentro mal de verdad… -

Hanamichi sólo gruñó por la pasividad del chico. ¿No se daba cuenta de lo que había pasado esa noche entre ellos dos?

-Kitsune… ¿no lo ves? ¡Hemos pasado la noche juntos! – y ante la mirada tranquila del otro añadió algunas palabras más. - ¡¡Y hemos despertado desnudos! ¡¡DESNUDOS! – hablaba yendo de un lado a otro de su habitación, con los nervios a flor de piel.

El pelinegro abrió un poco sus ojos asimilando las palabras que ese pelirrojo le gritaba. Aquello era simplemente imposible… No se conocían…

-¡Tú me violaste! – exclamó el moreno al fin dándose cuenta de todo.

-¿Qué? ¿Que yo te qué?... – preguntó desconcertado Hanamichi.

-¿Entonces porqué todo mi dolor proviene de mi trasero? – preguntó irónico el Kitsune, con una mirada glaciar. -¡Está claro quien fue el que recibió el premio! -

-¡¡ESTÁBAMOS BORRACHOS! –

-Tú me emborrachaste…do'aho –

Ambos volvieron a quedar en un silencio incómodo, observándose detenidamente, sin atreverse a decir ni una palabra más.

Sakuragi caminó hasta la cama y se sentó en ella, quedando al lado del moreno.

-Yo…yo no quería esto… yo no…- habló mirando con rabia el suelo. –Yo recuerdo muy poco… - breves imágenes de lo ocurrido brotaban en su mente dando respuestas a algunas de sus preguntas.

-¿Y yo sí lo quería? Si no te conozco de nada…- habló en un susurro.- Y yo sí que no recuerdo absolutamente nada… - habló intentando retroceder en el tiempo y saber qué había ocurrido en esa cama hacía escasas horas…pero le era imposible llegar a una conclusión.

Hanamichi suspiró tristemente. Hacía tan sólo 24 horas él tenía su vida detalladamente planeada… Se iba a casar e iba a ser feliz… Ahora ese chico le había dado un giro de 180º a su vida. ¿Cómo iba a contarle semejante cosa a su novia?

-Escúchame… esto ha sido un grave error… Yo tengo que casarme dentro de pocos días… Quiero a mi novia… la quiero mucho… No se cómo he podido terminar teniendo sexo con un chico…pero… como lo sepa ella, me mata… así que dejémoslo aquí y olvidémonos de todo… - dijo el pelirrojo después de analizar fríamente la situación. Era mejor olvidarlo todo y no volverse a ver nunca más.

El pelinegro se lo quedó mirando fijamente con sus ojos levemente más abiertos que lo normal.

-¿Que lo olvide?... – preguntó desconcertado.

- ¡¡Joder, piensa un poco! ¿Qué crees que dirá tu novia cuando sepa que te acostaste con un chico? – preguntó exaltado el pelirrojo.

-¿Qué novia, do'aho? Yo no tengo de eso… -

-¡Joder Kitsune! ¡Tú no tienes de nada! Ni amigos ni novia… ¿Qué ocurre? ¿Acaso andas por la puta vida sin nada y con un móvil vacío? – dijo al borde de una crisis nerviosa. No sabía porqué le había dicho esas palabras de golpe, tampoco porqué había mencionado el móvil… pero quería desahogar toda su rabia de alguna manera…y lo mejor que se le ocurrió fue descargarla con el culpable de ella.

-… - pero Kaede no contestó. No valía la pena contestar. Simplemente se limitó a suspirar para después incorporarse mordiéndose el labio inferior, tratando de no gemir de dolor, hasta que quedó sentado en la mullida cama.

Hanamichi lo estaba mirando con el ceño fruncido, esperando, tal vez, que ese Zorro le contestase a sus palabras o le recriminase por haberle mirado el móvil sin permiso…Pero nada. El moreno seguía moviéndose, saliendo de la cama con mucha dificultad y parándose de pie, buscando con su mirada su ropa tirada por la habitación.

Pero Sakuragi, al tener al ojiazul de pie delante de él, no pudo evitar fijar sus almendrados ojos en las nalgas lechosas que tenía a pocos centímetros. Se sonrojó ante esa visión sin poder evitarlo. Al parecer al moreno no le importaba mostrarse desnudo delante de él… Y al parecer a su mente tampoco le importaba demasiado hacerle la mala jugada de mostrarle ciertas imágenes de esa noche, cuando él…

Pero enseguida vio que algo no iba bien. El moreno, al agacharse para coger su bóxer y su pantalón, emitió un breve grito de dolor y Sakuragi pudo ver que tenía rastros de sangre seca entre medio de sus nalgas. Se sintió miserable por ser él quien le había provocado esa herida.

El pelinegro se puso rápidamente sus prendas y volvió a recorrer la habitación con sus ojos en busca de la camisa. Andaba de una forma bastante extraña, seguramente por el dolor que intentaba que no fuese perceptible por el otro chico.

-Oye Zorro… - murmuró Hanamichi, llamándolo.

-Déjame en paz – contestó escuetamente. Odiaba a ese pelirrojo. Deseaba vestirse rápido e irse de allí para olvidar todo lo ocurrido, como le había aconsejado ese idiota.

-Lo siento… de verdad… - reconoció pero el moreno parecía no oírle ya que no le decía ni media palabra. – Yo no soy gay… estaba borracho y… ocurrió –

-¿Crees que es tan simple?... ¡Eres un imbécil!... – gritó el moreno harto de todo lo que le estaba ocurriendo. Parecía que ese pelirrojo no le diese importancia a los hechos… -"Claro… porque él no tiene el culo destrozado…" – pensó enojado. – Era mi primera vez imbécil… - susurró con una voz muy suave, para que ese chico no lo escuchase, mientras recogía la camisa del suelo y veía como tenía algunos botones rotos.

-¿Que era tu primera vez? ¡Eso ya lo se! Es lógico… una novia no te puede hacer eso… - habló imaginándose a Mineko penetrándolo… una imagen bastante desagradable.

-Do'aho… Yo soy gay… Ya te lo dije…- habló molesto. Odiaba tener que repetir las cosas dos veces.

-¿Qué? Yo creí que me lo dijiste en broma… - respondió recordando el momento en que conoció al Zorro y éste le dijo que era homosexual… Pero él imaginó que era una excusa pera ahuyentar la camarera que se le insinuó…

El chico más pálido se encogió de hombros como respuesta.

-¡Joder! ¡Entonces tú lo habrás disfrutado! – exclamó Sakuragi pero sólo recibió como respuesta la mirada congelada del moreno sobre su persona. –No me mires así Kitsune… yo se que soy atractivo…al fin y al cabo soy un Tensai… y tú tuviste el privilegio de acostarte conmigo…-

El pelinegro tuvo ganas de estrangular al pelirrojo.

-Primero. Eres un do'aho. – dijo autoritario. – Segundo. ¿Atractivo… tú? ¡Ja! No me obligues a reír que no me gusta hacerlo…- continuó. – Tercero. Tengo el culo destrozado por tu puta culpa… así que deja de hablarme como si…. –

-¡Pero tú eres gay! Seguro que te gustó, estúpido Kitsune…- le interrumpió Hanamichi poniéndose de pie para mirar desde la misma altura a ese chico.

- Definitivamente eres un idiota… - sentenció cansado de tanta charla. Quería irse de inmediato… y así lo hizo comenzando a caminar lentamente hacia la puerta de la habitación. –Y tengo nombre… deja de llamarme Kitsune…- murmuró cogiendo el pomo de la puerta.

-¿Cómo te llamas? – preguntó curioso. Sintió como si esa pregunta ya la hubiese formulado en algún otro momento… pero no se acordaba en absoluto de cuándo y de la respuesta.

-¿Y qué más de da? Al fin y al cabo yo soy "tu error" – contestó el chico sin voltearse para mirar a ese pelirrojo. Sólo observaba atentamente la puerta de madera, como si ella le pudiese ayudar a caminar mejor.

Hanamichi no supo que contestar… ¿Acaso estaba dolido porque le había dicho que lo olvidaran todo? ¿Qué había sido un error todo lo ocurrido?

Yo me llamo Sakuragi Hanamichi… - murmuró.

El moreno, tras unos instantes de reflexión, se dignó a responderle. – Rukawa Kaede… -

Hanamichi abrió sus ojos desmesuradamente y sintió como el aire no llegaba a sus pulmones…

-¿Qué?... Has dicho… ¿Rukawa?... – preguntó temeroso deseando que el chico le contestara con otro nombre… No podía tener el apellido ese…no…

-Sí – afirmó el moreno, volteándose hacia el pelirrojo, para saber porqué ese imbécil lo estaba mirando más pálido de lo normal. –"¿Qué pasa con eso?" – pensó.

-"Tranquilo Hanamichi… debe haber miles de Rukawa en el país…no puede ser…" – pensó intentando auto convencerse.

Rukawa lo miró con odio y abrió rápidamente la puerta para cerrarla después de él, dejando plantado al pelirrojo. Después caminó lo más rápido que pudo hacia la entrada de la casa, sufriendo como nunca al bajar las escaleras, y se marchó dando un gran portazo.

Hanamichi quedó estático, no movió ni un músculo en intentar buscar a ese Zorro… Era lo mejor, que se fuera… Todo había sido un error, una inconsciencia que cometen dos personas al emborracharse… Además, él tenía que casarse… no podía arruinar su vida por haberse acostado con un chico… Acto del que sólo recordaba algunos fragmentos… pero que, francamente, prefería borrar de su mente.

El pelirrojo volvió a sentarse en la cama y vio una pequeña mancha de sangre seca en medio de las sábanas blancas. Supo enseguida de quien era esa sangre… Y recordó su nombre… Ruakwa Kaede…

Y a continuación recordó a Mineko, su prometida… ¿Lo perdonaría si le contara que se había acostado con un chico?

-"Jamás…" – pensó Sakuragi. Pero después le surgió un pensamiento más extraño en su mente… Uno que era definitivamente inimaginable, pero que al fin y al cabo que podía ser real… ¿Mineko lo perdonaría si supiese que se había acostado con su hermano?

Un escalofrío recorrió su cuerpo.

-Y…lo peor es que no he ido a trabajar… - se dijo mirando el reloj que tenía a su lado, que marcaba las doce del mediodía, para después pegar una patada a una de las patas de la cama... –Mierda….-

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Woulaaa! Ya está aquí el tercer capi - Que os pareció? O.o Nose si os gustó pero…aix…me costó redactar la actitud de cada uno…-.- Espero que os siga gustando el fic y muchias gracias por vuestros reviews - Loscuales me gustaría comentar pero ando escasa de tiempo…-.- Por eso decir que muuuchias gracias a: Shadir, pauchan, astrea (gracias por la información! Soy bastante do'aho con esta web U), kaehana9 y Paulyta (tambien muchias gracias por tu advertencia -U de verdad que no se muy bien como funciona esa web…-.-)

Y tambien dar als gracias a los lectores anónimos 0

Y…nos vemos en el 4!