Capitulo 4: Fijación

Caminaba torpemente intentando no cruzarse con las pocas personas que paseaban a esas horas por la calle.

Hacía un frío de mil demonios ya que, aunque había terminado la tormenta de nieve, ésta se amontonaba formando grandes capas de hielo que ayudaban a enfriar todavía más la ciudad.

Sakuragi se encontraba sentado en el umbral del enorme ventanal de su habitación observando la situación que sufría la ciudad. Los cristales se encontraban empañados a causa de la calidez que desprendía su hogar gracias a la calefacción.

El pelirrojo tan sólo podía pensar en la situación que acababa de vivir.

Tan sólo habían pasado pocos minutos desde que el moreno se había marchado de su casa, pero el pelirrojo todavía se sentía mal, raro… No sabía exactamente porqué: por haberle sido infiel a Mineko o por haber permitido que ese chico se marchase de esa forma de su casa…

Tal vez eran las dos cosas…

… O tal vez no.

Hanamichi bajó su mirada ante tales pensamientos… ¿Qué le estaba ocurriendo?... Quizá sólo eran remordimientos…su conciencia que se sentía culpable…

Se quedó mirando fijamente la puerta por la que ese chico había salido de su casa apenas hacía pocos minutos… ¿Qué hubiera ocurrido si lo hubiese detenido?... Su mente era un caos. Le acababa de surgir una idea… ¿Qué pasaría si saliese a buscarlo? Al fin y al cabo, estaba seguro de que no debía estar demasiado lejos con el caminar que llevaba a causa del dolor…

Enfocó su avellanada mirada en su abrigo, colgado al lado de la puerta… Su idea cada vez le atraía más…

-"Pero por dónde comienzo a buscar…" – pensaba el pelirrojo mientras dirigía un último vistazo a la calle, donde la nieve cada vez era más abundante.

Y de pronto lo acechó un pensamiento algo estremecedor… ¿Rukawa se había ido sin abrigo?

Por lo que recordaba, el chico tan sólo traía una camisa… Cuando se lo llevó de la discoteca, él nunca pensó en recogerle las cosas del guardarropa…

-¡¡Joder! – exclamó Sakuragi al darse cuenta de que se había descuidado todos sus objetos personales (léase abrigo ya que la cartera y el móvil los traía encima). Y lo peor… es que estaban a cuatro grados bajo cero y el moreno se estaba paseando por la ciudad con una simple camisa…

Este fue el detonante de que el pelirrojo fuese rápidamente a su habitación a por alguna chaqueta y a continuación a por su abrigo, colgado al lado de la puerta, y tras colocárselo se puso una bufanda de color negro y salió de su hogar provocando un sordo y estridente portazo que hizo retumbar varios de los objetos de la casa.

Miró de izquierda a derecha buscando algún indicio de saber por dónde se podría haber marchado Rukawa…

Esta iba a ser una ardua tarea, sería como intentar encontrar una aguja en un pajar… algo realmente imposible.

Lo más sencillo sería que diese media vuelta y entrara de nuevo a su casa, se sirviese un vaso de leche bien caliente y se quedase el resto del día viendo la televisión… Podría irse a trabajar, pero… ya que iba a llegar tarde igualmente, pues…mejor no ir… Mañana ya se inventaría alguna excusa.

Pero decidió no dejar de buscar. No podía estar cansado si apenas recién había salido de casa…

Caminó por unos minutos eligiendo siempre el camino de la izquierda. No creía realmente que yendo por la izquierda encontraría a Rukawa, pero… por algún lado tendía que ir, ¿no?

Miraba detenidamente hacia todos los lados, buscando en vano alguna persona de casi metro noventa y con cabellos azabache… pero nada.

Pero cuál fue su sorpresa al dar la vuelta en una esquina y encontrarse el objeto de su búsqueda sentado en uno de los mojados bancos que adornaban esa larga avenida.

Parecía que el chico no se diese cuenta de su presencia ya que se encontraba ensimismado mirando hacia delante, auque sin fijar la mirada en ningún punto en concreto…

-Ey…- le llamó Sakuragi acercándose cada vez más al moreno, el cual reaccionó ante esa voz, mirándolo sorprendido a los ojos sin pronunciar palabra alguna. –Te estaba buscando…- añadió.

- ¿Para qué? – preguntó con una voz gélida. Se veía más pálido de lo normal y con la nariz y las mejillas sonrosadas producto del glacial frío que lo envolvía. –No, lo siento, no me apetece repetir… -

-¿Repetir? – preguntó extrañado Hanamichi al escuchar sus palabras… pero tras pensarlo unos segundos más se dio cuenta hacia donde iba encaminada esa oración. –No vine a eso, joder… - comentó mientras caminaba hasta quedarse parado justo delante del moreno. -Supongo que te debes estar congelando…-

-Supones bien – y entonces sintió que el pelirrojo le tiraba encima una chaqueta negra.

-Toma… Siento decirte que no recogí tu abrigo cuando salimos de la discoteca… - reconoció con pesadez. – Sinceramente, no se me pasó por la cabeza… -

-Debes tener la cabeza bien hueca… Imbécil – contestó con ironía a la vez que cogía esa cazadora negra y se la volvía a tirar a Sakuragi, quien dicha acción le tomó desprevenido y no alcanzó a coger la prenda y cayó al suelo.

-¡Joder! Encima que me preocupo por ti… y ahora me insultas… - refunfuñaba mientras recogía la cazadora.

-¿Preocuparte por mi?... no me hagas reír por favor, que no me gusta hacerlo… - pronunció mirándolo de reojo. – Seguro que tu conciencia no te dejaba dormir tranquilo… -

Sakuragi quedó sorprendido ante sus palabras. ¡Ese tipo era un desagradecido!

-Sí. ¿Y qué? Intenté dejar de pensar en lo ocurrido pero recordé que apenas andabas vestido y con el frío que hace…-

-Sí, sí… Cállate ya, do'aho… - le cortó con una mueca de desdén y a continuación, se levantó de la banca, con algo de dificultad e intentando omitir su expresión de dolor, para estar a la misma altura. – Eres patético… -

Hanamichi abrió sus ojos ante tales palabras…

- No tengo por qué aguantar esto… - susurró el pelirrojo.

-Cierto. Puedes irte. –

-… - Sakuragi bajó su mirada y agarró la cazadora con fuerza y rabia. Debía controlarse. – Deja de comportarte como un niño… - y antes de que el moreno le contestase prosiguió. – Lo que ocurrió fue cosa de los dos… -

Pero esta vez, Kaede sí logró interrumpirlo.

-¡Vaya! ¡Ahora sí reconoces que fue cosa de ambos!... Hace apenas unos minutos me estabas acusando de haber deseado yo sólo todo esto y que lo había disfrutado por simplemente ser gay! – el moreno estaba realmente enojado… Nunca debió haberle seguido la conversación a Sakuragi…

-… ¿qué te parece si vamos a mi casa a discutirlo?.. Hace frío – propuso.

-¿Estás loco?... Yo a tu casa no…- pero no pudo continuar hablando ya que sintió como le pelirrojo pasaba por sus hombros la chaqueta que antes le había ofrecido.

-Está bien, pero al menos abrígate… Estás congelado… -

-…- Rukawa no dijo nada… Sólo sintió que su rostro se sonrojaba muy levemente. –Está bien… vamos…-

Hanamichi sonrió ante sus palabras y comenzó a caminar rumbo a su casa sin mirar atrás… Estaba convencido que el moreno lo seguiría.

-----

-Pasa- susurró una vez hubo abierto la puerta y caminaba dirección a la sala. Escuchó pasos y como la puerta era cerrada… Rukawa lo había seguido.

Hanamichi se sentó pesadamente en el sofá tras comprobar que los radiadores de calefacción continuaban calientes. Sabía que lo que vendría a continuación iba a ser bastante cansado… Discutir con el moreno… pero debía hacerlo si quería sentirse algo más tranquilo y poder ir al altar con la conciencia tranquila.

-Siéntate… -

-Prefiero estar de pie – contestó secamente el ojiazul. El simple hecho de sentarse le producía una serie de punzadas en el trasero que no quería revivir.

Pero ahora ya no sabían de que hablar… No sabían como comenzar de nuevo la conversación que segundos atrás estaban manteniendo.

-¿Quieres tomar algo?... – preguntó el pelirrojo. –"por lo menos que no se queje de que no soy buen anfitrión…"-.

Rukawa sólo movió su cabeza de un lado a otro indicándole una respuesta negativa.

-… ¿Y bien? -

-¿Y bien qué? – preguntó extrañado el pelinegro.

-Pues que hemos venido aquí para hablar, ¿no? – Hanamichi intentaba retomar la conversación, cosa bastante difícil.

-Yo no tengo nada que hablar…-

-¿Entonces por qué me seguiste? – Y el moreno solo alzó sus hombros en modo de respuesta.

-… No pretendía ofenderte diciéndote que podías haber sentido placer por ser gay… - se atrevió a comentar el pelirrojo después de varios segundos interminables en silencio.

-No me ofendiste… La gente como tú no da para pensar más…- contestó despectivamente Kaede.

-… ¡joder! ¿Ya vas a comenzar a insultar? Porqué si es así, avísame que yo también sé hacerlo…. –

Pero Rukawa sólo bajó su rostro observando fijamente el suelo.

-¿Qué fue lo que hizo que te enfadaras tanto, entonces?... A ti tampoco te gustó la experiencia… -

-Si no la recuerdo, ¿Cómo quieres que sepa si me gustó?... –

-Ya… pero creo que me pasé un poco… no debí haberlo hecho tan fuerte… has acabado todo adolorido… -

El moreno se sonrojó levemente por recordar el estado de su trasero.

-No hace falta que te preocupes por mí… ya sabes, soy tu error, mejor me voy y así hacemos lo que tu dijiste… Olvidémoslo todo. – dijo con voz amarga.

-Ya veo… ¿te dolió que te dijese que todo había sido un error? – preguntó Hanamichi mientras se levantaba del sofá y se colocaba justo delante del ojiazul.

-Piensa lo que quieras, pero yo me voy – dijo cansado sin saber por qué había sido tan estúpido de seguirlo hasta allí.

-Sí, lo mejor será que te vayas, lo olvidamos todo y no nos volvamos a ver… -

Kaede se sorprendió por las palabras del pelirrojo… De verdad creyó que le insistiría un poco más para que se quedase… Pero no. Le estaba echando y le estaba volviendo a decir que lo olvidaran todo… No supo por qué pero su pecho comenzó a doler una vez más.

Se quitó la chaqueta que portaba y le había prestado el pelirrojo y la dejó sobre la silla que tenía a su lado.

-¿eh? No, no… si te vas sin abrigarte volveremos a las mismas… te congelarás allá fuera –

-Si me la llevo tendré que volverte a ver para devolvértela… Antes prefiero morirme de frío. –

Sakuragi quedó perplejo por esa simple oración… Ese chico parecía que lo odiaba de verdad…

-Pues llamaré un taxi… así te dejará en tu casa y…-

-¡¡Deja de preocuparte por mí, joder! – exclamó Rukawa con un tono de voz que no solía utilizar ya que a su parecer, reflejaba demasiado sus sentimientos. Pero le dolía, le dolía que primero lo tratase de error y de calentón de una noche a causa de la bebida y después se preocupase de que quizá no llegara a su casa por el frío. –No necesito tu caridad –

Y tras mencionar dichas palabras, se dio la vuelta y se marchó de esa casa lo más rápido que su dolor le permitió.

-----

Tras llegar a su casa, se dirigió directamente a su habitación para deshacerse rápidamente de toda la ropa que llevaba ya que apenas hacía cinco minutos, había comenzado a nevar intensamente de nuevo y toda su ropa había quedado completamente húmeda.

Estaba literalmente congelado. Atravesar media ciudad desde la casa del pelirrojo a la suya, a cuatro grados bajo cero, vestido simplemente con una fina camisa y unos sencillos pantalones, no había sido la mejor idea del día.

Rukawa caminó con rapidez a su cuarto de baño para meterse en la ducha y encender el grifo de agua caliente al máximo. En cuanto sintió el agradable contacto del agua hirviendo en su piel suspiró de alivio. Pero si de algo estaba convencido era de que ni siquiera esta relajante ducha le iba a librar del increíble catarro que se le avecinaba.

Tal vez hubiese sido mejor aceptar la chaqueta que le ofrecía el pelirrojo…

-"No…jamás…" – pensó a la vez que se quedaba inmóvil bajo el chorro de agua. –"No quiero volverlo a ver en mi vida…" -

Por primera vez en su vida había experimentado el sexo… y no se acordaba prácticamente de nada. Además, debía aguantar que el sujeto que lo había tomado le dijese que todo había sido una equivocación, que se olvidara y que, además, se arrepentía.

¿Y él? ¿Qué era lo que sentía él?...

Kaede no quería analizar sus propios sentimientos. No valía la pena hacerlo… Aunque no pudiese recordarlo y aunque tuviese un profundo dolor en su cuerpo, él no se arrepentía.

Rukawa Kaede nunca se arrepentía de sus actos.

Estaba convencido de que en ese preciso instante él también deseó acostarse con el pelirrojo… Se trataba de un chico que desde que lo vio sentado en la barra de aquel local le llamó la atención, primero, por esa flamante cabellera rojiza; segundo, por esa estúpida manera que tuvo de acercarse a él; tercero, por la conversación tan idiota que mantuvieron… En esos momentos llegó a la conclusión que le gustaba su persona…

Pero al final resultó ser un auténtico do'aho… Pero, ¿Qué esperaba? ¿Que tras esa sesión de sexo con alcohol el pelirrojo se lanzara a sus brazos y se quedasen juntos para siempre?... ¿Acaso él esperaba realmente eso…?

-"No importa…nunca más volveré a verlo…" – se dijo a sí mismo, auto convenciéndose. No iba a desperdiciar ni un segundo más de su vida recordando a Sakuragi Hanamichi…

Terminó de asearse para recuperar su vitalidad y se dirigió a su cama para seguir durmiendo el resto de la mañana, ya que después debía presentarse al trabajo dando una buena excusa por haber faltado por la mañana…

Pero por ahora, deseaba dormir… si no, estaba convencido de que no sería capaz de cumplir con su promesa de no volver a pensar más en el do'aho.

-----

Tras colgar el teléfono de forma brusca, se dirigió rápidamente a su habitación a cambiarse de ropa.

Después, agarró su abrigo y un paraguas y tras calzarse en la entrada de su casa, salió apresurado al exterior.

Había llamado urgentemente a Yohei… Necesitaba contarle cuanto antes lo que recién había ocurrido con su vida… No estaba seguro que contarlo a su mejor amigo fuese la opción más correcta… quizá debería guardárselo para él mismo para así olvidarlo… ¡Pero necesitaba una opinión ajena!

Estaba completamente convencido de que Yohei no lo entendería y quizá se enfadaría… Sólo esperaba que no se lo tomase lo suficientemente mal para que se lo contase a Mineko…

Había quedado con el moreno cerca de la parada de autobuses y pronto llegaría… Yohei vivía cerca de dicho lugar así que estaba convencido de que ya lo estaría esperando…

Caminó unas cuadras más hasta que divisó a lo lejos la figura de su amigo, quien lo saludó con la mano desde lo lejos.

-Hola Hanamichi – saludó el más bajo una vez tuvo a su amigo a su lado. -¿Por qué tanta prisa por hablar? –

-Hola… - contestó intentando coger aire ya que había hecho gran parte del camino corriendo. –Tengo algo que contarte…-

-¿Eh?... Bueno, tú dirás –

-No, no… mejor vayamos a algún lado… - sugirió comenzando a caminar. – Es algo…mmm… delicado.-

-… Bueno, mientras no hayas matado a nadie…-

Caminaron algunas calles más casi en completo silencio. Hanamichi se encontraba bastante nervioso por lo que iba a revelar, mientras que Yohei comenzaba a imaginar en su mente miles de probabilidades… Raramente había visto a su amigo tan preocupado por alguna cosa… Él solía solucionar las cosas sin siquiera preocuparse verdaderamente por ellas, o eso era lo que normalmente aparentaba…

Decidieron entrar en una pequeña cafetería que encontraron en su camino. Era mejor contar las cosas con un buen café en las manos. Además de que era preferible que Yohei se encontrase sentado al escuchar lo que tenía que contarle para evitar así que se cayese de culo por la impresión…

Tras sentarse en una de las mesas que ocupaban el recinto, pidieron cada uno sus consumiciones a la amable chica que fue a atenderles, tomando sus pedidos y marchándose guiñándole uno de sus enormes ojos esmeralda al pelirrojo, quien respondió al coqueteo con una provocativa sonrisa… Le gustó aquella chica.

-¿Y bien? – Yohei estaba comenzando a impacientarse por saber qué era aquello que ponía tan nervioso a su amigo.

-… Esto que te diré es algo complicado…- respondió despertándose de su ensoñación.

- Sí, eso ya me lo dijiste antes… ahora cuéntamelo todo – pidió el moreno.

-Verás… el día de… cuando celebramos mi despedida de soltero…- Hanamichi tomó aire para continuar con su relato después de ver el asentimiento de Yohei. - ¿Recuerdas que me marché con un chico?...-

-Pues… no muy bien – reconoció. – La verdad es que me emborraché bastante ese día… - dijo con una pequeña sonrisa al recordar la camarera con la que coqueteó esa noche. -¿Por qué preguntas?-

-Es que… resulta que estuve bebiendo con ese chico y…acabamos bastante borrachos, él sobretodo…-

-Hanamichi, al grano por favor, estás logrando ponerme nervioso-

-¡Joder no me lo pongas más difícil! – El pelirrojo sí que estaba nervioso… - Pues bien, una vez acabamos borrachos… quise llevar a ese chico a su casa, pero al no saber donde vivía, pues lo llevé a mi casa, y…-

-¡Era un ladrón! – intentó adivinar el más bajo. – ¡Te robó todo tu dinero!-

-… ¡Que no!... ¿Puedes callarte unos segundos? – pidió ya cansado.

-¿Entonces? –

-Pues que… lo metí en mi cama y… - respiró profundamente a la vez que miraba a su amigo para saber qué era lo que podía estar pensando en esos segundos.

-Y…- le incitó Yohei para que continuase y Sakuragi se sonrojó levemente.

-Pues que…-

-Aquí lo tenéis… - Sakuragi y Mito escucharon una voz a la vez que veían una mano colocar las bebidas en la mesa.

-Gracias…- murmuró Hanamichi a la vez que alzaba su mirada. -¡¡KITSUNE!- gritó al encontrarse con el chico con el que había pasado la noche vestido con el uniforme de esa cafetería y una bandeja en sus manos.

Yohei se extrañó de la reacción que tuvo su amigo y miró al chico de los ojos azules que también miraba fijamente al pelirrojo, sorprendido.

-Do'aho…- susurró.

-¿Q-q-qué haces aquí? – preguntó el pelirrojo tartamudeando.

-¿A ti que te parece?... Trabajar. – respondió aparentemente tranquilo a la vez que colocaba la bebida de Yohei delante de éste.

-P-pero… - Hanamichi se sintió verdaderamente nervioso al volver a verlo… Pensó que tendría que pasar mucho tiempo para verlo de nuevo…Pero no… No habían pasado ni veinticuatro horas y ya lo volvía a tener delante de él.

Rukawa susurró un leve do'aho y dándose la vuelta se marchó a la barra para después meterse a lo que seguramente sería la cocina del local.

-Hanamichi… ¿quién era? – preguntó sorprendido Yohei, pero el pelirrojo no lo escuchaba… parecía totalmente sumergido en sus pensamientos, sin apartar la mirada del lugar por donde había desaparecido ese misterioso camarero. -¡Hanamichi! –

-¿E-eh? – parecía recién despertado de su ensoñación.

-Que quién era ese chico…- repitió.

-Pues… es con quien me fui de la fiesta…-

-¿El ladrón? –

-¡Que no es un ladrón! Deja de imaginarte tú solo las películas…- y ante la risa de su amigo, continuó. – Pues lo que quería decirte que… Pasé la noche con… ese chico – habló totalmente sonrojado y señalando con su pulgar la cocina de la cafetería.

-¿Eh? ¿A qué te refieres, Hanamichi? – preguntó sin acabar de entender las palabras del pelirrojo.

-Joder…es bien simple… Me acosté con él. –

-¡¿Qué! – los oscuros ojos de Mito se abrieron con sorpresa a la vez que se levantaba de la silla al escuchar semejante confesión.

-Siéntate Yohei, no montes un escándalo… -susurró Hanamichi. – No sé por qué ocurrió…yo…-

-Pero Hanamichi… ¡te vas a casar! –

-¡Eso ya lo sé! Y deja de alzar así la voz…- Yohei volvió a tomar asiento pero parecía que no se reponía de su sorpresa.

-Joder… le has sido infiel a Mineko… ¡y con un tío!... No sabía que eras… eras…gay –

-¡Y no lo soy! – dijo enfadado Sakuragi. –Apenas recuerdo cómo ocurrió o qué ocurrió exactamente… ¡Estábamos borrachos! Pero aun hay algo más… -

-Sinceramente Hanamichi, preferiría haber escuchado que habías matado a alguien… - dijo con una pequeña sonrisa irónica. -¿Y cómo que aun hay más?… Espera que pida unos calmantes…-

-No te burles, Yohei… esto es serio… - dijo bajando su mirada ante la vergüenza que estaba sintiendo en esos segundos al confesarle tal cosa a su mejor amigo. – Verás… Creo que es el hermano de Mineko…- susurró de una forma apenas audible, pero que Yohei escuchó perfectamente.

-¿QUÉ? –

-¡Joder que no alces la voz!...-

-P-pero… ¿Por qué dices eso? – preguntó temeroso el moreno.

-Él se llama Rukawa Kaede, ¡tienen el mismo apellido que ella!… y tiene 23 años y… ¿no le has visto la cara? ¡Son iguales! -

-Pero Hanamichi… ¿ese Rukawa que hacía en tu fiesta de despedida de soltero? –

-Pues… no lo se… - contestó dándose cuenta de que alguien debería haberlo invitado… porqué si realmente era el hermano de su novia, sería verdaderamente extraño que él estuviese allí como invitado de alguna fiesta de los otros chicos que la celebraban allí mismo.

-¡Espera un segundo! – pidió Yohei para después quedarse unos instantes en silencio. – Creo recordar que Takamiya dijo algo de invitar a algún hermano de ella para llenar más la fiesta de gente…pero no estoy seguro -

-¿Eh?... ¿Y cómo pudo localizar Takamiya a… Rukawa? – preguntó un poco extrañado de tenerlo que llamar así ya que se había pasado casi dos años nombrando con ese apellido a su prometida cuando recién eran amigos…

-Eso ya no lo sé…- reconoció Mito y un silencio incómodo se formó.

-…y bien… ¿Tú que opinas? – preguntó cabizbajo Hanamichi mientras bebía un sorbo de su agua mineral.

-Pues… nada, sinceramente. Mineko no debe enterarse de esto… sabes que es muy celosa…-

-Joder, ya lo creo que lo sé…- reconoció.

-Pues imagínate si le cuentas que te has acostado con su hermano… - y al decir esas palabras vio al famoso chico moreno de ojos azules que salía de la cocina y caminaba a atender a un par de adolescentes que lo miraban con corazones en sus ojos. – Desde luego… Tienes buen gusto, cabrón…- reconoció entre risas al ver el buen cuerpo que poseía ese tal Rukawa Kaede. –Ya me gustaría a mi tener ese cuerpo… Debe ligar mucho.-

-¡Oye! No digas eso… He estado pensando y es la versión masculina de Mineko… - dijo a la vez que se le volvían a colorear sus mejillas al seguir con su mirada al kitsune. –Y él es gay. – Yohei rió por esa respuesta.

-Por lo menos dime algo… ¿Quién estuvo arriba? – preguntó con una gran sonrisa de picardía a la vez que le daba unos golpecitos con el codo al costado de su amigo.

-Eres un maldito cotilla, imbécil… - pero ante la insistente mirada de su amigo, decidió contestarle. –Sí, yo estuve arriba. – reconoció con una sonrisa.

-¡Menos mal! Ya me temía que te dejaste dominar por él… -

-¿Eh? ¡Cl-claro que no!... ¡Estás hablando con el Tensai! ¿De verdad crees que me la dejaría meter?... Tengo mi orgullo, joder. –

-Y… ¿cómo fue hacerlo con un…chico? – volvió a preguntar curioso.

-¡Si tienes tanto interés será mejor que lo pruebes tú!- y ante tales palabras, Yohei estalló en risas.

-No te enfades, Hanamichi… sólo bromeaba…-

Pero Sakuragi no dijo nada… Tan sólo se quedó contemplando ese alto chico con mirada de zorro, que sin saber por qué, cada vez lo atraía más…

-----

NdR:

Wuoolas! - ¿Qué tal? ¿Gustó? XD Espero que shi ò.o Verdaderamente me costó escribir este capitulo...u.uU Y ya se que no ocurre nada demasiado interesante, pero es necesario para lo que vendrá! XD Y...nyose cuando actualizaré el shigueinte capitulo...ahora comenzaré mis examenes finales...ademas de que no estoy en mis mejores momentos...-.- pero prometo que en cuando finalice los examenes escribo enseguida el 5! ò.o así que paciencia, plix -U

Y muuuchias gracias por todos vuestros reviews - De verdad que shi! Y tambien gracias a todas aquellas personas que leen anonimente

Y nos vemos en el 5! 3