Sobre la hora del té, Darcy pasó a buscar a Elizabeth por la Institución. Ese día su doctor lo había examinado por completo, y a su pedido escribió un reporte que aseguraba que no tenía ninguna enfermedad contagiosa. Incluso ofreció hablar con la Sra. Barton si ella así lo deseaba.

Elizabeth ya había terminado de leer un cuento a los niños y lo estaba esperado. Por su parte, la Sra. Barton decidió quedarse media hora más para terminar la lección que estaba enseñando. Durante el camino a la casa conversaron sobre trivialidades, y recién cuando estuvieron sentados en un cómodo sillón los dos hablaron de lo que realmente deseaban...

"... esta nota es para ti." Con una sonrisa Darcy le dio la nota del doctor.

Elizabeth tomó el papel y miró con curiosidad; después de leerlo sonrió ampliamente, "estas son muy buenas noticias, estoy muy contenta que te hayas examinado por mí."

Darcy le besó la mano, "Haría cualquier cosa por ti... Si tienes alguna duda o temor adicional puedes hablar con mi doctor."

Elizabeth sonrió, "No es necesario. Ya no tengo dudas." Lo miro a los ojos, y agregó, "Ya no tengo dudas de ningún tipo."

Darcy abrió muy grande los ojos y sonrió, "¿Estas segura de lo que dices?"

"Estoy muy segura." Le dio un tierno beso en los labios, "Te amo, y si aun todavía deseas que sea tu esposa, y nos casemos pronto, solo tienes que pedírmelo nuevamente."

"¿Que tan pronto?" Preguntó con una gran sonrisa.

"Tan pronto como tu desees."

Darcy se arrodilló y le tomo ambas manos, "Mi amor, ¿me harías el gran honor de casarte conmigo esta semana, o incluso antes?"

"Si, Sr. Darcy, y el honor es mío."

"Dime Fitzwilliam o William."

"Si, Fitzwilliam."

Ninguno de los dos supo exactamente como pasó, pero terminaron entrelazados en el sillón. Pero con el poco control que a ambos le quedaba pararon justo a tiempo de hacer algo que seguramente se iban a arrepentir.

"Perdóname, mi amor. Me dejé llevar por todo lo que siento por ti. Te prometo que no va a volver a pasar hasta que nos casemos." Le besó suavemente la nariz.

"También soy responsable de lo que pasó..., pero también prefiero que la primera vez que estemos juntos sea después de casados."

"Tienes mi palabra que voy a esperar..."

Se acomodaron la ropa y casi enseguida llego la Sra. Barton. La buena señora vio que ambos tenían los labios hinchados, pero como era muy discreta, no hizo comentarios, y sólo se limitó a felicitarlos.

Después de tomar el té, subieron a ver a Rose y a contarle que se iban a casar; La niña estaba muy contenta con la noticia ya que le gustaba mucho el Sr. Darcy...

"¿Sr. Darcy, si se casa con mi tía, usted va a ser mi tío?"

"Si, Rose. ¿Estas contenta que sea tu tío?"

"Si, y ¿usted está contento?"

"Muy contento." El abrazo, "te quiero mucho Rose."

"Y yo a usted, Sr. Darcy." Le dio un beso, "¿Puedo llevar a mis muñecas a vivir a su casa?"

"Si, va a ser tu casa también. Puedes llevar todas las cosas que quieras."

"¿Puedo tener un gato como el del cuento?"

"En Londres no, pero en Pemberley puedes tener todos los gatos que quieras."

"¿Que es Pembely?"

Lizzy y Darcy rieron, "Esa es mi otra cosa."

"Rose, por hoy ya le hiciste muchas preguntas al Sr. Darcy." Sonrió, "otro día le puedes hacer más..."

Esa noche al despedirse, Elizabeth lo acompaño a la puerta y hablaron unos pocos minutos más a solas...

"Hoy me has hecho el hombre más feliz del mundo... Mañana temprano voy a pedir una licencia especial, y me gustaría que vengas con Rose y la Sra. Barton a almorzar a mi casa. Quiero que la guardería esté pronta lo antes posible y que veas tus habitaciones." Hizo una pausa, "quisiera que la redecores a tu gusto."

"Allí estaremos, pero en la noche los Gardiner me invitaron a cenar. Si quieres puedes ir conmigo así los conoces."

Cinco años atrás habría buscado alguna excusa para evitar tener trato con un hermano de la Sra. Bennet, pero en ese momento estaba genuinamente contento de conocerlos. "Con mucho gusto..."