Letra cursiva: Pensamientos.

Letra normal: Relato de la autora

Letra en negritas: Diálogo

LOS GATOS NO CUENTAN HISTORIAS DE AMOR

Kimi10

El gato no puede dormir.

El gato no puede soñar.

El gato no puede pensar en otra cosa mas que en ella.

El gato no sabe por qué pero no puede dejar de verla.

El gato la observa, la siente, la olfatea… mas no entiende exactamente qué le atrae de ella.

Es linda, es simpática, es especial, pero qué niña no lo es. Oh, sé que niña no lo es… la jabalí, ella no es especial, es una pesada… cómo molesta.

Ella es diferente, me sonríe todo el tiempo, no me golpea ni amenaza… sólo sonríe y es gentil.

El gato está entendiendo por qué no puede dejar de verla…

El gato se sonroja…

El gato… el gato…

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¡Ya regreso, iré de compras! Avisó Tohru con alegría.

Está bien. Gritó Shigure con una sonrisa y un ademán desde su cómodo sofá.

¿No quieres que te acompañe? Preguntó Yuki poniéndose en el marco de la puerta.

No, está bien, podré so…

¡YO TAMBIÉN IRÉ! Gritó Kyo de repente saliendo de la nada.

Tohru lo observó y sonrió.

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El camino era largo, pero no importaba, era un día soleado y muy fresco. El canto de los pájaros inundaba el pequeño bosque a su alrededor. El silencio predominaba en los tres. Tohru tarareaba una canción alegremente, Yuki solamente caminaba y veía hacia el frente, Kyo, en cambio, caminaba desganado mirando a todas direcciones, como buscando algo… o huyendo de algo.

Deja de estar buscando, gato tonto, Kagura llegará hasta mañana. Bufó el principe.

Kyo se giró furioso. ¡Lo sé! Pero es Kagura, le encanta sorprenderme. ¡Y NO ME DIGAS GATO TONTO!

Tohru los miró a ambos. Sabía que no había sido buena idea sacarlos a ambos juntos.

Así que mañana llega Kagura ¡Qué bueno! Sonrió Tohru para ambos y continuó caminando.

Los dos chicos Souma se le quedaron viendo. Ellos sabían de antemano que Kagura no era simpatizante de Tohru, mas ella se le veía alegre con saber que más miembros del clan vendrían… Yuki continuó caminando, poniéndose al lado izquierdo de Tohru y empezando una plática. Kyo, en cambio se les quedó viendo.

¿Por qué ella es así? Tan dulce y buena todo el tiempo…

Miró hacia atrás una vez más, subió sus manos a su nuca y continúo el camino.

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Las compras terminaron algo tarde y los tres se encontraban algo exhaustos. Tohru insistía en cargar al menos una bolsa, mas ninguno de los Souma accedió. Tohru sujetó una bolsa por debajo de la mano de Yuki y comentó:

Ves, sí la puedo. Y sonrió tiernamente.

Kyo se fijó en el sonrojo de Yuki y le hirvió la sangre.

¡CLARO QUE LA PUEDES, HONDA, TOMA!

Y le dio la bolsa del pan, la más ligera.

Gracias. Contestó Tohru entre aterrada y agradecida, se quedó parada viendo a Kyo caminar a zancadas. No te enojes¿si? Solamente jugaba…

Kyo se mordió los labios. La regué otra vez… Pensó volviendo a escuchar en su mente el grito aterrador que dio.

Kyo no sabe hablar, solo gritar. Comentó Yuki quitándole repentinamente la bolsa de pan a Tohru quien, distraída empezó a perseguir al peliazul.

No, Souma, por favor.

Arghh… ¿QUIERES PELEAR? Se giró furioso el gato.

Yuki negó con la cabeza y lo vio con ojos fulminantes.

Y solo sabe arreglar las cosas a patadas.

Tohru miró a Kyo y agachó la mirada. Yo creo que es un buen chico. Comentó comenzando a caminar de nuevo junto a Yuki.

Kyo bajó los puños y furioso tomó las bolsas y empezó a andar delante de ellos. Como odiaba que el ratón lo dejara en vergüenza y que Tohru lo defendiera tan ingenuamente. Ay le hervía la sangre como nunca.

Llegaron finalmente a la casa, dejaron las cosas en la cocina y Tohru pidió acomodar las cosas sin ayuda, según ella, bastante habían hecho ya. Kyo se enfureció por otro comentario de Yuki y subió a su habitación, furioso. Un terrible portazo se escuchó en toda la casa.

Es un tonto, ya debería madurar. Bufó Yuki cruzado de brazos.

Tohru se limitó a acomodar latas y envases. Yuki se retiró segundos después y Shigure entró a la cocina.

¡Tohru¿Has traído lo que te pedí?

Claro, aquí tienes.

Le extendió una revista de colores brillantes.

¡Muchísimas gracias, Tohru! Gritó con emoción y la abrazó. A veces al gato le gusta ronronear. Susurró discretamente, se giró y se despidió con la mano.

Tohru se le quedó viendo, muy confundida por lo que dijo. Finalmente lo tradujo como que debía hablar con Kyo. Terminó de acomodar la cocina y calentó té.

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El gato es un tonto… el gato es un traidor… el gato es solitario…

No me controlo… no me domino… así jamás llegaré a ser como mi maestro…

Kyo respiró profundamente y exhaló…

El gato jamás será invitado… el gato jamás será… de ella.

La puerta sonó tres veces.

Disculpa… Kyo. He traído algo de té…

Pasa.

Tohru abrió la puerta y se encontró con un Kyo de cabeza, se sonrojó al verlo con el pecho desnudo.

Lo siento, no quería interrumpir.

No has interrumpido.

Susurró indiferente.

Tohru tomó la bandeja y pasó a la habitación. Kyo se le acercó y tomó la bandeja, Tohru evitó su mirada aterrada porque viera su sonrojo, pero se enrojecía más al ver su pecho musculoso. Se giró al darle la bandeja y deslizó la puerta con cuidado.

Espero que te guste, es…

Perdóname.

Tohru se quedó muda. Kyo estaba de espaldas ante ella, dejó la bandeja en su escritorio, tenía la cabeza agachada.

No debí… gritarte hoy.

Tohru negó con una sonrisa. ¡No hay problema!

¡SÍ, SÍ LO HAY! Kyo dio un manotazo en su escritorio mandando a volar una cuchara. Tohru observó la cuchara y después a él. Estaba asustada.

Kyo se giró y a Tohru se le paró el corazón. Se veía increíblemente atractivo, su mirada tierna y arrepentida, su cuerpo brilloso por el sudor y sus pequeños musculos marcados ligeramente le daban un cuerpo muy varonil y juvenil. Tohru suspiró accidentalmente y se sonrojó por ello. Miró la cuchara de nuevo y se agachó para recogerla. Kyo la detuvo.

Yo no quiero ser así… contigo.

Tohru tragó saliva, se quedó a un metro de la cuchara.

Tú puedes ser como quieras conmigo. Sonrió dulcemente sin mirarlo.

Kyo la sujetó con fuerza y la alzó hacia él, la tomó de los brazos y la observó tímido.

Eres muy buena conmigo… no me merezco tu gentileza.

Tohru negó con una sonrisa de oreja a oreja.

Tú también eres gentil conmigo, todos merecemos gentileza.

Kyo sonrió e hizo algo que Tohru jamás imaginó. La estrechó. La abrazó repentinamente con fuerza. Tohru se quedó con los ojos abiertos muy sorprendida. Sus manos reaccionaron y se ablandaron, con miedo y extrema precaución rodearon la espalda de Kyo, sintiendo una suavidad exquisita bajo sus yemas. Acomodó su cabeza en el pecho del moreno y sonrió. Kyo sintió que abrazaba a una delicada muñeca, Tohru era tan delgada y frágil que sentía que la rompería en algún segundo, cerró los ojos y se quedaron así por segundos… minutos…

Nadie me había hablado así. Admitió Kyo separándose poco a poco de la dulce y embriagante fragancia de Tohru, una deliciosa mezcla de frutas con violetas. Sus manos se deslizaron inconscientemente por la cintura de Tohru estremeciéndola y finalmente se posaron en sus bolsillos. La sonrisa de él continúo ahí y sus ojos nadaban en los de Tohru… se sentía hipnotizado y agradecido.

¡TOHRU TE LLAMAN POR TELÉFONO!

Ambos despertaron de un sueño maravilloso, sus mejillas se incendiaron y Kyo corrió hacia su armario en busca de una camisa. Tohru sirvió el té de Kyo mientras se mordía los labios y acomodaba un mechón detrás de su oreja.

Gracias por el té. Susurró de forma monótona.

De nada. Respondió antes de salir.

Kyo se quedó mirando a la puerta y dejó de buscar en el armario. Respirando su fragancia se dejó caer en el futón y sonrió.

A veces el gato le gusta ronronear…

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¡KYOOOO!

Se escuchó un domingo en la mañana.

No puede ser. Susurró Kyo tapando su cabeza con la almohada y girando su cuerpo.

La puerta se deslizó de golpe y la chica se dejó caer encima de Kyo.

¡TE EXTRAÑÉ¡¡TE EXTRAÑÉ A HORRORES!

Gritaba alegre abrazándolo con fuerza. Kyo se revolcaba intentó salir de la almohada, lo estaba ahogando.

¡AHH! Salió aterrado respirando agitadamente. ¡CASI ME MATAS, VIEJA LOCA!

¡QUEEE! ESO ME DICES DESPUÉS DE NO VERME DURANTE MESES ¡POR QUÉ ERES TAN MALO!

Kagura lo empezó a picotear por todo el estómago furiosa. Kyo salió corriendo del cuarto pasando junto a Tohru quien tenía un canasto de ropa sucia.

Buenos días. Susurró viéndolo pasar.

¡NO LE HABLES ASÍ A KYOO! Gritó Kagura pasando junto a ella. Tohru se asustó.

La pareja siguió corriendo por largo rato. Tohru terminó de meter la ropa a la lavadora y bajó hacia la cocina donde se encontraban Shigure y Yuki tomando té.

Me preguntó a qué habrá venido Kagura. Comentó Shigure dando un sorbo a su bebida.

Seguramente ordenes de Akito. Refunfuñó el principe viendo con sorna cómo Kyo caía y Kagura se le abalanzaba llenándolo de besos.

Sea lo que sea, qué bueno que llego bien. Dijo Tohru con una sonrisa viendo los intentos de Kyo por zafarse de Kagura.

Shigure sonrió.

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Esa misma tarde los Souma salieron de la casa y se dirigieron al templo de los Souma. Tohru se quedó en casa acomodando la ropa y haciendo quehaceres. Por fortuna sus amigas ya había avisado la invasión y esa misma tarde vendrían a acompañarla. El timbre sonó a las seis en punto.

¡TOHRU¡Qué preciosidad, ay estás tan delgada! Te hemos traído chocolates, golosinas y uno que otro bizcocho.

Pasen. Contestó Tohru sonriente.

Las dos amigas entraron a la casa y sentaron en la sala.

Así que fueron a visitar parientes, qué bien, hay que hacer algo juntas, traje unas películas y mangas que podríamos…

Dejame leerte las cartas… Susurró repentinamente Hana.

Tohru se le quedó viendo, Uo sonrió y se arrodilló a un lado de Hana.

No estaría mal, princesita.

Tohru las miró asustadas.

¿De qué trata?

Solamente partirás un mazo de cartas, yo las repartiré y te leeré tu futuro¿qué dices?

Uo miró a Hana con emoción y después a Tohru. ¡Vamos, es solo un juego! Si quieres que a mí también me las lea después.

Tohru sonrió. Está bien.

Las tres chicas se acomodaron en la mesa circular y Hana comenzó a revolver las cartas, le dio todas a Tohru y le ordenó partirlas a su gusto. Tohru hizo tres columnas y las revolvió con cuidado. Hana sonrió y miró a Tohru mientras las cogía.

A ver, empecemos.

Uo y Tohru se acercaron a la mesa.

Aquí dice que tengas cuidado… comentó al repartir tres cartas a la vez. Estás jugando con… ¿fuego? Estás en peligro… pero… tienes… sacó otra carta. Un protector. Tienes varios ayudantes, pero solo un protector. Hana miró a Tohru y ella se mostraba indiferente y divertida. Éste protector hará mucho por ti… pero es… débil… a comparación del emperador.

Tohru quitó su sonrisa y miró a Hana y a Uo.

El emperador es… muy poderoso… domina a todos tus ayudantes… sacó otra carta. El escudo… parece que aun así estás protegida por él. Miró a Tohru. ¿Algo que contarnos, Tohru?

Tohru las miró a ambas y después a las cartas.

Supongo que mi jefe piensa correrme. Comentó preocupada.

Hana y Uo se miraron. ¿Por qué? Preguntaron al unísonido.

Bueno… me he estado quedando dormida cuando trabajo. Mis compañeras me ayudan mucho, tengo miedo de que me corra. Comentó aterrada.

No está bien que trabajes tanto, Tohru. Comentó Uo angustiada.

Hay una tienda cerca de la escuela que pide empleados, dice el letrero que pueden ser estudiantes. 200 yenes la hora, tú eliges cuánto trabajas.

¿En serio! Me parece estupendo, iré mañana con ustedes¿va? Sonrió felizmente.

Hana y Uo se miraron y asintieron a la vez.

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La noche pasó lenta y tranquila, las chicas se fueron a las 8 de la noche y en una hora llegarían los chicos Souma. Tohru ya no tenía más quehaceres y decidió irse a descansar. Se soltó el cabello y se cambió de ropa.

Buenas noches, mamá. Sonrió para después cerrar los ojos.

No se durmió inmediatamente, se quedó pensando en lo que Hana había dicho. ¿Un protector¿Un emperador¿Un escudo¿Qué era todo eso y a qué se refería? Se giró hacia el lado izquierdo y escuchó la puerta de abajo abrirse. Qué rápido había pasado la hora… Se quedó acostada pensando en que estarían agotados para charlar con ella. El ruido de sillas y gritos se escuchó perfectamente en la cocina. Tohru se preguntó si tal vez querían cenar. Se puso de pie, tomó su bata y se arropó con ella. Bajó con sigilo las escaleras.

¡No lo haremos, no le llevaremos a Tohru! Negaba Kyo exhaustivamente.

¡Cállate, imbécil, ha de estar dormida! Gritó Shigure enojado.

Tohru congeló su pie y se quedó en las escaleras.

No tenemos elección, es Akito, él lo ordena.

¡NOO¡NO LO HAREMOS, ELLA ES BUENA, NO SE LO HA DICHO A NADIE! Gritaba Kyo furioso.

¡CÁLLATE! Gritó Yuki dándole un puñetazo.

Tohru se tapó la boca y cerró los ojos con fuerza.

Kyo se puso de pie listo para enfrentarse a Yuki mas no se esperaba el puñetazo de Shigure, él jamás lo golpeaba.

Si no entiendes por las buenas, lo harás por las malas.

Tohru miró horrorizada le cuerpo de Kyo, su boca sangraba y los demás miembros del clan se veían siniestros y atemorizantes. ¿Qué estaba pasando¿A qué se referían?

Tengo miedo, mamá.

NOTAS DE LA AUTORA: ¡CHINGA, QUÉ OCURRE! ((OO)) No golpeen a mi Kyo TOT! Él es tan bueno… y, y, chingón ;;! Uhh en éste cap iba a haber beso pero como no noté muy entusiasmados sus reviews les daré otra oportunidad xP! Orele, a comentar bonito, haganme la barba o no sé xP! No sé si ya contradije los demás tomos, pero esto es un fanfic y es lo que pienso vendrá después jojojo O! MOMIJI! FALTA MOMIJI O! AWWW lo amo w! Próximo cap, sexo jajaja nahhh, no se crean xP! Wenu, ya mi voy, después continuo con más golpes, zarandeadas y besos xP! Ciao!