UN NUEVO DRACO
Summary: Draco se considera heterosexual, pero cierto moreno de ojos verdes le hará cambiar de opinión... Slash HxD. Lemon. ¡Mi primer fic!
Disclaimer: nada de esto me pertenece, obviamente. Si Draco y Harry me pertenecieran... no estaría escribiendo esto y estaría con ellos haciendo otras cosas!
Advertencia: sexo explícito hombre-hombre.
Lo que está en kursiva son pensamientos.
¡Hola! Aquí está el tercer y último capítulo. Ya avisé que sería cortito... Esta vez la dedicatoria es para todas aquellas personas que me han hecho feliz con sus reviews: SlythchickASD, Allalabeth, Nessa4, Jass Weasley, Utena-Puchiko-nyu, Rochy true, DarkenjiFusjisaki, Perla Negra, Amarissima y Bellatrix L Black. ¡Mil gracias!
He tardado un poquito en actualizar. Pido disculpas. Me entretuvo una idea para un oneshot, pero creo que fue un error porque no ha tenido éxito. ¿Será que se me fue la inspiración¿O será que sólo me inspiro cuando escribo sobre Harry y Draco? Espero que este final no os defraude. ¡Vosotros diréis!
Bueno, pues aquí os dejo con el capítulo. ¡Ojalá que os guste!
Capítulo 3:
Draco caminó hasta la orilla del lago y, sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que había un alumno recostado en un árbol hasta que lo tuvo enfrente, apenas a un metro de distancia.
El rubio se sobresaltó cuando al levantar la vista se encontró con unos profundos ojos verdes.
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Harry había pasado mucho rato en su sala común reflexionando, tal y como le había dicho Ron. Pero al darse cuenta de que no era capaz de llegar a ninguna conclusión había empezado a agobiarse, por lo que había decidido salir a tomar el aire. Utilizando su capa de invisibilidad había salido del castillo y tras dar un breve paseo había decidido sentarse un rato cerca del lago, para relajarse e intentar de nuevo ordenar su mente.
Allí se encontraba el moreno, con la espalda apoyada en el árbol más cercano al lago, cuando oyó pasos que se acercaban. Su primer impulso fue cubrirse con su capa para no ser descubierto fuera de la torre Gryffindor a esas horas, pero no llegó a llevarlo a cabo porque cuando se dio cuenta de quién era el intruso se quedó paralizado.
Cuando Harry quiso reaccionar ya era demasiado tarde. Draco estaba de pie enfrente de él, mirándole.
-¿Vienes a insultarme otra vez, Malfoy? Pues ya puedes empezar. No tengo ganas de pelearme así que dime lo que quieras decirme y déjame en paz.
-No he venido a eso, Potter. En realidad...
Harry no le dejó terminar y empezó a gritarle furioso.
-¿No¿Pues entonces qué¿No tenías a quién follarte esta noche y has venido a ver si quiero repetir? Pues entérate de que no soy imbécil, Malfoy. Ayer me usaste y hoy me insultaste. ¿Crees que puedes venir ahora y pretender...
-Estúpido cara-rajada. Cállate¿quieres? Lo que iba a decirte cuando me interrumpiste es que en realidad no he venido a nada. Estaba paseando para tomar el aire cuando te he encontrado.
-¿Y pretendes que me crea eso?
-Créete lo que quieras, Potter. Yo sólo te digo lo que hay.
Harry dudó por un momento. Por un lado sentía mucha ira hacia el rubio, pero por el otro lucía en su rostro una expresión que nunca antes le había visto. Sorprendentemente, no expresaba superioridad ni arrogancia; simplemente... sinceridad.
-No miento- continuó el Slytherin-. Llevaba mucho rato encerrado en las mazmorras y necesitaba salir.
-¿Y la cena¿No has ido?- preguntó Harry, con un tono bastante más calmado.
-¿Es que me has visto en el Gran Comedor? Oh... bueno... qué tonterías digo. Es evidente que a ti te importa una mierda si estoy o no. Obviamente no te has fijado.
-De hecho es que yo tampoco he cenado.
El moreno pudo ver que Draco levantaba una ceja a modo interrogativo.
-Bueno, he tenido un mal día y no tenía hambre.
-Entonces como yo.
-¿Que no tenías hambre o que has tenido un mal día?
-Ambas cosas.
Por varios segundos se quedaron callados. El Gryffindor no estaba muy seguro de lo que significaba aquella conversación. Malfoy está muy raro... Parece como apenado pero conociéndole bien podría ser una estrategia para algún sucio fin. Aunque quizá... Los pensamientos de Harry se vieron interrumpidos por el rubio, quien había decidido romper el silencio.
-Oye Potter... ¿te importa si me siento?
El moreno tardó un poco en responder, pues no se había esperado una pregunta como aquella.
-La verdad, Malfoy, es que no me apetece nada discutir.
-No es esa mi intención, lo juro.
Harry se sentía enormemente confundido, pero aún así se hizo a un lado para dejarle espacio al Slytherin.
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Draco suspiró interiormente de alivio. Las cosas habían estado algo tensas al principio de la conversación, pero se había propuesto darle un giro y parecía que lo estaba consiguiendo. En realidad no sabía exactamente qué es lo que quería, pero sabía seguro que no quería pelear. No después de la verdad que hacía pocos minutos se le había revelado.
El rubio se sentó junto a Harry, apoyando su espalda en el trozo de árbol que éste le había cedido al moverse. Quedaron uno al lado del otro, ambos mirando hacia el lago.
-Potter, dime una cosa. ¿Hace mucho que descubriste que te gustaban los chicos?
Por el rabillo del ojo, Draco pudo ver la cara de sorpresa que se dibujaba en el rostro de Harry.
-Bueno... La verdad es que hace bastante. No sé exactamente en qué momento empecé a darme cuenta, pero me lo reconocí a mí mismo plenamente en cuarto curso, si no recuerdo mal.
-¿Cuarto? Joder, qué pronto¿no? O sea, quiero decir, no sé...- el Slytherin se había sorprendido con la respuesta, pero quiso seguir investigando-. ¿Y cómo fue? Si no te importa contármelo, claro.
-En realidad no, no me importa. No es ningún secreto y mucho menos algo de lo que me avergüence- Draco observó al moreno mientras éste hacía una pausa como para darse tiempo para recordar-. El detonante definitivo fue una persona, alguien de quien me enamoré perdidamente.
-¿El típico amor imposible de adolescencia¿Un amor platónico?- preguntó el rubio.
-De hecho empezó así, pero... finalmente resultó no ser tan imposible.
Esta vez Draco no hizo ningún comentario. Por lo menos en voz alta. ¿Cómo¿Qué significa esto de que resultó no ser tan imposible? Mierda, sabes lo que te acaba de pasar¿no, Draco? Estás celoso, por primera vez en tu vida.
No muy seguro de querer saber la respuesta, finalmente se atrevió a preguntar.
-¿Quieres decir que tú...
-Que él me correspondió y que empezamos a salir a finales de cuarto. Si no hubiera sido por él, no sé si habría podido superar todo lo del Torneo de los Tres Magos: la muerte de Cedric, el retorno de Voldemort... Fue una mala época para mí, pero él estuvo allí para ayudarme.
-¿Duró mucho?
-Pues un año, más o menos.
-¡Buf! Eso es muchísimo. Mi relación más larga fue... de dos horas y media, creo.
-¡Ja, ja, ja¿Dos horas y media?
-Sí, el tiempo de echar 3 polvos.
-¿De verdad nunca ha habido nadie con quien quisieras algo más que sexo¿No te ha gustado ninguna de las miles de chicas con quienes te has acostado?
-Pues no, pero no cambies de tema. ¿Es que no vas a decirme quién fue ese gran amor tuyo¿No sería Weasley? Por favor, dime que no.
-No... Bueno, no exactamente- dijo Harry con las mejillas sonrojadas.
-¿No exactamente¿Qué significa no exactamente?
-Mi novio fue… Fred Weasley.
-¿Fred Weasley¿El mismo Fred Weasley que tiene un gemelo y que jugaba en el equipo de Gryffindor¿El mismo Fred Weasley que es el hermano de tu mejor amigo¿El mismo Fred Weasley que...
-Sí, sí. Ése mismo. ¿Por qué es tan sorprendente?
-No sé... no sabía que esos dos fueran gays.
-Si cuando dices "esos dos" te refieres a Fred y a George, estás equivocado. Ése es un error muy común entre la gente. Los gemelos Weasley se parecen en muchos sentidos, tanto física como psicológicamente, pero no son una sola persona dividida en dos partes. George es heterosexual.
-Vaya, qué curioso. La verdad es que nunca me lo había planteado. Será porque no dedico mucho tiempo a pensar en la familia de los pobretones...
Dos segundos después de haber dicho esas palabras, Draco se arrepintió de haberlo hecho.
-Tenías que estropearlo¿verdad? Ya me parecía a mí que llevabas demasiado tiempo sin ser el habitual "Draco-yo-soy-mejor-que-el-resto-de-la-humanidad-Malfoy". ¡Vete a la mierda!- dijo Harry mientras que con movimientos ágiles se ponía en pie para marcharse.
-¡No! Harry, espera. No te vayas. Lo he dicho sin pensar. La costumbre, supongo.
Las palabras del rubio tuvieron efecto sobre el Gryffindor, pues éste se paró súbitamente.
-¿Me... me has... me has llamado Harry?
¡Coño¿Le he llamado Harry¡Le he llamado Harry¡Merlín! Estoy peor de lo que pensaba. Aunque... si llamarle por su nombre hace que se le ponga esta carita, tendré que hacerlo más a menudo. Se ha sonrojado y se le ve tremendamente sexy...
-Eso parece.
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Harry decidió sentarse otra vez. En realidad Draco no se había disculpado, pero él tampoco esperaba tanto. Y el hecho de que le hubiese llamado por su nombre tenía que significar algo, aunque no sabía qué.
El moreno seguía pensando en eso cuando la voz del Slytherin habló de nuevo.
-Me estabas hablando de tu relación con Fred Weasley.
-Sí, bueno, no hay mucho que contar. La cosa fue bien por unos meses, hasta que él y George dejaron la escuela. La relación en la distancia... digamos que se debilitó, y acabó por romperse. La ruptura coincidió más o menos con nuestros TIMOS.
-¿Y cómo es que toda esta historia no es de dominio público?
-Al principio lo escondimos, por distintas razones. Una de ellas era Ron. Es mi mejor amigo y le quiero muchísimo, pero a veces aceptar las cosas le cuesta un poco- Harry hizo una pausa recordando el largo proceso de aceptación de Ron antes de continuar-. Pero la razón principal fue Voldemort. Me daba miedo que si él se enteraba usara a Fred para llegar hasta mí y hacerme daño.
-No se me había ocurrido.
-Cuando decidimos dejar de escondernos los gemelos ya vivían en Hogsmeade y lo nuestro ya agonizaba, así que no dio tiempo.
-¿Y Ron¿No se enteró?- preguntó Draco.
-Sí, se lo contamos. Fue bastante difícil, pero terminó por aceptarlo. Primero se enfadó por mi homosexualidad, luego se indignó por el hecho de que saliera con uno de sus hermanos y después su puso furioso porque le habíamos mentido una temporada. Finalmente lo asumió todo y aprendió a escucharme y hasta a darme consejos, aunque en el fondo no acabe de entender muy bien mi vida sexual y sentimental.
Harry no sabía por qué le estaba contando todo eso a Draco, pero se sentía cómodo. Después de tantos años de insultos y peleas se sentía bien teniendo una conversación normal con el rubio. Especialmente después de lo que había pasado entre ellos.
El Gryffindor no quería romper el momento, pero sentía curiosidad por el motivo de tan repentino cambio.
-Dime Malfoy. ¿A qué se debe este cambio de actitud?
-Difícil pregunta, Potter. Y antes de que te conteste, respóndeme tú a esto. ¿Por qué me dijiste hace un rato que ayer te utilicé?
-Yo... No sé... Primero te resististe, después me dijiste que querías, luego te marchaste de una manera algo extraña y hoy... hoy me insultaste como si nada hubiera pasado. Supongo que por eso deduje que todo había sido un pasatiempo. Pensé que quizá me habías usado para experimentar... ya me entiendes.
-Qué curioso. Yo creí que eras tú quien me usaba a mí.
-Se nota que no me conoces. Yo no hago esas cosas.
-Si lo piensas no es una idea tan descabellada. Tú eras el experto y te aprovechaste de un pobre chico confundido para pasarlo bien un rato.
-¿Un pobre chico confundido¿Desde cuando el gran Draco Malfoy es un pobre chico confundido?
Harry había dicho esta frase riendo, pero se le borró la sonrisa al ver la cara que había puesto Draco. El rubio tenía una expresión triste y los ojos clavados en sus zapatos, como si fueran lo más interesante del mundo.
Tras un momento de silencio, el Slytherin salió de su ensimismamiento.
-Mira Potter, sé que me he comportado de un modo algo extraño, pero quiero que te quede claro que yo no te utilicé ni lo hice para dañarte, aunque me cueste reconocerlo. Realmente estaba confundido.
-¿Estabas¿Ya no lo estás?- preguntó Harry.
-Creo que no.
-Supongo que intentas decirme que todo vuelve a la normalidad¿no? Que olvide todo lo que pasó. Tú eres heterosexual y además yo soy el asqueroso cara-rajada¿cierto?
El Gryffindor se sentía totalmente frustrado. Le dolía pensar que para Draco él no fuera más que un error que había que olvidar. Muy a su pesar tuvo que reconocer que eso sólo podía significar una cosa: para él ese polvo no había sido simplemente sexo casual.
Genial. Ahora resulta que me siento atraído por alguien a quien le gustan las chicas y que además me odia. Ahora sí que has tocado fondo, Harry.
El moreno hizo ademán de levantarse, pero se paró al escuchar al Slytherin.
-¿Por qué te vas ahora?
-Creo que ya está todo dicho. Tu error se retira para que puedas olvidarlo tranquilamente- dijo Harry sonando más dolido de lo que pretendía.
-Yo no he dicho que seas un error. Lo has dicho tú.
-Y… ¿eso qué significa?
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Draco respiró hondo. Había llegado el momento de la verdad. Era ahora o nunca. Vamos, tú puedes. Sé un poco Gryffindor por una vez y ten valor.
-Significa que gracias a ti he descubierto muchas cosas de mí mismo y que por primera vez en la vida me he auto-sincerado- dijo el rubio, sin atreverse a mirar a la cara a su interlocutor.
-Creo que no te entiendo.
Draco suspiró y levantó la mirada hacia Harry.
-Si me acosté contigo fue porque… porque… Fue por impulso, lo que implica que soy gay y que además… me siento atraído por ti.
¡Uf! Ya lo he dicho.
-P-pero… p-pero…- dijo Harry tartamudeando.
El rubio sentía su corazón a mil por hora. Parecía que el Gryffindor no reaccionaba y él se estaba poniendo nervioso, así que decidió ser más radical.
Sin previo aviso Draco pegó sus labios a los de Harry e inició un beso suave pero decidido. Sonrió mentalmente cuando el moreno empezó a responder. Poco a poco fueron profundizando hasta que se separaron, ambos con la respiración algo alterada.
-Pero tú… tú me odias- le dijo Harry sonrojado de pies a cabeza.
-Eso pensaba yo, pero del odio al amor hay sólo un paso.
Volvieron a unir sus labios, esta vez en un beso mucho más pasional. En su interior Draco gritaba de felicidad. Le había confesado al moreno sus sentimientos y éste le estaba respondiendo. Sin duda alguna, la sensación que sentía el rubio era lo más cercano a la felicidad que jamás había sentido.
Antes de que Draco se diera cuenta las manos de Harry le estaban recorriendo el cuerpo con ansia. El Slytherin se apresuró a responder y a los pocos minutos empezaba a desabrocharle la camisa.
Pero el Gryffindor le detuvo. Draco se asustó. ¿Harry se estaba arrepintiendo? Suspiró aliviado cuando levantó la vista y lo único que vio fue una sonrisa en su boca y deseo en sus ojos.
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Harry estiró el brazo para alcanzar su capa de invisibilidad. Entonces se tumbó en el suelo y atrajo a Draco hacia sí, para luego cubrirse ambos con la capa. El moreno no quería perder tiempo yendo a buscar algún sitio más adecuado por el castillo. Quería volver a sentir la piel del rubio contra la suya cuanto antes, sin importar el frío o las hojas clavándosele en la espalda. La capa sería suficiente para ocultarles por si alguien decidiera salir a dar un paseo nocturno.
Todas sus dudas se habían desvanecido al oír las palabras de Draco: "del odio al amor hay sólo un paso…". Amor. Esa era la clave. Cuando entendió lo que el otro le estaba diciendo, supo que eso era todo lo que quería en el mundo.
El Gryffindor reanudó su exploración manual del cuerpo del rubio. ¡Merlín! Es simplemente perfecto… ¿Por qué no me di cuenta antes?
Draco también había empezado a acariciarle y parecía tener prisa por deshacerse de sus respectivas ropas. Harry supo que esta vez el Slytherin no quería solamente dejarse hacer, como había ocurrido la vez anterior, y la idea se le antojó maravillosa, pues se moría por sentir todo lo que su amante le ofreciera, aunque fuera inexperto.
En cuestión de minutos y sin despegar sus labios, ambos estaban completamente desnudos. Draco estaba encima de Harry, moviéndose de un modo que hacía que el moreno no pudiera evitar soltar algunos gemidos.
-Te deseo tanto, Draco- dijo el Gryffindor con una voz que no parecía la suya, consecuencia de la excitación.
-Me encanta cómo suena mi nombre cuando eres tú quien lo dice.
Harry cerró los ojos y se relajó mientras Draco iniciaba un camino de pequeños besos por su cuello y pecho. Jadeó fuertemente cuando se detuvo en sus pezones, mordisqueando primero uno y luego el otro.
Cuando el Slytherin llegó a su erección le detuvo y le instó a que se tumbara recostado sobre su lado izquierdo. Entonces Harry se dio la vuelta y se puso en la misma posición, de tal manera que su boca quedaba a la altura de la erección de Draco y la boca de éste a la altura de la erección del moreno.
Harry empezó a acariciar con su lengua el pene del rubio y gimió cuando éste entendió sus intenciones y también comenzó a lamer su erección.
Los gestos de ambos se hicieron cada vez más rápidos y decididos. Harry oía jadeos sin saber si eran los suyos o los de Draco. Sólo sabía que se sentía como si estuviera en el cielo. El placer que estaba recibiendo sumado al hecho de saber que también él estaba dando placer le estaba haciendo enloquecer.
Cuando sintió que Draco abandonaba su tarea supo que estaba cerca del orgasmo y también paró. Volvió a darse la vuelta y situándose encima del Slytherin le besó. Sintió que las manos de su amante se aferraban a sus nalgas y sus erecciones rozaron, provocando que los dos gimieran dentro del beso.
-Harry… necesito sentirte dentro otra vez- dijo Draco con la respiración entrecortada y tono de súplica.
-No- contestó el moreno-. Esta vez quiero que seas tú.
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Draco detuvo todos sus movimientos. Sentía que los nervios le invadían. No se había esperado aquello.
-Harry… No estoy seguro de que sea una buena idea. Yo no…
-Es una idea maravillosa- le cortó el Gryffindor-. Tú relájate y yo te guío.
El rubio obedeció. Por un lado no estaba nada convencido de aquello. Temía hacerlo mal, estropear las cosas o hacer el ridículo. Pero por el otro… la idea de poseer a Harry sonaba increíblemente bien.
El moreno rodó arrastrando a Draco con él, de manera que éste quedara encima, y volvió a acomodarles la capa de invisibilidad. El Slytherin se esforzó por controlar su temblor cuando Harry tomó sus dedos y se los metió en la boca para humedecerlos. Una de las manos del Gryffindor jugaba con su erección, lo que hizo que Draco fuera olvidando sus nervios para dejar paso al deseo y al placer que había dejado aparcados.
Harry separó y dobló sus piernas y condujo la mano del rubio hasta su entrada. Draco sabía lo que tenía que hacer. Con cierta indecisión introdujo uno de sus dedos dentro del moreno y empezó a moverlo, intentando imitar los movimientos circulares que recordaba haber recibido el día anterior.
Cuando vio que Harry cerraba los ojos se atrevió con un segundo dedo, al que poco después siguió un tercero.
El moreno le detuvo poco más tarde apartándole la mano. Entonces se echó saliva en la suya propia y la dirigió a la erección de Draco. Después de humedecerla situó al rubio entre sus piernas.
-No tengas miedo- le susurró Harry mientras que empujando suavemente las nalgas del rubio le instaba a penetrarle.
Draco se fue introduciendo lentamente en el interior del Gryffindor. Cuando hubo entrado por completo se quedó quieto, en parte porque no sabía si ya debía empezar a moverse y en parte porque las sensaciones que estaba experimentando le habían dejado paralizado. Sentía que el cuerpo de Harry se amoldaba completamente a su erección, como piezas de un puzzle perfectamente encajadas. Nunca ninguna chica le había provocado esas sensaciones.
Fue Harry quien empezó a moverse y Draco le imitó. Al principio todo fue lento, pero el rubio fue ganando seguridad y aumentó la fuerza de las embestidas. Se había propuesto mantener los ojos abiertos, fijos en los esmeralda, pero las oleadas de placer que recorrían su cuerpo se lo impidieron.
El Slytherin no sabía cuando había empezado, pero se dio cuenta de que estaba masturbando a Harry al mismo ritmo de su movimiento. Ambos gemían.
El moreno terminó primero, derramándose en la mano de Draco. Pocos segundos después también el rubio alcanzó el orgasmo.
Se quedaron unos minutos sin moverse, sin hablar. Finalmente el rubio se retiró y se tumbó al lado del Gryffindor. Éste pasó un brazo por los hombros de Draco y le instó a apoyar la cabeza en su pecho.
-Eso ha sido… increíble. Nadie diría que era tu primera vez- dijo Harry mientras depositaba un beso en el rubio pelo del Slytherin.
Draco no respondió. Se sentía como flotando en una nube y sólo sabía que quería permanecer entre esos brazos para siempre. Allí, con Harry, sentía que no tenía que esconder sus sentimientos y ser el arrogante Malfoy que le habían enseñado a ser; sentía que podía ser él mismo.
Finalmente reaccionó. Quería decirle muchas cosas, pedirle perdón y, sobretodo, hacerle saber que le amaba.
-Yo… todos estos años he sido un imbécil y…
-Shhh- le cortó Harry poniendo el dedo índice en sus labios-. Ambos hemos sido estúpidos y hemos estado ciegos por largo tiempo. Pero todo eso ya no importa.
Draco sonrió ante las palabras del moreno.
-Me encanta esta sonrisa. Creo que nunca la había visto antes- dijo Harry.
-Es que gracias a ti soy un nuevo Draco- respondió el rubio, sin dejar de sonreír-. Alguien que sabe lo que quiere y a quien no le importa lo que piensen los demás.
-Creo... creo que me gusta el nuevo Draco.
-¿Sólo lo crees?
-No. Estoy seguro.
FIN
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Bueno, pues aquí se acaba esta historia. Ya sé que ha sido cortito, pero es que es lo primero que escribo de más de un capítulo y no me atreví con algo más largo. Espero que hayáis disfrutado tanto leyendo como yo escribiendo. Cualquier comentario, duda, corrección, crítica o lo que sea será bienvenido.
¡Muchísimas gracias por leer y muuuuuuchos besitos!
BoLLiTo MaLFoY