Antes de empezar quiero dejar patente mis respetos hacia la fuente de la incipiente fortuna que cada día aumenta más la cuenta corriente de la Señorita Rowling. Traduciendo, que todos los personajes y paisajes que hayáis leído en los libros de Harry Potter y estén en mi creativa obra de arte no es coincidencia, sino que la pedí permiso..o...¡quise hacerlo!. Trama narrativa: Made in me! Gracias si estáis aquí...;) va,va, no me enrollo más!
Seagarró el pelo con las manos y cogió aire profundamente, cada vez estaba mas cerca, cada vez tocaba a alguien mas cercano, los mortifagos se le aproximaban mas y el no sabía todavía que hacer, y no sabía si a la hora de la verdad funcionaría la seguridad de su casa de Privet Drive.
Pasó unas cuantas horas solo en casa, sentado en el sofá, mientras sus tios estaban con su primo en el hospital¿ya había dicho que el era el culpable¿ya sería oficial que después de curarse iria a la cárcel, o a un correccional?.
Sumido en sus pensamientos, un aleteo le hizo volver a la realidad, y una lechuza entró por la ventana, era una lechuza pequeña, grisacea, que cuando se posó no paraba de canturrear.
-¡Pigg!-gritó intentando coger la carta atada a su pequeña pata. Cuando al fin la alcanzó pudo ver en la carta la letra rápida del Señor Weasley.
"Harry. Hemos sabido que han atacado cerca de tu casa en Privet Drive, por favor, espera en tu casa, en diez minutos estaré allí, te vendrás con nosotros.
Ten mucho cuidado.
Arthur Weasley"
Dobló de nuevo el papel, y de una carrera subió a su cuarto, cogió todo a toda velocidad, pero algo le hizo sentir un escalofrío, algo le arrebató el nerviosismo y le formó un nudo en el estómago. Si se iba con lo Weasley ahora ellos estarían en peligro, y no podía ver a Ginny de nuevo, no después de la última vez que se vieron. Nunca se perdonaría que a la gente que mas quiere les pasase algo, no, no iria.
Pero de pronto sonó el timbre, pegó un bote y tragó saliva¿y si no abría, sonó de nuevo, pero él no se movía.
-¡Harry!- llegó a oir el aludido.-Abreme, soy yo, Arthur. Bueno...la verdad esque deberías de hacerme la pregunta de rigor...- parecía algo contrariado mientras Harry se debatía interiormente. Esta bien, abriría, pero le diría que no, que no iria, después de Sirius y Dumbledore, y obviamente sus padres, no estaba dispuesto a que nadie mas sufriera por su culpa. Bajó lentamente las escaleras con la boca seca.
Justo cuando estaba apunto de abrir la puerta, el Señor Weasley le interrumpió
-No, Harry, preguntame algo, sabes que no podria ser yo.-dijo divertido.
-Oh, si...si, la pregunta. ¿qué...qué estaba ustes investigando aquel día que fuimos al ministerio?...-dijo sin pensarlo demasiado.
-Ah!si, buena pregunta, si Señor!...los retretes encantados, la verdad es que nunca llegamos a cazarlo!-Harry le abrió la puerta y sonrió levemente.
-Hola, Harry. Nos hemos enterado de lo que ha sucedido...estas bien?-le dijo con preocupación.
-Si, no se preocupe. Pero mi primo...-comenzó algo preocupado.
-Oh, si. No te preocupes por eso, está en San Mungo. Procuraremos que cuente los detalles e investigaremos sobre si ha sufrido un cambio de memoria. Pero harry, debemos salir pronto de aquí, un cambio de memoria no es fácil, creemos que se trata de un mortífago fuerte, un aprendiz, muy cercado a..quién–tu-ya-sabes.
Harry pudo notar el miedo en estas ultimas palabras en la voz del Señor Weasley.
-No, Señor Weasley, con esto ultimo encuentro mas razones para no ir con usted, no creo que sea lo mejor, sinceramente- dijo Harry con la voz firme, tratando de parecer decidido.
-Pff!no digas estupideces, la madriguera es un lugar muy seguro para todos, no tanto como Hogwarts, pero ahora lo usan de cuartel general de la orden, asi que no te apures. Ademas hay mucha gente preparada siempre rondando y mas ahora con la ...con la boda de Bill.-El Señor Weasley parecía algo triste, pero ahogo lo que a harry le parecio un amargo recuerdo y le miró a los ojos.-ahora, vamos.
Con un encantamiento de varita hizo aparecer en el hall el baúl de harry junto con hedwig.
-No!-gritó harry de pronto- no pienso ir, lo siento, pero tengo que hacer cosas por mi cuenta.
El Señor Weasley suspiró y le miró con una expresión dura en su rostro.
-No quieres venir eh?.-entonces se acercó al chico y dándole un abrazo que le pillo desprevenido notó aquella opresión en el pecho, no podia respirar y sentía una insoportable presión en la cabeza. Cuando pudo abrir los ojos estaba enfrente de una puerta algo vieja rodeado de césped muy alto y malas hiervas.
-Lo siento, Harry, pero no tenía alternativa y sabia que algo asi iba a pasar.- le dio una palmada en el hombro y con un movimiento de su capa se volvio a desaparecer. Harry supuso que iria a por su baúl, con un suspiro de cordura, o almenos que trataba de atraerla, tocó un par de veces la puerta.
-Quién es?-dijo una voz que harry reconocio como la de la Señora Weasley.
-Soy...Soy Harry...-este ultimo oyo como quizataba varios cerrojos de la puerta y murmuraba varios hechizos para abrirla.-no, Señora Weasley, no me abra! Hágame una pregunta primero...no se fie, se lo pido por favor.
Ella se detuvo.
-Si...llevas razón, que tonta soy...-su voz sono avergonzada tras la puerta.-¿dó...dónde estaba antes el cuartel general?
-Numero 12 de Grimmauld Place.-contestó el chico sin pensárselo.Y volvió a oir movimiento detrás de la mugrienta puerta.
