En cuanto la luz del hall se coló por sus ojos se sintió como en casa, un sentimiento extraño que ni en su propio hogar había sentido. Cuando se adaptó a la luz miró a Filch, que le observaba minuciosamente tratando de escrutar su mirada debajo de la misteriosa capucha.

- La Señora Mcgonnagall vendrá enseguida, esperar aquí.- Le dijo a Hagrid, y antes de marcharse añadió- Tendrás su varita¿no?

-No te preocupes, la tengo.- le contestó el semigigante señalando un gran bolsillo de su abrigo de pieles. Tenía la nariz colorada del frío y un corte bajo el labio, aún le sangraba.

Draco se dedicó a observar si algo había sido movido de sitio y se preguntó cómo había sido él capaz de armar todo aquello que sucedió, y de pronto, de la nada, una punzada de pánico le perforó el estómago. ¿Qué le estaría haciendo Voldemort a su madre? Sabía que ella era buena en oclumancia, pero no sabía si eso bastaría. El había aprendido rápido de ella y de Bella, eso le había servido para ocultarle sus dudas y temores a "él".

Sujetó con fuerza la moneda de su bolsillo, notó como el calor hogareño de aquel lugar le envolvía por completo, pero abrazando con sus dedos la moneda recordó a su madre, a su sacrificio, no entendia porque habia hecho eso¿tanto le quería¿O era una trampa?.No, ella no era así, pero ¿y si la mataba o y si la torturaba para que dijera la verdad, y si…. De pronto sintió un frío escalofriante en esa misma mano y notó como la ahora cálida moneda se templaba y empezaba a helarle, la soltó como si le hubiera dado una descarga y sacó la mano sin comprender, se la miró y vio como una fina capa de escarcha le cubría la mano. Hagrid le miró por el rabillo del ojo y empezó a parecer nervioso.

Entonces Mcgonagal apareció con rostro cansado y abatido, de días sin dormir. Miró a Hagrid y luego a Malfoy.

-Buenas noches¿noticias?-le preguntó ella, su voz sonaba serena, fuerte, igual que siempre.

Draco se quedó parado¿de qué hablaba? Y reaccionando comenzó a hablar, su voz sonaba tomada, áspera, como el que lleva horas durmiendo y no le salen las palabras por la mañana.

-Si, pero son privadas- ¿Qué estaba haciendo¿Qué extraño plan seguía su mente?no lo sabía, solo seguía su instinto. Ella le miró por unos momentos y haciéndoles un gesto a Filch y a Hagrid desaparecieron al instante. El despacho estaba frío, cómo siempre. Entonces justo cuando se disponía a hablar, Draco sintió algo en su cabeza, una adhesión a su cerebro, algo le invadía y le había pillado de sorpresa y muy abatido, la notaba en su mente, notaba como la recorría, pero por una desconocida razón le daba igual, no tenía fuerzas para luchar. Y cuando abrió los ojos de nuevo estaba en el suelo de rodillas. Mcgonagal le tendió una mano y se ayudo a levantarse con ella.

-hola, Draco- le dijo ella con un brillo en los ojos- sientate, lo he visto todo.

Draco sabía que debía sentarse, supo qué camino seguir cuando se desapareció de aquella colina. Entonces, sentado en el despacho de Mcgonagal …

-¿Quieres tomar algo?- le ofreció. Él no contestó, solo recordó

Flash back…

-Hola Draco, te estaba esperando- le dijo Snape ofreciéndole asiento enfrente suya.- se que has quedado con tu madre, que irás a ver al Señor Tenebroso.

Le decía sirviendo te en sendas tazas.

-Si, y he de decirte que no se porqué me has hecho venir.- se sinceró el chico rubio volviéndose a poner de pie- ¿qué quieres¿algo más¿algún brillante plan más que queráis que haga? Por que si es eso….no cuentes conmigo, he tenido suficiente…- dijo Draco dándole la espala sintiendo como sus manos se congelaban por momentos.

-No seas idiota- dijo Snape caminando a la cocina y cogiendo algo de un estante, Draco seguía mirando hacia el lado opuesto. En unos segundos se volvieron a oír sus pasos- el Señor Tenebroso nunca tiene suficiente- pero mientras decía estas palabras escuchó un sonido, algo que en ese momento estaba demasiado ocupado en su ira como para escuchar, un "pop"de un tubo abriéndose, ahora caía..

Siguieron discutiendo y cuando Malfoy se sentó de nuevo tomando el te en sus manos noto como se crispaba su paciencia, como sus nervios por la próxima cita para verle a "el " le fallaban, y el te empezó a helarse entre sus manos.

-Vaya mierda de te- murmuró llevándoselo a los labios. Snape le miraba atento. Probó el té y sabía raro, como a hiervas, como a menta, pero lo ignoró.

Fin del flash back

Draco alzo la mirada comprendiendo todo. Porqué había llegado allí, porqué su madre le salvó, porqué supo pasar la barrera de la entrada, porqué el gigante no le atacó, y porque en definitiva estaba ahí, sentado…

-Felix felicis…- murmuró

-¿Cómo dices?-dijo la mujer sirviéndole un chocolate caliente.

-Nada…nada…-susurró aturdido.

-Por cierto, quítate esa capucha, esta sucia y… me gustaría verte el rostro.

Draco dudó pero llevó sus ahora cálidas manos a la cabeza y bajó con cuidado la capucha.

Se le veía cansado, pálido, con la nariz rosada al igual que los pómulos por el calor bienvenido después de tanto frío.

-Se te ve cansado.- le dijo ella comprensivamente- no te preocupes, dormirás en el despacho de defensa contra las artes oscuras, y mañana aclararemos todo. Es tarde, y ….necesitas reponer fuerzas.

Le acompañó al despacho que Draco no pudo dejar de notar era el mas cercano al de ella, y dándole el chocolate que llevaba en la mano le deseó buenas noches.

-Tienes ropa para mañana, y sábanas limpias encima de la cama. El baño esta algo descuidado, pero no te preocupes mañana lo solucionaremos. No he tenido tiempo- concluyó suspirando y se retiró a su habitación.

Draco se sorprendió de no haber dicho nada ofensivo, de no haber reaccionado mal. ¿Habría hecho bien en venir?...¿Snape le había dado la poción de la buena suerte por su cita con Voldemort o porque sabía lo que iba a pasar?

Se tiró en la cama sin poner las sabanas y cayó rendido a los pocos minutos.