Enamorado de ti

NOCHE DE CALOR

La puerta de la pensión resonaba, alguien había llegado y estaba desesperándose al notar que no le abrían.

- Ya voy - se escuchó desde adentro

El joven pelicafé abrió la puerta a esas horas de la noche con su bata de dormir ya puesta¿quién le visitaría a esta hora? se preguntaba.

- Ja¿acaso te desperté? - dijo aquel chico Tao del otro lado de la puerta con una sonrisa burlona

- Len! que milagro! - el Asakura emocionado abrazó a su joven amigo

Mientras el joven de ojos dorados se apenaba por la situación y empujaba al Asakura separándolo de su vergüenza.

- Sí, ya vi que te da muchisimo gusto! suéltame! - respondió algo apenado

- Perdón, pero pasa! - lo jala dentro de la pensión - Cuéntame ¿qué te trae por aquí? y ¿cuándo llegaste¿te quedarás mucho tiempo¿vas a ir a bailar?

El chico Tao ya adentro miraba a su amigo que entre tanta emoción no sabía ni lo que decía.

- Solo vine a visitarte unos días - decía mientras miraba a otra dirección algo sonrojado

- El señorito tenía muchos deseos de verle joven Yoh - dijo tras del chico Tao su espíritu acompañante

- ARGGG! - el joven de ojos dorados estaba a punto de explotar ante tal intervención

- Yo también - el shaman pelicafé miraba con ternura a su amigo apenado - Yo también tenía muchos deseos de verte Len - le dedicó una sonrisa terminando su frase

- Yoh... - el shaman de la dinastía Tao se encontraba demasiado apenado ya para poder responder ante tal situación - Como sea, no es para tanto - dijo cruzando sus brazos y desviando su mirada de la de Yoh

- Ya es tarde, te arreglaré un futon al lado del mío - el shaman Asakura subió las escaleras inmediatamente

- E-espera¿por qué al lado tuyo? - aun con un leve sonrojo - Tienes muchas habitaciones

- ¿Hm, lo sé, pero siempre dormimos en la misma habitación - comenta el joven pelicafé

- Sí...pero cuando estamos en conjunto, no cuando estamos solos tu y yo - mirando a otro sitio apenado el joven tenía nervios de pensar en estar solo con Yoh en la misma habitación

- Es igual Len, no te preocupes por nada - terminó de decir el Asakura antes de subir hasta la habitación

- ¿No le parece maravilloso Señorito? - decía Bason mientras tomaba al joven de los hombros - Después de tanto tiempo un bello encuentro con los amigos

- Suéltame y deja de decir tonterías - el chico de ojos dorados estaba hartándose de las palabras de su espíritu

- No tienes por que avergonzarte - dijo el otro espíritu apareciendo en el instante - El amo Yoh por el momento está solo ya que la señorita Anna volvió a Izumo por ordenes del señor Yohmei

- ¿Qué? - dijo alterado el joven Tao - ¿YOH ESTÁ SOLO? - avergonzado por la noticia golpea su frente contra la pared

- ¿Pero qué le sucede? - preguntó Amidamaru al espíritu del Tao

- Está emocionado es todo - respondió el incrédulo Bason

- Ahh... - Amidamaru se encontraba aun sin creer completamente lo que le decía el compañero del chico Tao

En unos momentos Len se encontraba dentro del baño ya vestido con una bata para dormir.

- Calma... - se decía a sí mismo mientras se mojaba el rostro con agua fría - No hay de que preocuparse, solo será una noche

- ¿Solo una noche? - dijo el pelicafé tras el chico Tao - Puedes quedarte más tiempo si lo deseas

- AAAAH! - voltea viéndolo de frente - ESTÚPIDO! ME ASUSTASTE!

- Jijiji - reía el shaman Asakura mirando a su amigo alterado

- Mucha risa - ya molesto el shaman de la dinastía Tao cierra la llave del agua

- Está listo el futon, así que ya puedes acostarte - le dice el Asakura sonriente

- Sí, sí, allá voy - caminaba el Tao a la habitación

Entrando a la habitación el pequeño Len comenzó a sentir un escalofrío recorrer su cuerpo.

- ¿Pasa algo Len? - preguntó preocupado el Asakura

- No es nada - respondió al instante el joven de ojos dorados

Ya acostados, Len no podía dormir al saber que se encontraba SOLO con el joven de ojos negros.

- "No sé por qué estoy aquí... debí haber ido a casa de Manta primero" - pensaba el joven pelimorado

- Len...¿estás despierto? - llamó el chico Asakura dando la espalda a su compañero de cuarto

- ¿Hm, sí¿qué quieres? - respondió el shaman pelimorado sin mirarle

- ¿No tienes calor? - preguntó el shaman de ojos negros

- ¿Ah? - el cuerpo del joven pelimorado se estremeció al escuchar esas palabras - No... ¿por...por qué?

- Por que yo sí - dijo el shaman Asakura acostándose boca arriba mientras lanzaba con los pies las sabanas que le cubrían

El pequeño Tao tomaba entre sus manos la sabana con fuerza, sintiendo nervios por cada palabra que decía su compañero de habitación, podía ser que sentía que algo malo podría suceder.

- Oye Len... - habló el shaman pelicafé

- ¿Qué? - respondió al momento el Tao dándole aun la espalda

El Asakura se medio sentó hablándole al oído a su compañero.

- ¿Alguna vez...haz besado a alguien?

Len se sentó rápidamente con un sonrojo en sus mejillas aun sujetando con fuerza las sabanas.

- ¿Y eso qué importa? - logró decir el Tao ocultando su nervio

- Solo tenía curiosidad - respondió el Asakura sentándose también dedicándole una sonrisa - No te pongas así

- Pues creo que eso no te interesa - le dijo algo molesto el joven pelimorado

- Sí, tienes razón, lo siento - decía despreocupado el Asakura aun sonriendo

Mientras el shaman Tao se veía nervioso y encantado por la sonrisa de su amigo.

- Ya duérmete - dijo el shaman pelimorado al instante en que volvía a costarse de lado dándole la espalda a su compañero

- Sí... - el joven de ojos negros miraba con ternura a su compañero mientras se acomodaba en el futon al momento en que lo abrazaba por la espalda

Len sentía que su corazón se aceleraba al sentir las manos del shaman pelicafé sobre su cuerpo, sabía que tenía que empujarlo al momento, pero, algo no lo dejaba hacerlo, era como si realmente no quisiera que lo soltara.

- Suel... - fue lo único que logró salir de los labios del chico pelimorado antes de ser volteado boca arriba por el Asakura

Estaba conmocionado, nervioso, estaba estremecido, Len se encontraba sintiendo todo tipo de cosas dentro de su estomago y pecho.

- Yo nunca he besado a nadie - dijo el Asakura antes de rozar sus labios con los de su compañero de ojos dorados

El shaman Tao se encontraba en total inmovilidad, sentía un deseo profundo en su interior, un deseo de probar los labios del shaman que estaba junto a él.

Mientras que el Asakura juntaba cada vez más sus labios hasta tenerlos pegados completamente a los del Tao, una unión profunda y pasional, el chico de ojos negros colocó su cuerpo sobre su acompañante dejando caer sobre él todo su peso.

Len que se sentía conmocionado dejaba al joven recorrer su boca sintiendo como su corazón se aceleraba constantemente.

Dos jóvenes estaban dentro de aquellas sabanas envueltas por la pasión y el deseo, mientras sus labios se separaban lentamente.

- Te deseo...Len - dijo susurrando el Asakura clavando su mirada sobre la de su amigo

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CONTINUARÁ...