REEDITADO:los capis 1 y 2 eran muy cursis, los he reeditado.
¿Quééé? ¿Les dejé con la intriga de quién es el que está con Ginny? Porque es chico... ¿o no? Jajajaj, sí sí, es chico... el resto descúbranlo, yo ya no digo nada más del asunto. ;);)
Capítulo 2: Ginny's love
Hermione recordaba todo lo que habían pasado juntos desde entonces, empezando por el castigo de Filch, el día siguiente de la cita...
FLASH BACK
A las once menos cuarto de la noche, Ron y Hermione se dirigían a la puerta principal. Aunque llegaron cinco minutos antes de lo previsto, Filch ya estaba allí.
- Me alegro por vosotros, si hubierais llegado un solo minuto más tarde, el castigo se hubiera agravado por retraso...- Ron y Hermione se dirigieron una mirada, miraron el reloj, y susurró Hermione:- ¡si son menos cinco!
Diez minutos más tarde llegaron a la linde del bosque, al lado de la cabaña de Hagrid. Ron y Hermione miraron hacia ésta, esperanzados, acordándose de cuando en primer curso Hagrid acompañó a Hermione, Harry, Malfoy y Neville en su castigo. Pero Filch, con una sonrisa malvada les dijo:
- No, mocosos, esta vez no tendréis la suerte de que Hagrid os acompañe... ni tampoco de que os acompañe yo... tampoco es que él fuera de mucha utilidad, la verdad...- eso fue demasiado para Hermione, la cual le dijo en tono inocente, sonando casual:
- Bueno, usted tampoco nos sería de gran ayuda, ya sabe, siendo un squib, siendo un total inepto para la magia...- la cara de Filch se tornó roja de la furia, temblaba, lleno de rabia, e, iracundo, les dijo:
- ¡Ay de vosotros! como no haya dos kilos de piedras lunáticas cuando volváis... ¡si es que volvéis!
- Tranquilo, volveremos- dijo Ron, sonando convencido.
Filch se fue dejándolos allí, y entonces Ron añadió:
- O eso espero.
- ¿Infravaloras mi inteligencia, Ron?
- ¿A qué te refieres?
- Oh, vamos, no pensarías que me iba a pasar toda la noche buscando piedras lunáticas para Snape, con la de cosas que tengo que hacer- dijo la chica, desairada- Con un simple hechizo convocador será suficiente.
Levantó la varita y dijo:
- Accio Piedras Lunáticas.
Ron Hizo lo mismo. Al cabo de cinco minutos, varias rocas venían volando en dirección a ellos. Las fueron atrapando con la mano y echándolas a los dos cubos que Filch les había entregado. En media hora ya habían llenado los cubos, y seguían llegando más y más piedras. Las fueron dejando todas apiñadas en el suelo, y bajaron las varitas, rompiendo la conexión para que ya no acudieran más piedras. Hermione convocó otro cubo, que fue volando hacia ellos desde el castillo, y metieron las piedras que estaban sobre el suelo en éste, y, llevando los cubos con un hechizo levitador, se dirigieron hacia el castillo.
Llegaron a la oficina de Filch, al cual al verlos se le desencajó la mandíbula (N/A: jaaaaaajajajaj xDD) del asombro, y la rabia volvió a resurgir en sus adentros. Desconfiado, se dirigió hacia los cubos, y comprobó que, ciertamente, eran piedras lunáticas. Colocó los cubos en una balanza y descontó trescientos gramos, por el propio peso de los cubos; el resultado fue que Ron y Hermione habían recogido en una hora tres kilos y medio de piedras lunáticas del Bosque Prohibido, sin sufrir ni siquiera un solo rasguño. Filch estaba que no cabía en sí de asombro, de furia. Les miró amenazadoramente y les dijo:
- Veinte puntos menos para Gryffindor por sabotear un castigo, aún no se como, pero como lo descubra os juro que lo pagaréis con creces... ahora ¡FUERA!
La pareja se fue tan contenta a la Sala Común, como siempre dados de la mano. Cuando llegaron, Ron se sentó en un sofá junto al fuego, y Hermione encima suya. La Gryffindor le rodeó con sus brazos y se besaron durante largo rato, tan largo que finalmente se quedaron dormidos en medio de un abrazo.
Despertaron a la mañana siguiente con el sonido de una risita, la cual pertenecía a una figura con cabellera roja larga; era la hermana de Ron, Ginny. Ésta les miraba divertida, desde otro sillón. Ron y Hermione dudaron un momento si separarse corriendo o quedarse como estaban, pero separarse era inútil, porque ella ya les había visto, así que se quedaron como estaban.
- Vaya, veo que por fin habéis decidido salir juntos.
- Sí...- dijeron los dos a coro, tan ingenuos que no sospecharon nada.
Lo que nadie sabía excepto los involucrados, claro está, es que Ginny también estaba saliendo con alguien. Cada noche a las once en punto se veían en la Sala de los Trofeos, y durante una hora se fundían en un solo ser, y aprovechaban el tiempo al máximo, ya que era eso, una hora, todo el tiempo que podían pasar juntos al día, porque nadie podía enterarse de su relación secreta. Si alguien se llegara a enterar... las familias de ambos los recluirían en casa o los trasladarían a otro colegio. Eso los padres, pero los hermanos de ella... estarían tan cegados de odio hacia el chico que pensarían que había sido él, que había abusado de su hermana, o que la había hechizado con una poción de amor. No... ese era un amor imposible, nadie lo iba a comprender; sólo ellos dos podrían sentirlo... y sólo ellos dos debían saberlo.
Esa noche, Ginny llegaba a la Sala de los Trofeos, a las once. El chico aún no había llegado. La pelirroja se sentó en un sillón a esperar. Cinco minutos. Diez minutos. Veinte minutos. Aquello no era normal. Su chico se podía retrasar cinco o diez minutos porque tuviera que deshacerse de alguien que aún estuviera en su Sala Común, pero tanto tiempo... A Ginny le aterrorizó un pensamiento: ¿y si... y si Filch le había pillado? A la chica le entró una angustia terrible... sí, debía ser eso, le debían haber pillado. A las doce Ginny se fue a dormir. No durmió bien esa noche.
A la mañana siguiente, la pelirroja se despertó temprano. Cuando bajó al Gran Comedor a desayunar, en la puerta se encontró con Malfoy.
- Vaya, vaya, pero ¡Qué tenemos aquí! Una pobretona, de túnica de segunda mano, amiga de los sangre sucias, los cabezas rajadas y del más deshonorable miembro de Gryffindor... Longbottom
Ginny se moría por dentro. Se moría. Sentía que no lo podría soportar ni un solo minuto más. Malfoy se le acercó, y agarró la túnica de la pelirroja. La examinó detenidamente, y mirándola a los ojos, le dijo:
- Weasley, deberías lavar esto más a menudo.
- Púdrete en el infierno, Malfoy- replicó ella. Pero sabía perfectamente que lo que se pudría desde la noche anterior era su corazón.
Malfoy se fue a la Mesa de Slytherin y Ginny a la de Gryffindor. La chica sabía perfectamente lo que el rubio de ojos grises acababa de hacer. En cuanto se sentó en la mesa, sacó un papel del bolsillo de su túnica, lo desdobló y lo leyó:
Querida Ginny:
Siento mucho no haber acudido anoche a nuestra cita, pero tuve un problema con Pansy: se me tiró encima cuando estaba esperando a que la gente se fuera. Me la quité de encima, la tía me intentó besar, puaj, qué asco. Dijo que ella no pensaba irse de la Sala Común, porque dice que tramo algo, y que quiere enterarse de lo que es. Así que tenemos que buscar otra solución. Había pensado que podíamos reunirnos en el aula de transformaciones a la hora de la comida. Creo que lograré deshacerme de Pansy.
Te ama, Draco.
En ese momento, Ginny pensó que ya se estaba notando mucho, así que tendría que reprimirse las ganas de abrazarle y besarle que había sentido al verle en la puerta del Gran Comedor. Ciertamente Draco era un gran actor, casi era odio lo que expresaban sus ojos cuando la insultaba al verla, y era un amor infinito lo que expresaban cada vez que se besaban. Una vez más tuvo la certeza de que su amor era imposible; incluso si alguien mataba a Voldemort y los padres de Draco eran llevados a Azkaban, la familia de Ginny no estaría de acuerdo con su situación... pero Ginny le quería... como nunca había querido nunca a nadie, ninguno de los chicos con los que había salido; Ginny estaba segura de que él era su amor verdadero, el hombre de su vida...
FIN DEL FLASH BACK
Ginny recordaba todos los momentos pasados junto a Draco... si alguna vez se tuvieran que separar ella moriría de desesperación... estaba completamente convencida. La chica se levantaba cada día con la esperanza de ver Draco por los pasillos, de cruzar unas miradas, y esperaba con anhelo el momento de verse por la noche, a las once, como siempre... porque habían logrado idear un método para que Parkinson no se enterara de nada, ni volviera a sospechar...
MINI FLASH BACK
Eran las 12 del mediodía, todos los alumnos se dirigían al Gran Comedor para llenar sus estómagos, todos menos dos personas. Ambas se dirigían al aula de Transformaciones, la cual estaba desierta.
La primera en llegar fue Ginny. Dos minutos después llegó Draco. En cuanto este entró, cerró la puerta apresuradamente, y se dirigió hacia Ginny.
- Pansy lo sabe. Pansy sabe que estamos juntos. Lo ha descubierto. Le...- dudó un momento- le he tenido que borrar la memoria. Ya no recuerda nada de eso. Está un poco aturdida, pero se le pasará.
- Oh- se limitó a decir Ginny. Era bastante fuerte que Draco, a su edad, le hubiera borrado la memoria a alguien- vale… Ehmm entonces, ¿a las once donde siempre?
- No... No, es demasiado peligroso, si Pansy se ha dado cuenta, cualquiera podría hacerlo... Creo que sería más prudente quedar más tarde, no siempre a la misma hora... y, bueno... no todos los días- su cara se apagó, al igual que su mirada- bueno, menos es mejor que nada, ¿no?
- Supongo- respondió Ginny, resignada.
- Bueno, entonces... ¿mañana a las doce?
- Sí. Sí, sí.
Se acercaron, se abrazaron, una lágrima apareció en los ojos de la chica. La pena de él era mayor de la que se podía expresar llorando. Se besaron, así, mientras lloraban de rabia, y el beso lo intentaron disfrutar más que nunca.
FIN DEL MINI FLASH BACK
Les fue imposible no quedar todos los días. Siguieron viéndose a diario, salvo que variaban el lugar y la hora, para no levantar demasiadas sospechas. Lo que no sabían, es que a Pansy le venían fugaces flashes en los que parecía creer que Draco estaba saliendo con la Weasley.
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