Capítulo 4: I'll be waiting for you.

Hermione despertó en la cama con una sonrisa en la cara, y extendió la mano hacia la derecha, en busca de un compañero… pero no lo encontró. "¡Maldita sea! El segundo sueño que tengo con él desde… eso", pensó.

Y es que era la segunda vez que soñaba con Malfoy desde el "incidente" del baño. No habían vuelto a mirarse, ni a hablarse. Únicamente ella bajaba al Gran Comedor para desayunar, comer y cenar; se sentaba con Parvati y Lavender para evitar a Ron y las oía hablar sobre el culo del chico de séptimo de Ravenclaw, o sobre los brazos de Ernie, o del paquete de Seamus.  En condiciones normales le hubiera dado asco comer mientras las otras dos pervertidas especulaban de tamaños, pero ella se encontraba ajena a la conversación, de vez en cuando decía: "Sí, sí" o "Tenéis razón" o "Sí, muy grande".

(N/A: lo reconozco me he pasado un poco con el tema de conversación… pero supongo que será la costumbre xDD  … por cierto, a q tiene buen culo mi futuro? xDD sally ahora es cuadno te tienes ke acordar del dia de las judias verdes… xDD)

Pero aquella mañana fue diferente. Era miércoles, muy temprano, las siete de la mañana, y las clases empezaban a las ocho y media. Se levantó, se vistió, bajó a la Sala Común. Allí estaban sentados Ron y Harry. Con Harry no tenía ningún problema, así que le saludó y le preguntó si iba a bajar a desayunar ya.

- Sí, Hermione, pero me parece que antes Ron y tú tenéis que arreglar una cosa… ¿cuánto tiempo vais a estar enfadados?

Ron mantenía la cabeza gacha, y parecía muy interesado en las figuras que se formaban por el desgaste del suelo. Hermione respiró hondo, y con la voz más educada que le saló, respondió:

- Eso es problema mío, Harry, tú no te metas.

- Pero Hermione, que ya no salgáis no quiere decir que no podáis seguir siendo amigos…

- Te lo estoy diciendo, Harry, no es asunto tuyo…

- Ya, pero tampoco creo que que Ron te haya dejado sea tan grave como para…

- ¿POR QUÉ NO TE PODÍAS MANTENER AL MARGEN DE TODO ESTO? ¿EH? O AL MENOS PODÍAS SER IMPARCIAL, PORQUE SIEMPRE TE TIENES QUE PONER DEL LADO RON, CLARO, TU AMIGUITO, CóMO NO LE VAS A DAR LA RAZóN….  ¡¡ QUE OS JODAN A LOS DOS !!

Se le había quitado el hambre, así que subió de nuevo a su cuarto, al fin y al cabo era temprano, si le daba hambre podía bajar luego. En cuanto llegó a su habitación, se tumbó en la cama y cogió el libro que se estaba leyendo, "Teorías mágicas avanzadas para gente inteligente", de Damien Darnell.

Cinco minutos después, incapaz de seguir leyendo debido al enfado que tenía encima, decidió bajar a desayunar. Con un poco de suerte Harry y Ron ni siquiera la mirarían.

Bajó al Gran Comedor, pero como era muy temprano, sólo había tres alumnos: dos en la mesa de Gryffindor: Harry Potter y Ronald Weasley; y uno en la mesa de Slytherin… Draco Malfoy.

Permaneció en el umbral de la puerta. Los tres alumnos la miraban, expectantes. Miró a Draco, y al instante sus ojos comenzaron una conversación:

- ¿Puedo?- parecían decir los ojos de la castaña. Ella sabía que en el momento en el que se sentara a la mesa de Slytherin y se enterara el resto del colegio, no sólo la repudiarían los Gryffindors, sino que también los Hufflepuffs y los Ravenclaws la dejarían de dirigir la palabra, sin contar que tampoco sería bien recibida por las serpientes. Sólo contaría con una persona: con Draco.

- Puedes- respondían los ojos del platino. Él sabía que en el momento en que ella se sentara en su mesa, a su lado, todos los slytherins le odiarían al instante, por confraternizar con una Gryffindor, con una sangre-sucia, con la amiga del héroe-potter y del pobretón Weasley… Con Hermione Granger. Pero no le importaba. Al fin y al cabo, sus compañeros de casa nunca le habían aportado nada, ni amor, ni amistad, ni compañerismo… ni nada. Precisamente fue una chica de otra casa la que consiguió reblandecer su corazón.

Sin romper el contacto visual con el chico, se dirigió hacia él y se sentó a su lado. Se sirvió el desayuno y entablaron conversación.

- No te vieron el otro día salir del baño, ¿verdad?- preguntó ella.

- No, no tuve ningún problema.

- No te importa que yo me…- dijo señalando la mesa a la que estaba sentada.

- No, no, no te preocupes. Oye, el ejercicio para transformaciones, ese que había que describir el hechizo para convertir un cangrejo en un pensadero, ¿tenía que ocupar más de dos pergaminos?

- Con uno y medio bastaba, pero si has hecho dos mejor, así te pone más nota…

En ese momento entró en la estancia lo que les pareció Hogwarts al completo, entraban hablando animadamente, sin darse cuenta de nada, pero poco a poco se apagaron las voces y surgieron los murmullos, las miradas de odio y de asombro. Nadie les dijo nada.

Un rato después se levantaron de la mesa, y se fueron a la primera clase del día, juntos: a Pociones. A diferencia de lo que todo el mundo hubiera podido pronosticar, Snape no frenó su predilección por Malfoy por estar con una sangre-sucia, sino que parecía tratar menos mal que de costumbre a Hermione, haciéndole caso de vez en cuando si levantaba la mano, y hasta concediéndole un miserable punto por contestar correctamente cinco preguntas.

El resto de los profesores no se inmutaron por el cambio, o al menos lo disimulaban muy bien, ocultando cambios en los favoritismos.

A las tres terminaron las clases y se fueron a sus salas comunes. Hermione vió que se organizaba un gran barullo, y se fue a su cuarto, a continuar leyendo y haciendo los deberes que habían mandado los profesores.

Alrededor de las cuatro y media recibió una lechuza. Le quitó el sobre al animal, y lo abrió: dentro había una carta, y una llave. La carta decía:

Granger:

A las 5:30. Desde la estatua del Mago Bizco del cuarto piso, todo recto, giras a la derecha en el segundo pasillo, la cuarta aula por la izquierda. Necesitarás la llave. Pídele a la puerta que muestre la cerradura.

Te estaré esperando.

No firmaba, pero sólo una persona la podía llamar así.

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"Mierda, mierda, mierda, llego tarde…" pensaba Hermione.

Cuando llegó a la estatua del Mago Bizco, siguió las indicaciones de la carta, y a los cinco minutos, se encontraba frente a la puerta.

- Por favor, muéstrame la cerradura- la puerta pareció que se retorcía un momento, y después apareció una cerradura. Cogió apresuradamente la llave del bolsillo de la túnica y abrió la puerta… y entró.

Era una habitación parecida a la Sala Común: tenía una chimenea, unos sillones, alfombra, cuadros en las paredes, etc…

Sobre uno de los sillones reposaba un chico de cabellera rubia, con una pierna por encima de uno de los brazos del sillon (N/A: no se vosotros xo yo me lo imagino to sensual, pa comerselo, con el fisico de tom i el comportamiento de naxo el del campa de sara, no se si me entendeis.. EJEM xDDD)

- Buenas nena (N/A: ahhhh q me lo comoooo).

- Buenas… ehh… ¿De dónde has sacado la llave?

Draco, poniendo cara de niño bueno que no ha roto un plato en su vida, contestó con voz sensual, arrastrando las palabras y casi sonando casual:

- La robé…- sonrió inocentemente.

Después, con un movimiento certero de su varita (N/A: a ver pervertidillos, q varita os pensabais? xdD) convirtió el sillón de enfrente suya en un sofá. Se levantó lentamente y se sentó en el sofá, y Hermione a su lado. Ella habló:

- Bueno, ¿de qué querías hablarme?

- Me gustaría poder hablar- dijo acariciando un mechón rizado que la caía por la mejilla- pero no puedo evitar el impulso… y tampoco quiero…

Besó a Hermione, suavemente, los roces de sus labios buscaban más intensidad, y fue ella quien tomó la iniciativa. Acarició los labios del chico con la lengua, pidiendo acceso, al tiempo que acariciaba su sedoso pelo, su espalda…; y el chico no denegó el acceso, por supuesto. Sus cálidas lenguas sentían en roce de la otra, buscándose desesperadamente a pesar de que ya se habían encontrado, buscando una mayor intensidad que sólo se podía conseguir de una manera…

Draco tumbó a Hermione sobre el sofá, poniéndose (N/A: vale, ya empiezo a creer que la malpensada soi yo… xDD) encima de ella, y volviendo a besarla. Dejó sus labios y su lengua y se dirigió hacia la oreja de la chica. Primero pasó su lengua por el borde de ésta, y continuó lamiendo i mordiendo el lóbulo, lo que hizo que la chica dejara escapar un leve jadeo, y esto hizo que el chico se excitara aún más. (N/A: q sepais q Draco la tiene de la medida justa, ni muy pequeña, ni demasiado grande…)

Siguió mordisqueando la oreja y besándola y lamiéndola, y después de un rato, bajo al cuello, plantando besos en todos los lugares de este, y después acariciando y lamiendo, y succionando. Hermione no cabía en sí de placer, nunca se había sentido así, deseaba que aquello se hiciera más fuerte, y ese deseo la llevaba a arquear la espalda en los momentos de máximo placer.

 Draco abandonó su cuello, y se incorporó. Comenzó a desabotonar muy lentamente la camisa de Hermione, y esta ardía en deseos de que aquella lentitud torturadora desapareciera, pero así el deseo aumentaba…

De pronto una imagen cruzó la mente de Hermione: ella, discutiendo con Parkinson, en el baño, y Parkinson diciéndole que se había acostado unas cincuenta veces con Malfoy… con Draco… ¿Y si…? ¿Y si Draco la estuviera utilizando, igual que a Parkinson?

- No, Malfoy, por Favor…

- ¿Qué ocurre? ¿Qué he hecho mal? ¿No te gusta?

- No, no es eso, por favor, quítate…- El chico se apartó y se sentó a su lado, cuando ella se incorporó.

- Verás, lo de la Parkinson, sabes, a ella la utilizaste, y no sé si me estas utilizando a mi…

- La diferencia entre tú y Parkinson, es que ella se dejaba, y tu no. La diferencia entre tú y ella, es que a ti te quiero, y a ella no. Yo antes lo hacía con ella porque era una necesidad de mi cuerpo, un desahogo sexual sin más, y no creía en el amor… hasta que lo sentí. Y entonces creí. Y ahora descubro que sexo sin amor… no es absolutamente nada. Hermione, yo te quiero.

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Un chico rubio abrió un ojo y lo volvió a cerrar, desesperanzado. Ya había vuelto a soñar con ella. Se levantó de la cama y se dirigió al baño, a ducharse… con agua fría, lo necesitaba, realmente lo necesitaba. Lo recordaba perfectamente. El sueño había comenzado como su segundo encuentro, el de La Habitación, sin embargo en su sueño Hermione no le pedía que parara. Eh… ¡un momento! ¿Desde cuando la llamaba por su nombre? "Desde que la dijiste que la querías" le respondió una voz en su cabeza. No, no, no, no puede ser. ¿Por qué le dije eso? ¡Si no es verdad! "Eres un Malfoy, ¿recuerdas?" Oh, si, lo olvidaba, por eso la mentí. ¿Pero por qué tuve que responder a su beso en el cuarto de baño y besarla yo en La Habitación? "Porque tratas de olvidar a alguien" Oh, si, cierto, eso también lo olvidaba. Ohhhh, ¡¡¡¡no, no, no, no, no!!!! Esto no puede ser verdad…. "Pues lo es, amigo mío… absolutamente todo el colegio sabe que estáis juntos". No, no puede ser, tiene que ser una pesadilla… No tengo a nadie… a nadie… Los de otras casas me odian, y los de la mía ahora también… "Sí, pero no" ¿Cómo que sí pero no? "Pues eso, que sí, pero no" Ja, ja, ja… muy graciosa… deja de joder y explícate. "Vale, vale. Todo el mundo te odia, menos ella. Y a ella todo el mundo la odia, menos tu". Eso no es cierto, yo también la odio.  "Pues quizás deberías comenzar a dejar de odiarla. Ella se siente sola, su único apoyo eres tu… ¿sabes? Con un poco de persuasión haría lo que quisieras para que no te fueras de su lado…". Pero eso sería… sería… aprovecharse… "¿Y desde cuando a ti te ha importado lo que está bien y lo que está mal?".

Draco cerró el grifo. Se secó, se vistió, y bajó a desayunar. Durante unos días todo trascurrió como debía trascurrir: Draco y Hermione, Malfoy y Granger, juntos en todos sitios. Al de ojos grisáceos le daban igual las miradas de la gente… lo que le importaba era que ella confiara en el, y así, poder manejarla a su entero antojo… y lo mejor de todo, con su consentimiento. Así no podría reprocharle nada. Fácil y sencillo.

A la ojimiel (N/A: ¿se dirá asi?) le importaban un poco más. De vez en cuando… mejor dicho, muy a menudo, se oían comentarios susurrados al tiempo que los parlantes le dirigían miradas rencorosas. Lograba descifrar palabras de esos comentarios como "traidora" o "sucia". Lograr descifrar lo que se dice lograr descifrar no era, pueso que la gente casi lo GRITABA. Pero bueno, así eran las cosas.

Lo peor era Ron. Ron, cada vez que este la miraba sus ojos expresaban dolor, traición, angustia e incomprensión. Lágrimas rápidamente sofocadas aparecían a los ojos del chico, el cual cambiaba su mirada por una de odio y asco y se marchaba con la cabeza alta. "Bueno – pensaba Hermione – ¿dolor y angustia de qué? ¿Traición? Él me dejó, él me dijo que no me quería, no yo a él…".

Y así estaban las cosas cuando sucedió. Otra vez.

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FINNNNNNNNNNN ke les guto?? Espero que les haya gustado, se que he demorado mucho, espero que haya valido la pena… sally akin esta el cambio radical… seguro que te gusta… jejeje. Lo deje caliente, en ambos sentidos, no? (N/A: eh pervertidos, depravados sexuales, he dicho que Lo deje caliente , no que LOS dejé calientes a ustedes…). Pues preparense, porque para el siguiente tengo pensado hacerles comprar un abanico… de paso consiganme a mi uno ok? xD

Bueno, no se olviden de dejar review (ya saben, abajo a la izda, donde pone "GO") y decirme que fue penoso, lastimoso, para tirarme (N/A: ya vuelvo a ser malpensada…. Ains una nunca aprende.. xD) tomates (N/A: ke se abian pensado? xD), pepinos, lechugas, cebollas, un potaje, una menestra, unas acelguitas…. Todo vale!! (N/A: una, que intenta que le gusten las verduras xD). Bueno, y si les gustó también ponganlo!

Algo grave podría pasarles si nno dejan el review, aparte de una demora TODAVIA mayor…(ejem, como me gusta chantajear xDD)…    ya me estoy cansando de andarme con rodeos… DEJEN REVIEW!! ESTO ES UNA ORDEN!!

Besitooos.