"Juego de seducción"

Basada en Gundam Wing

By: Keysie Maxwell

Category: AU, OOC, Yaoi, romance, ¡Lemon!.

Warnings: NC-17

Pairings: 01 x 02

Declaimers: Ejem, ejem, música... 'Yo no poseo a los personajes de Gundam Wing ni de otras series ya que estas pertenecen a Sotsu Agency, Sunrise y otras agencias que me ganaron las ideas, así que no me odien por lo que escribo'.

. Diálogos /Pov's Heero & Duo / 'Flash Back' "Pensamientos"

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Capitulo 4

(Dedicado a Shiochang: Muy buena amiga a quien siempre voy estar apoyando)

'La tarde estaba cayendo sobre la ciudad llena de edificios y casas adornadas, las luces de los faroles en las calles comenzaron a encenderse al igual que las luces de las casas, el cielo comenzó a tornarse oscuro y las nubes grisáceas se encargaron de tapar lo poco y nada de rayos solares que quedaban para iluminar el lugar.

En una hermosa casa celestina, dos chicos sonreían armoniosamente mientras observaban, desde el balcón de un cuarto, el paisaje que se les ofrecía. Las hojas escritas de los cuadernos y libros sobre una mesa de vidrio comenzaron a voltearse, una por una, por la brisa helada que comenzaba azotar mientras los cabellos de los jóvenes se mecían al compás del mismo viento, acariciando delicadamente los rostros de sus dueños de hermosa mirada.

. ¿Tienes frío? –Inquirió una voz calmada al momento que su dueño desviaba la vista hacia el muchacho sentado frente a él.

. ¿Tú sí? –Respondió con una pregunta. El muchacho de larga cabellera asintió lentamente.

El moreno muchacho, que vestía uniforme, se levantó de su silla y se dirigió dentro del cuarto sin decir nada más. El muchacho aún en la mesa no perdió de vista la figura delgada que se adentró en aquella habitación y se sonrió cuando le vio salir hacia él, extendiéndole una gruesa chaqueta blanca.

. Esto va a aliviarte, supongo –Lentamente, Heero acomodó la chaqueta sobre los hombros del trenzado, que afirmó la prenda de caer con sus manos.

. Gracias... –Musitó con un leve sonrojo sobre sus mejillas. '

. ¡Duo! –Oyó gritar a alguien cerca de su oído y volteó hacia su izquierda, encontrándose con la figura deliciosa del muchacho de ojos cobalto, que tapaba su húmeda desnudez con una toalla blanca atada a su cintura.

. H-Heero... –Musitó ensimismado por la vista que tenía enfrente.

. Te he estado llamando por mucho tiempo, Duo-chan –Hizo un puchero mientras abrazaba al más bajo por los hombros. Este, sentado frente a su escritorio, se tensó al sentir la acción del moreno.

. Lo siento. Estaba pensando en algo y no te escuchaba –Murmuró entrecortadamente, apoyando su nuca en el hombro del pelicorto.

. ¿Pasa algo malo? –Inquirió al oír la respuesta del trenzado.

. No... debo decir que pensaba en cosas muy gratas –Sonrió traviesamente mientras apagaba la computadora con el teclado.

Heero apretó más al trenzado contra su pecho desnudo, que chocó contra la espalda de este, humedeciéndola debido a la humedad del baño aún presente en su cuerpo.

. ¿Duo-chan pretende jugar tan temprano? –Preguntó el moreno, bajando lentamente sus manos hasta apoyarlas en el vientre de su novio.

. Contigo me gustaría jugar toda mi vida - Habló sensual a su oído antes de morder su lóbulo con deseo.

. Tus deseos son órdenes para mí, Duo... –Suspiró, llevando sus manos hasta la entrepierna del pelilargo.

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'. Duo... Duo... –Le llamó por enésima vez el muchacho de ojos azules mientras movía el cuerpo inmóvil del sujeto en la cama.

. Cinco minutos... aún no ha sonado mi despertador...

. Es que esta no es TU casa, Duo baka

A las palabras el cuerpo en la cama se incorporó como si bajo él hubiese habido un enorme resorte esperando por ser activado. Los ojos violetas se fijaron enormes en la figura de pie a un lado de la cama.

. Hee-Heero... –Susurró en un hilo de voz. El moreno sólo le dirigió una sonrisa -¿Qué es... cómo fue que... por qué...?

El balbuceo del trenzado fue callado cuando el delicado dedo índice del más alto se posó sobre sus labios con suavidad.

. Aséate y baja a desayunar –Susurró dulcemente –Te estaré esperando... –Avisó sonriendo antes de marcharse de la habitación.

El trenzado llevó una de sus manos hasta sus labios antes de analizar las palabras de Heero y levantarse dispuesto a obedecer… esta vez.

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Nuevamente se encontraba sentado sobre aquellos asientos exquisitamente encuerados. Con sus manos sobre su regazo y la vista en el paisaje que le ofrecía la ventana ligeramente oscurecida por un filtro.

Habían terminado de desayudar en la casa de Heero hacía unos minutos atrás y les habían llevado hasta la limusina directamente, sin decir ninguna palabra y sin explicarles nada de que era lo que estaba pasando.

Un sonrojo atravesó sus mejillas al recordar lo que debía hacer...

. S-Sumimasen... Heero –Habló pausadamente el trenzado, captando la atención del moreno, que desvió su mirada de la ventana hacia su rostro tímido. –Podrías decirme ¿Por qué estaba en tu casa y no en la mía?

Un silencio se apoderó de la limusina luego de su pregunta y Duo sintió que su corazón se le salía del pecho por lo rápido que corría gracias a su nerviosismo... Heero sonrió, desconcertándolo.

. Te dormiste...

. ¿Eh?

. Luego de llevarte el abrigo nos quedamos viendo el anochecer y cuando volteé a verte tú ya estabas dormido –Apoyó su mano sobre su mentón y enarcó una ceja –Simplemente te llevé hasta mi cama

. Ah, pero no era necesario que te tomaras la molestia. Pudiste haberme despertado y yo me hubiese ido a casa sin problemas... mi madre debe estar muy preocupada por...

Pero la protesta de Duo fue callada por los labios de Heero, que se cerraron sobre su boca, acariciándola suavemente con sus labios y su lengua de forma alternada y seductora. De una forma que le quitaba el aliento lentamente y, para que negarlo, le encantaba...

. Tu madre ya lo sabe, no te preocupes... –Le dijo cerca de sus labios.

. ¿C-Cómo? –Susurró rojo por la vergüenza cuando Heero se alejó de él y se sentó nuevamente.

. La llamé ayer en la noche y le dije que te quedarías aquí...

. Y ella...

. Ella me dijo que había sido una suerte pues tenía una importante reunión de trabajo y no quería dejar a su "niñito" solo en casa –Sonrió socarronamente, a lo que Duo se sonrojó.

"Mi madre no debería decir esas cosas a otras personas" Se lamentó mentalmente, evitando sonrojarse por esta vez.

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Escritos en el papel

Un golpe ligero en su codo derecho le distrajo de las clases, haciéndolo voltear hacia esa dirección para observar a su "atacante", que miraba hacia el pizarrón, apoyando su mentón en la palma de su mano mientras apuntaba disimuladamente hacia su pupitre. Él sin más volteó a ver hacia allí, encontrándose, para su sorpresa, con una hoja de cuaderno perfectamente doblada.

Alzando una ceja volteó otra vez hacia el muchacho de cabello negro y luego hacia el papel, abriendo este último con sumo cuidado.

. Veamos... –Susurró, curioso por leer el contenido del papel.

-¿Pasaste buena noche, Maxwell?

Duo releyó el contenido, sin entender lo que su compañero le quería dar a entender. Tomó un lápiz...

-¿Cómo?

Rápido dobló el papel y se lo entregó.

-No te hagas el desentendido... yo no sabía que tenías esas mañas

Dobló y entregó.

-Disculpa, Saehara... ¿De qué estamos hablando exactamente?

-¡Oh, vamos, picarón! Todos te vimos llegar con Yuy esta mañana

Un enorme sonrojo inundó su rostro al mismo tiempo que su cuerpo se llenaba de un calor sofocante cuando, al leer el papel, por fin logró dar con lo que su compañero le insinuaba.

-¡Saehara, estás enfermo!... yo no hice nada con Heero...

-Vaya, pero que familiaridad, si hasta le llamas por su nombre

-¡No me cambies el tema!

-No lo estoy haciendo... sólo estoy dando pruebas a lo que te afirmo

-Dale la burra al trigo. ¿En qué idioma quieres que te diga que yo no pasé la noche, de esa forma, con él?

-¿O sea qué si pasaste la noche en su casa?

Sus ojos se abrieron sobremanera al leer el mensaje del chico a su lado. Sin duda él era muy astuto. Le había engañado muy fácilmente gracias a su ingenioso plan de hacerle creer que en verdad sabía todo lo ocurrido durante el día de ayer entre Heero y él.

-Escucha, por última vez... pasé la noche en casa de Heero porque mi madre se lo pidió. Yo fui a hacer el informe con él y, mi madre, aprovechando que me encontraba allá, decidió dejarme con él, nada más. De hecho, ni siquiera nos vimos durante la noche... por cierto, este es el punto final de la discusión.

Con el rostro sonrojado y serio por la indignación de la pelea verbal o, más bien, escrita, entregó el papel a Saehara, volviendo su atención al pizarrón.

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. Pero sólo son tonterías, Duo... no deberías estar tan enfadado por ellas –Le habló entretenida su mejor amiga, sentada frente a él en la mesa del comedor.

. Lo sé, lo sé, pero si él piensa eso quizás que pensaran los demás –Comentó, jugando con su puré de patatas.

. Tampoco deberían importarte ellos –Interrumpió una voz masculina.

Ambos chicos en la mesa voltearon a ver a la persona que les había hablado. Le encontraron a un lado de la mesa, con una charola en sus manos y una sonrisa en sus labios.

. ¿Me puedo sentar con ustedes? –Habló suavemente, como era su costumbre.

. ¡Claro Ryoma, amigo! Sabes que puedes hacer lo que te plazca –Una sonrisa de oreja a oreja se vino a posar en los labios del castaño.

"¿Quién demonios es él?" No pudo evitar que la pregunta le viniera a la mente cuando vio al muchacho de cabello negro con destellos verdes sentarse junto al trenzado y tratarlo con tanta familiaridad. Además, ¿Por qué el trenzado parecía estar tan feliz de ver a ese tipo?...

. ¡Wow! Ryoma. Tanto tiempo sin verte, amigo... ¿Cómo te fue en EE.UU.?

. ¿Pues qué crees tú?- Le dijo calmadamente, mirándolo fijamente.

. Para mí que ganaste sin problema alguno los cuatro campeonatos de tenis...

. ¡Vaya! Me has estado siguiendo muy de cerca

. ¿Entonces tengo razón? –Se acercó al chico de ojos miel con emoción infantil.

. ¡Por supuesto! –Tomó al trenzado por el cuello y le dio su par de coscorrones juguetonamente.

. Yo escuché que no habías perdido un solo partido, que habías sido el mejor entre los mejores –Karura sonrió cuando Ryoma le miró sorprendido luego de haber soltado al trenzado de su agarre.

. Oíste bien –Se levantó de su silla y apoyó sus manos en la mesa para acercarse a Karura. Enarcando una ceja, le dijo seriamente:

. ¿Me estás espiando?

La muchacha rió unos segundos a las ocurrencias del recién llegado jugador de tenis.

. No, sólo tengo muy buenas fuentes –Le miró retadoramente.

. Entiendo... –Se sentó desconfiadamente en su lugar.

. Además, no creas que era muy difícil enterarse que un muchacho de primer grado de secundaria le ganó a los campeones mundiales –Duo tomó un sorbo de su jugo de naranja.

. ¿Pues si era tan fácil, cómo es que tú no tenías idea? –Enarcó una ceja, mirando al trenzado fijamente.

. Es que... yo... –Una gota resbaló por su nuca a la insistencia de Echizen (n/a: ¿A qué ya saben quién es?)

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. El entrenamiento de hoy fue muy duro –Comentó un muchacho de cabellos dorados, mientras entraba en los camarines del gimnasio, seguido por sus compañeros de equipo.

. Sí, parece que la entrenadora se está tomando muy en serio el juego de la próxima semana contra los del Silver School –Comentó otro, sentándose en las bancas de madera dentro del camarín.

. Pues es obvio que la entrenadora Mao esté tomando sus precauciones, después de todo, el año pasado ellos casi nos derrotan en las semifinales...

. Pero eso ocurrió porque no estaba nuestro famosísimo capitán con nosotros –El hablante arrojó su playera de deportes hecha bolita sobre la cabeza del trenzado.

. ¡Por supuesto! Sin mí ustedes, bola de inútiles, no pueden hacer nada –Habló cínicamente, recibiendo a cambio las playeras de sus demás compañeros -¡Hey, así no me llevo con ustedes! –Se quejó juguetonamente, ocultándose detrás de los casilleros.

. ¡Bien hecho! –Oyó la voz de sus compañeros entre sí y unas cuantas manos chocando.

. Malvados... –Masculló entre dientes el castaño, arreglándose el cabello nerviosamente –Ni modo...

El muchacho, aún vestido con el uniforme de deportes, se dirigió a su casillero a unos cuantos pasos de donde se había estado refugiando, marcó la clave del candado y abrió la puerta con su nombre en ella al momento de dejar escapar un suspiro de sus labios.

. Llegaré a casa a dormir –Habló para sí, dirigiendo perezosamente su mirada amatista al espejo pegado al fondo de su casillero. '

. ¿Cómo fue que llegaste allí? –Inquirió el muchacho de costado en la cama.

. ¿Cómo tienes fuerzas de seguir hablando luego de hacer el amor? –Preguntó a su vez el pelicorto que jugaba con la punta de la trenza de su acompañante.

. No lo sé... tal vez es un don –Sonrió abiertamente, sin despegar su vista del reloj sobre la mesita de noche que quedaba frente a él gracias a su posición –Además, fuiste tú el que insistió con eso de recordar el pasado...

. Lo sé, lo sé... no tienes porque enojarte por eso. Además, siempre me ha gustado oír tu voz –Murmuró, sacando una enorme sonrisa del más bajo.

'Su corazón saltó de su pecho en ese mismo momento y sus manos se sostuvieron cual cazador a su presa sobre su boca para impedir al grito que su mente acababa de dar salir de sus labios y alertar a los demás de aquello que acababa de descubrir...

"¿Có-Cómo?" Fue lo único que su mente procesó mientras sus ojos se perdían en aquel mar azul que le miraba con ira a través de su espejo.

Sus piernas flaquearon levemente en susto mientras él daba media vuelta para quedar frente a frente con el dueño de los brillantes zafirinos antes reflejados en su espejito.

. ¿Qué... qué haces aquí? –Murmuró lo más discretamente posible, separando apenas sus manos de sus labios.

. Eso no importa ahora... –Dijo serio, descruzando sus brazos y alejándose de la pared donde se recargaba.

. ¿Eh? –Alcanzó a murmurar antes de ser acorralado peligrosamente por el más alto entre su casillero aún abierto y el cuerpo moreno.

Un silencio se formó entonces entre ambos jóvenes estudiantes, dejando sus oídos expuestos al ruido que los chicos, del otro lado de los casilleros, producían al charlar entre ellos. Un silencio algo incómodo en el cual ambos se miraron fijamente a los ojos, viéndose cada uno reflejado en el mar profundo de la mirada del otro. Un silencio que fue interrumpido por el de tez oscura.

. Yo... te quiero únicamente para mí –Susurró agolpadamente, eliminando igual de rápido el espacio que aún existía entre ambos labios deseosos de contacto.

Duo, al sentir la presión de aquellos labios otra vez sobre los propios, abrió sus ojos enormemente por la sorpresa... no... no podía ser que Heero estuviera besándole nuevamente y... y en esas circunstancias... luego de esas palabras... y... ¡y en ese lugar donde cualquiera podría pasar y descubrirles!...

Sus ojos se cerraron fuertemente ante el pensamiento mientras, inconscientemente, abría sus labios para dejar pasar al húmedo intruso, que deseoso se introdujo en la cálida cueva para probar y reconocer todos aquellos sabores embriagantes y dulces como el más fino néctar.

"Esto no está bien" Pensó Duo en un momento de lucidez, abriendo un ojo para observar el pequeño pasillo que se formaba para llegar a aquella parte donde ellos se encontraban. "Es muy fácil que alguien entre y nos vea y yo... yo... "

. ¡Hey Duo! ¿Aún estás con vida, amigo? –Inquirió juguetona una voz conocida para ambos.

Los labios fueron separados al voltear ambos hacia la entrada, donde se podía divisar una sombra que se agrandaba cada vez más, signo inequívoco de que el pelirrojo se acercaba en busca de su capitán.

. ¿Duo? –Llamó nuevamente, asomando apenas su cabeza por los casilleros. Una sonrisa se formó en sus labios al ver al aludido recargado en su casillero con una expresión algo frenética. –Vamos, viejo, no tienes por qué temer... prometemos ya no bombardearte

Suspiró el trenzado mientras agradecía enormemente a los cielos que su buen amigo Shinta hubiese tomado su susto por aquella parte de la historia.

. Más vale –Susurró mientras hacía un puchero pequeño y caminaba hacia el chico de coleta.

Ambos jugadores se alejaron conversando mientras un par de ojos azules observaban todo escondidos entre las enormes bolsas de los balones...

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/ Toco mis labios nuevamente y un sonrojo llega a mis mejillas, haciéndolas hervir de vergüenza al traer mi mente el recuerdo de ese beso que, si bien no duró tanto como otros que Heero ya me ha entregado, si llevaba muchísimas más emociones incluidas en el contacto... y de sólo meditarlo de esta forma me siento arder por dentro nuevamente... /

". Yo... te quiero únicamente para mí" Sí, eso era exactamente lo que Heero le había dicho y eso es lo que le mantenía más alterado de lo normal.

Suspiró otra vez mientras apoyaba su cabeza sobre el escritorio a un lado de su cama y miraba por la ventana, justo frente a él, el cielo rojizo que comenzaba a oscurecerse.

"Debería bajar a cenar" Pensó, sentándose derecho en su silla giratoria "Ya son las 6:30"

Sin otro pensamiento en la cabeza, el muchacho de largo cabello salió de su cuarto perezosamente, directo al comedor en el primer piso...'

. Me sorprende que no te hayas dado cuenta antes –Habló claramente sorprendido mientras jugueteaba con su arroz y curry.

. Con tantos coqueteos a tanta gente, jamás llegué a pensar que sintieras algo por mí –Respondió sumido en la vista que tenía gracias a la ventana del comedor.

. Lo que en verdad ocurre es que eres algo despistado

. Sí, y eso es algo que a ti te encanta –Le miró de reojo, notando así la sonrisa sensual que su novio le regalaba.

'Abrió la puerta del salón suavemente, con algo de inexplicable temor, revelando el interior de este, donde se encontraban sus compañeros charlando amenamente cerca de las últimas mesas… justo a un lado de aquél pupitre que era ocupada por tan enigmático muchacho al que ahora temía profundamente ver a la cara…

. Good Morning, Duo –Le saludó una suave voz cerca del oído.

. Buenos días Ryoma –Saludó alegremente al chico parado justo a su lado, seguramente también acababa de llegar a clases.

. ¿Cómo estás? Te vez algo extraño hoy –Notó inmediatamente el ojimiel.

. No es nada, estoy muy bien –Mintió, sonriendo aún más al tenista.

. ¿En serio? ¡Bueno! Si tu lo dices debe ser cierto, ¿no?

. Sí –Murmuró entrando a la sala a paso rápido para evitar algún otro cuestionamiento.

. ¿Qué es lo que está mal con él? –Se preguntó, haciendo un ligero puchero con sus labios al ver a su amigo huir de él.

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. "Yo… te quiero únicamente para mí"

Sus amatistas se entrecerraron en fastidio al atraer su mente el indebido recuerdo de las palabras de ése sujeto cuando él intentaba relajarse durante la hora del almuerzo, al menos, estar tranquilo en ésa hora tan sagrada para él… Cerró sus ojos con enojo "Ese sujeto…"

. ¡Tierra llamando a Duo! –La voz a través del megáfono entró directo en el oído derecho del trenzado, asustándolo hasta la punta del cabello… -¡Ey! Te estoy hablando, hombre

La voz de Karura le llegó en lo profundo, haciéndole voltear hacia abajo, donde su amiga permanecía en pie y mirándole, igual que todos los presentes en el gran comedor, sólo que ellos no le miraban con amenaza U.

. Baja del techo, Duo –El trenzado obedeció de inmediato, desenterrando sus uñas del cielo de concreto, que era lo que le mantenía colgando de cabeza.

. Gomen, Karura… watashi… -Intentó explicarse, mas le interrumpió la muchacha pelinegra.

. ¡Qué es lo que te está pasando! Últimamente estás muy distraído, chico. Digo, sé que generalmente lo eres, pero esto es demasiado –Ella le tomó por los hombros y le obligó a sentarse junto con ella –Dime ¿Te ocurrió algo malo?

. Bueno… no exactamente… -Se sonrojó otra vez, sin poder controlarse siquiera.

. ¿No exactamente? –Le miró extrañada, intentando analizar la frase -¿Qué quieres decir con eso?

. ¡Eh! No nada… déjame, últimamente estoy sufriendo delirio… hablo cosas sin sentido… no es nada

. ¿Estás seguro? –Insistió visiblemente preocupada.

. S-Sí, claro… no es nada, en serio, sólo estoy algo pensativo –Se levantó de su asiento como si este le quemase y tomó su bandeja –En serio, no me tomes en cuenta –Agregó, retirándose por fin del comedor.

. Duo-kun…

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. ¡Kami! –Arrojó más agua a su rostro, intentando aminorar las palabras en su cabeza sin mucho resultado.

Enderezó su rostro y logró ver su reflejo en el espejo frente al lavabo. Las gotas de agua escurriendo por su rostro y por los cabellos rebeldes en este, el cuello del uniforme mojado por la descuidada forma de refrescarse…

. Esto no está bien, nada bien –Cerró sus ojos con frustración, apoyando sus manos en la orilla del lavabo -¿Qué es lo que tienes, que logras este efecto en mí?

La puerta del baño se abrió una vez más y el sonido que esta hizo alertó al trenzado dentro, que algo asustado volteó a ver al intruso que osaba interrumpir su momento de reflexión en el día.

"No ahora" Sus ojos se entrecerraron ante los zafiros que le miraban atentamente desde la puerta ya cerrada del cuarto. Durante unos minutos de silencio ambos sujetos se miraron sin perder detalle alguno del otro, sin poder encontrar las palabras apropiadas para dirigirse al otro de buena manera.

. Duo… -Oyó bisbisear al moreno algo azorado, sin moverse de su lugar.

. ¿Heero… qué hacer aquí? –Retrocedió un paso, sosteniéndose fuerte de la orilla del lavabo de cerámica a sus espaldas.

. Te seguí, Duo –Decidido, avanzó unos metros hacia el indefenso trenzado –No puedes escapar de mí para siempre –Sonrió ligeramente, observando su reflejo y el del trenzado en el espejo

Las palabras retumbaron en la cabeza de Duo en un eco infinito… ¿Escapar? Él no estaba escapando de Heero… y se lo haría saber a ese engreído de una vez'

Sonrió ante su propio recuerdo inapropiado y no pudo evitar que su vista se perdiera en la figura de su amado, sentado a una banca de él, conversando disimuladamente con una chica de cabello violeta, Hilde al parecer…

. Coqueto –Murmuró distraídamente, sin quitar la vista de la escena tan animada.

Y, como si el muchacho de cabello chocolate le hubiese escuchado, volteó a verle con una sonrisa y mirada sensual, aquella con la que había prendado a tantos y ahora él podía disfrutar a sus anchas.

. Te amo –Leyó los labios de este y se sorprendió… la primera vez que oyó esas palabras, no podía creerlas y ahora eran tan comunes como el respirar…

Tsuzuku...

Keysie: ¡Irresponsable! Sé que eso es lo que he sido al no poder darles los capítulos a TODOS mis fics publicados cuando es debido, pero de verdad que la mente se me va a blanco... mi secreto para publicar es leer cosas nuevas y eso lo he hecho muy poco. Además, es un tanto difícil escribir estando en la playa, a kilómetros de un ciber y con primos a quienes cuidas (nos juntamos en familia y nos vamos a una playa, lejos de la ciudad principal, en este caso, Caldera) y atiendes de vez en cuando… sé que no es una excusa suficiente, ¡Pero por favor no me maten! TT Hago todo lo que puedo. Ojalá me perdonen y le haya gustado este capitulo, que tuve que publicar de nuevo…

A Shiochang: ¡Amiga! Eres una de las amigas más famosas que tengo XD y eres un orgullo para mí. ¡Ok! Talvez últimamente no nos hemos leído como antes o nunca hemos tenido la suerte de encontrarnos en MSN y tener una charla como Dios manda, pero en verdad que no lo necesito para sentirte cercana como la gran escritora que eres y como la persona más bella que conozco… espero con ansias volver a leerte y también aquella conversación que antes te he mencionado. ¡Sigue como eres, que encantas!