"Juego de seducción"

Basada en Gundam Wing

By: Keysie Maxwell

Category: AU, OOC, Yaoi, romance, ¡Lemon!.

Warnings: NC-17

Pairings: 01 x 02

Declaimers: Ejem, ejem, música... 'Yo no poseo a los personajes de Gundam Wing ni de otras series ya que estas pertenecen a Sotsu Agency, Sunrise y otras agencias que me ganaron las ideas, así que no me odien por lo que escribo'.

. Diálogos /Pov's Heero & Duo / 'Flash Back' "Pensamientos"

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Capitulo 5

(Dedicado a Akabane Kuroudo, uno de mis ídolos: Tu forma de escribir me ha inspirado siempre y es mi gran meta)

. ¡Hee-chan! –Intentó esta vez gritando, recibiendo improductivos resultados -¡Oye, si no te despiertas me voy solo, eh! –Se cruzó se brazos, fingiendo enojo, observando de reojo al muchacho tendido en la cama, que aún parecía dormir.

El castaño claro se extrañó por el comportamiento que presentaba el chico recostado porque, si bien este chico era un tanto desordenado, coqueto y a veces aniñado, jamás había tenido problemas para levantarse por las mañanas… como ahora le estaba pasando.

"Aunque nunca antes habíamos hecho el amor toda la madrugada" Un sonrojo llegó hasta sus mejillas ante su pensamiento tan… obsceno y a los recuerdos del maravilloso encuentro que este incluyó…

. Soy un bestia… a nadie se le ocurriría pensar esas… –Su regaño se vio interrumpido por un tirón en su muñeca, que ágilmente le llevó a azotarse contra el colchón de la cama individual, recibiendo apenas en un segundo igualmente el fuerte cuerpo de su desnudo amante sobre él.

. Ohayo, Duo-kun –Le susurró una insinuante voz en el oído, causándole espasmos en todo el cuerpo, sumando esto a toda la gama de sensaciones que le producía observar el magnífico cuerpo de su koi, tapado apenas por las sábanas que sólo descansaban en su espalda.

. Hee… Heero… -Musitó anonadado por el imprevisto ataque –Yo… debemos… el colegio… tarde…

. Cállate ya, Duo Maxwell –Le besó en los labios con pasión, logrando una respuesta igualmente pasional y casi inconsciente por parte del aún atolondrado trenzado.

. Kami –Suspiró una vez se separaron.

. ¿Ya olvidaste aquello que prometiste anoche? –Las palabras del moreno le tomaron por sorpresa.

. ¿Promesa?

. Ok. No importa, yo haré que la recuerdes –Una sonrisa libidinosa se posó en sus labios antes de apoyar todo su cuerpo desnudo sobre el uniformado del trigueño, que se tensó al contacto –Va a ser una mañana muy movida… y no precisamente por las clases… Duo-kun…

'.No puedes escapar de mí para siempre –Sonrió ligeramente, observando su reflejo y el del trenzado en el espejo.

Las palabras retumbaron en la cabeza de Duo en un eco infinito… ¿Escapar? Él no estaba escapando de Heero… y se lo haría saber a ese engreído de una vez.

. No tengo motivos para escapar de ti, Heero –Estrechó sus ojos en claro desafío, intentando pugnar con la mirada cobalto.

. Eso es lo que tú dices… -Su mirada se mostró impenetrable e hizo dudar a la violeta, que luego de unos segundos se desvió hacia la pared, junto con el rostro de su dueño –Pero… ¿Qué hay en tu corazón, Duo?

Un silencio tomó la pequeña habitación de azulejos, ambos observaban puntos diferentes, pero mantenían sus mentes concentradas en una sola cosa; la persona enfrente de ellos…

Por una parte Duo era un mar de confusiones, si bien sabía que el muchacho frente a sí le atraía, aún no estaba lo suficientemente listo como para admitirlo públicamente, fuera de su amiga Karura, y mucho menos para decírselo al moreno, que ya le traía bastante enfadado por la vida… Si bien para él era un hecho más que antiguo que algo traía con Heero, una cosa muy diferente era admitir y descifrar que eso pudiese ser… amor.

Por otro lado, el coqueto japonés esperaba con ansias lo que tuviese que decirle el trenzado, estaba nervioso, era cierto, pero la indecisión que el ojivioleta demostraba y todas aquellas veces en que había correspondido a sus besos le daban una infinita esperanza que no quería desaparecer a pesar de que su razón le gritaba a megáfono que no debía dejarse engañar como otras veces, que debía seguir siendo simplemente un Don Juan que no se ligase con nadie sentimentalmente, pero esto se opacaba con aquella necesidad que el trenzado le hacía sentir, y no era una necesidad cualquiera, sino que era una que siquiera él podía describir.

. ¿Estás seguro de no querer lo mismo que yo? –Le interrogó otra vez esa voz, confundiéndole aún más.

"Yo… te quiero únicamente para mí" Esas palabras volvieron a su cabeza, atormentándole nuevamente ¡y en semejante momento!... la gota que derramó el vaso fue esta y él simplemente deseó alejarse del mundo, pensamiento que le llevó a esquivar al moreno, salir del baño y comenzar una loca carrera para intentar liberarse de aquellas palabras, del dueño de estas y, en especial, de los tontos sentimientos que surgían ante ellas.

Se sentía confundido, desorientado, estúpido… todo en él era inseguridad, se cuestionaba cosas que jamás se le habían cruzado por la cabeza, siquiera cuando su mejor amiga le hizo saber que conocía sus sentimientos por el japonés o cuando correspondía a los besos de este… miles de preguntas que le atormentaban más y más, que le dañaban…

"¿Y que tal si él no está enamorado de ti?" Esa voz repiqueteó en su mente, a tal grado que sintió una punzada en su cabeza "¿Qué tal si sólo intentó seducirte?" Volvió a preguntar, suscitando el acelerar de la marcha que el trenzado llevaba "¿Y si nada más intentaba probarte?" Su marcha se detuvo en seco, envuelto entre los miles de árboles en el bosque trasero al instituto, pudo desquitarse:

. ¡DETENTE YA! –Su voz resonó por el lugar, espantando a algunas de las aves habitantes en los árboles, que iniciaron vuelo para dejar sus casas por ahora inseguras.

Sus rodillas se estrellaron contra el pasto, que tiñó la tela del uniforme de verde, y sus mejillas se llenaron de la tibia agua salada que representaban sus lágrimas, aquellas que había intentado no soltar más nunca luego de la muerte de su padre… lágrimas traicioneras que escapaban y mojaban su saco, plasmándolo de la confusión que invadía su mente… y su alma.

. Ya no más… no quiero estar asustado… -Musitó, en la soledad que le brindaba el bosque.

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. ¡Heero! –Le llamó una voz desde el pasillo, mas el aludido hizo caso omiso a esta y siguió mirando por la enorme ventana que allí había –Heero ¿Estás bien?

El moreno simplemente volteó a ver a quien tan insistentemente le hablaba, apartándose de la ventana y dejando caer sus brazos a sus costados en un movimiento tieso.

. Disculpa que te moleste, pero… como tú y Duo no se han presentado a clases, yo me preguntaba si… -Su charla se vio interrumpida con el sujeto frente a él.

. No sé en donde está… lo perdí en la hora del almuerzo –Aclaró sin esperar que la muchacha amiga del trenzado terminara su frase.

. ¿Lo perdiste? –Repitió, analizando la frase –Entonces… ¡Oh, Kami! –Su voz se oyó preocupada -¿Y no tienes una idea de dónde pueda estar?

. Si yo supiese algo, no tendría por qué ocultártelo, Karura –Volvió su vista a la ventana, dando a entender que ya no quería hablar más.

. Gomen, Heero –Siguió su marcha, pasando al joven de ojos azules, mas se detuvo a unos cuantos pasos de él –Estoy segura de que todo se va a arreglar, créeme

Volteó a su derecha, sorprendido por las palabras de la pelinegra, pero cuando lo hizo, ya era demasiado tarde, ella ya se había perdido escaleras arriba, mas a pesar de que ella ya no estaba… las palabras se quedaron en su mente, obligándolo a cuestionarse: ¿Sabría esa mujer lo que estaba pasando entre ellos dos, o era simple suposición?... tendría que averiguarlo más tarde.'

. Yo sabía que esto iba a ocurrir –La voz de su koibito le sacó de sus divagaciones.

. ¿Cómo? –Preguntó distraídamente.

. Te dije que nos iban a castigar, Heero… ambos sabemos lo estricta que es la señorita Cleo cuando se trata de horarios –Se volvió a quejar ya que, por culpa del retraso que le "obligó" a pasar su koi en la mañana, habían llegado tarde a la clase de Historia, lo que les significó permanecer castigados todo el primer bloque, cargando aquellas pesadas y fastidiosas cubetas con agua.

. Sí, bueno, tú no pusiste mucha resistencia que digamos, ¿no? –Ese comentario hizo sonrojar al ojivioleta.

. Pues al menos te lo advertí…

. Sí, y fue después de que tuvimos sexo –Se apoyó en la pared y miró al techo, como haciendo memoria.

. ¡Pero al menos lo recordé! –Si antes estaba sonrojado, ahora era un tomate con pies y brazos.

. Lo sé, koi, no es necesario que te enfades –Se acercó al muchacho y apoyó su cabeza en su hombro, en un gesto netamente amoroso.

. Me sacas de quicio –Explicó simplemente, dejándose arrullar por lo tierno del momento.

'. ¡Por supuesto que sí! –Afirmó animado, ya que por fin podía hablar con él –Mi padre me mandó a llamar porque dijo que mi prima estaba muy enferma, por lo tanto debo ir a visitarla para cuidarla, por lo que puedo donarte perfectamente mi habitación aquí…

. ¿En serio? Muchas gracias, Ryoma –Su voz no contaba con la chispa de siempre, muy por el contrario, en ella había un rastro de tristeza.

. ¿Estás seguro de que estás bien? –Preocupado, Ryoma se sentó también en la cama de su habitación, justo a un lado de Maxwell.

. Sí, no me pasa nada, en serio –Sonrió débilmente para su amigo, que se levantó ya más decidido. Él se sintió aliviado, mas no le duró mucho.

. No creas que me has convencido, Duo, pero viendo que aún no estás listo, confiaré en ti –Tomó su mochila del suelo y volteó sobre su hombro para ver al trenzado aún sentado –Si necesitas hablar con alguien, no dudes en llamarme, tienes un teléfono en el buró

Esta vez el tono de voz del tenista sonó suave y comprensivo, lo que provocó gran alivio al americano, que esta vez le sonrió más sinceramente. Ante esto, el de ojos miel volvió en sus pasos y se hincó, apoyando ligeramente su frente con la trigueña, acto que ameritó un tono rosa en las mejillas de su amigo.

. Cuídate mucho, Duo-kun –Y con una leve presión de sus labios en los ajenos, él se retiró de su propia habitación, dejando a un anonado trigueño iluminado sólo por la luz de la luna.'

. ¿Y cuándo pensabas contarme eso, eh? ¬¬

. Bueno, no lo creí para nada necesario. Digo, para mí no implico nada amoroso y para él tampoco, fue sólo un contacto de amigos. Además, con lo que pasó luego eso se me fue de la mente muy rápido –Sonrió coqueto.

. Así que eso fue justo antes de que…

. ¡Hai, Hai! –Duo le interrumpió, sonriendo –Lo que me recuerda que nos castigaron también ése día

. Así es… y exactamente por la misma… -Se detuvo a causa de la campana que sonó salvándoles de su cruel castigo.

. ¡Por fin! –Soltó las cubetas y estas cayeron paradas, mas derramando un poco de líquido al suelo –Mis brazos ya estaban adormecidos

. Tienes que hacer un poco de ejercicios, ¿no crees?

. ¿Qué no te parece suficiente el básquetbol? –Reclamó, entrando al aula por sus cosas.

. Bueno, pues tal parece que eso no es suficiente para desarrollar tus músculos –Explicó su punto, tomando su mochila de su asiento.

Duo se acercó hasta su novio a paso rápido, acorralándolo entre la pared a su lado y su propio cuerpo, que se pegaba casi como una segunda piel a los músculos morenos. Entonces, sonrió libidinosamente.

. Talvez, deba intentar ser el seme esta noche, a ver si eso me fortifica –Susurró en su oído -¿No crees qué sería un excelente deporte? –Mordió apenas el lóbulo del oído donde hablaba, se separó de aquel cálido cuerpo y, guiñándole un ojo, salió del salón.

Entre tanto, Heero permanecía aún apoyado en la pared, atolondrado por la sensualidad que de pronto emanaba de aquel muchacho que le había enamorado. Sintió sus piernas flaquear levemente… ¿Ser el seme?... pues él podía serlo cuando quisiera mientras le mostrara esa misma pasión… pensó, sonriendo como nunca antes.

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'Las sombras dominaban dentro del pequeño espacio que le brindaba la habitación del instituto, iluminada apenas la luna con sus rayos, que se colaban por la única gran ventana, la cama dentro del cuarto, resaltando el blanco de las sábanas y dando a notar la única figura que allí yacía tirada sobre esta, pensativa.

. Nunca me había sentido así… -Alzó su mano a la altura de su cabeza para observarla mejor al brillo de la luz lunar -¿Qué es esta sensación?

Su respuesta fue el silencio del recinto y el casi inaudible sonido de los grillos, que adorando a la luna, le cantaban como cada noche en aquella área rodeada de verde naturaleza.

. No puede ser que esto haya calado tan hondo –Intentó convencerse, sentándose en el lecho donde descansaba -¿Verdad que no?

Abrió la ventana, dejando al aire nocturno y frío entrar de lleno en la habitación ajena y golpear su rostro tibio, provocándole escalofríos por todo el cuerpo… deliciosa sensación que le hizo despertar del letargo en el que se había hundido por la soledad del andurrial en el que había decidido pasar la noche.

. Heero… -El nombre escapó de sus labios como un dulce canto –Dime que esto no es amor… -Cerró los ojos a sus palabras, como si estas quemasen –Onegai…

. Yo no puedo hacerlo, sino te mentiría…

Sus ojos se desorbitaron ante la sorpresa de otra voz dentro de la habitación que debería estar vacía. Volteó como pudo sobre la cama, quedando hincado sobre esta y dándole la espalda a la ventana, que aún le daba paso a la brisa… y quedando frente a frente con un par de ojos azules cual cielo, profundos como el mismo océano y que le miraban directo a sus propios e incrédulos ojos… como si quisiesen calar dentro de ellos y encontrar todas sus emociones. Se sintió desnudo, desnudo en alma ante esa mirada tan provocadora y profunda a la vez.

. ¿Qué… has dicho? –Fue lo primero que salió de sus labios, y ante esa pregunta los zafirinos le miraron casi con ternura.

. Digo que me amas, y que no puedes hacer nada en contra de eso –Sonrió levemente, poniendo seguro a la puerta a sus espaldas.

. ¡¿Qué! –Gritó exaltado, sonrojándose un tanto ante semejante afirmación –Tu ego debe ser muy alto para decir algo como eso… ¿Es qué no te basta con todas las mujeres que te siguen, ahora quieres creer que los hombres también caen tus pies? –Le acusó sin razón, intentando desviar el tema de sus sentimientos que ya le traían bastante alterado.

. No es eso lo que quiero… -Se acercó un par de pasos a la cama, pero al notar la tensión en el de cabello largo, se detuvo en seco –A quien quiero es a ti, a nadie más

"¡Dios! Otra de esas frases" Se estremeció ante las palabras, parándose de un solo movimiento sobre el colchón como reacción ante lo dicho.

. Heero, yo quiero que esto acabe –Le miró duro desde su posición, en donde Heero parecía más pequeño parado en el suelo –Estoy harto de que coquetees conmigo como si fuese cualquier chica. Yo no soy como ellas y no pienso caer en tus redes y si te digo esto es porque me incomoda el hecho de que otro chico me acose…

. ¿No será que te da inseguridad? –Allí estaban las palabras.

Heero le había lanzado sin consideración alguna aquello que le había estado atormentando y que le había obligado a huir del chico que ahora le encaraba.

. Yo… será mejor que te vayas –Lo último lo dijo de forma atropellada, bajando de la cama de un salto para empujar al moreno hacia la puerta, de donde se había comenzado a alejar poco a poco para que él no se diese cuenta.

. ¡No Duo! –Le regañó, alejando los brazos trigueños que apresaban sus hombros –Es hora de que enfrentes todo esto, de que lleguemos a una conclusión porque ya no aguanto…

. ¿No aguantas? –Repitió confundido, entrecerrando los ojos para analizar la frase.

. Sí, no lo hago… ¡y es que en verdad todo esto se me ha salido de las manos! Debo admitir que en un principio todo lo hice porque me ignoraste en la clase de Química, siendo que nadie lo hacía…

. Así que… -Le intentó interrumpir, pero se vio interrumpido también.

. Pero luego las ganas de besarte, de acariciarte, de sentirte entre mis brazos se fueron haciendo más grandes y yo siento que no puedo pasar un minuto más sin hacerte mío –Soltó firme, mas tiñendo sus mejillas de un tono rosa por semejante confesión.

El trenzado quedó estático en su lugar, sin poder creer lo que acababa de oír. Su mente estaba en blanco, su cuerpo más que inmóvil y solo una pregunta se pudo formular en sus labios:

. ¿Me amas? –Inquirió, mirando sin hacerlo realmente cualquier punto aparte.

. ¿Debo decírtelo luego de lo que mencioné antes? –Algo incrédulo, él alzó la ceja.

. ¿Me amas? –Insistió.

. ¡Dios mío, SÍ! ¡Y no te imaginas cuanto! Yo te juro que sin ti me…

Hubiese continuado con su frase, pero unos hambrientos labios posándose sobre los propios le obligaron a callar y corresponder con fogosidad aquella caricia que inesperadamente le daban con tanto fervor que él no cabía en cuenta de si era realidad o un simple sueño, como los que tenía cada noche con ése ángel de ojos violetas…

. Yo… tú no sabes cuanto he esperado esas palabras –Le dijo entrecortadamente, apoyando una de sus manos en la pared a un lado de la puerta, misma donde ahora Heero se apoyaba igual de agitado que él.

. Ha sido demasiado, lo sé… -Murmuró aún agitado y sonrosado.

. Inconscientemente, siempre, estuve esperando alguna palabra o muestra de afecto que fuese verdadera… Te amo… -Las palabras salieron tan fácil de sus labios, que no pudo evitar sorprenderse ante su resolución.

Le pareció ver los ojos de Yuy brillar y antes de que pudiese analizar todo lo que ocurría, se vio nuevamente besado y siendo arrastrado a pasos lentos hacia atrás, donde se encontraba la cama y ellos pudiesen demostrarse su cariño mutuo…

. Heero… -Gimió suavemente cuando su camino hacia la cama se vio interrumpido por el escritorio que había, donde él se vio preso entre el mueble y el cuerpo del moreno, que se había alejado de sus labios para deslizarse por su mentón.

. Utsukushii… -Susurró contra su piel, provocando ligeros espasmos en el cuerpo trigueño, movimientos que se acrecentaron al sentir una lengua traviesa lamer su oreja apenas con la punta, haciéndolo desear caricias más intensas.

Yuy se dio el lujo de seguir con aquello, recorriendo con extrema delicadeza toda la longitud del oído del trenzado, mordiendo el lóbulo como si en realidad no quisiese hacerlo, descendiendo con su vivaz amiga pegada a la piel trigueña hasta el cuello, lamiendo, chupando, reconociendo con sus labios igualmente cada parte de esa perfección como podía por el cuello alto, pero desabrochado, del abrigo del uniforme.

Se sentía en el cielo, aunque un tanto desesperado, las caricias que le propinaban eran justas y necesarias, dadas en el punto exacto y en el momento. ¡Dios! Algo dentro de él siempre le dijo que Heero era un experto y le alegraba confirmar que no se había equivocado.

La chaqueta pronto se vio en el suelo y la camisa a medio sacar, afirmada apenas al final de los hombros de Maxwell, que totalmente extasiado ahora saciaba su curiosidad en la boca ajena, sentado en la mesa, aprisionando con sus piernas y brazos el fornido cuerpo del japonés contra el propio, brindando calor a sus cuerpos y escalofríos al rozar entre sí sus despiertas hombrías con cada movimiento que se regalaban.

Las manos hábiles del moreno no tardaron en retirar la camisa por completo del cuerpo trigueño y comenzar con una completa exploración del cuerpo de éste, incluyendo esto también cualquier parte bajo esos pantalones negros y ajustados, donde sin ninguna espera una mano se introdujo, intrusa, para poder saciar su curiosidad y, por supuesto, al pequeño muchacho a su merced sobre la mesa…

. ¡Oh, santo cielo! –Gritó Duo sin poder evitarlo, rompiendo el apasionado beso, cuando su miembro por fin recibió la atención necesitada por parte del castaño oscuro.

Sentía a la perfección la mano de Heero moviéndose sobre la extensión de su miembro de forma lenta, frotando ambas suavidades en un encuentro que le llenaba el cuerpo de un inmenso ardor, presionando de vez en cuando la base y la punta, mas sólo lo suficiente para inflamarle la sangre y llenarle de un fuego interno que rogaba por ser pagado… un ruego que Yuy disfrutaba ignorar al parecer…

Pronto sus caderas se vieron respondiendo al estímulo que le daban, intentando aumentar la fricción entre sus cuerpo y con aquella mano opresora, moviéndose frenéticas en un exquisito vaivén sobre la mesa, rozando de vez en cuando el igualmente erecto miembro de su contrincante, obligando a Duo a tomar con sus manos el borde de la mesa para encontrar un soporte para su acto y el inmenso placer.

. Más… Aaaahh… Heero, más rápido –Rogó en un jadeo, lanzando su cabeza hacia atrás al arquear el cuerpo en busca de más regocijo.

La voz de Duo apurándole le hizo estremecer. De sus labios escapaban gemidos bajitos provocados por las caricias que recibía por el constante meneo que el trenzado llevaba con sus caderas. Su mano comenzó a moverse entonces más rápido, sintiendo la excitación de Duo chocando contra la suya por sobre la tela de ambos pantalones negros.

En un gran esfuerzo por el placer que le cegaba, Duo abrió sus ojos antes apretados y despegó su mano derecha de su firme agarre en el mueble para comenzar a intrusear algo torpe sobre la ropa del moreno, llevando de encuentro algunos libros sobre el escritorio, mas aún así llegando veloz a su objetivo; los pantalones ajenos, en donde encontró el bulto que sería su entretención por un buen rato.

. Duo… - murmuro Heero regresando sus labios a la boca del trenzado, sintiendo la firme mano de este moverse a compás con la suya sobre su doliente miembro.

Ahora su mano en el sexo del trenzado se movía a la misma velocidad que la de Duo sobre el suyo propio, cada vez más rápido con ellos escapaban los gemidos de su boca que eran también a cada segundo más rápidos y más fuertes. Ambos estaban ya por llegar al límite y extrañamente saber esto causaba un cierto grado de excitación en el otro.

. Aún no...- Susurró Yuy, sintiendo los espasmos del cuerpo trigueño, que le miró confundido cuando cesó en los movimientos en su excitación –Lo mejor recién viene, lo prometo –Se explicó, acariciando la mejilla suave del otro.

Y, sin decir más, deslizó sus manos por el cuerpo del trenzado, llegando hasta la pretina del pantalón del instituto, donde jugó con el botón hasta desabrocharle, bajó la cremallera y así deslizar la ajustada prenda por las piernas ligeramente bronceadas, como el resto de la piel de Maxwell, hasta sus tobillos, desde donde inició otro recorrido con sus manos, subiendo por las suaves pantorrillas hasta los gruesos muslos, que acarició suave por la parte interna, recibiendo un gemido de aceptación, llegando a los oscuros bóxers contenientes de su último objetivo… aunque esta prenda también se vio retirada al poco tiempo, dejando a Duo totalmente desnudo y a merced de sus ansias ardientes…

Sin querer hacer esperar más al trigueño y sin poder hacerlo él tampoco, se agachó hasta la altura de su punzante objetivo. Lamió nuevamente sus labios y con su lengua rozó apenas la punta de la virilidad de Duo, quien al sentirlo no pudo evitar soltar un gemido fuerte, ansioso y vibrante... sonrió al oír todo lo que podía lograr en su querida presa y comenzó a besar la punta nuevamente mientras su mano comenzaba con un suave movimiento en la base del sexo que degustaba, aprovechando también esto para sostenerlo rígido donde necesitaba que estuviese…

. ¡Ah! - Duo se aferró a la mesa nuevamente al sentir como el calor de su miembro era encerrado por aquella boca hambrienta y deseosa.

Heero encerró completamente el sexo del americano en sus labios, dentro de su boca se llevaba a cabo la lucha por sumergirse más en aquel sabor almizclado, sus colmillos acariciando apenas sobre la piel expuesta y sensible, su lengua jugueteando sobre el tamaño y su boca ajustándose a él y, para su deleite, aquello se movía entre sus labios de una forma maestra, pidiendo más, queriendo llegar mas a fondo, causa del movimiento de caderas de su dueño.

En un juguetón movimiento, golpeó con la punta de su lengua de la extremidad ya elevada, recibiendo como aprobación a esto un intenso gemido, y no pudo hacer más que seguir complaciendo sus ansias, encerrando como pudiese todo el calor en su boca, succionando frecuentemente este, sacando y metiendo la erguida pasión para simular un coito… y estaba resultando, pues podía sentir aumentar aquellos movimientos de cadera.

. Heero… yo… -Intentó advertirle, cegado por el placer, pero la tensión de su cuerpo le indicó demasiado tarde que ya no había caso -¡Aaaahh!

En un golpe súbito, aquel deseo lleno su boca completamente, al momento que Duo soltaba aquel largo gemido, el líquido caliente se extendió por toda la cavidad de sus labios, que degusto tomando hasta la ultima gota y relamiendo el pequeño hilillo que se había escapado de forma traviesa por el costado de su boca... el sabor agridulce incomparable le hacía desear más... y esperaba poder tenerlo pronto.

. Yo esperaba que tu sabor fuese delicioso, pero… -Besó cortamente aquellos labios rojos por la pasión, compartiendo así con el trenzado su propio sabor –No hay con qué comparar este sabor grandioso

. Heero… -Susurró de manera tímida, tomando en rostro del más alto –Hazme tuyo… onegai

. Si eso es lo que tú quieres… -Rió malévolamente, cargando a Duo con sus brazos, pasando uno por detrás de su cabeza y el otro por la parte posterior de sus rodillas.

Su cuerpo se tensó un tanto al sentir lo frío de las sábanas de la cama contrastando la calidez ferviente de su piel expuesta, pero esta sensación de incomodidad se vino abajo cuando otro cuerpo, igualmente desnudo, se recostó sobre el suyo, compartiendo su calor nuevamente.

. Heero –Otro estremecimiento tomó su cuerpo mientras abrazaba por el cuello al joven sobre él.

. ¿Estás seguro de que esto es lo que deseas? –Volvió a insistir. Su mirada transmitía su inseguridad.

. Me lastimarías si no lo hicieras… -Sonrió coquetamente.

Eso era todo lo que necesitaba escuchar. Aquella melodía que le permitiría seguir adelante con su ritual amoroso sin pudor.

. Ah, Heero… -No pudo evitar soltar un pasional gemido, sintiendo aquello tan frío en la parte baja de su cuerpo.

El moreno muchacho llevó, sin más preámbulos, su mano derecha hasta la pequeña entrada virgen de aquél ángel de largo cabello e introdujo uno de sus dedos lentamente, dejando al cuerpo bajo él que se acostumbrara a la invasión de su ser y, una vez logrado su objetivo, empezó con suaves movimientos de su extremidad, cuidadosamente, intentando no dañar al trenzado.

Luego de unos minutos, ya eran tres dedos los que se entrometían en la pequeña cavidad… y eran los suficientes como para mantener al trenzado completamente fuera de sí, perdiendo el control de su cuerpo y su mente. Éste movía su cabeza de un lado a otro en la almohada con algo de rudeza mientras intentaba no soltar los ruidosos gemidos que amenazaban con escapar de su garganta y llenar todo el cuarto con la dulce melodía.

Mientras, Heero se concentraba únicamente en brindarle placer al exquisito joven de piel trigueña, llevando sus dedos de adentro hacia fuera con algo de desespero y es que… los deseos que había estado guardando por todo ese tiempo en el instituto, ahora le estaba consumiendo por dentro. ¡Su cuerpo y mente le pedía a gritos poseer al de ojos cárdenos!...

Y no tenía intenciones de negarse a esos deseos… sonrió, sacando con cuidado sus dedos y acercó su rostro al del trenzado, pudiendo besar así los dulces labios de su acompañante en entrega.

. Te amo, Duo –Le confesó nuevamente, una vez que separaron su nexo, posicionándose entre las piernas de Maxwell y besaba su cuello, para distraerle.

. Y yo a ti también… -Contestó jadeante y aguantando una pequeña risa que le produjo la caricia en su cuello.

. Mi trenzado… Esto va a doler –Musitó luego de dirigir su excitación palpitante a la pequeña entrada, dejando entrar apenas sí la punta de este.

. ¡Ah, Heero! –Gritó fuerte, mezcla de dolor y placer, a la entrada lenta de aquel órgano en su interior.

. Oh, Duo… -Gimió, sintiendo su miembro ser ligeramente apretado por la estrechez del trenzado bajo él a medida que avanzaba.

. ¡Heero! –No podía dejar de repetir aquel nombre mientras jugaba con su propio cabello y movía lentamente sus caderas, ayudando así a deslizarse más rápido el sexo del moreno a su interior.

Yuy, de un solo movimiento, se sentó sobre la cama, llevando a Duo consigo a sentarse igualmente sobre sus piernas mientras le abrazaba por la cintura, terminando de una vez con aquella tortura, y empalándose definitivamente dentro de Maxwell.

. Duo… -Gimió nuevamente, aguantando las ganas de moverse dentro del otro chico, mordiendo con fuerza su labio inferior.

. Esto es… -Cerró los ojos con fuerza mientras ocultaba su rostro en el hueco entre el hombro y el cuello de su amante –Muévete… lo necesito…

El japonés comenzó a mover sus caderas con lentitud entonces, embistiendo el cuerpo y, sobre todo, las caderas de su amante americano, llevando así su miembro hacia fuera y dentro del interior caluroso del más bajo, sentado sobre sus piernas.

. Umm… aaaahh –Gemía el americano incontroladamente, abrazándose al cuerpo moreno con fuerza, mordiendo de vez en cuando el cuello del mismo para después aliviar la zona con su lengua, que mansamente lamía la enrojediza zona.

. ¡Itoshii Duo! –Gritaba sin querer a causa del placer que le brindaba cada embestida que daba contra el de piel más clara.

Los golpes de sus caderas se hacían cada vez más frecuentes, más fuertes, más rápidos, más profundos. Ambos se movían con frenesí junto al otro, intentando encontrar más contacto entre sus cuerpos desnudos y sudorosos, dejándose llevar por el placer infinito del acto, que alejaba todo pensamiento coherente de sus cabezas y las dejaba en un blanco total, donde sólo las sensaciones valían.

. ¡Oh, Dios todopoderoso! –Gritó al sentir esos dedos calientes en la sensible piel de su excitación despierta otra vez.

Aquellos dedos delgados, cada vez más ágiles en su trabajo, se movían al ritmo de cada embestida placentera que el moreno daba sobre él, podía sentirlos claramente sobre su piel… él… él iba…

. Heero… ya no aguanto… voy a… a… -Intentó advertirle, presionando las caderas de su amante con sus piernas, pero…

Heero empujó con gran fuerza una última vez, interrumpiendo a Duo en su frase y llegando hasta lo más profundo del interior del americano, tocando su mancha en el trayecto, acto simple que mandó a ambos al límite de sus resistencias.

. ¡Oh, Heero! –Logró gritar mientras su semilla abandonaba su interior con fuerza a causa del placer provocado en el intercambio amoroso y por la sensación de sentir al hermoso moreno terminar dentro de él al mismo tiempo…'

. ¿Qué es esa cosa? –Se dijo a sí mismo, picando con el tenedor la espesa mezcla de… bueno, algo… sobre la charola de la cafetería.

. Bien, me parece que es puré de papas –Su inseparable amiga le contestó igual de contrariada que él.

. ¿Es normal que el puré tenga ésas manchas marrón oscuro? –Heero levantó con su tenedor un poco del… algo… como muestra.

. No lo creo –A Sasuke le recorrió la cabeza una gota de sudor.

. ¡Puaj! –Exclamaron a coro mientras soltaban su tenedor al mismo tiempo, que cayeron sobre el "algo" hecho puré.

. TT ¿Dónde se metió la antigua cocinera? –Azotó su frente contra la mesa, lloriqueando.

. Me parece que tuvo una lesión pequeña en el brazo –La única mujer del grupo habló.

. ¿En serio? Yo ni enterado –El de cabello negro se encogió de hombros.

. Parece que esto nos va a traer problemas –Bufó Yuy, mirando a la nueva cocinera servir a los otros alumnos su… "algo" hecho puré.

'Los radiantes rayos solares le acariciaron los párpados esa mañana calurosa. Él intentó evitar su despertar, acostándose de costado para evitar la luz, pero esto no le resultó muy bien pues prontamente se vio totalmente despierto a causa de una respiración suave y cálida que golpeó sus mejillas.

. Heero –Bisbiseó, entrecerrando los ojos para que el sol no interrumpiera su visión.

El muchacho de cabellos cortos descansaba sobre la cama de costado, mirando hacia él. Su expresión adormilada denotaba total inocencia y sus labios se estiraban en una dulce sonrisa diminuta. Así, con esa expresión en el rostro, y los rayos del sol colados por las cortinas golpeando el moreno y casto rostro, le hicieron recordar a los ángeles con aquella inocencia de niño que poseían.

. Kirei… -Dejó deslizar la palabra entre sus labios, en un arrullador sonido.

"Es tan diferente" Pensó de repente. Su expresión se volvió seria otra vez "Son como las dos caras de una misma moneda… anoche me dejó ver aquel ser lleno de pasión y lujuria, se transformó en una persona salvaje y hoy… es simplemente encantador, con aquella niñez que posee su interior… ¿Cuál es el real, entonces? ¿En cuál de las dos caras debo confiar?"

. Ah… -Una mano en su mejilla se posó, leve y cálida, sacándolo de sus pensamientos y envolviéndolo, esta vez, en la paz que expresaban esos ojos azules ahora abiertos.

. Buenos días, Duo-kun –Sonrió, cerrando sus ojos también.

. Yo… b-buenos días… Heero

Los zafirinos se abrieron nuevamente y se fijaron en las violetas joyas, en un contacto gentil. Ambos se vieron presas de la mirada ajena por infinitos segundos.

. Anoche… todo fue maravilloso –El moreno habló al fin, acomodándose esta vez boca arriba, fijando su atención en el techo blanco -¿Te arrepientes, Duo?

/ La pregunta me tomó por completo desprevenido. Jamás pensé tener que cuestionarme aquello y mucho menos que fuera él quien lo hiciera… sonreí, sin poder hacer nada más y, cerrando mis ojos, manteniendo la calma, no pude hacer más que responder con lo que sentía

. …… No, jamás en mi vida he estado tan seguro de algo

Me senté sobre la cama y me incliné sobre Heero, sentí algunos de mis cabellos sueltos por el movimiento de anoche, caer por sobre mis hombros, rodeando el rostro del muchacho bajo mi cuerpo, encerrado por mis brazos que se apoyaban a los costados de su cintura… acerqué lentamente mi rostro al suyo y uní nuestras frentes, procurando no despegar mis ojos de los suyos en ningún instante…

. Te amo, Heero, y no puedo creer que hayas dudado de mi entrega –Le sonreí otra vez, recibiendo el mismo gesto de Yuy, quien entrelazó sus brazos a mi cuello, arrastrándome hacia él, en una petición silenciosa que yo acepté.

… Y nos besamos… debo decir, que nunca sentí tanto cariño en una caricia tan simple…/

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. Y esto es lo que ocurre cuando uno llega tarde TT

Nuevamente, Duo estaba parado en el pasillo fuera del salón con aquellos tan conocidos cubos llenos de agua en las manos, recargándose en una de las paredes para intentar sobrellevar el peso, pero ahora estaba acompañado por el moreno japonés.

. ¿Estás cansado, Duo? –Le miró desafiante.

. No aún… o al menos no más que tú –Devolvió aquella mirada.

. ¿Quieres apostar eso?

. Algo me dice que es una mala idea hacerlo… ¬.¬

. ¿Tienes miedo de que pida algo demasiado exigente? –Se acercó hasta él, acorralándole en la pared donde se apoyaba.

. No podrías pedirme algo que no te haya dado –Susurró, desviando su rostro del japonés para mirar el final del pasillo vacío.

. Talvez tengas razón –Unió su frente a la del ojivioleta con sumo cuidado –Te amo… -Delató.

Las palabras llegaron a sus oídos en forma de un cantar susurrante y extremadamente satisfactorio. Una sonrisa tomó sus labios y sus violetas ojos relucieron con la luz del radiante sol… se estremeció ligeramente y cerró sus ojos al fin, tranquilizándose.

. ¿Me amas? –Preguntó el moreno, tal como el trenzado lo hubiese hecho la anterior noche.

. Sí, más de lo que puedo controlar –Confesó nuevamente, sintiendo un peso menos sobre sus hombros.

. Me agrada escuchar esas palabras… (N/a: ¿De quién oí eso antes?)

. Mejor no te acostumbres –Desvió su mirada, aguantando una sonrisa, para seguir pareciendo enfadado.

. Preferiría que tú te acostumbrases a decirlo

. No lo creo posible

El timbre de salida sonó, lo que les indicaba que debían pasar a sus clases de filosofía, como lo hacían cada viernes por la mañana. Los dos jóvenes se alejaron entre sí y soltaron sus pesadas cubetas mientras el resto de los alumnos, que habían llegado antes y sí tomaron las clases, salía a los pasillos para dirigirse a las próximas que debían tomar, llenando el antes solitario lugar que habían estado ocupando aquél singular par para dejarse acunar por el vistoso romance que llevaban.

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. ¿Mañana? –Duo estaba sin duda muy sorprendido por la invitación que le brindaban.

Heero le miró fijamente por un largo tiempo, esperando, al parecer, alguna otra respuesta aparte de aquella exclamación que el trenzado había soltado, mas manteniendo su silencio y serio porte hacia él.

. ¿Qué dices? –Volvió a insistir, allí, sentada frente a él -¿Vendrás?

. Bueno… tengo algunas cosas que hacer mañana…

. No te preocupes, viejo, sólo va a ser un momento ¡Anímate! La feria no suele venir seguido a esta ciudad –La voz del novio de su amiga le presionó desde su otro costado.

. Es que…

. Entradas gratis –Le recordó Ryoma, sentado a un lado de Karura, que se sentaba frente a él.

. Bueno…

. ¡Esto nos va a tomar años! –La pelinegra se levantó de su silla y acercó hacia el moreno novio del trenzado, sentado al lado derecho de este –Tú si vas a ir ¿verdad? –Una carita de perro bajo la lluvia llegó al instante para atacar al japonés, que se sintió algo intimidado antes aquellos ojos de pena.

. Sí… bueno, no veo porque no –Sonrió nuevamente, intentando ignorar la gota que resbaló por su cabeza al aceptar.

. ¡Genial! –Karura tomó por los hombros a Heero, sumamente feliz –La vamos a pasar excelente entonces –Susurró en tono cómplice, guiñándole un ojos al japonés que no pudo evitar mostrar su coqueta sonrisa ante semejante oferta.

. ¡Está bien, está bien! –Gritó mientras se levantaba de su puesto en el comedor y miraba a la muchacha bastante enojado –Voy a ir, deja de hacerme sufrir –Hizo puchero.

. Entonces todo arreglado; Mañana en el parque de diversiones a las 4 p.m

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. No puedo creer que haya caído en un truco tan bajo –Gruñó enfadado, corriendo la cortina de baño que cubría la regadera individual.

La última clase de ése día viernes había sido la de deportes y ya todos los demás alumnos se habían marchado a sus casas para compensar las horas de estudio durante la semana con relajo en el inicio de un fin de semana, pero Duo había decidido tomar un baño antes de retirarse a su hogar, sabiendo de antemano que apenas llagara a este, se quedaría dormido en el primer lugar, acolchado o no, que encontrara…

. Y no pienso estar oliendo a sudor mañana –Pensó en voz alta mientras abría el grifo, dándole paso al agua tibia salir.

El vapor de agua rápido comenzó a adueñarse del pequeño cubículo de la regadera, saliendo apenas hacia fuera, a los camarines, llenando al trenzado de un sopor tibio y relajante, de una extraña paz interna que le sacó una sonrisa a sus labios.

. Esto es vida… -Gimió ligeramente, pasando sus manos por su largo cabello suelto.

Un estremecimiento tomó su cuerpo de repente, como una ráfaga de viento que azotó su espalda y le produjo extraños escalofríos, pero no le tomó importancia y siguió con los suyo, esta vez untando shampoo en las puntas de su cabello, que caían sobre su hombro izquierdo hacia delante, tapando gran parte de su pecho fornido.

Pero no tomar atención a este hecho tan pequeño fue un error que tendría que pagar…

Pronto unos brazos cálidos le tomaron por la cintura y le atrajeron hacia atrás, donde un cuerpo, igual de desnudo que el propio, pudo sentir, le esperaba ya húmedo por la poca agua que le había alcanzado a tocar.

. ¡QUIÉN DEMONIOS…!

Unos labios comenzaron a recorrer la piel sensible de su cuello, concentrándose en sus costados y cerca de la nuca, descendiendo a paso lento, quitando el sabor del agua que salía de la llave con su lengua juguetona y con los tiernos besos que iba dejando, llegando casi hasta los hombros, donde se hallaban ahora aquellas manos fuertes que le capturaron en un principio, dándole pequeños masajes, que más que relajarles, le subían la temperatura del cuerpo.

. ¿Heero? –Su voz sonó ronca por el deseo fugaz que le invadió y una sonrisa tomó sus labios cuando le respondieron.

. A tus órdenes… -Le respondió, obligándole a sonreír y, a la vez, a sentirse sumamente nervioso.

. ¿Qué estás haciendo aquí? –Su voz salió en un pequeño murmullo, tembloroso y rogitativo.

. Bueno, es sólo que… -Deslizó su lengua por su cuello, degustando nuevamente el sabor de las piel tersa –quise venir a ayudarte con tu baño

. Sin ofender, pienso que… me estás retrasando

. ¡Oh, sí! Pero va a ser divertido y… ya verás que te gustará –Sonrió lascivamente, volviendo a recorrer con sus manos el vientre plano, llegando, de una vez, hasta aquella quemante zona.

. ¡Heero! –Gimió, sintiéndolo moverse de a poco sobre su miembro despierto y más que lubricado por el agua.

El movimiento en que su amante comenzó fue lento y suave, haciéndole despertar mucho más, despertando sus íntimos deseos una ves más, obligándolo a querer más de aquello, de anhelarlo con cada fibra de su ser, como fue en la primera vez.

Corrientes eléctricas descendían por su espina, obligándolo a removerse entre los brazos morenos que aún le apresaban y le acariciaban diferentes partes del cuerpo. Sus manos subieron involuntariamente hasta enredarse con el cuello mojado de Heero, enredándose en las cortas y suaves hebras de cabello oscuro, intentando darle, aunque fuese poco, una pequeña parte del placer que le estaba brindando a él con cada hábil vaivén de su mano.

. Heero…

.… Duo…

Esto, se sentía maravilloso…. Estar junto a Heero era más que mágico y mucho más real…'

Tsuzuku...

Keysie: Quiero disculparme con mis lectores por haberme tardado tanto, pero la verdad es que era un tanto estresante estar escribiendo tantos fics en medio de las pruebas y tareas escolares. Además, no les voy a negar que esta vez sí me ha dado flojera el seguir… aparte que los lemmon no son algo que se me dan… realmente no son para mí, pero… bueno, supongo que es mejor tarde que nunca y aquí les he traído el capitulo 5 que espero hayan disfrutado pues le di un toque "un lemmon" para ser más exactas que espero haya cumplido sus expectativas…. Matta ne! TT Y Gomen ne!

A Akabane Kuroudo: Que es una escritora Yaoi, la cual está de más decir que es fantástica, que tiene un estilo único y un muy alto nivel de escritura, casi poético, que te lleva a sentir cada golpe emocional de sus personajes como tuyo, que te lleva a escenarios y lugares espectaculares con tan sólo narrar un párrafo, quien te llena de encanto cada vez que lees algo suyo. Es una de mis ídolos de toda la vida y una persona que demuestra ser muy grande cada vez que escribe, a quien no he podido conocer en persona, pero que me ha dado una impresión de sí misma bastante buena y quien me ha llenado de el gusto por los fics y me ha inspirado y hecho llorar… una escritora que siempre será mi meta y mi anhelo, alguien que quiero expirar a ser como escritora…. Akabane (Aiko) Muchas gracias!