AQUAMAN: EL PROTECTOR DE LAS PROFUNDIDADES

CAPÍTULO DOS: AYUDA A LA FUERZA

Dispuesta a descubrir qué o quién causó semejante maremoto que por poco destruyó a Ciudad Metrópolis, Ronnie Anne junto con Zach, Lincoln y reporteros, camarógrafos y fotógrafos pertenecientes a otros periódicos abordaron una embarcación cuyo fin era hallar aquello que originó semejante fenómeno ambiental que provocó tal devastación.

-Bien, ya estamos en el sitio en dónde supuestamente se originó ese colosal remolino. ¿Cuál es el siguiente paso?- cuestionó una vez que el barco se detuvo en medio del océano.

-Lo que haremos ahora es lanzar una sonda que examinará el lecho marino en búsqueda de restos de algún cuerpo espacial. Si en verdad un meteorito fue el causante de ese Tsunami, hallaremos sus restos- explicó el encargado de la expedición mientras unos marinemos preparaban el dichoso artefacto para ser arrojado al agua salina.

-¿Y si el causante de eso no fue un meteoro o algo parecido?- era palpable la preocupación en la siguiente pregunta de la latina, porque si eso no fue algo natural, ¿Quién garantiza que el causante no lo volvería hacer?

-Entonces seguiremos investigando hasta hallar la respuesta- el líder de la tripulación no compartía su miedo y fue a indicarle a los demás que hacer y que debían apurarse.

-Es una bella vista, ¿No lo crees, Lincoln?- algo apartado de ella, Zach le tomaba fotos al lindo panorama que tenían en frente y le tomó una foto al agua justo cuando unos delfines dieron unos ágiles saltos emitiendo sus tan característicos chillidos.

El peliblanco que usa peluca castaña y anteojos solo sonrió levemente por su actitud entusiasma mientras usaba con disimulo su potente visión para observar todo lo que pudiera haber en la superficie y que sea alguna anomalía. No descartaba que la causa de ese colosal oleaje pudo haber una piedra del espacio o un fenómeno ambiental, pero también deseaba saber si fueron manos humanas las responsables y debía hallarlas para ponerles un alto si ese sea el caso.

-La sonda ya está lista. Inicien a la cuenta de diez. Uno, dos, tres…- todos pusieron atención al artefacto cuando iba a ser lanzado al mar desde estribor.

Kal-El también lo hizo deteniendo su búsqueda, hasta que su Súper Audición capto algo que no se suponía debía pasar. Era el ruido de varios disparos, o al menos, así lo interpretó y se produjeron cerca de su posición actual.

Miró de derecha a izquierda intentando hallar el origen de ese ruido pero no vio a nadie cerca que quisiera atacarlos, pero al mirar hacia abajo traspasando las cubiertas y el casco del barco con su Visión de Rayos X, abrió enormemente los ojos por la impresión.

-¡RONNIE, ZACH, TODOS CUIDA…!

Su grito fue interrumpido por una fuerte explosión que destruyó una gran parte del barco matando a varios de los tripulantes y que otros junto con una gran parte de los miembros de prensa e invitados saliesen despedidos en distintas direcciones cayendo al mar.

Los atlantianos volvieron al ataque.

-Inmundos terrestres, ¡¿Nunca se cansan de hacer sus malditos experimentos?!- Orm otra vez dirigía la arremetida -ya saben que hacer todos.

-¡SÍ SEÑOR!- sus soldados asintieron y prosiguieron a masacrar a toda esa pobre gente.

Excepto Vulko que le dedicó una agria mirada, teniendo el enorme deseo de cuestionar sus decisiones ahora que sabe lo que él es capaz de hacer.

Lincoln también cayó por la borda, y a diferencia del resto, no sufrió ninguna herida. Se hundió un par de metros bajo la superficie y al recuperar la orientación quedó impactado al ver como esas bestias marinas y sus jinetes empezaron a masacrar sin misericordia alguna a las demás personas.

Era hora de actuar.

De un jalón se despojó de sus anaranjadas prendas de reportero dando paso a su vistoso traje de Superman y extendió hacia adelante los puños igual a como lo haría cuando vuela por los cielos para dirigirse hacia una ballena orca que iba a comerse a Zach.

Podría despedazarla si la golpease con todas sus fuerzas pero su noble corazón no le permitiría masacrar así un animal, por lo que tuvo que contenerse al darle un golpe doble en el abdomen para sacarle el aire y mantuviese abierta su boca justo cuando iba a cerrarse alrededor del joven pelirrojo que agitaba desesperadamente sus brazos y piernas para salir a la superficie.

El conductor del cetáceo quedó impresionado por eso, pero no se demoró en extender hacia adelante su tridente para disparar múltiples ráfagas de energía que harían trizas a un humano.

Pero que nada hacían contra el Hombre de Acero que las recibió todas sin retroceder generando intensas nubes de burbujas que al disiparse dejaron aún más atónito al guerrero acuático y no se demoró en arrebatarle de un solo movimiento su arma y partirla en dos al hacerla chocar contra su rodilla derecha y amañó con atraparlo.

Sin previo aviso, dos tiburones blancos le sujetaron ambos brazos con sus poderosas mandíbulas repletas de hileras de filosos dientes para sumergirlo más profundo en el agua mientras su manejadores lo apuñalaban repetidamente con sus tridentes.

Seguían sin poder herirlo y él se liberó retrayendo sus brazos rompiéndole los colmillos a los tiburones para tomar a los atlantianos del cuello y noquearlos al hacer que sus cabezas chocasen entre sí; todavía teniendo cuidado de no usar todas sus fuerzas para no matarlos.

Una explosión se produjo en su espalda y al girarse vio como una ballena jorobada que tiene adosada en su cabeza un gran cañón le disparo varias veces. Se giró y estuvo a punto de dirigirse al cetáceo para detenerlo, pero sin previo aviso recibió disparos en distintas direcciones de los demás atacantes que dejaron de hostigar a los marineros y otras personas para concentrarse exclusivamente en él.

Quedando en shock cuando las nubes de burbujas al disiparse revelaron a un todavía ileso Kal-El que lo único que había hecho en todo lo que duró la agresión fue cruzar los brazos ante su cara y al descubrirse sus ojos brillaron de color rojo para expulsar Rayos Láser con los que desintegró cada una de sus armas de tecnología superior a la de cualquier humano.

-¡¿Quién es ese hombre?!- preguntó aterrado el jinete de otra ballena orca justo antes de que los cañones que está tenía pegados a sus costados fuesen destruidos.

-No puede ser… ese tipo… ¡Es el protector de la superficie! Al que los humanos llaman Superman- Vulko lo reconoció y tomó las riendas de su caballo de mar para que retrocediera y no se le acercara al Último Hijo de Krypton.

Los rumores de lo que ha hecho y de lo que es capaz de hacer han recorrido hasta el último rincón del mundo, tanto el de la superficie, como el de las profundidades.

-¿Le tienes miedo acaso, Vulk? ¡ACABEN CON ÉL!- pero Orm no se dejó intimidar y le apuntó al peliblanco de calzones rojos para que sus tropas lo eliminasen.

El Visir no lo obedeció y decidió mantenerse al margen observando como el más grande héroe de la humanidad, sin tan siquiera esforzarse, lograba repeler cada una de las arremetidas de sus compatriotas.

Su mente sabia y astuta no se demoró en formular un plan para detener a Orm. Como se lo dijo a la Princesa Mera, prácticamente cuentan con nulos aliados para detenerlo y mucho menos a los ejércitos de los Siete Reinos ahora que han acordado atacar a los habitantes de la superficie.

Pero si pudiera convencer al hombre del espacio de que les ayudase, entonces podría evitar una catástrofe sin precedentes. Aunque debería tener cuidado en sus próximos movimientos.

-¡TODOS SON UNOS INÚTILES!- gritó ya muy furioso el regidor de Atlantis viendo que los guerreros que tantas veces han salido triunfantes en sus contiendas contra los diversos marineros con los que han cruzado caminos, eran vencidos como si nada y flotaban agonizantes bocarriba junto con sus criaturas marinas.

-Yo mismo tendré que hacerme cargo de él- sujetó con fuerza su tridente plateado.

-No, espere un momento, Príncipe Orm- pero el Consejero lo tomó de un hombro -no dudo de que podría vencer a ese extraterrestre, pero si pelea ahora podría quedar tan agotado o herido que no podrá coordinar los planes que ha hecho con los demás gobernantes. Una vez realice sus golpes estratégicos, tendrá la oportunidad de eliminarlo ante los ojos de los terrestres para que así queden tan devastados que se volverán más fáciles de vencer.

Lo conocía bien y sabía perfectamente que él no solo se conformaría con vencer a su enemigo, sino que lo humillaría al máximo para acabar tanto con su espíritu como el de sus aliados, y si la humanidad ve a su máximo defensor caer en combate eso sería igual a una victoria más sencilla.

-Ummm… si… tienes toda la razón, mi amigo. ¿Por qué gastar energías aquí cuándo esos inmundos rastreros no están presentes para ver como acabo con su querido salvador? Mil veces mejor sería cuando lo haga en el inicio de nuestra ofensiva- el Visir suspiró aliviado por su decisión.

Justo cuando Orm iba a ordenar la retirada, vio algo que le hizo arquear una ceja y sonriera con una enorme malicia.

-Vulko, diles a todos que se retiren. Yo debo ocuparme de algo- le ordeno al Mosasaurio en el que cabalgaba que se dirigiera hacia la superficie.

El Visir no supo que fue a hacer, pero les ordenó a los guerreros de Atlantis que emprendieran la retirada lanzándole a Superman unas bombas que al activarse crearon un fuerte estallido sónico que le causó un fuerte dolor de cabeza desorientándolo para que así no los siguiera.

-¡WAJA, WAJA! ¡¿Qué diablos fue eso?!- fue lo primero que exigió saber Ronnie Anne cuando escupió el agua que tragó y se sujetó a un pedazo de madera que flotaba al haber sido una de las tantas personas que cayeron al mar.

Atónita quedó cuando vio a uno de los atlantianos montado sobre el lomo de un tiburón blanco dirigirse a uno de los marineros para que el depredador se lo comiese a mordidas generando una gran mancha de sangre.

Luego vio que el barco estaba en llamas y lentamente se hundía y cómo los pocos que aún lo ocupaban saltaban al agua solo para también ser masacrados por los guerreros acuáticos que no habían ido a pelear contra el héroe al que le dio su nombre, hasta que comenzaron a retirarse.

-¿Pero a quién tenemos aquí?- tuvo un sobresalto cuando alguien le habló a su espalda y al girarse se topó con el tridente de Orm a tan solo un par de centímetros de su cara.

-Si es la dichosa reportera intrépida y valiente que no tiene miedo de arrojarse directamente al peligro con tal de conseguir una historia para entretener a la plebe. Por lo que sé, tu nombre es Ronnie Anne, ¿Correcto?- sin dudas también está consciente de los medio de comunicación que los humanos poseen.

-Quién… ¿Quiénes son ustedes?- fue lo único que pudo preguntar debido al pánico que sentía.

-Pronto lo sabrás. Ahora ven conmigo.

Con su arma, Orm creó una gran burbuja que la rodeo por completo y ella nada podía hacer para liberarse y sin decir nada más se la llevó retirándose con sus tropas dirigiéndose de nuevo a las profundidades del océano.

Superman dejó de taparse los oídos y sacudió su cabeza teniendo una mueca de malestar igual a que tendría una persona que sufre de una leve migraña. Al abrir los ojos quedó confundido porque los atacantes ya no estaban y se preguntó a dónde habían ido.

Quiso buscarlos, pero ahora escuchó los gritos de la superficie provenientes de Zach y los que cayeron al mar, por lo que primero debía ponerlos a salvo antes de hacer cualquier otra cosa.

-¿Estás bien, muchacho?- quiso saber cuándo salió del agua volando al cargarlo.

-Aoh… creo que sí… no, espera, ¿Y Lincoln? ¡¿La Señorita Santiago?! ¡TIENES QUE SALVARLOS!

Deteniéndose en medio del aire, Kal-El miró los alrededores del barco con mucho detenimiento para hallar a la reportera latina y entreabrió la boca al no encontrarla.

Un desmedido temor creció en su pecho al creer que fue secuestrada por los atlantianos, o peor, que haya sido devorada por alguna de esas bestias marinas llegando al deseo de querer ir a buscarla, pero al oír como las demás personas en el agua gritaban por ayuda, no tuvo más opción que ponerlos primero a salvo y luego intentar encontrar a su compañera de trabajo.

-"Ronnie… espero que estés bien"- pensó impotente mientras oraba para que nada grave le haya pasado y prosiguió a tomar la embarcación y levantarla.

(…)

Por su parte, Liam continuaba sacando más basura marina dentro de sus contenedores recibiendo la ayuda de esa ballena azul. Como se lo dijo a su padre, poco le importa el motivo por el que los atlantianos causaron el Tsunami y seguirá haciendo lo que está acostumbrado a hacer y no parece que se haya puesto a reflexionar ni una sola vez en que él podría ser un intermediario para evitar que se desate la peor de las calamidades.

Sin embargo, al apreciar mejor su vista cansada podía notarse cierta incomodidad, de un conflicto interno que se agitaba como las aguas de la más violenta de las tormentas.

Quería, deseaba, anhelaba no estar relacionado de ningún modo con todo ese asunto, que pudiera seguir con su vida sin el cargo de consciencia que le genera rechazar tal responsabilidad, que no lo fueran a buscar para reprocharle que no hizo nada cuando tuvo la posibilidad y medios para hacer la diferencia, que no vuelva a tener contacto con la gente de su dichosa madre y siguiera con las apariencias.

Se sentó en uno de los pesados barriles en la misma playa en dónde el océano le dijo que iba a ocurrir esa calamidad y apoyó la cara en la mano derecha para ver a las gaviotas revolotear. Mucha envidia podía sentir por los animales alados, porque con su capacidad de volar podrían distanciarse de los problemas, no le debían rendir cuentas a nadie y podían vivir sus vidas como quisieran sin tener que ocultarse.

-Veo que sigues haciendo lo mismo de siempre, Liam.

Por poco se cae al oír esa voz y abrió enormemente los ojos cuando se giró.

-Me… Me… ¿Mera?- perdió el aire en sus pulmones cuando vio a la bella pelirroja acercársele caminando con pies descalzos sobre la arena con semblante tímido, incluso asustadizo.

Se frotó los ojos ahora siendo él el que creyó que veía un fantasma del pasado que nunca pensó ver en esta vida ni en la otra.

-Cuanto tiempo sin verte- le dedicó una ligera sonrisa -cómo… ¿Cómo has estado en todo este tiempo?- no tenía ningún discurso de presentación preparado, por lo que le hizo la pregunta más básica de todas y que reflejaba la gran pena que sentía.

-Yo… este…- al pelinaranja se le enredó la lengua porque mucho menos esperaba que ella apareciera así de repente ante él y tuvo que tragarse un nudo que se le formó en la garganta.

-Bien… puede decirse que he estado bien desde la última vez que nos vimos- desvió la mirada y se rascó la nuca para pensar que más decirle.

Pero al verla de nuevo notó que llevaba ese collar hecho a mano en su cuello, lo que causó que el corazón le latiera con la potencia del corazón de su amiga cetácea y se le sacase la boca.

-Qué… ¿Qué milagro que vienes por acá? Digo, ¿Cómo supiste sigo aquí?

-Vulko me lo dijo. Él nunca te perdió el rastro y… y me pidió que viniese a verte, para hablar cobre lo que Atlantis y los otros Reinos piensan hacerle a la superficie.

De inmediato la expresión de Liam pasó de ser achicopalada a una tan rígida y fría como un témpano de hielo y afilo la mirada haciendo retroceder a la hija del Rey Nereus que por un segundo creyó que iba a reaccionar de modo violento.

-Así que viniste solo por eso, ¿Eh?- debajo del tono furibundo que usó en su acusación era palpable un dolor equiparable al que sentiría alguien que sufre la peor de las traiciones.

-Después de tantos años, ¿Me vas a decir que el único motivo por el que te tomaste la molestia de venir a verme fue para que metiera la mano en el fuego y evitar que los pendejos que habitan bajo el mar le declaren la guerra a los otros imbéciles que viven en la superficie?- los huesos de las manos le tronaron cuando cerró con fuerza los puños.

-¡NO, NO! ¡No es por eso! De haber sabido que tú seguías con vida, habría venido aquí desde un inicio para ver como estabas- ella se apresuró en decirle que no lo buscaba únicamente solo para ese asunto, sino porque en verdad hasta hace poco tiempo supo que aún vive.

-Cuéntale a otro esa excusa- le dio la espalda y se dispuso a tirarse al agua para retirarse.

-¡Espera, por favor Liam!- pero Mera rápidamente lo tomó de una muñeca ganándose una osca mirada de su parte -yo… en verdad estoy bastante feliz de volver a verte después de tantos años en los que creí que estabas muerto y te puedo jurar que de saber que seguías aquí ya habría venido a visitarte. Pero ahora estamos en una situación que no se va a solucionar con solo mantener la cabeza metida en la arena.

-Así qué, por favor, escucha lo que tengo que decirte.

Liam abrió la boca para exigirle que lo deje en paz, pero la suplica que radiaban los ojos verdes de ella le obligaron a morderse la lengua y agachase la cabeza. Quisiera poder responderle del mismo modo irreverente y grosero que usó con su papá, pero ahora el corazón le decía que dejase de ser tan áspero, tan cabezadura y se dispusiera a oír lo que tanto desea decirle.

-Bien, te escucho- después de resoplar fue a tomar asiento en el mismo barril de antes y con la mano derecha le hizo una seña para que se explicase.

Feliz porque él se dispuso a oírla, comenzó a decirle lo que descubrió sobre Orm y como este contrató a unos humanos para que atacasen a Atlantis para así hacerles creer a los reyes de los Siete Reinos que los terrestres les declararon la guerra.

-Orm… ese jodido pendejo ególatra que se cree la gran cosa ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi, ¡AHORA ESTÁ PEOR!- iracundo le dio una fuerte patada al barril en donde estuvo sentado tan fuerte que lo impulsó hasta el cielo y se perdiese en el horizonte.

-¿Ahora entiendes por qué Vulko me envió por ti? Tú eres su medio hermano, el segundo hijo de la Reina Atlanna y por ley tienes el derecho de desafiarlo para quedarte con el trono en una contienda y al ganarle volviéndote el nuevo gobernante de Atlantis podrás evitar que desate una guerra que destruirá todo el planeta.

Liam le dio la espalda y se alejó unos pasos para cruzarse de brazos y ver nuevamente a las gaviotas para meditar este giro inesperado de los acontecimientos. No quería verse involucrado en este dilema, ¿Y ahora resulta que tiene el "deber moral" de detener al que quiere desatar la guerra al ser el único que supuestamente puede ponerle un alto?

Casi podía oír las carcajadas de burla que la vida o el destino les dedicaban ahora mismo.

-Esta jodida broma no puede estar pasando en verdad…

-Sé que te estoy pidiendo mucho, Liam. Pero si eres lo único capaz de evitar la peor de las calamidades, entonces debes hacer algo rápido para que no…

-Tienes toda la razón, me pides mucho; más de lo que puedo y estoy dispuesto a dar- la interrumpió al voltearse para verla con la misma mirada matadora.

-¿En realidad crees que puedo ir ahí así como así y retar al imbécil de Orm a un duelo? Aunque me encantaría poder partirle la cara y humillarlo en frente de todos, todos me aborrecerían y jamás me aceptarían como su nuevo gobernante por ser mitad humano… por ser la "abominación" que mi madre gestó y por la que ejecutaron…

Enorme rencor, ira y dolor eran palpables en esas palabras finales, tanto así, que casi se le iban a salir unas pequeñas lágrimas. Mera desvió la mirada no sabiendo que más decirle o que hacer para tratar de reconfortarlo.

-Y antes de que digas otra tontería de chantaje moral sobre que "es mi deber" o algo así, te lo dejaré bien claro: No me interesa EN LO MÁS MÍNIMO ser el nuevo Rey de Atlantis, que eso no se te olvide. Pero si para evitar que este mundo se vaya al carajo tengo que ir a darle al jodido imbécil de Orm la paliza de su vida, eso si es algo que estoy más que dispuesto a hacer.

No era la respuesta que buscaba, pero bastó para que Mera sonriera ampliamente al saber que no se quedará cruzado de brazos y pondrá (A su manera) su grano de arena para evitar la guerra.

-Me alegra oírte decir eso, Liam- tomó su mano derecha apenándolo como lo hizo antes -ahora debes seguirme. Antes de venir aquí descubrí que Orm le ordenó a los piratas mercenarios que contrató que atacasen mi reino, luego de detenerlos debemos juntarnos con Vulko para así pensar la mejor manera de que puedas presentarte en Atlantis y desafiarlo.

Se zambulló en el agua para retirarse a la velocidad de un torpedo, él iba a seguirla pero primero vio nuevamente a las gaviotas que ya se habían alejado perdiéndose del alcance de su vista.

-Arg… lo que daría por estar en su lugar- suspirando resignado, también se arrojó al mar y fue tras la pelirroja.

(…)

No supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, pero al despertar lo primero que hizo Ronnie fue sobarse la frente susurrando algunas cosas en español latino.

-Hasta que al fin despiertas, ¿Deseas un vaso de agua?- al oír la voz de Orm espabiló por completo.

Solo hasta ese momento se percató que seguía dentro de la enorme burbuja en dónde había sido capturada y que se encontraba en el interior de una enorme habitación llena de agua que emitía un brillo azul claro siendo apuntada por los tridentes de varios soldados.

-¿Quiénes son ustedes? ¿En dónde estoy?- puso las manos contra las paredes internas de la burbuja en un intento de romperla.

-Directa al grano y sin dejarse dominar por el miedo. Es lo que me encanta de usted y por eso le di el honor de ser la primera habitante de la superficie en visitar nuestro maravilloso reino- con una seña de manos Orm atrajo la burbuja hacia él y sus soldados bajaron sus armas.

-Así que permítame presentarme: soy el Príncipe Orm Marius, máximo regente del submarino reino de Atlantis- ella abrió mucho los ojos ante esta revelación -y el que respondió a la ofensiva de los terrestres al mandarles ese Tsunami devastador- finalizó con bien fingida caballerosidad.

Esta información final hizo que la latina frunciera el ceño ya muy furiosa.

-Tú… ¡TÚ, MALDITO IDIOTA! ¡¿Acaso sabes los destrozos que esa ola generó en muchas ciudades costeras?! ¡¿QUIÉN TE ESTÁS CREYENDO QUE ERES?!- golpeó con ambos puños la burbuja.

-El encargado de proteger las profundidades del océano de todas las arremetidas que ustedes nos lanzan a diario, eso es lo que soy yo- esa acusación lejos de molestarlo, le causó gracia.

-¿Lo que les lanzamos a diario? ¡¿De qué rayos estás hablando?! Nosotros no les hemos hecho nada, es más, ¡Ni siquiera sabemos que ustedes existen!

-¿Qué no nos hacen nada? Arrojan su basura a nuestras aguas contaminando todos los ecosistemas y envenenando a toda forma de vida acuática, derriten los polos destruyendo el equilibrio, no tienen reparos en hacer sus letales pruebas científicas que aniquilan todo a su paso y hace poco un submarino suyo nos declaró la guerra matando a varios de los míos, ¿Y tienes el descaro de decir que no nos han hecho nada?- también era experto en fingir estar ofendido.

La latina se quedó en silencio por unos segundos reflexionando esas palabras, porque por más que quisiera, no puede negar que los humanos han contaminado el agua y al resto del medio ambiente de modo gravísimo que no se podría remediar generando un sinfín de repercusiones.

¿Con qué descaro podría refutarle tal dolorosa verdad?

-¿Y yo que tengo que ver con eso? ¿Qué vas a hacerme?- ya se hacía la idea de que no iba a salir viva de esa situación como lo ha hecho en varias ocasiones en el pasado.

-No te mataré si es lo que te preocupa, al contrario, justamente necesito de alguien como tú. Por ser una famosa reportera en la superficie, eres la indicada para dar mi mensaje a los tuyos.

Confundida quedó ante esa petición, pero con otra seña de manos, Orm hizo que la burbuja en la que está lo siguiera cuándo salió de la sala siendo escoltados por los soldados.

Dejándola sin habla porque al recorrer los pasillos pudo ver no solo los lujos que poseía el palacio, sino también el exterior apreciando el resto de Atlantis y cada una de sus bellas edificaciones que eran mil veces más majestuosas de lo que cualquier libro de fantasía pueda describir.

-¿Dónde está Zach y sus cámaras cuándo más se les necesitan?- miró lentamente de un lado a otro el hermoso panorama hasta que llegaron a la Sala del Trono.

-¡¿Un humano aquí?! ¡¿ES QUÉ ACASO YA PERDIÓ LA CABEZA O BEBIÓ MUCHOS DESECHOS TÓXICOS?!- mucho miedo le dio la agresiva reacción del Rey Brine cuando los demás gobernantes la vieron con malos ojos, igual a como lo harían los humanos con alguien que ha causado la peor de las acciones.

-¡Por favor, todos mantengan la calma!- pidió Vulko cuando todos comenzaron a gritar exigiendo que le cortasen la cabeza o que se las dieran de comida para los tiburones.

-¡Escúchenme, por favor! Sé perfectamente que la presencia de esta humana no le es del agrado de nadie, pero es mediante ella que podremos comunicarnos con los terrestres y decirles que aceptamos su desafío.

-Y también, porque es alguien muy cercano a ese dichoso "Súper Hombre" que es venerado por todos bárbaros incultos. Al tenerla como rehén la usaremos para atraerlo y cuando eso pase lo haré pedazos ante todos esos rastreros para demostrarles lo poderosos que somos nosotros.

-Ummm… acabar con la moral de nuestros enemigos al exterminar a su campeón en el que depositan todas sus esperanzas. Me gusta como piensa, Príncipe Orm- el rey langosta estaba totalmente de acuerdo con esa táctica.

-Tú jamás podrás vencer a Superman, no importa lo que tú y los demás intenten usar en su contra, es alguien qué está mucho más allá de las capacidades de cualquier habitante de este mundo- oír como pensaba asesinar eliminar a su amigo con el que ya ha vivido algunas aventuras ponía de nuevo de mal humor a la mexicana.

-¿Eso cree, señorita? Pues déjeme decirle que no hace mucho encontramos algo, lo que ustedes llamarían "Su Talón de Aquiles" con lo que podríamos acabar con ese alienígena haciendo el menor de los esfuerzos y esto no se lo digo únicamente por meterle miedo.

Apoyando las manos en la burbuja, Ronnie se preguntó internamente que tanto de lo que le ha dicho es cierto y si en verdad posee algo con lo que podría destruir a su poderoso y noble amigo y si este podrá encontrarla para llevarla a tierra firme antes de que sea tarde.

(…)

Dentro de su submarino con forma de Mantarraya, los mercenarios que Orm contrató estaban llegando hasta el hogar de la Princesa Mera, el Reino de Xebel, volviendo a asombrarse por lo bello que también es, rivalizando con Atlantis en magnificencia.

-Es una verdadera pena que también debamos dejarles un presente. Ya saben que hacer- como la vez pasada, el líder no se demoró en dar sus indicaciones.

-Enseguida, papá- David se puso su equipamiento y con sus colegas fue hasta el hangar en dónde se encuentran los submarinos más pequeños.

Por poco se caen cuando toda su nave fue sacudida con violencia y por unos momentos creyeron que chocaron contra alguna formación rocosa que no fue captada en su radar.

Hasta que la escotilla fue arrancada de un solo jalón dando paso al agua del océano que no se demoró en inundar todo el interior de la poderosa maquinaria.

Seguida de Liam que sin esfuerzo alguno hizo bola la escotilla tirándola a un lado.

-Entonces fueron ustedes a los que Orm les ordenó atacar Atlantis, ¿Correcto?- dijo secamente y avanzó unos pasos cuando el agua ya llegó hasta la altura de sus rodillas -¿Qué tienen que decir a su favor?- tronó sus nudillos dispuesto a hacerles sufrir como se lo tenían merecido.

Los piratas quedaron mudos no sabiendo cómo reaccionar. Tan confiados estaban de que su medio de transporte era invisible para los sistemas defensivos de cualquiera de los reinos acuáticos que nunca contemplaron el hipotético caso de verse cara a cara con uno de esos seres.

Por lo que hicieron aquello que les pareció lo más lógico.

-¡ACABEN CON ÉL!- ordenó David sacando de sus guantes unas cuchillas de doble filo.

Soldando un grito d guerra, sus camaradas se arrojaron al ataque. De un simple codazo al pecho, Liam detuvo en seco al primero en querer agredirlo

Con una patada al estómago, hizo que otro chocase contra dos más, alzó la mano derecha para sujetar la barra de metal que otro más usó para querer pegarle en la frente e hizo que él mismo se agrediese, movió hacia el codo izquierdo golpeando en la cara a uno que iba a atacarlo por la espalda.

Algunos no lo atacaron de frente y mantuvieron la distancia para dispararle. El pelinaranja se limitó a permanecer quiero en su sitio recibiendo cada bala que no le hacía daño alguno, y cuando ellos tuvieron que recargar, se impulsó hacia adelante para noquearlos con más sencillos golpes.

-Mi hermano si que está bien desesperado como para contratar a unos pobres diablos fracasados como lo son todos ustedes para hacer su trabajo sucio- los miró con el mayor de los desprecios.

-Infeliz… ¡Veamos que tan rudo eres!- pero David no iba a dejarse amedrentar y raspó sus cuchillas entre sí creando unas chispas para luchar cuerpo a cuerpo.

Olvidando por completo que cada vez ingresaba más agua en su máquina de guerra.

Para humillarlo más, Liam cruzó los brazos tras su espalda al momento de eludir cada una de sus hábiles estocadas, ni siquiera su largo cabello y vello facial era rozado por esos letales objetos punzocortantes que matarían a cualquier humano normal.

Hasta que decidió quedarse quieto permitiéndole apuñalarle justo en el corazón a lo que David sonrió enormemente al creer que lo mató pero esa expresión se invirtió cuando la cuchilla derecha al dar contra su piel se reventó en decenas de pedazos.

-¡Esto es imposible!- miró lo poco que quedaba de esa arma que aún estaba unido a su brazo -¡¿Quién rayos eres tú?!- optó por una pose de pelea defensiva cuando él dio un paso al frente.

-Lo opuesto al otro desgraciado que contrató tus servicios- alzó el puño derecho.

-¡DAVID, AL SUELO!

Gritó su padre, qué al ver como sus hombres fueron derrotados tan fácilmente, fue por una bazuca que no dudó en usar.

Acatando su petición, el otro hombre de tez negra se tiró al piso cubierto de agua mientras que Liam abrió un poco los ojos justo antes de ser impactado en el pecho por ese misil que creó una explosión lo suficientemente poderosa para hacerle volar de espaldas y atravesase varias de las paredes internas del submarino hasta terminar en la zona en dónde guardan los torpedos.

Padre e hijo con mucha cautela fueron hasta dónde quedó tendido y sonrieron victoriosos al verlo inmóvil y humeando aparentemente muerto.

-No era rival para nosotros. Ahora despierta a los demás para sacar toda el agua que ha ingresado antes de que la nave se hunda- iban a retirarse luego de que diese sus indicaciones.

-¿Se van tan pronto?

Quedaron atónitos al oír la voz de Liam, y al girarse, el líder de los piratas fue empalado por una barra que le atravesó el hombro derecho quedando incrustado contra una pared.

-¡PAPÁ!- David lo ayudó a desatascarse cubriendo su herida -¡TÚ, MALDITO HIJO DE PERRA!

Tomó la bazuca y le disparó, pero de un simple manotazo Liam desvió hacia arriba el explosivo que al dar contra el techo creo un estallido que causó que algunos misiles iguales a los que ellos usaron para atacar Atlantis cayeran y uno de estos justo sobre las piernas del líder pirata.

-¡AURARG, DEMONIOS!- rugió del dolor y trató de quitárselo de encima.

-¡NO, PAPÁ!- su hijo quiso auxiliarlo, pero no eran capaces de moverlo ni un solo centímetro.

-¿Papá? Me pregunto que clase de padre es capaz de instruir a su hijo en el arte de hacer alborotos que causaran guerras desastrosas solo por una mísera paga- viéndolos con el mayor de los desprecios, el pelinaranja les dio la espalda para irse.

-¡NO, ESPERA POR FAVOR!- pero David lo llamó extendiendo hacia adelante la mano derecha -él es lo único que me queda en esta vida, ¡POR FAVOR, AYÚDANOS!- imploró al notar que cada vez entraba más agua marina.

-Ustedes que sin arrepentimiento alguno son capaces de acabar con vidas enteras y que venden su lealtad al mejor postor causando todo tipo de calamidades, ¿Ahora están pidiendo misericordia?- al girarse para verlos arrancó un pedazo de pared permitiendo que más agua ingresase.

-No sean descarados. Que sea el océano el que les de piedad- se retiró sin mayor rodeos.

-¡REGRESA!- exigió David pero fue en vano, así que no le quedó más opción que seguir tratando de mover el torpedo.

-David… el submarino no permanecerá a flote por más tiempo. Debes huir- sugirió su padre.

-¡NO DIGAS ESTUPIDECES, JAMÁS PODRÍA ABANDONARTE!- estaba poniéndose rojo el esfuerzo.

-¡QUE TE VAYAS, MALDITA SEA!- lo apartó de un puñetazo al rostro.

Sin importar eso, su hijo quiso seguir ayudándole, pero sacó de un bolsillo una granada que colocó al lado de la cabeza del misil que lo apresaba. No hacía falta más palabras, porque con la mirada le dijo que no duraría en usarlo con tal de que no fuese el mar quién reclamaría su vida.

Con todo el dolor de su alma, David dio media vuelta dirigiéndose al hangar de los submarinos más pequeños dejando que el agua salina que no dejaba de ingresar se combinase con sus lágrimas.

-¿Estás bien, Liam?- quiso saber Mera no estando muy lejos de la nave acuática.

-Sí, nada del otro mundo. Ahora vayamos a juntarnos con Vulko- respondió con toda indiferencia.

-En realidad, pensaba que podíamos tomar a esos piratas como testigos y confiesen que Orm los contrató para atacar a Atlantis y tal vez así convencer a los demás reyes de no unirse a su causa.

-Eh…- el mitad humano y mitad atlantiano mantuvo la boca entreabierta sintiéndose muy estúpido por no haber pensado eso desde un inicio -permíteme un momento- quiso regresar al submarino.

-¡BUAM!- pero la embarcación explotó en millares de pedazos llevándose consigo a los piratas.

-Parece… que esa ya no es una opción- hizo una mueca al rascarse la nuca.

-Ah, por Poseidón… vayamos con Vulko antes de que mi gente averigüe que pasó aquí y te vean.

Rápidamente se retiraron del lugar de los hechos esperando que aquello que el Consejero Real tenga en mente si logre evitar que se desate el peor de los conflictos… ignorando por completo que de entre los fierros de lo que antes fue esa poderosa nave de ataque acuática se escabulló con discreción uno de esos pequeños submarinos con forma de Mantarraya.

(…)

Superman sentía una desesperación que nunca antes ha experimentado. Por más que trataba no podía encontrar a Ronnie ni a esa gente del mar, ni siquiera usando su potente visión logró hallar indicios de ellos en las profundidades.

Salió del agua manteniéndose flotando en el aire para cruzarse de brazos y reflexionar. Su parte racional le decía que debía aceptar el peor de los casos y que la latina intrépida no volvería a ver la luz del Sol, pero la esperanza que guarda su gran corazón le impulsaba a seguir intentándolo.

Cuando iba a volver a meterse al agua, vio algo que sin dudas no cuadraba con el panorama.

Eso era una gran burbuja que se mantenía flotando sobre la superficie no siendo afectada por el oleaje. Con cautela se le acercó y extendió la mano derecha para tocarla.

Retrocedió cuando emitió un brillo azul formando un holograma de Vulko.

-"Superman, si quieres a tu amiga con vida sigue esta sonda"- dicho esto se volvió un punto brillante que se hundió en el agua para moverse a la misma velocidad que Liam usa al nadar.

-¡AGUARDA, REGRESA!- sin pensarlo dos veces debido a que existe la posibilidad de que Ronnie sigue con vida, el peliblanco volvió a zambullirse para perseguirla.

(…)

En un viejo barco pirata hundido en alguna parte del Atlántico, el Visir esperaba pacientemente a que llegasen sus invitados haciendo el equivalente de caminar de un lado a otro al estar flotando delante de una mesa.

-¿Llegamos tarde?- sonrió enormemente al oír la voz de Mera a su espalda, porque sabía que no vino sola.

-Justo a tiempo, Princesa Mera- luego de saludarla vio a Liam que le dedicó una para nada amistosa mirada al cruzarse de brazos -Príncipe Arthur…- hizo una reverencia ante él -no sabe lo feliz que estoy de volver a verlo después de tanto tiempo. ¿Cómo ha estado en…?

-Ahórrate el sermón y las formalidades- lo interrumpió con toda bastedad -y antes de que sigas hablando, te voy a pedir que dejes la estupidez de "Príncipe Arthur" porque mi nombre es Liam Miller Hunnicutt. Nunca lo olvides, ¿Comprendido?

-Entendido Pri… Liam. Es solo que después de tantos años sin verte, no pude evitar llamarte con tu nombre atlantiano- su disculpa solo le hizo rugir -bien, aunque quisiera poder hablar con usted de asuntos un más agradables, supongo que si está aquí sabe lo que está en juego, ¿Verdad?

-Exacto, pero escucha bien porque te diré lo mismo que a Mera: no tengo interés alguno en ser el nuevo regidor de Atlantis, pero si para evitar que este penoso mundo se termine de ir por completo a la mierda debo arrancarle la cabeza a Orm, entonces cuenta conmigo. Así que habla rápido, ¿Qué debo hacer? ¿Cómo debo retarlo?

Vulko tampoco estaba conforme con esa actitud, pero no había tiempo para hacerle cambiar de opinión y debía aprovechar que estaba dispuesto a destronar a Orm para hacer lo que tiene planeado.

-Tengo un plan, pero primero, debemos esperar a que llegue nuestro invitado especial.

-¿Eh? ¿Invitado especial? ¿De qué estás hablando?- tanto Mera como Liam se confundieron.

El Consejero Real no tuvo que decir nada más porque ese punto brillante llegó al lugar de los hechos creando una burbuja de aire lo suficientemente grande para que ellos pudieran ponerse de pie en la vieja madera el navío hundido.

Quedando ambos príncipes asombrados cuándo Lincoln llegó al lugar.

-¿Pero qué carajos…?- por instinto, Liam se puso en guardia mientras que Mera retrocedió.

-Llegaste justo a tiempo, Superman- pero Vulko permaneció quieto en su lugar calmado.

-Tú… dijiste que tenías a mi amiga, la reportera Ronnie Anne Santiago, ¿En dónde está?- no pudiendo contenerse, el Kryptoniano lo tomó de su pechera acercándolo a su cara.

-¡Oye tú, déjalo en paz!- Liam no permitiría que agrediese a alguien que al parecer fue un buen amigo suyo en su juventud e hizo que lo soltara dándole un empujón.

-Me van a decir en dónde tienen cautiva a esa mujer por las buenas o por las malas.

Siempre se caracterizó por ser muy paciente y que solo recurre a la violencia cuándo no hay mayor alternativa, pero el… "aprecio" que le tiene a la mexicana le hacía actuar de un modo brusco que nunca usaría en otras circunstancias.

-¿Cuál mujer? ¿De qué mierda estás hablando?

Esas preguntas fueron la gota que colmó el vaso.

-¡Ya basta de estupideces!- lo tomó del cuello y aporreó contra una de las paredes del barco -¡Ahora díganme en dónde tienen secuestrada a la Señorita Santiago!- sus ojos brillaron.

-¡JODIDO MARICÓN, QUÍTAME TUS MANOS DE ENCIMA!

De un puñetazo al rostro Liam lo sacó de la burbuja en la que se encontraban enviándolo de regreso al agua. Lincoln se sobó la cara, y tirando por la borda cualquier pizca de sutileza que hubiera en su interior, extendió los puños hacia adelante para dirigirse hacia él dándole un fuerte golpe en el abdomen que le sacó el aire y abriese mucho la boca y los ojos.

-¡LIAM!- gritó Mera, mientras que Vulko se palmeó la cara susurrando: "No se supone que esto debiera suceder"

Kal-El comenzó a darle varios puñetazos en el estómago a Liam, hasta que él le sujetó las muñecas y flexionó sus piernas y darle un puntapié doble en el pecho que le hizo "volar" en reversa, y moviéndose en el agua más rápido de lo que él fue impulsado, se colocó a sus espaldas dándole otra fuerte patada que lo dirigió hacia la superficie.

Deteniéndose al extender los brazos a los lados, Lincoln vio como pelinaranja se aproximó con el puño derecho extendido. Disparó varias veces sus Rayos Láser pero él los esquivo con admirable agilidad no deteniendo su avance hasta que le conectó otro golpe al rostro.

Le repartió una andanada de puñetazos con tanta fuerza que creó un violento oleaje en la superficie alzando altas paredes de agua hasta que el alienígena le sujetó la cabeza haciendo que su frente chocase contra una de sus rodillas y enseguida lo tomó de un brazo para comenzar a girar como trompo, creando un remolino, hasta que lo soltó.

Girando como un balón que recibió una fuerte patada, Liam se detuvo soltando un grito y extendió hacia adelante la mano derecha para crear una burbuja enviándosela a Lincoln cuando se dispuso a volver a arremeter y él al golpearla con el puño izquierdo causó un poderoso estallido sónico igual a al que usaron los soldados de Orm quedando nuevamente desorientado.

-A ver si con eso ya te calmas- advirtió luego de sobarse el estómago por los golpes que recibió.

Era interesante notar que lograba equiparar la desmedida fuerza del peliblanco y aguantarle una lucha cuerpo a cuerpo, seguramente porque al estar peleando dentro del agua, su elemento que le daba todo su poder, tenía todas las ventajas posibles y no sería vencido de un simple soplido.

-"Ese tipo es muy fuerte. No sé quién sea, pero debo vencerlo ya para que me diga en dónde está Ronnie Anne"- pensó apurado Superman y volvió al ataque después de sacudir la cabeza.

-¿Quieres seguir bailando?- irritado por tener que continuar con esta lucha que no va a llevarlos a algún lado, Liam alzó un mano para arrojarle otra burbuja explosiva más poderosa.

Hasta que ambos fueron envueltos por burbujas tan grandes como la que apresaba a Ronnie.

-¡YA BASTA USTEDES DOS!- Vulko fue el responsable y se puso en medio extendiendo los brazos a los lados mientras que Mera se acercó al pelinaranja.

-Superman, yo sé bien quién eres tú y lo que has hecho por los terrestres. Entiendo que estés muy preocupado y molesto porque tu amiga fue secuestrada, pero te pido que por favor oigas lo que tenemos que decirte. ¿No se supone que primero escuchas antes de actuar?

El héroe de la capa abrió la boca para objetar, pero no expresó palabra alguna al ponerse a pensar en eso. Muy mal se sintió consigo mismo por su actual manera de comportarse, porque iba en contra de lo que tanto intenta representar y deja que su miedo por perder a la latina le haga actuar con la mayor de las imprudencias.

-Está bien, oiré lo que quieran decirme. Hablen rápido y díganme quiénes son ustedes y en dónde esta mi… amiga- accedió cruzándose de brazos.

-¿Tienes el descaro de exigir después del alboroto que causaste? Y pensar que esos piratas eran unos cínicos de primera- Liam no desaprovechó la oportunidad de hacerle mofa.

Así que regresaron al barco pirata en dónde comenzaron a explicarle (O sea solamente Vulko y Mera) los detalles más importantes al Hombre de Acero, tanto de su especie y reino, como lo que Orm tenía pensado llevar a cabo.

-… y por eso te envié ese mensaje, Superman. Como tú eres al parecer el ser más poderoso de este mundo, tu ayuda será imprescindible para detener al Príncipe Orm y sus demenciales planes.

Impresionado quedó el Defensor de Metrópolis ante todo el relato. Aunque ya ha tenido que lidiar contra seres y fuerzas que provienen los rincones más lejanos del universo, saber que Atlantis, un reino perdido en el fondo del océano sobre el que giran diversas leyendas, existe y junto con otros reinos submarinos que desean declararle la guerra a la superficie debido a una fachada era algo que no cabía en su asombro.

-¿Qué te pasa? ¿No se supone que los alienígenas tienen todo el "basto conocimiento del universo" a su disposición? ¿Entonces por qué tan sorprendido? ¿Por qué solo miras hacia las estrellas y nunca te has tomado la molestia de ver lo que está bajo tus pies?- a Liam le hacía mucha gracia la expresión de perplejidad que ahora mismo tenía.

-Bueno, no niego que si estoy muy sorprendido por lo que me han dicho. Pero, ¿Qué quiere ese tal Orm con la Señorita Santiago en verdad?- esto seguía siendo lo más importante.

-Él desea decirle a la superficie que aceptamos su "desafío de guerra" y como ella es una reportera de gran prestigio será un buen medio para engendrar el terror entre los humanos cuando de su comunicado. Pero debes tener mucho cuidado, porque la va a usar como carnada para atraerte y capturarte y cuando esto pase te asesinara delante todos los terrestres para que estos vean que no tienen posibilidad de vencernos.

-Ese tipo… es lo peor de lo peor- lejos de asustarse, Lincoln volvió a enfadarse por como desean usar a su colega reportera -¿Y cómo piensa él en asesinarme en el hipotético caso de que me capture? Ya vi de lo que sus tropas son capaces y no me costaría nada vencerlas.

-Que el atlantiano promedio sea un pobre diablo debilucho, no significa que alguien de la realeza pueda ser vencido con el golpecito de una mosca- indirectamente Liam se molestó de que subestimara así a alguien con quién comparte sangre; por más que deteste este alguien.

-Digamos… que hace poco hallamos algo que tal vez pueda usarse para ponerte a caminar en el borde del precipicio, Superman- Vulko desvió la mirada algo incómodo, más bien, con un sentimiento de arrepentimiento.

-Ahora los tres escuchen lo que deben hacer. En vista de que los piratas que Orm contrató para atacar Atlantis han muerto y no podemos usarlos para desenmascararlo- le dedicó un obvio regaño a Liam que rodó los ojos soltando un bramido -debemos apegarnos a la estrategia de que lo derrotes y le quites el mando de Atlantis. Mera, mientras que tu padre esté inconsciente eres ahora la máxima regente del Reino de Xebel por lo que deberás de persuadir a tu gente por todos los medios posibles para que no se unan a su causa.

-¿Y qué pasará con los otros reinos? Ellos siguen apoyando a Orm y aún si Liam logra vencerlo no desistirán de las arremetidas contra la superficie que ya han planeado y… no te lo tomes a mal, Superman, pero ni tú podrías hacerle frente a toda la furia del océano aún por más poderoso que seas- el peliblanco gruñó por no saber de lo que es capaz de hacer los Siete Reinos combinados.

-Eso se soluciona fácil: cuando le haya pateado el culo a Orm, lo obligaré a confesar que orquestó el ataque a Atlantis para que pierda el apoyo de los otros idiotas y así no iniciaran la guerra contra la superficie- propuso Liam al considerarlo la solución más fácil para el problema.

Lo que le ganó una mirada acusadora por parte de los otros atlantianos y del Kryptoniano, a lo que solo se limitó a preguntar: "¿Qué?" no percatándose de lo idiota que sonó al decir eso.

-¿Y cuándo podré rescatar a Ronnie Anne?

-Cuando la lucha entre el Príncipe Orm y el Pri… Liam inicie, tendrás la oportunidad de llevártela. Una vez que regresen a la superficie deberán avisarles a los terrestres de que se preparen para el peor de los casos o que si puedan se retiren tierra adentro para no verse afectados por las fuerzas que van a desatarse.

-Eso me sigue sin gustar, Vulko. Debemos tener algo con qué evitar que los demás reinos lleven sus ataques, ¿Tienes algún otro plan de respaldo? ¿Algo con qué detenerlos en seco antes de que realicen el siguiente movimiento?

Cruzando los brazos tras la espalda, el Visir se alejó unos pasos para ver por fuera de la burbuja que creó el basto océano para que no notaran la expresión aún más angustiosa que poseía. Claro que tiene un Plan B y no deseaba recurrir a eso, pero si todo lo demás falla, era lo único con lo que podría evitar tal fatal destino para la Tierra.

-Hay algo más, algo que al tenerlo podremos obligar los Siete Reinos a desistir de sus ataques y sin tener que derramar una sola gota de sangre en caso de que el resto del plan falle.

-¿Qué es? ¿De qué se trata? Si existe algún método para solucionar el problema sin recurrir a la violencia, entonces hay que conseguirlo cuánto antes.

-Es algo que está más allá de nuestro alcance, algo que le dará a su portador el poder para doblegar el océano a su voluntad y con el que podrá hacer que todos sus habitantes se arrodillen ante él- hizo una pausa para girarse y verlos fijamente -el Tridente de Poseidón.

Mientras que Lincoln puso una expresión de confusión, Mera y Liam pusieron la misma cara de sorpresa, una que pondría alguien cuando de repente ante sus ojos se materializa el objeto más valioso, corrección, el más peligroso del mundo.

Capítulo dos completado el 25/11/2022.

Antes que todo, lamento haberme demorado tanto en hacer el segundo capítulo de este fic. Lo hubiera actualizado antes, pero como en estos últimos tiempos he hecho fics especiales entre otras cosas lo tuve que dejar paralizado y solo hasta ahora puedo retomarlo.

Teniendo que, como pueden apreciar, tomar elementos de la película de Aquaman del 2018 y mezclarlos del modo más coherente con la trama de esta historia, porque ajá, debía hacer que de alguna forma u otra Lincoln y Liam cruzasen caminos y se vean en la forzosa necesidad de unir fuerzas para evitar que el soperutano de Orm termine de joder al mundo.

Así que espero que les gustase su "encuentro amistoso" y aunque me hubiera encantado hacer una lucha mucho más larga y reñida, debo guardarme las contiendas más encarnizadas para los siguientes capítulos.

¿Entonces podrán detener a Orm como en la película o sucederá algo que le dará un giro radical al asunto? Eso por supuesto lo verán más adelante