Summary
La
sociedad de almas y el mundo humano se revolucionan por culpa de una
de las descabelladas ideas de Yachiru. ¿Que pasaría si
los personajes favoritos de Bleach se vieran obligados a representar
una obra de teatro? IchixRukixRenji , OrihimexIshida,
HitsuxHina
Disclaimer
Para mi desgracia, ninguno de
los personajes de bleach me pertenece. Son todos de Tite Kubo-sensei.
Aunque sigo negociando los derechos de Ishida…
Dedicatoria
A
Yorleni y Maylu, que son las que me metieron en el mundillo de bleach
(como os quiero! ToT), y son las que han aguantado mis ideas para el
fic. Se que les gusta la idea y por eso les dedico a las dos el fic,
mis friends-bleach-fans xD.
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1º Acto. Disfraces.
- ¡Me niego rotundamente! -Sentenció el taicho de la décima división, mientras su teniente seguía insistiendo- ¡No quiero ni saber que pensarán las demás divisiones si me ven aparecer con eso!
- Pero Shiro-chan, ¿piensas actuar vestido de shinigami? - La voz de la teniente de cabello anaranjado adquirió un tono suplicante, mientras sus ojos empañados en falsas lágrimas miraban fijamente a su capitán con fingida pena.
- Por mucho que imites la voz de Hinamori no me vas a ablandar. -Su voz sonó algo menos fría y severa que de costumbre, tal vez por que sí había conseguido ablandar al peliplateado un poco.
Antes de que la fukutaicho de la décima división fuera capaz de abrir la boca para replicarle a su capitán, este ya había desaparecido tras las puertas corredizas de su despacho. Suspiró derrotada, dejándose caer pesadamente sobre el cómodo sofá, apretando contra su voluptuoso busto aquel vestido rosa 'Yachiru' -léase rosa chicle- lleno de encajes y lazos que tan adorables encontraba.
Observó por última vez el vestido antes de doblarlo con suma delicadeza y guardarlo en una bolsa, preservando aquella pequeña obra de arte -según su vena sentimental- de posibles manchas o arrugas antes del día del estreno.
Guardó la bolsa en uno de los armarios más altos que encontró -por si al capitán se le ocurría hacerlo pedazos con su zanpakuto- y volvió a suspirar por enésima vez, buscando algún modo de convencerlo. Se tumbó sobre el sofá y cerró los ojos, masajeándose las sienes, en un intento por evadir el dolor de cabeza que se avecinaba.
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- Que sí, que te queda bien… - Un chico de llamativos cabellos naranjas asintió con la cabeza por enésima vez, mientras la morena shinigami no dejaba de dar vueltas en círculos por la habitación, como si estuviera posando. - ¡Pero como me lo vuelvas a hacer repetir te tragas el trajecito!
- ¿No será que tienes envidia por que tu no sales? - Preguntó la Kuchiki, mientras enviaba una mirada de odio a Ichigo. Si las miradas mataran, de Ichigo solo quedarían las cenizas.
- ¡¿Como voy a tener envidia de ti? Es más, me alegro. Así no me tendré que aprender ningún estúpido guión, ni salir con ningún traje ridículo. - Sentenció el pelinaranja, girando la cara, pues lo último que le faltaba era que Rukia le viera sonrojado.
Y es que desde que ella había salido del armario de su habitación con aquel dichoso disfraz sus ojos parecían tener vida propia. Había sido incapaz de despegar la mirada de las esbeltas piernas de la Kuchiki. Aquellas condenadas mallas tan ajustadas terminarían por volverlo loco.
Por su parte, Rukia no se había percatado de aquel pequeño detalle. Aunque poniéndose aquellas mallas un par de tallas por debajo de la suya tal vez era lo que deseaba. Dejó de dar vueltas por la habitación como una posesa y se volvió a meter en el famoso armario para cambiarse otra vez.
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Ridículo. Nunca antes en su vida se había sentido tan ridículo. Apartó de su cara un molesto tirabuzón rojizo de un manotazo, mientras bufaba agobiado por culpa de aquella peluca. Miró de nuevo al espejo y este le devolvió la cara de amargado que tenía en aquel instante.
Por un instante tubo ganas de agarrar su zanpakuto -que por cierto, llevaba atada al lazo de aquel vestido tan repipi- y partir el maldito espejo en mil pedazos. Pero se arrepintió al pensar en los siete años de mala suerte que se le avecinaban -y la verdad, no necesitaba más de la que ya tenía-.
Tras un par de minutos más aguantando estoicamente la molesta peluca, la cogió y la tiró a la otra punta de la habitación. Después se quitó rápidamente el horrendo vestido rojo lleno de lazos y puntillas. Si después de aquello no cogía un trauma sería todo un milagro.
Una vez vestido de nuevo con sus atuendos de shinigami se dispuso a salir de su habitación, no sin antes ajustar a zabimaru en su cintura…
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Lo mirara por donde lo mirara aquello era estrepitosamente ridículo. La estúpida peluca naranja le estaba matando del picor, y las veinte capas de la falda del vestido lo estaban asando de calor. Apenas podía respirar por culpa del ajustado corsé que se había puesto, y casi no podía moverse, pues el vestido le venía pequeño.
Además, los malditos tacones de aguja amenazaban con dejarlo sin tobillos -o eso, o acababa por descalabrarse-. Todo aquello mientras soportaba como podía la estridente risa de aquel montón de lana y algodón con forma de león que le taladraba los tímpanos.
Antes de tener que soportarle más, cogió uno de los zapatos y se lo tiró al peluche, acertando de pleno en la boca de este. A punto estaba de tirarle el otro, pues no dejaba de reírse aún con el tacón de aguja en la boca, cuando escuchó el sonido del pomo de la puerta al girarse.
Las pocas neuronas de las que gozaba empezaron a trabajar rápidamente, pensando en todas las posibles opciones para esconderse. Debajo de la cama imposible, estaba lleno de trastos. En el armario tampoco, Rukia podría encontrarle dentro. Entonces vio su salvación en forma de ventana. Corrió hacia ella como pudo -pues solo llevaba un zapato, descompensando su altura- y se lanzó por esta justo cuando la puerta se habría.
Para su suerte logró caer de pie, aunque, para su desgracia, en medio de la calle. Las pocas personas que pasaban por esta se apartaban tanto como podían de él, mientras le miraban como si fuera un loco. Se moría de la vergüenza, y lo peor es que no tenía las llaves de su casa.
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Apenas había logrado enfundarse en aquel endemoniado traje de cuero negro, cuando se tropezó con la capa, cayendo de morros al suelo. El sonoro golpe secó lo debió escuchar medio vecindario, o al menos Ishida, pues antes de que pudiera abrir la boca para quejarse él ya estaba en la habitación.
Aunque precisamente para ayudar no estaba, más bien era él quien necesitaba que le echaran una mano -o un par-. Un incontrolable hilillo de sangre corría desde su nariz, mientras un fuerte sonrojo se apoderaba de sus mejillas. Todo producto de la 'explicita' posición en la que había ido a parar Inoue. Exactamente había quedado con el culo en pompa, y teniendo en cuenta el ajustado traje de cuero que llevaba, no dejaba nada a la imaginación.
Como pudo, pues su libertad de movimiento se había visto drásticamente reducida, logró ponerse a cuatro patas. Grave error. Cuando el quincy había logrado detener el sangrado de su nariz, otro chorro rojo se escurrió por la otra. Aunque esta casi no se distinguía sobre la cara del Uryuu, pues estaba casi tan roja como un tomate. Ahora sus ojos habían ido a parar sin querer al pronunciado escote de la chica, quien seguí sin darse demasiada cuenta.
Logró al fin ponerse en pie, para la suerte del chico, pues si hubiera estado mucho más rato en aquella postura no habría sobrevivido a tal sangrado. Aún no sabía de quien era la idea de que la pelinaranja actuara así, aunque si lo hacia, seguro que muchos sufrirían el mismo percance que él.
Con el orgullo por los suelo, se fue de la habitación sin decir nada. No quería meter la pata más después del pequeño incidente -o más bien de los dos pequeños incidentes-. Si todo seguía así, la obra de teatro sería la más accidentada de la historia.
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Y aquí concluye el primer capítulo. Ya sabéis, acepto todo tipo de opiniones y sugerencias. Desde las críticas más feroces hasta los mejores halagos. Bueno, es mi primera historia de Bleach -apenas hace un par de semanas que empecé a verlo- y me vino la idea a la mente un día. Espero que se entienda todo perfectamente -a veces no suelo explicarme demasiado bien-, pero para eso están los reviews x3.
Así que os dejo. Cualquier cosa le dais al botoncito que pone Go y me lo haceis saber n,n.
Próximo capítulo
2º
acto. Preparativos.
