―¿Sigues ahí? Por un momento pensé que moriste ―una voz suave con un tarareo sonó ante un silencio que hasta hace unos instantes era casi perpetuo.
―Creo que eso no puede pasar, además ¿No estarías triste si muero? ―un tarareo se escuchó ante aquella ultima pregunta de la primera voz.
Dos figuras caminaban en lo que parecía ser nieve que se extendía hasta el fin, una tundra helada la cual solo podía ser descripta como interminable. Más las dos personas no parecían afectadas ante aquello.
―Oh, claro que me pondría triste, tanto que lloraría ante eso ―la voz de la mujer se escuchó con un pequeño deje de tristeza. Abrasándose a sí misma, inclinó la cabeza y la recostó en el brazo del hombre antes de cruzar un brazo junto con el de él y recostar su cabeza en el ante brazo del hombre de manera más posesiva.
―Debería dejarte aquí y ahora.
―Vas a tener frio y quieres algo de calor, eres bastante popular con las damas después de todo―una risa suave salió cuando mencionó lo último.
―Pensar que te dejo a mi lado…bruja tonta ―el hombre dijo con cansancio.
―Espada parlante ―la mujer contestó con tranquilidad.
―Doncella de barrio rojo ―Echidna asintió ante aquello, una manera de llamarla puta bastante humilde.
―Bastardo de rojo ―el hombre asó una ceja ante aquel insulto de la mujer.
― ¿Eso si quiera tiene sentido? ―preguntó el hombre deteniéndose y mirando a la mujer. La cual llevó una mano a su propia mejilla e hizo una expresión de pesar.
―Pobre Archer tonto, de verdad que eres alguien que ni siquiera puede entender cuando lo insultan, hasta me das pena querido ―aquel ultimo arrebato salió con una voz quebrada y parecía que la mujer estaba al borde de las lágrimas.
―Sabes, mis espadas son más reales que tus lagrimas ―el hombre dio un suspiro ante aquello.
― Solo me quieres molestar, soy una doncella inocente que solo busca hacerte sonreír ―el tono de sollozo seguía en la mujer. La cual alzó una mano y se secó las lágrimas― Debería ser un pecado que hagas llorar a una joven tan hermosa como yo.
―¿Después de cuanto tiempo que llevamos en esto y te llamas aún joven? ―el hombre miró a la mujer con curiosidad.
―Por supuesto, estoy en la flor de mi juventud ―Echidna infló su pecho ante aquello.
Archer se quedó mirando a la mujer unos instantes antes de seguir caminando. Echidna sonrió ante aquella vista de cansancio del hombre. Sonrió para si misma mientras que veía como el hombre se alejaba caminando del lugar, como poco a poco el hombre seguí el camino en aquella nieve infinita.
Eso hasta que se dio cuenta de que ella se había quedado sola y que estaba ya a una distancia considerable del hombre.
―Oye ―Echidna habló viendo la espalda del hombre― ¡Oye! ―el grito de la mujer llegó a oídos sordos, fue entonces cuando la mujer comenzó a correr como pudo para alcanzar al hombre. Echidna no pudo correr ni diez metros antes de caer en la nieve de cara.
La mujer se quedó en el suelo de cara, no se movió incluso cuando escuchó al hombre caminar y llegar a su lado.
―Sabes que no van a salir ángeles de nieve si los intentas hacer ¿Verdad? ―Echidna no necesitó levantarse para ver la sonrisa burlona y arrogante del hombre.
―Te odio…―el susurro de Echidna hizo que el hombre soltara una carcajada.
―Eso si puedo llegar a creer.
Archer sabía que la mujer disimulaba la mayor parte de las emociones que mostraba, pero de igual manera sabía que ella podía frustrarse y molestarse en parte. Aquello fue algo que el hombre entendió de la mujer, que quizá no pudiera mostrar emociones de verdad, pero tenía algunos defectos humanos.
Cosa que adoraba explotar para burlarse de la mujer. Tampoco es que le importara, la bruja hacia lo mismo con él de igual manera.
―¿Me puedes cargar? ―la voz de la mujer sonó suave. Echidna giró su cabeza y vio al hombre parado a su lado.
―¿Qué gano yo? ―Archer inclinó la cabeza mientras que veía a la mujer.
Echidna cerró los ojos y parecía pensarlo por unos instantes.
―Mi agradecimiento obviamente ¿Qué más podrías querer? ―después de decir aquello, Echidna vio como el hombre sonrió de lado antes de seguir caminando y dejar a la mujer atrás.
― ¡Oye! ¿Vas a dejarme así? ¡Oye!
…
―¿Puedo saber por qué estas encima mío? ―Archer preguntó para abrir un ojo y ver a la mujer que estaba recostada sobre él con un libro en mano.
―Aún tengo frio de cuando me dejaste en la nieve, pobre mí, como maltratas a esta doncella.
―Eso pasó hace varios años.
―Tengo frio ―Echidna no se giró a ver al hombre, solo soltó aquello con una voz cantarina.
―Entonces supongo que un desierto no va a estar mal para calentarte.
―No, gracias, quiero calentarme no cocinarme ―Echidna se acomodó en el pecho del hombre.
Emiya estaba recostado en un sofá para dos personas con las piernas colgadas, la bruja había llegado y se tiró sobre él y comenzó a leer como si fuese un asiento más.
Con la cantidad de espacio que tenía era obvio que solo buscaba molestarlo.
―Pensé que ibas a ser sugerente otra vez con lo de calentar ―Emiya comentó con tranquilidad antes de volver a cerrar los ojos e ignorar a la mujer.
―Soy una doncella, obviamente que no voy a decir cosas sucias como las que te gustan, tengo que admitirlo, hay veces que me dan curiosidad lo que terminamos haciendo ―Echidna dio un suspiro de cansancio― Ah, el amor puede muchas cosas.
―Dudo mucho que conozcas el significado del amor, si te dijese que no vas a tener más libros entonces me dejarías al instante ―a Emiya no le importaba, como tampoco le importó ver la cara de molestia de Echidna.
―¿Por qué me tomas? Yo soy una doncella de corazón puro que te entregó su corazón, cuerpo y alma ―Echidna se giró y se puso boca abajo del hombre. Emiya abrió un ojo y vio a la mujer con molestia.
Archer miró a la mujer unos instantes ante la última frase.
―Lo de alma dudo que puedas venderla más de lo que ya lo hiciste.
―Le di mi alma a un ser incorpóreo conceptual, creo que es mejor que darte a ti, satanás.
―Bájate, tenemos una misión molesta y me estás interrumpiendo en mi descanso, además, no quiero un corazón más oscuro que la noche ―
― ¿Me estás recitando un poema? Sabes como mantenerme animada ―una sonrisa animada salió de la mujer.
―¿Te gusta que te insulte por eso me dejas hacerlo? ―no hubo respuestas de la mujer― Solo cállate y lee por favor, no me molestes, no me interesa lo que digas.
―Que cruel…―el tono lloroso de la mujer volvió antes de girarse y ponerse boca arriba y seguir leyendo su libro en silencio.
Era una calma y silencio cómodo, era mejor así para ambos, sin interés, sin ningún motivo aparte de sus propias ambiciones, solo el accionar individual con una tregua que se formó por malas elecciones. A ninguno le importó si estaban en malos términos o no, tampoco si estaban en buenos, términos, era una gracia que ambos pudiera adaptarse a como era el otro.
Dos arrogantes que solo le importaban su meta final.
…
―Esto es molesto ―una mirada muerta fue dada hacia el escenario que tenía delante.
Muertos, por todos lados. Niños, ancianos y jóvenes muertos, todos esparcidos por todos lados sin ninguna señal de lucha real. Una matanza unilateral. Dando un suspiro el hombre siguió caminando hasta entrar en la aldea, pisando los charcos de sangre y entrando en aquel campo de muerte.
Siguió caminando y esperó a ver que encontraba, era lo que necesitaba, un simple vistazo o una muerte antes de volver a reiniciarlo todo. Aquello porque para él, Natsuki Subaru, era la mejor opción.
―Veo bastante trabajo delante ―una voz sonó en la cabeza Subaru antes de que el hombre diera un suspiro. Subaru se arregló las arrugas de la ropa antes de que sacar su reloj de bolsillo, la hora marcada quedó grabada en la cabeza de Subaru― Volviendo a la mañana podremos ver que causo esto, pero antes veamos que hay más.
Subaru solo asintió antes de seguir caminando hacia la aldea alrededor de la mansión. Las personas estaban muertas con indiferencia, los viejos, los jóvenes, los niños, todos, cada uno estaba decapitado o con un agujero en la cabeza.
―Espadas y flechas ―Subaru comentó siguiendo su camino.
―De hecho.
Subaru no hizo caso cuando escuchó la voz de Echidna detrás suyo, para él, escuchar la voz de la bruja era tan normal que no notó que no venía de donde siempre había escuchado la voz de aquella bruja, solo se quedó quieto poco después y se giró lentamente unos segundos después.
Una sonrisa hermosa, tierna por no decir, una expresión suabe, labios tiernos y una mirada apacible. Cabello blanco puro que casi tocaba el suelo, aquella figura de tez de pálida cubierta por el vestido negro de siempre con una variante.
Un manto rojo que caía en sus hombros y la cubría en su mayor parte.
―No voy a mentir, estoy tan en shock como tú.
Silencio, hubo un silencio enorme cuando ambos se quedaron parados frente a frente. Echidna sonriendo y Subaru con una pequeña sonrisa, la sonrisa que siempre tuvo que tener presente, la sonrisa que nunca debe salir de su rostro.
―Mi, me sorprende que tan poca reacción tienes ante mí, sabes, pensé que me querrías un poco más o me echarías de menos, después de todo, me rechazaste de tan forma que pensé que tendrías en tu cabeza como algo más importante ―Echidna llevó una mano a su mejilla y puso un rostro de dolor ante la reacción de Subaru.
―¿Quién eres?
La sonrisa de Subaru no salió, la de Echidna tampoco flaqueó, ambos se quedaron viéndose antes de que Subaru observara como pequeñas lagrimas se formaban en las comisuras de los ojos de la mujer.
―Para olvidarme de tal forma en que ni siquiera puedas nombrarme ―la voz de Echidna sonó sin ganas y con un leve chillido de tristeza al final.
―Sé quien eres, Echidna, pero no eres tú, no, eres demasiado expresiva…eres demasiado…real ―Subaru entrecerró los ojos ante aquella vista de la bruja de la codicia.
Echidna parpadeó unos instantes ante aquella mención.
De hecho, ella había olvidado lo mucho que progresó para mostrar emociones al estar atado con alguien que la conocía mejor que nadie en toda la existencia.
―Bueno, puede que cambiara un poco después de casarme ―la Echidna frente a Subaru comentó con una sonrisa algo tonta, un ligero sonrojo y desviando los ojos de Subaru, completando con el hecho de que comenzó a jugar con su cabello.
―¿Qué?
―¿Qué?
Tanto la Echidna en el collar de Subaru como el propio Subaru expresaron su confusión sin intento de ocultar la sorpresa. Desconcertante, aquello era lo que ambos podían decir de aquella "Echidna" frente a ellos.
―No es mi plan por si lo preguntas, no tenía un respaldo como para que otra yo esté presente, además mencionó algo interesante, que la rechazaste.
Echidna sonrió a Subaru, el chico de pelo negro vio como la joven de albina se seguía mirando con un leve sonrojo.
―¿Estas casada? Felicidades entonces.
Una risa frívola salió de Echidna haciendo que ambos, presentes quisieran dar un paso atrás.
―Realmente no sabría si decir gracias o maldecir ―un estallido de risa salió de Echidna cuando terminó esa sentencia.
Subaru conocía bien a Echidna, la veía cada mañana, en todo este tiempo, en cada repetición, había conversado con ella, y siempre podía decir que ella no era su salvadora, el demonio que la acompañaba en toda su aventura.
Era raro ver a la mujer que consideraba como el mal personificado en su propio sentido actuar como una verdadera mujer risueña y amable. Su Echidna misma estaba en silencio viendo a la "copia" frente a ella.
―Cambiaste ―Subaru le habló a la bruja quien parpadeó ante aquella mención.
―¿Es así? ―preguntó con interés la mujer de pelo blanco antes de girar sobre sus talones y caminar fuera del lugar.
―Oye ―Subaru llamó a Echidna. Echidna se detuvo y se giró y vio de reojo al joven de cabello negro― ¿Por qué mataste a todos?
La pregunta de Subaru hizo que Echidna lleve un dedo a su mentón y cerrase los ojos en concentración.
―Por ti ―los ojos de Subaru se entrecerraron ante aquella reacción― Oh, no, no me confundas, no lo hice por odio o algo así, no creo que sienta ningún desprecio por nadie excepto por Emi, ah, no le digas que lo llamé así, se molesta ―Echidna movió su mano como si dijera aquello más bajo.
―Entonces ¿Por qué? Si no es por odio ―Subaru vio como la mujer dio un suspiro.
―No lo hice por nada que puedas llamar emocional si preguntas, era una misión, estoy salvando al mundo, además no hice nada ―Echidna extendió sus manos y se dio una pequeña vuelta.
Subaru se quedó quieto viendo el movimiento de la Echidna de rojo.
―Tengo que admitirlo, ese movimiento fue lindo.
―Gracias.
―Infiel.
Subaru rodó los ojos ante aquellas palabras de su Echidna.
―¿Problemas conmigo? ¿Era tan intratable? Tengo que darle mis gracias a Archer por aguantarme tanto, por cierto, a lo que quería llegar, no toqué ni un solo cabello de tu pueblo, pero penosamente tanto ellos como tú y todos los demás que conozcas o estén ligados a esta tierra están marcados.
Subaru abrió la boca para contestar, pero vio como los ojos de Echidna brillaron un poco cuando vio su pecho.
―Entonces no eres el que yo conozco, mi, mi, quizá le diga a Archer que nos quedemos un momento más, tengo algunas ideas de que hacer.
―¿Quién sería este Archer?
Echidna miró del collar a Subaru.
―Oh, el tonto que me dio un anillo ―extendiendo la mano, la mujer de pelo blanco mostró el anillo que le dio el hombre, era una espada que fue alterada para que pueda localizarla, era demasiado curiosa para quedarse en el punto en el cual debían cumplir la misión. Hasta la fecha, Echidna no había acabado directamente con un solo humano. Era más como un soporte de las acciones del hombre.
―Parece que le tienes aprecio ―Subaru observó al ver el semblante que cambió de la mujer al momento de mencionar al hombre.
Realmente parecía real, genuina, en cada acción y expresión, todo.
Humana, la mujer parecía humana, algo como si fuese lo contrario a lo que comprendiese o conociese. No era la misma existencia que pudiera llamar como la bruja de la codicia que alguna vez caminó en este mundo.
―De hecho, pero penosamente, el tiempo se agotó, aún quedan objetivos, así que espero que disfrutes por ahora, te espero en la próxima vez que nos veamos ―Echidna se despidió con una sonrisa. Subaru levantó una ceja, caminó hasta llegar a donde estaba la mujer y tomarla del brazo.
Negro.
Subaru abrió los ojos de golpe después de que hace unos instantes la luz del lugar se fuese y todo se apagase.
―¿Qué día es hoy?
La pregunta de subaru fue dirigía a la persona la cual conocía mejor que nadie y dependía más que nada.
Echidna le dio la hora y fecha una vez que vio a Subaru caminar y estar frente a ella. El joven de pelo negro estaba parado frente a la mesa donde esta donde ella estaba sentada. Tomando la taza humeante frente a él, Subaru tomó el contenido de una sola vez.
―Ese ataque va a ser bastante interesante, una nueva yo, o una yo de otra realidad ―Echidna cerró los ojos y vio al hombre frente a ella que la veía como si fuese extraña― ¿Sucede algo? ¿Subaru-kun?
―No te pareces en nada a ella, en vez de ser una bruja horrible podría confundirla con una joven cualquiera ―Subaru agarró una galleta en la mesa y la miró unos instantes antes de volver a ver a Echidna― Es raro, verte a ti y a ella es como ver a dos personas totalmente diferentes.
―No tienes porque preocuparte soy superior a cualquier copia que pueda tener, además con tu poder, no hay forma en que no terminemos con esto a nuestro beneficio.
…
―Quería hablar con él un poco más.
―¿Me vas a traicionar? Eres cruel, pero bueno, era de esperarse de una bruja tan codiciosa.
Echidna hizo una cara de indignación.
―No soy una moza cualquiera, demás ¿Qué hago yo con alguien que no puede darme conocimiento de verdad? ¿Realmente crees que el ver como hace ganar a esa inútil me va a llenar de alguna forma? No, no me refiero a esa forma de llenar antes de que digas algo sobre mis palabras, conozco tu mente de pervertido ―Echidna corrigió a penas vio al hombre mover la mandíbula.
La sonrisa de Archer solo creció ante aquello.
―Le quitas lo divertido a la vida, además, codiciosa y exigente, es algo curioso que digas eso cuando sueles ver las historias de parejas, la otra vez te atrapé leyendo una historia de un caballero que intentó fugarse con una princesa, penosa historia, esa espada manejada por un tonto ―el hombre dio un suspiro.
―Es obvio que no comprenderías el gusto de una doncella, incluso si pasase toda la eternidad, no hay garantía que puedas si quiera imaginar como es el comportamiento de una dama ―Echidna se abrazó a sí misma ante aquello.
―Una pena que no tenga a una doncella o una dama noble para comprenderlo ―la sonrisa de Echidna cayó al instante.
―Bueno, dudo que exista alguna que pueda si siquiera entablar una conversación contigo después de todo ―Echidna entrecerró los ojos a espera de las palabras venideras del hombre.
―Oh, eso es obvio, por eso puedes hablarme con tal diligencia, estás tan lejos de ser una dama o una doncella que apreciar que es obvio que puedas acercarte a mí.
―Solo aceptas el punto que eres un ser profano que busca corromper el corazón de las pobres damas que se te acercan, ah, es obvio que compartir tanto tiempo contigo haría que una doncella como yo sucumbiera ante las palabras del demonio.
―Un demonio que habla con serpientes no hace el mal.
―Pero si esa serpiente solo busca descansar, vivir feliz y prudente, es obvio que el susurro del demonio le afectaría.
Ambos se miraron unos instantes antes de soltar un bufido unísono de diversión.
No era como si alguno de los dos mostrase una emoción real, la única diferencia con el tiempo es que se habían vuelto buenos en las interacciones entre ellos.
―Dejando esto de lado, me dijiste que volveríamos a ser llamados en el mismo lugar ¿Por qué? ―Archer miró a la mujer que caminaba hasta uno de los estantes y tomaba un libro. Echidna se tiró a su lado y se recostó en su hombro.
―Porque solo matamos a ese tonto, matarlo una o un millón de veces no cambiará nada, puede volver en el pasado cuando es asesinado, y créeme, los conceptos que atan a ese sujeto no son una broma ―Archer alzó una ceja.
―¿Y pensabas decírmelo ahora? Solo quieres jugar con él ¿No? Siento pena por el pobre, pero no es relevante ¿Conoces el mundo? ―Echidna asintió ante aquello.
―Es una misión larga de igual manera ¿Te interesa vagar? No es como si Alaya tuviera problemas con el tiempo con él en medio, no si nos mandó a matar a alguien tan problemático ―Emiya asintió ante aquello. Miró a la mujer pegada a su hombro.
―Mmm, no tengo problemas ¿Cuándo nos vamos? ―la pregunta de Echidna no vino con una respuesta.
Archer dio un suspiro se puso de pie y le revolvió el cabello a la mujer. Antes de que Echidna pudiera decir algo el escenario cambió. La mujer con las manos en su cabello ante el intento de arreglarlo y le hecho de haber estado sentada hizo que la resultante fuera caer al suelo y se golpearse.
―Tanto tiempo y aún no puedes caer con propiedad cuando nos envían ―Archer miró a la mujer en el suelo.
―Tú, demonio tonto, tanto quieres verme humillada, entiendo cuando me usas que te guste hacerme gritar y llorar, pero el hecho de que lo hagas todo el tiempo es- ―Echidna fue interrumpida.
―Es entretenido ―el hombre de pelo blanco le tendió la mano a la mujer en el suelo― Pero solo es divertido porque eres tú.
No fue un cumplido o un alago, tampoco una proclamación, mucho menos fue una confesión o algo cercano a lo "dulce" a pesar de las palabras del hombre. Echidna lo entendió, comprendía como era el pensar del hombre, la insensibilidad y la tranquilidad que irradiaba. No la apuñalaría por la espalda nunca, pero tampoco sería de ayuda.
Echidna extendió su mano y tomó la mano del hombre para levantarse, entrelazó los dedos una vez que estuve de pie al lado del hombre. La tela roja rodeó los hombros de Echidna una vez que se puso de pie y se limpió.
―Ah, esto huele horrible ―era una mentira de parte de la mujer.
Un resoplido de diversión salió de Emiya.
―Quizá seas tú, siempre caes al suelo.
―Oh, al menos siempre estás para levantarme ―una pequeña sonrisa se elevó en los labios de Echidna. Archer alzó una ceja por las palabras de Echidna.
―Me sorprende, no sentí mentiras de tus palabras, o te volviste demasiado buena o realmente confías en mí, bueno, la respuesta obvia es que mejoraste ―Echidna le dedicó una risa suave a Emiya.
―Quien sabe, quizá sí quizá no ―Emiya dio un suspiro ante aquello.
…
―Entonces las frutas tienen nombres distintos ―Emiya miró la "manzana en su mano.
―De hecho, no te pongas tan sorprendido, cada nombre que debes de conocer por las realidades que fuiste antes de tu lado ―Echidna mordió una manzana. Ambas estaban caminando por el pueblo antes de que tengan que cumplir con la misión. La gente era bastante agradable con las personas las cuales visitaban en lugar.
―Bueno, eso fue antes, además no hay mucho que me de interés, quizá si necesite simpatizar con un arma pueda llegar a recordar cosas triviales, pero cuando no lo necesito es innecesario ―Emiya mordió la manzana y miró a los habitantes que estaban en el lugar― ¿Cuánto tiempo tenemos?
―Dos días antes de que planee algo, posiblemente como uno de mis "yo" está ayudado al tonto seguro que un día a lo mucho, pero eso es aburrido, tengo un sirviente en esta zona, está obsesionado conmigo así que no creo que tenga problemas para que nos deje pasar ―Echidna señaló una dirección ante aquello.
―La mansión de la otra vez ―Emiya comentó viendo donde apuntaba― ¿El payaso quizá?
Echidna se quedó pensando unos instantes por la forma de referirse del hombre hacia Roswaal. Luego de comprender a quien se refería aquello la mujer asintió en confirmación.
―De hecho, olvidé de ese incidente. No importa, vamos, quiero ver que puede pasar, por cierto ―Echidna se pegó al brazo del hombre― Supongo que como lo nombraste así también lo eliminaste.
―¿Molesta? ―Emiya se burló― Todo aquel que este vivo en la zona va a morir, ya sea con su medio de resurrección o no, tengo mis formas, pero tengo que admitirlo, por lo que sé de Satella, no tengo idea de como terminar con nuestro objetivo principal.
Echidna parpadeó ante aquello. Aquella confirmación fue mucho más de lo que esperó de Archer.
―Me temo decirte esto, pero tampoco cuento con un método en sí, posiblemente el mundo el cual muera Subaru también está condenado de igual manera, solo tenemos que cambiar algo que no pueda salvar y listo ―Echidna miró hacia al frente y siguió su camino junto con Archer.
―Veo, entonces es simple, lo dañamos y hacemos que no pueda morir, nuestro objetivo es el chico, sus acciones para llevar a aquel medio elfo al trono son la causante de este conflicto, pero no importa, tengo mis formas de arreglar esto ―Emiya asintió con la cabeza para seguir su camino.
―Sobre eso, quiero probar algo, esa otra yo, si es una resultante de un contrato con Subaru, me gustaría exprimir toda información de él ―Echidna sonrió dócilmente, casi como si estuviese suplicando.
―No me mires como si voy a interferir, nuestro objetivo son los humanos, no me importa que hagamos con ese espíritu.
―Que cruel, sigo siendo yo ¿Sabes?
―Razón más que suficiente para matarla.
―¿Me matarías tan fácilmente? ―el asombró impregnó la voz de Echidna.
―De la misma manera en la que tú me lo harías.
―¿Nunca? ―tanteó Echidna.
―Sí, nunca, claro, porque no tienes ninguna ambición y eres una doncella de corazón puro.
―Me alegra que lo reconozcas ―Echidna comentó con diversión y felicidad.
―Por supuesto, eres la persona más pura que conozco ―la voz del hombre desbordaba sarcasmo.
―Si sigues así voy a pensar que quieres mancillarme en la casa de mi sirviente ―Echidna desvió la mirada ante aquello, un leve sonrojo fue presente en sus mejillas.
―Sería divertido ver su reacción, al final va a morir, lo único que cambiaría es el como ―Emiya sonrió al ver a la mujer actuando. Ambos sabían que aquello era solo palabrería, pero no evitaba que un pequeño atisbe de diversión se dejara de lado.
Echidna solo podía estar quieta y sonreírle al hombre. Realmente se volvió muy buena con su acto de emociones.
―Que cruel, asqueroso y sin corazón de tu parte, ah, si sigo contigo mi pobre ser será contaminado con tu maldad.
―Tu fuiste la que me dejó tan podrido.
―Cállate espada tonta.
―Entonces cállame, bruja
…
―Es bastante repentino el que vengan a visitarnos ―palabras simples salieron de Subaru cuando bajó las escaleras y lo primero que vio fue algo que no esperó.
Echidna de rojo al lado de un hombre alto, bastante de hecho, pelo blanco peinado hacia atrás y ropa en conjunto con Echidna, lo distintivo era su tono de piel bastante bronceado. Era una combinación rara que hacía difícil definir de donde era el hombre, de igual manera, no era como si el pelo blanco fuera normal en primer lugar.
―Oh, una persona dijo que sería conveniente el pasar primero por aquí antes de seguir ―el hombre sonrió con diversión a Subaru. Algo hizo que Subaru se sienta molesto por aquella sonrisa.
Burla, desprecio y arrogancia, el hombre frente a él mostraba todo aquello. Subaru pudo entenderlo al instante, el hombre era alguien que nació con el poder y vivió con el poder. Solo un tonto del montón más entonces.
―Me sorprende que lograsen entrar sin ningún problema.
―Yo los dejé pasar ―Roswaal habló entrando en la sala por las puertas dobles.
Estaban en el vestíbulo aún de la mansión, Ram estaba parada a espera de cualquier orden, en la mesa frente a los dos "invitados" había té y algunas galletas.
―Roswaal, es obvio que los dejarías, tu maestra entra por la puerta grande, es obvio que la dejarías pasar ―Subaru habló haciendo que el payaso suelte una risa breve.
―Por un momento pensé que era simplemente una mala imitación de mi maestra, casi termino haciendo un arrebato, pero después de comprobarlo por mí mismo, puedo decir que realmente es ella, solo…¿Cómo? ―era obvio que el hombre estaba intentando contener todas las emociones que tenía.
Todo por la persona que se paraba al lado de su maestra.
―Oh, no pensaste que me quedaría muerta por siempre ¿Verdad?
―De hecho, tiene razón ―la voz de Echidna en el collar resonó en la cabeza de Subaru.
―Siempre tuve fe en su regreso.
―Mentiroso.
―Mentiroso.
Ambas Echidna hablaron al mismo tiempo viendo al payaso en la sala, cada una desde su punto de visión.
Una espada estaba pasando por el pecho de Roswaal al instante en que aquellas palabras fueron dadas. La boca de Subaru se abrió ante aquello. No hubo palabras, encantamientos o algo que pudiera ser detectado antes de la activación de la magia. Solo fue una espada que prácticamente apareció y atravesó el pecho de Roswaal.
―¡Roswaal-sama! ―Ram corrió hacia el hombre que empezó a caer luego de ser disparado por una espada.
La sangre machó el lugar cuando la cabeza de Ram voló en el aire ante aquello. Las mejillas de Subaru se mancharon, su traje de noble fue pintado de rojo y la cabeza de Ram rodó lejos del lugar.
Más no hubo alteración en el rostro de Subaru.
―Mi, pensar que ese chico está tan podrido como tú, bueno, casi, aún puedo sentir la ira y odio creciendo dentro de él ―Echidna habló viendo a subaru― ¿Y el elfo?
―Esta atada en el segundo piso ¿La traigo? Maté a la niña de pelo rubio y a una chica que estaba coma, supongo que no eran necesarias ―la voz del hombre empezó a molestar a Subaru.
Esta vez el rostro de Subaru se deformó en rabia. La sola mención de Emilia hizo que todo su cuerpo se estremezca, no solo eso.
Mataron a una joven que no podía moverse, mataron tan casualmente y sin dudar.
Unas cadenas salieron de la mano del hombre, al parecer habían estado siempre en su mano por como había dejado su mano todo este tiempo.
Un fuerte tirón hizo que el sonido de algo siendo arrastrado con las cadenas resonara con fuerza. El techo de la mansión se abrió y dejó caer a alguien que Subaru conocía demasiado bien.
―¿Probaste despertar a la niña antes de matarla? ―Echidna preguntó viendo al hombre casualmente.
Subaru se quedó con el rostro en blanco cuando las cadenas dejaron a la vista la figura de una joven de cabello blanco corto. Emilia estaba a penas respirando y con un montón de heridas.
No lo dudó, saltó e intentó desajustar las cadenas alrededor del cuerpo maltrecho de la joven. El llanto de Emilia hizo que el cuerpo de Subaru tiemble. Incluso con tantas repeticiones, con tantas muertes, solo la muerte de Emilia le hacia sufrir cada vez que la presenciaba.
―Subaru…―fue un tono rápido de parte de Emilia, desesperado y con miedo. Todo aquello en la voz de Emilia, las expresiones y su forma de mover su cuerpo indicaban pánico― No sé que hacer…que hacer, dime, Subaru…―los ojos de Emilia empezaron derramar lágrimas.
―Solo espera, te sacaré y estaremos bien ¿Sí? Solo-
Rojo.
El mundo de subaru se llenó de rojo cuando las cadenas estrujaron a Emilia haciendo que cayera sin vida. La mano que había levantado la joven en desesperación cayó separada del resto del cuerpo.
―No tenía planeado hacerlo así ―Subaru se volteó y vio el hombre de rojo con la mano en la cadena― Ah, siento eso chico, no es personal, no es mi método usual.
La que tenía una mano extendida en el extremo que salía de las cadenas que tenía el hombre en su mano era Echidna.
―Me siento un poco mejor ahora.
―…
Silencio. Subaru se quedó en silencio cuando vio como fue Echidna la que jaló e hizo que las cadenas dieran esa muerte tan horrible a Emilia.
―No cambiaste nada ―Subaru comentó viendo a la mujer sonriente.
―Déjalo chico, es una bruja psicótica, ahora vas a seguir con lo de "No maté a nadie directamente" ¿No? ―la segunda parte de la oración fue dirigida a Echidna. La mujer se subió en la espalda de Archer y le rodeó en un abrazo.
―Fueron tus armas y tus manos.
―Lo sabía.
―Bueno, ella realmente es un yo…―la voz de Echidna en el collar sonó algo dudosa, algo no se sentía bien, realmente se sentía que algo estaba mal.
―No importa ahora, estaremos de vacaciones por un tiempo, vendremos a matarte luego que despiertes una vez cada dos semanas ―Echidna anunció sonriendo a Subaru que tenía una mirada seria. Casi depredadora― No me mires así, me vas a hacer tener miedo ―Echidna se acurrucó en la espalda de Emiya.
―Dudo que sientas miedo, bruja tonta.
―Oh, siempre eres una espada tan mezquina, bueno, no importa, saludos Subaru ―Echidna se despidió, pero antes de que pasase un segundo más se sobre saltó y habló de nuevo― Oh, por cierto, dile a mi otro yo que vendré a recogerla dentro de poco, ahora sí, vamos querido.
Subaru abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera decir algo.
Todo se volvió negro.
…
Una y otra vez.
Cada vez fue más estresante, cada intento peor que el anterior.
No había ninguna posibilidad para poder ganar esto. Es lo que uno normalmente diría.
Una fuerza de la naturaleza, así era como Subaru podría llamar a el acompañante de Echidna roja. Imparable, sin sentimiento o emoción, no importaba quien fuese, incluso los niños no eran nada ante aquel ser podrido. Un ser que no dudó en ningún momento en matar a todo lo que se moviera.
Subaru rechistó la lengua ante la acumulación de repeticiones que tenía en su cabeza.
―No conseguimos nada otra vez.
Subaru estaba sentado en el campo interminable frente a la mesa con Echidna. La taza de té vacía, símbolo de su saludo, estaba a un lado en la mesa.
―Por la cantidad de intentos que mencionaste pensé que tendríamos algo ya en que basarnos.
―No es como si pudiera decir que no tenemos nada, nos dan dos semanas, al cabo de dos semanas, vienen y matan a todos, no podemos ir a ningún lugar, sea donde sea que vayamos nos encuentran y matan, la única diferencia es la cantidad de personas que mueren una vez que me encuentran, soy el objetivo ―Subaru terminó.
Echidna cerró los ojos y pensó unos instantes, tomó la taza de té en frente suyo y analizó la situación.
―¿El santo de la espada no puede detenerlo? ―Subaru rodó los ojos.
―No es un objetivo, al parecer el tiene un acuerdo con algo llamado "Gaia" en mi mundo era la representación de la tierra misma ―Echidna asintió― No es que el no pueda detenerlo, es como si él no quisiera, a pesar de todo, a pesar de todo lo malo que va a pasar, al pelear contra Archer y su Echidna, Reinhard no puede soltar su todo, Reinhard sigue siendo intratable, Archer menciona que él es el único que puede sobrevivir o que tiene permiso, si está en el escenario.
―Interesante, huir no es una opción ¿Y los soldados de la capital y los caballeros? Serían más que suficientes para detenerme a mí, no creo que este "Archer" sea tan formidable como miles de soldados entrenados.
―No funciona, lo único que cambia es que, en vez del pueblo, toda la capital, son explosiones del tamaño de pueblos que detonan a la capital instantáneamente. Si viajo a la capital, el tiempo de visita pasa de dos semanas a un intervalo vario, puede ser en dos semanas tal como una hora después, si pongo un pie ahí todo termina al instante.
―Creo que ya entiendo porque no logramos avanzar aún, por lo que mencionaste ellos tienen la misión de exterminio total de todo el lugar junto con las personas a tu alrededor ¿Sabes quién los envía? ―Echidna interrogó.
―Hasta ahora no lo mencionaron, lo único que sé es que está fuera de este mundo y que la Echidna que acompaña a Archer es de otra realidad, una en la que yo te rechazaba.
―Ah, entonces se volvió tan tonta mi otro yo después de un simple rechazo ―la sonrisa de Echidna creció ante aquello.
―Es mucho más competente de lo que creerías, controla prácticamente todo a su alrededor a voluntad, la magia que usa también es distinta, ah, puede usar tu autoridad sin compensación ―Echidna parpadeó ante aquello.
―Eso es un problema bastante grande, pero bueno, estamos aquí para conocer, investigar y resolver.
―De hecho ¿Qué son un millón de muertes más?
…
Dos figuras envueltas en rojo caminaban con tranquilidad por el bosque a los alrededores de una aldea algo alejada de la capital.
―Es el momento entonces ¿Disfrutaste tu tiempo? ―la pregunta de Archer hizo que Echidna cerrara los ojos y pensara por unos instantes.
―De hecho, sí, pero ya está listo, aprendí lo que necesitaba y fui a donde quería, solo quiero que compruebes algo y listo, es con respecto a la chica que está en coma ―Emiya asintió ante las palabras de la mujer.
De igual manera no importa, un exterminio por un bien mayor, quizá esto puede llegar a considerarse molesto, pero al menos estaba agradecido que la mujer a su lado de diera la idea de como terminar con lo del bucle del sujeto que estaba repitiendo el salto del tiempo.
Pensar que un ser que cuenta con tantas autoridades con respecto a las leyes de vida estaba en contrato con un joven común. Le gustaría romper ese vínculo, pero no funcionaba, en su lugar, iba a matar a la única persona que no estaba muriendo de verdad en cada repetición.
―Como sea, espero que esto sea de tu agrado, porque con nuestro movimiento dudo que tengamos una misión así en un buen tiempo ―Emiya miró de reojo a Echidna.
―Oh, no seas aguafiestas, en cualquier momento puede pasar, estamos cumpliendo con la misión, de hecho, la cumplimos tantas veces que yo misma me cansé de contar.
Archer siguió caminando tranquilo después de eso.
―No importa, vamos a poner en prueba tu táctica.
…
Otro error.
Subaru miró a la figura en rojo parada frente suyo. No había más emociones reales en la mirada de Subaru, poco a poco, estaba pasando por lo que el hombre de ojos grises pasó.
Una eternidad de repetir lo mismo hasta que no te quede nada. Emiya sonrió ante la vista de espera del joven de cabello negro, era obvio que no le importaba morir, después de todo ¿Cuántas veces probablemente habría terminado así?
No es como si le importara, su muerte significaba un bien mayor a la humanidad.
Subaru espero cuando el hombre caminó con la espada en mano hacia su dirección. Era obvio que este iba a ser su final.
La espada desapareció en motas de luz azules ante la vista confundida de Subaru.
El hombre extendió la mano y le arrancó el collar que tenía Subaru.
Los ojos de Subaru se abrieron ante aquello. Un pequeño jadeo de sorpresa se escuchó de la Echidna en su collar antes de ser lanzada en manos de la Echidna de rojo.
―Así que esta soy yo, que pequeña, bueno ¿Comenzamos?
A los ojos de subaru todo fue lento, el como Echidna apretó con fuerza el collar negro en su mano, para que trozos de cristales negros explotaran y salieran en todas direcciones. La boca de Subaru se abrió ante aquello, pero al instante se relajó, después de todo, una vez que vuelva, ella iba a estar en una pieza.
―¿Lo tienes? ―la pregunta de Emiya hizo que un tarareo saliera de Echidna.
Algo estaba mal, subaru lo sabía, pero no podía suicidarse en su situación actual, no podía mover ni un solo musculo.
Los cuerpos de los aldeanos se desintegraron ante la vista de todos, poco a poco, los remanentes de todos los cuerpos quedaron juntos en una especie de marea de cenizas blancas al haberse prendido fuego al instante en que comenzaron a volar. Poco a poco todo se mezcló en uno, dando una figura esférica enorme, para pasar a una pequeña, baja por no decir, los brazos y piernas se esculpieron al igual que el rostro que se asomaba de la bruma de cenizas.
―¿Echidna? ―Subaru abrió los ojos al ver a la bruja de la codicio tomar forma y una vez que estuvo de pie, en carne y hueso con los ojos cerrados.
Cayó al suelo, el pasto amortiguó el golpe, pero de igual manera se escuchó el impacto.
―Funcionó bastante bien he de mencionar ―Emiya caminó hasta pararse detrás de la bruja vestida con el manto rojo. Apoyó su cabeza en el hombro de esta solo para que casi por instinto, la bruja empezara a acariciar su cabello.
―De hecho, una resurrección completa, bastante bueno ¿No? Realmente el conocimiento que tienen esos libros que me dieron no es algo lo cual pueda ser un chiste, dar un cuerpo y manipular el alma para ponerlo ¿Está cerca de lo que llamas tercera magia?
―Parecido, pero no es como es realmente, si lo fuese esto iba a ser más sencillo, pero debo decir que estoy impresionado, buena bruja ―alzando la mano le dio unas palmaditas en la cabeza a Echidna.
―Oh, alágame más, pero no importa ahora, nuestra invitada está despertando ―Echidna señaló con un dedo a su otro yo que estaba empezando a levantarse del suelo.
La Echidna que acompaño a Subaru en todo este tiempo, abrió los ojos y vio a las dos personas que estaban causando tanto desastre frente a ella, pero eso no le importaba.
―Estoy viva…―Echidna se sentó en el suelo y alzó sus manos para verlas. Su latido, todo, lo único que no poseía era su autoridad, pero después de todo. Ella estaba viva una vez más. Para desconcierto de Subaru e interés de los otros dos visitantes, una pequeña lagrima salió de uno de los ojos de la mujer.
Felicidad.
Echidna en todo lo que llevaba viva, en todo lo que pasó y sintió hasta ahora, en aquel momento, fue el momento en que sintió algo que realmente no esperaba conocer o siquiera saber cómo se sentía.
Alegría, júbilo.
―Yo…―los pasos de Archer se escucharon frente a ella. Una espada estaba en su mano. Era radiante, la hoja era completamente blanca y con adornos de oro y obsidiana en la guardia, lo que más se podía rescatar era el hueco que estaba en la hoja y casi en la guardia.
―Felicidades por estar viva, pero lo siento a la vez.
―¿Eh?
Las palabras de Archer no fueron comprendidas para Echidna antes de que todo empezara a girar, era como si el mundo se invirtiese, como si todo lo que alguna vez conoció estaba de cabeza.
Echidna comprendió casi al ultima instancia, no era que el mundo estaba dando vueltas.
Ella estaba girando.
La cabeza de Echidna rodó hasta los pies de su otro yo, no había expresión real en la mirada de la Echidna que miraba sus propios ojos obsidiana con tanto interés.
―Realmente soy hermosa.
―¿Es eso lo que vas a decir después de ver como te decapito? ―Emiya alzó una ceja ante aquello.
Humo cubrió el cuerpo de Echidna antes de que todo se convirtiera en una marea la cual llegó al hueco de la espada llenándolo al instante.
―Pensar que podría usar un arma conceptual de esta forma, realmente no sé si felicitarte o tenerte miedo ―Emiya caminó hasta donde estaba Echidna antes de descartar la espada que había tenido en su mano.
Subaru solo podía quedarse quieto sin comprender nada de lo que estaba viendo.
―¿Qué…?
La pregunta de Subaru nunca terminó de formularse cuando una flecha pasó por su cabeza.
…
Despertar.
Subaru abrió los ojos y frunció el ceño. Otro fracaso, pero uno de los más raros hasta ahora.
No importaba.
―Oye, Echidna.
No hubo respuestas.
―Bruja.
Sin respuestas de nuevo. El desconcierto llenó a Subaru cuando miró su collar y vio el collar
Blanco y limpio como el cristal.
…
―Es bastante interesante ese método, si no puedes cambiar una línea de manera bruta, ir por lo que genera que le de las posibilidades, interesante ―Emiya miró a Echidna estaba sentada leyendo un libro algo diferente de lo normal.
―Que puedo decir, para algo es el conocimiento, hablando de conocer, me sentí como una desconocida cuando me cortaste la cabeza sin más, pensar que tienes la voluntad para matar tan fácilmente a tu querida doncella…―el miedo fue evidente en la voz de Echidna.
Un miedo falso.
―Oh, era porque sabía que la verdadera estaba a mi lado ―el hombre se rio ante aquello.
Realmente no le importaba.
―Que dulce ―Echidna palmeó el sofá en el cual estaba para que el hombre se sentase a su lado.
Emiya caminó y se sentó a su lado para sonreírle con lo que se podría llamar "cariño", algo lo cual Echidna sabía que no contaba el hombre.
Bajando el libro color negro que estaba a su lado, la mujer lo puso sobre una pila de ese mismo tipo de libros.
Fue entonces que vio de reojo el sector en que estaban.
Cientos de miles o quizá millones de libros con la misma cubierta. Todos siendo un solo libro, todos siendo una única cosa.
Ella misma.
―Mi, supongo que por tu desempeño quieres una recompensa ¿No?
Algo como esto no era necesario para ambos, quizá las emociones fuesen privadas, pero aún se lograba experimentar algo parecido a placer.
―Que bruja tan indecente.
―Pero te gusta.
―¿Es esto una repetición? Realmente no me voy a quejar de igual manera, bruja tonta.
―Lo mismo de mi parte, espada corrupta.
…
Pensé que no iba a hacer una continuación, esto, que escribí ahora, se suponía que iba a ser parte del one shot, pero me dio pereza terminarlo en un principio, pero cuando vi un comentario que parecía lo que quería hacer, dije, bueno, si no lo hago, alguien más lo hará, pensar que alguien notó que la historia estaba hecha para seguir en aquel punto…
A pesar de la escena, quiero decir que prefiero a Emilia de todas las chicas de re zero, a pesar de lo que parece en esto, es solo un dato.
Como sea, posiblemente, una vez que termine dos de mis tres proyectos que estoy actualizando, quizá a fin de año, comenzaré con una historia de Emiya y Jalter. Ah, como sea, creo que esto sería todo ¿Creo? No importa.
Saludos y cuídense.
Rey de picas fuera.
