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Oh... aún nada me pertenece... Admiremos a la Grandiosa Diosa de JKRowling y besémosle los pies... (sobretodo si queremos ya ese 5to libro ¬¬)...
Agradecimientos |
De Oportunidades Perdidas
De Sustos y Suspiros
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Arabella preguntó qué fue lo que hacía Tom Riddle en la escuela de Harry, verdad? ^.^ (si la memoria no me falla...) *ejem* Bueno... La respuesta es muy simple. Tan simple en realidad que no la mencionaré en el fic ^^;; Digamos que fue a avisar que el niño se iba a ausentar por un mes ^^;; Eso y otorgarle la oportunidad a la directora de conocerlo y contarle todo lo que quería decirle en ese evento de familia ^.^ (Yep. Voldie si que se ha vuelto nuestra figura paternal modelo, ne? Jejejeje...) Hmm... además, la escena sirvió para mostrar el estado actual de la relación entre Harry y Voldemort. Umm... No. No me voy a disculpar por ser malévola, despiadada y cruel con los Dursleys. Aunque sé que quizá no se lo merezcan (...demasiado), debo admitir que me divertí mucho con esa escena ^.^ Prácticamente se escribió sola... y por favor! Ni siquiera tuve el tiempo de torturarlos debidamente antes que los tres cayeran muertos!! ¬¬ Así que cómo pueden decir que el capítulo fue violento, sangriento y pesado? =P La razón por la que los Dursleys lo tratan de esa manera tan... despiadada? ...cruel? (...no encuentro las palabras ^^;;) En fin, la razón por la que lo tratan tan mal es por el simple hecho que Harry ha sido criado en un mundo de magia (o al menos eso es lo que piensan ellos...) y ya no podrían eliminar la "enfermedad" de su sistema. Así que a sus ojos, el niño ni siquiera tiene la oportunidad de ser "normal" y por consiguiente es un fenómeno desde el momento que pisa la casa. Conclusión: Harry es inferior a ellos. Y ya sabemos a qué llevo ese pensamiento... Por otro lado, si quieren un análisis de la escena *tos*triunfal*tos*... podría decirles que Harry torturó directamente a Vernon, porque NUNCA pasó al hombre... no lo llegó a considerar su familia, sobretodo después de cierto momento de 'privacidad' apenas llegó a la casa... Petunia sólo fue asesinada, porque era ella o el niño... La verdad es que de los tres Dursleys, la mujer era la que menos posibilidades tenía de sufrir en sus manos. Después de todo, aún sigue siendo su tía... hermana de su madre, y por tanto, su sangre. Incluso, quien sabe? A lo mejor podía haber salido viva de este caos... ^^;; En cambio, con Dudley se nota desde el primer momento en que se encuentran que Harry siente ciertos celos hacia él... por muchas razones. El tener familia y vivir en un mundo color de rosa, serían las principales, creo yo. El disgusto es también presente, y se va intensificando a medida que pasa tiempo con los muggles. Aunque no lo tortura en persona, el muchacho sabe que dentro de la imperius, Dudley sufriría lo suficiente (además que el tiempo se le estaba acabando... aurores / herida). Hmm... Harry es ignorante de cómo hacer funcionar la cocina, por el simple hecho que Demy nunca lo ha dejado tocarla en casa. En realidad en ese tipo de conocimiento (las labores del hogar...), el niño no tiene la menor idea (al igual que yo =P jejeje). Supongo que en el resto de cosas muggle, Harry es como una persona normal... Nunca he comentado que tiene su televisor, videojuegos y computadora, verdad? ^^;; (no que le preste la misma atención que Dudley a estas cosas...)
Satisfechos con mis excusas? ^.^ |
~*~
Paz.
Tranquilidad.
Felicidad.
Un estado donde el dolor constante dejó de existir, permitiéndole un simple momento de... libertad.
Exóticos colores danzaban a través de él. Fragancia placentera acurrucando sus sentidos. Melodía celestial susurrada en el aire. Comodidad y bienestar, como un bebé dentro de la placenta de su madre. Sólo los pensamientos fugaces de origen desconocido, evitaban que se sumerja en la dulce inexistencia.
¡BAM!
Solidez.
Gran corriente de dolor.
No pudo evitar gritar.
O caer al piso.
O volver a chillar.
O soltar lágrimas de dolor.
O maldecir a los muggles.
O escupir la sustancia metálica al suelo.
O respirar profundamente para controlarse.
Respira. Respira. Respira, Harry.
Silencio en la habitación.
Levantó su vista.
Ojos escarlatas inexpresivos y calculadores le devuelven la mirada.
Tom estaba analizando al niño. Recorriendo su atención por el desastre que era la figura de Harry. Tonelada de ropa vieja, asquerosa e innecesaria. Rostro demacrado, evidencia indiscutible de largas noches sin dormir y una pésima alimentación. Anteojos pegados con cinta adhesiva. Moretones en las partes visibles de su piel. Sangre en sus manos, cuerpo y boca, además de su linda alfombra esmeralda, también.
Oh, me debo parecer a una de sus víctimas.
Sonrisa sarcástica interna.
Lamento interrumpirte, padre -un susurro débil.>
Bajó su mirada al suelo en señal de sumisión, mirando de reojo al death eater a su derecha.
Al menos no era nadie del Círculo de las Sombras. Dudaba que Tom le hubiera perdonado si revelaba su identidad a alguien extremadamente útil.
-Fallaste la prueba, Bremord -sentencia solemnemente Tom.
-Avara kedavra
El cadáver cae al piso.
La sonrisa hambrienta del niño no pasó desapercibida.
-Harry... Como siempre ensimismado en tu misión... -sus ojos posándose en la varita del niño.- ¿Cuándo les darás una segunda oportunidad? -sonrisa sarcástica.
El niño parpadeó. Su visión comenzaba a nublarse.
-No la merecen, Tom.
El hombre sonrió misteriosamente, acercándose al muchacho.
-¿Es esa tu sangre? -mirada impenetrable.
Asintió débilmente.
Le sugirió recostarse completamente en el suelo, quería ver el estado de sus heridas.
Unos momentos de extrema quietud.
-Esos muggles... -voz derramando odio y furia.
Una risa salió de la garganta de Harry, atragantándose momentos después en su propia sangre.
Escupió.
Felizmente que su padre había conjurado hechizos contra el dolor. La miserable sensación lo había abandonado por completo.
Aunque el frío, la sed, los mareos y la vista desenfocada no fueron contrarrestadas.
-No te molestes en visitarlos, padre -burlonamente en un hilo de voz.
Tom alzó una ceja. Una mirada analítica concentrada en su rostro. Levantó una mano y acarició su cicatriz.
-¿Por qué no puedo visitarlos, pequeño? -susurró cariñosamente, sonrisa maliciosa conociendo la razón.
Tragó más sangre.
Tenía ganas de vomitar.
-No todos los muggles valen la pena.
Su padre tuvo que ayudarlo a sentarse cuando un ataque de tos lo sobrecogió.
La alfombra se tornaba más marrón que verde con cada momento que pasaba.
-Descansa, hijo -voz llena de preocupación.
Harry alzó una mirada sorprendida. Era la primera vez q...
-Stupefy
***
Entró a la habitación. Por la tensión del ambiente, podrías jurar que se trataba de un funeral en lugar de una simple etapa de recuperación.
Malditos muggles.
Por supuesto que no confió en las palabras de Harry.
¿Cómo confiar en ellas? El niño los defendió fieramente aún cuando no tenían reparo de insultarlo en la cara.
Ahora estaba seguro.
No existían más familiares con vida.
Demy lloraba en un rincón de la habitación, su diminuta constitución temblando visiblemente. Nagini rondaba frente a la cama, sus deliberados movimientos e irritada expresión denotaban su creciente furia.
Las ignoró, acercándose a la cama del pequeño.
Tuvo que ordenar un ataque masivo en diferentes puntos al azar alrededor de Privet Drive, tan sólo para evitar que hicieran la conexión con los Dursleys. Cada asalto a un nuevo hogar muggle, sería espaciado por quince minutos. Quería ver cómo se las arreglaba el Ministerio para no entrar en pánico y lograr mantener a los ignorantes sub-humanos en control. Sería algo divertido de leer en los periódicos.
Harry estaba completamente pálido.
El niño no había despertado sino hace una hora atrás, y entonces él decidió que lo mejor sería sedarlo hasta que su cuerpo pueda recuperar algo de energía.
La falta de alimento era un grave problema. No dudaba que el muchacho haya perdido al menos cinco o más kilos en aquellas semanas de tortura. Después que se recuperara, Demy tendría que hacer comida en grandes cantidades para que Harry recuperara su forma original.
¡Esto es tu culpa, Tom! -siseó enojada la serpiente.>
Voldemort decidió ignorarla por el momento.
Al menos su hijo respiraba tranquilamente. Un buen descanso es siempre beneficioso.
¡Te dije que lo estaban tratando despiadadamente! -gritó Nagini.>
Acusaciones.
La reptil no había dejado de echarle la culpa desde que vio al niño. Si no fuera porque es imposible, la serpiente se hubiera desmayado en aquel preciso momento. Hasta entonces, para lo único que osaba dirigirle la palabra era para quejarse, lamentarse, insultarlo y maldecir a los muggles.
No era la única que deseaba tenerlos presentes para devolverles el favor.
Lástima que Harry los haya asesinado piadosamente.
¡Sabía que los asquerosos muggles lo estaban tratando mal, Tom Marvolo Riddle! ¡Te dije! ¡¿Por qué no me escuchaste?! ¿No ves cómo está ahora? ¡Debimos deshacernos de ellos cuando pudimos! ¡TU CULPA! ¡Mi bebé está así por TU culpa! Increíblemente estúpido de tu parte... -continuó su sarta de insultos.>
La siguió ignorando.
El estado en que estaba el muchacho cayó como balde de agua helada para todos. Incluso la elfa doméstica se había atrevido a mirarlo acusadoramente. Si no fuera porque necesitaba que cuidara de Harry...
-Demy, apenas se levante, le traes algo de tomar y una sopa ligera -ordenó.
Besó la frente de su hijo.
-Recupérate pronto, pequeño -murmuró en su oído.
Se dirigió a la puerta del dormitorio.
¡De ninguna manera me voy a mover de acá! -escupió una enfurecida Nagini.>
Como desees -sarcasmo puro.>
Se gentil.
¿Gentil? ¿GENTIL, TOM?
Necesitaba liberar tensión.
Urgentemente.
Apretó con fuerza su varita.
Alguien debía sufrir por esto.
Salió de la habitación.
***
La lluvia reflejaba su estado de ánimo.
Afligido. Deprimido.
Estúpidos muggles.
Estúpida familia.
¿Por qué fue tan ciego? ¿Tan rebelde? ¿Tan obstinado? ¿Tan terco?
Humedeció sus labios.
Tenía frío.
Se abrigó más con las colchas.
Fiebre. Justo lo que necesitaba. Al parecer los muggles debilitaron su sistema inmunológico.
Suspiró.
No debió de perder el control.
¡No se suponía que debía asesinarlos! Sólo tenía que borrarles la memoria, destruir los papeles y largarse de ese lugar. Sin embargo, ese búfalo campante...
Muggle.
Suspiró cansado.
Se sentía traicionado. Dolido. Ingenuo.
Pensar que Petunia estaba dispuesta a matarlo...
Si él no lo hubiera hecho primero.
Tosió.
Quizá debió haberse dejado asesinar.
Un sentimiento de culpa se apoderó de él, oscuras imágenes invadiendo su cabeza. Muerte... La única fuerza liberadora que existía en el universo.
Pero no. Aún no podía irse. Su padre lo necesitaba a su lado. Hasta el día que decidiera que ya había cumplido su propósito... Harry debía sobrevivir. Sobre todas las cosas.
Sobre todas las cosas...
Suspiró nuevamente, al parecer se estaba volviendo un hábito en estos días.
Al menos Tom no le había mencionado a los muggles. Ni siquiera una de sus usuales cruciatus. Nada. Era como si el episodio no hubiera sucedido. No estaba seguro si aquella era una reacción favorable.
Se mordió el labio.
Sin familiares.
Se preguntaba qué es lo que pensarían sus padres de él, ahora.
Suspiró. Otra vez.
Tenía calor.
¿Cómo te sientes?>
Se destapó de las cubiertas y abrazó a la serpiente. Fuertemente. Necesitaba sentirse querido.
Calor. Tengo calor.>
Nagini estaba helada.
Se enroscó en su cuello, imitando un abrazo. Su líquida textura rozando su frágil y acalenturada piel.
Un escalofrío recorrió su espina.
Y frío.>
Temblando, soltó a su amiga y se volvió a abrigar.
¿Por qué no huiste de ese macabro lugar, Harry? -voz delicada.>
Quería darles una oportunidad.>
Varias, en realidad.
Quería conocerlos, Nagi. Supongo que esperaba que pudieran ver a través de esos prejuicios -tono triste.>
Siempre se decía que el día siguiente iba a ser diferente.
Un gran suspiro.
Oh... y llegó el día en que lo fue.
La serpiente besó su rostro. Acariciando su mejilla tiernamente.
No necesitas de muggles, Harry. Tom y yo te queremos mucho -le sonrió dulcemente.>
El muchacho le devolvió la sonrisa.
Y si vuelves a asustarme así, te mataré.>
***
Tosió.
Si que hacía frío esta noche.
Se aferró a su capa, envolviéndola alrededor de su cuerpo.
Aún se encontraba un poco débil, y las heladas brisas calaban hasta sus huesos.
Tuvo todo un debate con Nagi para poder asistir a la reunión. No fue fácil ganarla, pero al final la reptil cedió. Con condiciones, por supuesto.
Toses una vez más y nos retiramos a casa -advirtió a su lado.- Sin peros.>
Harry no respondió. Debía fingir que su padre dudaba de su lealtad y por tanto, había comandado a su fiel mascota a mantenerle un ojo encima.
Miró de reojo a su amiga.
Claro que Nagini lo vigilaba durante todas las sesiones, sólo que por otras razones.
-Lazarous Bell.
Levantó la mirada de la reptil, fijando sus ojos en el robusto hombre frente a él.
-Nemon Lestrange -devolvió el saludo.
-Nos preguntábamos cuándo ibas a regresar -comentó desanimadamente.- Zelea quiere hacer una celebración el siguiente mes, ¿crees que puedas asistir? -tono inexpresivo.
Le lanzó una curiosa mirada. ¿Una fiesta? Esta era la primera vez que lo invitaban a una. Reuniones personales entre death eaters eran comunes, sin embargo, nunca se habían molestado en aceptar socialmente a Lazarous Bell.
No que pudiera asistir, tampoco.
-¿Puedo preguntar la razón? -voz intrigada.
-Mi esposa está embarazada. Queremos compartir el sentimiento festivo -un ligero tono de emoción
Harry buscó con la mirada a la mujer. Se encontraba conversando animadamente con Lucius. Se veía muy feliz, pero para Zelea, ese era su estado usual.
-Lo pensaré, Nemon -murmuró.
El futuro padre asintió y regresó al lado de su pareja.
Una sombra en movimiento llamó la atención de Harry.
Severus se acercó con pasos ágiles.
-¿Dónde has estado, Bell? -voz frívola.
El niño se encogió de hombros.
-Vacaciones.
-Haz... crecido -tono controlado.
Asintió.
-Las pociones son muy efectivas, Severus.
-¿Qué poción? -preguntó interesado.
Volvió a encogerse de hombros.
-Yo sólo las bebo. No pregunto la receta -tono indiferente.- Quizá Lord Voldemort pueda darte mayores detalles.
Tom escogió ese momento para hacer su aparición en el cementerio.
Toda conversación cesó y Harry tomó su lugar privilegiado dentro de la elite.
-¿Son los rumores ciertos, Nemon? -preguntó el dark lord con grave voz.
El mencionado auror y death eater hincó una rodilla al suelo, reverencia a su Señor.
-Sirius Black es la nueva cabeza de los aurores -voz carente de emoción.- Su grandiosa sed de venganza por el exterminio de la familia Potter, no tiene precedente.
El corazón del niño dio un brinco.
Enemigo.
Recuérdalo.
La mirada de su padre se posó un segundo sobre su figura.
¿Qué piensas, Potter? -tono controlado.>
Bajó los ojos al suelo. Tragó saliva.
-¿Qué opina Él, Severus? -tono amenazador. Era obvio que estaba de mal humor.
-Extasiado, mi Señor -su turno para arrodillarse.- Más poder en sus manos. El idiota piensa que éste es una gran triunfo para su Orden del Fénix -tono sarcástico.- Siendo Sirius uno de sus más fervientes sirvientes, no le va a ser difícil de manipular la facción de aurores a partir de ahora.
Tom rodea el círculo varias veces, una expresión de intenso odio en sus rasgos. Todos los death eaters componen su postura, en cualquier momento podía lanzar una cruciatus...
-¿Quién conoce a Black personalmente? -levanta su mirada, buscando rostros.- ¿Qué opinas, Lucius?
Otra reverencia.
-Ese lameculo puede ser muy impulsivo, mi lord. Todo un Gryffindor -disgusto.- Sin embargo, con Remus Lupin, el asqueroso licántropo a su lado, puede idear estrategias innovadoras.
***
Gritos. Fuego. Muerte. Tortura.
Algo tan común en su vida.
Casas en llamas. Gente siendo torturada. Sufriendo. Muriendo.
Intentaba salvar a aquellos pocos que podía. Aunque últimamente no le ponía tanto esfuerzo como antes.
Sin duda los Durleys habían dejado su huella.
-¡Crucio! -gritó una voz frente a él.
-Avara kedavra -murmuró sin pensarlo dos veces.
La víctima no tiene la oportunidad de sufrir.
Era lo menos que podía ofrecerle.
Barrió la escena con una mirada.
El calor del fuego le hacía olvidar las grandiosos torrentes de aire que azotaban el pequeño pueblo.
Suspiro internamente.
Su padre le había encomendado esta misión, al igual que a Malfoy.
Veinte death eaters sin rostro ni nombre a su comando. Sin duda, el rubio se encontraba en su elemento. Repartiendo dolor y miseria a cada ser vivo con el que se encontraba.
Harry lo seguía.
Nagini, lo acompañaba. Inmutable.
Al menos no atacaba a los muggles, sólo que se limitaba a protegerlo.
Ella entendía sus sentimientos. Aunque se hallen un poco confusos en ese preciso instante.
-¡Crucio! -nuevamente.
-Avara kedavra
Pobre mujer.
-¡ARGH! -Lucius gritó frustrado.- ¡Búscate tu propia diversión!
-Pero, si ésta es mi diversión -fingió tono burlón.- Me encanta ver cuando pierdes la paciencia.
-El día que caigas de la gracia de Voldemort... -dijo mirando a la serpiente.- ¡Vas a ver! -Malfoy amenazó inútilmente.
Harry rió. Carcajadas sarcásticas y oscuras.
Odiaba a Malfoy.
-No, death eater -tono frío.- YO voy a disfrutar el día que no necesite más de tus servicios.
El adulto entró a la última casa lleno de ira.
Efectivamente. El día que Tom no necesite de él, iba a exprimirlo. Drenarlo. Quebrarlo.
Entró tras él.
| Lamento que este capítulo sea un poco corto... ¬¬ *sigh* Me esfuerzo, ok? No tenía más ideas sobre qué podría mostrar a esta edad. Es más que nada, un capítulo para cerrar los 8 años de Harry. Mostrar un poco su... umm... lado oscuro y su... errr... lado noble (o lo poco que conserva...). Bueno, ya cumplí con mencionar a Sirius Black (para todas aquellas personas que andaban preguntando qué es de su vida). Podría seguir comentando indefinidamente, pero luego me van a decir que las notas son más largas que el capítulo... La siguiente parte es a los 9 años... ya saben. Ahora me disculpan, tengo exámenes... ¬¬ |
