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*sigh* Si ganara dinero por esto, y me llamara JKRowling... muchas cosas serían diferentes...
Agradecimientos |
De Oportunidades Perdidas
De Soledad y Arrepentimiento
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YAY!! O_O Increíble!! He pasado los 100 reviews!!... *kandra tiene que usar su mano para cerrarse la boca* Guau... Nunca pensé llegar al numerito... MUCHAS GRACIAS A TODAS!! No sé si hubiera escrito tanto si no fuera por las maravillosas cosas que leo en los comentarios. Halagos que no me merezco, pero me agrada ilusionarme que así es... ^^;; Gracias! Gracias! *kandra corre emocionada por su cuarto, saltando y rebotando de las paredes* Ahora, pasando a las aclaraciones... (gracias de nuevo! ^-^)
El hecho que hayan invitado a Harry (o Lazarous Bell, como quieran...) a una "reunión social", no significa que el niño asista. Aparte de no poder ir, porque le descubren la identidad, al muchacho no le importa los contactos sociales o toda esa "basura de adultos". No se olviden también de su amor (con excepciones) a death eaters ^^;; Sirius Black y Remus Lupin... Hmm... Ya entraron a escena, no? ^^;; Bueno... Harry QUIERE conocerlos... pero... *sigh* Esto me pasa por borrar una de las escenas que había en el capi anterior (no notaron que puse "Marauders" y sin embargo no apareció? Es que originalmente...) El hecho es que el niño sabe muy bien que la única oportunidad presente de encontrarse con los hombres es en el campo de batalla. Y Harry no está preparado para ello. De HECHO va a conocer al par antes de pisar Hogwarts... la pregunta es que TAN antes será... ^.^ Ahora... ¿Cómo es que Harry salvaba las vidas que podía durante sus misiones? ^-^ jejeje... En ningún momento dije que salvaba MUCHAS... Para empezar, el niño casi siempre se negaba a llevar las riendas de este tipo de... err... operativos (con cruciatus y todo, seguía oponiéndose. -La razón por la que Voldie comenta de su espíritu Gryffindor en el capi 11-). Y cuando estaba obligado a hacerlo (en el caso del capi anterior, acepta porque no tiene el ánimo de discutirle a su padre, sintiendo que merece darle disculpas por los Dursleys...), sólo podía "salvarlos" como se mostró con Lucius (o sea, impidiendo que "sufran"), o dejándolos inconscientes (en el raro caso que no haya nadie a su alrededor). Después de todo, Bell es del Alto Círculo, por lo tanto, nadie duda de los "cuerpos" que él deja atrás. Ok. Snape. Su aparición a creado dudas. ¿Es o no es un espía de Dumbledore? Y si lo es, ¿por qué no lo he mencionado? Simple. Esta historia es contada del punto de vista de Harry y Voldemort. Si Severus fuera un espía, ninguno de los dos lo sabría, verdad? (Ello equivaldría a un castigo severo o la muerte del personaje...). Jejeje... Esa misma pregunta la tienen Harry y Tom. ES o NO ES un espia? Y para QUIEN?
Ahora... Katy me pide que defina si Voldie manda a Harry a muchas misiones peligrosas... Después de todo, el niño ya es considerado como su hijo (y espero que el proceso para llegar a tal conclusión no haya sido muy rápido ^^;;), así que Tom no querría que se lastime, verdad?
-Florean Fortescue's Ice-cream Parlor = Umm... no sé cómo lo habrán traducido... Es la heladería (porque hasta ahora no se sabe de ninguna otra...) del Callejón Diagón. |
~*~
Sonrió.
La mujer jugueteaba con la bebé en sus brazos, la pequeña sonriendo de placer.
Sin duda, el día era hermoso para un paseo por el callejón Diagón. El sol brillaba en el amplio cielo, calentando hasta los más sombríos espíritus. Eliminando la pulsante amenaza del corazón de todos.
El padre la tomó delicadamente del cuidado de la madre, y la depositó en la pequeña burbuja flotante frente a ellos. Ambos sonreían.
Tierna familia.
Harry volvió a sonreír, esta vez una sonrisa cansada.
El ambiente era increíblemente acogedor, y sin embargo, las distracciones no le afectaban. El muchacho sabía muy bien la verdadera razón de los Lestrange para visitar el lugar.
Su padre planeaba un ataque masivo a la zona comercial de Londres.
Debían de hallar puntos débiles e idear estrategias de acción.
Había fuertes conjuros de protección alrededor del lugar. Además de diferentes fuerzas combinadas de Aurores y magos igualmente calificados. La única manera de penetrar en el área, era por medio de los polvos flu o Londres muggle (vía Caldero Chorreante). Ni siquiera se podía hacer un apparate en el lugar. Quizá unos transladadores bien diseñados... pero nada más.
Voldemort quería dar un golpe a la moral de la gente. Eso era todo. El terreno hecho santuario no atraía el interés de su padre. Es más, el callejón Knockturn tenía más posibilidades de llamar la atención del dark lord.
Quizás por ello sobrevivió tantos años sin ser molestado.
Terminó de comer su helado en Florean Fortescue's Ice-cream Parlor, y caminó sin rumbo por el lugar.
La familia Lestrange le era excepcionalmente leal a su padre. No había dudas en ello. De la gran masa de death eaters, la pareja poseía un privilegiado puesto en la pirámide jerárquica, y Harry no podía sino sentir aprecio hacia ellos.
Lástima que no pudo asistir a la celebración del nacimiento de Jezebel Lestrange. Lazarous Bell no era un hombre sociable.
Ni conocido.
...O existente.
Severus Snape dudaba de su lealtad.
Una sonrisa burlona surgió en su rostro.
Harry tenía mayores razones para dudar de la suya.
Además, las probabilidades que el hijo del mismo Voldemort se convirtiera en un traidor, eran pues... nulas.
No negaba que se oponía a numerosas ideas de su padre, cruciatus aparte. Sin embargo, fuera de todo contexto, Harry amaba a Tom. Y Tom lo amaba a él. Incluso le daba reino libre para decidir tomar parte o no en las diferentes misiones. Una increíble confianza que se ganó tras las múltiples sesiones de... intentos para cambiar su opinión.
Escalofríos al recordar la condenada maldición.
Se tomó de manos con el mago. Un desconocido que se encontró en las afueras del Caldero Chorreante.
Era aburrido simular una conversación animada contigo mismo.
Cuando se alejó un par de cuadras de la entrada al callejón Diagón, disolvió la imperius, borró una memoria, y se retiró a su casa.
Los Lestrange eran leales, de eso no había duda.
***
Sus pasos eran pesados.
Cada día era exactamente lo mismo. Misma gente. Mismo camino. Misma tontería. Misma soledad.
No es que quisiera tener amigos muggle.
No...
Es que... habían momentos en que se sentía tan solo. Demy, Nagini y Tom no eran lo mismo. Ansiaba tener amigos, amigos de verdad.
Amigos de su edad.
Los chicos de la escuela no eran lo mismo. Unos pocos seguían teniendo un infundado temor a su persona. Mientras los demás ignoraban su presencia. No que Harry se esforzara por cambiar su reputación...
Después de todo, él no necesitaba amigos.
¿Verdad?
Suspiró.
Los pasillos del colegio estaban llenos de animados alumnos, cada quien conversando con sus amigos. Los mayores hablaban sobre los planes de fin de semana, la película que iban a ver, la chica que iban a invitar, basura...
Dobló en la esquina, tomando un camino poco transitado. Dejando el bullicio de los estudiantes atrás.
-Devuélvemelo, es mío... -un susurro captó su atención.
Miró alrededor, deteniendo sus pasos.
-¿Qué es lo que nos darás a cambio, Timmy? -una gruesa voz respondió.
Se acercó a las escaleras.
-No tengo nada... -voz a punto de llorar.
-Entonces no podemos entregártelo -anunció otra.
Eran dos muchachos de su mismo año, molestando a un pequeño. Los matones lo tenían acorralado en una esquina y sostenían en alto una mochila. No se acordaba el nombre de los chicos, nunca prestaba atención a las chiquilladas que hacían en clase.
-Regrésenle lo que es suyo -se entrometió Harry.
Los tres voltearon a verlo, ninguno había detectado su presencia. Lo cual no era de extrañarse; misiones con los death eaters te fuerzan a desarrollar muchas habilidades.
-¿Y por qué he de hacerlo, idiota? -tono intimidante de uno de los chicos robustos, mientras cruzaba sus brazos.
El que supuso era el líder, lo miraba de manera peligrosa.
Harry sonrió macabramente, de esas que había aprendido a imitar de Tom.
-Porque. Yo. Lo. Digo -su voz amenazadora.
Miró al atrevido muchacho directamente a los ojos. Permitiendo que el velo de inocencia y serenidad se levantara de su lugar acostumbrado. Era una de esas miradas que repartía escalofríos hasta los más experimentados death eaters. Una que daba cuando sentenciaba a un traidor a una lenta y miserable muerte...
De inmediato el macho se encogió, un temblor recorriendo su cuerpo. Rígido en su sitio.
Satisfecho, Harry sonrió cansado y tomó las pertenencias del niño.
-Si te causan más problemas, me avisas -particular tono cálido.
Timmy lo miró asustado, no sabiendo si gritar o sonreír. Finalmente asintió, cogió sus cosas, y salió corriendo a su salón.
Harry levantó su fría mirada, y dirigiéndoles una advertencia silenciosa, se retiró a su propia clase.
***
No confío en Malfoy.>
Recorrió su vista por los cientos de artefactos misteriosos del siempre cambiante estudio de Tom. La mayoría relacionados con las Artes Oscuras, y otras ramas ilegales de la magia. La habitación emitía un perturbado ambiente de calidez y serenidad. El color verde y azul siendo prominentes en todo el amueblado.
Nagini se enroscaba juguetonamente alrededor de su pierna, mientras escuchaba atenta la conversación. Conversaban en parseltongue en la presencia de ella.
Harry le dirigió una cansada sonrisa; anoche no pudo dormir bien. Una singular pesadilla con los Dursleys...
Tom alzó la vista de los reportes que revisaba, levantó una ceja de manera curiosa.
Nunca has confiado en él, Harry. ¿Por qué he de creer que esta ocasión es distinta a las demás? -tono sincero.>
El niño soltó un gruñido de respuesta.
Nunca me ha dado razones para confiar en él -se quejó.- Lucius es un ser ambicioso, padre. Si pudiera quitarte el puesto, lo haría sin dudarlo dos veces. No me fío de su lealtad.>
Harry, Harry... -Tom sonrió serenamente.- Estoy al tanto de los deseos de Malfoy, tampoco soy ciego.>
El muchacho asintió.
Yo podría dudar de ello... -murmuró Nagi mientras lanzaba una mirada de reproche a su amo.>
Harry soltó una risita. Su amiga aún no había perdonado a Tom por el incidente con ciertos muggles el año pasado.
Ya Nagi... ¿Cuándo la vas a parar? -preguntó el niño con tono inocente.>
La serpiente indignada, sacó la lengua.
Cuando admita que fue su error.>
Preciosa, estoy seguro que habrá un momento en el futuro para discutir con mayor profundidad este tema. Harry me tiene que dar su reporte sobre traidores.>
La reptil siseó enfadada. Completamente en su furia, miró a ambos y después de murmurar ciertos insultos, se retiró de la habitación.
Harry sonrió ante tal comportamiento. Habían ciertas cosas que jamás cambiaban en ella. Su temperamento era una de las tantas.
***
Cuando el floreado siseo se desvaneció por el pasillo, Voldemort negó la cabeza. No le molestaba en absoluto que la serpiente se mostrara tan rebelde con él, Nagini era como una hermana. Una igual. Sin embargo, el que no aceptara asimilar el pasado era un poco incómodo, y a la larga, frustrante. Quizá debía cederle el punto de una vez por todas, ya estaba harto de las numerosas y prolongadas discusiones que regresaban reiteradamente a aquel pasaje de la historia del niño. Ahora, si tan sólo encontrara la manera de tragarse su orgullo...
Regresó sus ojos al muchacho.
Harry sonreía de manera idiota, un ligero velo de ensueño en su rostro.
Increíble la plasticidad del rostro de su hijo. Un momento podía sonreír animosamente, capturando la misma luz del sol en sus brillantes ojos, y al siguiente te tenía amenazado contra una pared, una varita sobre tu corazón y la otra entre tus ojos.
No soy ciego, hijo -intentó continuar la conversación interrumpida.- Sé que Malfoy busca su propio beneficio. El poder fue su condición, después de todo -intenso brillo en sus flamantes ojos.- Sin embargo, hay ocasiones donde debes de valerte de las armas más útiles, Harry. Sin importar el riesgo -una pausa para enfatizar lo dicho.- Lucius es una de esas personas que unen fuerzas con otras más poderosas. Aquellas que tomarán el poder y delegarán parte a sus más fieles sirvientes. Él sabe muy bien esto, de ahí proviene la razón de su lealtad.>
El niño asintió conscientemente. Sus ojos cristalinos mostraban la veloz actividad de su cerebro al almacenar y comprender la información dada.
-Aún así no confío en él, padre -murmuró en un bajo tono.- ¿No podemos deshacernos del hombre?
Voldemort rió. Una de esas largas risas que soltaba cuando se asombraba del niño Potter. El mismo muchacho que se asqueaba al asesinar hombres y mujeres, y sin embargo, disfrutaba la matanza y tortura de traidores. Un activo bloque de conciencia en contra de sus ideales de dominación, y sin embargo, herramienta decidida que lo ayudaba a cumplir sus propósitos.
Todo el mundo sabe que hay cuentas pendientes entre ambos, Harry -un divertido tono en sus palabras.- Sin embargo, Malfoy es un adulto bien posicionado en el Ministerio de Magia. Además de una fuerte influencia política dentro de la sociedad. Necesito de su cooperación hasta cierto punto.>
Harry suspiró derrotado. No era la primera vez que insistía que el death eater podría ser un potencial traidor.
-¿Qué más información tienes del Alto Círculo? -preguntó mientras buscaba aquellos pergaminos con la información de las diferentes fuerzas protectoras del callejón Diagón, cortesía de Augustus Rockwood.
En su travesía por el desordenado escritorio de papeles, halló los expedientes de futuros posibles death eaters que buscaba el día anterior. Los apartó a un lado, de seguro debía revisarlos lo más pronto posible.
Si tan sólo el tiempo le dejara...
-Pues no sé nada de Severus, y dudo que sepa algo a menos que logres hallar una manera de infiltrarme dentro de Hogwarts a dos años de mi entrada oficial -informó pensante el niño.- Hice algunas preguntas en Hogsmeade, y me enteré que nuestro Profesor de Pociones no sale frecuentemente del castillo. Sólo en aquellas fechas que coinciden con nuestras reuniones. Ni siquiera pude hallar un mínimo de detalle sobre su vida privada. No hay posible pareja. Ni pretendientes. O rumores de una vida amorosa. No hay familia. No hay amigos, excepto quizá algunos de sus colegas de Slytherin. No hay aficiones conocidas, además de sus pociones, por supuesto... Los alumnos opinan que es un... maestro dedicado, pero... errr... un poco trastornado. Completamente un hijo de puta, según los de Gryffindor.
-Ya sabemos todos que Severus no ganará un concurso de popularidad -comentó sarcásticamente.- ¿Algo más?
Harry suspiró y negó con la cabeza.
-No a menos que pueda entrar a Hogwarts. ¿Qué hay de los espías dentro del castillo?
Voldemort sonrió internamente. Su hijo era excepcionalmente brillante. Quizá habían momentos en que no podía ver la imagen panorámica de las cosas, o que se dejaba llevar por sus propios gustos personales a buscar lo mejor para las metas, pero no lo podías culpar. Harry poseía sólo nueve años. Un infante.
Un bebé que estaba modelando a la perfección.
O quizás no...
A veces poseía demasiada moral y principios para ciertas decisiones. Contaminación de sus padres; una firme creencia.
-Se sabe lo mismo... Algunos hábitos de enseñanza, de vestimenta, de comportamiento. Nada conciso. No es una persona muy sociable. Por eso mismo... es mejor tener cuidado con él. Una persona sin vida personal es peligrosa.
-¿Por qué? -tono intrigado y curioso.
Voldemort sonrió maliciosamente.
-Porque no hay con qué amenazarlo. Con qué mantenerlo en línea. Con qué controlarlo. Si no tiene nada que perder, no le importará fallar. Puede que la ausencia de vida social se deba al temor de que Albus Dumbledore lo descubra, o...
-Que nosotros lo descubramos -interrumpe el niño.
Efectivamente.
Brillante. Además de impecable habilidad para fingir. Mantenerse firme en sus decisiones. Autonomía propia. Hábil con las Artes Mágicas. Ávido estudiante. Potencial estratega. Lealtad incondicional a su persona.
Orgulloso de Harry.
Definitivamente.
***
Intentó ignorar el constante ruido a su alrededor, concentración vertida en el cuaderno sobre sus piernas. Bajo éste se hallaba un interesante libro de Sherlock Holmes, "El Sabueso de Baskerville". Podría así excusarse de encontrarse apartado de todos en la hora de refrigerio.
Hmmm... Ahora, por más que le repugnara la idea de incrementar el número de death eaters, sabía muy bien que su padre necesitaba la ayuda extra. Sobretodo con el último plan de ataque. Por tanto, era su deber supervisar personalmente las pruebas iniciales para cada uno de éstos posibles ingresantes.
De fallarlas... Bueno, habría que ser un idiota de postular a una vacancia en el Círculo de Lord Voldemort y no saber cuáles eran los riesgos.
Sin embargo, Harry planeaba ahorrarse el trabajo de repartir Avara Kedavras innecesarias. Esta era la particular razón de su meticulosa revisión de expedientes.
Mollen Derkweed, Rita Skeeter, Sarah Fin, Dominick Ollen...
Bostezó.
Death eaters estúpidos. Aún no logra entender qué es lo que pueden ver de bueno en una organización con la misión y objetivos que Voldemort imponía. De haber podido elegir...
Pero no pudo.
Y no podrá.
Y no querrá.
Y estaba feliz con Tom.
Eso era lo que importaba.
Y sus padres lo perdonarán... Sólo quedaba esperar...
Leyó el perfil de Rita. Periodista. Podría ser útil en esa posición. Instigando la oposición al pésimo gobierno u actividad desmoralizadora. Pero había que tenerla vigilada, podría ser una treta. Sarah. Medimaga. La medicina podría ser un área de incursión para el futuro. Faltaba gente de ese rubro dentro de los death eaters. Mollen. Músico. Sin comentarios. Habría que evaluar sus habilidades. Dominick. Profesor. Necesitaban más gente en las escuelas. Podría proporcionar una nueva fuente de adeptos. Derek...
***
Tomó asiento en el rincón del salón. El mismo lugar de siempre.
Ahí nadie lo molestaba ni le prestaba atención.
La profesora de Historia entró al salón.
Varios minutos de explicaciones triviales.
Aburrimiento.
-Para este trabajo de investigación, es necesario que hagan grupos de dos -anunció la Srta. Well.
Varias murmuraciones emocionadas.
Harry continuó disfrutando del celeste eléctrico del cielo. Ya sabía a dónde iba a terminar este trabajo de parejas. Era sinónimo de "Trabajo en solitario" para él.
Lo cual estaba perfectamente bien. Siempre sacaba las calificaciones más altas del salón. Eso demostraba que no necesitaba ayuda en los deberes.
Sus compañeros hacían planes y se dividían en pequeños grupitos, según sus amistades.
-¿Quiénes no tienen pareja? -preguntó expectante la profesora.
Ni siquiera se molestó en alzar el brazo. Todos sabían que siempre trabajaba solo.
Siguió con su mirada fija en la ventana. El firmamento era tan sereno... A veces deseaba poder volar por él. Sin tener una escoba presente. Agitar los brazos y...
-Harry, ¿tienes grupo?
Volteó su atención sorprendido.
-Veo que estás demasiado entretenido fuera del salón de clase, ¿has escuchado siquiera la asignación para la próxima semana? -reprendió la mujer.
Suprimió una sarcástica respuesta.
-Investigación sobre un importante monumento de la ciudad -contestó sin emoción.
-¿Y quién es tu pareja? -inquirió ella.
El niño se encogió de hombros.
-No tengo.
-Harry, un momento, por favor.
El muchacho retrocedió sus pasos hasta llegar al escritorio de la profesora. Mantuvo una expresión controlada e indiferente. No estaba de humor para emular nerviosismo, temor o actuar sus encantos para ganarse a la maestra.
-¿Puedo preguntar la razón de tu aislamiento? No estás compenetrado con tus compañeros.
No me diga...
-Ellos no me aceptan, profesora.
La mujer frunció el ceño.
-¿Es eso lo que piensas? -preguntó en voz baja.
Se encogió de hombros. ¿Qué importaba lo que él pensaba? Lo que interesaba era lo que ellos pensaban.
-Creo que podrías hablar con la Sra. Sulvan al respecto, estoy segura que ella ayudará que te integres al grupo.
Claro... La psicología podría darle todas las respuestas a sus problemas.
No era la primera vez que lo sugerían, o la primera visita a la mujer, en todo caso. Por supuesto que nunca daba resultados, ya que el problema no era con él, sino con el resto.
Asintió desinteresado y se retiró del salón.
***
Se dejó caer en el sillón, completamente agotado.
Al frente suyo, Severus Snape hizo lo mismo.
Una expresión de completo cansancio en ambos rostros.
-A veces me pregunto si todo esto vale la pena... -comentó Harry al aire.
Pasó una arrugada mano por su escaso cabello. La poción polyjuice era un invento maravilloso, pero agradecía mucho más los complejos hechizos ilusorios a su disposición. Pensar que debía estar en esa piel en más de una ocasión...
Agg... ¡No!
Ya era suficiente con tener que soportar visualizarse a sí mismo en la figura de Lazarous Bell, como para sentirse en su piel...
Definitivamente no cambiaría los hechizos por las pociones.
Aunque en ocasiones las últimas eran más efectivas que los primeros.
-¿A qué te refieres? -tono calculador del experto en pociones.
Se encogió de hombros.
Además que Snape podría atar cabos sueltos al verlo ingerir la misma sustancia cada hora.
-No estoy seguro si ésta es una buena idea -comentó en su ronca voz.- ¿Por qué no dejar que todos los que no sean lo suficientemente hábiles para escapar por sus medios, sean aniquilados o se pudran en Azkaban? No entiendo por qué debemos crear un plan de escape para tanta mierda andante... -negó con la cabeza.
-¿Preferirías que Lord Voldemort perdiera seguidores leales? -disgusto en su tono.
Harry rió.
No era común que el siempre controlado profesor reprendiera a un death eater colega.
Aún tenía un genuino interés en conocer más sobre las motivaciones tras esa frívola máscara que Severus siempre utilizaba. Al igual que él, el hombre no era muy sociable en la escala del Círculo. Los consejos de su padre se mantenían presentes en su mente.
¿Podría ser el hombre un traidor?
-Yo no lo vería como perder, sino como depurar -sonrisa oscura en el rostro del viejo.
Invocó el vaso de agua sobre la mesa y tomó un sorbo.
Mañana había examen de Ciencias Naturales. Aparte de no haber estudiado, estaba perdiendo valioso tiempo de sueño.
Bostezó.
Sin embargo, no tenía otra opción más que hallar posibles rutas de escape del callejón Diagón. La penetración al lugar, eso era lo fácil. Infiltración como magos normales, además de algunos transladadores en el momento preciso, y listo.
El escape... eso era lo difícil. Tarea delegada a Severus Snape y Lazarous Bell.
La salida involucraba batalla con Aurores, retirada masiva, y factores desconocidos de ese momento, entre otros. Se necesitaba de una vía rápida y sin obstáculos. No se podía utilizar transladadores para todos los death eaters, demasiada magia concentrada en un solo lugar al mismo tiempo podría causar catástrofes para sus fuerzas.
Añádele el hecho que los objetos serían detectados por los numerosos hechizos ideados para tal propósito a la entrada al callejón.
No. Sólo los que entraban con transladadores, podían irse con ellos. El resto...
Ese era el problema.
¿Cómo evacuar a los demás?
Tomó un profundo respiro, intentando ver las opciones presentes.
-Se necesita de gente mediocre que realice las labores manuales, Bell -comentó Snape en el silencio.- Si reducimos nuestro número, no tendremos el apoyo necesario para realizar operaciones arriesgadas como ésta -llamó también su vaso.- Este plan de retirada es importante para conservar los seguidores. No sería necesario, si cierta persona no tuviera estándares gigantescos para aprobar admisiones al Círculo -lo miró intensamente.
Harry conectó miradas. Su expresión seria.
¿Qué es lo que veía en ellos? ¿Odio? ¿Furia?
No.
Era control.
El adulto lo estaba tasando. Analizando.
Sonrió misteriosamente.
¿Acaso el death eater lo creía un traidor?
-Admito tener... cierta resistencia a nuevos death eaters -confesó.- A una parte de mí, no le agrada la idea de incrementar las fuerzas del dark lord, -dijo en tono de broma, una que no llegó a sus ojos.- mientras la otra quiere sólo la excelencia de sus sirvientes. Podrías decir que peleo un conflicto interno que no gano.
Sonrió cansado.
Parte de la verdad, al menos.
Lazarous rió maniáticamente ante su comentario.
A de creerle un loco por contarle eso... ¿Desde cuándo ha sido el tipo de persona de confiar sus problemas a los demás?
No era normal que de la nada se le dé por soltar información importante a un desconocido. Uno que no debía su confianza.
Peor aún.
Extraño, pensó mientras tomaba más líquido del vaso.
Un momento.
Severus era experto en cocciones...
Su corazón se detuvo.
Levantó rápidamente la vista.
-Ya veo... -murmuró su colega, expresión guardada en su rostro.
Lanzó el envase al suelo. Se puso de pie de inmediato.
-¡¿Cómo te atreves?! -furia en sus palabras.
Levantó su varita amenazando al mago.
El adulto se había levantado también, varita en mano y postura desafiante.
-No ha sido una dosis concentrada, Bell. Totalmente inofensiva... Sólo para afianzar nuestra amistad... -sonrisa maquiavélica en el rostro del hombre.
Harry luchó por controlar sus emociones.
-Juegas sucio, death eater -dijo con odio.
Ninguno de los dos hizo movimiento alguno, la tensión incrementándose a cada segundo.
Si Snape decidía atacarlo, él debía de estar alerta.
-¿Y así tengo que trabajar contigo? -rompió el silencio, voz sarcástica y ojos fijos en el hombre.- ¿Qué pasó con la confianza mutua?
-¿Qué confianza, Bell? -tono frío.- Somos death eaters, aquí no hay confianza. ¿O lo olvidaste?
Aquella era una de las primeras lecciones que aprendías dentro del bando oscuro. No debías confiar en nadie. Ni siquiera en los compañeros con los que estabas trabajando.
-Al menos no es veneno... -comentó burlonamente el death eater.
Severus sonrió de manera enigmática.
El niño tuvo que luchar con su temperamento.
Control.
Su padre siempre enfatizaba que éste era importante.
-¿Qué se puede esperar de un Slytherin? -refunfuñó entre dientes.
El adulto sonrió de manera más abierta.
-Entonces no eres de la serpiente... ¿en que casa estuviste, Bell?
Harry se mordió el labio. Por supuesto que NO iba a responder esa pregunta. No iba.
No lo haría...
Por más que la estúpida poción quiera hacer obligarlo a hacerlo...
No...
Ni siquiera debía pensar en ello...
Arrgghhh...
No podía mantener el control. Se le escapaba de las manos la razón...
-No he asistido a Hogwarts -finalmente confesó.
Severus asintió triunfantemente la cabeza.
-Por eso no figuras en los récords de la escuela... -murmuró.
-Y esta reunión se terminó -escupió Harry.
Huyó de la habitación antes que pudiera lanzarle otra pregunta que se vería obligado a responder con la verdad.
***
Lentamente recuperó la conciencia.
Evitó abrir sus ojos, intentando relajar sus tensionados músculos. Todo su cuerpo gritaba en dolor.
-Lo siento, padre -murmuró en una ronca voz, sus cuerdas vocales cansadas del extremo esfuerzo bajo la cruciatus.
Tambaleante y con un fino temblor manifestándose a través de sus extremidades, Harry logró sentarse en el suelo. Mareos y un increíble dolor de cabeza le trajeron el súbito movimiento.
Levantó sus párpados cuidadosamente.
La tenue luz de las ventanas lastimaban su vista.
Bajó la mirada al piso.
-¿Qué te he enseñado, Harry? -reprendió una dura voz.
Se mantuvo callado.
-Tienes mucha suerte que no haya sido veneno o peor... ¡Imagina si hubiera sido Veritaserum! ¡O un miembro de la Orden del Fénix! -incrementó su volumen.- No puedo dejar de decirte lo estúpido y descuidado que fuiste, muchacho.
El niño siguió con la cabeza gacha.
Su padre tenía toda la razón... ¿Qué si hubiera sido un enemigo mortal? Alguien que buscaba asesinarlo...
No hubiera tenido la oportunidad de sobrevivir.
Tragó saliva, tenía la garganta reseca.
-¡Demy trae un vaso con agua! -ordenó Tom.
¡¿Cómo pudo ser tan estúpido?! Y sabiendo que Snape no debía ser confiado...
Si hubiera sido Malfoy...
Escalofríos al barajar las posibilidades.
-Harry... -su padre suavizó su tono.
Levantó la vista, una expresión de extremo arrepentimiento en su rostro.
-Eres un chico listo, -dijo con orgullo- pero debes dejar de confiar tanto en la gente -reprendió dulcemente.- Ocasiones como éstas son pruebas innegables de la naturaleza humana. Es mi deber corregir tus errores...
Asintió subyugadamente.
-No quiero que termines muerto por razones tan estúpidas como ésta. Prométeme que serás más cuidadoso en el futuro.
-No volverá a suceder, padre.
Una sonrisa recorrió el rostro de Tom.
-Por supuesto que no. Crucio.
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Oh... Tan sólo un recordatorio de las prioridades de Voldemort... Como dije... No dejen que la visión dulce que Harry tiene de él les nuble la
verdad... Tom es y seguirá siendo Voldemort... Eso dudo que cambie... Sin embargo, he de aclarar que la única razón que Voldie hace esto es
para 'disciplinar' al niño... (no las mejores opciones que existen, pero...)
Bueno... Este capi ha tenido la finalidad de exponer la creciente soledad de Harry... (eso de no tener amigos y estar hundido hasta el cuello de "trabajos", pues como que le afecta un poco, eh? ^^;;) Además de cómo es que el niño lleva el conflicto de vida muggle, vida... ummm... mágica (oscura).
En fin... Con esto concluyo los 9 años... (si, lo sé, un corto año... ¬¬ Pero todas quieren que llegue ya a Hogwarts, no? ^.-) y el siguiente año
tendrá muchos flashbacks y conversaciones sobre Hogwarts... (o eso es lo que se supone que habrá... ^^;;) |
