Agradecimientos
Nekocha: Que video de D/H? O.o Ese que dicen "We love each other?" ^^;; Enferma! Una cosa es pensar en los personajes metafóricos de HP, y otra muy diferentes es pensarlo con los actores o.O Rara.
bunny1986: Oh, si. Harry se está dando cuenta de muchas cosas. Veremos como continua el muchacho.
kaT-rLz/fAnAtIc: Tu tiito Voldie? ^^;; No estoy muy segura que a Tom le agrade esa denominacion. No te preocupes que aca yo estoy cuidando de todo el mundo (o al menos eso intento)... claro que no puedo evitar hacerlos sufrir... jajaja. Me encanta hacerlos sufrir asi ^^;;; Sobretodo a Voldemort... es un personaje TAN dulce para torturar. Me alegro que te guste la historia. Con suerte, el siguiente capitulo sera el final ^.-
Caroline_R: Me alegro que hayas sentido la tension en la escena con Sirius. Para serte sincera, yo tambien la senti cuando la escribi. Es por eso que escenas tensas no me gusta revisar... como que me acuerdo todo lo que me costo hacerla... Sin contar el hecho que yo en ese momento estaba en la mente de Harry y todo lo que le pasaba a el, tambien me pasaba a mi T-T (Quizas ahi esta la contra para no hacerlo sufrir tanto...)
Mystyc Death Eater: @.@ Leerte a veces me causa mareos... jajaja. Es que hablas con tanta jerga en una misma oracion... Ya me debo imaginar como hablaras en persona (no que te este incriminando eso, yo tambien hablo mucha "peruanada"). Me alegro que te caiga bien mi enamorado, hoy 4 de noviembre es su cumpleaños ^^;; Sigue leyendo el fic, que no me voy rendir de terminarlo. Ya falta (espero) solo un capitulo mas.
franga: Habra que ver que es lo que decide Harry. A veces me sorprende este muchacho. Sobretodo porque a veces dice que va a hacer algo, y no tengo luego la menor idea de que hacer con la trama porque al parecer a el no le importa atenerse a mis reglas ¬¬ Harry es un personaje problematico cuando lo empiezas a alejar del lado de la "luz". Y sip. Acertaste con lo que la Sombra (aun no le he puesto nombre) le pidio a Voldie a cambio XD El quinto libro me decepciono en parte... Sentia que era como leer un gran fanfic. Hmm... quizas sea mi opinion personal, o es que leer tanto fics malogra a uno el disfrute del original... Ya cuando lo termines (si no lo has hecho ya), sacaras tus propias conclusiones. Personalmente, senti que al final le falto fuerza...
Lord Izan Gorlemoon: Yo tampoco estoy con computadora ahorita. Estoy en una biblioteca publica en Texas o.O (Si, SIGO de vacaciones!). Yo tampoco me imaginaria lo de tu nombre. Yo tambien ansio el momento en que Harry manda al diablo a todo el mundo y dice "A la mierda con las apariencias" XD (Psss: Crees que eso suceda?)
Chi-san: Yo ya le puse "velita" por haberlo tenido mas de un año escribiendolo ^^;; Creo que al principio si escribia muy seguido, pero luego cuando la flojera ataca... Jajaja, nada se puede hacer. No te preocupes que ya lo voy a acabar. Falta solo un capitulo (espero). No creo que pase de este año... (aunque nunca sabes).
Silk: Respuesta: Recemos para que Harry no mate a nadie ^^;;; Me alegro que te guste... esta algo larguito, no? :D
Luna: Se que me tardo en actualizar... la vida real molesta mucho T-T Espero que no me demore (demasiado) para el siguiente capi.
Lucil: Se hace lo que se puede, Lucil. Espero que acabe el fic pronto, porque (en eso si tienes razon) ya mucha gente esta que me dice que lo acabe de una vez (o me preguntan si es que voy a abandonar la historia. Ahorita estoy de viaje en Dallas, una visita a unas tias por aca. Asi que no he podido avanzar mucho del fic (aparte de lo que ya he tenido escrito), por lo que he partido el capitulo en 2 (el siguiente se supone que es el final). Espero que la vida real te trate bien... por lo que parece, las cosas mejoraran para mi ^^;; (al menos eso espero).
Lady Amaris Moonless: ^^;; Actualizo, actualizo. Espero que les agrade este capitulo.
Randa1: O_O Gracias por enviarme un review tan completo. Espero que te hayas mejorado (que eso de tener tanto tiempo para leer toda la historia de un jalon, ha de ser barbaro). Concuerdo contigo. Odio la actitud del Harry del 5to libro... muy estupido parece. Esa que grita "Soy un estupido e ingenuo muchacho que ruega que Voldemort me encuentre para matarme." Digo... el chicho ya tiene 15, no? No se supone que deberia tener MAS juicio? Creo que Rowling deberia de haberle dado una personalidad mas dura. Suena como un chico de 13-14 años. Exacto! Me has leido la mente de por que he hecho a Voldemort "de esa manera". No es que le quite el "lado malevolo", es que solo he mostrado un lado de el que no se ve en los libros... (Voldemort se ha vuelto mi personaje preferido gracias a este fic ^^;;) Chica, has leido mi mente sobre el asunto que comentas del segundo libro. Claro que del dicho al hecho hay mucho trecho, y de misterio ya no es misterio... Tengo problemas para mantener la intriga, verdad? Ah, ni modo. Soy predecible ^^;; Sobre los Dursleys... jajajaja. Es uno de mis capitulos favoritos... lo unico que ahi me da pena es Harry que se la paso de ingenuo la mayor parte del capitulo ^^;; (ya quisiera poder matar a los Dursleys de nuevo XD) *risas* La manera en que pones a Sirius... sin duda me lo imagino asi. Aunque es una pena que no escriba desde su perspectiva, (mucho drama, mucho angst, eh?) Sobre lo de los asesinatos estrategicos... No te preocupes que los Weasleys no tienen nada que ver en ello (aun). La varita que Harry tiene de repuesto no es de Longbottom. Esa fue solo una de las varitas que habia en el monton (y que no funcionaban). Sobre lo de Remus, tienes mucha razon ^.^ (Aunque te daras cuenta que ahora sus preocupaciones seran un tanto desviadas de Harry) Las pequeñas serpientes fueron una invencion del capitulo en que aparecieron ^^;; No estaban planificadas para nada (y en eso, asi ha sido mas de la mitad del fic). Si hago una secuela, no te podria decir que pareja tendra Harry ^^;; Aunque Draco siempre me ha pasado por la cabeza (aunque sea para molestar al rubio XD) Mi pareja favorita es Tom/Harry... (aunque este fic no tiene ESE slash ^^;;) Sin duda sera interesante ver como Severus le grita a Sirius "Te lo dije!!". Sin comentarios sobre el plan de Lucius... Es una de las cosas que al parecer el personaje no me quiere decir ¬¬ Creo que mas bien tiene que ver con la situacion de Sirius en este capitulo, pero no estoy segura... *sigh* Odio que me oculten cosas estos personajes T-T Lamentablemente, Fujur tiene poco tiempo en la actualidad ._. Asi que cualquier proyecto que tengamos juntas correria MUY despacio. Yo tampoco tengo internet, ni siquiera computadora en estos dias... asi que es un tanto dificil hacer algo :( Espero que las cosas mejoren. Gracias por tu review ^^ * Paralelismo con Triddle? XD No solo logre eso, sino que mira: A pesar de haber cambiado el hecho que Harry no tiene como enemigo a Voldemort (ni como aliado a Dumbledore), el resto de relaciones con los demas personajes es casi parecido al del canon. Malfoy sigue siendo una molestia para Harry. Harry sigue llevandose mal con Severus. Lucius aun es una figura mal vista a sus ojos. Ron y Hermione aun son sus amigos. (Bueno, no pude meter a Hagrid aqui... pero que mas da?) Me parece interesante como Harry, a pesar de haber "cambiado de bando", continua teniendo los mismos "enemigos" (o al menos en parte...) Aunque el paralelismo con TR no es tanto asi ^^;; O no lo veia asi. Quizas si me explicas mas tu punto, te pueda entender ^^;; Saludos a tu amiga, y gracias por seguir leyendo!
Aspy: Jajajaja!! Sip. Paranoia mia. Dejo de actualizar por mas de mes y medio, y pretendo acabar todo el mismo dia cuando te lo envio ^^;; (incluso en este capi tambien dicta ello). Hace un rato no mas que abri el beta, y el archivo que me enviaron mis padres para poder hacer una comparacion y editar "a la volada" para poder publicar. Como notaras, Irais, no puse la parte de Zas aun. Tengo que pensar bien ese pequeño problema que hay y como lo resolvere. Tu idea es muy buena, ahora solo debo buscar las excusas correspondientes XD Mi ser ignorante... No entiendo: "Quien es colosio?" o.O A que viene todo este rollo?
Luthien: Sigo ^^;;
Andy Potter: Solo falta un capitulo mas ^^;; (claro que si tomas en cuenta que para cada capi me demoro como un mes...)
natalia: Harry no es cristiano/catolico. Asi que me parece perfectamente normal que reemplazara todas sus aluciones a "Dios" con la "Diosa", puedes tomarlo como su clamo a una divinidad. Hmm... algun dia tengo que hacer ese fic religioso ._.
De Oportunidades Perdidas
De Planificaciones y Heridos
(Se acerca el final ^o^)
O al menos espero. El siguiente capi deberia contener el final ^^;;
>Portkey = Transladador
>Fat Lady = Dama Gorda
Estaba inquieto.
Era un torbellino de emociones confusas el que se precipitaba hacia él. Una pequeña nave en plena ira de los dioses, aplastada bajo la poderosa fuerza de una tormenta incontenible... Inacabable.
¡Por Salazar Slytherin! ¿Acaso no había aprendido a controlar su lado mortal?
Su punto más débil: su humanidad, se había alzado para maldecirlo intensamente. Una feroz batalla interna que Voldemort sabía, jamás podría vencer.
Jamás.
Y eso era lo que más le dolía. El hecho de saber que Tom Riddle aún mantenía una firme postura sobre sus decisiones. Dominaba desde las sombras, mas el efecto era el mismo. Por más que intentaba hacerse la idea de perder al niño, de rendirlo ante sus necesidades... Tom Riddle apretaba su corazón.
Condenada debilidad.
Lord Voldemort era incapaz de dar lo único que se le pedía para obtener su deseo más profundo: Su hijo.
¡Maldición! Ni siquiera era su hijo. Sólo lo había recogido. ¡Utilizado! ¡Educado! ¡Vestido! ¡Protegido!
...No. Eso no fue lo que quiso decir.
Suspiró agotado. El remolino continuaba agitándose en los confines de su mente, absorbiendo todas sus energías.
Se estaba engañando, finalmente admitió. Ya lo había dicho antes. Nunca podría sacrificar a Harry Potter. Ni hoy, ni el año próximo, ni el siguiente. Simplemente no podría. Su conciencia (maldita sea, lo que quedaba de ella) no se lo permitiría. Esta lucha entre Tom y Voldemort tenía un claro vencedor.
El niño Potter.
Entonces, si lo sabía... ¿por qué continuaba debatiéndolo?
Sólo por una razón: debía confesarse a sí mismo qué tanto quería a Harry.
Y mientras esas emociones humanas irracionales se lo decían, no pudo el evitar recordar la primera vez que Harry obtuvo el control sobre la imperius. Cuando el Parsithel comenzó a formar parte de su vida, cuando Nagini decidió proteger a esa criatura, cuando lo inició con orgullo en el Círculo de las Sombras, cuando el odio hacia los muggles se convirtió en un asunto familiar, y los celos que aún le carcomían las entrañas sobre Sirius Black.
La debilidad ya estaba inmersa en su piel, contaminando sus objetivos... tan sólo hacía falta saber qué tan patéticamente bajo había caído.
¿Qué sería lo más valioso que él sacrificaría por su hijo? Efectivamente... ¿Hasta qué punto planeaba caer?
La furia se evaporó cuando llegó a su respuesta.
Es MI hijo.
El Dark Lord estaba en serios problemas.
*
-Ahora, Harry... Es muy importante que nos relates lo que sucedió, ¿está bien?
El niño asintió, el rostro de Dumbledore presentaba una cálida sonrisa, pero sus ojos eran fríos y calculadores.
-Dentro de Hogwarts...
-Alastor, por favor. Harry necesita descansar, agradecería que esto fuera lo más rápido posible.
Sirius apoyó una consoladora mano sobre el hombro del muchacho, intentando transmitirle toda la seguridad posible.
-Por supuesto, Remus -asintió el ex-auror.
-¿Qué sucedió? -inquirió el vejete.
El niño negó la cabeza, como si los recuerdos fueran demasiado para recordar imágenes claras.
-Me sentía mal en la cena. Tenía sueño y un pequeño dolor de cabeza... creo que estaba mareado -dijo sinceramente.- Así que me retiré temprano, eran las ocho, me acuerdo haber pensado. La verdad es que caminaba distraído, pensando... -suspiró dramáticamente.- Cuando de pronto salen estos enmascarados death eaters de las sombras... creo que había una serpiente con ellos, pero no estoy seguro.
-¿Una serpiente?
Los rostros de sorpresa eran visibles. Harry asintió, inventando su historia mientras hablaba.
-Yo no estoy seguro. Las maldiciones...
Fingió un tímido escalofrío, mientras bajaba la mirada a sus sábanas blancas.
A esto, Dumbledore levantó la vista a la enfermera.
-Detecté rastros de la Cruciatus, así como una intensa actividad de Artes Oscuras... Sin mencionar el pequeño Portus del portkey, aunque era tan débil que...
"...en comparación, deben de haber sido muchos los conjuros de Artes Oscuras, Albus." Prácticamente podía oír Harry en su mente.
Remus carraspeó su garganta, haciendo recordar a los adultos que la víctima en cuestión, aún se hallaba en la sala.
Harry ocultó una sonrisa burlona.
Sí, claro. Traumaticen al pequeño haciéndole recordar el gran sufrimiento al que fue sometido.
Pompfrey tuvo la decencia de sonrojarse, avergonzada.
-¿Qué más sucedió? -inquirió Moody ante el encontrado silencio.
-Me golpearon con la Cruciatus, y en la primera oportunidad que tuve, escapé hacia Sirius -finalizó con el tono de alguien que quiere terminar de hablar antes que lo interrumpan.
-¿No viste nada más? ¿Nada en absoluto?
Negó la cabeza callado.
Otro rato de silencio mientras cada adulto consideraba los "hechos".
Y la falta de detalle.
-La serpiente explicaría los cuerpos encontrados -murmuró Remus.- Si Voldemort enviara a una de sus mascotas, o incluso a Nagini...
-El Dark Lord no soporta fallar sus planes -asintió Moody.- Los asesinó para no dejar posibilidad de descubrir sus artimañas.
-Deben haber grandes planes cocinándose, entonces -suspiró Sirius.- Pero, ¿qué tendrían que ver con mi ahijado? ¿Y cómo entraron a Hogwarts?
Harry se había limitado a mirar de uno a otro, intentando seguir el hilo de la conversación, y empujarlo en el lado equivocado si existía la necesidad. Fue en uno de esos barridos que dio a parar con la atenta mirada de Albus Dumbledore. Los ojos celestes cristalinos lo analizaban expertamente, enviando escalofríos por su columna.
Esos iris lo ponían nervioso.
Era como ver la muerte al rostro.
-Señores, -finalmente desvió su escrutiñadora vista- ¿por qué no dejamos al pequeño Harry descansar y seguimos esta conversación en mi oficina? Ordenaré té y galletitas.
El vejete sonrió cándidamente, aunque a Harry no se le pasó la mirada de soslayo que le dirigió.
Sirius y Remus abrieron la boca para comentar algo, cuando el Director agitó una mano y los calló.
-Lo sé -asintió paternalmente.- Quédense con el niño. Acompáñenlo. Hablaremos más tarde. Poppy, -se dirigió a la enfermera- no deberé mencionar que nada se menciona fuera de este momento, ¿verdad?
-Por supuesto, Albus -tono cómplice.- Aquí no pasó nada.
Con un "Convoca a la Orden, Alastor. Hay muchas cosas de qué hablar," ambos hombres se retiraron de la habitación.
Al cabo de un tiempo, Pompfrey también anunció que iría a revisar sus otros pacientes, aunque a Harry más bien le pareció que estaba ofreciendo privacidad familiar o algo semejante.
El cuarto regresó al silencio.
Madame Pompfrey no le permitiría regresar a la actividad de su vida diaria sino hasta sentirse segura de que estaba completamente curado.
"¿Curado de qué?," se acordó de haber preguntado en una ocasión.
"Del trauma mental, por supuesto," fue la experta respuesta respaldada por sus tíos.
Actuaban como si fuera un retrasado mental.
Había intentado convencer a los aurores que estaba bien, que nada le iba a suceder. Además que ellos tenían tareas mucho más importantes que cuidar niños. Sin embargo, Sirius y Remus no quisieron oír sus excusas, justificando que se encontraban investigando el atentado a su vida.
Ahora, Harry Potter, desafortunado blanco del Dark Lord, estaba siendo vigilado de cerca en la forma de un padrino paranoico y un licántropo preocupado.
Aunque no había duda que aquello tenía sus ventajas...
"¡¿Eres un animago?!"
No era sorpresa entonces las escapadas maestras de las manos de Voldemort.
Para gran disgusto de su padre.
"Impresionante, ¿verdad?"
Hmm...
"No sabría decir, Padfoot. Digo, con dos patas dañadas no eres tan imponente..."
Risas.
"Moony, no alientes al muchacho, por favor."
"Pero tienes que admitir que tiene razón."
"¡Por supuesto que la tengo! Y ahora, ¿qué me han traído?"
"Sigue igual a su madre..."
"¿No es encantador?"
"¡Que no lo alientes!"
Más risas.
Harry tenía que confesar que cierta parte de él se sentía orgulloso de su padrino. Era un sentimiento cálido y dulce el que se había apoderado de su corazón, y aunque parecido a lo que sentía por su padre, éste no era opacado por la sombra oscura de Lord Voldemort.
Perturbador, era.
Una infinita gama de grises que oscilaban constantemente frente a sus ojos.
Comenzaba a temer estos pensamientos dudosos en su mente. Sobretodo porque le otorgaban una perspectiva diferente del mundo. Estaba siendo expuesto a ideas contradictorias, y en un grado casi inconsciente, Harry sabía que llegaría el momento en que debería escoger.
Y no era porque pensara traicionar a su padre.
No. Era lo inverso...
No estaba seguro de poder traicionar a Sirius.
*
El sonido a sus espaldas lo sobresaltó inmensamente, y auto reflejos hicieron su aparición. El Avada Kedabra salió de sus labios antes que su mente consciente se diera cuenta que lo estaba soltando.
Desde su perspectiva, el brillo verde avanzó con lentitud hacia su blanco. Demasiado lento, y sin embargo, demasiado tarde.
La expresión confusa de Harry Potter fue lo último que vio antes que el mundo estallara en millones de pedazos y la realidad regresara con una expresión irónica que osaba burlarse de sus sentimientos.
La maldición asesina se evaporó en el aire al momento que impactó con Nagini, dejando a una curiosa serpiente detrás.
Ella también tenía una sonrisa burlona.
¿Cómo se siente hoy, Amo? -le echó más sal a la herida.
Voldemort dejó su posición en la ventana para tomar asiento en uno de los sillones del amplio estudio. Ordenó a Laere traerle algo de comer y a Demy pidió un espejo. Estaba seguro que su aspecto no era el más impresionante. No había podido descansar desde que regresaron de ese condenado lugar, dos días y medio atrás.
Y hoy tenía una reunión con su Círculo de Sombras.
¿En qué te puedo ayudar, Nagini? -tono frustrado.>
La serpiente sonrió tiernamente, dirigiéndole una mirada de comprensión antes de olfatear el aire y decidir continuar malográndole la vida.
Me pregunto a qué hora Harry visitará... ¿Qué es lo que planeas decirle?>
La reptil se deslizó hasta su lado, alzando su cabeza con una chispa sardónica que por un momento le hicieron desear que Salazar Slytherin hubiera dejado un método para acabar con la condenada Nagini.
Sin embargo, sólo suspiró agotado.
¿Pretendes que le diga algo?>
Nagini sonrió.
Depende de cómo se dé la situación, mi Señor -siseó en un dulce tono.- Estoy segura que todo es mejor dejado a su elección. Su sola decisión.>
Demy trajo el espejo y una bandeja con la cena caliente, para luego desaparecer sin pensarlo dos veces.
Voldemort cogió el espejo tentativamente, consciente que Nagini esperaba una respuesta que él no daría en ese momento.
Su rostro era perfecto. No tenía ojeras, ni siquiera arrugas. Nada reflejaba toda la tormenta de fuerzas que existía en su interior, y por eso, hasta Tom estaba complacido. Sus ojos habían adquirido un tinte más intenso, si aquello era posible, y con una sonrisa maliciosa, volvió a dejar el cristal sobre la mesa seguro que su mirada pondría a más de uno de sus confiados death eaters en alerta máxima.
Voy a adelantar el ataque, Nagini. Navidad es una época muy estereotipada, ¿no te parece?>
La serpiente se enrolló sobre sí misma, clara curiosidad e interés en ella.
Quizá esté cometiendo un error, mi Señor -continuó formalmente.- Va a ser muy difícil un ataque a gran escala en Hogsmeade si es que decide acortar los pasos.>
Voldemort se permitió mostrar una sonrisa divertida.
Es precisamente por eso, querida Nagini -hizo una pausa, cogiendo sus cubiertos de plata- la razón por la que no me centraré en Hogsmeade.>
La reptil levantó la cabeza inmediatamente, expresión sorprendida.
¿Es que acaso...?>
Una corriente de adrenalina se abrió paso en los presentes, sellando futuras oportunidades de conversación para otro momento. Nagini se sumió en el silencio, adoptando una postura alerta escuchando a la distancia.
Tom, -dijo ella en un tono preocupado- Harry dice que no puede tomar forma por temor a que detecten el lazo psíquico. Prefiere mantener la comunicación al nivel más básico.>
¿He de suponer que lo tienen bajo estricta vigilancia? -se forzó a continuar comiendo.>
Así parece.>
Imagen, Voldemort. Imagen. Harry no podía saber los pensamientos que habían revoloteado por su mente. Ni siquiera que era un gran esfuerzo contener sus impulsos para no aparecerse en Hogwarts en ese preciso instante y reclamar lo que era suyo; su hijo.
Dice que agradece el regalo de cumpleaños, aunque yo sigo creyendo que algo con mayor estilo pudo haberse he... Está bien, Harry. Urge que me apure porque no tiene mucho tiempo.>
Voldemort levantó una ceja.
¿Es que acaso el mismo Albus se encontraba en su habitación?
Tiene noticias, Tom.>
Larga pausa en la que se mantuvo callado intentando mantener su ritmo de respiración.
Cuidate Harry -finalmente asintió Nagini.- No te olvides de llamarme, ¿si? Yo le digo, no te preocupes.>
Luego el silencio regresó.
El verdadero silencio. Uno en que reinaba el frío y la ignorancia. Donde no existía la fragante corriente de adrenalina para incentivar sus emociones, tan sólo el vacío. Soledad, el eco de la indiferencia.
Genial -anunció sarcásticamente la serpiente.- Contrólate Tom, en estos momentos me es muy difícil lidiar con tus emociones, las del niño y las mías simultáneamente -olfateó el aire, pensante.>
Voldemort ignoró la insolencia de su hermana, concentrándose en otros asuntos.
¿Qué dijo el niño?>
Que es lo que no dice más bien... -murmuró ella ominosa.>
Alzó una ceja y la serpiente suspiró cansada.
Dice que obtuvo un mapa detallado de Hogwarts y una capa de invisibilidad como regalo adelantado de navidad.>
¿De su padrino?>
Ella asintió.
Maldito hombre. ¡Con qué derecho venía a intentar comprar a...!
Eso no es todo, -sonrió maliciosamente la reptil- dice que descubrió algo importante sobre los aurores también.>
¡Pues dilo de una vez!>
Sirius black es un animago, Tom.>
*
El mapa era increíblemente útil, ¡era mágico!
Y lo decía en todo sentido. Podía saber en dónde se encontraba Malfoy cada segundo del día, qué ruta tomaba Severus cada mañana, cómo sorprender a los gemelos en una de sus bromas, y mucho más.
Increíblemente útil ya lo dijo.
Sin embargo, habían varias áreas no exploradas del castillo. Sobretodo la zona Slytherin, lo que no era para sorprenderse, considerando que había sido hecho por Gryffindors. El Mapa del Merodeador sólo ofrecía una pequeña superficie de lo que eran los calabozos, ni siquiera mostraba la Cámara de los Secretos, y además, los animales no aparecían en sus confines.
Excepción obvia era la Sra. Norris.
Supuso que eso era esencial, considerando que Sirius, Remus, James y el Traidor tenían que cuidarse del familiar de Filch con absoluto cuidado. Probablemente les tomó tiempo perfeccionar el reconocimiento de la esencia mágica de los animales, que era mucho más difícil de rastrear que la de un humano normal, y al final decidieron sólo agregar rastros conocidos e inmediatos como la de la gata.
Hmmm... Se preguntaba si eso podría perfeccionarlo... Aunque mejor empleaba sus energías en otro proyecto. Sirius y Remus podrían quitarle el artefacto cualquier día y se sorprenderían de las modificaciones.
Desafortunadamente el mapa no mostraba la ubicación de Albus Dumbledore.
*
-Aquí tienes.
Hermione dejó caer sobre la cama una torre de libros y rollos de pergamino que mecieron el colchón. Harry sólo se limitó a alzar una ceja.
-Estás perdiendo clases -respondió determinada la castaña.- Como tu amiga no permitiré que te quedes atrás. Así que me he tomado la libertad de prestarte mis apuntes, además de sacar algunos textos interesantes de la biblioteca que estoy segura... -continuó hablando sobre la responsabilidad estudiantil.
Una sonrisa débil se dibujó en el rostro de Harry. Una que era mitad burla y mitad satisfacción.
-Hey, -susurró Ron a su lado- intenté hacer que desistiera, pero ya la conoces... Se supone que debes estar recuperándote, no ahogándote en pergaminos amarillentos.
La sonrisa se intensificó.
-Gracias Hermione, te lo agradezco -asintió sinceramente.
Cogió un libro del montón ("Plantas Extraordinarias y sus Usos Extraordinarios"), fingiendo no ver a su amiga sacarle la lengua a Ron disimuladamente.
Me pregunto si habrán hecho una apuesta respecto a mi reacción.
-¿Cómo estás, Harry? -Ron cambió la conversación rápidamente, antes que Hermione se lanzara a darle uno de sus usuales sermones.
Se encogió de hombros.
-Estoy bien, Ron -dijo exasperado.- Es lo único que repito estos días. Si vieras como la gente me trata, uno pensaría que soy un enfermo terminal -giró los ojos.- Un poco más y Sirius camina de puntillas alrededor mío -cerró el libro y lo dejó a un lado junto a los demás.- Más bien, ¿cómo están ustedes?
Hermione tomó asiento a un lado de la cama.
-Si estás hablando de los rumores... -ella negó la cabeza.
-Todo el mundo quiere saber qué es lo que sucedió, Dumbledore no dio una explicación satisfactoria, parece. Y la prensa...
-Me lo imagino -confirmó Harry en un tono sombrío.
Dos death eaters muertos no eran algo que se debería tomar a la ligera. Sobretodo porque la identidad de los fallecidos podría descubrir mayores sospechosos del Circulo de Voldemort, e investigaciones eran necesarias. Y aunque él no se preocupaba por ello (su padre debió de haber elegido bien a sus atacantes), aún estaba el problema de la seguridad de Hogwarts en juego... Quizás al haberlos asesinado en terreno "sagrado" había incrementado el alto grado de hechizos protectores dentro de las paredes. Si era cierto, eso significaba que no sólo Tom tendría problemas para el ataque a Hogsmeade... sino que a la larga, él mismo había incrementado sus obstáculos con Albus Dumbledore.
-¿Sirius no te mostró los periódicos? ¡Deberías leer las barbaridades que comenta Rita Skeeter! -Hermione comenzó a rebuscar en su maleta, finalmente pasándole una copia del artículo de ese día.- Al menos no te menciona hoy...
Eso también me lo imagino.
Recibió el Daily Profet y dio una rápida lectura al titular.
"Los magos del mañana... ¿extintos hoy?"
Frases diversas saltaron a su vista.
"Y pensábamos que Dumbledore protegería a nuestros hijos..."
"...Hogwarts ya no es seguro..."
"...Voldemort acecha dentro de las frías paredes..."
"...Rituales de Artes Oscuras se practican en las sombras..."
"...Alumnos se quejan de extrañas pesadillas en las que son sacrificados..."
Que novedad, pensó aburrido.
-Ha logrado infundir pánico en la mayoría de la población, sobretodo a los padres de los alumnos... No ha sido más de uno que han sacado a sus hijos para transferirlos a otra institución. Eso fue antes de esta historia, ahora sólo me imagino que pasará...
No necesitó leer más para saber el tono del artículo.
-¿Rituales de Artes Oscuras? -se bufó- Lo más cerca que se llega a parecer es cuando los Slytherins entran a clase de Pociones.
El pelirrojo negó la cabeza.
-No sabría decirlo, Harry. Los Slytherins tienen todos los calabozos para esconder sus perversidades.
-Oh, ¿y desde cuándo eres experto en los Slytherins?
-Yo... -comenzó a responder Ron.
-No, no importa. ¿Les importaría decirme quién está cuidando de Saz y Zaos?
Se cruzó de brazos ante la expresión incómoda de sus compañeros. Urgía con la mirada que confesaran de una vez qué es lo que había pasado con sus mascotas en su pequeño "descanso".
-Errr... sí, verás... hicimos un sorteo cuando nos enteramos...
-¿Y?
-Pues a Seamus le tocó cuidarlas...
Entornó los ojos.
-¿Y?
El pelirrojo palideció un poco.
-Na-nada más, Harry -tembló su amigo.- Tan sólo pensé que te molestaría que él cuidara de tus mascotas, considerando que cuando las conoció...
-Lo mataré si algo les ha sucedido -declaró con amenaza.
-No lo dices en serio, ¿verdad?
Volteó a mirar a la castaña.
-¿Te parece que estoy bromeando? -intensificó su mirada.
Ella también palideció.
Uno, dos, tres segundos.
-Por supuesto que bromeo, Hermione -sonrió súbitamente, evaporando la tensión en el ambiente.- ¿O es que me crees capaz de asesinato? -sonrió con malicia.
-Claro que no -respondió un sonriente Ron.
Desvió su mirada.
Que poco me conoces.
*
Para fortuna de Harry, Madam Pompfrey se convenció de su estabilidad mental rápidamente. Así que con el permiso para regresar a su vida normal, comenzó a prepararse para abandonar la habitación en la Enfermería al día siguiente.
Lo que a su vez significaba que Sirius y Remus deberían regresar a su trabajo (Harry tenía la ligera sospecha que habría regresado ese mismo día si no fuera por uno de los aurores...).
-¿Estás seguro que estás bien? ¿Seguro-seguro?
-¡Por supuesto que lo estoy, Padfoot! -gruñó irritado- Es la cuarta vez que me lo preguntas, y es la cuarta vez que te digo que sí. ¿Qué pruebas necesitas? ¡No puedes enjaularme para tu beneficio!
Su padrino palideció, y un pequeño ataque de conciencia hizo que reconsiderara sus palabras.
-No puedes encerrarme en una burbuja de cristal, Sirius -dijo en un tono más dulce.- Algún día tendré que salir al mundo de afuera, guerra o no guerra -interrumpió al auror antes que hablara.- Y tan sólo recuerda que lo que no mata...
-Fortalece. Padfoot, el niño es más sabio que tú -comentó risueñamente Remus.
Sirius suspiró para luego extender una amplia sonrisa en su rostro.
-Sí, pues... Lily vive en él más de lo que pensamos, esa solía ser su frase muggle preferida.
-Junto con el "¡Sirius, si comes demasiados dulces se te picarán los dientes!".
Harry rió junto con sus tíos, y por un momento casi pudo ver a su madre regañando las escapadas nocturnas de su padrino a la cocina de Hogwarts. James estaría tras de ella sosteniendo una mirada No-debiste-haberte-dejado-atrapar y Sabes-que-no-puedo-hacer-nada-por-ti-date-por-muerto. Remus aguantaría sus risas y escondería el rostro tras su libro, sentado cómodamente en la luz de la chimenea. Incluso el traidor de Pettigrew se deslizaría cuidadosamente de detrás de Sirius y alegaría que no, efectivamente no lo había acompañado. Lo que sólo ganaría una mirada incrédula de su madre y las risas ahogarían el problema.
Riendo ahí con lo único que lo ataba a su familia biológica, Harry experimentó el calor de hogar. No era tan tenue que apenas podía distinguir su presencia, ni era tan grandioso que los celos destruían todo. Tampoco estaba escondido, ni había que interpretar detalles en la conducta de uno para leer el verdadero significado. Todo estaba al descubierto. No había secretos, ni barreras. Así como no había palabras que intercambiar para sentir el momento.
Era paradójico el hecho que se sentía libre aún cuando Sirius lo sobreprotegía cuan figura de cristal. Estaba consciente que su relación con los aurores era más que respeto, era... cariño. Un afecto tan dinámico y natural que parecía correr por sus venas sin el más simple esfuerzo.
Ellos lo amaban y él, él...
Desearia tener una oportunidad...
Les ocultaba tantas cosas.
-Si yo... ummm... -sus súbitas palabras detuvieron el cálido ambiente, Sirius y Remus le prestaron completa atención- decidiera no vivir con mi padre, ¿ustedes...? -pausa- No, no. Olvídenlo.
Jamás podría dejar a Tom. No estaba mintiendo cuando le prometió completa fidelidad; gracias al Parsithel, era imposible que él se pudiera separar de su padre.
-Harry... -murmuró un serio Remus.
-No podría dejarlo -se defendió.- Tom también me quiere aunque no lo muestre, y además, él está tan solo... No tiene nadie que lo acompañe. Y aunque viva inmerso en su trabajo, y aunque no me preste mucha atención, y aunque, y aunque...
Cause tanto daño.
-Yo lo quiero ver feliz. Él merece ser feliz... tanto como tú, tanto como el resto. Abandonarlo sería traicionarlo... y traicionarlo no lo haría feliz. A pesar que no me necesite a su lado, debo estar ahí. Por si acaso, ¿saben? -conectó miradas con su padrino, lágrimas nublaban su visión.- Por si acaso...
Además mi presencia los pondría en peligro a ustedes.
Sirius no despegó los ojos de los suyos, su expresión tornándose tranquila y serena. Con unos pocos pasos se acercó a la cama, tomó asiento y susurró con suavidad:
-Eres un chico tan noble, por supuesto que él te necesita a su lado. ¿Quién no te necesita a su lado? Yo te necesito a mi lado. Remus te necesita a su lado. Hasta tus serpientes te necesitan a su lado -limpió las lágrimas con el pulgar.- Pero recuerda, todos te queremos ver feliz, Harry. Sí, tu padre también. Y no importa dónde o con quién vivas, mientras estés contento con tu vida, todo estará bien. Incluso si decidieras venirte a vivir con nosotros, estaremos maravillados con tu presencia en nuestra casa.
Asintió débilmente, lanzándose a abrazar al hombre frente a él.
En su mente este era un momento de despedida. Un adiós a la vida que pudo haber llevado. Una elección rechazada, y un camino más a un mañana incierto. Pues aunque Tom lo quisiera igual que estos hombres, su cariño jamás iría a igualar el de ellos.
Y Harry acababa de aceptar eso.
*
Los rumores lo seguían a donde quiera que fuera.
No sólo eran las miradas de los Hufflepuffs y los Ravenclaws... sino Slytherin y hasta su propia casa ponían dubitativas expresiones en su rostro. Harry detectaba que la lástima se intensificaba en algunas, en otras, el odio tomaba raíces. Asombrosamente, algunos de la serpentina Casa adoptaban un inusual respeto en su presencia...
Era todo muy confuso, realmente.
Más aún cuando Pfeil apareció ese día con el correo.
-¿Qué es eso? -inquirió Seamus (que por cierto, sí había cuidado bien a sus mascotas).
Harry se encogió de hombros ante la gran montaña de cartas que habían sobre la mesa. Le bastó abrir sólo un par para encontrar que eran de admiradoras que "compartían su dolor" o de reporteros que ansiaban les concediera una entrevista.
-Incendio.
Desechó el montón, salvo una.
"Hijo,
Noticia ha llegado a mis oídos (gracias a Alex), que fuiste víctima de una enfermedad en esta última semana. Desearía poder estar ahí para ti. No tienes idea de cuánto lamento mi ausencia en momentos importantes como éstos. Estoy seguro que en vacaciones podremos compartir mucho tiempo juntos.
O quizás antes... ¿Crees que a tu escuela le moleste si hago una visita sorpresa a sus instalaciones? Para comprobar la calidad de enseñanza y la infraestructura, creo que eso me tranquilizaría.
Cuídate hasta entonces.
Recuerda que te quiero,
Tom"
Las palabras de su padre corrían su mente. ¿Qué es lo que Tom estaba pensando? ¿Un ataque a Hogwarts? ¡¿Cómo?! Si se había pensado que Hogsmeade sería una perfecta base para atacar con tranquilidad el castillo, ¡¿cómo es que pensaba ir contra la escuela misma sin siquiera...?!
Esa conversación con Nagi era más urgente de la que pensaba.
*
¡¿Cómo que planea atacar el castillo?! ¡¿Está loco?!>
Eso es precisamente lo que muchos le han llamado, Harry. Y debo decir que estoy de acuerdo con ellos, Tom esta demente si piensa poder controlar el lugar con un solo maldito ataque. Si es que tú colaboraras desde adentro...>
Aún si yo asesinara a Dumbledore, ¡esto es suicidio! Hay una fuerza residente de aurores aquí, sin contar con las protecciones naturales del terreno, ¡o los refuerzos de Hogsmeade! Además que los alumnos de sexto y sétimo año son entrenados especialmente para la guerra.>
Suspiro.
Me gustaría ver que lo hicieras entrar en razón, Harry. El hombre está cegado con su objetivo, no creo que te haga caso.>
Ceño fruncido.
¿Qué es lo que ha sucedido para que cambie de planes?>
¿Aparte del asunto de Snape? Mucho. Pero todo en su mente, nada en la batalla actual.>
¿Cómo?>
Sonrisa cómplice.
Lo entenderás a su tiempo.>
*
Observó las posiciones en la mesa.
Lucius analizaba la situación seriamente desde su izquierda, Bartemius a su lado, distraía su atención mirando las sombras que se proyectaban en el techo, mientras Zelea sonreía ambiguamente a su derecha, junto a su esposo.
-Se preguntarán por qué los he reunido aquí hoy, señores -se levantó de su asiento, magnificando su aspecto.- Sin duda alguna, no fue para cenar en mi presencia, como lo han hecho -sonrió con burla, al igual que sus seguidores, quienes levantaron sus copas al aire.
Voldemort brindó con ellos.
-En un mes, atacaremos Hogwarts -dijo antes de beber y sin ceremoniosidades.
Sorpresa y silencio se elevó en el ambiente. Ninguno de los death eaters osaba contradecir a su amo, sin embargo, la duda era evidente. Zelea se atragantó con su vino.
-Mi Lord, ¿cómo planea llevar a cabo su plan? -parafraseó cuidadosamente Bartemius.
El Dark Lord sonrió misteriosamente. Sabía que titubearían del éxito de su empresa, a veces él mismo cuestionaba sus procedimientos... Pero era ahora o nunca, y el ahora era mucho más cercano que el nunca.
Sonrió maliciosamente.
-Hemos reunido información valiosa todos estos años, señores. Información que es hora de utilizar. Atacaremos desde dentro. Entraremos por los calabozos Slytherin, el lago y la Cámara de los Secretos.
Esperó unos segundos para que las noticias se asentaran. Cuando se aseguró que todos sus death eaters le prestaban atención, prosiguió:
-Gracias a hábiles seguidores, la entrada por los calabozos ha sido remodelada para llevar a la zona de los Huffepuffs, una treta que sin duda podremos utilizar para nuestra ventaja. Sin embargo, tendremos que buscar la entrada en el Bosque Prohibido, cuya puerta está protegida por una esfinge y diversos poderosos hechizos de la mano de Albus Dumbledore. La esfinge no creo que sea difícil de manejar... son los conjuros del viejo del que nos tendremos que cuidar. Bartemius, confío que tienes la inteligencia para derrotar a la criatura, ¿o me equivoco?
-No se equivoca, mi Señor.
Voldemort asintió.
-Asimismo, el lago de Hogwarts tiene una conexión con otra igual en el Bosque Amarillo, sin embargo ambas se encuentran custodiadas por los aliados acuáticos del Director, por lo que el recorrido puede ser un poco dificultoso. Pero nada fuera de tus habilidades, Nemon. Reúne a los más diestros en el agua y forma tu equipo.
-Así se hará, mi Lord.
-Y por último, la Cámara de los Secretos se puede acceder por el risco, aunque para ello alguien tiene que abrir la entrada desde el otro lado hablando parseltongue y cuidarse del basilisco que resguarda el ingreso. Pero confío que podrás dirigir las personas hasta la entrada, Lucius. Yo me encargaré de la abrir la puerta.
-Sería un honor, mi Lord.
-También atacaremos simultáneamente Hogsmeade, como distracción a nuestros verdaderos planes. Zelea, seguirás nuestros pasos iniciales, simulando los precisos detalles. Quiero que nuestro enemigo piense que seguimos con nuestro plan original, me temo que deben de haberse enterado más de lo superficial...
-Nada que no se pueda manejar, Señor.
-¿Comentarios?
-Desde el risco hay que cubrir una gran distancia, mi Señor -admitió Lucius.- Sin duda la empresa es más de un viaje de dos días.
-Esa es precisamente nuestra mejor entrada, Lucius. La mayoría cree que la Cámara es un mito, un cuento fantasioso de la época de los Fundadores, por lo tanto no va a estar guardada. Así que planear unas cuantas noches fuera en territorio enemigo no lo veo tan duro -agudizó su mirada.- Yo me encargaré que esa entrada esté abierta para nuestro ingreso, aunque con el basilisco las cosas podrían complicarse un poco. Salazar Slytherin le dio la misión de proteger celosamente la entrada de cualquiera que quisiera penetrar el castillo y no sé hasta qué punto pueda obedecer nuevas órdenes. Podría ser un aliado perfecto.
Los presentes asintieron. Cada uno de ellos confiaba que llegado el momento, las cosas estarían listas y dispuestas, así su Señor tuviera que destruir a la criatura.
-¿Cómo podremos contrarrestar los hechizos conjurados por Albus Dumbledore? -preguntó Bartemius- ¿Cómo los pasaremos?
Voldemort sonrió fríamente.
-Tengo la sospecha que Él es la Tierra.
-¿"Yo soy la Tierra"? ¿No es ese un mito perdido? -cuestionó asombrado Bartemius.
Esta vez fue Nemon quien respondió.
-En el caso de Hogwarts puede que no lo sea. La mayoría de las grandes familias tienen el mismo principio para el Señor de sus dominios, aunque el verdadero ritual ha sido perdido con el tiempo. Muchas lo conservan simbólicamente, pero casi nadie lo tiene en total conocimiento.
-Así es -asintió Zelea.- El Director de Hogwarts puede ser uno de los pocos que contiene el procedimiento completo, lo que le permitiría controlar los terrenos del colegio con mayor facilidad.
-Sin mencionar la protección -finalizó Voldemort en un tono serio.
-Él es la Tierra, ¿eh? -murmuró Lucius.- Con esta información, si asesinamos a Dumbledore...
-Eliminamos sus conjuros protectores -asintió Voldemort.- Lo que nos permitiría una entrada al castillo. Sin embargo, hay que considerar que aún existen los aurores, los alumnos, y los hechizos originales en el lugar... Sin mencionar que si mi teoría es incorrecta y Dumbledore no utilizó su poder sobre el territorio para sellar esas entradas... todo será igual.
Zelea bebió un sorbo de su vino.
-¿Qué hay con el ataque pantalla a Hogsmeade? -inquirió ella- ¿Hasta qué punto se simplificará por falta de tiempo?
-Seguiremos con nuestro plan original. Envenenaremos a su gente y cercaremos todas las salidas de escape. Aprovecharemos el hecho que nadie puede aparecerse ni desaparecerse por las barreras de protección. Hogwarts mandará apoyo al pueblo, y nos beneficiaremos de ello. La única diferencia está en que no nos prepararemos para batallar por la dominación del lugar, sino que solamente nos dedicaremos a ganar tiempo.
-¿Qué apoyo nos brindará Severus?
-Ninguna, Lucius.
Su expresión lo decía todo, el rubio asintió gravemente.
-Esto no será un trabajo fácil, mi Señor.
El Dark Lord elevó su copa al aire.
-La guerra nunca lo es. Brindemos por ello -sonrió ampliamente.
*
Imposible. Hacer cambiar de parecer a Tom era completamente imposible. Jamás había visto al hombre tan encerrado, obsesionado en algo y eso estaba diciendo demasiado. Se preguntó si sería justo perder a su padre en una empresa tan demente. ¿Atacar Hogwarts? ¡Irracional!
Nagini estaba en lo cierto, esta operación sería la última para Tom... para bien o para mal. Aquí se decidiría la guerra con todas las cartas sobre la mesa.
Se mordió el labio inferior.
Se preguntaba cuándo le ordenarían asesinar a Dumbledore. Juró que iba a lograrlo así le costara su propia vida, y tal como veía las cosas... sería de esa manera. Ninguno de sus concebidos planes poseía potencial para lograr su cometido sin ser descubierto en el proceso. Pero claro, eso no se lo decía a Tom. Su padre ya tenía suficiente con qué preocuparse.
Sólo le quedaba seguir creando una mejor estrategia.
-Me pregunto qué estará tramando.
-¿Quién? -comentó distraídamente.
Bajó de la nube en la que estaba volando para regresar al Comedor y terminar su desayuno tranquilo, antes que a Hermione se le ocurriera que debían salir corriendo a clase de Herbología.
-¡Malfoy! Harry, ¡Malfoy!
-¿Qué pasa con Malfoy? -preguntó estúpidamente.
Ron hizo un gesto de irritación y le lanzó unas cuantas hojuelas de cereal al rostro.
-¿Estás prestando atención? ¡¿Qué te sucede últimamente?! ¡Parece que no estuvieras sentado delante de mío!
Harry se encogió de hombros indiferente.
-Sé que Malfoy no ha bajado a desayunar aún, Ron. Pero, ¿qué tiene eso que ver con algo? Quizás sólo se quedó dormido.
Bebió un poco de su zumo de calabaza.
-¿Y qué hay con sus constantes tardanzas a clase? ¿O es que no tienen importancia tampoco?
Harry suspiró. Draco Malfoy era una de las últimas cosas que él tenía en mente en ese momento. ¿Es que Ron no podía dejar atrás su paranoia? ¿Tenían que pasar por lo mismo todos los días? Se volvía aburrido.
-No veo nada de malo con que llegue tarde a clase, eso sólo enfatiza el hecho que se cree demasiado superior para ser puntual. Nada fuera de lo común.
-Piensa lo que quieras, Harry. Pero ese muchacho tiene algo entre manos. Quizás te convenga prestar más atención a su comportamiento, por todo lo que sabemos podría estar planificando atacarte en la oscuridad.
¿Lo estaré subestimando?
Draco Malfoy hizo su entrada justo en ese momento. Se le veía diferente. Caminaba con pasos seguros y con una gran sonrisa burlona en su rostro. Mas lo que llamó la atención de Harry fue precisamente que el rubio conectó miradas con él, retándolo silenciosamente a...
¿A qué?
Quizás Ron lo estaba influenciando demasiado.
*
Se frotó los ojos con molestia. Este incienso siempre le picaba... no sabía por qué la mujer continuaba utilizándolo si se daba cuenta que él comenzaba a desarrollar una alergia a sus aberrantes gustos.
O quizás no se daba cuenta...
Maldita demente.
-Muy bien, Harry. El día de hoy regresaremos a la bola de cristal. Ahora, recuerda que no hay nada que temer... sólo relájate.
Suspiró visiblemente. No estaba de más seguirle la corriente a Trelawney, había descubierto que eso la ponía contenta a ella y eso le convenía. Personas contentas eran menos propensas a darse cuenta que algo andaba mal.
Dirigió la mirada al cristal donde una nebulosa niebla se revolvía constantemente.
-¿Qué se supone que debo hacer hoy? ¿Lo mismo de siempre? -preguntó serenamente.
Moody se cruzaba de brazos delante suyo. Era obvio que a él le aburrían estos "entrenamientos" que tenía, seguro que preferiría que la media hora pasara rápidamente para así poder tomar control de la situación.
Harry sonrió internamente.
-Sí, dime que es lo que tu Ojo Psíquico ve -respondió la mujer en un tono místico.
Regresando su atención a la bola de cristal, dejó a su mente divagar. No era como si Trelawney pudiera leer sus pensamientos, ni como si importara lo que resultara de sus experimentos.
-Veo una... serpiente -inventó.
Aunque ahora que lo pensaba, sí parecía una serpiente. Sobretodo si ladeabas la cabeza de esta manera...
-La serpiente es... uh... negra. No, espera. Es roja.
La neblina se había vuelto carmesí. Un pulso brillante resplandecía en los confines del cristal y parecía crecer por momentos, hasta darle a la habitación una iluminación escarlata. Eso lo notaría hasta Moody.
-¿Sí? -dijo emocionada Trelawney- Ahora que lo mencionas, si parece un poco roja...
Harry levantó la mirada. ¿Es que acaso ella no lo veía?
-¡No retires tus ojos del objeto! ¡Vas a perder tu concentración! -chilló desesperada.
Con lentitud, regresó su mirada al artefacto. El brillo se había atenuado, pero aún daba a la neblina la tonalidad pasional.
¿Se preguntaba si Trelawney no había cambiado la tradicional Bola de Cristal por una versión distorsionada de una recordadora? La mujer podía ser capaz de ese engaño, todo con tal de continuar con su fraudulenta misión.
La "serpiente" dejó de existir para dar paso a un ojo. Bueno, no era un "ojo" en sí, puesto que le faltaban detalles... pero, ¿de qué otra manera podría llamar a esa esfera?
Un escalofrío recorrió su cuerpo. Cada momento nuevas líneas y curvas profundizaban la imagen.
El ojo parecía mirarlo con interés.
Con demasiado interés.
¿Quién eres? ¿Qué quieres?
El iris, increíblemente detallado para este momento, sólo parecía sonreírle en respuesta, burlándose de su ignorancia. "¿No sabes?", osaba reírse. "¿No sabes?", le repetía silenciosamente. "¿No sabes?", la mirada desafiaba.
No lo sé, ¡y deja de mirarme!
Con una burla final, el ojo parpadeó, desapareciendo en el vacío del espacio.
Quizás fue una alucinación. Aunque aún no se explicaba cómo sucedió. Y es que no podía ser una alucinación, una alucinación indicaría que estaba loco. Definitivamente demente. Pero tampoco podía haber sido real... Nunca le había sucedido algo igual en las sesiones con Trelawney. Usualmente consistían en él inventándose cosas semi-irreales basadas en su estado de ánimo para que ella dé su imaginación a volar. Las muertes y sombras siempre eran la mejor opción.
Cerró los ojos buscando descanso de sus pensamientos.
¿Era acaso pertinente que se preocupara por trivialidades con eventos importantes tan cercanos? A lo mejor era tan sólo su subconsciente jugándole una pasada, había que admitir que estaba comenzando a cansar a su intelecto en planificar lo no-planificable.
Y por centésima vez en la semana... Tom continuaba con lo mismo.
Mientras que una mirada penetrante de Moody lo obligó a recordarse que aún tenía que representar un papel para la causa.
*
...Sueño.
Bostezó.
Si hubiera reposado bien estos días, no estaría en tan deprimente estado. Pero faltaban tan sólo tres semanas para el ataque y mientras sus nervios crecían, su descanso se recortaba, las horas de clases continuaban... y simplemente no podía compensar todas las cosas.
La Profesora Sinistra lo amonestó ayer por su falta de atención (durmiendo) en clase de Astronomía. Felizmente la mujer era comprensiva y se dio el lujo de no presionar el tema. Sin embargo, si osaba hacer lo mismo en la clase de Transfiguración... odiaría pensar qué es lo que sería de él.
Además que hoy tenían la lección fuera del tradicional salón. Se hallaban en la entrada del Castillo, al aire libre. La primera clase básica de transmutación de vapores; era riesgoso encontrarse en un ambiente cerrado... mejor era tener amplio espacio para huir con anticipación.
-...esta simulada fragancia no tendrá efectos secunda...
Simplemente no podía concentrarse. Su mente se encontraba en letargo... Dio otro bostezo. Esperaba que McGonnagal no lo tomara desatento con una pregunta sorpresiva. Y no era que no se supiera las respuestas, era que de seguro le daría escasas pistas para saber qué exactamente es lo que preguntaba...
Miró de reojo a Hermione. Ella sí se hallaba alerta, hábiles apuntes y mirada atenta. Mientras que Ron se metía un dedo a la nariz, fingiendo entender todo lo que se decía y bostezando por ratos.
Harry evitó el impulso de reír.
Oh, no. McGonnagal se acercaba a donde él estaba sentado. Seguro que se le escapó una sonrisa... Presentía problemas.
Problemas. De repente, una inusual sensación se apoderó de Harry. Muy parecido a un portkey, y sin embargo, en lugar de sentir un fuerte jalón, se sentía más bien empujado.
Tan pronto como apareció, desapareció, dejándolo desorientado y mareado.
Unos gritos rápidamente se escucharon. Palabras ininteligibles llegaron a sus oídos. Y Harry se preguntó si había sido golpeado con alguna maldición que provocara confusión a sus sentidos, pues todo se volvió caótico en cuestión de instantes. Luchó por recuperar el control de sí mismo.
El grito sin duda lo ayudó.
-¡MINERVA!
A Harry se le detuvo el corazón.
Remus, en los tres segundos que habían transcurrido desde su uso del portkey (porque ahora Harry sí reconocía la sensación). Había conjurado una camilla, una en donde un malherido Sirius reposaba. Sangre manchaba sus rasgadas túnicas, sus ojos entreabiertos, y su respiración dificultosa.
Más voces se alzaron al aire, esta vez, proveniente de aurores que corrían hacia el lugar donde se encontraban.
-No hay tiempo que perder -gruñó el licántropo, dirigiendo la camilla hacia el castillo.- ¡Llama a Albus urgentemente, voy a ver a Poppy! -gritó camino a la Enfermería.
-Por supuesto -murmuró McGonnagal, dando instrucciones a uno de los aurores a llevar a los niños a su Sala Común de inmediato.
La mirada de la mujer se detuvo un segundo en Harry, intentando descubrir qué tenía que hacer con él. En un confuso mar de sentimientos, Harry no le dio oportunidad de tener una opinión al respecto. Se echó a correr tras su padrino.
Mente en blanco, sí eso era lo que tenía que hacer. Concentración. Control sobre sí mismo. Impasibilidad. Su padre al menos estaba bien... porque lo estaba, ¿verdad? ¡Concéntrate! Sirius... ¿qué sucedió...? ¡Contrólate! Sí, Tom estaba bien porque Nagini no había exclamado nada y si aún estuviera mal, no tenía por qué preocuparse por él, sabía cuidarse sólo... mientras que Sirius no.
¡Oh Diosa, lo voy a perder!
Intentó respirar profundo, llevar un ritmo más lento.
Por más que aceleraba, no parecía dar el encuentro a Remus... ¿tan rápido corría el licántropo?
¡El Mapa del Merodeador!
Sirius y Remus ya habían llegado a la Enfermería. Pompfrey estaba con ellos... al igual que Severus... y muy probable que Dumbledore también. El punto que representaba a la enfermera se movía frenéticamente por toda la habitación... al igual que Severus.
¡¿Qué estaba sucediendo?!
Finalmente llegó a su meta. Entró lo más silenciosamente que pudo, recuperando su aliento al mismo tiempo.
Efectivamente, Severus y Pompfrey se hallaban ocupadísimos en buscar pociones e ingredientes y conjuros y contra conjuros y hechizos estabilizadores y en localizar nutrientes y una burbuja enorme rodeaba a su padrino y Remus se hallaba en ella sosteniéndole la mano a Sirius, susurrando quién sabe qué cosas y Dumbledore no estaba pero llegaría pronto y nadie notaba su presencia pero eso le daba igual y el death eater traidor combinaba líquidos en una esquina y Poppy lavaba la herida y el tiempo era demasiado corto, se iba y Harry caminó hasta la burbuja, y otro auror entró en la sala y llegó Dumbledore y todos estaban en silencio, porque no había nada qué decir hasta que las cosas se tranquilicen y Moody hizo su aparición y Remus soltaba lágrimas al lado de Sirius y Harry temió lo peor y ¿por qué el tiempo corre tan rápido? Y Dumbledore se puso a su costado, confortándolo con un toque en el hombro y Sirius estaba perfectamente quieto, con los ojos abiertos y Poppy corría a traer otra cocción con la que lavar la herida y Minerva se unió a la escena, rostro ceniciento y el traidor y Pompfrey seguían corriendo de un lado a otro y Moody gruñó de impotencia y Severus murmuró que el veneno corría muy rápido que lo iban a perder y Dumbledore respondía que con paciencia todo se podía y Remus ignoraba todas las palabras y Harry quería lanzarle una cruciatus al traidor, a ver si así se entusiasmaba más por el trabajo y se dio cuenta que estaba temblando y Moody sugirió que mejor se llamaba a la Orden y Minerva se ofreció a hacer el recado y Remus seguía sollozando y McGonnagal dio una mirada atrás hacia sus pupilos y ella también tenía una lágrima pero eso no la detuvo y se retiró y Dumbledore le ofreció un pañuelo a Harry y Harry se dio cuenta que también estaba llorando y el tiempo seguía corriendo y corriendo y no se detenía y todo se desvanecía y de repente, Snape le dio una poción a Sirius, mientras Pompfrey vendaba la herida en su vientre y... al fin, todo se volvió más despacio, suspendiéndose.
Harry respiró profundo, limpiándose el rostro con el pañuelo en una mano, desgarrándolo con la otra. Un silencio lleno de tensión cubrió por totalidad la habitación, absolutamente todos a la expectativa de lo que iba a acontecer a partir de ahora. Todos los ojos se posaron donde Pompfrey.
-La herida curará a su tiempo, pero temo que tardará en el estado que Sirius se encuentra.
Dumbledore asintió gravemente, volviendo a mirar a sus aurores estrellas.
-Severus, es una suerte que estuvieras aquí... -intentó sonreír el Director- dime si lo logrará, ¿cuánto tiempo ha pasado ya?
El death eater tomó asiento en una silla, permitiéndose recuperar el control de sus emociones.
-¿En total? Han pasado ocho minutos. Cuatro desde que el Sr. Black llegó a Hogwarts. Presumo que activó el portkey de Potter en cuanto Remus le dio el alcance, antes de perder totalmente su cuarto sentido.
...¿Sentido? ¿Minutos?
Nagini.
-Bien Severus, ¿qué noticias nos tienes? -preguntó cuidadosamente Moody.
Severus suspiró.
-Albus, Alastor... Remus... -dirigió una mirada seria al licántropo- Saben muy bien que el antídoto lo conoce únicamente el Dark Lord.
No exactamente...
Harry cerró su boca antes que sus impulsos lo traicionaran más de lo que lo habían hecho.
-Sin embargo, con las investigaciones que he hecho pude crear una especie de... retardo al veneno.
-¿Qué quiere eso decir? -cuestionó con esperanza Remus.
¿Qué quieres decir?
-Que he suspendido el avance del veneno, pero nada más. A menos que hallemos la cura, el Sr. Black permanecerá en ese estado por... -se cruzó de brazos y cambió de tema.- La burbuja evita que su cuerpo se deteriore por el desuso, pero todo tiene sus límites...
-Severus... -murmuró Remus- ¿Cuánto tiempo tengo? -preguntó como si de su vida se tratase.
La mirada del death eater se suavizó.
-Hasta que halle el antídoto... pero si me demoro más de unos meses, quizás comiences a considerar que sería mejor dejarlo ir.
-¡NO PUEDO! ¡Es la única familia que me queda! ¡No puedo dejarlo ir! No si hay una esperanza...
El Profesor de Pociones asintió gravemente, dirigiéndose a la salida de la habitación. Harry ignoró la mirada que le lanzó el traidor, acercándose más a su padrino.
Minerva regresó en esos momentos, informando que la Orden estaba lista para comenzar en diez minutos.
Dumbledore asintió, al igual que el otro auror y Moody. Remus se levantó de su asiento y se limpió el rostro, para luego salir con los demás de la Enfermería.
Harry se quedó solo. Sólo con Madam Pompfrey y un Sirius vegetal.
Haz de estar contento, Tom, pensó con rabia.
¿Rabia de qué? ¿Rabia a quién? ¿A Tom por haber logrado lo que tantos meses se había propuesto? ¿A Nagini por haber seguido sus órdenes? ¿A Sirius por ser su enemigo? ¿O a sí mismo por... preocuparse por él, por no poder protegerlo? ¿Rabia a quién? ¿Rabia de qué?
Huyó de la habitación cuando regresó Remus, cinco minutos después.
*
En el aire las cosas eran más claras. Aunque a veces el cielo estaba arriba y otras veces abajo, el hecho era que si te soltabas de la escoba siempre caerías. Esa era una de las constante de la vida.
Las cosas siempre caen por su propio peso, metafóricamente.
Lo mismo no sucedía con las razones o las motivaciones.
Harry continuó sin dirigirle la palabra a Nagini, enroscada en su brazo izquierdo.
El gigante Hagrid vino a indicarle que Remus lo llamaba, mas él intuía que era una treta de Dumbledore o Minerva. Hace unos minutos atrás también se acercó Hooch a intentar persuadirlo ir a cenar, pero él no le hizo caso.
El aire de la noche era un calmante para sus rebeldes pensamientos. Aquí no era necesario pensar en una respuesta a sus preguntas, ni en idear planes para su futuro. Sólo necesitaba dejarse disfrutar de la faena de volar, un placer que le fue negado por tantos años.
Nagini respetaba su silencio, aunque le incomodaba enormemente. Había admitido morder a Sirius cuando el auror se hallaba desprevenido. El ataque lo tomó por sorpresa y le dio oportunidad a que un death eater lo atravesara con una espada. Harry se imaginaba que debía tratarse de Nott, nadie era mejor en encantar espadas que ese hombre.
La serpiente también admitió que Tom quiso aprovechar la ocasión para rematar al auror, pero que ella intervino, dándole cruciales minutos en los que Remus logró llegar hacia su compañero y éste último activara el portkey hacia su ahijado.
Por lo que es más, su amiga confesó tener conocimiento de los sentimientos de Harry hacia el auror y fue por esa misma razón que protegió a Sirius Black. Tom sin duda se hallaba furioso de haberlo dejado vivo, pero confiaba que el veneno de Nagini hiciera sus propios daños.
Para Voldemort, que Sirius se encontrara en coma era lo mismo que muerto.
Excepto que ahora ponía a Harry en una precaria situación. Después de todo, el Dark Lord no era el único que conocía el antídoto... y el niño se hallaba pensando en si sería correcto ayudar a su padrino. Si a los ojos de Tom, a los ojos de Remus, a los ojos de sus amigos, y a los suyos propios, se vería bien.
Tom quizás podría perdonarlo, quizás.
Remus le agradecería, sin embargo se preguntaría cómo es que obtuvo la fórmula.
Sus amigos pensarían lo que sea que Dumbledore y el resto pensara.
Y él... él no sabía que pensaría de sí.
Y si Sirius se recuperaba y conocía la realidad. ¿Lo rechazaría? ¿Lo perdonaría? ¿Lo despreciaría?
Si su padre no lo perdonara y Remus resintiera que ocultara la información que tenía al igual que Sirius... ¿dónde lo dejaba todo eso?
Completamente solo.
Y eso precisamente era lo que más temía Harry.
La soledad.
No a las torturas. No a las miradas hipócritas. No al odio. Ni al rechazo. Tampoco a la muerte, ni a la vida. Sino a la soledad. Al vacío que representaba el hecho que nadie lo quisiera, que nadie se preocupara por él. A nadie le importara. Nadie lo escuchara, nadie lo mirara.
Dime Nagi... ¿quién eres?>
La serpiente levantó la cabeza confusa.
Soy Nagini, creación de Slytherin y Guardián del Parsithel -dijo dudosa de sus palabras- ¿A qué viene esto? ¿Te sientes bien, Harry?>
El niño sonrió débilmente.
¿A quién le debes lealtad?>
Al amo del Parsithel -respondió ella, intuyendo hacia dónde se dirigía la conversación.>
Harry dio una voltereta en el aire a toda velocidad.
¿Y quién es ese dueño?>
El que hable parseltongue.>
El niño comenzó a reír cínicamente.
¡Precisamente! -dijo con una expresión de triunfo, aunque a la serpiente le pareció que era más de locura- ¿Y a cuál de tus dos dueños actuales le eres leal, le debes lealtad?>
Detuvo sus movimientos en la escoba. Estaba alto en el cielo, más arriba que la torre de astronomía, más cerca de las estrellas.
Oh, Harry... ¿es eso lo que te molesta?>
Respóndeme Nagi, por favor.>
A los dos dueños. Ambos cumplen las condiciones dadas por Slytherin, así que ambos son mis amos.>
Harry alzó a la serpiente hacia su rostro.
¿Y si ambos te dieran una orden que se contradice? ¿Si Tom te dice que vayas hacia la derecha y yo a la izquierda? ¿A quién harías caso?>
A ninguno -tono travieso.- Iría por el centro -sacó la lengua.>
¡Nagi, hablo en serio!>
La serpiente suspiró.
Es la primera vez en toda mi existencia que tengo dos amos, Harry. Sabes que el don de la Lengua de las Serpientes es muy raro. Mucho más aún tener a dos parselmouths unidos por el Parsithel. Dudo que la ocasión se vuelva a repetir con frecuencia. Sin embargo, no creas que no he pensado en tu pregunta... -Harry la miró expectante.- Y mi respuesta es simple: Haría lo que mejor me pareciera.>
¿Quiere eso decir que podrías desobedecer a ambos?>
Nagi rió.
¿Viste que cuando dije que iría por el centro es porque iría por el centro? -le dijo al oído.- Slytherin no me dio libre albedrío por nada. Para que yo obedezca completamente a un Amo, él tiene que ganar primero mi confianza y respeto. Y ambos califican en ello.>
Harry miró pensativamente a la reptil.
Entonces... -dijo con una mirada pícara- Suponte que yo te dijera que muerdas a mi padre, y él te dijera que me muerdas a mí... ¿qué harías?>
La serpiente negó la cabeza.
No lo sé.>
¿No nos desobedecerías a ambos?>
Depende de la situación, Harry. Estas decisiones no se pueden pensar con anticipación. ¿Tú pondrías tu vida en peligro para salvar la de Malfoy?>
No.>
¿Y si el hombre es el que tiene sostenido a tu padre sobre un precipicio?>
Harry giró los ojos.
Creo que has visto demasiadas películas muggle, no debí dejarte que fueras al cine conmigo...>
Eso podría ser cierto -sonrió Nagini.- Pero el destino es siempre curioso.>
Comenzaron el descenso. Lento. Lento.
¿Tom sabe lo de Sirius?>
¿Hasta qué punto tu lealtad es hacia mí?
No he llegado a decírselo.>
No lo hagas.>
Como quiera, amo Harry. ¿Entenderás que de pequeño lo hacía porque no eras capaz de cuidarte por ti mismo?>
¿En serio?>
¿Tom no te ordenaba que le dijeras todo lo que te decía?
Tu padre confía en ti, Harry. No te separes de nosotros, no nos separes. No lo soportaría.>
Y con eso, ella desapareció.
Sin embargo, lo que no desapareció fueron las dudas, la ansiedad, el miedo, el resentimiento, la impotencia.
La culpa.
Con los pies en la tierra, el tiempo volvía a correr. Lento, rápido, parecía no tener un ritmo fijo.
De regreso al castillo se cruzó con Draco Malfoy. Bueno, eso respondía la pregunta de Ron sobre cuál era el paradero del rubio en las horas de comida. Se hallaba sentado frente al lago, apoyado en un tronco y su mirada se perdía en el reflejo de la luna sobre la superficie del agua.
Había algo relajante en la imagen. Sin querer, sus pasos se dirigieron hacia ese lugar.
Draco jugaba con una pequeña pluma blanca en su mano derecha, un cuaderno reposaba abierto sobre su regazo.
-¿Qué haces Malfoy? ¿Poemas?
Curiosidad ante todo. La Diosa lo prive de entablar amistad con el mini-Lucius.
-No es de tu incumbencia, Potter. ¿Por qué no te retiras? Vas a terminar como tu padrino por inmiscuirte donde no eres bienvenido.
El insulto no le hizo el menor daño.
-Quizás...
Fue lo único que dijo antes de regresar al castillo.
*
Las cosas mejoraban, las cosas empeoraban. Se sentía como un pez atrapado en la corriente de las olas.
-¿Y bien? -preguntó curioso- ¿Quién fue designado?
La Rueda del Destino siempre tenía un humor muy irónico.
-El Ministerio pensó que Nemon haría un buen trabajo. Después de todo, Dumbledore no controla la institución y los aurores están bajo la jurisdicción del gobierno.
-Sin mencionar que nosotros somos tan dueños del Ministerio como lo es Dumbledore.
Voldemort sonrió ampliamente.
Sí, la Rueda del Destino tenía una personalidad muy voluble.
-¿Supongo que Remus Lupin fue visto con malos ojos por su licantropía?
Lucius Malfoy asintió, él también de muy buen humor.
-Así es. Pensaron que por ser una Criatura Oscura sería mal visto por la población. No había manera que sea la cabeza de los aurores. Y Alastor es muy viejo para querer regresar del retiro de la noche a la mañana. Se opinaba que se necesitaba sangre nueva, sangre joven.
-Y sangre les daremos, ¿no es así, Zelea?
La mujer sonrió, brincando al lado de su esposo.
-¡Esto es un símbolo, señores! ¡Una señal que los Dioses está con nosotros! ¿Qué opinas, Severus?
-La suerte no tiene nada que ver con esto, mi Señor. Fue su maestría sobre la política lo que nos ganó terreno.
Voldemort sonrió complacido.
-Regresa con Dumbledore, Severus. Mientras más cortas tus visitas, mejor. No quiero que sospeche de ti ahora que seguro comenzará una cacería de brujas. De todos los presentes, el que es más propenso a caer en sus trampas eres tú.
Severus hizo una reverencia silenciosa y desapareció.
Voldemort entornó los ojos.
*
El silencio era lo único que había en la habitación. Sirius fue trasladado a uno de los cuartos privados de la Enfermería, y Remus se había atrincherado ahí. Cada momento libre que tenía, Harry los iba a visitar. Era una escena deprimente la que mostraban, y Harry se preguntó por qué iba. ¿A verlos en su patético estado?
No. A decidir qué hacer.
Se había enterado que Remus fue rechazado para ocupar el puesto de Sirius, y por ello, Harry se alegraba. No porque Tom tuviera ahora ventaja con Lestrange en el puesto, sino que dudaba que el licántropo tuviera las energías para lidiar con tanta responsabilidad en tan corto plazo. No estaba listo para ello aún.
Remus era paciente con Harry. Por las tardes, le ofrecía al niño ayudarlo con su tarea y por las noches, Harry acompañaba a su tío a cenar en la habitación. Intentaba convencer al adulto que saliera un rato del cuarto, a tomar un respiro... no era como si Sirius se fuera a mover. Pero Remus negaba la cabeza y decía que en otra ocasión quizás.
De eso ya una semana.
Harry recordaba los efectos del veneno de Nagini; el frío, la impotencia, el conocimiento de lo que iba a suceder... pero por sobre todo, la conciencia. Estabas consciente en todo el proceso, de cuando te sumías cada vez más en lo profundo de la oscuridad. Tu mente no se detenía, no se paralizaba. Harry se imaginaba lo horrible que debía ser eso para Sirius, encerrado en una prisión de la cual no podía escapar. En la que no podía comprobar siquiera que seguía vivo.
Ese conocimiento lo carcomía por dentro.
Cuando Sirius despertase (si despertaba), lo que traerían de vuelta no sería ni la sombra del hombre que se fue. Ahora entendía las palabras de Severus, si no se actuaba rápido lo mejor sería dejarlo ir.
Pero si Harry hacía el antídoto... ¿qué sería luego de él? ¿Acaso Sirius lo aceptaría como era? ¿O Remus? No veía la manera de hacerlo anónimamente. La habitación estaba resguardada todo momento no sólo por Remus en su interior, sino por un par de aurores en la entrada. Y no era como si se llevara bien con Severus como para soltarle pistas indirectas de la fórmula.
Tom aún no le había mencionado el asunto de Sirius, aunque dudaba que no lo haya pensado. Le estaba dando la oportunidad de escoger, o se le había pasado mencionarlo por la gran excitación del ascenso de Nemon.
-¿Remus? -alzó la vista del libro en el que se ocultaba.
-Dime, Harry -una sonrisa cansada en su rostro.
-¿Qué tan difícil será hacer el antídoto? Sinceramente.
La expresión de Remus se volvió sombría.
-Eso depende. El Profesor Snape necesita muestras del veneno, y experimentación. Hmm... ¿quién sabe? Podría ser mucho, podría ser poco... no estoy muy seguro.
Lo suficiente para que Sirius no sobreviva.
-¿Y por qué no engañar a Voldemort para que te dé la fórmula?
Si se pasaba al lado de su padre, las cosas se arreglarían. Él podría interceder por el par. Y Sirius se hallaría bien, y lo que es mejor, del mismo lado.
El castaño sonrió débilmente.
-Voldemort jamás revelará el antídoto, Harry. Es una de sus armas más poderosas. Además, creo que Sirius preferiría morir a recibir la ayuda del Dark Lord. Es cuestión de orgullo y principios, sé que me entiendes.
Harry asintió, ocultando su desilusión.
-Tú no te preocupes. Las cosas serán como se espera que sean. Todo saldrá bien.
-Me asusta tu optimismo -murmuró ominoso.
-Esperanza... Es lo único que me queda. ¿Dónde estaría sin ella? -tono triste.- Si Siri me dejara... creo que no podría soportarlo. Enloquecería. Él era mi apoyo, así como yo el suyo -cogió la mano de Sirius.- Durante los años que te buscamos, Harry... Esperanza fue lo único que nos guiaba, a pesar de las opiniones de los demás.
-Pero se rindieron, Remus.
-Pero estás aquí -sonrió tenuemente.- Despreocúpate.
Pero no gracias a ti.
Silencio.
-¿La herida podrá sanarse con Sirius en ese estado?
Remus apretó más la mano.
-No. Necesitamos que Sirius despierte, el retardante de Severus también evita que su cuerpo se recupere. Imagínate como si estuviera congelado en el tiempo... algo muy parecido es lo que sucede.
Harry abrió los ojos.
-¿Incluso la actividad mental?
El adulto asintió.
-Pero sólo dura unos meses. Severus dice que después de dos meses, ya no hay garantía que Sirius alguna vez despierte... con o sin el antídoto.
Entonces...
*
La Sala Común Gryffindor era un lugar lúgubre. O al menos en eso se había convertido a raíz de la situación de Sirius. Muchos compañeros de años mayores se acercaron a manifestarle sus más sentidos pésames (¡pero si no estaba muerto!), y toda la Casa escarlata se vistió de "luto", al menos en actitud. Sirius había sido Gryffindor y según muchos, merecía ambiente de silencio y respeto. La chimenea parecía arder con menor iluminación y hasta los gemelos habían detenido sus bromas en la Sala Común (pero no en la escuela, decían que había que mantener a las demás Casas fuera de sus problemas).
Lo cierto era que las demás Casas también sintieron la pérdida, Slytherin la única impasible. Por un lado porque nunca se llevó bien con los Gryffindors (y mostrar empatía con ellos iba en contra de su código moral), y por otro porque Nemon Lestrange era Slytherin... Sin comentar que muchos apoyaban la causa de Voldemort y un auror menos era una pequeña victoria.
A Harry poco le importaba todo el lío social que movía el colegio en sus habituales interacciones. Nunca le importaron, y pretendía mantener las cosas así. Aunque ya estaba cansado de repetir que Sirius NO estaba muerto aún.
Un cartel en los Anuncios de la Sala Común lo sorprendió.
-¡¿Mañana va a ser el partido Ravenclaw contra Hufflepuff?! ¿Por qué nadie me avisó?
-Bueno... has estado un poco ocupado últimamente -respondió nerviosa Hermione.
-No queríamos irrumpir con trivialidades -comentó Ron.
Harry entornó los ojos.
-¿De casualidad han ensayado esta conversación?
-¿Po-por qué lo preguntas?
-Porque tú nunca te expresas así, Ron. ¿Qué han estado hablando a mis espaldas? ¿Es esta la misma razón por la que no me han dejado ver periódico alguno?
No que alguno dijera algo fuera de lo común.
-Harry, suenas paranoico. Detente -giró los ojos Hermione.- No te avisamos sobre el partido, porque has estado ocupado con Sirius y Remus últimamente. Pensamos que mencionarte el quidditch sería banal comparado con la grave situación de tus tíos, y que quizás te molestarías con nosotros sólo por traer el tema a colación. Sobre los periódicos... ya sabes que no hay nada bueno en ellos, ¿así que para qué perder tiempo leyéndolos?
-El mundo sigue girando, con o sin Sirius, Hermione. Sería idiota molestarme con Dumbledore por evitar que el partido se lleve a cabo. Sobretodo cuando es una distracción más de la guerra para el alumnado.
Era el hecho que se había involucrado demasiado con la situación de su padrino lo que lo aterraba. La sola sorpresa del partido era una demostración que no estaba prestando atención a lo que estaba sucediendo en Hogwarts. Aunque las interacciones no le interesaban, eso no justificaba que no se diera cuenta de ellas.
Podrían estársele escapando detalles... O peor; mostrando verdades.
Eso era preocupante.
-¿Por qué me pides permiso? ¡Por supuesto que debes ir! Lo menos que yo quiero para ti, Harry, es que te quedes encerrado como yo. Tú no te preocupes por Sirius en absoluto, déjamelo a mí, ¿está bien?
Harry sonrió. Estaba algo inseguro con respecto a acudir al partido... sentía que no sería justo ir sin pedirle permiso a Sirius. Sin embargo, Remus tenía razón. Dudaba que Padfoot no quisiera que se divirtiera aunque él no estuviera aquí.
-Ahora, ¡apúrate! ¡Sal! Creo que te están esperando.
-¿Qué dijo Remus?
-Que soy un idiota por demorarme tanto en llegar -sonrió tímidamente.- ¿Falta mucho para que empiece?
-No.
Hooch lanzó la quaffle al aire.
-¿Quién lo hubiera imaginado? -rió Ron.
-Fue una gran atrapada, Ron.
-Lo fue, Seamus. Lo fue. Pero, ¿empate? Ravenclaw tuvo mucha suerte para...
Un grito se escuchó.
Todos los de la Sala Común dejaron de hablar. Harry se levantó, y echó a correr hacia donde se escuchaban los alaridos de terror. Los gemelos y varios prefectos reaccionaron al igual que él. Los chillidos provenían de la habitación de las alumnas de primer año.
Aunque otros llegaron antes, sólo Percy había entrado en la habitación. Cuando Harry penetró el umbral, se dio cuenta de por qué.
Zaos estaba presto a atacar a Parvati, a quien tenía atrapada en un rincón de la habitación. Lavender, quien estaba en el otro rincón, era la que había gritado pidiendo auxilio, pues Parvati no se atrevía a mover un músculo.
-Nadie se mueva... -susurró Harry.
-Es tu serpiente, ¿verdad? -susurró en respuesta, Percy.
Harry asintió.
-¿Qué sucedió? -preguntó a Lavender en el mismo tono de voz.
Lentamente, Harry comenzó a dar pasos hacia Zaos. La serpiente no le quitaba los ojos encima a Parvati, ni ella a él.
-No lo sé, creo que Parvati la pisó o algo así... -sollozó ella.
-Lavender, cálmate, ¿está bien? Respira hondo, no alces la voz. No te muevas. Respira tranquila.
-Zaos... -susurró débilmente, poniéndose de cuclillas detrás de la serpiente.- Zaos... aléjate de la muchacha, ¿si?
-¿De veras crees que te entiende? -preguntó Percy, varita en mano- Podríamos aturdirla y...
-Si fallas, atacará a quien esté más cercano. Tómalo como último recurso, Percy.
Parvati comenzó a temblar, lágrimas cayeron de sus ojos. Lavender tenía problemas para respirar despacio, la chica jadeaba.
-Es venenosa, ¿verdad? -susurró Parvati muy delicadamente.
-Tengo el antídoto, no es grave. Me ha pasado... Así que no te vas a morir -Harry sonrió burlonamente.
Parvati asintió ligeramente, igual de asustada.
-Zaos, escúchame...
La serpiente había relajado su posición un poco, aunque aún mostraba sus colmillos.
Tenía que dominar la situación sin hablar parseltongue o las cosas comenzarían a complicarse demasiado.
-¡Harry! ¡Harry! -escuchó que alguien gritaba desde afuera.
Ahora no.
Uno de los gemelos (quienes se habían puesto de guardianes), mandó callar al otro chico.
-Zaos, mírame...
Humanos... ¡No me atraparán esta vez!>
La serpiente retrocedió un poco, recorriendo con su mirada desesperada una ruta de escape. Sus ojos toparon con los de Harry, quien los sostuvo.
...¿Amo?>
-Ven, Zaos... -le tendió el brazo serenamente, como lo había hecho miles de veces antes- Ven... No te pienso hacer daño, ya me conoces...
Intentó reflejar en su aura su buena intención, al igual que un sentimiento tranquilizador.
Pero... -Zaos se acercó un poco.>
-No importa, lo que sea que sea no importa... -acercó más su mano, acariciando su cuerpo sin miedo.- Conmigo estarás seguro -le transmitió seguridad y paz.
La serpiente se relajó.
¿Seguro? Pero...>
Harry la tomó en brazos, permitiendo a Zaos deslizarse por su cuello y anillarse ahí. Algo no estaba bien. No sólo su mascota estaba asustada y agitada, sino que había dudado de él. ¿Y cómo salió de su habitación? Además...
Los presentes se relajaron.
-Nadie se mueva aún -ordenó Harry, poniéndose de pie.- Tengo dos serpientes, por si no se acuerdan.
-Y-yo no vi ni-ninguna otra serpiente -balbuceó Lavender.
-Permítanme.
Una prefecta de sétimo año conjuró un Encanto Rastreador para localizar a todas las esencias vivas en la habitación, y ninguna de ellas era de Saz.
Ron finalmente entró en el dormitorio.
-¡Harry, nuestra habitación! Alguien la ha... -se detuvo al ver a la serpiente alrededor de su cuello.
-Te conviene que no me altere, Ron... -dijo lentamente, caminando a la puerta- Zaos es muy sensible a mis cambios de humor. ¿Saz está en nuestro dormitorio?
El pelirrojo negó la cabeza.
Harry respiró profundamente. Control. Zaos seguía agitado y miraba a todos los Gryffidors con desconfianza. Le acariciaba constantemente la cabeza para intentar calmarlo, pero los resultados serían nulos si él también entraba en estado de pánico.
¿Qué había pasado?
El mar de pelirrojos que cuidaba la puerta se hizo a un lado para dejarlo pasar. Todos los Gryffindors lo miraban asombrados y nerviosos. Hermione se iba a acercar para preguntar cómo estaba, pero Harry le indicó rápidamente que mientras más alejada de Zaos esté, mejor. El pobre se hallaba muy conmocionado.
Junto con Ron (y otros curiosos) hizo camino hacia su habitación, donde la escena lo recibió con entusiasmo.
Los libros se hallaban tirados por el suelo, al igual que todos los baúles abiertos. Dean y Seamus estaban recogiendo las cosas, ordenando algo. Harry suspiró. La pecera que hacía de hogar para sus mascotas estaba tirada en el suelo, destrozada por completo...
Al menos ya sabía cómo se habían escapado.
Pretendiendo no exaltarse por el evento, Harry revisó fríamente sus cosas para ver si estaban completas. Faltaba su Capa de Invisibilidad.
Tomó un largo respiro.
Zaos comenzaba a sentir sus emociones, pues alzó la cabeza en curiosidad.
Se sentó en su desarreglada cama.
-¿Qué sucedió aquí? ¡¿Quién hizo esto?! -la Profesora McGonnagal preguntó desde la puerta, una expresión de completa sorpresa agraciaba sus facciones.
-No lo sabemos -respondió Dean.
-Todos estábamos en el partido de quidditch -añadió Seamus.
-¿Les hace falta algo?
Harry asintió, señalando los restos de la pecera.
-Se ha perdido Saz... no sé dónde está.
-Saz es tu otra serpiente, ¿verdad? -preguntó horrorizada con la idea de una venenosa serpiente suelta en su Torre.
Volvió a asentir.
-Pero además...
-¿Si?
-El regalo que Sirius me dio... No está.
-¿Qué era este regalo? -era obvio que la habitación estaba lleno de ellos.
Harry bajó la mirada al suelo. Por supuesto que no le iba a decir qué era. ¡Sirius y Remus le hicieron jurar que no se la mostraría a nadie! O algo así... En realidad le dieron una lista de cosas que podía y no podía hacer con ella... pero jamás la leyó...
-Una capa muy cara... fue el último regalo que mi padrino me dio antes de... -añadió dramáticamente.
McGonnagal asintió conmovida.
-Tengo que avisar a Dumbledore. Ustedes no se preocupen. Si encuentran que otra cosa más les falta, no duden en avisarme.
La mujer se dio media vuelta.
-¿Profesora? -interrumpió Harry.
-Dime, querido.
-Umm... Si encuentran a Saz, ¿podrían llamarme antes de lanzarle algún hechizo? Estoy seguro que si me dejan, yo lograría calmarla.
-Err... Lo intentaremos, Harry.
No muy horrendo, espero?
Noviembre 4: Feliz cumpleaños, amor!
