Agradecimientos
Aspid: Mirale el lado positivo. No pude meter todos los detalles que queria en este capitulo. Aun falta uno mas (espero, porque ya quiero acabar con este fic ¬¬). Mis otros fics los he dejado en practicamente "Espera" hasta que termine este... No sabes el cargo de conciencia que me da.
blackspirit: No, menti. Aun falta un capitulo.
May Potter: Mas cortos? Demanda popular pidio que sean largos, lo siento. Y este capi en realidad era la mitad del ultimo... asi que ya te imaginaras... Coge pop corn y tu refresco, porque es largo...
bunny1986: Creo que cumplo tus deseos...
Selene: Hace años que no te veo ^.^ Y aun me falta un capitulo... sigh. No se calcular los detalles en este fic ¬¬
Luna Lupin: Comentarios son siempre bienvenidos ^.^
Randa1: O_O 4ta vez que te borra y aun asi encuentras la energia para escribirme? Que paciencia! "pero que version de papi visita mi colegio" XD Sabes que con Aspy tenemos esta broma interna que Voldemort merece el premio al padre del año? :P Jejeje. Pero creo que la eleccion es algo que Harry tenia que hacer desde pequeño, solo que las opciones no se le pusieron tan marcadas en su vida. Supongo que ganara algo y perdera otro... además, este era el incentivo central por lo que quise hacer este fic. Aunque ahora que lo pienso, no me quedo tan dramatico como queria. "si se queda con tom o con sirius..., o bueno, tienen una idea ( y yo tambien), pero en el fondo nadie se atreve a admitirla a menos que este sea un verdadero Dark fic de esos delos duros y se quede del lado de los mortifagos y todo eso definitivamente..." (respuesta de kandra: Jajajajaja!!!) Tu plan de ataque es bueno, pero las cosas no resultan como Harry penso que serian... Deseria haber podido utilizar tu estrategia, damn! El ojo que vio Harry es el demonio con el que Voldemort estuvo hablando en Halloween... No se si sera la unica vez que vuelva a parecer, para serte sincera... Sobre mi enamorado, no. No ha leido la historia y no tiene la menor idea de lo que trata... Aunque le he contado, y hasta el final. Pero no retiene los detalles. Me agradan tus comentarios, analizas la historia, y la verdad... le das en el clavo a muchos puntos ^.^ Felicidades por ti (aunque maldicion, no queria ser tan predecible! XD)
BlazeVein: Gracias
franga: Aun no acaba T_T Eso de que Sirius y Remus se pasen al lado del otro... Ah... yo lo veo algo dificil. Aunque no se, aun no lo discuto con ellos. Veras, Sirius no quiere hablarme en estos momentos. Creo que esta molesto conmigo ._. Si, el ojo fue el ojo del demonio ^___^ Y concuerdo contigo, si yo hubiese sido Harry en el 5to libro, me pasaba con Voldemort ¬¬ Maldito Dumbledore!!
Andy Potter: :D Me encanta dejar en suspenso. Aunque no se que dicen, si mis finales no son esos "cliffhangers", donde se hace un disparo a la oscuridad, se escucha un grito y un cuerpo caer (y debes esperar hasta el siguiente capitulo para saber quien murio). Aun no acabo, esperame un capitulo mas ^^;;
Susan: La vida real me ha absorbido a mi. Aun falta un capitulo ^^;;
Prue Ryddle: Gracias por tus palabras. Me alegro que mi AU te gustara, es mi primer fic (ademas de mi bebé), asi que le tengo mucho afecto. Concuerdo contigo, Harry tiene *serios* conflictos emocionales ^^;; (me encanta hacerlo sufrir, que puedo decir?) Ademas, la vida esta llena de las paradojas... Voldemort es divertido de escribir aqui. Al principio fue dificil :S Pero ahora practicamente me grita que escriba que Harry es SUYO, maldita sea, SUYO!! Y me insiste que mate a Sirius ^^U Me falta un capi mas. Solo el resultado de la guerra, practicamente.
Lord Izan Gorlemoon: Aun me falta un poco mas T_T Saludos a todos.
Yo, el mismo: No esta terminado el fic, pero como reclamaban pongo la mitad del ultimo capitulo.
Kari: Pronto... pronto acabare.
lizett: Gracias. Realmente intento ponerle corazon a las tramas que hago. Me gusta que los personajes tengan una motivacion, aunque esta no sea importante en la trama. Harry hablara con las serpientes :D
Ginny M: La acabare pronto... este año al menos XD Gracias por tus palabras, me emocionan ^.^
Kelpie: :P Pues por quien se decide, practicamente es obvio en este capitulo... creo o.O
AnyT* Grandchester: Los fics tambien son mi vicio, y una de las principales razones por las que el poco tiempo que tengo para escribir, me la paso haciendo... otra cosa. Harry no es que disfrute matar, solo depende de la persona y el porque. Usualmente lo evita... a menos que sienta que la persona es un grave peligro para el o sus seres queridos, entonces ahi no tendra escrupulos en torturarlo y asesinarlo. En su mente, el cree que se lo merece la persona por querer hacerle daño. Es solo justo que el proteja lo que ama, no? Nagini se considera mas que la mentora de Harry, eh? ^^;; Lastima que el niño la vea como su amiga/compañera y no como la madre que realmente representa...
Amaly Malfoy: A mi me a costado mucho mas de un año llegar a este lugar en la historia. Es mas, una vez pense en reescribir los primeros capitulos, pero al final decidi que no. Este fic demuestra como evoluciono mi manera de escribir... y se nota claramente si comparas los primero y los ultimos capitulos. Ademas que los personajes tambien han crecido ^^;; (Sobretodo Voldemort). No sabes la satisfaccion que me traen tus palabras. Hacer creible que Voldemort adoptara (y quisiera) a Harry es algo por lo que he luchado mucho. Me alegro que el proceso haya sido plausible T_T Tu descripcion de sentimientos al leer el fic, me han traido una gran sonrisa a mis labios. Hacer que mis lectores sientan algo al leer es uno de mis objetivos... lo peor seria que fueran indiferentes. Y aun me falta un capitulo para el final, lo siento ^^U Esta es la mitad del capi final...
Ginny M: Acabare pronto el fic, pero ando con muy poco tiempo... Asi que por eso publico solo la mitad del ultimo capi.
Yo mesma: Creo que Voldemort si va a demostrar que quiere a Harry... practicamente se ha estado muriendo por no poder hacerlo, ademas que le ayuda a marcar territorio :D Aun no le hago nada a Snape, asi que no te quejes... De hecho, hacer un Voldemort/Nagini es una de mis aspiraciones personales XD
Jeune Circe: Yap. Aunque aun falta en la historia... *sigh*
Eressëa: ^^;; No me pierdas fe... Aun me falta un capitulo, estos se me hacen interminables...
De Oportunidades Perdidas
De Decisiones y Conclusiones
(pero aún no finales T_T)
Mentí. No es el último capítulo. Tenía pensado que éste lo sería, pero ya voy 56 páginas en Word y ni siquiera he llegado al clímax ::sigh:: Así que les pongo la mitad del último capi... (y realmente siento haberme tardado tanto T_T). La universidad ya empezó, también... y mi enamorado está de visita en Lima (además, mi cumpleaños es a fin de este mes... junto con los exámenes parciales). Así que me demoraré mas de lo usual, supongo... ^^;; (aunque esta vez sí creo que no falta mucho T_T).
Confundus es un hechizo que se menciona en los libros en inglés, pero que al traducirlo, decidieron que no valía la pena hacer distinción entre el conjuro y el efecto (como con el Apparate). Es el hechizo que en el 3er libro Snape acusa a Sirius de hacérselo a Ron, Hermione y Harry para que creyeran que el animago era inocente. Por lo tanto, el efecto del hechizo es, obviamente, confundir.
Yule es el equivalente pagano a Navidad.
Aspy es mi gran beta, venérenla ¬¬
>Polyjuice = Refiriéndose a la poción multijugos.
>Dark Mark = Marca Tenebrosa
>Portkey = Transladador
>Mudblood = Sangre Sucia
~*~
Luego del ataque a su habitación y la visita de la Profesora McGonnagal, se hizo un interrogatorio a la Dama Gorda, lo que resultó en más misterios y confusiones. Según el testimonio del cuadro (y a esto Harry aún no se decidía creer), durante el partido de quidditch, nadie penetró a la Sala Común... nadie, salvo el mismo Harry.
Albus Dumbledore, le preguntó amablemente si estaba completamente segura que era Harry Potter el visitante, a lo que el retrato asintió.
Nuestro niño cerró los puños cuando la Dama Gorda recalcó que si bien "Harry" había entrado a la Torre Gryffindor, no había salido de vuelta.
Pero eso no es sorpresa, tiene mi capa de invisibilidad, después de todo.
El director agradeció la cooperación, y prosiguió a hacer preguntas entre los alumnos. Sin embargo, todos aseguraron que Harry se había encontrado con ellos durante el partido de quidditch, y fuera de la serpiente en el dormitorio de las chicas de primer año, nada se veía fuera de lo común (sin mencionar el dichoso dormitorio varonil, obviamente).
-Bueno, -finalmente le dirigió Dumbledore la palabra- Harry, haremos lo que esté a nuestro alcance para recuperar tus pertenencias. Hablaré con la Profesora McGonnagal sobre algunas pautas para reforzar la seguridad de la Torre Gryffindor y esperaremos que no vuelva a ocurrir. Quizás un apoyo de los aurores no estaría mal... Asimismo, comunicaré al señor Filch que esté atento por tu mascota -carraspeó su garganta.- No me cabe felicitarte por el control que ejerces sobre tus serpientes, sin duda es... inusual. Ojalá yo pudiera ordenar a mi fénix a obedecerme de esa manera -sonrió jovialmente, un brillo helado en sus ojos celestes.
Harry se mordió un labio y calló.
No valía la pena encender más las sospechas que tenía el anciano.
Mejor ni imaginarse qué es lo que pasaba por la cabeza del director en esos momentos, poco faltaba para que lo arrastrara de vuelta con Moody y lo sometiera a infinitas pruebas de nuevo. Dumbledore sospechaba algo raro de él (y con buena razón), pero aún así, Harry no había hecho nada malo y eso el director lo sabía. Superficialmente, el vejete atribuyó el manejo de la situación a la empatía que un amo comparte con sus mascotas. En el fondo, Harry y Dumbledore sabían muy bien por donde iban las sospechas... En la forma de cierto Dark Lord y las fuerzas oscuras que éste manejaba.
Claro, no esperaba aclararle esos detalles al honorable director.
En cuanto al ataque en el dormitorio, era obvio que el director consideraba el "accidente" como algo no muy prioritario en su lista de "Cosas por Hacer" (aunque no por menos preocupante), y sinceramente, Harry no lo culpaba. La guerra estaba en un punto dramático, y Dumbledore hacía todo lo posible para intentar reprimir los eventos decisivos.
Con todo, las responsabilidades que tenía como jefe de la Orden, las preocupaciones en cuanto a Sirius, las maquinaciones en el Ministerio, el ojo atento en los avances de Voldemort, la administración del colegio, y sabe la Diosa qué más... era sorprendente que el viejo tuviera tiempo siquiera para tomarse la molestia de venir personalmente a inquirir a la Dama Gorda.
Así que irritado ante el prospecto de tener que esperar para resolver el misterio (puesto que Harry al igual que el director, tenía muchas cosas en las que entretener su mente), decidió jugarse la última carta en todo este asunto.
Esperó a que todos sus compañeros cayeran exhaustos, demasiado cansados de reordenar el cuarto que ni siquiera Ron se dio el trabajo de preguntar dos veces por qué Harry seguía sosteniendo protectivamente a Zaos.
"¿Piensas dormir con ella?", preguntó.
"Con él, Ron. Es macho."
Murmurando que no podría distinguirlas a menos que le colocara listones de colores, el pelirrojo se apuró en ponerse su pijama y recostarse en su cama, olvidando por completo el hecho que Harry le había confirmado que dormiría con la serpiente.
Ya el día siguiente armaría su escándalo.
Asegurándose que todos estuvieran profundamente dormidos, Harry cerró las cortinas de su cama, deseoso de la privacidad.
Zaos lo observó curioso durante todo el tiempo de espera, sin soltar un solo siseo. El reptil se mantuvo quieto sobre las cubiertas escarlatas, levantando su cabeza de rato en rato (o cuando Harry pasaba una página del libro que fingía leer).
Acariciando la cabeza de la serpiente, el muchacho sonrió por primera vez en toda la noche. La verdad era que, a pesar de todo lo acontecido, no podía aguantar su entusiasmo.
-Nox -apagó la luz de su varita, para luego encender la lámpara mágica que Sirius le había regalado en una de tantas ocasiones.
La luz provenía de un pequeño globo del tamaño de una recordadora y que cuando encendido, era muy parecido a un foco de luz muggle. Harry hechizó la esfera para que flotara cerca del techo de su cama.
Le ofreció un brazo a Zaos para que reptara por él, planeando protegerlo si es que la necesidad se presentara.
Nagi.>
Su amiga, habiendo oído todo el lío de los labios de Harry cuando éste tuvo tiempo para explicarle en grandes rasgos qué es lo que había pasado y qué es lo que planeaba hacer, respondió presurosa a su invocación.
Zaos contrajo sus anillos al escuchar la ligera indicación del parseltongue, obligándose a no mover ni una escama.
Cuando se hubo materializado, Nagini observó a la otra serpiente con ira, como si culpara el meollo del asunto a él. Su postura indicaba desafío e intimidación. Poco más y le faltaba mostrar sus colmillos en actitud de ataque.
Harry la ignoró. Había elegido en esta ocasión, una forma pequeña para ella de modo que no causara demasiados problemas... Sin embargo, el muchacho esperaba que Zaos supiera mantener su comportamiento, o el veneno de Nagi...
Tú debes ser Zaos -presumió superiormente, deslizándose sobre la superficie de la cama.>
¿Quién eres tú? ¿Y quién es el Amo que comanda poderes como éstos?>
Mi nombre ceremonial es Nagini, -siseó lentamente- Guardiana del Parsithel. Soy la fiel familiar del Heredero de Slytherin; Lord Voldemort y de su protegido, Harry Potter -dicho esto, señaló con la cola a su amo.- Harry querido, es por lo tanto también, mi protegido -comentó suntuosa.- Y es, obviamente, el otro dueño del Parsithel.>
El niño sonreía cada vez más orgullosamente, pero aún así, decidió no soltar palabra. Que Nagi se encargara de la conversación.
Zaos dirigió a Harry una mirada de asombro, reverencia y... ¿temor? Su compañera al sentir esto, esbozó una sonrisa satisfecha. Se enroscó sobre sí misma para llamar la atención de la joven serpiente.
Estamos aquí para hacerte unas cuantas preguntas referentes a los acontecimientos de esta tarde -Nagi le dirigió una mirada que claramente decía "te reto a que me mientas".- Te conviene que me sienta satisfecha con las respuestas o...>
¡Nagi! -reprendió Harry.>
¡Zsss! -gruñó ella.>
El... Amo, ¿es un parselmouth? -inquirió anonadado Zaos, temeroso de estar imaginando cosas.>
La irritación creció más en la reptil.
¿Qué eres? ¡¿Una serpiente inculta?! -siseó furiosa ella- ¡Es obvio que es parselmouth! De otra manera, ¡¿cómo podría usar el Parsithel?!>
¿El qué?>
¡Serpiente estúpida...!>
Harry rió ante la frustración de su amiga, para luego asentir a Zaos y sonreírle a Nagini.
Nadie es tan culta e inteligente como tú, Nagi -infló su ego.>
Ella entornó los ojos, consciente del juego de Harry.
¿Podemos proseguir con la interrogación, amo Harry? -siseó lentamente- Tom tiene planes para hoy y odiaría perdérmelos.>
Harry levantó una ceja en curiosidad y preocupación, también consciente que esas palabras podrían ser una mentira para que no la volviera a interrumpir. Sin embargo, decidió no arriesgarse, encogiéndose de hombros e indicando que prosiguiera.
Nagini olfateó el aire.
Como iba diciendo, lo único que me detiene en estos momentos de arrancarte tu vacía cabeza y comerme tu repugnante cadáver, es el amo Harry -Harry negó la cabeza al escuchar las expresiones tan... pintorescas.- Así que te conviene que él se sienta satisfecho de lo que tienes para ofrecer o su decepción podría llevarlo a abandonarte a tu suerte. La suerte que yo decida.>
Zaos apretó con más fiereza sus anillos, cortando la circulación en el brazo de su amo, quien con una caricia, le indicó que se relajara.
Harry concluyó que la forma de expresarse que Nagini tenía, debía de correr por la sangre Slytherin, pues no era la primera vez que Tom (o él mismo) hablaban de esa manera. Divertido, se preguntó si es que Nagi les había heredado esa forma de hablar, o por el contrario, la aprendió de ellos.
Hmm... Quizás de Salazar Slytherin...
Después de unos segundos de silencio para enfatizar su amenaza, la serpiente regresó al asunto de importancia.
Relátanos qué es lo que sucedió esta tarde cuando te quedaste solo con la llamada Saz.>
La descripción de eventos fue muy peculiar. Se respaldaba el testimonio de la Dama Gorda, en que fue la imagen de Harry la que entró al dormitorio. Pero a diferencia del retrato, Zaos detectó algo diferente en este Harry. La presencia, aunque parecida, no era completamente igual. Le hacía falta de algo, admitió el reptil.
El olor no estaba bien, tampoco.>
Prosigue.>
Intenté advertirle a Saz que ese que veíamos no era nuestro amo, pero ella es más inexperta, más joven. Dijo que no había diferencia alguna. Sin embargo...>
¿Sin embargo qué? -insistió Nagini cuando Zaos calló.>
La serpiente negó la cabeza.
Ya dije que había algo extraño en el humano, no era como el amo... No tenía esa aura que inspiraba confianza. No confiaba en él.>
Nagini asintió.
¿Puede deberse al lazo...?>
...¿entre amo y mascota?
Harry consideró que llamar mascota a Zaos delante de él era... de mal gusto, por lo que dejó que Nagini llenara los espacios en blanco.
Ella sacó la lengua, pensando.
Podría ser eso... -cedió- O puede ser el efecto del Parsithel, no dudo que ejerza cierta clase de vibración alrededor tuyo que atraiga toda clase de... inconveniencias -entornó los ojos hacia Zaos.- De una u otra manera, el olfato puede ser un claro indicador...>
Me suena a Polyjuice, Nagi. Sino Saz habría detectado la diferencia de olor... debe haber sido un cambio muy sutil para que no lo tomara en cuenta.>
O una serpiente muy idiota.>
Harry no refutó, no queriendo comenzar una pelea con Nagini en esos momentos.
Según Zaos, Saz no sospechó de nada fuera de lo común hasta que...
...el intruso habló parseltongue.> <¿Parseltongue? -inquirió Nagini, acusando a Zaos de intentar engañarla.>
¡Lo juro! -aseguró él- El amo no habla parseltongue... -dirigió una mirada al muchacho- o al menos eso creíamos.>
¿Qué dijo? -cuestionó Harry, cayendo en cuenta lo importante de este detalle.>
Dijo que le obedeciéramos, que íbamos a dar un paseo.>
¡¿Cómo es eso posible?! ¡¡Tom y yo somos los únicos parselmouths en el mundo!! ...O al menos eso parece -añadió pensativo.>
Nagini volvió a olfatear el aire, arrastrándose preocupada por toda la cama.
No necesita ser exactamente un parselmouth, Harry -el niño levantó la mirada, entendiendo las palabras de su amiga.>
Pero esos hechizos... dudo que alguien dentro del colegio pueda hacerlo. No hay manera de copiar la habilidad de otra persona sin recurrir a las Artes Oscuras. Estoy seguro que Albus Dumbledore detectaría una concentración de energía tan grande, ¡sin mencionar que el intruso tendría que capturarme para robármela o copiarla! -exclamó.- No sé tú, Nagi, pero si me hubieran desangrado o absorbido esencia mágica, me habría dado cuenta... no es una de las mejores experiencias que digamos. Además que es sólo poder temporal... dudo que si alguien se haya topado con este conocimiento y realmente quisiera utilizarlo, me hubiera liberado... dándose el caso que estuviera bajo un serio Obliviate, cosa que no es verdad.>
¿Qué hay de las pociones?>
Complicadas, los ingredientes son exóticos y la forma de preparación... -se detuvo, retrocediendo sus pasos.- Severus Snape... -entornó sus ojos.>
Zaos seguía la rápida conversación de uno a otro lado, no entendiendo completamente pero no queriendo interrumpir por temor a las amenazas de Nagini. A su parecer, mientras más desapercibido pasara, mejor.
Pero, ¿qué querría ese traidor contigo?>
Silencio fue lo que Harry le dio de respuesta a Nagini, en su mente preguntándose lo mismo una y otra vez. Efectivamente, ¿qué es lo que querría Severus al entrar a su habitación y llevarse a Saz?
¿Por qué se llevó a Saz? ¿Y cómo es que no le obedecieron? -inquirió serio a Zaos.>
Nagini retomó su papel de atormentadora.
Es verdad... ¿Cómo es que no confiaron en él incluso cuando habló parseltongue? -tono dudoso.>
Yo, bu-bueno, no estoy seguro...>
¿Y cómo llegaste al dormitorio de las hembras? Dudo que te interese la anatomía humana -dijo sarcásticamente ella.>
Yo...>
Cuando se hizo evidente que Zaos no podía formar ni una sola oración coherente, Nagini se alzó sobre la superficie de la cama, mostrando sus venenosos colmillos. Harry confundido si proteger a la serpiente o amenazarla un poco más, se mantuvo impasible.
Te recomiendo confesar -aconsejó Harry fríamente.- No tienes la menor idea de cuánto le agradaría cenarse una serpiente traicionera como tú.>
Zaos conectó miradas con Nagi y ahí se quedaron por varios segundos. Inmóviles y paralizados.
Finalmente Nagini brilló con un aire de burla.
Escucha mi sentencia, serpiente. Por poner en peligro a los míos, por traicionar a mis protegidos, por decepcionar a tu amo...>
¡¡No es mi culpa!! ¡¡Yo no hice nada malo!! El humano me llevó al otro cuarto, me dijo que buscara escapar, que sino ellos me atraparían y me confinarían como lo habían hecho en el pasado, que me torturarían, que me matarían de hambre, que sería una criatura sin futuro... ¡y me encerró ahí! ¡Yo no podía salir! Busqué una forma de salir, ¡pero no había alguna! Y cuando llegaron los humanos, me escondí, esperando reptar hacia la puerta a la menor oportunidad... pero luego, me topé con ese espécimen, me bloqueaba la salida... y había más de uno, y... -las palabras de Zaos silbaban en el aire, sin detenerse, apurado y nervioso dijo todo lo que se le vino a la mente.>
Con la mano, Harry le indicó a Nagini que se calmara.
¿Qué fue de Saz?>
No lo sé -dijo angustiado.- Se la llevó, se la llevó, no lo sé. Yo no hice nada malo... Amo, lo juro. Yo no hice...>
Un asco y repugnancia se reflejó en los ojos de Nagini, mientras Harry intentaba calmar a la serpiente. Le aseguró que todo estaba bien, que le creían y que ahora buscarían a Saz.
Finalmente, Harry murmuró un hechizo que relajó a Zaos y lo forzó a dormir pese al miedo evidente del reptil. El niño acomodó a su mascota al lado de su almohada con mucho cuidado. Nagini continuaba con su mirada asesina.
¿Crees que esté diciendo la verdad?>
Harry suspiró.
Al menos la verdad como la percibió él. Ahora creo que es más importante determinar quién se llevó mi Capa de Invisibilidad. De alguna manera no creo que el intruso haya entrado con esa razón en mente.>
Nagini asintió, arrastrándose hasta los brazos de Harry y trepando hasta su cuello.
Pero si no fue para robarse la Capa, ¿entonces para qué entró? ¿Y quién? ¿Cómo? ¿Y que espera lograr con Saz? -Harry manifestó unas de las tantas preguntas que revoloteaban por su mente.>
Finalmente, negó la cabeza, exhausto.
¿Cómo mi padre quiere que le preste atención a sus planes si ni siquiera sé lo que acontece en este castillo?>
Es imposible saber todo al mismo tiempo -consoló ella.>
Estoy cansado, Nagi... Lo peor de todo, es que Tom toma riesgos innecesarios. Si tan sólo tuviera más tiempo para pensar las cosas...>
¿Qué cosas?>
Cosas -murmuró Harry, deseoso de echarse a dormir de una vez.>
*
Remus se enteró del atentado en su dormitorio el día siguiente, y por primera vez en varios días, abandonó el cuarto privado de Sirius para buscar a Harry y pedir los detalles de primera mano.
-Esto no me agrada, cualquier cosa podría acontecer si es que alguien entró con relativa facilidad.
-Dumbledore dice que ha reforzado la seguridad de la Torre -intentó calmarlo Harry, quien no deseaba preocupar de más a Remus.- No va a pasar nada, Moony, en serio.
El licántropo frunció el ceño.
-Sirius querría que te protegiera.
-Eso no quiere decir que estés tras mis talones todos los segundos del día -el niño giró los ojos.- Además, creo que mi padrino te necesita más que yo. No te preocupes por mí, sé cuidarme.
Remus vaciló antes de hablar.
-Sirius no... -suspiró cansado, dejando que sus palabras se ahogaran.- Al menos prométeme que a partir de ahora no andarás solo.
-Pero...
Yo no necesito...
-Promételo.
Harry bajó la mirada al suelo.
-Está bien. Lo prometo.
Yo nunca estoy solo.
Y así transcurrió la tercera semana. En una confusa combinación de preocupaciones sobre Sirius, Remus, Saz, Habitación, Capa, Dumbledore y Tom. Ya no sabía qué tenía prioridad y qué no.
Era increíble pensar que en dos semanas su vida se pudiera complicar tanto.
-¿Qué haces?
-¿Qué te parece que hago? -preguntó sarcásticamente.- Es obvio que elaboro pociones, ¿o me equivoco?
El caldero burbujeante frente a él era lo único que se necesitaba indicar.
-No me acuerdo de haber estudiado esa poción.
-¿Quizás por qué no está en el texto?
Hermione se cruzó de brazos.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó nuevamente, algo irritada.
-Un antídoto al veneno de Saz, Hermione -respondió él también algo irritado.- No me mires así -advirtió la mirada de "no-me-convence-tu-respuesta-pero-ya-no-presionaré-el-tema"- Sé que los ingredientes se ven raros y el procedimiento complicado, pero es la mejor medicina que he encontrado... créeme que tengo experiencia en su aplicación.
-¿No pensarás que lo necesitarás? -preguntó ella no del todo convencida.
-Nunca sabes si ella va a morder a alguien... mejor estar preparado.
La castaña alzó una ceja.
-¿En tan altas cantidades?
-¡Estoy estresado, Hermione! Necesito despejar mi mente, y si aquello se logra con la preparación de pociones, pues que así sea.
Harry suspiró.
¡Hermione podía ser tan molesta!
-Toma -le dio un frasquito del antídoto.- Quiero que tengas esto y lo cargues contigo en todo momento, ¿está bien? Quizás sea útil no sólo con Saz... -suspiró de nuevo- ¿Crees que Terry y Justin estén en la biblioteca? -señaló la mesa con otras botellitas.- Estoy seguro que no se negarán a llevarlo consigo a sabiendas que Saz podría estar en cualquier lugar.
-No sé Justin, pero Terry ha de estar en su grupo de estudio de Transfiguración... usualmente estudian en la biblioteca, aunque no es algo seguro.
-¿Vas a ir a la biblioteca? Si vas, ¿podrías entregarle un antídoto? -Harry regresó su atención al caldero.
Hermione frunció el ceño, considerando sus palabras. No quería que Terry la viera raro, así como el resto de la Sala Común estaba viendo a Harry.
-Es una serpiente venenosa, sólo recuerda que te puedes morir sin el antídoto -enfatizó Harry.
Eso la ayudó a convencerse, guardó otro frasco en su bolsillo.
-Te va a sobrar.
Qué observadora..., pensó sarcásticamente.
En ese momento, el retrato de la Dama Gorda se abrió estrepitosamente y Ron entró corriendo a la Torre Gryffindor. Jadeaba con fuerza, y su mirada estaba teñida de pánico. Sin perder un segundo, se acercó a ellos.
Harry mantuvo un rostro impasible y frívolo.
Lo que le faltaba, que las cosas empeoraran... ¿Qué sucedía esta ocasión?
-Dime quién se ha muerto -comentó sarcásticamente.
El pelirrojo palideció más.
-¿Co-co-cómo s-s-sabe-bes? -tartamudeó patéticamente.
Harry intercambió con Hermione una mirada anonadada.
-¡¿Qué dices?! -gritó Harry, cogiendo por los hombros a Ron- ¡¿Quién?! ¡¿Cómo?! ¡¿Dónde?! ¡¿Cuándo?! NO ES SIRIUS, ¡¿VERDAD?!
Las zamarreadas de Harry llamaron la atención de muchos (sin mencionar sus gritos).
-Harry, Harry, ¡cálmate! -tranquilizó Hermione.- ¡Estás histérico!
Unos segundos de silencio, en el que Dean y Seamus tomaron asiento a su lado.
Harry suspiró. Un suspiro largo y profundo.
-Estoy calmado, gracias Hermione. Ron, -respiró una vez más- cuéntanos qué ha ocurrido.
-Oye amigo, tu fingida calma me asusta -Harry le dirigió una mirada amenazadora al que osó responderle.- ¡Está bien, está bien! Mejor no me meto.
-Por supuesto, Seamus. Mientras más callado te encuentres mejor, o tomaré medidas para que te calles.
Un crucio estaría perfecto...
Sus amigos se quedaron mirándolo, y Harry cayó en cuenta de cómo estaba comportándose.
¡Demonios! Estoy perdiendo control.
-Estoy muy estresado, disculpen.
-Por supuesto... -dijo dubitativamente Hermione.
-Hace un rato, fui a la biblioteca; tenía que buscar los libros para el trabajo de Encantamientos de mañana. Estaba ahí cuando oí a un grupo de Slytherins en la parte de atrás, hablando sobre la estudiante de tercer año que habían encontrado muerta en el pasadizo del segundo piso. Claro que no creí, digo son Slytherins, ¿no? Pero luego me encontré con Terry, él había escuchado lo mismo de un par de Hufflepuffs. Y entonces...
McGonnagal entró en la habitación. Al igual que Harry, ella parecía no tener la mejor de las semanas. Su expresión era seria y agotada. Su mano derecha temblaba ligeramente.
El silencio se hizo.
-Las clases de mañana han sido suspendidas hasta nuevo aviso, y la cena de hoy será en el Gran Comedor a las seis y media de la tarde. A partir de este momento nadie andará solo por Hogwarts, y siempre serán acompañados de un profesor o un auror. Se les prohíbe salir de la Torre hasta que se les den mayores comunicados. En la cena se les dará mayores instrucciones. ¿Alguna pregunta?
Decenas de voces se alzaron para hablar. El caos y pánico tomó alas, presentándose en la habitación.
-¡SILENCIO! -bramó McGonnagal- Me imagino que las preguntas irán por el tema de "¿Qué está sucediendo?", así que responderé porque su Director quiere que responda -tomó aire, era claro que ella no consideraba prudente revelar la información.- Lo que les contaré no es motivo de desesperación, recordarán que se encuentran en Hogwarts, bajo la protección de Albus Dumbledore y decenas de aurores. Refuerzos están siendo llamados en este preciso momento. Así que no hay por qué preocuparse...
Esto era grave. Un sentimiento de aprehensión se deslizó hasta su estómago, retorciendo la fina línea de calma y control que mantenía de fachada.
-En este preciso momento, Hogsmeade está siendo atacado por las fuerzas de Quien-Ustedes-Saben.
-¡¿QUÉ?! -vociferó Harry, levantándose de su asiento.
Es muy pronto, ¡¡es muy pronto!!
Su grito fue como la chispa que enciende la pólvora; todos los Gryffindors se le unieron en exclamaciones de sorpresa y pavor.
-¡SILENCIO! ¡SILENCIO! ¡CÁLLENSE TODOS! -volvió a gritar hasta que volviera la calma.- Están completamente a salvo en el castillo.
-¿Son ciertos los rumores? -preguntó una chica de quinto año- Dicen que Boniett Sleeth de Ravenclaw fue asesinada.
Murmullos.
-No le podría asegurar esa información, Srita. Holly. Pero estoy segura que el Profesor Dumbledore podrá responder cualquier duda que usted tenga al respecto durante la cena del día de hoy.
Y con esa declaración dudosa, McGonnagal se retiró antes que mayores preguntas le cayeran del cielo.
Un huracán golpeó la Sala cuando el retrato de la Dama Gorda se cerró.
"¿Crees que sea cierto?"
"Por supuesto que es cierto, si Hogwarts es tan seguro, ¿por qué no podemos salir?"
"Nunca pensé que Hogsmeade..."
"Quizás mis padres tuvieron razón para querer transferirme a América."
Harry hundió la cabeza en sus manos. Estaba que daba vueltas y vueltas... El ataque de su padre estaba planificado en una semana, ¿qué estaba pasando? ¿Por qué no le había avisado? ¡¿Por qué nadie le decía nada de nada?!
-Hermione... -detuvo la conversación que había entre sus compañeros.
-Harry, estoy seguro que te protegerán. Tú-Sabes-Quién no te tocará...
Harry giró los ojos.
-No estoy hablando de eso, créeme. Voldemort es lo último que me preocupa -los demás lo miraron incrédulo.- ¿Te acuerdas del antídoto?
-Sí.
Todos bajaron la mirada a la mesa con las botellitas.
-Quiero que cada uno de ustedes se lleve dos botellas. Cárguenlas siempre.
-Umm... no creo que Saz debería preocuparnos ahora, Harry.
-Créeme, Dean. Sobretodo ahora. ¿Conocen a Nagini? ¿Saben quién es?
-¿Quién no la conoce?
-¿Conoces su veneno?
Ninguno respondió.
-Yo sí, Sirius está así por ella. Y si digo que lleven las malditas pociones, ¡se llevan las malditas pociones!
-Pero su veneno es invencible -argumentó Hermione.
Harry volteó a mirar a la castaña.
Los muggleborns eran tan obtusos en ocasiones...
-Haz lo que desees, en cuanto a mí, prefiero tener algo a tener nada. Aún si aquello tiene una pequeña, casi nula, probabilidad de éxito... La esperanza es lo último que se pierde. En la cena le entregaré a Terry y a Justin unos antídotos, nunca sabes cuándo puede ser útil.
*
¡¿Se puede saber qué estás planeando, Tom?!>
Voldemort no dudaba que Harry estaba arriesgando mucho para intentar contactarlo en un momento como ese. Eso lo llenaba de un sentimiento cálido. Orgullo y placer.
Buenas tardes para ti también, Harry -el mago se encogió de hombros.- Planeo varias cosas, ¿quieres la lista detallada? Puedo tardar horas... -sonrió al saber que no estaba respondiendo las preguntas de su hijo.>
Nagini continuó abriéndose paso entre la maleza, parecía sisear una canción de cuna. Eso era símbolo que se encontraba realmente emocionada. Voldemort estuvo tentado a unírsele.
Está bien... -gruñó Harry- Comienza diciéndome dónde estás.>
El Dark Lord sonrió, alzando sus palmas al cielo.
Estoy aquí donde tú me ves.>
Su hijo se cruzó de brazos.
¿Por qué evades mis preguntas?>
¿Por qué las haces erróneamente?>
Él no tenía la culpa que Harry se dejara dictar por su frustración, debería estar de buen humor, ¡buen humor! Sin duda, él se encontraba de buen humor.
¡Tom! -rugió Harry- Todo es un caos acá adentro, estoy seguro que ese fue tu plan... ¡¿pero por qué no informarme de ello?! ¡Casi me da un infarto!>
Voldemort aceleró el paso, aunque en realidad no importaba donde se dirigía... todos los caminos lo llevarían donde su hijo.
¿Acaso la luna le dice al sol cuando es momento de aparecer?>
No seas dramático Harry, no se te da.
Tom rió internamente, disfrutando la irritabilidad del niño e intentando recordarle que no era su deber preocuparse por los planes que él había formulado. Sólo debía ir con la corriente y hacer su parte, el resto era orquestado por el Dark Lord.
¿A qué se deben los enigmas? -suspiró Harry, intentando calmar sus gruñidos.>
Yo soy un gran enigma, hijo mío. Me parece que este es un momento maravilloso para hacerlo notar.>
Tú ganas, padre -cedió Harry.- No hay manera que decidas compartir conmigo tus pensamientos, ¿y sabes? No te culpo -suspiró nuevamente.- Intentaré hacer lo mío con Dumbledore... -murmuró más para sí que para Tom.>
Voldemort levantó una ceja.
No cometas estupideces -se limitó a advertir.>
Nagini dejó de cantar para afinar sus sentidos a la distancia.
Se acercan, Tom.>
¿Cuántos?>
Tres, no. Cuatro. Además de una escoba, me parece.>
Comenzando a cantar la canción que Nagini había tarareado, el Dark Lord invocó sombras para que lo defendieran. Árboles que detuvieran los pasos de sus perseguidores. Serpientes que salieran del suelo. Nubes de gas venenoso. Aves grotescas con picos deformes...
Quizás te interese saber que si bien tu ataque a Hogsmeade llama a los aurores fuera del castillo, Nemon no puede evitar dirigir sus fuerzas a defender los pasadizos. Creo que tiene que ver con los muggleborns muertos que aparecen en los lugares más recónditos de Hogwarts...>
¿Qué? ¡Harry, espera!>
Muy tarde. Su hijo, sonriendo en venganza, desapareció ante sus propios ojos.
El buen humor se desvaneció en el aire, dejándolo con la sensación de seriedad y urgencia que bien sabía debía de aparecer en algún momento... sólo que no había esperado que fuera tan pronto.
En algún lugar, las cosas no iban de acuerdo al plan.
*
Las horas de espera ese día fueron unas que nadie en la Torre Gryffindor disfrutó. El ambiente lleno de tensión e incertidumbre ahogaba cualquier expresión de entusiasmo o alegría. La vida puesta en retrospectiva ahora que el futuro se veía tan sombrío.
Rumores se escuchaban de un lado a otro sobre lo que estaba sucediendo afuera. Compañeros que llegaron después del anuncio de McGonnagal trayendo testimonios de otras casas y experiencias personales. Harry había creído absurdo que los niños de Hogwarts sintieran el impacto completo de la guerra protegidos como estaban, pero momentos como éstos le demostraban que cada muchacho tenía su propia historia. Ya sea un hermano caído, un pariente lejano, un traidor death eater, etc.
Estuvo tentado ir a buscar a su padre de nuevo, darle más detalles de qué es lo que acontecía (sin mencionar que ahora debía de estar furioso al notar que había desperdiciado una buena oportunidad para que Harry relatara con detalle lo que no había organizado que sucediera... ojalá que su padre no se molestara mucho cuando se enterara que había exagerado con los asesinatos). Sin embargo, sus compañeros manifestaron asombro a que pudiera dormir en un estado como el que se había apoderado sobre todos ellos, y Harry tuvo que admitir que en esos momentos, ellos lo necesitaban más que Tom.
En lo que pudo, intentó calmar a Hermione, Ron, Dean y Seamus. Incluso a Parvati y Lavender cuando se les unieron una hora más tarde. Manojos de nervios estaban todos hechos, incluyéndose.
¿Qué estaría sucediéndole a Tom?
Quizás si no se hubiese sumergido tanto en el problema con los aurores, estaría más al pendiente de la planeación de su padre. Llegado el momento, no sabía cómo podría colaborar con Tom, ni tenía un plan definitivo para hacerse con la vida del anciano director. El plan que poseía tenía tantos agujeros; el más grande e importante de todos era buscar una buena oportunidad para llevarlo a cabo.
Sólo cruzaba los dedos para que no sea una oportunidad perdida, sino que realmente él supiera reconocerla y utilizarla...
Se mordió el labio inferior.
En eso estaba igual que sus compañeros: perdido en el desierto de la incertidumbre.
-Comienzo a pensar que eso de preparar pociones no es mala idea... -rompió el silencio Lavender.
Harry asintió sin decir nada. Su obsesión por las pociones había crecido considerablemente en la última media hora, abandonando los antídotos para concentrarse en pociones curativas.
La preocupación no era por él, sino por aquellos que estaban a su alrededor. Niños que no sabían nada de lo que una batalla podía ser en vivo y en directo. En cierta manera, Harry se sentía responsable por la protección de sus compañeros y aunque no estaría a su lado durante toda la faena, deseaba otorgarles todas las oportunidades que pudiera. Tan sólo lamentaba que ni Terry ni Justin estuvieran ahí con él.
-Me asombra tu capacidad de concentración en un momento como éste. No recuerdo esa poción, tampoco.
-Recomendaría que me envidiaras otro día, Hermione.
Siempre obsesiva por ser la mejor...
El tiempo seguía corriendo en silencio.
-¿Qué creen que sucederá ahora?
-Pues... -Seamus negó la cabeza- ¿Quién sabe?
-Quizás Tú-Sabes-Quien ataque Hogwarts...
Los niños temblaron ante la sugerencia de Parvati.
-Eso es ser pesimista -apuntó Ron.
-¿Por qué lo es? -curioseó Harry- ¿Qué es lo que harían si Voldemort atacara el castillo?
El nombre del Dark Lord ocasionó pánico, como siempre.
-¿Es necesario pensar en ello? -preguntó Dean.
Por supuesto que lo es... Ahora más que nunca.
Mas Harry decidió no colaborar y el silencio volvió a establecerse sobre ellos.
Finalmente, el niño apagó su caldero, embotellando las muestras de su trabajo.
-¿Dónde conseguiste tantas botellas?
Harry levantó los ojos, sorprendido. Pensó que sería obvio.
-Magia -confesó pensativo.
Mezcla de Transfiguración y Encanto Replicativo. Algo fuera de las habilidades de primer año.
-¿...Y tantos ingredientes?
Giró los ojos irritado ante tal pregunta.
-Los compré, ¿qué más? -tono cínico- El hecho que seamos Gryffindors no significa que debamos mantener las cantidades exactas de nuestros útiles escolares. Sirius me ayudó, y Remus lo incentivó.
-Pero esos ingre...
Maldita Hermione, pensó por la centésima vez en el día. ¡Esta no era hora para sus observaciones inteligentes!
-¿Qué hora es? -divergió la atención del grupo.- ¿Ya va a ser hora de la cena?
Minutos más tarde, un auror que se presentó como Theodorus Ment y su compañera, Delfina Lett, informaron que serían escoltados hasta el Comedor en grupos de veinte personas. Que por favor hicieran grupos de ese número y salieran al corredor, donde otro auror los acompañaría durante todo el recorrido. Dio otras normas de seguridad que Harry pasó por alto, ocupado como estaba guardando sus pociones.
El Gran Salón estaba atestado de personas, no sólo alumnos sino de aurores, fantasmas y profesores que iban y venían. Dentro de las puertas, el ambiente emanaba una falsa sensación de seguridad y Harry se andaba preguntando por qué era eso. ¿Simple psicología humana? ¿O manipulación de Dumbledore?
Lo cierto era que una vez las cuatro Casas estuvieron juntas, la tensión pareció quebrarse y conversación animada surgió. En el techo, el cielo despejado reflejaba un firmamento tranquilo y sereno, todo lo contrario de lo que en realidad sería.
Mordiéndose el labio inferior, Harry deseó que Sirius estuviera a salvo. Estaba seguro que si se lo pedía con mucha, mucha intención a Tom, él le dejaría proteger al auror... aunque sea por un cortísimo tiempo. Prácticamente cruzó los dedos debajo de la mesa.
Le había entregado las pociones a Terry y a Justin... un buen número de ellas. Aunque sus amigos lo miraron desconcertados, entendieron la indirecta de lo que implicaba. Esta era una guerra, y en una, era estar preparado o ser una baja más. Terry lo felicitó por ser tan precavido y deseó haberlo pensado él.
Cuando el Comedor estuvo completo, Albus Dumbledore hizo su aparición, seguido de Alastor Moody. El director traía el rostro agotado y caminaba lentamente, sin embargo, una seria llama de poder ardía en sus ojos, su aura emanando confianza y fortaleza. El ojo mágico de Moody estaba fijo a la distancia, probablemente enfocado en Hogsmeade, mientras el ojo normal recorría fieramente todos y cada uno de los presentes.
Aún absorbido en observar a sus enemigos, Harry fue sorprendido por la dulce canción de un fénix.
Fawkes, el leal servidor de Dumbledore, penetró la escena cual bola de fuego, para posarse sobre la silla del director. Su aspecto no era del todo bueno, viéndose terriblemente maltratado. Harry concluyó que se acercaba su Día de Quema.
El silencio fue inmediato. No hubo necesidad de palabras, ni señales.
-Queridos alumnos, -el vejete hizo una pausa dramática- el día de hoy es escenario de un lamentable suceso. Estoy seguro que ya les habrán informado -la mirada del viejo se dirigió a los Jefes de Casa- sobre el vicioso ataque a Hogsmeade en éstos momentos -murmullos se extendieron por las cuatro mesas, algunos recién terminaron por creer la verdad que Dumbledore les presentaba.- Por si fuera poco, un peligro acecha en los pasadizos de Hogwarts -su rostro era grave, serio y triste.- Nuestra compañera Boniett Sleeth de Ravenclaw fue encontrada asesinada hace unas pocas horas -los murmullos regresaron con fiereza, grititos asustados se escucharon por todo el lugar. Más de un Ravenclaw lloraba la pérdida de una amiga.- Aún no hemos capturado al culpable, aunque los esfuerzos por lograrlo se han duplicado -Dumbledore asintió en dirección de la cabeza de los aurores, Nemon Lestrange, quien se hallaba en la entrada de la puerta del Gran Comedor. Nemon asintió de vuelta- Es por esta razón, que se ha decidido que todos los alumnos permanezcan en el Gran Salón hasta que la amenaza haya pasado. Aquí estarán seguros de los peligros tanto dentro como fuera del castillo. No permitiremos que Voldemort gane la batalla sobre nuestro corazones. Ni que nos subyugue bajo su poder de intimidación, pánico y terror. Tampoco que toque siquiera a uno de ustedes -la mirada de Dumbledore, que se había estado paseando por todos y cada uno de los alumnos, se posó finalmente en Harry.- Los protegeremos a todos.
Si puedes...
Lo que siguió fue un llamado a los alumnos de años superiores, hecho por el mismísimo Nemon Lestrange. Todos los voluntarios de sexto y sétimo año que decidieran por libre albedrío apoyar las defensas del castillo, eran bienvenidos.
-Estoy seguro que tendrán en cuenta las responsabilidades y deberes del rol que se les está pidiendo cumplir, por lo que ruego que nadie tome el papel con ligereza y sin pensarlo dos veces -aconsejó solemnemente.- Es una guerra, les recuerdo. La muerte caminará a sus talones y la incertidumbre del miedo será su guía -dijo crudamente.- Sin embargo, la Causa que perseguimos es noble, leal. Defender a nuestros seres queridos, defender a aquellos demasiado débiles para hacerlo ellos mismos, defender lo que es nuestro. Lo que vale la pena sostener. Lo que nos hace a nosotros mismos. La esencia de nuestra vida y costumbres, eso será por lo que estarán luchando hoy.
Harry asintió ante este discurso de batalla del Slytherin, asombrado por el control y manejo de liderazgo que poseía Lestrange. Sin embargo, regresando su vista a Dumbledore, el niño se preguntó por qué el viejo dejaba que Nemon se llevara a sus protegidos, teniendo en cuenta que debía de saber que el auror era fiel sirviente a Voldemort.
Debía estar subestimando a su padre... O tenía un as escondido bajo la túnica.
Su mirada fue luego a parar a la mesa de Profesores, desde donde Severus observaba impasible y desinteresado toda la marcha de eventos. En un momento, las miradas del traidor y la de Nemon se cruzaron, mensajes silenciosos en ellas.
Harry podía intuir a qué iban los mensajes, pero no captó la gran mayoría.
Moody también conectó miradas con Severus, y aquí el Profesor de Pociones eligió no mostrar señal de vida.
McGonnagal y Sprout eran las encargadas de recibir a los alumnos voluntarios para que escribieran su nombre en una lista. Las cuatro Casas apoyaron con lo suyo, ofreciendo casi igual cantidad de alumnos. Los rumores iban de por qué Slytherin decidía participar con ahínco en la batalla, considerando que siempre se había mantenido indiferente a la guerra... si no es que apoyaba al Dark Lord.
Percy andaba quejándose de no poder ayudar a defender el castillo. Decía que no era justo que sólo porque era un año menor, no lo dejaran participar en absoluto.
Harry lo ignoró y regresó su atención a la comida.
Al parecer nadie tenía suficiente apetito para comer.
-Temo que vaya a vomitar todo -negó la cabeza Ron.
Hermione y los gemelos negaron la cabeza también.
-Me pregunto qué será de Remus y Sirius -suspiró un preocupado Harry.- ¿Creen ustedes que Remus participe en la batalla de Hogsmeade?
Hermione tomó un sorbo de su zumo de calabaza, lo único que se atrevía a tocar.
-No lo sé, Harry. Remus es un auror, por lo que no dudo que si se le ordena ir... tendrá que ir.
Harry se mordió el labio, preguntándose cuáles eran las órdenes que Nemon le había dado al licántropo. Entretuvo la idea de preguntarle personalmente al death eater-auror, pero luego desistió. Aquello sería estúpido y Tom lo castigaría si se enteraba.
El muchacho regresó su mirada a un rincón del Gran Salón, donde dos mesas se habían colocado para la planificación de las defensas y los refuerzos de Hogsmeade. Albus Dumbledore se hallaba ocupado revisando las estrategias con algunos miembros de la Orden. Mientras, Nemon se entretenía formando grupos de contingencia en las entradas más conocidas del castillo.
De pronto, Harry sintió movimiento entre sus piernas.
Sobresaltado, se levantó de un salto, tropezando con la banca y cayendo de espaldas al suelo.
Nadie se rió, pero sí voltearon a mirarlo.
-¡Harry! ¿Estás bien?
-¿Qué pasó?
Lentamente, el muchacho se levantó. Sus ojos estaban fijos bajo la mesa, donde juraría que algo frío rozó su tobillo. Siguiendo su mirada, sus amigos también observaron el suelo.
Al igual que él, se levantaron de un salto.
-¡Saz! -clamó Seamus, desconcertado.
-¿Qué hace aquí? -preguntó Ron.
-Me gustaría saberlo -desconfió Harry.
Tomando un paso adelante, se acercó al reptil antes que llegaran los aurores que corrían a su encuentro.
Moody lanzó un hechizo, pero en lugar de impactar con la serpiente, dio con uno de sus compañeros, que también se había levantado del susto.
La pequeña serpiente salió a la luz del Gran Salón, algo intimidada por la cantidad de humanos en la sala.
¡Amo, amo!>
Traía una nota atada al cuello.
Harry se agachó para estar a su altura y ella levantó la cabeza.
La esperanza que Tom tuviera que ver con este alboroto y el miedo que Moody lo detuviera, se apoderó de su corazón.
Haciendo caso omiso de las advertencias de los aurores, e ignorando las preguntas y conversaciones de sus compañeros, Harry desató el pedazo de pergamino y lo abrió muy rápidamente.
El Dark Lord no olvida. El Dark Lord no perdona.
Un jalón lo sorprendió.
No sabía a dónde lo llevaría el portkey.
*
Ya casi era hora.
La Dark Mark montaba sobre el cielo de Hogsmeade, su brillo opacando momentáneamente las esperanzas de las fuerzas del "Bien".
Amo.>
Voldemort regresó la vista del cielo, sus ojos escarlatas recorriendo con indiferencia los cuerpos inertes a sus pies. En realidad no sólo había sido una escoba, sino un par de hipogrifos... Alzó la mirada a la gran estaca de piedra que se alzaba sobre el suelo, una de esas criaturas ensartada en ella. La otra huyó al perder su jinete a una desagradable maldición del Dark Lord.
¿Refuerzos?>
Se estaba cansando de jugar a la serpiente y al roedor, prefiriendo mil veces el ardor de la batalla actual a continuar con estas charadas.
¿Cuánto había sido desde el primer ataque? ¿Cuánto más se demoraría Bartemius en el Ministerio? ¿Cuánto faltaba para encontrarse con Lucius? ¿Cuánto tiempo le quedaba?
Debía admitir que sus planes originales habían sufrido variaciones desde el ascenso de Nemon Lestrange... pero aún seguía luchando contra el tiempo.
Nagini asintió y Voldemort sonrió.
Pues que vengan. Se acerca la hora, no podemos permitir que lleven noticias a sus comandantes.>
La serpiente se desenroscó, lista para continuar con el juego. La emoción y el entusiasmo que habían desaparecido con las noticias de Harry, regresaron rápidamente a él. Faltaba tan poco.
Comenzaron a adentrarse más en el bosque.
La oscuridad caía rápidamente, y el Dark Lord se alegraba de ello. En la noche sus seguidores podrían desplazarse con más agilidad y confianza, acostumbrados como estaban a las actividades nocturnas. En estos momentos, Nemon debería estar asignando seguidores leales a las entradas que utilizarían, se merecían una digna bienvenida, después de todo. Lucius estaría aún abriéndose paso por los túneles que llevarían a la Cámara de los Secretos. Barty haría lo suyo para vencer desde adentro las defensas del Ministerio y capturar a su padre. Zelea continuaba manipulando las fuerzas que tenía en Hogsmeade. Severus... ¿a quién rayos le importaba Severus? Harry habría de estar teniéndole el ojo encima a ese traidor.
Como si pensar en su hijo clamara las fuerzas desconocidas de algún poder superior, Nagini se detuvo momentáneamente, una mirada de confusión en sus ojos amarillos.
Harry me llama -anunció, recuperando el paso del Dark Lord.- Dice que es importante... Según tengo entendido, se encuentra en el Punto de Encuentro.>
Voldemort distrajo sus atenciones del rededor para mirar fijamente a la serpiente.
Claro que él no sabe que es el Punto de Encuentro, Tom. Obedecí tus órdenes de no contarle nada.>
¿Entonces?>
Oyó ruido a la distancia y el Dark Lord se apresuró a perder a sus perseguidores... una vez más. Por las exclamaciones, supuso que habían llegado a donde se encontraban los restos de sus compañeros.
Está siendo atacado.>
Entornando los ojos, el mago oscuro sintió una ráfaga de ira ante el atrevimiento. Cuando llegara a la escena...
Apresúrate, les doy el alcance luego. Tengo que perder a estos aurores primero.>
Sin esperar más, Nagini se desvaneció del aire, desapareciendo como una niebla oscura en el ambiente.
*
Con una expresión de disgusto, Harry intentó liberarse de la sensación de mareo que le produjo el portkey. No estaba seguro de cuáles eran los planes de su padre (asumiendo que fueran sus planes), pero lo que sea que fuera, no iba a permitir que lo agarrara desprevenido. La verdad era que no sabía qué lo había sobrecogido de esa manera para que contra su propio sentido común, actuara de una forma tan descuidada.
Observó con cautela alrededor. Saz no se encontraba en ningún lado, al igual que la nota que hizo de portkey. Infirió que la serpiente se hallaría en el Gran Comedor y que el pergamino con ella.
Gruñó al imaginarse a su mascota en las manos de los aurores...
Este no es el momento, ni el lugar para pensar en ello.
Observó a su alrededor. Estaba en una parte del castillo en la que jamás había estado, aunque no por ello significaba que no había oído. Las estatuas de serpientes que lo rodeaban y Salazar Slytherin frente a él, debía de significar algo.
-La Cámara de los Secretos -murmuró Harry asombrado del misterio del lugar.
El ambiente era silencioso, pero mágico. Antorchas alumbraban en la oscuridad, las flamas iluminando sombríamente las serpientes en piedra. Cada una de ellas presentaba una característica sin igual, ya fueran sus ojos rubís o sus magníficos colmillos.
Harry tuvo la impresión de que eran las diferentes versiones que Salazar utilizaba con Nagini.
Ya veo por qué insistía tanto en que visitara esta parte de Hogwarts.
-Es como su Salón de la Fama...
El murmullo retumbó contra el vacío de la habitación, amplificando el volumen de su voz en el silencio.
Harry recordó cómo había llegado ahí. Sin esperar más, sacó sus dos varitas en postura de defensa propia. Quien quiera que lo había traído, tenía su Capa de Invisibilidad... y era parselmouth.
-¡Muéstrate! -ordenó a la oscuridad.
-Me asombra que conozcas sobre la Cámara, Harry Potter.
De la voz a su derecha apareció la cabeza de Draco Malfoy.
Harry entornó los ojos, furia evidente en su rostro. Mini-Lucius se quitó completamente la Capa y la arrojó al suelo, como si se tratara de una baratija. Eso enojó más a su actual dueño.
-Conozco muchas cosas que ni te imaginas, Malfoy -tono amenazador.- No estaba consciente que fueras parselmouth, y de ninguna manera lo eres. Dudo que ese padre tuyo pudiera callar tal información.
Lo que sólo dejaba...
El rubio se encogió de hombros, para nada intimidado.
La Cámara. El aura. Parseltongue.
Draco jugaba con una pequeña pluma blanca en su mano derecha, un cuaderno reposaba abierto sobre su regazo.
-¿Qué haces Malfoy? ¿Poemas?
Un cuaderno...
-¿Dónde está el diario? -inquirió súbitamente con una sensación de urgencia.
Su padre le había comentado todo el lío de la Cámara, así como el legado que dejó. Después de cincuenta años, Tom no tenía idea dónde había ido a parar el diario... Lo había escondido en la Sala Común de Slytherin a la espera de otro seguidor de los valores del Fundador.
Era muy probable que Malfoy lo adquiriera de mil y una maneras.
Sin embargo, ese artefacto era una amenaza para el actual Lord Voldemort.
No podía dejar que todo el plan de Tom se viniera abajo sólo por un recuerdo. No podía permitir que una memoria malogre lo que había trabajado toda su vida... No debía dejar que las ambiciones del diario sobrepasaran las de su padre.
-¡¿Dónde está el diario?! ¡Responde!
La pregunta fue como un golpe para el mini-Lucius. Le tomó preciosos segundos recuperar la compostura y asimilar el hecho que Harry Potter sabía todos sus planes (aunque esto no fuera verdad). Harry, en cambio, no perdió ni un instante en envolver a Draco en una tela de araña, dejando sólo su cabeza descubierta y pendiendo a un metro del suelo.
-¡Muchacho estúpido! -le gritó- ¿Por qué juegas con lo que no entiendes? ¿Sabes lo que está en riesgo? ¡¿Qué fue del diario?! -repitió con fiereza.
Draco, demasiado asustado para pronunciar palabra se paralizó por completo.
Harry levantó su varita, un Crucio preparado... cuando escuchó unos aplausos detrás suyo.
Volteó temeroso de observar quién era, preparándose mentalmente para el choque emocional.
-Eres todo lo que se me prometió que serías, Harry Potter. Y más, mucho más, al parecer...
Hace años, su padre le había mostrado fotografías. Unas eran muggles, la mayoría mágicas... pero todas iguales. El joven muchacho siempre aparecía con una pose elegante, grácil. Rostro encantador y ojos esmeralda que desparramaban misterio. Cuando las vio, pudo entender por qué Tom había conseguido todo lo que tenía. El carisma era algo natural en su ser.
Ahora, el Tom Marvolo Riddle presente frente a sí, era una de las versiones más jóvenes que había visto en su vida... mas no por ello la más inocente. Familiarizado con el tipo de magia y ritual que se necesitaba para crear un Recuerdo en buen estado, Harry sabía cual era el único pensamiento del ente frente a sí: Supervivencia.
Ser prisionero de un cuaderno y dueño de recuerdos no necesariamente suyos... podía comprender la expresión hambrienta en el rostro de la Memoria.
-¿Cuál fue el pacto? -Harry ignoró los gritos de Draco para que el Recuerdo lo liberara.
La imagen insustancial se encogió de hombros, indiferente. También ignoró a Malfoy.
-¿Qué te hace pensar que hubo uno? -preguntó desinteresado.
-Draco no está muerto, y... -regresó la mirada al rubio- no tengo la impresión que lo hayas estado drenando durante todo este tiempo.
Efectivamente. Mini-Lucius tenía demasiada energía en sí mismo, si los movimientos de su presa eran algún indicador.
El Diario sonrió complacido.
-¿Por qué tengo la impresión que conoces de esto?
Harry también se encogió de hombros.
-Gajes del oficio.
Aún no quería revelar quién era él en realidad.
-Me agradas, Harry Potter. Realmente me agradas -el Recuerdo se acercó a donde se encontraba él y Draco.- Si yo respondo tu pregunta... ¿me dirás qué es lo que planeas hacer conmigo?
El niño no perdió de vista a la Memoria, apuntándolo atentamente con una de sus varitas.
-Me parece lo justo.
La figura asintió, un brillo divertido en sus ojos.
Draco se había detenido, cayendo en cuenta que su captor no lo liberaría y que el Diario no tenía la menor intención de comprometerse para salvarlo. Además, por lo que parecía, Harry Potter no era quien él creía que era.
-Sí, hubo un acuerdo con Draco. Tengo la obligación de ayudarlo a... atraparte, vengarse de ti, enfurecerte, acosarte... como quieras llamarlo. A cambio me ofrece libertad.
Harry entornó los ojos.
Empezaba a entender qué es lo que Draco le había ofrecido de sí y qué es lo que luego tenía planeado...
-Es un Vínculo Espiritual... -Harry frunció el ceño, Draco orquestaba un juego peligroso.
El Recuerdo sonrió con mayor placer.
El Vínculo no sólo le daría acceso a posesionar el cuerpo del rubio, sino a estar siempre con él. Un arma de doble filo. El Recuerdo velaba por la seguridad de su anfitrión, la destrucción de éste significando el regreso al diario. Sin embargo, si Draco no lo alimentaba con la energía de otros... el Recuerdo le robaría la suya propia. Y si el Diario pensaba que lo que le ofrecías ya no tenía validez (o perdía interés), tenía todo el poder para exprimirte como una naranja y tomar propia forma en este mundo... Lo único que lo detenía de hacer eso sería tu propia fuerza de voluntad, algo que dudaba que mini-Lucius tuviera.
Entonces, ¿por qué no ha asesinado a Draco de una vez?
...Porque estaba jugando con él.
Le seguía la corriente, al mismo tiempo que reunía información sobre la presente situación. Analizando el preciso momento para deshacerse de su anfitrión y librarse de Hogwarts simultáneamente...
-Sí, lo es -la voz lo sacó de sus pensamientos.- Y tengo la ligera impresión que también sabes cuál es la recompensa que me prometió.
Harry le dirigió una mirada de odio al rubio.
-Mi esencia.
Mi vida.
-Exactamente. Y ahora que lo veo de más cerca, es algo que vale la pena. Sin embargo, tratos son tratos... Tu turno de explicar cuáles son tus planes.
El niño regresó la mirada a la figura de un joven padre.
-Sé quién eres, Tom Riddle -anunció seriamente, Harry.- Y por lo tanto, sé quién vas a ser... Lord Voldemort -el Recuerdo asintió interesado.- Hay una guerra en movimiento, Voldemort piensa atacar Hogwarts y Dumbledore piensa defenderla. Aún así, en estos momentos tengo una única preocupación para ti; tus acciones no deben involucrarse... Conozco tu ambición, Tom. Haría lo necesario para sacarte del camino.
¿Qué me asegura que no pretendas usurpar el poder de mi padre?
-¿Es esa una amenaza?
Harry ignoró el "¿Cómo sabes que el Dark Lord atacará Hogwars?" de Draco y continuó con su atención en el Recuerdo.
-Tómalo como quieras. Yo opinaría que es una... tregua.
-¿Entonces es un pacto? -inquirió intrigado.
-Te podría ofrecer uno cuando todo acabe, pero no en estos momentos.
-Ah, ¿presumo que no es tu temor sobre las Artes Oscuras lo que evita el pacto ahora?
-No, Tom.
-¿Si rechazo y te reto a un duelo?
-¿Y usarás al basilisco? -se encogió de hombros.- Vas a perder por donde quiera que lo veas. Yo podría asesinar a Draco en la posición que se encuentra y tu amenaza es una nula. Créeme que podría encontrar el diario si tuviera el tiempo necesario.
-No si yo mato a Draco primero.
Harry rió, y su risa fue una remembranza de quién era él en realidad. Tirando a un lado la máscara inocente que portaba en Hogwarts, el niño se rodeó de oscuridad.
-Calculo que exprimirlo te tomará tiempo... Horas por lo menos. No llegarás a tomar forma física ni a dos segundos que acabe con él.
El Recuerdo observó con cuidado a Draco, pensando...
-A pesar de todo, me sigues agradando, Harry... -sonrió- Te pareces tanto a mi.
-Ya me lo han dicho, gracias.
Asintiendo, el Recuerdo conectó miradas con Harry.
-Eres un enigma...
Harry sonrió maliciosamente, recordando las palabras de su padre ese mismo día.
-Enigma es mi apellido adoptivo.
-Está bien. Concibo que tienes la ventaja. No haré nada para tomar partido en los acontecimientos de la guerra. Ni siquiera preguntaré de qué lado estás. A cambio pido que dejes libre a Draco...
Harry lo observó desconfiado.
-Pensé que querrías que te regalara su vida.
-Tú mismo lo has dicho, me tomará tiempo succionar su esencia. No me quiero perder de la acción.
No queriendo entrar en más detalles, Harry observó al asustado Draco.
-Como desees -concedió.
Con un giro de su varita, la gigantesca tela de araña se desvaneció en el aire. El rubio cayó al suelo sorprendido, una mixtura de alivio y temor. El Recuerdo honrando su palabra, tomó posesión del cuerpo de mini-Lucius.
Malfoy luchó contra la ajena conciencia, pero Harry dudaba que tuviera el poder para controlarla.
Se preguntaba qué hacer ahora. ¿Llamar a su padre y requerir instrucciones?
El Recuerdo en el cuerpo de Draco sonrió.
Háblame Slytherin, el más grande de los cuatro Fundadores...>
¡Maldito traidor!
Harry volteó para encontrar a Draco Malfoy jactándose de su ingenuidad. La boca del rostro gigantesco de Salazar Slytherin se abrió, permitiendo la salida de cierto basilisco.
-¡Te ofrecí una oportunidad! ¿Así es como pagas mi misericordia? ¿Rompiendo nuestro trato? -iracundo exclamó.
El basilisco comenzaba a hacer su descenso.
-No, Harry. Yo no he roto ningún trato. Tú no eres parte activa de la guerra. Por lo que soy libre de involucrarme contigo.
-¡Te equivocas! -gruñó exasperado.- Yo soy parte activa en la guerra, y te mostraré qué tan activa soy justo ahora.
¡Muérdelo, pero no lo mates! -ordenó el Recuerdo al basilisco.>
El rey de las serpientes se abalanzó sobre él.
Harry, determinando que lanzar Imperdonables dentro de Hogwarts era un riesgo que de ser evitado debía serlo a toda costa, buscó rápidamente diferentes alternativas. Descartó la gran mayoría de Artes Oscuras, habían aurores arriba, ¡maldita sea! Su padre tendría mayores problemas si ellos se enteraban que había algo malo antes de tiempo.
¡¡Detente, Sessherik!! -clamó Harry, y sin esperar más- ¡¡Nagini, te necesito ahora!! Tu amigo...>
El basilisco, confundido, regresó la mirada a Draco, quien a su vez miraba con atención a Harry. Sorpresa, incredulidad y furia se veía reflejado en su rostro. ¿Cómo podía saber todo lo que sabía? ¿Quién era el niño en realidad? ¿Cómo hablaba parseltongue? ¡Imposible! ¡¡Todo era imposible!!
El niño se mordió un labio, pensando en si atacar para matar o sólo para inmovilizar... estaba seguro que el Recuerdo tendría desagradables maldiciones para repartir, al igual que él. El Diario era mucho más peligroso que el verdadero Draco Malfoy. Sin embargo, las Artes Oscuras...
¡Atácalo!>
Pero...>
Draco cogió con frustración su varita. Harry se preparó para defenderse.
No le hagas daño, sólo inmovilízalo.>
Sé quién eres, Sessherik. Y debo recordarte tu obligación...>
Obedecer al Heredero del Fundador Slytherin.
Observando aún a Draco, Harry anunció:
Yo soy el Heredero de Slytherin.>
¡¿Estás loco?! -dijo anonadado Draco- ¡YO soy el Heredero, Sessherik!>
Los oponentes conectaron miradas, cada uno asumiendo la postura más amenazadora para respaldar sus argumentos.
El basilisco miraba de uno a otro, confundido.
Harry sonrió.
Comprendo tu vacilación. Estás en medio de dos parselmouths y ambos claman ser los Herederos... -Harry negó la cabeza, recordando el dilema de Nagi- nunca te habías hallado en esta posición, ¿o me equivoco? -El basilisco no respondió- Propongo que cada uno muestre evidencia sobre la relación que tenemos con el Gran Fundador.>
Dracó entornó los ojos, no teniendo la menor idea de qué es lo que tramaba su rival.
Yo soy el heredero, Sessherik. Me conoces, Tom Marvolo Riddle. Yo abrí la cámara cincuenta años atrás, conmigo asesinaste a esa mudblood Myrtle. Y hace unas horas, salimos a los pasadizos de Hogwarts. ¿O no te acuerdas de la mudblood de Ravenclaw?>
El basilisco asintió, convencido que ése era su amo.
Harry pudo sentir la aprensión de Nagini por el Parsithel, y le dio rienda suelta a la emoción. Un arco iris de sensaciones pasó a través de él, pero no se dejó sumergir en la tranquilidad. Trabajó rápidamente para invocar a Nagini frente a los propios ojos del basilisco.
Al cabo de unos segundos (en los que terminó jadeando por el esfuerzo), la fiel imagen de un basilisco negro rodeaba protectivamente a Harry. La enorme forma actual de Nagini, de haberla necesitado en otro momento, le habría tardado minutos en evocar... Ahora, bastaron unos escasos instantes.
El niño se apoyó en los anillos de su amiga, mareado y debilitado. El tiempo en que el Recuerdo comenzó su discurso, Harry lo utilizó para llevar a cabo el ritual de invocación.
¡Harry! ¡Harry! -exclamó ella, con tono preocupado.>
Estoy bien, Nagi -respondió, intentando no mostrar su vulnerabilidad.- He aquí mi evidencia -se dirigió una vez más a Sessherik, quien en silencio se mantenía.- Te presento a la Guardiana de la Herencia: Nagini. Y el Parsithel.>
Con unos obscuros gestos de sus manos, el medallón apareció con un brillo verde.
Dejando su apoyo sobre Nagini, estabilizó su postura.
Yo soy el Heredero de Slytherin -volvió a pretender.>
Draco, quien aún estaba asimilando los eventos sucedidos, soltó un gruñido de incredulidad.
¡Es imposible! ¡¡Eres un Gryffindor!!>
Nagini mostró sus fauces.
¡¡Nadie llama un Gryffindor a mi amo!!>
Y se lanzó contra el rubio.
Retrocediendo varios pasos para que Nagi no lo aplastara con su gigantesco cuerpo, Harry tuvo que apoyar su peso en una columna, haciendo una nota mental de nunca más apresurar una invocación de esa manera. Se alegró de no haber comido nada en la cena, o lo estaría vomitando en esos momentos.
¡Nagi, no lo mates! -comunicó antes que sea tarde.>
Sessherik, quien reconocía las pruebas presentadas por Harry, se mantuvo impasible.
Tom, en el cuerpo de Draco, se dio cuenta de lo inútil que era lanzarle maldiciones al nuevo basilisco. Los hechizos resbalaban sobre su piel y se evaporaban en el aire. Lo único que le quedaba era esquivar sus ataques y buscar atacar a Harry tan pronto como la tal llamada Nagini le dejara el panorama libre. Su mente divertía la idea que el basilisco conjurado no fuera más que una ilusión...
Una poderosa maldición rozó el pilar en el que Harry estaba apoyado. Levantando furioso la mirada, respondió con una maldición menor. Necesitaba unos momentos para recuperar sus fuerzas, el mundo no dejaba de temblar y girar bajo sus pies.
Comenzó a contraatacar de la misma manera que Draco lo hacía, mas sus hechizos eran débiles y ligeros. Harry no poseía la concentración para hacer algo mayor.
-¡Expelliarmus! -lanzó, al momento que su mente recorría todos los hechizos protectores que venían a su cabeza.
Malfoy evadió el maleficio haciéndose a un lado, cuando la cola de Nagini conectó con la espalda de su oponente, estrellándolo contra el suelo. A mini-Lucius le costó recuperarse de esa, y se quedó inmóvil sobre el piso de piedra. Nagi, orgullosa de la rápida subyugación del enemigo, se paró a un lado del cuerpo. Sessherik hizo lo mismo.
Harry luchó para acercarse a donde estaban ellos.
Recomiendo no abrir tus ojos, Tom -advirtió cuando el rubio dio señales de vida.- Como dije antes, no debiste haberme retado.>
Malfoy no dijo nada, sólo tosió y buscó respirar sin dificultad.
Nagi, ¿mi padre?>
La serpiente, al ver el esfuerzo que ejercía para no tambalearse, acomodó su cuerpo de manera que pudiera sentarse sobre sus anillos.
Estaba echándole tierra a un rastro... No ha de tardar en llegar.>
Asintió, cerrando los ojos.
Quisiera que esta noche acabase de una vez.>
Yo también, Harry.>
Con los ánimos de Nagini, el autoproclamado Heredero de Slytherin tomó un largo respiro.
Un placer conocerte, Sessherik -sonrió irónicamente.- Lamento que haya tenido que ser en una ocasión como esta... pensaba visitar cuando todo acabara y tuviera realmente el tiempo y las energías... Y entonces podrías haberme contado toda la clase de historias que estoy seguro has de tener. Nagi me ha hablado mucho de ti.>
No lo podría asegurar, pero le pareció que el basilisco sonrió.
Harry, -interrumpió su amiga- tu padre está en camino.>
Levantándose de su posición, la onda de aire caliente lo rodeó. Una neblina se posó sobre su visión, oscureciendo el mundo a su alrededor. Por un momento, sus emociones se dispersaron, y la sensación le trajo una tranquilidad que no había sentido en meses. Pensamientos que no eran suyos lo abrazaron, y la explosión de colores lo acogió. No estaba seguro de quién era, y su personalidad perdía perspectiva...
La separación se hizo sólida.
Harry suspiró, hacía meses que no había experimentado esa sensación. Se había olvidado lo confusa y maravillosa que era.
Abrió los ojos.
...Padre.>
Una sola palabra que no expresaba ni un tercio de lo que quería decir. "¡Padre, padre!", quería gritar. "¡Padre, padre!", quería llorar. "¡Padre, padre!", quería abrazar.
Sin embargo, se controló.
Padre -repitió, saboreando la dulce palabra pronunciada por sus verdaderos labios... y no una imagen abstracta de la mente.>
*
¿Padre?>
La vocecita lo sacó de sus pensamientos.
Aquí estaba él. ¡Aquí, delante suyo! Después de todas las planificaciones, después de todas sus fantasías... aquí estaba él. Esperándolo, saludándolo.
Voldemort no pudo reprimir la magnífica sonrisa que se dibujó en su rostro.
Hijo... mío.>
¡Basta de sentimentalismos, hay una guerra!
Una parte de sí se recordó.
Sin embargo, la sonrisa no la pudo desechar.
Dio un paso adelante, acercándose más a Harry. El niño bajó la cabeza, quizás esperando que lo reprendiera por todas las canas verdes que estuvieron a punto de salirle en su ausencia.
Pero eso no sucedió.
El Dark Lord posó una mano sobre su cabeza, acariciando cariñosamente a su hijo... antes de abrazarlo contra sí.
Harry se tensó por un segundo, para después relajarse y abrazarlo de vuelta. Abrazarlo con fuerza. Abrazarlo aferrándose a su túnica como si de soltarse, se le fuera la vida. Lágrimas suprimidas mancharon el magnífico ejemplar que había mandado confeccionar específicamente para esta ocasión, pero eso no le importó. Lo abrazaba con cariño.
Con amor.
Su hijo vibraba de emociones escondidas y por más que se recordaba que se le estaba yendo el tiempo en trivialidades, no tenía el corazón para decirle que lo soltara porque habían aurores que cazar.
Te extrañé, Tom.>
Tom lo abrazó más para sí, deleitándose en la inmensidad de su cariño.
Yo también, Harry.>
Momento de silencio.
¡Ni se te ocurra moverte!>
La amenaza de Nagini reventó la burbuja de cristal que se había formado alrededor de padre e hijo. Ambos se soltaron, mas se mantuvieron lo suficiente cerca.
¿Qué sucedió?>
Harry vaciló en hablar, un fuerte mareo lo obligó a buscar apoyo en su padre. Voldemort frunció el ceño preocupado.
Harry, ¿estás bien?>
Este sería un genial momento para vengarme por tus enigmas de hoy, Tom -su hijo soltó una risita.- Pero no soy tan cruel -negó su cabeza.- ¿No reconoces al niño?>
Agitando una mano, el basilisco y Nagini retrocedieron, abriendo más su círculo.
Voldemort notó con curiosidad que el basilisco obedecía sin titubear los comandos de Harry... Al parecer se había perdido de muchos eventos interesantes.
Un muchacho de la edad de su hijo se presentó delante suyo. Por los rasgos físicos, podría haber asegurado que era el hijo de Lucius. Sin embargo, esa aura...
Tom, ¿por qué no abres tus ojos y saludas a tu creador?>
Confundido, Voldemort volteó a mirar a su hijo. Pero Harry no lo observaba a él, estaba muy ocupado analizando cada una de las respuestas del hijo de Lucius.
Y entonces se dio cuenta.
Harry había hablado en parseltongue. Y se dirigía al muchacho como si él pudiera entenderlo, lo que sería imposible... si no fuera por esa aura.
¿Dónde está el diario? -llegó a la conclusión más plausible.>
El rubio abrió los ojos, cuando se aseguró que, efectivamente, el basilisco no se hallaba frente a él. Los ojos grises recorrieron su rostro, reconociendo cada uno de los rasgos, cada una de las expresiones que surcaban por el rostro del Dark Lord.
La ira que mostraba. La amenaza que derramaba.
El temor se apoderó del niño.
Su hijo brillaba con superioridad delante del Malfoy. Una mirada que reconoció como "Te lo dije" y una sonrisa que delataba "¿Qué vas a hacer ahora?", cortó incisivamente el ambiente.
No importa, yo lo busco... Ha de estar por aquí.>
Agitó su varita, recordando cada detalle del cuaderno hechizado. Su cubierta en negro, las sensaciones de las páginas al pasar, el sonido que hacía la pluma cuando escribía en él...
El diario apareció sobre su mano izquierda.
Vagos recuerdos resurgieron de la memoria, y una sonrisa se extendió por su rostro. Sí, fueron buenos años... buenos recuerdos.
Sin embargo, Voldemort concentró la atención en su hijo, una preocupación irracional apoderándose de él.
Estás pálido...>
El niño apoyó su peso sobre él.
Fue un descuido, estaré bien... Dame unos minutos.>
Entornó sus ojos, no creyendo las palabras de su hijo... era Gryffindor, después de todo. Consultó su reloj. Alzó la mirada hacia el rubio.
Nagini, explícale nuestros planes a Sessherik. Pide amablemente su ayuda.>
La serpiente asintió, consultando con el basilisco en siseos bajos. Voldemort esperaba ganar algo de tiempo con ello, puesto que estaba retrasado. La Cámara debía abrirse de una vez, y Dumbledore debía morir ya. La sincronía con el grupo de Bartemius y los refuerzos sobrevivientes de Hogsmeade dependían de ello.
Hace muchos años que no nos encontramos, Tom. Lamento que no haya sido una reunión... placentera. Como habrás podido notar, estoy en medio de una guerra.>
El rubio asintió.
Así lo comentó Harry.>
¡Eso no te detuvo para atacarme! -increpó su hijo.>
Malfoy lo apuntó con el dedo.
¡¿Cómo iba a saber que estabas de mi lado?! ¡Todo lo que me dijo Draco fue mentira!>
Voldemort abrió las páginas blancas del diario, observándolas críticamente y desviando su mirada del rubio.
Eso enfatiza el espléndido trabajo de mi hijo. El engañar a los míos es su principal función.>
Con una palabra de sus labios, Malfoy cayó inconsciente al suelo y el Recuerdo tomó forma delante de sus ojos. Ojos esmeraldas observaban con temor a su creador.
Voldemort continuó pasando las páginas...
Perdemos tiempo contigo, Tom. Aunque he de admitir que agradezco que trajeras a Harry a este lugar... era justo donde quería que estuviera.>
¿Qué piensas hacer con ellos? -cuestionó Harry, quien ya estaba recuperando color.- Reclamo a Draco como mío. Él atacó primero y sin un reto formal. Su derrota pone su muerte a mi decisión... Por ley reclamo mi derecho.>
El Dark Lord miró curioso a su hijo.
¿Desde cuando tomas interés en las políticas de los death eaters, Harry?>
El niño sonrió pícaramente.
Desde que me conviene para vengarme de Lucius.>
La risa de Voldemort llenó la Cámara.
¿Y aún así el sombrero te dejó en Gryffindor? -el mago oscuro negó la cabeza- Hablaremos luego de ello, depende de cómo su padre se comporte hoy -el rostro de Harry ensombreció.- En cuanto a ti... -los ojos del Dark Lord se posaron en el Recuerdo, su expresión tornándose rígida y frívola- también hablaremos luego.>
El Dark Lord culpó a su otro yo con la mirada.
La Memoria se mantuvo en silencio, consciente de que si Voldemort se lo proponía, podría destruirlo con una sola palabra... Finalmente asintió con expresión cansada.
Alzando su varita, el Dark Lord hizo un movimiento rápido y súbito, cortando las ataduras mágicas que ataban el Recuerdo al heredero de Malfoy.
-Declaro tu pacto roto. Regresa al diario, Tom.
En las páginas blancas del cuaderno, palabras de magia se escribieron. Con una expresión resignada, el recuerdo se dejó absorber por el remolino de energía que lo aprisionó.
Voldemort cerró con fuerza el diario.
-Hablaremos más tarde -sentenció nuevamente.
*
No había tiempo, no había tiempo.
Harry, refugiado en la invisibilidad que su recuperada capa le ofrecía, corría a ciegas por los pasadizos de Hogwarts. Había dejado el mapa del colegio a disposición de su padre, seguro que lo necesitaría más que él.
Afortunadamente, Sessherik había accedido a apoyar el bando del Heredero de Slytherin, permitiendo la entrada de los death eaters por su hogar. Pero eso, Harry no se quedó a comprobar. Tom aseguró que sería mejor que ninguno de sus sirvientes lo viera o mayores preguntas entorpecerían el corto tiempo que les quedaba por maniobrar. Ya sería suficiente con tener que excusar la presencia de Draco a su padre.
Así que el niño tomó la Capa de Invisibilidad y subió a la superficie del colegio, con la encomienda de encargarse de cierto par de aurores...
Voldemort era cruel, sin duda.
Harry detuvo sus pasos y lanzó una mirada alrededor. Aún no estaba seguro de por qué seguía corriendo, teniendo caminos más rápidos para llegar a Sirius... a menos que sea porque planeaba retrasar el momento lo más posible. Harry se había prometido hace mucho tiempo atrás, que si Voldemort demandaba seriamente la vida de los aurores, él obedientemente se las daría. Pero tantas cosas habían sucedido desde entonces...
Honestamente, el niño admitía que no podría honrar su promesa.
Al menos no hoy...
Pero claro, la decisión en sí no era suya. Nunca lo es.
Aplazar las cosas sólo me quita tiempo.
*
Lo vio alejarse con sentimientos conflictivos.
No sabía por qué le había otorgado esa misión, dudaba que la llevara a cabo.
Suspiró internamente.
Mucho había cambiado desde la última vez que se hallaron frente a frente. Mucho. Sin embargo, para él sólo sirvió de lección sobre lo que alguna vez pudo haber sido, nunca había pensado ser, y que estaba siendo en esos precisos momentos. Para Harry, era aprender a dejar atrás todo lo que pudo tener, siempre quiso tener, y que jamás tendría.
El golpe era duro, eso Voldemort lo reconocía.
Bastó el rostro lleno de dolor y conflicto cuando le dijo que quería sus cuerpos como base de victoria. La vacilación, el titubeo y... la sombra en su expresión cuando asintió.
Se preguntaba qué es lo que su hijo pretendía hacer.
Y ahí estaba el problema...
Las cosas serían diferentes si jamás se hubiera encariñado con el niño Potter.
Porque ahora estaba consciente, aunque le llenara de repugnancia, que si Harry decidía salvarle la vida a su padrino... él lo perdonaría. No sólo eso, a su sola insistencia, sería capaz de darles una segunda oportunidad a los aurores.
Todo con tal de ver al niño contento. Todo con tal de mantenerlo en su lado. Todo con tal de evitar que lo traicionara.
Su traición significando la maldición que acabaría con su vida.
*
La fuerza del conjuro, lo desestabilizó varios segundos. Sus piernas perdieron fortaleza y Harry fue obligado a caer de rodillas al suelo. Un gemido de dolor se escapó de sus labios.
-¡Severus, espera! -gritó una voz a su izquierda.
Con una temblorosa mano, Harry se quitó la capucha de la capa.
-Re... mus... -tosió el niño.
Intentó recuperar completo control sobre sus sentidos, la desorientación del portkey de Sirius mezclándose con el Confundus del death eater.
Severus lo miraba desconfiado, sin atreverse a dejar de apuntarle con su varita. Su rostro era frívolo y amenazador. Remus se encontraba de pie frente a la cama de su padrino, también varita en mano, pero postura mucho más relajada.
La burbuja que rodeaba a Sirius emanaba un tenue brillo pulsante por toda la habitación, y Harry se mordió el labio al verla.
Negó la cabeza, urgiendo desaparecer todos los puntos negros en su visión.
Ninguno de los adultos le quitó la vista de encima, silenciosos observándolo. Aunque la reacción de Remus se debía más a que no encontraba su voz que a la suspicacia de Severus.
Se desabrochó por completo la Capa de Invisibilidad, permitiendo que ésta se deslizara delicadamente hacia el suelo.
Harry alzó las manos al aire, para mostrar que no tenía ningún arma o varita en ellas.
El death eater asintió.
Lentamente, comenzó a ponerse de pie. Sus sentidos aún estaban inestables, pero al menos ya sabía dónde era arriba y dónde era abajo. Remus se apresuró a ayudarlo cuando casi de da de cara contra el suelo.
-¡Harry! -finalmente pudo salir de su estupor- ¡Severus dijo que habías desaparecido del Gran Comedor y que habían encontrado una nota del Dark Lord! ¿Estás bien? ¿Qué sucedió? -lo cogió por los hombros.
-¿Cómo llegaste aquí, Potter?
Abrió la boca para responder, pero los sonidos se atragantaron en su garganta.
Maldito sea el traidor por tomarlo desprevenido.
Levantando una mano señalando que esperen unos momentos, Harry cerró los ojos y se llevó la otra mano al pecho. Utilizó el Parsithel como ancla para toda su confusión, intentando drenarla de su sistema. Nagini colaboró enviando ánimos y fuerza.
Finalmente abrió los ojos.
Se sentía mucho mejor.
-No fue Voldemort quien me secuestró en el Gran Salón -comunicó a los adultos.- Fue Draco Malfoy.
Severus entornó los ojos, dudando de sus palabras.
-Dudo que el Sr. Malfoy tenga las habilidades para crear un portkey dentro de Hogwarts. El Profesor Dumbledore tiene fuertes barreras para ese propósito en el colegio.
-Quizás Draco, pero dudo que su padre no pudiera... -refutó Harry, sin embargo, Severus continuaba mirándolo raro- ¿Me estás llamando mentiroso? Dime entonces, ¿dónde estaba Draco durante la cena?
-¡Modales, Sr. Potter! -exclamó el profesor- El hecho que estemos bajo ataque no excusa que usted se dirija a sus mayores como quiera.
No has respondido mi pregunta, Severus.
Harry le mandó una mirada llena de odio, para luego ignorarlo y regresar a mirar a Remus.
-Lo que sucedió no es tan importante como lo que sucederá -dijo en un tono omnisciente que incomodó al licántropo, quien dio un paso atrás, rompiendo el contacto corporal.- Voldemort va a atacar Hogwarts.
-Pero, ¿cómo?
-¡Lo sabía!
La declaración triunfante de Severus ahogó las inquietudes de Remus. Un brillo victorioso se prendió en los ojos negros del death eater y una sonrisa te-lo-dije se esparció por su rostro.
-¿Y cómo es que tú tienes esta información? -tono burlón.
Harry decidió no responder, contemplando la situación. No pensó que tendría que lidiar con Severus... al menos no en frente de Remus y Sirius.
Sirius...
Con una mirada triste, se acercó a la cama de su padrino. La pared externa de la burbuja se hallaba a su alcance.
Por un momento pensó en dejar así a Sirius... De ese modo no tendría que enfrentar el hecho que él los había traicionado desde el principio. El corazón de su padrino se estremecería y se quebraría en mil pedazos... para luego buscar cercenarle la cabeza.
-Draco ha de habérselo dicho -justificó Remus, aunque su declaración era más para convencerse a sí mismo que para dar respuesta a Severus.
El death eater dio los dos largos pasos que lo separaban de Harry y lo forzó a confrontarlo, su mano sosteniendo fuertemente su brazo derecho. El niño, sobresaltado por el rudo gesto, sacó su varita con la mano izquierda y apuntó firmemente a Severus.
-Yo no contaría con ello, Remus -murmuró el profesor.
La expresión de odio en el rostro del death eater se reflejó en el de Harry, quien optó por desarmar sus barreras inocentes y deshacerse de su cara de niño bueno.
Había tomado una decisión.
-Suéltame, Severus -amenazó lentamente.
-¿Harry? -la voz de Remus vacilaba.
El traidor lo retó con la mirada.
-Sabía que eras un death eater -tono triunfal.
A esto, Harry rió. Sus carcajadas inundaron el ambiente de escalofríos, pues el parecido con la macabra risa de Lord Voldemort no pasó desapercibida.
-No soy, ni seré jamás un repugnante death eater -dijo con odio.- Si por mí fuera, todos ellos caerían muertos a mis pies. Incluyéndote.
-¡Expelliarmus!
-Stupefy
-¡Protego!
Los hechizos rebotaron contra la barrera de Harry. El niño entornó los ojos a los dos magos, pero cuando posó su mirada sobre Remus, negó la cabeza.
Severus había retirado la mano de encima suyo, en un movimiento brusco, el contacto quemándole la piel. Lo observaba con expresión guardada y desconfiada. Era claro que no creía sus palabras, aunque cierta parte de su rostro reflejaba asombro al recordar palabras parecidas...
-"Yo no lo vería como perder, sino como depurar..." -repitió el niño para deleite del traidor.
El death eater retrocedió sorprendido.
-Imposible...
Harry utilizó esta oportunidad para desarmar al traidor. La varita de Severus voló hacia su alcance en un arco perfecto.
La sonrisa del niño no podía ser más triunfal.
Remus defendió instintivamente al death eater, pero Harry dispersó los hechizos que le lanzó. Los ojos del castaño reflejaban dolor y sufrimiento... Traición. El corazón del niño entristeció al pensar que sus tíos jamás lo perdonarían. No lo volverían a aceptar y renegarían de su nombre.
-Moony, juro que no busco hacerte daño. Si me das tiempo... puedo explicar todo.
El auror negó la cabeza retrocediendo.
-¿Quién... eres tú?
Las palabras acuchillaron su pecho, anunciándole que ya no había paso atrás.
-Yo... soy alguien que debió haber muerto con sus padres... -murmuró, la victoria sobre Severus evaporándose de su mente.- Sé que no creerás esto, Remus, pero Voldemort va a atacar Hogwarts, buscando el fin de la guerra. Sirius y tú estarán más seguros fuera del castillo, lo más lejos posible de la zona.
Severus se mantuvo quieto, aún amenazado con la varita de Harry.
-Yo le creería -confesó el Slytherin.- El Dark Lord ha estado demasiado activo estos días.
Harry regresó la mirada al death eater.
-¡Tú te callas, traidor!
-Mira quién me llama traidor... -sarcasmo.
Furia. Tuvo que luchar con sus impulsos y las Cruciatus que rogaban salir de sus labios.
-No me tientes, death eater...
-¡Pero si sólo tienes once años! -exclamó súbitamente Remus- ¡¿Cómo es posible?!
La confusión en los ojos del castaño se iba aclarando poco a poco, dejando atrás una dura realidad. Millones de teorías volaban por su mente, desde Polyjuice hasta una pesadilla... todas pálidas comparadas con la amargura de la situación.
Harry suspiró internamente.
Quería contarle toda la verdad a Remus, quería llorar y rogar por un perdón que sabía que no obtendría. Sin embargo, no se atrevía a bajar sus barreras con Severus en la sala. Aún no superaba la vez que se confió del death eater y tuvo que lidiar con las consecuencias. Lamentablemente, sacarlo de la escena estaba fuera de cuestión, Harry notaba las miradas que intercambiaban los adultos... Uno buscando apoyo en el otro y el otro forzándolo a admitir lo que sucedía. Si se deshacía de Severus, Remus dejaría por completo la poca confianza que aún sostenía...
Lo perdería por completo.
Y aún así... la verdad era lo único que podía otorgar.
-Sí, es cierto. Tengo once años -pausa en la que pensó qué iba a decir.- Sin embargo, mi primer asesinato fue a los siete -admitió, lleno de una humillación que no había sentido antes.- Así que once no es una edad tan... inocente, lo siento Moony.
Harry finalmente dejó de apuntar a Severus, optando por atarlo para evitar mayores problemas. El mago sin su varita, no resultó ser mucho obstáculo.
Se sentó en la cama de Sirius, penetrando la burbuja. Remus vaciló en dejarlo cerca de su padrino... temiendo que pudiera hacerle daño a su compañero, pero finalmente decidió permitirle. Sirius estaba más muerto que vivo y si Voldemort realmente atacaba Hogwarts, las probabilidades que ambos sobrevivieran...
-De verdad lo siento, -continuó Harry- si pudiera cambiar el pasado... Si alguien pudiera cambiar el pasado... -suspiró.- Tengo mi propia lista de actos horrendos cometidos y creo que más que rivalizo a los death eaters en la enormidad de las atrocidades que he hecho.
Sonrió amargamente, sus ojos esmeralda buscando los de Severus. El traidor los sostuvo silencioso. Harry se asqueó de ver comprensión en ellos.
-Remus... -titubeó- Si pudiera traer a Sirius de vuelta, ¿querrías que lo haga?
-¿Estás acaso diciendo que...?
-Nadie te preguntó, Severus -odio en su tono de voz.
Ignorando al death eater, Harry sacó una botella de su túnica. Ésta era más grande de las que había repartido entre sus compañeros, no queriendo arriesgar a Sirius a una dosis demasiado pequeña. El líquido era incoloro, pero no insípido.
No que Sirius fuera a notar la diferencia.
Le tendió la poción a Remus.
-No es veneno -aseguró.- Al menos no en cantidades tan pequeñas -añadió pensativo.
Cuando el castaño no hizo señal de tomarlo, Harry suspiró nuevamente.
-Comprendo tu desconfianza... si quieres, podría beber un sorbo para mostrarte que no lo matará.
-¿Quién eres?
¡Voldemort no comparte la receta!, gritaban los ojos del licántropo.
Harry sonrió amargamente, una mueca que distorsionaba su rostro.
-Voldemort es mi padre -levantó una mano para detener la interrupción de los presentes.- Me adoptó ese 31 de octubre que asesinó a Lily y James Potter, y he estado viviendo con él desde entonces.
Levantó la poción entre sus dedos.
-Este es el antídoto al veneno de Nagini, el Dark Lord me lo enseñó de primera mano a mis seis años... para enfatizar la importancia sobre su dichosa pasión por las pociones -aquí dirigió una mirada acusadora a Severus, como si él tuviera la culpa de su odio a esa materia.- Si hubiera querido asesinar a mi padrino, lo podría haber hecho incontables veces.
Dejó que esa declaración llegara a sus receptores. Remus si bien aún no asimilaba el hecho que el Dark Lord tenía un hijo (y que éste se hallaba delante suyo en la forma de la línea noble de los Potter), concedió que Harry tenía razón sobre las incontables oportunidades que tuvo para aprovecharse de la vida de Sirius.
-¡Dijiste que tomarías cualquier chance para salvar a Sirius! -recordó Harry, desesperado porque el licántropo no hacía ningún movimiento para tomar el ofrecimiento de salvación.
-¿Qué es lo que esto me va a costar? -desconfió el auror- Soy consciente que toda ayuda de Voldemort, tiene un alto precio.
-Mi padre no sabe de esto, -y añadió con gesto sombrío- pero se enterará. En todo caso, quien está desobedeciendo sus órdenes soy yo, y por lo tanto seré yo quien reciba su castigo. Confío en que estarán lejos de aquí para cuando eso suceda.
La mirada de Remus se convenció, comprensión ante el significado del "castigo". Sin embargo, una tristeza se hizo tangible...
-Sirius no querrá dejarte.
Una cálida sonrisa rozó los labios del niño.
-Lo sé. Pero Tom tampoco me dejará.
¿Tom?, se leían los sorprendidos rostros.
-Si voy con ustedes los estaré poniendo en peligro... -Harry llevó sus manos hacia la nuca y se quitó la cadena con las fotos de sus padres.- Toma -se lo dio a Remus.- A diferencia de éste, el que yo tengo jamás me lo podré quitar. El Dark Lord me puede encontrar en cualquier lugar, cualquier momento, sin importar las barreras que hay entre nosotros.
Severus palideció.
-Él ya está aquí... -susurró el death eater.
Harry asintió, sin sorprenderse por la ágil conclusión del traidor.
-Por eso mismo, el tiempo sigue corriendo... Debes llevarte a Sirius de aquí, Remus. Lo más lejos de Hogwarts.
-¡Eso sería traición!
-Bienvenido al club... -murmuró Harry, negando la cabeza.- Aquí y ahora puedo respaldar tu seguridad, Remus... pero allá afuera... -señaló la puerta de la habitación- Ese es el campo de batalla. Se me requerirá tu cabeza en bandeja de plata... literalmente.
-Remus, sugiero que tomes la oferta y te vayas lo más pronto posible.
-Bien dicho, Severus -asintió Harry, fríamente.- Sigue así y quizás me salteé todas las torturas que te tengo preparado.
El traidor no le dio la satisfacción de mostrar emoción alguna.
Remus tomó el antídoto que reposaba sobre las sábanas blancas de la cama.
-¿Qué va a ser de Severus? -una inexpresión comenzaba a acentuarse en su rostro.
Harry se encogió de hombros.
-Lo que le espera a los traidores del Dark Lord.
El licántropo palideció, disparando una alarmada mirada al death eater.
-Toma lo que puedas y vete, preocúpate por ti mismo -dijo Severus con el rostro rígido, firme.- Lo que el Dark Lord te tendrá preparado a ti, no se comparará a lo mío.
-Aquí tienes pociones curativas y otras para remediar el dolor que le causará la herida al despertar -Harry sacó varios viales de sus bolsillos.- Este es un portkey hacia la frontera del Bosque Prohibido, lejos de Hogwarts y Hogsmeade -señaló un knut.- Se activará tan pronto como Sirius lo toque, lo configuré para trabajar con su esencia mágica.
-Pero, Dumbledore tiene que aprobar personalmente todos los portkeys...
-Claro, -giró los ojos Harry- y precisamente no me explico cómo Draco pudo utilizar uno para raptarme frente a los ojos de todos... -la mirada asesina de Severus hizo que reconsiderara sus palabras- Analicé el portkey de Sirius, Remus. Pude copiar la llave en su exactitud. Es como si Dumbledore mismo hubiera bendecido el portus... No te preocupes de ello.
El licántropo titubeó una vez más, la culpa lo carcomía.
-No puedo dejar a los demás...
Un murmullo lejano en su lazo psíquico alertó a Harry, quien palideció sorprendido. Se puso de pie de un salto, abandonando la cama y poniéndola a sus espaldas, su mirada fija en la puerta.
-Tendrás que hacerlo... ¡Tom viene hacia acá! -anunció sobresaltado, la exhalación del aura de su padre resonando con la suya propia.
Casi podía ver a su padre, Nagini iría tras él y un pequeño grupo de death eaters buscaría barrer con los heridos de Hogsmeade en la Enfermería... pero por sobre todo, la ira que surcaba el rostro de Tom. Sus ojos escarlatas prendidos de cierto pergamino en sus manos que le indicaba que dos aurores, un traidor y su hijo se encontraban en la misma habitación...
-¡Vete, Remus! -gritó Severus, Harry demasiado ocupado contemplando la puerta cerrada y las mil excusas que iba a presentar.
-No puedo, ¡Sirius me matará si se entera que dejé a su ahijado en el poder del Dark Lord! -blandió su varita en posición de defensa, corriendo al lado de Harry.
El niño respiró hondo.
Había hecho todo lo posible... todo lo posible por salvarlos. ¿Acaso todo eso se iba a ir a la basura? Después de todo lo que le había costado decidir... Todo lo que arriesgó...
-¿Es esa tu decisión final? -murmuró, sus latidos ensordeciendo el ambiente.
Remus asintió.
Y el corazón de Harry terminó por morir.
Licántropo estúpido.
La puerta de la habitación explotó en cientos de pedazos, la ráfaga de restos golpeando duramente a Severus, quien fue el único sin varita para protegerse.
Tom se hallaba en toda su magistral gloria, una mirada asesina y su poderosa varita en mano.
Harry tragó saliva.
Nagini conservaba su forma de basilisco, y por ello no podía penetrar el umbral del cuarto. Lo que quedaba de la puerta era un agujero demasiado pequeño para ella.
-Harry Potter... -el tono de Tom no delataba nada.- ¿Me debo de preguntar qué es lo que te toma demasiado tiempo?
Su labio inferior tembló, inseguro de decir o hacer cualquier cosa. Cualquier mal jugada y Remus acabaría muerto en el suelo. Harry lo protegió con su cuerpo, bajando la mirada al suelo.
-Lord Voldemort, escúchame, ¡por favor! -suplicó miserablemente- Son sólo dos, ¿qué riesgo pueden ser dos?
¿Qué riesgo pueden ser DOS? -bramó Tom enfurecido- ¡¿Qué clase de exclamación es esa?! "Sólo dos", ¡tú más que nadie sabes bien el peligro que eso conlleva!>
Remus y Severus se tensaron ante el parseltongue.
Me atrevo a recordarte que tú asesinaste a tus tres familiares MUGGLES porque los considerabas un peligro para ti. "Sólo DOS", ¡¡sólo dos!! ¡Son dos aurores, Harry! Y la ex-cabeza de mis más asiduos opositores, nada menos.>
Lágrimas resbalaban del rostro de Harry, en el fondo sabiendo la verdad que se decía.
¡Pero, padre! -rogó nuevamente- Sirius Black está en pésimo estado, sin duda se tardará meses en recuperar, y Remus no será capaz de dejarlo sin supervisión. Te prometo que no causarán problemas.>
El niño ignoró la manera que lo observaban los demás ocupantes de la habitación, recién enterándose de otra habilidad compartida con el Dark Lord.
-¡Crucio!
Las agujas que penetraban sus globos oculares lo aturdieron, y cayó al suelo, incapaz de sostener su propio peso. Una presión indescriptible aplastaba cada uno de sus huesos, arrullada por los gritos escuchados del ambiente.
Su padre levantó la maldición.
Los castigos de su padre eran lo único que no extrañaba de él.
Harry se levantó, tosiendo. Por lo que parecía, Remus había atacado y esa era la razón por la que Tom cortó su castigo... para defenderse.
-Defendo.
El susurro cortó la situación mucho más rápido que el estallido de ambos hechizos. Harry sostenía firmemente una de sus varitas, enfrentando a Remus y protegiendo a su padre. Su rostro estaba pálido, y su expresión manifestaba que sufría de los efectos secundarios de la Cruciatus, pero aún así sus ojos esmeralda conectaron incisivamente con los del castaño.
-No. Te. Atrevas. -amenazó al licántropo.
Tomando un gran respiro, volteó hacia su padre.
-Sólo por hoy, si... causan problemas, me atendré a las consecuencias.
Tom entornó los ojos, dagas envenenadas perforando a los aurores en su imaginación. Su puño esgrimía con fuerza su varita, toda su fuerza de voluntad trabajando para no acabar con el lío en ese preciso momento.
Eternos segundos pasaron en silencio.
Finalmente, el Dark Lord dejó de mirar al licántropo y se fijó en el niño.
-Considéralo tu regalo de Yule -concedió malhumorado.- Que se larguen de mi vista antes que cambie de parecer.
Harry sonrió ampliamente, aguantando los impulsos de brincar hasta su padre y abrazarlo.
Gracias, Tom -hizo una reverencia, cuan elfo doméstico.- Gracias, gracias.>
El Dark Lord entornó los ojos, enfurecido ante el poder que el niño ejercía sobre él.
-Espero que cumplan tu promesa, Harry -dio media vuelta, decidiendo que lo mejor sería alejarse del lugar.- Tú serás su verdugo de no ser así...
El niño asintió seriamente.
-Severus, creo que tú y yo necesitamos hablar -señalizó Tom, deshaciendo los conjuros de Harry.
-Por supuesto... mi Señor.
Después de recibir la varita del traidor, Tom se retiró a otras partes del castillo, ordenándole darle el alcance frente al Gran Salón, donde la mayoría de las fuerzas defensoras se encontraban... y no eran muchas.
Severus siguió a su padre sin mirar atrás.
Así Harry se quedó sólo con Remus y Sirius. El primero completamente anonadado por lo que acababa de presenciar... ¿Voldemort obedeciendo un capricho de Harry Potter? ¡Increíble!
Sé que la espera no valió la pena... Pero... Sigh.
Ya lo dije, veneren a Aspy. No sé cómo es que tiene la resistencia para leer todo esto o.o
Gracias, Parvati, por tus comentarios sobre el beta ^___^
Lamento que tuvieran que releer muchas cosas iguales a los que lograron leer el beta en el grupo yahoo o.o
Gracias a Sang por donarme maravillosos dibujos para mi Shrine a Tom Riddle... (ahora solo tengo que pelearme con el php para hacer que el codigo reconozca mi include(), maldicion! ¬¬)
Y culpen a mi musa, cada vez que intento escribir las escenas en mi cabeza, decide agregar cosas... así que al final, el capitulo termina agrandandose, y agrandandose...
