¡Suzuka! ¿Qué? ¿Qué ya habíamos estado aquí? Claro, pero creeme que nos vamos a divertir muchísimo. Se los juro. ¡Aquí empieza la trama! A esto es lo que esperábamos. Volvemos a SER nosotros, somos FELICES.
Viajar por todo el mundo, era de lo más divertido. Especialmente para Michiru, que había aprendido por todos lados.
Las vacaciones en China habían sido geniales. Junto con sus amigas, habían visitado todo el país.
Rei había quedado más que fascinada, cuando visitaron la ciudad prohibida. El ambiente tan tenso y silencioso que era como entrar en un templo. Era el paraíso para ella.
Por su parte, la parte favorita de Setsuna había sido Shanghái. Una de las ciudades más importantes de China, había sido la cúspide para la médica. Michiru no podía estar muy a disgusto, a ella también le había encantado, aunque su parte favorita, había sido cuando por fin pudieron subirse a la muralla china.
Sin embargo, no había lugar como su hogar. El ocaso de la temporada estaba llegando, y Michiru no podía evitar sentirse contenta de regresar a casa. Regresaban a Japón. El gran premio de Suzuka, volvía a hacerse presente.
Había pasado casi la misma cantidad de meses que la vez anterior que no había visto a sus amigas. Ahora entendía por qué, antes de conocerla, Haruka aparecía una vez cada dos años. La chica se desvivía por las aventuras, y el mundo estaba plagada de ellas.
—Y, ¿Qué tal Hungría? Me perdí esa carrera, estaba en una operación…
—¿Regresaste a operar? Hace años que no lo haces— Michiru interrumpió a Setsuna mientras desayunaban.
Todos voltearon a verla. Directamente, nadie, excepto Michiru, sabía que Setsuna era cirujana.
—Pensé que solo te encargabas de la investigación— Mencionó Rei, sorprendida.— Nunca pensé que fueras cirujana.
Setsuna dejó que sus mejillas se coloraran. No esperaba esa reacción, aunque era entendible. Solo la había tomado por sorpresa.
—Tengo un doctorado en neurocirugía— Respondió— Pero pocas veces puedo ejercerlo. Me va mucho mejor siendo investigadora y en el área farmacéutica. Es preferible.
Michiru asintió— Recuerdo cuando llegaste a los hospitales como residente. Tenías toda la ambición del mundo por ser la mejor neurocirujana. Me alegras de que lo hayas retomado.
—¡No lo retomé!— Dijo rápidamente, muy nerviosa— Solo… ¿Recuerdas a Hotaru Tomoe? Una de las primeras niñas que operé sola en mi residencia.
Michiru asintió.
—Bueno. Tuvo un tumor cerebral. Eso fue lo que operé, yo se lo quité. Sin embargo, hizo metástasis. Era tan pequeño, que no hizo reacción hasta ahora.
Eso era un caso bastante complicado— ¿Un tumor maligno? ¿Esperando tanto tiempo?
—Ya no era maligno. Solo que le estaba molestando en la zona del cerebelo. Tenía alucinaciones y problemas de memoria. Era una zona tan complicada, que un toque erróneo, y ella podía quedar sin la mitad de las funciones de su cerebro.
—Demonios…— Mina murmuró, aunque todos la escucharon.
—Solo confiaba en mí para hacerlo. Le dije que estaba en fuera de forma. Hice todo lo posible para que ella me escuchara, la recomendé con mejores doctores. ¿Has visto lo de los hospitales Mizuno? Están superándonos como los mejores en Neurocirugía. Pero no quiso ni escucharme. Terminó por convencerme.
Hablando de ello. Michiru empezó a preguntarse, como estaría Darien al saber que no era el primero en algo. En particular, si era la neurocirugía, su especialidad. Estaba quedándose viejo.
Sin embargo, ni siquiera pudo preguntar algo al respecto. No pintaba en la conversación.
—¿Y entonces? Te gustó hacerlo… ¿Verdad?
La sonrisa traviesa de Haruka, leía las intenciones de Setsuna. Claro que le había gustado.
—¿Piensas regresar a la neurocirugía?— Los ojos de Michiru se iluminaron. Eso la haría bastante feliz.
Siempre creyó que Setsuna debía luchar más por ese sueño, aunque, ¿Quién era ella para decirlo?
Setsuna desvió la mirada— Tal vez… Me apunte para un par de cirugías más… —Antes de que sus amigas se pusieran a felicitarla, cambió la conversación— ¡Basta! Mejor cuente lo que pasó en Hungría. A diferencia de Mina, yo no tengo F1TV y solo pude ver que ganaste la carrera.
Haruka rodó los ojos— La gané porque los dioses así lo quisieron. Empecé a tener problemas con los frenos y la columna de dirección en las últimas vueltas. Max me estaba recortando de a segundo por sector.
—Como por si fuera poco, el auto de Drugovich se incendió en medio de la nada— Completó Michiru.
Setsuna casi escupe su café— ¿Qué el auto qué?
—El motor explotó y el sistema de refrigeración también. Ni siquiera podían ponerle el freno. Fueron segundos bastante cardiacos.
—¿Pero Drugovich está bien?
Haruka asintió— Mina, eso fue hace siete carreras. Todas las ha competido. Está bien.
Mina solo le sacó la lengua.
En cierta parte, tanto Haruka como Michiru, sentían un poco de nostalgia de ese lugar.
No podían comentarlo ahora, ya lo harían cuando estuvieran solas. Pero, ellas habían decidido ese restaurante, justo porque… Era uno de los sitios donde se conocieron. A los métodos extravagantes de Haruka, claro está.
—¿Recuerdas este camino?— Dejó caer Michiru, cuando se estaban yendo. Aprovechando que estaban hasta el final de todas y no podían oírlas.
Haruka asintió— Admite que te enamoraste de mí ese día.
—Claro, me enamoré de una acosadora que estaba ardiendo en fiebre. Al punto de que tenía alucinaciones y no sabía lo que decía— Michiru completó todo con una frase que le había dicho aquel día— Descarada.
Haruka contuvo el impulso de soltar una carcajada.
—Pero no dije ninguna mentira, una deidad estaba empeñada en unirnos.
Michiru negó con la cabeza— Sigo insistiendo en que tuve muy mala suerte.
—Lo único que le puedo agradecer al idiota de tu exmarido, es que te trajera a este lugar. Él mismo nos ayudó a encontrarnos.
Michiru asintió, eso no era ninguna mentira. —Seguro que se quiere morir cada vez que lo recuerda.
Porque, al final, recordar era como volver a vivir.
—
Las gotas de agua empezaban a caer durante la práctica libre tres, a cuatro horas de la clasificación.
Los neumáticos intermedios estaban limitados. Gastar un compuesto en unas prácticas libres era muy jugado, y más si eran la tercera. Todos los equipos preferían quedarse dentro, incluso si perdían la posible información.
—¿Llueve en Qualy?— Preguntó Haruka, cuando por fin le dejaron bajar del monoplaza, era casi seguro que no volvería a correr— A la gente le encantan las Qualys en lluvia.
Uno de sus mecánicos asintió— Tal vez la primera Qualy sea en extremos. Pero, esperamos ir con intermedios en Q2 y Q3. Ve a descansar, nosotros te avisamos cualquier cosa, el carro está bien, ¿Verdad?
Haruka asintió, antes de irse atrás del garaje. Justo donde estaban sus amigas.
—Me recuerda un poco a Austria, ¿No crees? Lluvia todo el fin de semana.
Cuando Haruka escuchó a Michiru hablar de Austria, no pudo evitar negar con la cabeza y tocarse el puente de la nariz con frustración.
—De solo recordarlo me estresa. Qué carrera más desastrosa.
Rei, que no tenía ganas de preguntarle a Michiru porque se estaba conteniendo la risa; ni a Haruka, que debatía entre el enojo y la risa, se atrevió a preguntar a Mina.
—Tú ves todas las carreras, ¿Qué pasó en Austria?
Mina quedó sorprendida ante la pregunta de Rei. Ella era su representante, ¿No se supone que ella debía ver también las carreras?
—¿En el RB Ring? Parecía que un huracán decidió atrapar a la carrera de la nada. En la clasificación, pasó de un sol intenso a tener problemas para disputar la Q3.
—Claro, parecido a ahora.
Mina asintió.
—El día de la carrera, fue todavía peor. Atrasaron la carrera dos horas por la lluvia. No paraba, y entonces decidieron salir, sorprendentemente. A todos les pusieron intermedios y terminó siendo un desastre. Haruka tuvo aquaplaning y terminó en la grava. Pero De Vries chocó con Ocon, y el Motor de Pourchaire se apagó, por lo que tuvieron que sacar bandera roja.
—Bastante calmada la primera curva— Mencionó, ahora entendía por qué Haruka estaba molesta.
Aunque no entendía por qué Michiru reía. No había nada gracioso en eso. Era tan irritante, ¿Cómo Haruka podía tolerarla?
—Los hicieron esperar otra hora para salir— Prosiguió Mina — Ahora, con neumáticos extremos. Pero, Haruka, ya estaba hasta el fondo de la parrilla. No quieres saber cómo estaba el traje térmico por culpa de las estelas de agua. Solo el casco impedía que Haruka se ahogara. No se corrieron las vueltas completas, y, cuando la pista al fin empezó a secarse, faltaban 25 minutos.
—Entiendo.
—Michiru se ríe porque Haruka hizo doble trabajo. Sus estrategas querían que se quedara en pista. Rezando por un Safety Car o que la lluvia regresara, cuando era obvio que no iba a pasar. Haruka fue a boxes sin escucharlos y solo por eso, llegó al sexto lugar. Porque los intermedios se desgastaban, que… bueno, es otra razón para que Haruka estuviera tan apretada con el campeonato. Hasta ahora.
Rei seguía sin encontrarle la gracia. Si ella estuviera en el lugar de Michiru…
—¿De qué están hablando? — La imponente voz de Haruka la sacó de sus pensamientos.
—Tu apasionante carrera en Austria— Respondió Mina, burlándose también.
Haruka solo rodó los ojos— Lo bueno, es que el clima nos favoreció en París.
Mina siguió molestando— Debió ser muy romántico.
Ahora era Michiru quien suspiraba con molestia— París no es tan espectacular como lo pintan. El tráfico es peor que en el centro de Tokio, pero sin la limpieza. Sin mencionar el nivel absurdo de carteristas y estafadores…
—Digamos que… París no es una de nuestras ciudades favoritas — Terminó la frase, Haruka. Ella ya había vivido las constantes quejas de Michiru hacia la capital Francesa y prefería ahorrárselas a todos. — Antes de quedarnos más días, preferimos ir a Barcelona. En el gran premio, tuvimos que viajar a Carolina del Norte y no viajamos.
Mina alzó una ceja, cuestionando que tal. Michiru no tardó en contestar.
—No es de mis ciudades favoritas. Pero es más tranquila que París. Además, la playa es linda.— Se sonrojó al decir eso, mirando de reojo a Haruka.
—Tú eres más preciosa…
Rei rodó los ojos, prefería fingir una llamada falsa, a seguir viendo esa escena. Era repugnante, ¿Cómo no podían sentir escalofríos de solo recordar la inminente diferencia de edad?
¿Canto tiempo iba a tardar Setsuna en llegar?
—
—¡¿Te subiste a un go-kart?!— Mina parecía incrédula ante lo que Michiru le estaba diciendo— ¿En dónde rayos te subiste a un kart?
Michiru estaba roja, cuál tomate— ¿Tanto te sorprende?
—¿No te sentiste morir al salir de esa cosa? Es lo máximo a lo que nosotros, los mortales, nos acercaremos a sentir un F1, y yo, cuando lo probé, terminé contra las barreras. Haruka todavía tiene el descaro de decir que era la primera velocidad… Claro, como ella corre, todo le parece lento. No puedo creer que Haruka te animara a…
—Oh no, Haruka no me incito a nada. Ella ni siquiera lo sabía. Haruka estaba en las libres de Spa…
—¡¿Corriste un Karting en Spa-Francorchamps? ¿¡En Bélgica!?— Mina estaba demasiado incrédula ante lo que oía.
—Hay una pista de karting al lado de la pista de la carrera. No quería estar en el paddock siendo que era reinicio de temporada, la encontré y…
—Espera, ¿No fue en Spa donde Haruka tuvo un choque de múltiples coches en las libres? Por culpa de eso, casi se pierde la qualy…
Michiru asintió, ligeramente avergonzada— Haruka estuvo buscándome por horas, pensando que me había perdido. Pero cuando me encontró, yo estaba en la pista y ella puso una cara…
Su conversación se vio interrumpida cuando un potente trueno, hizo ruido en el aire.
—Ven, vamos a la zona VIP, ahí estaremos a salvo de la lluvia.
Michiru sintió como si un escalofrío estuviera recorriendo todo su cuerpo.
—
Apenas empezó a correr el tiempo de la Q1, Haruka salió disparada a la pista. Eso era lo que, naturalmente, todos deberían haber hecho. Porque las nubes de lluvia ya estaban encima de ellos, y gritaban por no tener piedad. Eran solo unos minutos, antes de que las gotas empezaran a caer.
Aun así, nadie siguió la estrategia de Porsche. Segundos, que eran valiosos, habían sido desperdiciados.
¿Qué no se daban cuenta de que la lluvia iba a caer en mitad de la Q1?
A pesar de que varios carros habían salido. Solo Haruka y Drugovich, que eran los primeros, podrían usar sus neumáticos rojos slicks, al máximo.
Tal y como lo suponía, cuando estaba a la mitad de su vuelta rápida, las gotas de lluvia empezaron a caer.
Empezaron a caer con demasiada intensidad.
"Empuja todo lo que puedas. La lluvia ya está aquí. Podrías perder en el tercer sector."
—Entendido.
Normalmente, en situaciones como la Q1, los pilotos de la punta no tenían que forzar su motor al máximo. Salían a dar una vuelta, confirmaban quedar entre los primeros cinco lugares, esperaban por la Q2 y mejorar su tiempo.
Aquello, ya era imposible. Cuando cruzó la línea de meta, ya tenía que controlar los neumáticos para evitar perder el control del coche.
"Tiempo perfecto Haruka, bien hecho. No es necesario otra vuelta, primera en Q1"
Siquiera podría volver a respirar.
—Entonces, ¿Intermedios para Q2?— Bromeó, una vez que llegó de regreso al garaje.
Esa pista gritaba neumáticos extremos de lluvia.
—Claro, si quieres, volvemos a salir con slicks.
—No estaría mal.
—
—¿Por qué estás así? — Preguntó Mina, regresando con los dos cafés en mano— Llevas inquieta desde que entramos a este sitio.
Michiru suspiró, era cierto. Estaba bastante incómoda.
Miraba para todos lados, como si estuviera buscando a alguien entre la gente. Intentando ocultarse.
—¿Cómo va todo lo de Darien?— Respondió, como si ignorara la pregunta de Mina.
La susodicha alzó una ceja. Michiru no se había interesado por preguntar nada de su exmarido desde que se había ido. Tampoco es que ella se lo hubiera mencionado. Sabía que, mientras menos contactos tuvieran uno del otro, mejor sería. Y ella podía encargarse de todo el papeleo.
Después de todo, sabía por lo que Michiru iba. La sentencia de Divorcio. No había en que ninguno de los dos se reconciliara, ya que la acusación mutua era infidelidad. Y, de ninguna forma, ella iba a dejar que Michiru aceptara ninguna propuesta del abogado de Darien a cambio de no pedir su dinero.
—Darien pregunta cada que puede por ti— Contestó con sinceridad— O aunque sea, eso es lo que dice su abogado. Supongo que quiere llegar a un arreglo personal contigo.
—¿Tiene idea de donde estoy?— Volvió a preguntar, su voz era bastante diferente, estaba claro lo ansiosa que estaba.
Mina se encogió de hombros— Solo les he dicho que estás fuera del país. Supongo que se imagina donde, pero no lo puede asegurar. Darien se está volviendo loco por eso.
—¿Ah sí?— Eso no la tranquilizaba.
—He sido implacable, Michiru. Darien, como era de esperarse, se niega a darte un divorcio bajo las condiciones normales. Está sufriendo mes con mes la llegada de auditores y como su imagen pierde credibilidad ante la demanda de un accionista mayoritario. La gente empieza a desconfiar.
—No quiero arruinar el hospital. Al final, mucha gente depende de esos trabajos, no es como…
—Michiru, no estoy haciendo eso. Solo peleo por lo que te corresponde. Es por eso que Darien está tan desesperado por verte. Quiere amenazarte, recordarte todas las cosas malas que pueden pasar, para que retires los cargos. Por eso se está volviendo loco.
—Le molesta mucho, saber que merezco cosas por las que ha trabajado.
Mina asintió— Además, si me lo permites, ya tengo un abogado que te pueda representar en las juntas. No desconoce la rama de la medicina, y sabrá administrar bien tus acciones. Te mandará reportes mensuales y te consultará, evidentemente…
—Tenía planeado darle mi lugar en el consejo a Setsuna— Michiru la interrumpió.
—Setsuna— Murmuró.
—Ella conoce el hospital mucho mejor que yo. Sabe a qué se mete. Sé que cuidará bien mis acciones. Le hará ilusión poder crear ese cambio.
—No lo había pensado… Pero es una mejor idea.
—¿Nada más?
—Es cosa de un mes o dos, antes de que tenga más noticias. Todo está pintando a tu favor. Antes de que te lo imagines, tendrás todo lo que te pertenece.
Justo en ese momento, a Michiru no le hacía especial ilusión. De hecho, le incomodaba saber que estaba tan cerca de tenerlo todo. No podía estar saliendo tan bien.
—Michiru, ¿Qué pasa? ¿Por qué la pregunta?— Mina se daba cuenta de su malestar.
—El día que Haruka y yo nos conocimos. Yo estaba aquí. Y Darien estaba en el paddock.
Mina sintió el mismo escalofrío que Michiru había sentido, un rato atrás.
—¿Qué dices?
—Darien es patrocinador de la Fórmula 1 en Japón, Mina— Por la expresión de esta, Michiru imaginó que no tenía ni dea.
—Siempre pensé que era una coincidencia que Haruka y tú se hubieran conocido. Jamás creí que se hubieran visto en la pista.
—Por alguna razón que desconozco, Darien supuso que traerme ese día, sería una buena idea. Él estaba firmando los contratos en el paddock, conociendo a los jefes de carrera. Yo estaba aquí con un chico de apoyo, que intentó enseñarme un poco de la competición.
Mina solo podía escuchar.
—Yo vi el accidente de Haruka de hace tres años. Estoy segura de que me vio antes de que la subieran a la ambulancia, cuando fui a hablar con Darien.
—¿Supones que él podría estar aquí?— Mina entendió rápidamente a que se refería— ¿Crees que Darien podría estar aquí, justo ahora?
Michiru solo se encogió de hombros— No lo sé. No era fanático de presentarse más de una vez a uno de estos lugares. Nunca le encantó el deporte. Pero si dices que está tan desesperado por encontrarme… Debe saber que iba a venir a Suzuka. Estoy segura.
Mina negó con la cabeza. Aquello no podía ser cierto. Tenía que preguntar a quién fuera para saber que Darien no estaba ahí.
Cuando un mesero se presentó, No dudo en preguntar. El mismo le dio la respuesta. No había ningún Darien Chiba en la zona VIP.
Ambas mujeres respiraron. Olvidando un pequeño detalle, las cámaras de televisión, sí que estaban ahí.
—
—Amor, ya regresé, ¿Qué tal todo…?
La rubia no pudo terminar de hablar. El solo aspecto de ese lugar, delataba que algo había pasado.
Donde antes había papeles perfectamente ordenados y acomodados, ahora se encontraban tirados en el suelo. Como si fueran basura, la cosa más irrelevante de todo el mundo.
Su novio, estaba peor que como estaba peor que otros días. Desde que todo se había desencadenado, no había vuelto a ser el mismo hombre tierno y amigable del que se había enamorado. Pero ella podía entenderlo, lo que le estaban haciendo, lo tenía muy presionado.
Observando un poco más, podía ver que, otra vez, había sacado la botella de alcohol que tenía en su despacho. Aunque, ella podía jurar que estaba llena hasta hace unas horas. Ahora estaba a la mitad. Y el vaso de Whisky descansaba a su lado.
El olor del cigarrillo también invadió sus pulmones, provocando que tosiera un poco. Todo era culpa de esa mujer. Había provocado que su novio retomara hábitos que no tocaba desde hace más de tres décadas.
—¿Qué es lo que pasa?— Preguntó.
Su novio solo señaló a la televisión, sin dejar de verla. Tal vez era lo mejor, parecía totalmente fuera de sí. Sonreía de una manera, que no reflejaba felicidad. Más bien… causaba escalofríos.
—Al fin regresó— Mencionó, riéndose— Michiru regresó.
En la televisión, estaba la transmisión de la F1. Como era de esperarse, estaba lloviendo a cántaros. Apenas terminaban una vuelta, los pilotos corrían a refugiarse de la lluvia, y sabiendo que no mejorarían sus tiempos.
Siendo la primera Qualy tan larga, la televisión tenía que encontrar una forma de entretenerse, en lo que llegaba la siguiente sesión de clasificación. Y lo mejor que encontraron, fue buscando a las estrellas que podía haber en la zona VIP de la pista.
Y, justo en ese momento, estaban enfocando a Michiru Kaioh. Con subtítulos a sus pies, que anunciaban que era la novia oficial de la piloto Haruka Tenoh. Que hoy, estaba corriendo en casa.
Era la primera vez, que la rubia veía tan cerca a Michiru.
—Soy un estúpido por no haberlo pensado antes. Era obvio que se iría con ese intento de piloto. Con esa niña. No escapará de nuevo.
